La Mansión Yunho
Pronto llegamos a la casa de Yunho. Era realmente alucinante. Diría que era un palacio. Tenía una enorme reja, que se abrió automáticamente cuando entramos. Un jardín frondoso lleno de flores conducía hasta la casa. Una fuente con la estatua de un ángel lanzando agua por la boca.
Quedamos realmente sorprendidos.
Al llegar a la puerta de la mansión, decorada con columnas a cada lado, los cuatro bajamos del auto, que se llevó un chofer.
Ingresamos al hall de entrada. Era enorme, casi tan grande como la casa de MinSu. Una araña de mil cristales adornaba el techo. Dos escaleras se abrían en forma de arco, una a cada lado del hall, que llevaban a un piso superior.
-“Síganme”-dijo Yunho. Quedamos perplejos ante la majestuosidad de cada una de las salas que atravesábamos.
Llegamos a la parte trasera, en la cual había, entre otras cosas, una pileta, una mesa llena de canapés, una mini cancha de tenis y otra de fútbol. Todo al aire libre, por supuesto.
-“Mañana por la mañana, si tenemos tiempo, jugaremos un partido. Es muy tarde ya. Mejor quédense a dormir, si les parece bien”-ofreció Yunho.
-“Si, creo que tienes razón”-respondió Changmin. “Aceptamos tu invitación”. Junsu estaba más que feliz.
-“Bueno, vengan conmigo. Les mostraré su habitación”.
Volvimos adentro y subimos por las escaleras hasta el primer piso.
-“Éste es el cuarto de invitados”-dijo Yunho mientras nos abría la puerta.
Habían dos camas grandes, con sábanas de seda floreadas color bordo, separadas por una mesa de luz, en la cual se encontraba un teléfono blanco de estilo inglés antiguo. Frente a las camas había un televisor pantalla plana. También una puerta corrediza transparente con cortinas blancas, daba a un balcón.
-“Sus pijamas están allí”-señaló un gran armario de madera tallada. “Cualquier cosa me llaman por teléfono, apretando el cinco. Yo atenderé desde mi cuarto, o de lo contrario, uno de mis empleados lo hará. Descansen”-cerró la puerta y se fue.
-“Linda casa tiene el ricachón”-comentó Changmin en tono gracioso.
Junsu fue corriendo a saltar a una de las camas.
-“Pido ésta, pido ésta!”-dijo entusiasmado, mientras daba brincos tan altos que casi tocaba el techo.
-“Espera, pero somos tres, y sólo hay dos camas”- me preocupé.
-“No hay problema, Jae. Nosotros dos dormiremos en una, y tú en otra”-respondió Changmin, aliviándome.
Nos cambiamos la ropa, y nos dormimos al instante, absolutamente agotados.
En medio de la noche, una sombra se acercó y me tapó la boca. Asustado, me desperté de repente.
-“Shhh! No grites, soy yo!”-era la voz de Yunho, susurrándome. “Ven conmigo que te voy a contar todo”. Me levanté de la cama y lo seguí.
Al lado estaban durmiendo Changmin y Junsu abrazados, como de costumbre. Hicimos el menor ruido posible, y salimos de la habitación al cuarto de Yunho.
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