Nota: Aparecen personajes de otros grupos musicales como Super Junior. Y siento la demora ToT
Lo siguió. Subió al camión detrás de él, intentando no ser visto, bajó en la misma estación que él después de casi una hora, por la puerta trasera mientras Junsu bajó por la delantera. Espero que caminara un par de metros para seguirlo por las calles con sigilo. Llegaron a una calle repleta de antros y centros nocturnos. Lo vio detenerse frente a uno de esos locales que aún estaba cerrado.
“¿Qué pretende?”
Junsu tocó la puerta.
“¿Está estúpido? Es obvio que está cerrado”.
Para su sorpresa, la puerta se abrió ligeramente y Junsu se perdió tras ella, en las sombras. Changmin abrió mucho los ojos, parpadeó tres veces para quitarse la sorpresa y se acercó al local. La puerta era de cristal igual que las grandes ventanas a ambos lados de ésta. Y las tres estaban cubiertas desde adentro por cortinas color rojo envinado. Miró el letrero en letritas de plástico blanco pegadas al cristal de una de las ventanas y leyó: “abierto de 12:00 a.m a cinco p.m” Vaya, vaya, así que por eso Junsu salía del departamento a eso de las 11:00 p.m, para llegar a trabajar a ese lugar. Las paredes del edificio eran oscuras, quizás de un gris muy subido o incluso negro. Miró arriba y alcanzó a leer el letrero con el nombre del lugar, “Beautiful Extasy” (Hermoso Éxtasis). Sonaba a un burdel barato. Ja, ¿así que el niño delfín era un sexo-servidor? Se lo haría saber no sólo a los demás roomies, sino al director de la escuela. Gozaría con ver la cara de sus hyung al enterarse, pero sobre todo con la de Junsu al ser expulsado de la prepa y del departamento. Bien merecido se lo tendría, ¿para qué trabajar en eso si ni guapo era? Reflexionó. Podría empezar a humillarlo desde esa noche, ¿por qué no? Miró su reloj, eran quince para las 12 de la mañana. Esperaría a que abrieran, entraría y vería con sus propios ojos el trabajito de Junsu, se burlaría de él y volvería al departamento, victorioso, con la vida de Junsu pendiendo de un hilo en la palma de su mano.
Se alejó del local y fue a sentarse a la banqueta, algo alejado para no levantar sospechas de gente no adecuada. Pasaron los minutos, demasiado lentos a su gusto. Se imaginó que mientras él se congelaba en la banqueta de esa calle de mala muerte, Junsu estaba en un camerino, poniéndose su vestidito de zorra y siendo maquillado por una de sus amiguis. Qué bueno que su celular tenía cámara, no se lo perdería por nada. Siguieron pasando los minutos mientras Min se frotaba los brazos, expectante. Pronto se empezó a juntar gente frente a las puertas del local, de ambos sexos. Luego salió un hombre enorme del local, vestido de traje negro, abrió la puerta y puso una cadena que aún impedía el paso. Era el portero del burdel al parecer, y eso significaba que Changmin necesitaría ser mayor de edad para entrar. Ojalá su altura le ayudara como siempre.
Se levantó y fue a unirse a la fila, esperando que en algún momento el “Beautiful Extasy” abriera sus puertas, ansioso de desenmascarar al supuestamente inocente Kim Junsu.
Al fin, exactamente a las 12 de la mañana, el portero quitó la cadena y empezó a dar acceso a algunas de las personas en la fila, otra simplemente fueron rechazadas con un movimiento de la mano del portero. Sin embargo, la gente no salía quince minutos después o algo así después de entrar, como suponía que pasaba en los burdeles. Pronto llegó el turno de Changmin. Estaba listo para sacar su tarjeta de estudiante e inventarse alguna historia para que lo dejaran pasar, sólo le faltaban unos meses para cumplir los 18, pero no hizo falta. El cadenero, cuyo nombre era Kangin según la plaquita en su solapa, notó su altura y lo dejó entrar sin preguntar. Min se encogió de hombros y penetró en el local. Volvió a sorprenderse al darse cuenta de que se había equivocado. No era un burdel, era un centro nocturno un tanto más sano. Hasta cierto punto.
La estancia comprendía un enorme salón pintado de azul marino con cortinas del mismo tono que las de entrada como mera decoración. El espacio en su 70% lo ocupaba una pista de baile, un 25% unas mesas y otro 15% una barra de bebidas. Detrás de la barra Changmin descubrió a su víctima: Junsu se encontraba atareado repartiendo bebidas que otro chico preparaba y le pasaba, y recibiendo elogios de todas las damas presentes. Desconcertado y molesto, Min se acercó hacia la barra. Quería pasar hasta adelante para interrogar a Junsu pero la masa de gente, la mayoría mujeres, le obstruían el paso hacia allí. Aún así alcanzaba a ver a Junsu, al menos la parte visible fuera de la barra: llevaba una camisa y un saco blancos, y en sus manos levaba guantes de motociclista color plateado que centelleaban contra las luces tenues del lugar; su cabello estaba peinado hacia abajo, suelto, pero brillaba como si se hubiera untado moose o algo. Y no, no llevaba nada de maquillaje…femenino al menos.
Escuchó su risa desde donde estaba parado, y también los gritos de emoción y las risas de las chicas. Changmin sentía que sus nervios iban a estallar, cómo lo odiaba, ahora más que nunca. No era tan hermoso, ¿por qué recibía tanta atención? Un segundo… ¿“tan hermoso”? ¿Qué, Changmin, empiezas a creer que Junsu no es tan feo como creías? Bueno, sí, no se veía tan tonto con ese saco…¿Otra vez “tan”? ¿Changmin, qué te sucede? Para terminar con ese absurdo monólogo mental, en cuanto pasó un mesero le pidió un vasito de soju.
-En seguida. Respondió el mesero, cuya placa dictaba el nombre de Kibum.
Poco después le entregó el vaso y Min no tardó en apurarlo. La bebida aún escocía su garganta cuando la música sonó más fuerte y los gritos de las mujeres de todo el local se intensificaron. Las luces empezaron a cambiar de colores. Changmin miró hacia la barra y notó como los bar-tenders (encargados de la barra) se subían a ella y empezaban a bailar. Todos menos Junsu. ¿A dónde se había metido? Ya lo había visto bailar en la fiestecita que sus hyung le habían organizado, no tenía nada que temer. Bueno, aparte de Changmin. Min estaba a punto de salir en caso de que Junsu huyera para interceptarlo afuera cuando lo vio saltar a la barra. Algo negro brillaba en su rostro, desde su oreja hasta tocar el extremo derecho de sus labios: un micrófono inalámbrico. ¿Iba a cantar como aquella mañana? Por Dios, eso tendría que grabarlo. Sacó su celular y preparó la cámara de video de ésta.
Justo cuando picó el botón para iniciar con la grabación su mente se quedó en blanco, perdida su mirada ante los movimientos de Junsu. Éste había girado y había movido su cadera de una manera tan sensual que provocó gritos de ansiedad entre el público. Hizo algunos movimientos con sus brazos y los demás chicos sobre la barra lo siguieron. Changmin estaba inmóvil con el celular en la mano, mirándolo fijamente, como si lo hubieran congelado en su sitio. Junsu empezó a cantar.
-Estaba esperando el momento, conteniendo el aire –su voz resonaba por todo el lugar gracias a las bocinas, terriblemente distinto a la mañana, algo más grave y entona. Su brazo señaló el techo, dio la vuelta, cruzó los pies, movió sus hombros y brazos y siguió cantado, - Esperando en la sombra – movió sus manos, como pidiéndole a su público que se acercara a él, cosa que los demás bailarines si hicieron; acto seguido, Junsu echó su cuerpo hacia un lado, doblándose en escuadra, y tiró sus brazos una mordida hacia uno de ellos, sin tocarlo, y éste se alejó de él junto con los demás, - como una hambrienta y negra pantera.
El baile siguió. Min pudo notar que llevaba pantalones blancos también y unos tenis y cinturón plateados. El blanco sólo resaltaba más la figura de Junsu, sobre todo su trasero. Changmin no pudo evitar darse cuenta de que era muy notorio y redondo. Los demás chicos sobre la barra también llevaban blanco pero no plateado sino rojo. De repente la música paró y las luces de la barra casi se extinguieron, dejando al grupo de siete bartenders-bailarines de pie, con las piernas juntas y los brazos pegados al cuerpo, la cabeza pegada al pecho mirando hacia abajo. Cuando volvieron a encender la luz, unos cinco segundos después, los otros seis bar-tenders les tendieron la mano a seis afortunadas chicas para que bailaran con ellos, siendo Junsu el único que siguió bailando la ensayada coreografía él solo. Y cantando:
-Puedo enseñarte, pero hay un cobro, di que me quieres, baby, eres mía. Puedo enseñarte pero hay un cobro baby. ¡Puedo hacerlo ahora, más debes pedirlo ya! Metida en esta prisión de ésta, mi fantasy, te sentirás aún mejor, beautiful extasy, tu corazón al compás del de mi corazón, no te resistirás más, it’s magical (es mágico).
Sí, definitivamente había algo de magia para que el terco de Changmin siguiera ahí parado como idiota, a punto de dejar caer el celular al suelo.
-Baby, que gran adicción, ahora you can´t go back (no puedes regresar). Cuando despiertes, tarde es, dentro mi trampa ya estarás – Junsu empezó a mover su cadera otra vez, de lado a lado ahora, - Puedo enseñarte, pero hay un cobro, di que me quieres, baby, eres mía. Puedo enseñarte pero hay un cobro baby.
Changmin, por inercia o por el supuesto hechizo de esa canción, empezó a acercarse a la barra, pasando entre las chicas y las parejas que bailaban ahí, entre ellas las que componían los bar-tenders. En ese momento Junsu se hincó y le tendió su mano a una chica, de piel morena, cabello corto y vestido azul rey:
-¡Puedo hacerlo ahora, más debes…! –de repente dejó de cantar. La chica se quedó mirándolo, esperando que la jalara para subir con él a la barra y bailar, pero Junsu parecía ignorarla, mirando a otro lado entre la gente.
“Changmin” pensó Junsu al reconocer al chico moreno parado entre la multitud. ¿Qué hacía ahí? Maldita sea, lo había seguido, lo había descubierto la peor persona que pudo haberlo hecho. La música siguió pero él no se podía mover. Pronto la chica se aburrió de esperar y fue a quejarse con uno de los meseros.
-¿Xiah? – uno de los bar-tenders, notando su estado de enajenación, se acercó a él y lo movió - ¿qué sucede?
Junsu tapó el micrófono con su mano y miró al otro:
-Nada, Yesung hyung. Me siento un poco extraño- dijo, levantándose y saltando de vuelta al lado de la barra lejos de la gente. Otro de los bar-tenders se le acercó.
-¿Estás bien, Xiah?
-Sí, Donghae-hyung, sólo me siento algo mal, es todo.
-¿Qué te pasó? Ibas muy bien…
-¡Junsu! – un mesero se acercó a ellos, de complexión robusta, - el jefe te llama.
-Ya voy – Junsu tragó saliva, nervioso. Sabía el regaño que le esperaba, Heechul hyung no era muy paciente. Apagó el micrófono y caminó hacia donde el jefe hablaba con otro chico, más alto.
-Ese estúpido me las va a pagar. Mientras entra tú a sustituirlo, Siwonie –le dijo el jefe al otro. Éste asintió y fue a la barra a sustituir a Junsu. Justo en ese momento el chico llegó con él.
-¿Me llamó, jefe Kim?
-Sí. La chica con la que ibas a bailar mandó una queja. ¿Qué te sucede?
-Me siento algo mal, hyung, perdóneme.
-¿Mal? ¡Imagínate cómo me siento yo! ¡Pabo (tonto)! Ahora mismo te largas de aquí.
Junsu sintió que su mundo se partía en pedazos.
-Hyung-nim, por favor…
Heechul se hizo del rogar, esperando que se arrodillara. Sabía lo mucho que el jovencito necesitaba el dinero, además era el mejor bailarín que tenía y la mejor voz, no podía perderlo. Y amaba la forma en que le rogaba, sobre todo porque podía apreciar su hermoso trasero desde arriba.
-Ah, está bien. Como soy muy piadoso, te daré la oportunidad de que vuelvas mañana. Espero que te sientas mejor o te despediré.
-Gracias, hyung-nim. Con permiso – y se alejó de él hacia la puerta del personal. Ahí entró al supuesto camerino que Heechul había adaptado para él y los demás bailarines y se cambio otra vez de ropa, poniéndose los pants. Estaba enojado, frustrado y asustado, todo al mismo tiempo.
Enojado porque lo habían descubierto. ¿Qué había hecho mal para que su plan fallara y lo siguieran? Frustrado porque, primero, le encantaba bailar y por la sorpresa no había podido seguir, y segundo, era claro que Heechul no le iba a pagar esa noche. Suspiró y subió el cierre de la sudadera. Tenía miedo de lo que Changmin fuera capaz de hacer ahora que sabía lo que hacía por las noches. Con el odio que le tenía era capaz de todo, hasta de denunciarlo en la escuela, provocando su expulsión. Se puso su gorra, la movió sobre su cabeza dos o tres veces como si la asegurara, tomó su mochila y salió a la calle por la puerta trasera. Aún en la calle se escuchaba la música, la de su canción, la que él debió interpretar y bailar para fascinar a las chicas y ganar mucha propina, teniendo al mismo tiempo contento al jefe. Incluso había estrenado la sonrisa encantadora que había visto en Yoochun más de una vez. Pero todo, todo se fue por el drenaje con la aparición de Changmin en medio del público.
Changmin seguía esperando después de que Junsu desapareció de la barra detrás del que parecía su jefe, quien seguramente lo había regañado como nadie, Min no necesitaba escuchar para adivinarlo por las caras que ambos hicieron durante el argumento. Habían pasado poco más de 15 minutos desde que se había ido Junsu a la parte trasera del bar, suficiente tiempo de acuerdo con Changmin para ponerse los pants y la gorra sobre el traje blanco de stripper. Pero no aparecía aún. Algo en el ambiente hizo que a Min le faltara el aire. Salió, luchando a codo y mano para pasar entre la gente y la ola de hormona femenina que seguro morían por arrojarle el sostén al nuevo bailarín, cosa que habrían hecho con Junsu también. Denigrante.
Alcanzó la calle justo a tiempo para ver la delgada silueta con gorra alejarse hacia el otro extremo de la calle y girar en una esquina. Lo siguió. ¿Era probable que Junsu no lo hubiera visto en el bar, entre la gente? No. Pero era más seguro que no lo hubiera notado tras sus huellas, era evidente que Junsu creía caminar solo de vuelta a casa. El juego seguía para Min, aunque no como esperaba. Haciendo alarde de sus largas piernas apretó el paso, dando grandes zancadas, girando en la misma esquina y siguiendo la figura del otro chico, que poco a poco se hacía más grande a medida que se acercaba, pero no conseguía alcanzarlo. No esperaba que Junsu pudiera caminar tan rápido. Dieron vuelta en otra esquina y de repente, dos cuadras después, Junsu se detuvo. Changmin por poco tropezó.
-¿Qué? ¿El gran Changmin necesita por primera vez en su vida que alguien lo guie a casa? ¿O es que acaso esperabas taclearme y no habías encontrado el momento adecuado? – la voz de Junsu sonaba áspera, fría. Min no supo qué responder, pero bueno, ignorar era destruir, podría atacar con su silencio.
-¿No hay sarcasmo? – Junsu volteó a verlo, su cara estaba ensombrecida por la gorra, - Descubriste mi único y más grande secreto, y estoy seguro de que vas a usarlo pronto para humillarme y sacarme de la escuela y del departamento, ¿verdad? Tienes las armas para destruir mi vida, ¿qué más puedes querer de mí? ¿Qué más quieres?
-No necesito nada más – Min sonrió tan cruel como pudo.
-¿Nada más? – Junsu alzó la ceja, - Muy bien… ¡Aish! –Miró el cielo y pateó una lata invisible – Haz lo que quieras. Eso te encanta, que todo sea a tu manera.
-Así debe ser - -
-Me haré el sorprendido cuando lo reveles si quieres – lo interrumpió Junsu, - así podrás regodearte a placer por mi humillación. No me importa.
Junsu siguió caminando. Min notó que se pasó una mano al nivel de los ojos cuando ya estaba a unos metros lejos de él. No se lo esperaba esto tampoco. Desde luego, esa noche Changmin se había esperado muchas cosas que no sucedieron y en su lugar descubrió miles que no esperaba. Y el trabajo de Junsu como bailarín nocturno era lo de menos. La reacción de éste era lo que preocupaba más a Min. Sí, Junsu temía lo que pudiera pasarle ahora, pero no parecía importarle, como si ya se lo esperara y estuviera resignado a aceptarlo. Junsu lo había desarmado, lo había pesado y medido, sabía el tipo de persona que era Changmin, sabía a lo que se enfrentaba y lo que podría esperar de él. Min en cambio se había equivocado en un 90% sobre Junsu: era más inteligente de lo que parecía. Al único 10% que Min atinó era a que no era lo que parecía, aunque tampoco era lo que Min suponía que era. Por primera vez Changmin no sabía con quién se metía. ¿Qué hacer ahora?
Volvió a caminar cuando ya Junsu había desaparecido en las sombras. Haciendo memoria llegó a la misma parada y tomó el mismo camión que de ida para volver muy pronto al edificio. Subió las escaleras y entró al edificio con sigilo. Junsu ya habría llegado seguro, aunque estaba oscuro y todo en silencio. Se asomó al baño pero no había nadie ahí. Se encogió de hombros y justo cuando iba a salir escuchó la puerta de entrada y vio a Jejung hyung despidiéndose de una chica en el umbral. ¿Tan tarde? Al parecer el mayor rompía sus propias reglas cuando le convenía. Iba a aprovechar su distracción para huir a su cuarto sin ser descubierto cuando lo llamó.
-Changmin ah.
-Shh, vas a despertar a los demás, hyung.
-¿Qué haces?
-Voy a mi cuarto a dormir. Lo mismo que tú deberías de estar haciendo, hyung.
Jejung lo miró de pies a cabeza con la mirada.
-Llevas chamarra y tenis. ¿A dónde fuiste tan tarde? ¿Dónde estabas?
Odiaba cuando Jejung sacaba su lado “omma” a relucir.
-Salí.
-¿A dónde?
Podría decírselo a él. Todo se acabaría con una simple frase de once palabras. A su hyung no le gustaría lo que oiría. Era perfecto…
-A cenar con una amiga.
-¿Tan tarde?
-Bueno, hyung, tú no te quedas atrás, ¿ o si?-sonrió, - hace frío, ponte una camiseta y acomódate el pantalón, hyung.
Y sin decir otra cosa Min se encerró en su habitación.
que cruel que es min
ResponderEliminarigual lo amo
omgawd D:.. pobre junsu.. che changmin ¬¬...
ResponderEliminarpero loool mi itunes no me quiere.. justo leia la parte del bar y que se pone xiahtic XD.. *¬*... si yo hubiera sido esa chica, no me hubiera quejado.. zorrah D:!!
*o* xiahtic..
Yaaay dos comments *o* gracias chicas! Y si, Min es muy...pues Changmin XD por ahora...
ResponderEliminarAaaah! No lo dejes ahi! No seas cruel! Kiero patear a Changmin por ser tan cruel con mi Junsu pero aish! Simplemente no puedo porq lo kiero al malbado!
ResponderEliminarBabeo cada ves ke veo XIAHTIC seguro min tambien lo hìzo, lo mejor es ke junsu le gano a min q ni c lo esperaba
KIERO LEER YOOSU! Aaah! Kierooo
El fic esta super continualo porfaaaavor! Si?
jeje continuare en cuanto pueda n.n
ResponderEliminarwooooooooaa descubrieron a mi delfin, changmin debio haberse quedado con cara de lelo al verlo bailar...es lo que nos suele pasar, al menos a mi xDD jajajaja me encanta que sea tan cruel, le da un toke muy divertido, en verdad espero que haya algo de MINSU en este fic *¬*
ResponderEliminaresta super genial, espero el proximo capi! saludos ^^
aaaaaaaaaaah pobre delfin
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