Líder cap 3

-Bromeas, ¿verdad?

-Lamentablemente, no.


Difícil sería explicar la magnitud de la sonrisa de Lee Joon, que parecía querer salirse de su rostro. Difícil también resultaría definir las muecas que los cuatro integrantes restantes del afamado y nuevo grupo MBLAQ tenían en sus caras; que variaban acorde al sujeto. Thunder con una expresión de fastidio, Mir con absoluta melancolía, Seungho con seriedad y G.O… con un absoluto “nada” en su rostro.

-Chang Sun.


Hizo oídos sordos al llamado de su líder, porque sabía que haría algo para apagarle las llamas y amenazarlo de una u otra manera para que no hiciera una de sus “gracias”. Y no quería eso, no señor. La noticia estaba fresca en su memoria, como si en ese mismo instante sus oídos estuvieran escuchándole y almacenándola dentro de su pervertida cabeza. Y eso, para él, era la gloria. Tendría tres meses de oportunidad para acosar y/o coquetear hasta el cansancio al irresistible líder Jung Yunho, y así al fin lograr su objetivo-posible-meta-de-vida.
Ah, ¡Es que amaba al manager!

Aunque no terminaba de comprender la situación del todo. TVXQ era uno de los grupos más populares, y sus miembros terriblemente cotizados. Ellos tan sólo llevaban un par de meses en la industria musical, y aunque su fama iba en aumento seguían sin tener un nivel ni semejante al de los Dioses nacientes del este.
Era extraño, si lo pensaba fríamente. Pero si el fruto de todo ese embrollo ligeramente macabro era nada mas que U-know… mejor ni lo hacía. Mejor disfrutar su “premio” a sus anchas.

-Joon…


¿Y si llegaban a compartir habitación? Poco probable; pero si hallaba alguna manera de convencer al manager o a quien fuera que llegara a compartir cuarto con su presa…

-Joon…


¿Y si el hotel tenía piscina? Podría observar el maravillosamente trabajado cuerpo del castaño… con gotas de agua cayendo delicadamente por sus pectorales, perdiéndose bajo las profundidades de su traje de baño….

-¡Joon!

-¿Qué?-¿Qué Mir no entendía que si estaba soñando despierto, no debía ser interrumpido? El maknae lo miró exasperado, y él respondió con una amplia sonrisa de complicidad. - ¿Qué sucede Mir?

-¿Quieres dejar de pensar en como engañarás a Yunho Hyung?



Podría, la verdad. Podría dejar esa obsesión y enfocarse en su carrera musical, pero si era totalmente sincero; No quería. Le fascinaba acosar a esos ejemplares de hombres, pero mas le fascinaba el saberse tan cotizado y adorado por ellos. Y si algo lo caracterizaba, era su insuperable ego. El mismo que lo llevó hace ya más de un año a coquetear a su pequeño amigo Mir hasta que el mismo, ya sin otra opción, cedió.
Y le gustaba esa extraña relación que mantenían, pero desde un comienzo dejó claro que no le apetecía llegar más allá del placer carnal. Algo que Mir parecía no querer entender.
Adoraba a su pequeño amigo, pero no estaba dispuesto a recibir ni un solo sermón o ataque de celos que pudiera darle.


-No –sonrió- Es divertido hacerlo.

-¿Cuántas veces debo decirte que no tienes oportunidad?

-No es que no halla oportunidad; es que tú no quieres que la tenga – Mir calló. Joon rió alegre, levantándose de su asiento a vista y paciencia del resto de los miembros y salió del lugar.

Ya afuera, pensó en alguna manera de pasar el rato ya que se hallaba feliz. Tomó su teléfono celular y paseó su castaña mirada por la infinita cantidad de números que se le presentaron, hallando luego de un par de minutos uno que había utilizado ya mas de una vez.
Sonriendo pervertidamente presionó “llamar”; aguardó uno, dos, tres tonos de discado hasta que una voz dura y somnolienta contestó.

-¿Diga?

-Hola, guapo. –murmuró sensual. La respiración del otro lado de la línea se cortó-

-¿Joon?

-El mismo – Mordió su labio, aguantando apenas la risa que quería expulsar de su boca. Le parecía tan graciosa la situación- ¿Estás libre?

-Depende de para que.

-Para mí, ¿te parece la idea? – aguardó un par de segundos de silencio, y por momentos pensó que sería rechazado, pero el sonido de un suspiro excesivamente cargado le respondió- JiYoong~

-En media hora, ¿si? SeungHyun sigue en la cama.

-Como quieras ~ -canturreó. Oyó un último suspiro lleno de resignación y cortó.




Sería su última aventurilla, antes de meterse de lleno en el plan de conquistar a Jung Yunho.

******

-Yunho, Yunho…. ¡YUNHO!


¿Por qué parecía que el mundo estaba en su contra? ¿Había hecho algo mal? ¿No se había esforzado lo suficiente? ¿No era lo suficiente duro con los demás miembros de TVXQ?
Algo debió haber hecho mal. Algo… algo…

-¡JUNG YUNHO!

-¿Qué demonios quieres?


Era un gran líder. Se esforzaba por mantener la calma entre sus miembros, por mimarlos pero a la vez enseñarles. Por mantener el orden, la paz y la armonía.
Entonces por qué, e insistía, ¿por qué lo castigaban dándole una gira con ese insufrible niñato?

-Debes ir al estudio ahora mismo. Se supone que el manager y el líder de ese grupo deben hablar con nosotros. – miró a Yoochun por el rabillo del ojo y presionó sus puños. Demonios, no quería esa estúpida gira- Iré contigo, si lo deseas. Tampoco planeo que cometas homicidio con el humor que te gastas.

-Gracioso.


No podrían culparlo, después de todo. Ninguno de ellos prestó ni un mínimo de atención a la charla, ni tienen que soportar las boberías de Lee Soo Man, ni deben mantener el orden en la casa, ni deben crear esquemas sobre la organización de sus mil labores, ni son acosados por niños que se pasean por las camas de los demás…
Hizo caso al pobre ratón y lo siguió hacia el auto, mirando furtivamente por la ventana hasta que al fin, y luego de poco más de media hora, llegar al tan odioso lugar.
Vislumbró al manager del otro grupo y gruñó. Micky suspiró derrotado.


-¿Quieres que hable con él?


Sonrió irónico, y Yoochun marchó. Buscó un asiento y lo encontró a pocos pasos de su cuerpo, cerca de una cafetería. El mal humor comenzaba a superarlo.

Cansado, pidió un café a una mesera que no perdió oportunidad en coquetearle, y comenzó a garabatear la servilleta mientras esperaba su pedido. Buscó luego al otro integrante de su grupo, paseando su mirada por cada rincón del blanco lugar, y encontró lo que parecía un adolescente sentado en el suelo con la mirada mas melancólica que jamás hubiera visto.
Se acercó uno, dos, tres pasos y se detuvo a contemplar la belleza del muchacho, una que no había visto. Observó el cabello anaranjado, los ojos profundos y tristes y por momentos se sintió perdido. Aquel chico era precioso…

Sonriendo animado, se acercó al pequeño cuerpo y se sentó a su lado.


-Hola- susurró suave. El “pequeño” lo miró apenas por el rabillo del ojo, sin reconocerlo del todo- ¿Estás bien?

-Si – y sonrió, tan suavemente que Yunho pensó que se quebraría- ¿Y usted?

-Perfectamente… - rió apenas. Observó el perfil del joven muchacho, que se le hacía inexplicablemente conocido, y sonrió- ¿Cómo te llamas?

-Mir.

Siguiente