- Ay, espera, no tan rápido- se quejó Junsu- duele.
- Deja de moverte,- esa voz…- sólo relájate y disfruta.
- Ah, Changmin, esto se siente tan bien- suspiró- no te detengas.
- Te dije que te gustaría.
- ¿Qué están haciendo?- Junho abrió bruscamente la puerta, acababa de llegar y al no encontrar a Junsu decidió buscarlo en su habitación hasta que escuchó aquellos sonidos extraños que habían logrado parar su corazón. Junsu estaba sentado en su silla, y detrás de él se encontraba Changmin con sus manos sobre los hombros de su revoltoso hermano.
- Hermano- nada más verlo Junsu corrió a saludarlo sonriente.
- Hola- saludó el moreno con una sonrisa amistosa.
- Changmin me estaba dando un masaje, dice que estoy muy estresado porque intento hacer demasiado- explicó aun muy feliz, Junsu- ¿tu qué crees?- le miró con ojos brillantes.
- Eh…- Junho se había quedado sin palabras, aun trataba de asimilar la situación.
- Es realmente bueno, deberías intentarlo tu también- propuso al no recibir respuesta.
- Tal vez otro día- sonrió despertando por fin- ¿ya comieron?- y prefería cambiar el tema porque se sentía como un tonto.
- Estábamos esperándote- dijo Junsu saliendo de la habitación seguido por Changmin.
Junho les siguió en silencio.
- Lo preparamos entre los dos- informó Junsu sirviendo, Junho lo miró con curiosidad, arroz y un platillo de carne, comenzaba a haber más variedad. Sonrió.
- Entonces, ¿trabajaras para Jaejoong?- preguntó mirando interesado a Changmin con la intención de conocerle un poco más. Durante la comida no dejó de observarlo, serio.
- ¿No llevas mochila?- preguntó al verlo bajar las escaleras.
- Sólo tengo que asistir a una conferencia- explicó terminando de cerrar su chamarra.
- ¿Tu amigo de la otra vez también ira?- trató de ocultar su molestia.
- No, a él le toca mañana- se encogió de hombros.
- Pensé que iban en la misma clase- le miro sin poder evitar mostrarse interesado.
- Sólo algunas, él está más interesado en la fotografía- informó despidiéndose de Shaki.
- Ya veo, paso por ti y vamos a comer- informó sin mirarlo, fingiendo indiferencia.
- Wa, ¿de verdad?- corrió a abrazarlo.- Te esperare- sonrió dirigiéndose a la puerta dejándolo estático. ¿Qué era lo que estaba sucediendo con él? Decidió concentrarse en su desayuno.
Al terminar la conferencia salió emocionado, durante todo ese tiempo había estado tratando de ignorar aquella extraña sensación en su estómago, incluso se sentía un poco nervioso y no lograba entender porque, sólo iría a comer con su hermano como veces anteriores. Levantó la mirada y al ver el auto de su hermano pudo olvidarse de todo.
- ¿Listo?- preguntó su hermano cuando estuvo cerca, abriendo la puerta del auto.
- Si- exclamó feliz, subiendo- ¿qué deberíamos…?- no pudo continuar porque comenzó a sonar el celular de Junho.
- ¿Si?
- Hola Junho.
- ¿Qué sucede?- nada mas escucharle supo que algo no andaba bien.
- Nada, solo quería saludar.
- No mientas, ¿en dónde estás?- insistió preocupado.
- En el hospital- una vez escuchó la dirección giró bruscamente para cambiar de dirección, sorprendiendo a Junsu que por mas que había intentado ignorar la llamada estaba seguro de que se trataba nuevamente de Sunghee.
- ¿A dónde vamos?, pensé que iríamos a comer- dijo con su eterna inocencia, ocultando lo decepcionado que se sentía.
- Cambio de planes.
A penas pudo procesar lo que pasaba, ya se encontraban afuera de un hospital. Nada mas llegar Junho se bajó corriendo.
- Espera, yo también voy- gritó Junsu pero no se detuvo, con un puchero le siguió apresurado. Finalmente le vio entrar en uno de los cuartos, dejó de correr y se acercó lentamente. Con el corazón acelerado miró por la pequeña ventana que había en la puerta… Junho estaba al lado de la cama tomando la mano de Sunghee con expresión preocupada. Era obvio, ¿qué tenía esa chica que lograba hacer que Junho fuera corriendo a donde se encontraba? Aun triste permaneció en el pasillo sin atreverse a entrar.
- Viniste- la mirada de la chica brilló.
- Por supuesto, estaba preocupado- apretó un poco su mano.
- Intenté llamarte, pero no lo conseguí, quise esperar pero me trajeron aquí- hizo un puchero- ¿estabas ocupado?- le miró con reproche, en eso alguien entró.
- ¿Te encuentras bien?- preguntó Junsu acercándose tímidamente.
- Ah, también viniste- dijo suavemente, haciendo poco esfuerzo por ocultar su disgusto. Así que Junho había estado con su hermano… de nuevo.
- ¿Cómo te sientes?- preguntó un hombre mayor entrando a la habitación.
- Hola abuelo- saludó Junsu tímidamente, el recién llegado sólo hizo un gesto con la cabeza.
- Mucho mejor, gracias- sonrió Sunghee.
- ¿Se pondrá bien?- preguntó Junho en el pasillo. Junsu, a su lado, observaba en silencio, se sentía incómodo.
- Si, sólo necesita descansar- respondió tranquilamente- al parecer ha estado bajo mucha tensión últimamente.
- Ya veo- suspiró aliviado- gracias.
- Bien, yo me voy- sin más se alejó por el pasillo.
- Así es él, no te sientas mal- le tranquilizó al ver su expresión de desconcierto y culpabilidad por lo que había sucedido aquella vez.
Junsu levantó la mirada, su hermano le sonrió un par de segundos antes de volver a dirigirse a la habitación en donde se encontraba Sunghee. Suspiró y le siguió, al menos esta vez permanecería con su hermano…
- Volví- sonrió acercándose a la chica- ¿estás cómoda?, ¿te traigo algo?
La chica iba a responder sonriente cuando se percató de la presencia de alguien más, borrando su sonrisa. Junsu había entrado detrás de Junho y miraba distraídamente la habitación.
- Estoy bien- dijo por fin. Trató de ignorar la presencia del menor pero era imposible. Le molestaba que estuviera en todos lados, primero Yoochun y ahora Junho. ¿Qué fuera su hermano le justificaba? Claro que no. Todo estaba perfectamente bien antes de que él llegara…- será mejor que se vayan- agregó fingiendo una sonrisa después de ver a Junsu asomarse a donde ella estaba, dudoso- seguro Junsu está cansado.
- Estoy bien- se apresuró a responder al sentir la mirada de su hermano, tropezando con la mesita frente al sofá en su intento por acercarse.
- No hay nadie más aquí, ¿segura estarás bien?
- ¿De qué hablas?, están las enfermeras- Junho le miró poco convencido- ¿acaso me estoy muriendo?- bromeó para calmarlo- estoy bien, es sólo que me siento un poco incomoda- miró disimuladamente a Junsu aunque Junho no se dio cuenta.
- Bien- suspiró asintiendo por fin- te llamaré, ¿de acuerdo?- le sonrió.
- De acuerdo- devolvió la sonrisa.
- Hasta luego, que te recuperes pronto- se despidió Junsu haciendo una pequeña inclinación que fue respondida por un vago movimiento de cabeza y salió detrás de su hermano.
- Se pondrá bien, sólo necesita descansar- dijo Junsu suavemente al ver que su hermano no cambiaba su expresión preocupada.
- Es muy terca y le cuesta trabajo dormir sola en lugares desconocidos.
- Parece que se conocen demasiado bien- observó en un susurro.
- ¿Dijiste algo?- se inclinó un poco en dirección al menor, le había parecido que sonaba triste.
- Nada- negó rápidamente moviendo las manos de forma nerviosa- ya no pudimos comer- cambió de tema.
- Es verdad- asintió.
- No importa, podemos comer con Jae, yo invito- sonrió despreocupado, ya se encontraban cerca.
- De acuerdo- respondió estacionando el auto.
- Hola Jae, ya llegué- saludó al mayor- escoge lo que quieras, vuelvo en seguida- dijo dirigiéndose a su hermano antes de caminar hacia la cocina para cambiarse, saludando en el camino a su amigo. Quería darse prisa, no le agradaba la idea de hacer esperar a su hermano.
- Hoy tu hermano se ve muy pensativo- observó Jaejoong desde la cocina.
Junsu miró y era verdad. Junho miraba, ausente, por la ventana. Suspiró molesto, no se rendiría.
- ¿Sucedió algo?- preguntó el mayor acercándose a él.
- No, hyung- se apresuró a negar y se dirigió a la mesa de su hermano para evitar más preguntas- ¿ya decidiste que comer?- preguntó con un extraño sentimiento de inseguridad y nerviosismo.
- Sabes, no tengo mucha hambre, sólo tráeme un refresco- sonrió.
- ¿Estas seguro?, no has comido nada- insistió.
- Estaré bien- aseguró.
Junsu le miró paralizado. Su hermano no se quedaría.
- Junsu, un refresco, despierta- Jaejoong tocó suavemente su hombro al pasar, estaba atendiendo unas dos mesas más adelante. En silencio, Junsu se alejó.
Después de dejar el refresco se quedó detrás de la barra, molesto. Su hermano no hacia mas que seguir mirando por la ventana mientras apuraba su refresco. Si intentaba disimular su ansiedad no lo estaba haciendo muy bien. Frunció el ceño cuando le vio ponerse de pie y acercarse.
- Terminé, gracias Junsu- dijo pagándole- bueno, me voy, nos vemos después- y tras despedirse de Jaejoong salió del local.
¿Después?, después no especificaba ningún tiempo, ¿qué hora era después? Bufó.
- ¿Quieres hablar?- escuchó preguntar a Jaejoong.
- ¿Qué crees que tiene Sunghee que yo no?- preguntó cabizbajo, sin darse realmente cuenta de lo que decía.
- Bueno es una amiga de la infancia, es lógico que se preocupe por ella- dijo palmeando su espalda.
- Yo soy su hermano y no parece preocuparle dejarme atrás siempre- protestó.
- No digas eso, tu hermano te quiere mucho- rodeó sus hombros- pero también debe pasar tiempo con sus amigos y más si hay alguien que le interesa.
- Lo intento- susurró triste.
- Vamos, olvida eso, ¿por qué no le enseñas a Changmin como preparar las bebidas?- sugirió volviendo a palmear su espalda para animarlo.
- Bien- y aun un poco cabizbajo se dirigió a su amigo para enseñarle a usar la máquina de café.
Jaejoong permaneció un rato observando al menor, tenía sus sospechas con respecto a los sentimientos de Junsu hacia su hermano y esas sospechas se veían confirmadas con cada palabra del menor. Suspiró. No quería que saliera lastimado. El ruido de la puerta llamó su atención y una sonrisa adornó sus labios.
- Que oportuno- se acercó a saludar- llegas justo a tiempo.
- ¿Por qué?- le miró con curiosidad, el moreno.
- Crees que puedas animarlo- pidió señalando a Junsu con la mirada.
- ¿Le paso algo?- por supuesto la preocupación no se hizo esperar.
- Digamos que no tuvo un buen día- se encogió de hombros.
- Hablare con él- asintió acercándose al, por extraño que pareciera, serio Junsu.
- Hola Junsu- saludó casualmente.
- Yunho, ¿qué haces aquí?- le miró sorprendido.
- Vine a visitarte, tonto, ¿qué mas?- rió.
- Estamos por cerrar- dijo entrecerrando los ojos, serio.
- Lo se- si, estaba muy molesto.
- Él es Changmin, un amigo de la escuela- los presentó aun serio.
- Mucho gusto- dijeron ambos, Yunho podía decir que aquel joven comenzaba a sentirse incómodo por el comportamiento de Junsu.
- ¿Crees que podrías pedir un latte para explicarle cómo hacerlo?- pidió desganado mirando la máquina de café.
- Claro, quiero un latte- asintió divertido, era raro ver a Junsu tan malhumorado, tanto que a pesar de los años de conocerlo aun no sabía muy bien que hacer…
- Tienes que poner esto aquí…- siguió explicando por un par de minutos antes de entregarle la tasa a Yunho.
- ¿Qué te parece si vamos al cine?- sugirió después de darle un sorbo a su bebida.
- En lunes- alzó una ceja, suspicaz.
- ¿Qué tiene?- se encogió de hombros- se acaba de estrenar una nueva película, pensé que podríamos verla.
- ¿De terror?- le miró desconfiado.
- Por supuesto que no- negó sonriente, ya sabía que las odiaba- te gustará, es de caricaturas, creo que es sobre dragones- recordó. Nada como películas infantiles para animarlo.
- ¿Cómo entrenar a tu dragón?- preguntó y por un minuto un brillo de emoción cruzó su mirada.
- Si, creo que así se llama- asintió pensativo- es mas, podríamos ir todos- sugirió sonriente, vaya que tenía buenas ideas.
- No lo se… le preguntare a Ja…
- Yo voy- se escuchó decir. Junsu volteó sobresaltado, se suponía que el mayor estaba en la cocina- no creo que afecte si cerramos temprano una vez- se encogió de hombros- ¿qué dices Min?- miró al moreno.
- Yo…- miró a sus compañeros, si que eran raros, a donde había ido a parar…- si voy- sus pensamientos se vieron interrumpidos por un codazo de Jaejoong que le miraba como suplicando que dijera que si. Todo por Junsu, verlo de mal humor alteraba a todos- además no hay tarea para mañana- si, así sonaba más convincente.
- Perfecto- sonrió Yunho aplaudiendo.
Todos ayudaron a recoger, por suerte la poca gente que quedaba ya estaba pagando. Cuando terminaron, se dirigieron felices al cine, menos uno…
- Cárgame- pidió Junsu apenas cerraron la puerta.
- ¿Qué?- Yunho le miró sorprendido, tenía años que no le pedía eso, ya no eran niños- vamos Junsu, el cine no está muy lejos de aquí- justificó mirándole, el menor estaba cabizbajo y se negaba a moverse.
- Cárgame- repitió demandante.
Jaejoong y Changmin se sobresaltaron, jamás lo habían visto comportarse tan… caprichoso, no frente a tanta gente. Incluso Changmin, a pesar de no llevar tanto tiempo conociéndolos, podía decir que Junsu realmente no la estaba pasando bien, debía haberle pasado algo realmente malo para que estuviera tan decaído.
- Bien- suspiró pensando que cualquier cosa valía la pena si lograba animar al menor. Le dio la espalda y esperó a que el menor subiera.
Los otros dos miraban sorprendidos la escena, e incluso vieron asomarse una sonrisa en el rostro de Junsu. Para cuando llegaron al cine Junsu ya estaba más relajado y después de hacer que Yunho le comprara una gran cantidad de dulces y palomitas, ya era el mismo de siempre, infantil y emocionado por ver la película. Ya dentro de la sala Yunho fue muy feliz, adoraba la forma en la que Junsu se acercaba a él, el cómo recargaba su cabeza sobre su hombro, como se abrazaba a su hombro cuando algo le asustaba, el cómo le miraba con ojos brillantes para comentar algo de la película, todos esos detalles y algunos más hicieron latir su corazón aceleradamente varias veces durante el día, ah y como olvidar las manos del menor rodeando su cintura en el trayecto a su casa en su moto… le extrañaba y ya no estaba tan seguro de poder esperar más tiempo…
Después de la película y pasar un buen momento con sus amigos, Yunho lo llevó a casa, esperaba encontrar ahí a su hermano pero todo estaba oscuro y silencioso, el auto no estaba. Volviendo a sentirse triste subió a su habitación pero no pudo dormir. Dio varias vueltas por la casa mirando insistentemente el reloj como deseando que el tiempo pasara más rápido hasta que finalmente decidió esperarlo afuera. No supo cuanto tiempo paso cuando escucho un auto acercándose.
- ¿Qué haces aquí afuera?- escuchó preguntar a su hermano.
- Llegaste- se puso de pié sonriendo.
- ¿Qué te sucede?- le miró extrañado entrando en la casa seguido de Junsu.
- ¿En dónde estabas?,- preguntó después de cerrar la puerta- ¿en el hospital?
- Si, Sunghee no suele dormir bien sola en lugares desconocidos, estaba preocupado- respondió sin mirarlo tomando un vaso de agua- no es como tú que duerme en donde sea- agregó sarcástico- apuesto a que te quedaste dormido afuera.
- ¿Por qué siempre lo haces?- preguntó cabizbajo.
- ¿El qué?- preguntó distraídamente.
- Esto, ir detrás de ella y dejarme, solo para burlarte de mí- le espetó.
- ¿De qué hablas?- le miró desconcertado- es mi amiga.
- Y yo tu hermano- sin más subió a su habitación azotando la puerta.
Junho miró la puerta de la habitación de Junsu sin comprender muy bien que había sucedido.
- ¿Sucedió algo malo?- preguntó preocupado mirándole por sobre las hojas.
- ¿Qué?, no, nada- rió nervioso.
- No finjas, pareces un tonto- sonrió divertido regresando su atención al texto.
Aquel comentario borró la sonrisa de Junsu, ¿de verdad era tan malo fingiendo?
- ¿Fue por Junho?- ni siquiera se molestó en mirarlo, ya sabía la respuesta.
- Si,- suspiró- discutimos anoche.
- ¿De qué habla la canción?- una vez confirmada su sospecha cambió de tema, no quería que Junsu pensara en su hermano por el momento.
- Eh, pues de una chica común y corriente- se encogió de hombros.
Yoochun le miró con curiosidad, aun se veía decaído, ¿qué habría hecho Junho esta vez? Pero prefería no preguntar, lo primordial era hacer sonreír al menor.
- ¿Alguna vez has ido a ‘cazar personas’?- le miró sonriente.
- ¿A… qué?
- Vamos, te invito un café- rió divertido por la expresión de susto del menor quien le siguió sin poder imaginar a que se refería, aunque tratándose de Yoochun podía pasar cualquier cosa.
Le llevó a una cafetería cercana y se sentaron en las mesas que estaban afuera del local.
- Pide lo que quieras- le animó al ver como la mirada de Junsu se iluminaba al ver los postres.
Sin poder evitarlo el menor pidió un pastel.
- Gracias, Chunnie- sonrió feliz dándole una gran mordida a su pastel.
Yoochun rió.
- Tienes, ahí…- con el pulgar limpió un poco de azúcar que había quedado en la comisura del labio del menor.
- Lo siento, después me emociono y no me fijo en lo que hago- se disculpó apresuradamente, totalmente sonrojado, sobre todo al ver que Yoochun se había llevado a la boca el dedo con el que le había limpiado.
- Lo se- le guiñó un ojo divertido, ese chico le encantaba- Bien, Junsu, comencemos- su voz le sobresaltó- ¿qué me puedes decir de aquel hombre?
- Pues, es un ejecutivo, usa lentes así que no ve bien, tiene unos 34 años y…- respondió siguiendo su dedo a la persona que señalaba.
- No,- le interrumpió divertido- algo más allá de ese tipo de descripciones- dijo- No existe la gente común y corriente, todos tenemos una vida, una historia que nos ha hecho reír y llorar, y eso nos hace únicos con experiencias, sueños y decepciones- explicó mientras que Junsu le miraba serio- Mira, esa chica de allá, sueña con convertirse en una directora de películas exitosa pero su padre se opuso y es doctora, terminó con su novio con el cual había durado más de 5 años, está estudiando idiomas porque quiere viajar y le gusta salir de vez en cuando a ver películas con sus amigas- Junsu le miraba maravillado con lo cual Yoochun se sintió complacido.
-Vaya que sorpresa verte por aquí- sonrió al verlo entrar a su oficina.
- Sunghee está enferma- dijo cerrando la puerta, sin saludar.
- Lo se, hay fui a verla- respondió volviendo a centrar su atención en las hojas que estaba leyendo.
Junho permaneció en silencio un momento, debía haberlo imaginado, ¿cómo lo hacía?, siempre tenía una respuesta o justificación cuando se trataba de Sunghee.
- Dicen que solo necesita descansar, pronto volverá a ser la misma, no puede quedarse quieta mucho tiempo- se encogió de hombros- con tu cuidado seguro se recupera más rápido.
- Podrías mostrar más interés, sabes que ella te quiere- dijo serio.
- Solo esta encaprichada, ya hablamos de eso- le miró por un momento- tú tienes oportunidad con ella- le sonrió, Junho desvió la mirada.- Junsu ha mejorado bastante- cambió de tema haciendo referencia a las hojas que estaba leyendo.
- ¿Eso es de Junsu?- se acercó tratando de esconder su curiosidad tras un dejo de indiferencia.
- Si, es lo que me dejó hoy después de hablar un poco de cómo mejorar sus composiciones- sonrió orgulloso.
- No deberías darle falsas esperanzas- advirtió tomando la hoja.
- Y tu deberías tener más confianza en él- respondió serio- jamás le engañaría, y Junsu tiene talento, jamás me equivoco- le aseguró sonriente.
Junho volvió a desviar la mirada, incómodo, ¿porqué de repente sentía que todo mundo conocía mejor a su hermano que él? Decidió centrarse en la hoja y no pudo evitar sorprenderse, era corto pero conmovedor, le resultaba difícil creer que Junsu, el infantil y ruidoso, hubiera escrito eso, era realmente bueno.
- Ha mejorado más rápido de lo que esperaba- agregó adivinando sus pensamientos.
- Si, no sabía que se dedicaba a esto- confesó devolviéndole la hoja.
- Deberías dedicarle más tiempo- sugirió casualmente, no le agradaba que la constante indiferencia de Junho lastimara a Junsu e intervendría si era necesario- después de todo es tu hermano.
- Lo se- suspiró cabizbajo.
- Vi tu comercial, es bueno, pero claro ya lo sabes- cambió de tema para animarlo. Sonrió, en algunas ocasiones Junho aun parecía un niño pequeño y sabía que sólo se lo permitía delante de él.
- Gracias, hyung- sonrió suavemente mientras el mayor se ponía de pie y palmeaba su espalda- ¿Por qué no vienes a mi casa? Tiene mucho que no pasas a comer- propuso inesperadamente feliz, y lo odiaba, Yoochun solía tener ese efecto en él cuando se lo proponía.
- ¿A tu casa?- le miró por un momento, eso significaba ver a Junsu… otra vez.
- ¿Estas muy ocupado?
- Nada de eso, me encantaría- sonrió guardando sus cosas.
- Bien.
Salieron platicando y cada uno se dirigió a casa de Junho en su auto.
Junho abrió la puerta después de reunirse en la entrada, dejándole entrar.
- Sabes que estás en tu ca...- se vio interrumpido por un bulto blanco que pasó corriendo tan cerca de él que casi le hace perder el equilibrio.
- Shaki, vuelve aquí pequeño demonio- un grito no se hizo esperar proveniente de las escaleras y segundos después bajó su hermano corriendo
- No podrás huir- rió el menor al ver al animal acorralado en una esquina después de corretearlo escaleras abajo- vamos- lo tomó en brazos y comenzó a dirigirse de vuelta a las escaleras hasta que se topó con su hermano- Junho- susurró y miró detrás de éste- Chunnie- su voz se quebró avergonzado. Se sonrojó violentamente y el rubor aumentó, si era posible, al sentir ambas miradas sobre él, ajeno por completo a la intención que se encendía detrás de ellas. Y es que lo poco que se había mojado su ropa había bastado para revelar los efectos del ejercicio diario.- Disculpen- dijo suavemente, aun sin atreverse a mirarlos, y subió corriendo las escaleras desapareciendo detrás de la puerta del baño.
- Tu hermano es muy divertido y agradable- observó Yoochun obligándose a recuperar la compostura recordando que se trataba del hermano de su mejor amigo, y sobre todo que… su mejor amigo estaba presente.
- No tienes idea- dijo sarcástico, despertando por fin- lamento el desorden- agregó al ver las pequeñas manchas que había en el suelo dejadas por las patas de Shaki.
- No hay problema- rió despreocupado pasando y cerrando la puerta.
- ¿Cerveza?- preguntó dirigiéndose a la cocina.
- Si, por favor- asintió acomodándose en el sofá.
Después de tomar las cervezas Junho se fue a sentar con Yoochun para seguir platicando. No tardaron mucho en escuchar de nuevo pisadas en las escaleras y el pequeño Shaki comenzó a brincar emocionado frente a Yoochun.
- Shaki, no seas grosero, ¿qué va a pensar de ti?- le regaño bromeando el menor, el cachorro de inmediato se sentó frente al mayor- muy bien, pequeño- le felicitó rascando su cabeza.
- ¿Así que tu eres el pequeño Shaki?- saludó divertido, el animal respondió ladrando alegre- eres adorable igual que tu dueño- sonrió acariciando su cabeza.
- Limpiare el desorden- se disculpo Junsu que se había ruborizado ligeramente.
- ¿No tienes baile hoy?- preguntó Junho siguiendo a su hermano sintiéndose un poco incomodo por la actitud de su amigo.
- Si, pero dijo que hoy empezaríamos más tarde, tenía una reunión o algo así- explicó despreocupado trapeando el piso- ¿comieron?- preguntó cuando terminó.
- Aun no- negó Yoochun poniéndose de pie con el cachorro en brazos.
- Parece que lo conquistaste- rió Junsu dirigiéndose a la cocina.
- Bien, es el primer paso- le sonrió guiñándole un ojo, Junsu le miró confundido, ¿primer paso, para qué?
- ¿Ya está la comida?- interrumpió Junho antes de que a Junsu se le ocurriera preguntar a que se refería Yoochun, no estaba seguro de querer escuchar la respuesta.
- Si, ahorita les sirvo- sin más se dirigió a la cocina para servir todo en platos.
- ¿No vas a comer?- preguntó Yoochun al ver que solo había dos platos en la mesa.
- Ya comí- respondió- además ya tengo que irme, espero que les guste, nos vemos- y con una sonrisa salió de la casa dejando a un decepcionado Yoochun quien había comprobado las quejas del menor, era explotado por Junho...
Junsu salió de la casa lamentando su suerte. Primero la vergüenza de que lo vieran mojado y desarreglado, todo gracias a Shaki. Si se hubiera dejado bañar, todo habría sido más fácil, además lo había hecho sólo para molestar porque en realidad si le gustaba el agua. Suspiró. Después el desastre que tuvo que limpiar y ahora ya iba atrasado. Afortunadamente había comido antes. Por fin llegó a la parada del autobús y por suerte no tardó en llegar el que debía tomar. Sin embargo, para cuando llegó ya había comenzado el calentamiento. Se acomodó en el único espacio libre que quedaba atrás y se olvidó de todo perdiéndose en la música. Sin embargo no pudo pasar por alto la constante mirada de Yunho sobre él, seguro era su imaginación…
Estaba terminando de guardar sus cosas cuando sintió unos brazos rodear su cintura logrando que se sobresaltara.
- Lo has hecho muy bien- susurraron en su oído con voz ronca.
- Yunho, me has asustado- sonrió nervioso, había algo diferente en su amigo, con delicadeza deshizo el abrazo para voltear a verlo.
- Te veías fantástico, has mejorado mucho en poco tiempo- insistió acercándose peligrosamente a su cuerpo.
- Gracias, es porque tengo un buen maestro- sonrió retrocediendo un poco, desconfiaba de su cercanía y su mirada en definitiva no era amistosa. Dio otro paso hacia atrás pero su reacción lejos de molestar a su amigo, pareció complacerle ya que su sonrisa se ensanchó.
- He estado pensando que tal vez deberíamos volver a intentarlo- dijo acariciando su mejilla acercándose más haciendo que el menor volviera a retroceder.
- ¿El que?- preguntó temeroso de la respuesta, no sabía qué hacer, ¿en qué momento había llegado a la pared?
- Podrías darme otra oportunidad- sugirió acorralándolo con su cuerpo contra la pared.
- Ya hemos hablado de eso- dijo volteando el rostro para alejarse del de Yunho.
- Ahora soy mayor, he aprendido y madurado, puedo cuidarte mejor- insistió suplicante tomando su barbilla para hacer que lo mirara.
- Déjame ir, Yunho- pidió en un susurro empujándolo sin lograr moverlo- ¿qué sucede contigo?- le miró molesto.
- Junsu, te quiero- confesó tomando su rostro antes de besarlo.
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