Ni siquiera recuerdo cuando terminé de besarle, cuando terminé de llorar o cuando me quedé dormido. Todo se hizo borroso para mí. Hasta que se hizo de día.
Un molesto rayo de luz que entraba furtivamente entre las opacas cortinas de aquella habitación, me había despertado golpeando mi cara con su calidez. Tardé unos segundos en acostumbrarme a la luz, pero tardé aún más en asimilar lo que sentía y veía.
En frente de mí, la cama estaba ocupada. Sentía mi cuerpo desnudo y pegajoso de sudor bajo las sábanas y las mantas.
Esa persona que dormía junto a mí, tenía el pelo dorado y revuelto, apenas se veía su cara bajo los mechones de pelo lacio y enredado. Sólo sus rosados labios dejando escapar el aire y algunos suspiros entre sueños, se veían desde donde yo estaba.
La luz tenue de la mañana hacía brillar su piel haciéndola más blanca y cálida que las mismas sábanas. Brillaba, con gotas de sudor sobre él.
Boca arriba y completamente deshecho sobre el colchón, con las mantas sobre él que no cubrían su pecho, el cual se movía rítmicamente al compás de su relajada respiración, ese ritmo de su pecho que me tenía hipnotizado.
No había sido un sueño más.
Podía ver despiadadas marcas rojas encendidas sobre la fina piel de su cuello, sobre sus hombros...
Esa imagen tan hermosa, tan íntima, tan suya....
Aquél potente y desconocido sentimiento de posesión. Cobró sentido en mi corazón sin pararme a pensarlo.
"Siempre había querido atarte a mí de alguna forma.
No quería preguntarte si lo habías disfrutado.
Por dos razones: Yo lo había disfrutado; y no tuve opción.
No me propuse satisfacerte. No planeé dejarme arrastrar por ti."
Y me sentí partido en dos, con las ganas de salir corriendo de allí, y las ganas de volver a tocarle.
Pero de pronto supe hacia donde me conduciría mi huída: Salir corriendo no me alejaría de tí.
Me sentía usado como un juguete, pero no por tí, por el destino. Yo nunca quise que todo esto pasara.
Porque en algún rincón de mi interior sabía, que ni aún en esta situación conseguiría lo que yo quería de tí.
“Dime Jaejoong, ¿cuándo me lo darías?”
“¿Qué tanto tienes que tener de mí, para estar satisfecho?”
Me has atravesado de lado a lado, y yo siento que no logro alcanzarte.
Dime ¿qué mas ha cambiado entre nosotros a parte de mi alma rasgada?
¿Cómo me mirarás ahora?
Sin darme cuenta, me había ido acercando a él, lentamente y sin remedio, arrastrando mi cuerpo sobre el colchón;
Mi cuerpo adicto a tu pecado.
Apoyé mi cabeza sobre la almohada junto a él. Y posé mi mano lentamente sobre su pecho. Y lo toqué otra vez. Paseé mi palma sobre su piel, y acaricié su pezón con mi dedo.
Quería observarle, tocarle, asegurarme a la luz del día de que era esto lo que quería.
"Changmin date cuenta de lo que deseas. Míra bien lo que estás deseando, lo que te obsesiona."
" Míralo claramente por si al fin te hace entender de una vez lo que estás haciendo."
Aparté las mantas de su cuerpo. Y lo observé. Le contemplé sin apartar mis ojos de él bajo la cálida luz del día.
"¿Lo ves más claro que durante la tormenta de anoche?"
Esto es lo que quieres.
Me alejé un poco de él y seguí mirándole.
Pero no había nada nuevo, nada de lo anterior tampoco. Le seguía viendo igual que siempre. Pero.... mío.
Escondí mi cara en la almohada como si así fuera a evitar la realidad.
"Jaejoong, espero que tengas claro qué quieres de mí. Porque mi autocontrol se perdió entre estas sábanas. En algún momento entre tus suspiros y el calor de tu cuerpo....."
Paseé mis dedos sobre las marcas escarlata de su cuello.
¿Pensé en algún momento que me arrepentiría de ello?
Sólo sentía satisfacción.
Bajé con mis dedos por el resto de su cuerpo, pasando por su obligo, más abajo... tocando la suavidad de sus muslos, sin perder detalle.
Cuando mi mirada se posó en su miembro, supliqué en mi mente que alguien me detuviera.
Con temor pasé levemente los dedos por su extensión, rozando la piel. Y caí en la cuenta:
"¿el muy cabrón se había quitado la ropa interior antes de entrar a la cama? Antes de que me diera las buenas noches, antes de que yo convirtiera suu beso de buenas noches en un tifón."
"Maldito seas."
Cuando miré de nuevo arriba. Él tenía los ojos abiertos y me miraba en silencio. Mi mano se había detenido en su sitio, y no le tocaba. Pero él movió sus caderas para sentir de nuevo mi tacto.
Al sentirlo, Jae emitió un pequeño “hum”.
Mientras se revolvía sobre la cama.....
Mientras me miraba como si fuera el objetivo de su cámara....
Mientras se humedecía los labios con la lengua....
"¿Quíen te has creído que soy, jaejoong?"
"¿Dónde se quedó tu vergüenza?"
"Te conozco desde hace tiempo... ¿Cómo puedes comportarte así conmigo ahora?"
En algún momento entre mis preguntas, mi mano había comenzado a acariciarle lentamente. Jaejoong ya no me miraba, cerraba los ojos y suspiraba sintiendo mis caricias.
Mi roce era muy muy leve, y vi como la mano de jaejoong, arrastrándose por su pecho y su vientre, bajaba para encontrarse con la mía.
Antes de que me alcanzara, retiré mi mano. Jaejoong abrió los ojos.
Me miró con ese inconfundible gesto de reproche y sonrió con aquella malévola sonrisa.
Su mano continuó su camino.
Jamás había visto a un hombre masturbarse de manera más obscena.
Y ojalá eso hubiera sido lo peor de todo...... sentía que tendría que morderme los nudillos para no tocarle de nuevo.
¿Lo sabías?
-Hey!- Le dije esperando que se detuviera. Me levanté de golpe y me coloqué a horcajadas sobre él mientras le sujetaba ambas manos. Él sonrió, creía que quería jugar.- Para ya.- le ordené en un tono poco convincente.
Sin la sonrisa pero sin expresión alguna, movió sus caderas contra mí. Me pregunté por qué no me hacía caso. Y miré hacia nuestras caderas, una sobre la otra.
¿Desde cuando tenia yo una ereccion en ese estado?
Jaejoong tenía la mirada fija en mi pene mientras se movía debajo mío. Lo miraba descaradamente. Me hizo sentir una vergüenza y excitación tremendas.
Seguramente mis mejillas lucirían un brillante tono rojo.
Tenía calor. Sentía que en cuestión de instantes comenzaría a sudar. Y nada me cubría.
- ¿por qué no paras?- Pregunté tirando de sus muñecas de nuevo. Esta vez mi tono sonó a pura súplica. Algo en su sonrisa me hizo pensar que le gustaba ese tono que acababa de escuchar. Yo nunca lo usaba.
Entonces él también me sujetó por las muñecas, dirigió a la fuerza mis dos manos hacia su miembro palpitante, para que le tocara con ellas. Él presionaba, pero yo me resistía.
¿Y si Yoochun llamaba a la puerta?
Yo seguía forcejeando, hasta que con una de sus manos sujetó mi miembro una vez mas. Tan sólo el contacto me hizo gemir y mi cuerpo respondió por sí solo. Me mordí el labio con fuerza y le miré suplicando que parase. Mi actitud solo parecía excitarle más.
Me rendí y me dejé caer sobre él lentamente. Pegué mi cuerpo al suyo. Le cubría por completo. Nuestros miembros se acomodaron uno junto al otro. Apoyé mis antebrazos sobre la almohada. Recosté mi cabeza junto a la suya, mis labios a la altura de su oído. Pasé sin pensarlo mucho, una mano por su pelo. Y me apreté un poco más contra él.
Noté como el cuerpo de Jaejoong se tensaba de pronto. Ahora su mano estaba atrapada entre los dos.
Presionaba mi cuerpo contra él, dejándole hacer, abandonándome a su voluntad, cerrando los ojos esperando a que todo pasara de nuevo. Escuché su voz en la oscuridad de mis ojos cerrados.
- Changmin....- Dijo con cariño.
Noté como con su mano libre intentaba alcanzar mi mejilla y levantaba su cabeza hacia mí para mirarme. Abrí los ojos y me estaba mirando con sorpresa en los suyos, esperando alguna respuesta que no encontraba, alguna explicación a mi mirada, a mi entrega.
Sin decir palabra le besé los labios.
Creo que mis sentimientos en aquel momento fluían a través de mi mirada. Quizá él viera lo que sentía con claridad por primera vez.
¿te asustaste?
Creo que Changmin me robó parte de mi corazón en aquél momento. Al mirarle a los ojos, con esa mirada en ellos que adoraba ver: Totalmente mío.
Me hacía saber que había ganado. Pero había mucho más.
Mi deseo por él se multiplicó por mil. Hasta entonces en parte estaba jugando...pero aquella mirada en sus ojos... pidiéndome .....
Tras responder a su beso, baje mi mano de nuevo por su cuerpo. Quería hacerle sentir.....sentirme. Me encantó la expresión que puso mientras cerraba los ojos al notar de nuevo mis caricias. Me giré hasta quedar sobre él.
Bajo los rayos de la luz del día que salpicaban la habitación, observé la piel morena de Changmin. Ese cuerpo tan fibroso y deseable. Respirando agitadamente, con restos de sudor sobre él e irresistiblemente contaminado de sexo.
Acaricié también un costado de sus nalgas, y las partes de su piel que eran más claras. Moví una de sus piernas para acariciar su cuerpo a mi antojo, Min , siempre con los ojos cerrados, echaba sus brazos para atrás enredándolos con la almohada, mientras jadeaba.
Changmin siempre jadeaba. Y seguro que no sabía lo salvaje que le hacía eso.
Sin darme cuenta había aumentado el ritmo de mis caricias, y Min ahora estaba ansioso, pero me entraron unos impulsos irrefrenables de besar su cuerpo. Dejé de acariciar su miembro,y besé ese atractivo hueso de su cadera. Min echó uno de sus antebrazos sobre su cara, ocultándola. Mis labios rondando aquél lugar estaban consiguiendo tensar todos sus músculos. Sonreí.
Mis labios fueron ascendiendo lentamente por su cuerpo, sabia que mi lentitud le estaba matando... pero yo disfrutaba con ello. Al llegar a su pezón, tan solo lo atrapé con mis labios... presioné. Changmin se mordió la boca disimuladamente.
Mis manos ya le recorrían de nuevo. Simplemente no podía evitarlo.
Me recosté sobre él, con mi boca frente a la suya, observando sus brazos frente a mi ocultando su cara. Lentamente devolví una de mis manos a su posición inicial. Y presioné la carne de su miembro a mi antojo, y le escuché jadear de nuevo.
Notaba como su cuerpo ondeaba bajo el mío. Intenté apartar su brazo de mi camino hasta sus labios, pero no me dejaba.
Así que besé su cuello, rocé mis labios contra aquella tibiamente morena piel.
Changmin jadeaba más, pero su ritmo no variaba, no conseguía adivinar si estaba más cerca del orgasmo que hace un momento o no, pero yo no dejaba de tocarle.
Mi erección se rozaba con la piel de su muslo, al ritmo de los movimientos de mi brazo.
-¿Quieres ahora que pare Changmin?- Le pregunté cruelmente.- Di...?
- Nno..- le costaba hablar. Jadeaba sin parar.
- Puedo parar si quieres...- le dije deteniéndome bruscamente.
Contrariamente a lo que me esperaba, cuando me detuve, él no dijo nada. Sólo giró su cuello hacia el lado contrario al mío, aún con el antebrazo en el mismo sitio.
Me quedé contrariado, quizá si quería que parara....
Lentamente con la otra mano, se acercó a mi. Sin mirarme, pasó su mano sobre mí hasta que encontró la mia. Tímida y lentamente la acercó de nuevo a su pene, sin hacerme tocarlo aún. Susurró.
- Sigue....- Pidió.
Su tono de voz me quebró por dentro en pequeños pedacitos.
Me eché de nuevo sobre él, y ésta vez apartando su brazo, volví su cara hacia mí. Él seguía con los ojos bien cerrados. Bese su mandíbula y su cuello, cariñosamente, insistentemente, y una mano fue hasta su pelo.
Devolví mi mano una vez mas a su tarea, y le acaricié suavemente, mientras le besaba.
Para mi sorpresa, Min acercó sus labios a mi cuello y me besaba lentamente, jadeando cerca de mi oído.
Enredé mi muslo entre sus piernas, ahora era yo el que también friccionaba mi miembro contra su cadera.
Podía ver como la respiración acelerada hacía moverse el pecho de Changmin arriba y abajo, y cómo agarraba con fuerza las sábanas con su mano.
Completamente mío.
Me encantaba esa sensación.
Su orgasmo me pilló por sorpresa. No era capaz de distinguir su estado de excitación. Jadeaba sin parar hasta que se detenía, y suspiraba profundamente.
Después de eso, se llevó ambas manos a la cara.
No quería mirarse. No quería ver lo que acababa de dejarse hacer.
-Changmin estás bien?- Pregunté algo preocupado. Él sólo asintió en silencio.- te ha gustado?- me atreví a preguntar por primera vez y en un susurro. Recibí un beso de sus labios como respuesta.
Me pareció una actitud tan dulce.... le besé otra vez. Quería abrazarle, y así lo hice, el intentó oponerse, por no mancharme, pero no consiguió detenerme. Le abracé tal y como quería.
Unos minutos más tarde, Changmin levantó los brazos, y rodeó mi espalda con ellos. Plantó un pequeño beso en mi piel.
"Ohh mi pequeño changmin... ni siquiera sabes lo feliz que me hace tenerte sólo para mi. ¿Cómo no desear tu afecto? ¿Cómo no desear ser el centro de tu vida?
Poseerte es ser dueño del mejor tesoro.
Me siento un héroe por tenerlo. Así quiero que sea. Sólo yo Changmin. Dime que soy sólo yo."
Así de satisfecho, se me olvidó que estábamos fuera de casa, que estábamos en aquella isla, y que cuando entré anoche por esa puerta aún parecía que me odiabas. Y, después de ti, el sueño me venció de nuevo.
Ambos sabíamos que Yoochun no intentaría entrar en la habitación. Yo tenía pensado volver justo hoy, antes de que ellos dos tuvieran que volver a Tokio. No quería preguntas de Yoochun. Quizá se imaginaría qué había venido a hacer anoche aquí en Sapporo. Y no quería que me dijera nada al respecto.
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Lo he dicho muchas veces, pero: "Dios, bendicenos con el próximo capítulo"
ResponderEliminarXDDDDD
jajajajjajaja!!!!
ResponderEliminaryo voy mas adelantada me falta leerme el ultimo capitulo de la primera temporada XD
aun no termina muajajajjaja
por que eres una mujer cruel??
ResponderEliminarCuelgalo ya!! que yo también quiero leerlo!!! XDD
(en realidad quiero llorar para que continue TToTT... me muero por saber)
pon el otro yaaaaaa
ResponderEliminarpon el otro caaaap
(ya tengo lagrimitas en mis ojos)
ameeeeeee las intenciones de jae
ResponderEliminar;O; la timides de minnie
asdsadasdas
*-* recien leo este fic
y ya estoy adicta XD
YA ESTE FIC ESTA MUY BUENO APESAR DE QUE NO ES MI
ResponderEliminarPAREJA FAVORITA, PERO NO SOY TANT IDIOTA E INMADURA COMO PARA NO ADMITIR QUE ESCRIBES MUY BEIN Y QUE LA HISTORIA POR LO TANTO ME TIENE MUY ENGACHADA
(K-EDE)