What It Means To Break - Prólogo

Hay un momento, un momento específico en el cual Junsu puede señalar que esta completamente jodido.

Él siempre había sospechado que esto pasaría y mucha gente le había dicho lo mismo. Así que cuando se introdujo en el hombro conocido como Jung Yunho, trató de aferrarse a lo bueno por un segundo. Antes de que todo terminara y que literalmente acabara tan jodido como nunca lo había estado.

A medida que la tensión muscular del mayor lo aprisionaba y las uñas de Yunho se clavaban en sus brazos, Junsu quería llorar porque era falso, totalmente falso. Estaba cogiendo y estaba enamorado.

Se empuja con más fuerza cuando siente llegar el placer y gime el nombre del hermoso hombre.

“¡Yunho!”, su voz ronca por la emoción no debería estar ahí. Se derrumba sobre la cama al lado del mayor, teniendo cuidado de no aplastarlo y lanza un brazo sobre el otro. Junsu empieza a contar. Una respiración. Dos. Tres. Cuatro. Cinco. Seis… El brazo es expulsado y Yunho se mueve para recoger su ropa y vestirse.

Junsu ve cómo su propia esencia proveniente de la entrada de Yunho baja por su pierna. El hombre se pone sus bóxers, indiferente y Junsu se estremece. ¿Por qué ni siquiera se queda para tomarse una ducha? Junsu estaba feliz de que Yunho confiara lo suficiente en él como para dejarlo dominar pero la situación carecía de la cercanía que se asocia generalmente a eso.

Yunho se pone los zapatos y se para junto a la puerta mirando a Junsu expectante. Se aclara la garganta y levanta las cejas al hombre más joven.

“Sí, lo sé”, murmura Junsu, se limpia las manos sudorosas después del sexo y recoge sus pantalones del suelo. Su billetera casi cae del bolsillo al suelo y lucha para agarrarla en el aire hasta que puede tomarla con mano firme. Saca tres billetes de 10,000 won del cuero negro y los deposita en la mano extendida de Yunho.

“¡Gracias!”, dice el hombre, sonriendo ampliamente con una hermosa sonrisa y Junsu quiere llorar. En su lugar, asiente con la cabeza.

“Gracias, nos vemos la próxima vez.” Y Yunho desaparece por la puerta en un instante. Ni siquiera mira hacia atrás. Junsu cierra la puerta y se rompe. Llora y grita incoherencias. Las dos únicas palabras distinguibles: ‘¿Por qué?’ y ‘Yunho’.

Se arrastra de nuevo a la comodidad de su cama y aspira el olor de su sexo. Nuevamente, era todo lo que le quedaba.

No podía seguir con esto.

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