El flash de la cámara se disparaba constantemente. Los modelos daban lo mejor para posar adecuadamente. Todos estaban concentrados en su trabajo. Sin embargo, había algo que faltaba. Suspiró molesta alejándose.
- Todo está saliendo bien- le informó un miembro del staff
- No me gusta el modelo principal.
Sonrió cuando se le ocurrió una gran idea, se alejó para hacer una llamada.
- Hola, ¿cuándo volviste?- preguntó feliz de haber recibido respuesta.
- Hoy.
- Genial, ¿estás ocupado?, necesito pedirte un favor- eso solucionaría todo.
- Un poco.
- Estoy tomando unas fotos para una revista pero el modelo principal es un desastre- explicó ignorando que todas las respuestas que estaba obteniendo eran cortantes.- ¿podrías venir a ayudarme?
- Lo siento, no puedo.
- ¿Por qué no?- preguntó haciendo un puchero.
- Podría haber inconvenientes, además estoy ocupado.
- ¿Hablas en serio?- dijo sin poder creerlo.
- Hablamos después, cuídate- y para sorpresa de la chica, colgó.
Aun desconcertada colgó también. ¿Qué era lo que le sucedía a Junho?, jamás le había hablado así. Seguramente había sido un malentendido, no le dejaría tan fácil.
Bajó sonriente las escaleras, acababan de llegar y él aun pensaba en lo bien que se la había pasado esos dos días.
- ¿Ya viste lo que hay afuera para ti?- preguntó Junho al verle entrar a la cocina.
- ¿Un regalo?- preguntó con ojos brillantes.
Emocionado corrió hacia la puerta. Al salir se encontró con un auto plateado.
- ¿Eh?, esto…- se acercó sin poder creerlo, ¿un auto sólo para él?
- Lo tuyo está allá- le interrumpió divertido señalando detrás del auto.
Junsu siguió su dedo encontrando una bicicleta. La sonrisa de Junsu se borró.
- Vamos, te ayudaré- le animó al ver su rostro serio.
Resignado subió a la bicicleta mientras Junho la detenía de la parte trasera.
- Ya lo sabes hacer, sólo es cuestión de que lo recuerdes- le dijo para darle confianza.
Llevaban varios intentos y ambos comenzaban a desesperarse.
- Suéltame despacio- pidió Junsu comenzando a pedalear.- Lo logré, lo logré, ¿lo has visto, Junho?- dijo sonriente dando una vuelta antes de dejar la bicicleta y acercarse corriendo a su hermano para abrazarlo. Fue entonces cuando Junho se percató de la presencia de Sunghee.
Al ver que simplemente se miraban sin decir nada disidió acercarse.
- Hola- saludo sonriente.
- Hola
- ¿Por qué no me dijiste que vendrías?- le interrumpió serio.
- Como no podías ir pensé en venir yo misma- respondió con autosuficiencia.
- ¿Por qué no mejor entramos?- sugirió Junsu dejando la bicicleta a un lado- vamos- les animó adelantándose para preparar algo rápido.
- No gracias- le detuvo- parecen muy ocupados, lamento haber interrumpido, no quiero molestar- finalizó molesta.
- ¿De qué…- pero antes de que pudiera terminar de decir algo la chica ya había subido al auto y se alejaba. -Parecía molesta- comentó mirando a su hermano que sólo miraba el lugar donde había estado el auto.
- Voy a salir- dijo sin mirarle dirigiéndose a la casa.
- Ah, yo también, tengo que ir a la escuela- explicó recordando el compromiso que tenía ese día- llegare tarde.
- Como quieras- ni siquiera se detuvo para mirarle.
Junsu suspiró, volvía a ser indiferente, ¿en dónde había quedado el hermano que había estado riendo con él unos pocos minutos antes? Resignado comenzó a caminar, tenía que recoger algunas cosas.
Sunghee preparaba la ropa que se utilizaría para la sesión de fotos de una revista de moda. El modelo sería Junho, por supuesto, así que se sentía ansiosa. Pasaba por la ventana con una chamarra de piel cuando un auto gris llamó su atención. Una sonrisa altanera apareció en su rostro. Tomó el teléfono y marcó aquel número tan conocido.
- Junho, ven inmediatamente, sino vienes me enojaré contigo.
Sin borrar su sonrisa colgó, seguro era por lo que había sucedido el día anterior. Sabía que pasara lo que pasara él nunca la dejaría.
Se dirigía a su oficina cuando vio salir a Junsu de una cafetería con un periódico en la mano.
- Junsu- le llamó acercándose a él, el aludido sonrió al verlo.
- Hola Chunnie- saludó- ¿puedo llamarte así?- preguntó preocupado al ver su expresión desconcertada.
- Por supuesto- se apresuró a responder, saliendo de su ensoñación, le había parecido simplemente adorable- me encanta.
- Genial- sonrió aliviado.
- ¿Y qué tal las vacaciones?- preguntó sintiéndose afortunado de haberse encontrado con el chico.
- Han sido las mejores que he tenido en mucho tiempo- explicó con los ojos brillantes- no había vuelto a la playa desde que tenía como 3 años.
- Me alegro- le revolvió el cabello- ¿ibas a algún lado?- le miró con curiosidad.
- Fui a dejar mis papeles a la escuela, las clases comienzan en tres días- hizo una mueca, cuando comenzaba a divertirse se terminaban sus vacaciones.
- No pongas esa cara, tu educación es importante- le animó divertido.
- Lo sé- bufó resignado- también estoy buscando trabajo, no se me hace justo dejarle todos los gastos a Junho, además tengo que cuidar a Shaki.
Yoochun le miró sorprendido, vaya que Junsu era un chico muy maduro a pesar de su expresión infantil, le gustaba pensar en los demás.
- ¿Shaki?- preguntó desconcertado por el nombre.
- Si, lo encontré cerca de casa, al parecer perdió a su mamá- dijo- y Junho le permitió quedarse si yo me hacía cargo de él, es muy juguetón y duerme conmigo- sonrió orgulloso- estoy seguro de que te agradará- agregó guiñándole un ojo.
- Suena adorable- dijo aliviado, por alguna razón se había imaginado que era alguien que salía con Junsu, pero por lo visto era un perro. Le sorprendió el hecho de que Junho hubiera aceptado, no era secreto que no le agradaban los animales.- Dijiste que compones, ¿no?- una idea maravillosa se le ocurrió para acercarse más al chico.
- Así es, me encanta la música- asintió.
- ¿Por qué no pasas algún día a visitarme?- propuso guiñándole un ojo.
- ¿Hablas en serio?- le miró ilusionado.
- Por supuesto, trae lo mejor que tengas, nos vemos luego- le sonrió antes de alejarse.
- Claro, cuídate.
Indeciso tomó el pomo de la puerta y la abrió, en silencio se acercó a donde se encontraba Sunghee.
- ¿Has venido para irte?- le preguntó mirándole al percatarse de su presencia.
- ¿Qué?- le miró desconcertado, ¿acaso le había visto?
- Se sincero, estás molesto conmigo, ¿cierto?- le sonrió infantil.
- Eso nunca- se apresuró a negar- ¿alguna vez me he enojado contigo?
- No- respondió pensativa- creo que sólo una vez, pero esta vez si me preocupé, no vuelvas a hacerlo, ¿si?- hizo un puchero para después sonreírle.
- Claro- aceptó después de mirarle por un momento.
- ¿Te parece si vamos a tomar algo?- sugirió tomándole del brazo.
Al llegar se sentaron en el lugar de siempre
- Junho, dime, ¿a quién aprecias más, a Junsu o a mi?- le preguntó mirándole con aquella sonrisa que le encantaba.
- A ti- respondió sin siquiera pensar en la pregunta. Olvidando que era de su hermano de quién hablaban.
- Tonto, es tu hermano- rió suavemente pero dejó ver una sonrisa de satisfacción mientras dirigía su mirada al frente.
Junho, sintiéndose tonto le dio un trago a su bebida, era de esperarse algo así. ¿Acaso pensaba que le diría que le quería?
- Junho, soy alguien importante para ti, ¿verdad?- le miró nuevamente y había ¿suplica? en su mirada- alguien especial.
- Claro, alguien muy importante y especial- respondió desconcertado por aquellas preguntas, ¿qué pretendía? Definitivamente le volvería loco.
- ¿Más que Junsu?- insistió seria.
- ¿Qué?- preguntó un poco más brusco de lo que hubiera esperado, ¿por qué tanta insistencia con su hermano?- Sunghee, ¿qué…
- No importa lo que haga, soy más importante para ti que para nadie más- suspiró- no lo olvides, si lo olvidas nunca te lo perdonaré- advirtió mirándolo seria.
Si, en definitiva no entendía nada de lo que sucedía, ni lo que intentaba decirle Sunghee con todo aquello. ¿Por qué hiciera lo que hiciera seguía pareciéndole inalcanzable?
- Vamos, tenemos que volver, pronto comenzará la sesión de fotos- le dijo poniéndose de pie haciendo que despertara de sus pensamientos. En silencio la siguió.- Ah, después de la sesión podríamos ir a comer- sugirió recuperando su sonrisa de siempre.
- Claro.
Regresó a casa ansioso por encontrar a Shaki y contarle lo que le había sucedido. Nada más llegar su teléfono sonó, había conseguido el trabajo en la cafetería. Feliz abrazó al cacharro. Se había encontrado con Yoochun, leería sus canciones y había conseguido trabajo en un lugar agradable y que quedaba cerca de la casa, no podía pedir nada más. En definitiva había sido un maravilloso día.
Se sentía tan feliz que decidió preparar comida y llevarla al trabajo de su hermano, sabía que estaría en una sesión de fotos, así que, sonriente, comenzó a preparar algo sencillo que sabía le quedaría bien.
Una vez terminó se guardó la comida y justo cuando se encontraba cerca de la puerta se le ocurrió una idea, corrió a su cuarto y tomo un sobre. De paso visitaría a Yoochun.
Junsu se dirigió a la compañía en la que trabajaba Yoochun con el sobre que contenía algunos de sus trabajos. Se acercó decidido al mostrador y preguntó por Yoochun.
- ¿Tienes una cita?- le preguntó el joven.
- No, - negó comenzando a sentirse nervioso- pero si le dices que Junsu vino a verle sabrá quién soy- agregó rápidamente.
- Espere un segundo- pidió tomando el teléfono- ¿se encuentra el señor Park?- preguntó- ya veo, gracias- agregó después de una pausa- lo siento, se encuentra en una junta- le informó colgando.
- ¿No sabe si tardará mucho?
- No, lo siento.
Junsu le miró por un momento hasta que se le ocurrió algo. Sacó una pluma de su mochila y anotó su nombre en el folder.
- Entonces, ¿podría darle esto por favor?- pidió tendiéndole el folder.
- Claro- asintió tomándolo.
- Gracias- sonrió despidiéndose.
Una vez fuera suspiró. Esperaba poder verlo y platicar con él, después de todo no había pasado tanto tiempo desde que lo había encontrado en la calle. Ya sería en otra ocasión.
Poco después de que Junsu dejó la compañía llegó Yoochun a su oficina. Dejó su saco y encontró el correo sobre su escritorio, lo tomó y lo fue revisando distraídamente volviendo a dejarlo sobre la mesa hasta que un sobre llamó su atención, volvió a tomarlo y una sonrisa de dibujó en su rostro. ¿Así que Junsu había estado ahí? Se lamentaba por haber tenido que estar en aquella junta. Ansioso se sentó y sacó las hojas del folder comenzando a leerlas.
Pagó al taxi antes de bajar y miró el gran edificio. Al entrar comenzó a sentirse incómodo, no había avisado que iría y varias personas le miraban fijamente, estaba por decidir salir de aquel lugar cuando Boomi le miró haciéndole señas para que se acercara.
- Hola Junsu, que gusto verte- saludó sonriente rodeándole los hombros con un brazo.
- Hola, les traje comida- dijo tímidamente.
- Que oportuno, justo íbamos a tomar un descanso- sonrió con ternura.
- Que bien- fue entonces cuando lo vio, de pie con una chamarra de piel negra, con aquel porte altivo, tan…, negó con la cabeza alejando aquellos pensamientos y su sonrisa se borró al sentir sobre él la mirada fría de su hermano, sin percatarse de que no era el único que le miraba de aquella forma.
- Vamos Junsu, ayúdame a servir- le animó Boomi encantada con su visita tan oportuna que definitivamente aprovecharía para mejorar la reputación de Junho.
Y sin saber cómo, ahora Junsu se encontraba sentado al lado de su hermano frente a una cámara. Sunghee les miraba al lado de la cámara, seria.
- Podrías hacerte a un lado, por favor- pidió el camarógrafo.
- Ah, claro- sonrió disculpándose, se alejó triste sin querer seguir viendo aquella entrevista, por alguna razón la presencia de Junsu le incomodaba y le hacía sentir insegura.
- Junho, ¿no te parece un buen detalle que Junsu haya preparado comida para todos?
- Si, siempre ha sido muy detallista- asintió Junho con una sonrisa.
- ¿Por qué no nos dices que tal sabe?- pidió el reportero.
Y Junsu, siguiendo las indicaciones de Boomi tomó uno de los rollitos y se lo acercó a Junho quien acepto resignado.
- Delicioso- respondió sin dejar de sonreír.
- Se les ve bien juntos, ¿para terminar qué les parece un abrazo?- sugirió el reportero después de una serie de preguntas.
Junsu se acercó dubitativo a su hermano, no terminaba de acostumbrarse a las cámaras y en definitiva su hermano no parecía muy feliz. Junho rodeó los hombros del menor acercándole a su cuerpo.
- Listo chicos, muchas gracias- sonrió el reportero guardando sus cosas, pero ninguno se movió, se quedaron ahí abrazados en silencio, hasta que Junho pareció despertar y se puso de pie.
- Junsu, puedo hablar contigo- pidió Boomi acercándose.
- Seguro- la siguió aliviado de poder liberarse de aquella tensión, ¿qué era aquel cosquilleo que había sentido?
- Necesito tu ayuda, ahora eres una figura pública y debes cuidar lo que haces y dices, como has de saber Junho con frecuencia se ve involucrado en muchos rumores- Junsu asintió serio- eso no ayuda mucho a su carrera, espero que tu presencia le ayude a corregir eso- le sonrió.
- Claro, haré lo que pueda- aseguró devolviéndole la sonrisa.
- Sunghee, lo lamento, no podremos ir a comer- dijo cuando la chica respondió el teléfono.
- Está bien, no te preocupes, se les veía bien juntos.
- Claro,- suspiro- de nuevo, lo lamento.
- Ya dije que no importa, ya comeremos otra vez los tres juntos.
- De acuerdo, nos vemos- colgó al ver salir a Junsu- vamos, sube- le dijo bajando la ventana.
Junsu subió al auto en silencio.
- ¿Qué quería Boomi?- preguntó sin mirarle.
- Agradecerme la comida, le ha gustado mucho- respondió más relajado.
- Ya veo, y ¿por qué has venido?
- ¿Te molesta?- le preguntó dolido mirándole.
- No es eso, sólo fue raro- se apresuró a explicar.
- Me sentía muy feliz y quise llevarte algo lindo- respondió encogiéndose de hombros mirando de nuevo al frente.
- ¿Feliz?, ¿te paso algo bueno?- le miró de reojo.
- Si, me encontré a Yoochun y dice que leerá mi trabajo- sonrió orgulloso.
- ¿Yoochun?- por alguna razón sintió una punzada en su corazón.
- Si, es muy amable- asintió sin mirarle.
- No me sorprende- susurró sarcástico pero Junsu no le escuchó- ¿qué fue lo que le diste?
- Algunas canciones, recuerda que estoy estudiando música- vaya, eso sí que le sorprendía, aunque ahora que lo pensaba no debería de, Junsu siempre se había interesado por la música.- Ah- recordó- también conseguí trabajo.
- ¿Trabajo?, ¿para qué quieres trabajar?, deberías concentrarte en tus estudios- le miró serio.
- No pensaras que te dejaré con todos los gastos, además también tengo que cuidar de Shaki- le respondió decidido, aunque en su interior se sentía feliz al ver la preocupación de su hermano, le gustaba cuando era así.
- Cómo quieras, pero en verdad no es necesario- dijo volviendo su mirada al camino, una suave sonrisa apareció en su rostro, se había equivocado con Junsu, había crecido y mucho, ahora era un niño más maduro a pesar de sus expresiones infantiles. Un estremecimiento le recorrió y sintió ganas de abrazarle, pero no lo hizo. Continuaron platicando durante el camino a casa como no habían hecho en mucho tiempo.
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