Al día siguiente Yoochun despertó con un gran bostezo. Se quejó al estirarse sobre el sofá, después de todo no era un sofá muy cómodo como para dormirse sobre el. Se sentó y dejó escapar otro bostezo inmenso, acompañado por otro estirón. Miró sus alrededores mientras rascaba la parte trasera de su cabeza. Todo parecía estar en su lugar y Changmin no se veía por ningún lado.
Repentinamente, sus ojos se detuvieron en un pedazo de papel que se encontraba frente a él, sobre la mesita del café. Rascó su nuca con una mano y cogió el pedazo de papel.
Yoochun,
Saldré por el resto del día, asegúrate de
limpiar la casa y ocuparte de la ropa
sucia. NO contestes el teléfono y NO
le abras la puerta a nadie. NI siquiera
pienses en salir.
Changmin
Yoochun suspiró y dejó la nota una vez más sobre la mesita del café. Estaba entre aliviado y decepcionado debido a que Changmin ya se había marchado. Quería evadir confrontaciones y aún así, al mismo tiempo, quería enfrentarlo una vez más. Aunque, luego del incidente de la noche anterior, dudaba el siquiera poder volver a mirar a Changmin de la misma forma.
También dudó de su capacidad para olvidar lo ocurrido. Dejó escapar otro suspiro y se levantó del sofá, arrastrándose hacia el canasto de la ropa sucia ubicado afuera del baño. Se arrastró a ciegas por el corredor sin mirar realmente por donde iba. El baño se encontraba justo al final.
Con los ojos cerrados sus sentidos eran un poco más agudos, poniéndole alerta de sus alrededores, especialmente de alguna pared que pudiese obstruir su camino. Al acercarse, su nariz comenzó a moverse nerviosamente debido a un olor ácido. Levantó el rostro al sentir aquel olor que le recordaba a calcetas sucias y leche agria.
- Que demo… -
Abrió los ojos de par en par para encontrarse con un canasto repleto de ropa sucia. Obviamente, de allí provenía aquel aroma ácido. Casi se volcó debido al disgusto que le causó ver el estado de las ropas en el canasto acompañadas del sobrecogedor aroma.
- Diack~~~¡¡AIRE!!!~~~.
***
Changmin alejó los dedos de las teclas del piano y le dirigió una mirada a la otra persona que se encontraba en el cuarto, de pie y con la partitura de una canción en sus manos. Mirada que se convirtió en una repleta de furia, mientras observaba la espalda de su acompañante.
- ¿Deberíamos hacerlo una vez más? – el otro preguntó mientras se volteaba para enfrentar al pianista.
Changmin se encogió de hombros. – Lo que quieras Su…
Junsu sonrió y asintió. – Entonces ¿Podemos hacerlo una vez más?.
Changmin movió las manos sobre aquellas teclas blancas y negras con la agilidad de un profesional. Notó que sus manos temblaban un poco, al intentar contener los deseos de golpear a su mejor amigo en la cara.
Habían estado practicando desde la mañana y ya casi oscurecía. Changmin no tenía ni la más mínima idea de cómo había logrado contenerse por tanto tiempo. Exceptuando unos comentarios cortantes y el ocasional silencio premeditado, su comportamiento debía ser como el de siempre, frio.
Junsu comenzó a cantar mientras los dedos de Changmin se movían fluidamente, tocando la melodía que habían practicado una y otra vez. Changmin debía admitirlo, La voz de Junsu se mezclaba perfectamente con la música y juntos lograban crear una balada que podría hacer llorar hasta a la persona más fría.
Por más que odiase admitirlo, Changmin creía genuinamente en que Junsu poseía una maravillosa y relajante voz. Demonios, si hasta su risa era contagiosa.
Aunque nunca hubiese imaginado que su mejor amigo estuviese saliendo con su sirviente y mucho menos a sus espaldas.
“Aunque no es como si supiese que Yoochun es mi sirviente…” una vocecita hacía eco en la mente de Changmin.
“Eso no importa…” dijo otra voz.
“¿De qué forma no importa?” contestó la primera voz.
- ¡Ok!, ¡Es suficiente!.
- ¿Ah? – Dijo Junsu luciendo completamente confundido.
- Eh… - Changmin comenzó a abofetearse mentalmente.
Junsu sonrío enseñando todos sus dientes y rascó su nuca. – Entonces… supongo que ¿Deberíamos dejarlo hasta aquí por hoy?.
- Lo que sea… - Dijo Changmin y se levantó de su asiento.
Luego de recoger su mochila, y antes de que Junsu pudiese articular alguna palabra, Changmin se abrió paso con rapidez hacia la puerta. Debía salir de ahí lo más pronto posible antes de perder la cordura por completo y terminar atacando a su amigo.
***
Un poco antes…
Yoochun limpiaba su frente con una de sus mangas mientras trapeaba el piso del apartamento. Estaba sudando, a pesar de que el aire acondicionado se encontraba al máximo. Había estado haciendo aquello por casi toda su vida, miro al vasto espacio ante él y sacudió su cabeza, lo que sucedía era que nunca antes había trapeado un lugar tan grande como aquel.
- ¡¿Cómo es posible que un apartamento sea tan grande?! – refunfuñó para sí mismo al continuar trapeando. Repentinamente el teléfono comenzó a sonar y Yoochun al ser Yoochun, hizo lo que cualquier ser humano haría en un momento como ese al oír aquel sonido.
- ¿Aló?.
Si, contestó.
Yoochun golpeó con fuerzas su frente y abrió la boca simulando un grito.
- ¿Aló? – respondió una voz desconocida desde el otro lado del teléfono.
- ¿Si? – Contestó Yoochun cuando lo más razonable para cualquiera hubiese sido colgar.
- ¿Changmin? – preguntó el extraño.
- No, él salió por todo el día…pero no sé adonde fue… - Yoochun respondió con sinceridad.
- Ah, ya veo…
El extraño poseía una voz profunda y daba la impresión de ser muy masculino. Yoochun imaginó a un hombre de la misma estatura de Changmin con músculos sobresalientes y una sonrisa repleta de dientes ridículamente blancos. Sacudió su cabeza. Aunque la voz también daba la impresión de *profesionalismo*.
La imagen de un hombre inteligente en un traje negro con los mismos músculos inmensos y sonrisa ridícula, apareció en la cabeza de Yoochun.
- ¿Aló?.
Yoochun despertó de su ensueño. - ¿Si?.
- No quiero entrometerme… - dijo aquel hombre.
- ¿Si?.
- Pero por favor, podrías decirme ¿Con quién estoy hablando?.
Yoochun se congeló al instante y cubrió su boca. Ya había dicho demasiado. Le habían dado instrucciones estrictas y claras, una de ellas era NO contestar el teléfono y aún así, ahí estaba teniendo una especie de conversación con un completo extraño.
Despertando de su aletargamiento, Yoochun colgó y retrocedió lentamente, alejándose de aquel teléfono con el trapeador aún en su mano. Deteniéndose sin mover ni un músculo a unos cuantos pasos de distancia, esperaba a que el teléfono comenzase a sonar nuevamente, pero no lo hizo.
Debieron pasar alrededor de 10 minutos y Yoochun aún se encontraba con la mirada fija en aquel teléfono, hasta que logró recobrar la razón y desconectó los cables del teléfono. Sólo podía pensar en lo furioso que estaría Changmin al enterarse de lo sucedido.
- Estoy muerto…
***
=Neo nareul wonhae, neo naege bajwo, neo naege micho~=
Changmin metió la mano en el bolsillo de su chaqueta, sacando su teléfono y abriéndolo para contestar. Frunció el ceño al ver la pantalla, era un número desconocido. Colgó y apagó su teléfono, volvió a cerrarlo y a guardarlo en su bolsillo. No estaba de humor como para atender a un desconocido.
Changmin ingresó al edificio. Inhalando al pasar por las puertas automáticas. Para ser sinceros no había ni una pisca de aire fresco, al hacer aquello prácticamente estaba pidiendo cáncer a los pulmones; al inhalar todo ese humo proveniente de los tubos de escape. Sin embargo, exhaló lentamente al comenzar a subir los escalones.
- Changmin…
Changmin detuvo sus pasos. Sus ojos se encontraron y fue como un golpe eléctrico. Changmin permaneció en silencio al observar a aquel hombre, quien se encontraba al final de los escalones. Lucía como si se hubiese acabado de bajar de un mercedes negro.
El hombre era alto, más alto que Changmin, con un cuerpo esbelto pero a la vez musculoso, que se dejaba ver a través de su traje de mil dólares. Obviamente su cabello había sido cuidadosamente arreglado para que hiciese juego con su traje hecho a la medida. Su sonrisa era radiante y parecía emitir un aura de celebridad, que era respaldada por sus lentes oscuros.
- Te estaba llamando… ¿Apagaste tu teléfono? – Aquel hombre preguntó con un tono casual.
Changmin tenía deseos de vomitar en ese mismo instante. Con tan solo mirar el rostro de ese hombre se sentía enfermo, como si no tuviese suficiente en que pensar. Tratando de no vomitar, mantuvo una expresión neutra. Los ojos entrecerrados, mirando a aquel hombre de la misma forma en que lo había hecho con Junsu.
- ¿Qué estás haciendo aquí? – Preguntó finalmente con un tono de voz completamente frio.
El hombre sonrió enseñando sus dientes perfectamente blancos y se quitó los lentes de una manera peculiar, mirando directamente a Changmin.
Sacudió su cabeza y preguntó en voz alta. - ¿Acaso es esa la manera de saludar a tu hermano mayor?.
***
Yoochun acababa de terminar de ducharse y secaba su cabello con una toalla frente al televisor. Eran exactamente las 7 de la tarde y Changmin aún no regresaba. Yoochun frunció el ceño mientras trataba de descifrar en dónde se encontraría Changmin y si es que regresaría pronto a casa.
Changmin no había desayunado, Yoochun sabía esto debido a la ausencia de loza en el lavaplatos aquella mañana, ni siquiera había regresado para el almuerzo y ya era hora de cenar y ni siquiera rastros de su presencia. Yoochun no sabía si debía o no preparar la cena.
Mientras secaba su cabello, su celular comenzó a vibrar.
=¡Omo! ¡Tienes un mensaje!=
Yoochun se encontró a si mismo buscando con urgencia su teléfono, era un mensaje pero podía ser de parte de Changmin. “Tal vez está por regresar”.
Yoochun abrió el mensaje y se sorprendió al ver quien lo enviaba.
- ¿Junsu?.
***¿Tienes hambre?***
Pero antes de que Yoochun pudiese siquiera presionar el botón para contestarle, su teléfono comenzó a sonar. Era Junsu. Un Yoochun de ceño fruncido contestó el teléfono.
- ¿Aló?.
- wa~ ¡Eso fue rápido! – se oyó aquella voz familiar. - ¿Recibiste mi mensaje?.
- Ehh…S-si… - Yoochun tartamudeó. - ¿Cómo…-
- …¿Es que mi número de teléfono está en tu celular? – Junsu terminó la pregunta de Yoochun.
- Si… - Yoochun seguía en shock.
- Lo anoté el otro día, cuando me pediste que apagara tu teléfono… - La voz de Junsu era alegre.
- Oh…
- Así que~~~ ¿Tienes hambre?, ¿Quieres salir a comer algo? ¡Yo invito!.
- ¿Ah? – Yoochun se quedó sin palabras al intentar recordar el memo de Changmin.
¡NI siquiera pienses en salir!
- No puedo…Lo siento… - se disculpó.
- ¡No aceptaré un no por respuesta! – Dijo Junsu, su tono de voz era juguetón. Logró que Yoochun sintiera como si estuviese hablando con un pre-escolar.
- ¡Junsu!.
- ¡Espérame en los columpios, estaré allí en 30 minutos!, ¡Te estaré esperando! ¡Bye!.
- Espera, ¡Junsu! ¡JUNSU!.
Era inútil, Junsu ya había colgado la llamada, dejando a Yoochun a solas con el televisor. Quería devolverle la llamada, pero aun intentaba descifrar en dónde se encontraba la lista de contactos, así que no había forma de llamarle. Yoochun gruñó.
- ¡Si tan solo supieses las cosas que tengo que soportar por tu culpa! – le gritó al teléfono. Dejándolo caer a su lado, se inclinó hacia el respaldo del sofá, la toalla yacía sobre sus hombros.
Yoochun miró hacia el reloj que se encontraba en la pared.
- Los columpios, en 30 minutos…
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omo hhahaha xD!!!!!!!!! quien sera el tipo k changmin so{aba tonceS? sera su hermano? y quien es su hermano? no puede ser yunho pk changmin es mas alto k yunho xD!!!
ResponderEliminar=¡Omo! ¡Tienes un mensaje!= buahah pondre esto en mi tono de msjs de telefono xD°!°