Simples recuerdos valiosos cap 1

Primeros Momentos

Decir que desde un principio la relación que se llevo a cabo entre los cuatro era buena, es una exageración. No era porqué entre nosotros no nos lleváramos bien, si no que era su relación y constantes peleas las que hacían que los ambientes no fueran muy buenos.

Cuando se molestaban entre ellos, yo era el que veía los dos lados de la moneda; las mayores peleas que se veían eran entre Junsu y Changmin.

Cuando el menor se molestaba con el mayor de ellos dos, no le hablaba con mucha naturalidad, si no más bien parecía un robot que estaba recibiendo ordenes. En cambio Junsu, solo llegaba más temprano de lo normal.

Ambos tenían la costumbre de llegar juntos, sin Jaejoong ya que a este se le hacia un poco complicado el horario de su trabajo en la cafetería por el turno que ocupaba en la mañana; su turno terminaba cuando su hora de ‘trabajo’ comenzaba en casa.

¿Cómo supe que se habían molestado Changmin y Junsu después de la semana que ya había convivido con ellos? Junsu me contó.

Lo había visto decaído ese día martes por la mañana. Por lo cual me acerque con la intención de saber que le sucedía. Mi intención no era hablar y esa vez no fue excepción. Nos comunicamos aquella vez, y muchas otras veces, por medio de un cuaderno que siempre llevaba consigo.

Al término de cada conversación le pedía que no le contara a nadie; me decía siempre que si sin preguntarme nunca un ‘por qué’. Se lo agradecía a través del cuaderno.

Le preguntaba, cada vez que lo veía así, que qué le sucedía y él solo me sonreía, aunque esa costumbre sólo la tomó cuando ya había hablado con él.

Siempre trataba de ocultar lo que realmente sentía y luego entendí porque tomaba esa actitud.

Ya llevaba conviviendo con ellos una semana y algo más por eso me había parecido rara su actitud. Me acerqué haciéndole señas para que él sacara el cuaderno que tenía guardado en su bolso. Entendió lo que le quería decir por eso no insistí mucho, y al parecer sabía mis intenciones porque también me alcanzó un lápiz. Comencé a escribir bajo su atenta mirada la cual a pesar de lo intimidante que podía ser no me incomodaba para nada.

— ¿Qué te sucede? – le escribí en el cuaderno para poder establecer esa conversación que tanto ansiaba tener con él; después de todo era una de las personas con las que más compartiría.
— ¿En serio quieres saberlo? -. Sabía que para cualquiera que me conociera la primera vez no le iba dar plena confianza, por eso escribí:
— Claro, ¿por qué no? Confía en mí, tal vez no lo parezca, pero puedo ser de gran ayuda ya que lo veo desde afuera (: -. La carita había sido con la idea de dar un paso más a que me tuviera confianza; sé que lo sitió en ese momento ya que sólo me sonrío y me contó lo sucedido.

Me explicó que había discutido con Changmin, por una estupidez según mi parecer en ese momento, pero luego de contarme su relación tan estrecha con el pequeño lo comprendí completamente: no había sido una estupidez, como yo había creído.

Como le habían dicho a mi madre, cuando les preguntó si se conocían de antes y ellos le habían respondido que eran amigos desde la infancia, ellos habían sido inseparables desde pequeños; siempre estaban juntos. Fueron vecinos de pequeños; salían por las ventanas para así salir a jugar sin problemas a pesar de que los retaran cuando llegaban: siempre salían sin permiso, aunque la mayoría de las veces Changmin se dejaba influenciar por las suplicas de su hyung, que cada vez eran más insistentes; jugaban en los parques después de clases aunque uno saliera después o antes que él otro. A donde sea que fueran iban juntos y fue en ese momento, luego de que terminara de contarme, que comprendí que el enojo del pequeño no había sido para nada estupido como yo había creído:

— ¿Por qué se enojaron? – le había escrito.
— Pues… porque llego un compañero nuevo al curso que ambos compartimos – me respondió sin rodeos.
— No lo entiendo, ¿eso le molesto?, ¿su nuevo compañero? -. Eso me extraño; a pesar de que no había estado antes en ninguna sala de clases ni tampoco había tenido compañeros, algo me decía que lo más seguro y que correcto era darle la bienvenida a esa nueva persona.
— No, Changmin no es de los que se enoja por la presencia de otras personas, aunque tiene casos especiales – se detuvo y continuó -, fue la actitud que tome yo.

Sé que en ese momento mi cara debió haber sido un poema.

Si bien no podía articular palabra, mi medio de expresar lo que sentía era a través de mis ojos, aunque eso sólo lo podían ver algunas personas; Junsu lo pudo hacer en ese momento, lo cual me sorprendió un poco, pero no era el momento para hablarlo.

Nunca me lo dí tampoco. Nunca me daba tiempo para mí sin que alguien me obligara.

Junsu había interpretado mi mirada; estaba llena de duda y un montón de otras cosas; me sonrío y dijo:

— Lo deje de lado durante toda la mañana para acompañar a ese nuevo alumno. Estaba solo y yo sé lo que es sentirse en un nuevo establecimiento, más a mitad de semestre-.

Lo comprendía, sé lo que me quería decir, pero aún así encontré que lo que había hecho no estaba bien. Sé que él lo había hecho con buena intención –era una buena persona-, pero dejar a su amigo de lado, durante toda la mañana deja arto que decir, y no eran todas muy buenas.

¿Por qué no lo hicieron los dos en vez de hacerlo por separado? Eso no lo entendí; si eran amigos debieron haberlo hecho juntos, como todo lo otro que hacían.

No le quise preguntar aquello porque de por sí Junsu ya se veía decaído como para preguntarle algo que quizás lo dejaría aún más.

— ¿Cuando fue eso? —. Esa también era una duda que también me tenía bien intranquilo.

Me sonrió; sabía que no tenía la completa confianza en mí como para decirme todo con mucha libertad, pero después de segundos que se me hicieron minutos, al fin dijo:

— Antes de ayer tuvimos esa pelea -.

Me extrañe; tan solo el día anterior se habían comportado como si nada hubiese pasado. Era my atento con las expresiones de los demás, por eso el día anterior no había preguntado nada, no parecían que habían discutido. ¿Por qué estaban aparentando?

La respuesta a la pregunta que no había realizado en voz alta y que tampoco había escrito no se hizo esperar mucho; Junsu estaba atento a todas mis reacciones y al perecer vio ese sobresalto y esa extrañeza que se apodero de mí al recibir su respuesta anterior.

— Me imagino que te preguntaras “¿Por qué ayer no lo parecía?”-. Asentí. —Aparentamos por la simple razón de que Jaejoong se pondría mal, una vez más, por nuestra culpa-. Me miró, me sonrió y su vista se ensombreció en el momento en que él bajo su mirada, como si sus zapatos fueran más importante que cualquier otra cosa.

No lo entendía ¿por qué por Jaejoong?
Sabía y estaba la tanto de que los tres eran muy cercanos, pero ¿aparentar para que el mayor no se sintiera mal? Era algo que no entendía e iba a preguntar, pero no fue necesario: Junsu me respondió antes de eso.

— Jaejoong siempre nos apoya, y es como una madre, no sé si te lo dijimos-. Negué y continuó: — Lo que más le molesta es que nosotros con Changmin nos enojemos. Y digo ‘una vez más’ porque por nuestros celos de tenerlo siempre con nosotros, perdió muchas amistades. Pero sólo una le ha durado y es la que menos le gusta a Changmin y a mí, pero por lo menos yo no pongo mala cara cada vez que lo veo.

Algo me quedaba más claro con lo que me había dicho Junsu.
A Changmin y a él no les gustaba una amistad que tenía el mayor y al parecer eso hacía que Jaejoong se sintiera mal. ¿Era eso verdad?

Después, sin darme cuenta, mis reacciones eran igual hacía ese amigo de Jaejoong.

—¿Explícame mejor? Es que no entendí mucho de lo que quisiste decir – le pregunté una vez más por medio del cuaderno. Rió como ya se estaba haciendo costumbre en al conversación y me contó como realmente era la situación entre el amigo de Jaejoong, Changmin y él.

— Hace un tiempo nosotros vivimos con Jaejoong en un mismo departamento, pero por razones que en realidad desconocemos nuestro hyung nos dijo que nos fuéramos. Lo más curioso es que fue luego de que conociera a su mejor amigo, a quien Changmin y yo le tenemos muy poca confianza, Yunho-. Me miró como lo hacía cada vez que terminaba una parte de la historia, como esperando que yo le dijera algo, pero era en vano: yo no le respondería. — Cuando compartas más con Jaejoong y Yunho se enteré que está trabajado aquí, lo conocerás, sólo de vista, pero lo harás. De eso estoy seguro.

Y no se equivocaba. Jamás le encontré más razón a Junsu que en ese momento.

Me explicó que desde que Jaejoong había conocido a ese muchacho se había alejado de ellos con disimulo, pero lo había echo al fin y al cabo. A Changmin le molestó esa situación y lo encaró un día, lamentablemente estaba ese nuevo amigo de Jaejoong presenté, por lo cual no le pudo decir todo lo que pensaba. Después de unos días de esa ‘discusión’, en donde el mayor y el menor no habían acabado bien, les pedió que por favor se fueran, que si querían culpar a alguien de esa decisión sólo fuera a él y a nadie más. Eso les había parecido raro y a mi también, y eso que sólo estaba escuchando la historia.

Para cambiarle de tema, ya que me había percatado de que su ánimo había cambiado luego de contarme la historia, le escribí:

— Dile que lo sientes. Si realmente te considera su amigo lo entenderá y llegaran a un acuerdo ¿no lo crees así? -.
— Realmente se nota que lo conoces desde hace poco -. Bajo su mirada una vez más. No estaba siendo claro y me estaba molestando.
— Claro que lo conozco hace poco, al igual que a ti ¿pero acaso no supe que algo te pasaba? -. Mi letra estaba más desordenada y era por el simple hecho de mi enfado.
— ¡Pero yo soy distinto a él! ¡A él no le gusta que la gente le falle, es algo que realmente no soporta! -. Se alteró y yo estaba de la misma manera.
— ¡¿Y acaso a ti te gusta que la gente te falle y por eso te haces diferente a él?! ¡No seas estupido ¿quieres?! A mi tampoco me gusta que la gente me falle, ya pase por ello. ¡Pídele disculpas, dile que realmente lo sientes, que no volverá a suceder o que yo! Pero no lo dejes si realmente lo consideras tu amigo-. Me aleje de dónde estábamos ‘platicando’, pero antes de que estuviera lo suficientemente lejos escuche que me llamaba:

— ¡Yoochun!- me había gritado. Vi mover sus labios. Se me hacía fácil hacerlo por lo cual supe que un pequeño “Gracias” había salido de su boca.

Ese día sólo estaban Changmin y Junsu. JaeJoong no pudo ir porque tenía cosas que hacer. La vaga idea de que podía estar con Yunho se me había pasado por al cabeza, después de todo no hace mucho que había hablado con Junsu, y la idea de que Jaejoong pudo dejar mucho de lado sólo porque alguien se lo pedía seguía dándome vueltas.

Mientras estaba en mi cuarto pude escuchar unas pequeñas exaltaciones que venían del patio. Agradecía internamente que mi madre no estuviera y así ellos pudieran arreglar sus problemas sin interrupciones como: “¿No deberían estar con mi hijo?”, “¿Por qué se están gritando?” y una que otra pregunta que mi madre, sin duda, les haría.

Ese día había pasado lento.
Cuando termino sólo pude ver que las robóticas frases de Changmin hacia Junsu ya no lo eran, si no que fluidas. Se habían arreglado y me entró curiosidad de cómo había sido todo, y que tipo de cosas le había dicho Junsu a Changmin para que lo perdonara.

Nunca le pregunté tampoco, porque encontraba que era muy de ellos…es más, aún lo pienso.

Siempre pasamos momentos como esos, nosotros tres.
Eran pocas las veces que Jaejoong estaba y esas veces para mí eran simplemente únicas. Siempre riendo, siempre cantando y montón de otras que se me viene a la cabeza en este momento, cuando bajo del escenario.

- ¡Tu voz es tan única que un día serás una verdadera estrella! y ¿sabes que más? Yo estaré allí para estar contigo, te apoyaré, aún así si tuviera que dejar todo de lado, lo haría por verte cantar -. Me había dicho la primera vez que me había escuchado cantar. ¿Me sonroje? No lo sé, pero rió y sentí que estaba en el mismísimo cielo.

¿Dónde estas Jaejoong? ¿No fuiste tú, el que me dijo que una promesa siempre hay que cumplirla?

— ¡Yoochun! -. Me sacó de mis pensamientos esa persona que últimamente ha sido tan importante para mí.
— ¿De nuevo e tus pensamientos? – me dice Yoora después de verme un poco más perdido de lo normal tras el escenario. Me conoce muy bien como para mentirle.

Sólo asentí.

A pesar de que desde canto en los escenarios como una ‘estrella’ hablo en los programas de televisión a los que estoy invitado, no me gusta hablar mucho.

Yoora ve como me alejo y sólo sonríe para sí. Sabe que no cambiaré y que aún me duele esa ausencia; después se todo no supe más de ellos.

Los extraño. Los quiero de nuevo junto a mi.