KINGDOM TVXQ!

CLOSE 2U
Arualthings

Intercambio de esposos... no... ídolos cap 13

Y ahí estaba yo, de nuevo, pensando en el momento en que tendría que separarme de Yunho y verlo por última vez. Era otoño y el frío comenzaba a hacerse presente, con una que otra lluvia ocasional. Hoy era uno de esos días con ambas cosas, pero me alegraba en cierta forma tenerlo allí aunque al final del día tuviera que desaparecer, como si jamás hubiese existido en mi vida.


Nunca me consideré alguien extremadamente vulnerable, nunca quise depender de más, nunca la soledad me había molestado, hasta ahora. La posibilidad de necesitar de la compañía para sentirme a gusto y segura era algo que yo podría esperar de débiles y de indefensos; yo no era nada de eso. Pensaba que todavía no lo era, pero la verdad que había tenido que afrontar era tajante: necesitaba a Yunho justo en el momento menos preciso, porque no estaría, porque se iría.


-¿En qué piensas? Te ves linda al pensar, ¿sabías, no?- me miró mientras hablaba, pero tardé en contestar, porque siempre me perdía del mundo cuando lo tenía cerca.
-Pienso en que soy más frágil contigo de lo que he sido jamás, eso no me gusta- volví a la realidad.


Eso es, ser frágil, como un vidrio o cristal cualquiera…- pensaba distraída. Pronto yo estaría sola.


-A mi tampoco y lo sabes. Si no he dicho nada es porque no consigo algo que te haga sentir mejor, nada inteligente y nada que pueda ayudarnos- tocó un punto que solía dolerme, no teníamos ya otro tema de conversación.


Lo que me hacía callar era un sentimiento extraño, un vacío sin forma, aplastándome contra el mundo que tenía bajo mis pies. Lo miraba y desviaba la vista, una y otra vez, hasta que recordaba que pronto no podría hacerlo. Me preocupaba el hecho inevitable de que me olvidaría al volver a su mundo, no perfecto, mas sí feliz. Encontraría a alguien que pudiera llenar lo que yo dejé incompleto y yo no tendría nada, sólo recuerdos.


-No hagas nada- se acercó y me besó, una y otra vez, lentamente. Dejé de pensar durante el tiempo que duró lo que estaba sucediendo. Yunho se detuvo y pensé en lo único que podía: irremediablemente lo amaba.


Mi casa tenía un aspecto agradable en su presencia, lucía cálida y encantadora. Podría pasar por un lugar de películas que siempre suelen desearse, al menos para mí, todo por Yunho. Ya no más, unas horas y el final me dejaría en el comienzo. Era ridículo pensarlo ahora, pero el programa idiota comenzaría en cualquier momento, era jueves. Del salón a la habitación se ocupaban unos pocos pasos, pero cuando intenté subir las escaleras los pies me pesaban, me quedé inmóvil.


Él intentó ser fuerte ante todo lo que estaba a punto de pasar, así que me llevó en brazos hasta la habitación. Mi cama se sentía como hielo o piedra, apenas sentí su crujido natural bajo mi peso, menos aún bajo el de Yunho. Posaba mi vista en mil cosas y en ninguna a la vez, no había nada en lo que realmente quisiera concentrarme, todo era vano y carecía de sentido. Lo único que pudo revivir mi ánimo en ese instante fue escuchar su voz, pidiéndome que habláramos, intentando que reaccionara.


Hablamos de todo y de nada, sin parar, por mucho tiempo. Estaba inmensamente cansada, pero no podía dejar de mirarlo ni desperdiciar un solo segundo. Sentía terror de sólo pensar en perder un momento junto a él y su enorme sonrisa, que intentaba darme por la fuerza, no tenía ganas de reír. Yo tampoco. Por ratos me engañaba a mí misma, haciéndome pensar en que era posible que se quedara conmigo, que el juego pudiera concederme la victoria. Era más como una fase de fascinación, una ilusión. Le recordaba que lo adoraba una y otra vez, no quería que lo olvidara. Y él me aseguraba también, las veces que fueran necesarias, que sentía lo mismo.


Le pedí que me abrazara y eso hizo, acompañando momentos de los abrazos con besos también. Me aferré a él y deseé que no se fuera, casi rogando, a punto de rendirme. Entre esos últimos respiros antes del final, llegamos al punto muerto. No sé cómo ni cuándo pero perdí la consciencia, me quedé dormida. Creo haber sentido sus manos alrededor de mi cuello, justo en la base, pero no pude abrir los ojos. Y sí, al despertar, él ya no estaba.


Como pude, me levanté de la cama e intenté calmarme. Salí de la habitación y lo busqué hasta en el más mínimo rincón. No. Busqué sus cosas, su ropa, también sin éxito. Nada. En el medio de un lugar que dejé de reconocer, me dejé caer, inmóvil. Yo no gané, el juego lo hizo. Olvidé como llorar, olvidé como quejarme, olvidé como gritar. No tenía ganas de hacer nada por mí. Todo comenzaba a oscurecerse, así que tomé un rincón y me abandoné en él.


No dejes que piense en ti, no me dejes…- quise controlar mi mente en ese momento.


Mis padres llegaron antes de lo normal, buscándome. Sintieron miedo por la oscuridad inusual de la casa, siendo yo la primera que decidía encender la luz, incluso antes del ocaso. El primero en encontrarme fue papá, luego mamá… De ese día, aunque me esfuerce, no tengo más recuerdos.

No lo supe en ese entonces pero mi cuello conservaba una huella de él, sólo una, en un colgante con forma de ola marina.

3 Comentarios:

  1. nooooo se fue awwww estoy llorando dios.....

    ResponderEliminar
  2. Anónimo4/22/2011

    aaaaaaaaaaaahh!!!
    que lindo es mi Juniee~!!
    pero que triste porque te fuiste si somos tan felices hahahaha...

    ResponderEliminar
  3. Que triste y que impotencia

    ResponderEliminar

Deja tu comentario \(*O*)/ ♥ ♥
o más bien... deja tus pensamientos pervertidos grabados en esta entrada XD