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Arualthings

Can I Love You? cap 2


El sonido de pasos y voces en el pasillo hizo salir a JaeJoong de su sueño. Con bastante pereza se estiró en su futón, desenredando su delgado cuerpo de las mantas. Generalmente por la mañana se sentiría agotado y adolorido por satisfacer a sus clientes, pero esta vez no sentía nada de eso.



Por un momento su mente vagó por los recuerdos de la noche anterior –cosa que nunca hacía; no le gustaba recordar las noches anteriores- y su corazón comenzó a latir desesperado. Con toda la fuerza de voluntad que pudo reunir, dejó ese recuerdo en el fondo de su memoria, al menos por el momento, y se levantó del suelo, estirándose un poco más para despertar mejor.



Luego de unos minutos tomó las mantas de su futón y las sacudió, escuchando como el sonido de algo pequeño cayendo al suelo retumbaba en la pequeña habitación. Con curiosidad se agachó a ver de qué se trataba, y vio una pequeña cadenita, al parecer de plata, con un pendiente que mostraba una mariposa carmesí. Lo contempló un momento, maravillándose con la joya. En su vida el joven había tenido algo tan costoso en sus manos…



Definitivamente la cadenita no era suya, y sólo se le ocurría una respuesta a la pregunta ‘De quién es esto?’.



YunHo. Debió habérsele caído del bolsillo o algo así la noche anterior…



“Joongie-yah, ya va a estar el desayuno~” lo llamó BoRa afectuosamente desde afuera de la puerta deslizable. JaeJoong se levantó y guardó el objeto en una pequeña cajita en un baúl que conservaba en un rincón de la habitación.



Vestido aún con la ropa que usaba para dormir, el menor salió de su habitación para encontrarse con su nuna afuera.



“Buenos días, ¿Dormiste bien?” la chica le arregló un poco el cabello, regalándole una sonrisa.



“Sí. ¿Tú?”



“He tenido mejores”. Bromeó la chica, soltando una carcajada que JaeJoong no tardó en acompañar. Juntos caminaron hasta la habitación que les servía tanto de cocina como de comedor, y se sentaron en la gran mesa casi a ras del piso, dispuesta para todos los que vivían allí.



Las chicas ya estaban animadamente conversando cuando JaeJoong logró captar algo de su charla.



“Al parecer la chica no llegó al matrimonio. ¿Pueden creerlo? Que tonta…”



“Tampoco era de una familia muy adinerada la niña ésta, así que realmente fue estúpido de su parte echar por la borda la oportunidad de una vida mejor.”



“¿Cómo se llama el novio, a todo esto?”



HwangBo, una de las chicas que llevaba la conversación, respondió con aire de sabelotodo. “Jung YunHo”



JaeJoong botó los palillos que estaba sosteniendo, y al ver que algunas miradas se posaban en él, se apresuró a mirar hacia otra parte y fingir que nada pasaba, aunque ese nombre retumbara en su mente.



Jung YunHo… matrimonio…



“¿JaeJoong…?” la voz de JongHyun lo sacó de su ensimismamiento, y al mirarlo encontró una expresión preocupada en su rostro. “¿Pasa algo?”



“No, no pasa nada” mintió, terminando de comer su desayuno. Las chicas siguieron hablando de asuntos triviales, pero JaeJoong ya no las escuchaba, sólo absorto en sus pensamientos.





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Siempre que faltaban cosas para hacer la comida en la casa, JongHyun era el encargado de ir al mercado y comprar lo necesario, esporádicamente acompañado de JaeJoong, quien no acostumbraba a salir mucho por el pueblo.



A esas horas del día, la gente paseaba por el pueblo, algunos haciendo compras, otros visitando vecinos. En pueblitos pequeños, no era raro que todos se conocieran, por lo que JongHyun saludaba a prácticamente cada persona que veía. JaeJoong, en cambio, no era muy sociable, y debido a su aspecto y reputación, la única gente que se interesaba en él eran sus clientes; las demás personas lo veían con recelo o dirigían miradas horrorizadas en su dirección, como si su sola presencia significara un pecado tremendo.



JaeJoong llevaba en su brazo una bolsa en donde metían las verduras y demás comestibles que adquirían, mientras JongHyun hablaba con los vendedores, cuando el ruido de un auto se hizo escuchar. Era muy raro ver autos en CheongNam, así que la aparición de uno causó conmoción en las personas que pasaban por alrededor.



JaeJoong se quedó mirando con curiosidad el lujoso auto negro, hasta que se estacionó cerca de ellos, y al momento un hombre mayor salió del vehículo. Debido a que el coche se había estacionado prácticamente frente al par de jóvenes, el adinerado hombre no pudo evitar que su mirada se posara en el pelilargo, quién vio en esa mirada la típica expresión de un ‘futuro cliente’.



“Joongie, vamos a seguir comprando” le llamó JongHyun, pero el mayor se había quedado mirando fijamente al segundo individuo que salía del auto. Allí, frente a sus ojos, estaba Jung YunHo, con un impecable traje azul oscuro, y una mirada seria e indiferente.



Tan distinto al Jung YunHo de la noche anterior…



A pesar de que su mente le decía que se volteara y siguiera las compras, ignorando el suceso, no podía hacerlo; a pesar de que su cerebro mandaba desesperadas señales de alarma a su corazón, tratando de meter algo de cordura con frases como ‘no es conveniente’ y ‘con un amor así, solo se puede sufrir’, intentando imponerse sobre un corazón que irracionalmente quería enamorarse de ese sujeto al otro lado de la calle.



En ese momento, Jung YunHo levantó la vista, y echó un leve vistazo alrededor, pasando por la figura del pelilargo, pero sin detenerse a observarlo.



“JaeJoongie…” llamó una vez más el menor.



Tal vez lo que decía su cerebro era lo más lógico, o más apropiado…



“Sí, Vamos.”



Pero, aunque caminaban alejándose del lujoso auto para adentrarse más en el mercado, su corazón no paraba de saltar en su pecho.





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“¿Quién esperas que llegue hoy?” le preguntó BoRa mientras se peinaba el cabello, en la seguridad de su habitación. Ambos estaban sentados en el suelo; JaeJoong cosía un pequeño desperfecto en su hanbok.



“No lo sé… y realmente no es importante, mientras me pague…”



BoRa lo miró sorprendida un momento, y luego, terminando de cepillarse el cabello, agregó. “¿De verdad no te importa? ¿Nunca disfrutas tener sexo con tus clientes?”



JaeJoong miró el suelo un momento, pensando. Sí, algunas veces sí sentía placer. Cierto que no siempre lograba un orgasmo, pero al menos muchas veces sus gemidos eran reales. Si había aprendido algo de su trabajo, era que en el sexo entre dos hombres, el ‘dominante’, por así llamarlo, tenía que esforzarse en hallar su propio placer y también el de su compañero. Por eso era que pocas veces lograba un orgasmo; la mayoría de sus clientes solo se interesaban en su propio placer.



“Sí… sí lo disfruto a veces…” luego de contestar, el chico seguía con la mirada en el suelo, y BoRa creyó que aún recordaba noches placenteras. Pero JaeJoong recordaba la noche anterior.



Y aún no podía terminar de entender cómo, si YunHo ni siquiera lo había tocado, había llegado a excitarse tanto. Y tampoco lograba comprender por qué se había sentido tan satisfecho, aún sin haber tenido un orgasmo.





--







Había pasado poco más de 10 minutos desde que estuviera listo, esperando en su habitación, cuando JongHyun tocó su puerta, avisándole de un cliente.



Por su aspecto, no tenía más de 15 años, y se veía nervioso y preocupado.



“Pasa, siéntate aquí” le indicó Jae, luego que JongHyun los dejara solos. El menor tenía el cabello hasta los hombros, negro y brillante. Sus ojos también eran oscuros, pero brillaban demasiado. JaeJoong no pudo evitar pensar que era los ojos más cautivantes que hubiera visto.



“¿Cómo te llamas?” le preguntó dulcemente, intentando hacerlo sentir mas cómodo. El chico aún miraba el suelo y jugaba con sus largos dedos, dándole tiempo a JaeJoong de observarlo mejor. Tenía un lindo lunar bajo un ojo, asemejando una lágrima; algo que lo hacía ver muy atractivo, a pesar de que, por su apariencia, más que ‘apuesto’, el chico podría ser catalogado como ‘lindo’.



“HyunKi. Kim HyunKi…” los ojos del chico miraron al mayor un momento, y luego volvieron a mirar el suelo. JaeJoong sonrió.



“Eres muy lindo, HyunKi-yah… Mi nombre es Kim JaeJoong.”



“Gracias…”



Con un movimiento suave, el mayor se acercó adonde HyunKi estaba sentado, y llevó una mano a acariciarle el cabello.



“Es tu primera vez?”



“Ssí…”



Por un momento, JaeJoong se preguntó si sus padres sabrían que estaba ahí. ¿Sabrían, siquiera, que su hijo era gay? ¿De dónde habría sacado el dinero para pagar lo que costaba tenerlo una hora?



“Acércate…” le pidió, intentando que no sonara como una orden. El chico obedeció, con el rostro levemente teñido de rojo, y cuando estuvo lo suficientemente cerca, juntó suavemente sus labios contra los otros inexpertos. El chico no tardó en corresponderle el beso, e intentar pegar su cuerpo al del mayor.



Treinta minutos más tarde, JongHyun, cerca del pasillo, intentaba no oír los gemidos que su JaeJoongie emitía con ese chico que apenas era un poco menor que él. Sin querer, le hacía recordar esa noche, hace un tiempo atrás, cuando él mismo tuvo su primera vez con JaeJoong.



Ambos eran más jóvenes, ambos inexpertos. Aún recordaba sus manos temblorosas vagar por la perfecta piel de su hyung, sintiéndolo a él también temblar de anticipación. Cuando JaeJoong le había pedido acostarse con él, JongHyun sabía que no era por amor. Sabía sus intenciones, y era consciente también que los sentimientos que ya tenía por el mayor sólo se harían más fuertes luego de pasar una noche con él.



Pero no le importó. Había valido la pena, sólo por tener ese lindo recuerdo del cuerpo de JaeJoong en éxtasis bajo el suyo, y de sus labios sobre su piel.



Probablemente JaeJoong nunca lo amaría realmente, pero él siempre estaría ahí para cuidarlo y amarlo, aunque fuese a distancia.



De a poco el silencio comenzó a inundar el pasillo de nuevo, y JongHyun supuso que JaeJoong ya estaba listo con el chico. Ahora sólo faltaba un cliente más y Joongie podría descansar.



El chico aún no salía de la habitación cuando otro hombre llegó a su lado. Le costó unos segundos reconocer al Jung YunHo de la noche anterior tras un traje bien aseado y un peinado impecable. Era realmente difícil imaginar que un hombre tan distinguido podría hacer una escena tan vergonzosa como la que había armado ahí mismo, ayer.



“Disculpe. Vengo a ver a… JaeJoong-sshi…”



El menor frunció el ceño. Por alguna extraña razón, no le agradaba ese tipo.



“JaeJoong aún está con un cliente.”



“Oh…”



Ambos quedaron en un incómodo silencio, que duró hasta que la puerta de la habitación de JaeJoong se abrió, y el jovencito salió, un poco avergonzado. HyunKi pasó por al lado de los mayores, y antes de dar una leve reverencia, se marchó.



JongHyun sabía que JaeJoong estaría ahora arreglándose para otra cita, así que caminó unos pasos hasta su habitación, y tocó levemente.



“Jae, alguien te busca” dijo con un tono amargo. YunHo estaba justo a sus espaldas, y por alguna razón, su presencia no le gustaba.



“Un momento…” la voz de JaeJoong se hizo escuchar a través de la fina puerta deslizable. Momentos más tarde, el pelilargo abría, revelando su delgada figura ataviada con el hanbok, un poco desordenado. Al parecer se había vestido rápidamente; su cabello lucía algo revuelto, y las mejillas rojizas. Agitado, así estaba.



Al momento en que la mirada de JaeJoong pasó de su amigo JongHyun al personaje que estaba detrás de él, sintió que se paralizaba. Con sólo ver sus ojos lo reconoció de inmediato.



“YunHo-sshi…” dijo, aún muy sorprendido, y YunHo esperó a que JongHyun saliera de su camino para entrar a la habitación, y sentarse en el suelo con el pelilargo. JaeJoong sentía su corazón golpear fuerte contra su pecho; YunHo era tan [i]real[/i], ahí, en su habitación… La verdad, no creía que fuera a volver a verlo, ni menos estar tan cerca de él de nuevo.



Su sola presencia causaba estragos en el menor. Era una estupidez, pero deseaba que YunHo lo quisiera también. La noche anterior, YunHo había pantado una llama en su interior que nada podría apagar. Nada excepto él.



“Perdón por molestar. Me preguntaba si podría habérseme caído ayer un colgante…”



[i]Tan educado…[/i] no dejaba de sorprenderlo que YunHo lo tratara como un igual, como si su nombre y la reputación de su familia no fueran nada, y JaeJoong no fuera inferior a él.



“Ssí, lo tengo guardado.” El menor se levantó y fue a buscar en su baúl dicha joya, y se la pasó, con manos un tanto temblorosas.



“Muchas gracias…” YunHo se quedó mirando el objeto unos minutos, con una expresión melancólica. La pequeña mariposa brillaba etéreamente con la poca luz de la habitación.



JaeJoong quería decirle algo, cualquier cosa. Quería escuchar su voz, alargar el recuerdo de la vez que habló con Jung YunHo…



Con un poco de vergüenza pensaba si tendría alguna otra vez la oportunidad de acercarse íntimamente a YunHo. ¿Sentiría deseos él también? ¿Se sentiría atraído por su apariencia?



“Mi hermano me contó que no le permitiste que te pagara…” su voz era seria, pero tranquila, y JaeJoong se sentía muy cómodo con ésta. “La verdad no recuerdo nada de lo que pasó anoche, pero creo que es justo que aceptes mi dinero, como a cualquier otro cliente.”



El pelilargo se decepcionó con estas palabras. ¿YunHo no recordaba nada? Y sonaba tan… inerte. Como si la vida se hubiera ido de sus palabras.



[i]‘Quizás esa es su forma de hablar comúnmente. No puedo basarme en su estado alcoholizado para definirlo…’[/i]



De todos modos hubiera dado cualquier cosa porque YunHo le llamara de la misma acalorada forma que la noche anterior…



“No es necesario. No pasó nada entre nosotros, así que no sería justo que le cobrara” respondió el menor con el mismo tono sereno, mirando fijamente al otro chico.



“Pero mientras estás conmigo, pierdes tiempo, y por tanto, clientes. No es así?”



Claro que tenía razón. JaeJoong no pudo evitar que una sonrisa se posara en su rostro; YunHo no tardó en corresponderle el gesto. Sentía una conexión extraña con este hombre, y le gustaba. Cada minuto que pasaba sentía que más caía por él…



“Es cierto, pero puedo recuperar el dinero otros días. No me resulta muy difícil.” Sin querer, el menor dejó salir el alarde sobre su habilidad con sus clientes, y YunHo sólo soltó una pequeña carcajada curiosa.



“Es lógico que te pague, como cualquier otro cliente” insistió tercamente.



“Pero usted no es un cliente, YunHo-sshi. Hasta donde yo sé, no le he prestado mis servicios”



Con mirada sorprendida, YunHo agregó. “Si no soy un cliente, entonces deberé irme”



Para su asombro, YunHo se levantó y salió de la habitación si decir palabra. El pelilargo iba a levantarse para salir y decirle que no intentaba echarlo, cuando YunHo volvió a entrar, con una sonrisa triunfante en los labios.



“Lo siento, JaeJoong-sshi, pero por derecho eres mío por los próximos 60 minutos. ¿Ahora sí soy un cliente?”



Un sonrojo adorable se apoderó de las mejillas del menor, junto con una sonrisa tímida. Un pequeño asentimiento de cabeza fue todo lo que pudo responder. Ya no tenía ganas de reclamarle que hubiese pagado, a pesar de él habérselo negado. Lo único en que podía pensar era en la linda sonrisa que adornaba los rosados labios de YunHo.


5 Comentarios:

  1. Anónimo8/05/2009

    me gusta mucho este fic
    eres muy buena escribiendo!

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  2. Anónimo8/06/2009

    ahisssss esot me suena a mi a drama prostituto y niño rico espero version de pretty woman jajajajajaja

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  3. Chisebell8/06/2009

    Es un fic muy bueno, me recuerda un libro que leí hace tiempo! ^^

    Continualo pronto por favor! Gracias!

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  4. Anónimo8/07/2009

    ami simplementen me encanto la idea y como escribes n.n esta ermoso *o* y espero leer mas dentro de poco n.-

    ryouko

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  5. waaa!! quee kawaii salee YunHo!!
    io qieroo ser clientaa de Jaee!!

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