FRAGANCE`s cap 1

FRAGANCIAS

Ese olor parecía haberse impregnado en su nariz. No conseguía sacárselo de la cabeza y lo estaba volviendo loco. ¿Cómo era posible?. De quién era ese tan ahogante aroma, que sin quererlo comenzaba a seguir. Había demasiada gente en la pista de baile y esa noche el olor de los cuerpos bailando, una extraña y exquisita combinación de perfumes y sudor, hacían mas extravagante la búsqueda. Dios, su respiración se tornaba difícil, su cuerpo pedía ser envuelto por aquel aroma. Se detuvo, ¿Qué esta pasándome? se preguntó ya en medio del escenario rodeado de danzantes cuerpos calurosos que lo convidaban a participar.

A la mañana siguiente, finalizada su ducha, acercó la muñeca a su olfato y así sucesivamente. Ni siquiera el baño hizo desaparecer tal fragancia.
Casi acabó de golpe con su perfume, intentando eliminar aquella que lo empezaba a desesperar. Logrando con su objetivo. Mas calmado al solo percibir su propia escancia, consiguió enfocarse para ir rumbo a la universidad.
Detestaba salir a mitad de semana, pero últimamente su novia le cabreaba, tanto así que tenía que buscar una excusa nueva como “ lo siento, hoy debo llevarlo al veterinario…”

Pero de donde provenía ese aroma, intentaba recordarlo. Al parecer… de hombre, aunque con una interesante diferencia… demasiado dulce, pensaba para si. El profesor llamó su atención, cuestionándole la poca concentración que prestaba. Se disculpó recibiendo una encantadora sonrisa. No obstante la clase acabó. Aun sumido en sus investigaciones.

- ¡Cuidado!- fue tarde, el impacto se acumuló en su rostro. Se quedó fusilando al joven con la mirada.- Hyung, y-yo solo quería encestar- Este dio un paso atrás.
- J-U-N-S-U ¡Vas a morir!- corrieron por todo el pasillo, acabando con el estómago adolorido.
- Qué excusa pusiste ahora?- Su amigo veía por encima del hombro mientras sonreía.
Sintió una mano posarse dulcemente en su nuca.
-Hola cariño- Lo besó. Este le devolvió el saludo, aunque “ ella huele diferente” pasó por su mente. Quería, sí…deseaba ese aroma, que se colaba por sus venas.

El descanso terminó, tomó un respiro. Como capitán debía ser puntual y ya estaba contra el tiempo. Corrió, saltado con gran agilidad los obstáculos, deslumbrando a más de una chica, sobretodo a un par de negros ojos, que lo siguieron hasta el final.
Saludó cortésmente a los ya presente en el Dojo, disimulando la agitada respiración. Hizo un leve gesto, indicando el comienzo de la práctica. Ya formados todos, explicó lo que se evaluaría en los próximos torneos.
Empapado en sudor, fue el último en entrar a las regaderas. “¿Y si lo encuentro esta vez?” se interrogaba dejándose rociar por las cristalinas gotas.”Las cosas que estoy pensando”, se sonrió.
Saliendo, su novia le esperaba con gran ilusión, se instaló frente a ella curvando sus labios, al mismo tiempo que esta se enganchaba a el.

Por supuesto que no asistió, agotado después de pasear por toda la ciudad, viendo esto y aquello, al solo recostarse se entregó a Morfeo por completo.

Sobresaltado, lo primero que aprecio, su mascota, tan fiel como siempre. Se movía por toda la habitación con alegría. Comenzaba a jalar de él. Hey! Qué haces? Cayó atacado por lamidas cariñosas. Levantado, le palpó el lomo.

Echó un último vistazo, reflejándose, “Quizás me lo hubiese topado…”continuaba con su monólogo. Acabó diciéndose que sería mejor no hacerlo…dejar de pensarlo tanto. Probablemente el cansancio le afectaba, esperaba no estar contagiándose de la locura… pero por amor de dios… qué perfume….mas adictivo.

//Recuerda el partido de hoy. Junsu// Leía. Había quedado con ser suplente, para el partido de hoy. Junsu se lo había pedido con tanto esmero, que aceptó. Mira la hora.

“Bien, atrasado otra vez”.

-Ya me tenías asustado- Junsu con algo de molestia en su voz.- Se te ha hecho costumbre llegar tarde, no?.
-Ya! Estoy aquí, cierto?- Palpó el hombro de este- Además conmigo es de seguro que ganaremos- Junsu no pudo evitar la carcajada por lo dicho.

Alzó la mirada, y se encontró con los ojos negros mas tranquilos que había visto en toda su corta vida. Aquellos ojos que brillaban en un rostro excesivamente delicado enmarcado por mellones de cabellos negros, estaba completamente en paz consigo mismo. No lograba quitar su vista de tan hermoso cuadro, cuando.

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