Soul Fighter Storm cap 23

fiN DEL flashback...






No habíamos cruzado una palabra a solas desde que tuviéramos esa conversación los tres en tu cuarto, en Tokio.

Era la segunda sesión de rodaje del pv de Beautiful you. La parte en la que teníamos que rodar los solos.

Una vez peinado, maquillado, vestido elegantemente, entr´´e en el decorado preparado para mi.

Y maldije mi suerte: un sofá.

Me hicieron sentar para hacer las pruebas de iluminación, enfoque, encuadre y demás.

Y mi mirada se perdia una vez mas en el infinito, tratando de alejar las mil imágenes sobre ti que llegaban sin descanso a mi mente, agolpándose, martilleando mi nuca.

No podía dejar de sentirme en parte responsable por lo que Yunho había intentado hacer contigo. Para protegerme….de ti.

Yunho en realidad nunca debió saber lo nuestro. Al menos no saberlo todo.

Culpa mia por contarle todo aquello, forzado por su agresividad y mi despecho aquella fatídica noche.

Ese despecho y dolor que me causaste…la noche que pasaste con ella.

Aquella noche que pasaste mas lejos de mi que nunca. Aquella noche que me atormentaba.



Si no te amara tanto….Jaejoong,

te olvidaría….

te apartaría de mi vida por eso…

Te odiaría por ello.

Si pudiera.



O quizá ya te odiaba en cierto modo. Mis sentimientos por ti eran tan confusos a veces que ya apenas los distinguía.

En vez de despreciarte por lo que yo sentía una traición, me sentía…

Inservible, inútil. Invalido e impotente.

¿Cómo podía darte yo lo mismo que ella?

¿Cómo podía yo…

Si quiera compararme o sustituir algo asi??

Alguien como Eunsuk noona.

A quien yo secretamente admiraba. Y públicamente no soportaba.

El hecho de saber que para ella habías sido tan importante como para compartir su cama contigo, traspasaba todas mis barreras.

Me hacia sentir a años luz de tu corazón. De la parte de tu corazón que ahora ansiaba.

Esa que nunca había sido mia.

De estar a tu lado como otra cosa que tu Donsaeng prometedor y problemático.

Me hacia sentir que tenias razón cuando señalabas la imposibilidad de llevar lo nuestro a algún lado..

Sabia que te quería…

.te amaba….

¿pero que quería yo de ti?

¿Qué quería que me dieras?

¿Qué esperaba?

¿A que aspiraba en realidad?

Solo quería que me necesitaras.


Perdido en mis cavilaciones no me di cuenta de que me observabas desde un rincón del platò de rodaje, tal y como llevabas haciendo desde que habías terminado tu turno.

Aquel dia solo tu y yo habíamos ido a rodar el PV de beautiful you. El resto ensayaban para el siguiente concierto.

Distraido estaba cuando aquel hombre se acerco.

Se trataba de algún pez gordo, vistiendo un traje de Armani absurdamente caro, entrando en los 50, de aspecto bastante repulsivo.

No tan alto como yo, pero con altura bastante notable para ser japonés.

-Buenos días joven Shim.- Me saludo sentándose en el brazo del sofá.-¿sabes quien soy, verdad?

-Si. Es usted el productor financiero de todos nuestros videoclips en Japon, al menos. De Koda KUmi también, y otros eventos y festivales de la compañía…algo referente al Roppongi Hills.- le vi sonreir a medida que hablaba. Parecia que había pasado la primera evaluación.

-jeje, es cierto que estas debidamente informado. Me encantan los chicos inteligentes.

No entendí bien el adjetivo para describir mi inteligencia que utilizo… era demasiado culto. Pero esa manera de expresar su agrado por mi, fue demasiado coloquial y concisa.

Me extrañò.


- Nada mas verte,- Continuò.- Me di cuenta de tu gran potencial como artista. Tu podrías llegar mucho mas lejos de lo que crees si te lo propusieras.

-Me lo propongo cada mañana, señor.- Le respondi muy serio, mirándole fijamente a los ojos, algo ofendido por esa frase que me pareció una insinuación de que no me tomaba mi trabajo suficientemente en serio.

JA.

Precisamente Yo….


Supuse que era otro de esos capullos que nos ofrecían propuestas por separado.

Ya teníamos todos nuestra propia política sobre eso. Yo mas que nadie.

Perdía el tiempo.

El sonrió al ver mi expresión seria y firme. ¿Qué hacia? ¿Acaso intentaba ofenderme intencionadamente?

- Me gustaría darte algunos consejos para ayudarte a mejorar las posibilidades de tu carrera. Estoy seguro de que te serán muy utiles.- Yo frunci el entrecejo al escucharle. ¿Pensaba pegarme una charla?- Iremos a cenar este viernes al Roppongi Hills Club en ese ambiente podremos charlar comodamente. Aquí tienes una invitación a tu nombre para usar las instalaciones.-Ordeno mientras me acercaba una tarjeta dorada.


¿Dónde estaba mi opción de negarme?


Antes de que me diera tiempo a decir nada. Alguien me interrumpió sentándose muy cerca de mi en el sofá.

Al volverme mi sorpresa fue inmensa: Era Jaejoong.

-Bueno Minnie, ¿Listo para esa fiesta el viernes por la noche?- Me pregunto desconcentrándome por completo, con esa pregunta a cuento de nada. Yo estaba demasiado embriagado por su cercanía como para pensar.

-Bueno, este viernes…- COmence a decir….un momento…¿Habia escuchado la conversación?

-Confío, joven Shim, que sabrá escoger el camino conveniente.-Me dijo el señor antes de levantarse y alejarse de allí ignorando completamente a Jae.

Yo estaba un poco confuso por todo el tema.

-¿Qué te ha dicho?- Me preguntaste apenas se hubo ido.

-¿Y a ti que te importa?- Pregunte como replica en tono indignado casi riendo.-¿No estabas ya escuchando?-Le reproche asombrado como siempre por tu descaro…..

[Espero que él nunca supiera como me encantaba….]

-¿No puedo ir yo también contigo? Solo escuche algo del viernes y te dio algo caro….

Me hiciste reir. Dios mio…. Me hiciste reir…asi, sin mas…


-De verdad que no tienes educación ninguna.- le dije riéndome, pero fingiendo enfado.- No se como te puedo llamar Hyung…

En vez de ofenderte, o hacerte el ofendido por mis palabras, como era nuestra costumbre, levantabas una ceja mirándome a los ojos.

Y mil cosas volaron por mi mente.

Mil momentos, mil razones….

para llamarte cualquier otra cosa que no fuera “hyung”.


Y a la vez por que no te merecías mi respeto al hablarte.

Y la sensación de querer tenerte sobre mi altar para amarte y adorarte sin descanso.

Dios mio.

Con tan solo una mirada como aquella podías volverme…..

completamente loco.


Tus labios se juntaron formando una leve sonrisa picara de esas que solo tu sabias poner….

Y tuve que controlarme….

Para no partirte los labios a besos allí mismo.

En este otro maldito sofá.


¿quiza me leias el pensamiento?


-Siempre te he dicho que me llames como quieras.- Dijiste. Creo que leias mi mirada, por la manera en la que pronunciaste aquellas dos ultimas palabras de tu frase.

Despues de eso te alejaste de mi para volver a los camerinos.

Mi humor era perfecto entonces para comenzar a rodar. Una vez mas todos verían el carisma-enfurruñado de Changmin.






Cuando terminamos de rodar, y yo, aburrido como nunca, fui a la sala de descanso del plato antes que al camerino, pues me moría de hambre.

Si hubiese sabido que tardaríamos tanto hubiese comido algo antes.

Pero para mi sorpresa, me encontré a mi particular calvario, casi tirado sobre una de las sillas de plástico del lugar, rodeado de gente que le escuchaba divertida, todos con platos de comida y vasos de café de papel, hace tiempo terminados.

Le observaban chapurrear Osakaben, con ese deje basto que le caracteriza y el cual le iba mejor a su personalidad; mientras el sacudia su flequillo con energicos y estudiados movimientos de cabeza y le daba distraídas caladas al cigarrillo que sostenía.

Tenia una pierna doblada, apoyando el pie sobre la silla y recargaba uno de sus brazos sobre esa rodilla.

Con esos ojos profundos y vivos, esa camiseta de tirantes negra marcando su estrecha figura…

no era la primera vez que le viera de manera parecida....

pero el verle allí, cuando no lo esperaba, de aquella manera….

tan suya…..

hizo que mi estomago se volcara de golpe, se me olvidara respirar por unos segundos y una descarga eléctrica sacudiera mi cuerpo.

Sus ojos se fijaron en mi mientras hablaba. E inmediatamente se volvieron hacia su improvisado publico, intoxicados por su presencia, presos de su encanto.

“huid mientras estéis a tiempo”

Pense para mis adentros mientras me apuraba para comenzar a comer mi parte.

“huid o pronto no podréis escapar de el”.

“os tragara la adicción oculta y absurda de su compañía”.

“Recordareis cosas de el sin querer, aunque para mañana se os olviden sus palabras”
.
“Se quedara su imagen ahí, sus gestos, su presencia.”

“huid pronto…”


Mientras comia intentaba ignorarle, no escucharle sin éxito.

Queria concentrarme en mi comida. Pero levantaba la mirada sin querer hacia el, al otro lado de la mesa y le descubría mirándome de reojo mientras hablaba. Esas miradas serias e intensas.

Esos ojos mirandome detenidamente por unos segundos.

De una forma que contradecía la manera relajada en la que hablabas.

Creando en un instante una unión volátil entre los dos.

Odiaba que pudieras provocar todo esto en mi.

Hacerme sentir asi. Con una mirada.

Cuando estaba yo ya casi terminando de comer, un coordinador se asomo por la puerta de la sala para avisar al equipo de que era su turno de trabajar.

Cuando ya empezaba yo mi postre, nos habíamos quedado a solas.

Yo no sabia que hacias aun aquí, te podias haber ido horas atrás, cuando terminaste….me esperabas para llevarme en coche a casa?

-¿Me das un poco?- Me preguntaste mientras apagabas tu ultimo cigarrillo que a penas habías fumado en el vaso del café.

-Tu ya te has comido el tuyo.- Le respondí secamente.

-Si pero ese no le he probado…parece rico…- Dijo recostándose sobre la mesa con ambos antebrazos. Sus redondeados hombros al descubierto se encogieron bajo las brillantes luces de la sala, haciendo brillar tu piel con luz propia.

Aparte la vista rápidamente de ti. No podía verte asi.

Ante mi falta de respuesta continuaste hablando;

-Que egoísta eres…- Dijiste recostándote sobre el respaldo de la silla esta vez y pegándole los últimos tragos a tu lata de coca-cola.

Yo deje de comer de golpe y te sentí mirarme. Lo habías dicho en broma. Pero yo en mi mente tenia otras cosas. Otras voces que no podía callar.

-Necesito saber una cosa.- Te dije sin mirarte aun a los ojos. No espere a que me dieras permiso.- Aquella otra noche, cuando la pasaste en casa de….Eunsuk nuna.


-¿Quieres saber lo que paso?- Preguntaste sin rodeos. Ese no era tu estilo.

Yo me mordí los labios para no mirarte. No queria ver en tus labios aquella sonrisa burlona. Tu tono ya me decía que considerabas absurda la pregunta.- Creo que todos somos adultos….seguro que puedes deducir tu solo lo que paso….


Tire los cubiertos de mala manera sobre el plato. Entonces si busque tu mirada. Parecías sorprendido.

-Entiendo.- Dije cortante.- Hay cosas que es evidente que yo no podría darte.-Tu expresión al escucharme era la de haber visto un fantasma.

-Ni yo a ti.- Te apresuraste a decir. Con un tono que no iba con la expresión de tu cara. – No deberías privarte de ciertas cosas, Min. Se que te encantaría.

Había escuchado demasiado.

Me levante de golpe de la silla apartándola de mi al incorporarme.

-Nunca pensé que cayeras tan bajo…- Dije con mi tono despectivo.- Una llamadita y pierdes el culo por ir a verla.

Tal y como yo esperaba…..

evadiste mi mirada….

y me hiciste tanto daño….

Entonces ese orgullo que finjias tener era todo fachada?

Ahora me arrepentía de haberte dicho una verdad que era aun mas dolorosa para mi que para ti. Maldita sea.


Yo no podía ser otra cosa que tu estúpido juguete imperfecto.

-Cuando ella te vuelva a hacer daño, y recuerdes donde te aprecian de verdad….- Te dije mientras me dirigía a la salida.- No vengas a buscarme.


No me fije bien al salir en aquella expresión de dolor y fragilidad contenida que te habían provocado mis palabras.

Mas que nada porque me dolía ver mi rendición reflejada en tus ojos.

No quería ver nada.

¿Qué había esperado yo que me dijeras?

Me reprochaba el ser tan iluso.

Esperaba acaso algo como “ No, Min, es cierto que pase la noche allí, pero cuando ella se echo a mis brazos la rechace porque no eran los tuyos…” o algo asi.

O…”en el ultimo momento antes de besarla, me acorde te ti, no pude seguir, asi que nada paso”. Cosas asi.

Las ultimas briznas de esperanza atrapadas en los rincones de mi corazón… se esfumaron.

Las probabilidades mas ínfimas, mas etéreas se habían consumido.

¿A quien quería consolar buscando enrevesadas situaciones?

Solo había una razón por la que él pasaría la noche entera a solas con ella en su casa, como tantas otras antes.

Aunque fuera justo después de lo que había pasado entre nosotros ese mismo dia.

Solo una razón.

Y esa razón no era yo.

Simplemente, esa razón me dejaba a mi fuera de juego….verdad?


Una razón….


......que nada tenia que ver conmigo…



Fin del capítulo


(por dios, que alguien le diga a changmin lo equivocado que esta! T__T)






Ya era la segunda vez que llamaba, de aquél mismo día.... y yo no tenia fuerzas para descolgar el teléfono.

Por mucho que extrañara su voz, por mucho que supiera cuanto la costaba poder llamarme.

Estaba solo en el baño de casa, sentado en el suelo, contra la pared fría del alicatado.

Llevaba dos duchas.

Pero no conseguía relajarme. Había prometido avisar a mi manager por si volvían mis desarreglos intestinales. Ya hacia semanas que habían vuelto, y no había dicho nada.

Ya llevaba 3 kg perdidos.

Pero no comía demasiado, ni hacia demasiado ejercicio, para no perder aun mas peso... y que nadie sospechara.
Si comía mucho, y aun así perdía peso, se darían cuenta.

No podía con mis propios nervios. No me atrevía a volver a hablar con ella.
No podía sostener la mirada de Changmin, mucho menos la de Jae, todo esto estaba pudiendo conmigo.

Recordaba las ultimas semanas borrosamente. Aun estaba arreglando los desastres en nuestro trabajo que causó Changmin al grupo cuando estaba en ese estado irreconocible de él.

Nadie lo sabia pero... nos había costado varias oportunidades en el extranjero.

Y hacia semanas que nuestro manager me estaba presionando por el bajo rendimiento.
Si le contaba la razón, tendría que hablar sobre Changmin, y no quería decirlo.

Estaba acostumbrado a trabajar bajo presión, como no.... pero.... todo era diferente ahora.

Mi corazón estaba roto.

Que nadie me preguntara por qué, pero lo estaba.

Y ¿quién lo había roto?

Yo mismo.




Changmin no me miraba mal.

Por dios, ni siquiera Jae me guardaba rencor, me trataba como siempre, Yujin no sabia nada pero..... yo.....

Me había traicionado a mi mismo.

Creí que sabia quien era Yung Junho, y estaba orgulloso de eso.

Tan orgulloso....

De mi integridad... mi lealtad....mi responsabilidad.....

Al pensar en esas palabras recordé.. no imágenes que mi mente ahora intentaba censurar, pero si palabras.

NI siquiera voces, solo palabras....

Palabras confusas... que yo sabía lo que decían.

Eran las mías propias..... mis propios y oscuros impulsos.



Abrí los ojos, el teléfono había dejado de vibrar.

Pero mi mente seguía vibrando.... dolorosamente.

Mire mi cuerpo sentado, cubierto por un albornoz, el cual estaba un poco abierto, podía ver mi pecho, mi abdomen, mis piernas dobladas....

No podía sentir ni recordar la sensación de lo que hice.

¿Entonces por qué?

Volvió a vibrar el teléfono.

-Yujin......- murmuré, tapándome la cara con las manos, tapando mi cuerpo con el albornoz.

No sabia que decirle, ni siquiera podía fingir. Ninguna mentira piadosa, ni hablar como siempre.


Yung Junho siempre sabia que decir.

Llegó un sms.

Los sms no se usaban en Japón. Se mandaban emails desde hace años.

Ni siquiera estaba seguro de saber como se leía.

En seguida lo abrí, no me sonaba a nada bueno....

“ábreme la puerta”

Sólo 10 segundos se interpusieron entre la puerta del apartamento y yo.

Podría haber sido algún reportero y meterme en un lío por abrir la puerta en albornoz. Podría haber sido el vecino, mi manager, una fan, en cualquier caso me hubiera metido en un lio.

Pero ahora los aviones......permitían a la gente moverse muy deprisa.

-¿Vas dejarme entrar?- Dijo Yujin desde la puerta. Con sus enormes gafas de sol, su sombrero de paja primaveral, y su atuendo completamente clásico, con un toque juvenil.

Desde el mismo momento que me aparte para dejarla entrar, para que nadie la viera en la puerta, estaba pensando en como hacer para que saliera.
Estaba tan estupefacto que no reaccionaba.
Era tan absurdo que ella arriesgara todo entrando en mi casa, por su propio pie, sin nadie, sin previo aviso, a mi propia casa.

¿Y si hubiera estado en casa alguno de los chicos?

O nuestro manager?

¿O Nadie?

Mil personas podrían haberla visto entrar y sin duda la seguirían.

Mi cabeza podia estallar, pero al mismo tiempo, todo esto para mi solo incrementaba la imperiosa necesidad de saber qué había venido a hacer o a decirme, que requiriera este desastre.

-Supongo que te sobresaltará verme aquí.- Dijo ella leyendo mi mente, se quitó las gafas de sol y me miró.- No estoy aquí, solo porque no me cojas las llamadas. Ni solo por ..verte. Se que tu problema no es directamente conmigo.

Yo andaba de un lugar a otro, buscando algún sitio donde quedarme quieto, pero no lo encontraba.

- Iré directa al grano, sabes como soy. Dime que ha pasado, Yunho.

Me dijo mientras me miraba fijamente.

- Estoy ocupado.-Contesté evadiéndome. Pero sabia que mi actitud, me estaba delatando. Si realmente no pasara nada, estaría ahora mismo montando en cólera por verla aquí. El hecho de que no estuviera ya gritando era la prueba inequívoca de que ella tenía razón.

- Esta bien, juguemos a las adivinanzas.- Dijo ella caminando con sus caros zapatos por el salón.- El trabajo SIEMPRE es un problema....con lo cual... sé que no es SOLO eso.....también SE que no es con tu familia.

- ¿cuánto tiempo llevas en asia?- Pregunté temiéndome lo peor. Por su mirada supe que había ido a verles. Resoplé y anduve mas deprisa.

- Por lo tanto....algo tiene que haber pasado con los chicos.....-Siguió ella ignorando mi nerviosismo, me agarré la tripa con las dos manos mientras me movía.- pero.... no puede ser algo que hayan hecho ellos....porque sé que puedes con eso.... no,no.... tiene que ser algo que TU les hayas hecho a ellos. Pero después de saber hasta donde han llegado tus tonsaengs... sé que siempre has podido lidiar con ello tu mismo.. a no ser, que NO se trate de un Tonsaeng....

- Basta ya Yujin!- Le pedí. - ¿Por qué estás haciendo todo esto?

- Nunca pensé que llegaría el dia en el que tuviera que recordarle a Jung Yunho sus propias palabras pero lo haré.- Se acercó a mi con las manos en sus caderas.- ¿Acaso has olvidado las palabras que me dijiste la ultima vez que hablamos?

Su mirada y sus palabras, me hirieron tanto que por un momento pensé que me vendría abajo.

-¿es que acaso crees que si tu hablas en serio.... yo no? Sabes que puedo llegar tan lejos como me proponga. ¿Acaso estaría tomándome en serio lo nuestro, si permitiera que te vinieras abajo? Si tu vas en serio. Yo también.

Después de decirme eso y dejarme petrificado se quitó el sombrero con furia , dejándolo en su mano.

Ver sus ojos fieros me partió en dos.

-Demuéstrame ahora que la situación lo exige, que en verdad eres el hombre que he elegido para estar a mi lado.... Dime qué le has hecho a Jaejoong.

Ni siquiera puedo describir mis sentimientos entonces. Eran un soberbio tumulto de emociones contradictorias.

Jamás había sentido tantas cosas al mismo tiempo en mi vida.... fuera de un escenario.

Sentía.....rabia, miedo, asombro por su perspicacia.... a la vez me sentía profundamente conmovido de que una mujer asi me conociera hasta ese punto. Era lo que siempre había deseado de mi compañera, a parte de todas las cualidades que ella tenía.

Esta era la mayor demostración de amor que habían hecho por mi en mi vida.

Sentía vergüenza, opresión, y amor....mucho amor por ella.... culpa, dolor, repulsión por mi mismo..... pensé que antes de poder volver a hablar me volvería loco.

-Veo que efectivamente estoy en lo cierto..... lo que más me preocupa es que no me lo hayas dicho ya....- Bajó la mirada.- ¿Es algo que no debo saber verdad?´- Preguntó sin levantar la cabeza.

Yo creía que estaba escuchando mal, incluso que ella podía referirse a mil cosas....

El silencio se hizo entre ambos y yo no era capaz de reaccionar por completo.

La escuché suspirar, y se mordió el labio inferior, como justo antes de echarse a llorar.

Preciosa...

- ¿Crees que no lo sabia?- Me preguntó con la voz temblando. No me miraba a la cara.

Mi estómago dio otro vuelco y pensé en que quizá tendría que ir al baño, pero para vomitar de la impresión.

-¿de qué hablas?- pregunté en un susurro.

- Sabes de lo que hablo.....- Me dijo en un tono amenazante y oscuro.-Hablo de lo que te pasa....con Jaejoong-Oppa.

- ¡Estás loca!- le grité en un ataque de cólera.

- Ni te atrevas a negármelo.- Me ordenó conservando la calma. Me di cuenta que yo debería hacer lo mismo o seria peor.

- No sé por quién narices me tomas. Ten cuidado con lo que dices.- La advertí. Ella no se acobardó ni un ápice.

- Siempre temía la lejana posibilidad de tener esta conversación.- Dijo ella asustándome.- ¿Le amas?

- Por dios!!!- Dije golpeando la pared con la mano. – Eso es completamente absurdo.

- De acuerdo.- Aceptó ella con calma, para mi sorpresa.- ¿Te atrae?

........

........

.........

-No es lo que piensas.- Dije para romper el incomodísimo silencio. El silencio más incómodo de mi vida.

No perdía de vista su mirada sobre mí. Parecía dispuesta a creerme, a escucharme.

Se estaba tomando la conversación completamente en serio.

¿Cómo podía no amarla?

Ella.....era la mujer de mis sueños. Era ella. La había encontrado.
Y lo que se interponía entre nosotros....era yo. Yo y mi incomprensión de mi mismo.

-Si de verdad te importa lo que hay entre nosotros Jung Yunho. Hazlo ahora. Si de verdad sientes como yo que lo que tenemos y podremos tener es auténtico, hablemos esto ahora y dejémoslo atrás para siempre.

Lo que te pasa y lo que sea que haya pasado en estos días, te perseguirá y te impedirá ser feliz por completo durante el resto de tus días. Pero si sientes como yo, que soy la persona que te aceptará al completo.... podrás alcanzar la felicidad a mi lado.

Es decisión tuya.



Mi pequeña le estaba dando a su orgulloso Oppa una lección de madurez, como nunca en su vida.


Me giré sobre mi mismo y eché un vistazo por la ventana, fingiendo tal vez, que estaba pendiente de que alguien la hubiera seguido o comprobando que no había una compacta masa de paparazzis en la puerta del edificio esperando a que saliera.

-El problema es que no puedo perdonarme a mi mismo.
Él me ha perdonado, pero yo... no puedo perdonarme.

-Se lo que sientes por él mas que tu mismo Yunho....- Dijo ella a mis espaldas.

-Entonces dime ¿por qué intenté forzarle?- Dije sin poder reprimir mi angustia y tirando todo por la borda. Ni siquiera me atreví a mirarla.

-¿Qué hizo él?- Preguntó ella. Yo de nuevo volví a quedarme sorprendido. Pero contesté entendiendo que me preguntaba qué hizo él para que yo intentara forzarle.

¿Quizá pensara que él me provocó.....? La sacaría de dudas en un instante. Quizá si hubiera sido eso hubiera tenido más sentido....


- Le hizo daño a alguien que quiero, y a la vez me traicionó....- me di cuenta al decirlo, de que Jaejoong en realidad nunca hizo tal cosa.....tan sólo yo lo sentí así.-

llevó hasta el límite mis sentimientos de posesión.....- dije como para mi mismo.- Él no me provocó....en ese sentido.

Provocó...mis sentimientos más oscuros.... con su desdén.

Ahora veo que en ese mismo instante me di cuenta que no quería seguir forzándole.... pero no quería seguir con eso de mutuo acuerdo tampoco.

Después .... llegué a pensar que si realmente lo probaba.....me sacaría de dudas....dejaría de incomodarme el tema..... lo dejaría atrás.

Descubriría que no era lo que yo quería, me liberaría. Pero nada de todo eso era lo que yo quería, mis sentimientos tan solo me pusieron a prueba.
He encontrado mi respuesta.....Yujin, pero he hecho añicos mi integridad.


-¿pretendías ser un hombre íntegro durante toda tu vida?- Me preguntó ella de pronto rompiendo su propio silencio. Yo me giré rápidamente sin poder creer que me hiciera esa pregunta.- Eso no es posible. Si crees que tu padre lo es....que cualquier hombre que crea en ello como tú lo es...... te equivocas. Nunca sabrás los secretos que tu padre guarda, sólo tu madre... o ni siquiera eso.
La integridad Yunho, existe en si misma, no en todos los aspectos de la vida de un hombre. Está en que sepa reconocerla.


El silencio se hizo entre nosotros. La miraba con tal intensidad que quizá desgastara su imagen si no apartaba la vista.


-Yo... te amo Yujin.-Dije.- Dime acaso si un ser como yo te merece.

-No eres tu quien decide. Un hombre se define según la capacidad que tiene para enmendar sus errores. No por ser perfecto, por tener una conciencia sin mácula. Sino por tenerla Yunho.-Yo me quedé por completo sin habla, conteniendo el aliento, el llanto.-
¿Él te ha perdonado?

Asentí. Ella se acercó a mi porque vió las lágrimas en mis ojos que yo intentaba ocultar apartando mi cara de su vista.

-Entonces deja que yo te perdone a cambio de ti. Deja que yo guarde tu propia culpa en una caja y la custodie para siempre. –Sus brazos me rodearon y temblé. No sabía que sentir.- Prefiero que haya ocurrido esto ahora y podamos superarlo y dejarlo atrás.

-Yujin ah....- murmuré profundamente conmovido.

El lugar de mi en el que ella había entrado era el mas profundo. Te estaba removiendo de tu lugar, jaejoong.

Si volvieras a preguntarme, tendría que decirte que estabas en el segundo lugar.

Quizá te sentirías peor que yo, a mi me daba igual lo que sintieras por mi.

Es la verdad. Sólo quería lo que ya tenía de ti después de todos estos años.

Nos había costado mucho que estuviera asi.
No se porque no había tenido tiempo ni valor para agradecerte el poder conservarla.

Nunca te preguntaría porqué me perdonaste.

Por qué confiaste en mi hasta el último momento, estando asustado, para no herirme con todas tus fuerzas como intentó Changmin.

Podrías haberte liberado si me hubieras causado un daño irreparable.

Pero nunca te preguntaría por qué no lo hiciste.... por qué confiaste en mi hasta el último segundo.

Confiaría en tu decisión.

Todo quedaría allí.



SI bien como había conducido mi vida hasta ese momento, me había hecho un hombre tal, para ser capaz de recibir tu confianza, tu perdón; y también la comprensión, el apoyo y amor sin límites de alguien como Yujin.

Aunque hubiera fracasado en mantener mis principios, al menos vosotros me habíais demostrado que de alguna manera no todo lo que hice en mi vida hasta ese momento fue en vano.....

Si se me ha permitido el don de vuestra comprensión.

Valoraré eso por encima de mi mismo de ahora en adelante.

Ésta es la lección que la vida estaba esperando enseñarme.

Quizá la cercanía a la perfección esté cercana al desastre.

Yo sigo en pie. Gracias a la gente que me quiere.

¿Qué mejor regalo se le puede pedir a la vida?




















Jamás. Jamás te diría Jaejoong hyung, que aún tenía pesadillas.....de vez en cuando.
Aunque jamás, jamás...pudiera contárselo a nadie.

Fíjate si no quiero que lo sepas....que hasta te hice creer que no me desagradó del todo.

Te hice creer que soy tan fuerte como tu. Por una vez.
Que no lloré.
Que lo olvidé.
Que no me costó.
Que no marchitó ni manchó una parte de mi corazón para siempre.

Después de todo....yo siempre he tenido quién me cuidara, verdad?
Nunca fue la misma persona, pero me mantenía cálido.

Pero....¿Qué mantiene cálido el corazón?

NI tu ni yo estamos seguros de eso verdad Jaejoong?

Aquella noche, hace algunos años, fui a ese infernal lugar..... a la casa de ese hombre.... a jugármelo todo a una oportunidad.

Pensé que no funcionaría, que no sabría como manejarme, que no podría.......atraer a otro hombre.

No mientras el solo hecho de observarle me repugnaba. Cuando entré por la puerta de su casa aquella noche, intenté actuar como si tratara de seducir a una mujer.

Pero fue absolutamente en vano.

No podía ser ni yo ni cualquiera de los yo que intentara ser. No había ninguna parte de mi que pudiera fingir si quiera parecido a lo que necesitaba ser aquella noche.

Asi que, falto de ideas e iniciativas le hice beber. Podía notar sin embargo, que él aunque le extrañaba profundamente que me encontrase allí, le agradaba mucho más mi presencia como para cuestionarlsela.

Pensé que si bebía y bebía acabaría comenzando algo.... me ahorraría el tener que tomar ninguna iniciativa. Pero nunca ocurrió y me quedé sin alternativas.

Me quedaba irme. Ni siquiera me pidió que me quedara cuando intenté salir de allí.

Y entonces lo hice.

Cerré los ojos, desabroché mi camisa, bajé mis pantalones, descubrí mi cuerpo por completo y me quedé en silencio.
Con los ojos aún cerrados.
Pensé que amortiguaría cualquier sentimiento pero debí saber entonces lo equivocado que estaba.
Noté aquellas manos temblorosas, bruscas y sudorosas sobre mi piel.

Y en ese momento me arrepentí.

Aquel cerdo con edad para ser mi padre, ni siquiera pareció escuchar mis sonidos de disgusto. O quizá ya estaba acostumbrado a ellos.
Ni siquiera pareció darse cuenta de que no me excité en ningún momento. NI siquiera le importaba.
Nada mas lejos de lo que sentía.
Gracias al cielo todo ocurrió rápidamente.
Sus manos sudorosas y desesperadas recorrían mi cuerpo sacándome expresiones de repulsión y llanto.

¿Tan acostumbrado estaba aquél maldito hombre a escuchar aquellas palabras y sonidos de espanto, repulsión y desesperación?

Mis propios sonidos de revulsión al notar su saliva sobre mí sonaban en boca de tantos otros jóvenes detrás de mí que habían tenido que soportar semejante experiencia en cualquier parte del mundo.

No me movió de aquél lugar en el que yo me había desvestido frente a la puerta de la casa. Yo no me atreví a abrir mis ojos en ningún momento, aunque el hecho acrecentara el miedo y cada sensación insoportable.

Sólo tiró de mi hacia abajo en cierto momento, y de cualquier manera me hizo agachar sobre el suelo de madera pulida y barnizada de su lujosísimo apartamento. Pisando mi ropa.... haciendo que me inclinara hacia delante. En la oscuridad de mis ojos cerrados y a tientas busqué en uno de los bolsillos de mi pantalón, y le acerqué una bolsita de un preservativo con la mano temblando, intuyendo lo que quería hacer conmigo.

Aterrado escuché el sonido del envase al rasgarse y sus gruñidos de impaciencia, algo húmedo y cálido cayó sobre la parte de mi piel bajo su barbilla. En seguida supe que se trataba de saliva....escuché los tirones del látex y más gruñidos de impaciencia, y al escucharle jadear tan fuerte y sujetarme de la espalda rompí a llorar.

Claro que se me escuchó. Se me escuchaba perfectamente. Mis llantos, mis lamentos, resonando perfectamente en aquél salón de diseño, ahogando el sonido de sus gruñidos de animal.
Lloré desnudo a cuatro patas, con la cabeza entre mis antebrazos, mordiendo hasta marcar la carne de mis muñecas para soportar el dolor.

De todas maneras, sin siquiera abrir los ojos, al notarlo me di cuenta de por qué este hombre era tan cobarde e infame. El tamaño de su sucio miembro era tan reducido que el mismo condón cayó por su propio peso cuando todo terminó al fin.
Podría haberme hecho mucho más daño durante su repugnante acto, pero su cuerpo no tenía la talla suficiente.

Maldito cobarde.

Sin siquiera subirse los pantalones, anduvo a trompicones hasta su cerveza sobre aquella mesa de cristal, y bebió de ella mientras se sentaba dejándose caer sobre su sofá.
Sin duda esperaba que me fuera. Y yo no quería quedarme en aquél lugar ni un segundo más.
Sin apenas abrir los ojos, me coloqué mi ropa de cualquier manera.

Salí de allí a la completa carrera, tapado hasta las orejas y me fui en mi coche hasta un hotel de las afueras. Entré allí como alma que persigue el diablo hasta la habitación.

Tiré mi bolsa al suelo y me precipité a la ducha.....caliente, fría.....ni siquiera lo sentía, escupía y escupía bajo el agua para quitarme la amargura del llanto.
Quemé toda la ropa, incluso los zapatos.
Todo.
Me puse ropa nueva y me senté temblando aún de histerismo sobre la cama de aquella habitación, abrazando mis rodillas, con el cigarrillo apenas sujeto por las puntas de mis dedos. La ceniza caía sobre el suelo.
Me daba igual.
Mientras estuve en aquel sitio yo apenas bebí, pero en esa habitación de hotel acabé con el minibar. Esperaba que aquellas pequeñas botellas fueran suficientes para hacerme dormir.
Quizá vomitar...si, sin duda si vomitara, me sentiría mucho mejor.

Tenía pastillas para dormir en mi bolsa como teníamos todos para usarlas de vez en cuando. Lo recordé de pronto. Sentía que el alcohol no me afectaba lo suficiente y sólo quería perder la consciencia... dormir.....
Pero no me atreví si quiera a tomarme una. Después de todo ese alcohol.....
No estaba seguro de poder impedirme a mi mismo tomar más de una si las cogía....no sabía si podría tomar sólo una.....si las tenía en la mano.
Y lloré mucho más. Y me arrepentí mil veces, y me alivié mil veces mas de que ninguno de ellos hubiera tenido que pasar por esto.
No me consolaba el hecho de pensar que si ese maldito monstruo hubiese conseguido ponerle las manos encima a Jae como pensaba,.....quien sabe si se hubiese conformado tan solo con lo que me había hecho a mí.

Y no dejé de llorar. Y juraría que seguí llorando mientras dormía.

Jaejoong no se atrevió a hablar conmigo en semanas. Ni a preguntarme.....hasta que un día, estando solos en nuestra habitación, a punto de irme a dormir, ya ambos con los pijamas puestos, le dije que apagase la luz y se detuvo antes de hacerlo.
Le miré y él se giró hacia mí.

- He estado pensando qué hay en el mundo que te pudiera dar, qué podría hacer, para agradecer lo que ....has hecho por mi.-dijo en voz muy baja.- Y no he encontrado ni una sola maldita cosa que pueda compensarlo.
Sin levantar la cabeza, se puso de rodillas, puso sus manos en el suelo, y se inclinó ante mí.
Y esta vez no fui yo quién lloró. Juraría que fue él aunque no le vi. Cerró los puños y habló con la voz quebrada.

-Ni siquiera....se si valdría para compensarte el que hiciera lo mismo por ti, puesto que si creyeras que podría con ello no lo hubieras hecho por mi. ¿Qué puedo hacer?
¿Qué puedo hacer? Te lo agradezco tanto.

Yo permanecí serio y en silencio. Hasta que él se levantó solemnemente y se quedó sentado sobre sus rodillas.

- No hay nada que puedas hacer jaejoong, ya pasó ya está bien así.- Le dije.- Sólo te pido una cosa.- Y me miró a los ojos.- Jamás, volvamos a mencionar este asunto pase lo que pase. Olvídate de que me debes algo, y yo lo olvidaré. Este asunto morirá en la memoria de los dos de ese modo. ¿Me lo prometes?

- Te lo prometo.- Dijo sin dudar.

Sabía que no cumplías todas todas todas tus promesas...pero eso dependía a quién se la hicieras y por qué.
Teniendo esos detalles en cuenta, se podría decir que realmente eras un hombre. Un auténtico hombre de palabra.
Y con eso me bastaba.
Por tu parte, con eso me bastaba.
Por la mía; empecé a preguntarme si hubiera estado dispuesto a renunciar a mi carrera, para haber escapado de eso en algún momento.
Y la respuesta era no.
Prefería este sufrimiento a dejarlo todo. Esa era la verdad. La verdad para todos.
Y era precisamente por eso por lo que estábamos donde estábamos; juntos.
Y eso era lo que me bastaba.












Aquella noche era una de esas noches, en las que Yoochun lloraba sin lágrimas. Él pensaba que nadie lo sabía pero era al contrario.

Pero a diferencia de otras veces, viniste a preocuparte por mi. Habías visto que había hablado con Changmin hoy, solo para preguntarle una tontería.

-¿Cómo estás?- Me preguntó el muy bobo, cuando esa pregunta debería hacerla yo.

-Ya vas a venir a darme la lata con tus ñoñerías? Crees que es señal de que le perdone?- Te dije sobresaltado por tu estupidez.

-Llevas semanas privándote de usar las consolas sólo por no jugar con él. Me parece significativo que le des conversación.- Me dijo mientras sorbía una taza de café solo sin azúcar casi frío.

-sabes como odio la violencia. Te odié a ti mas que a nadie por recurrir a ello. Nos pusiste a todos en tu contra.- Le dije recordándole el incidente que casi nos separó como grupo.

-Debiste habérmela devuelto.- Dijiste despreocupadamente sorbiendo de la taza de nuevo.

-¿Cómo te iba a haber devuelto el golpe después de haber sido yo quien te hizo caer?- Dije exasperado pero no alterado. –Pensé que habíamos acordado que no hablaríamos de ello de nuevo.

-Has empezado tu, idiota.- Resoplaste apurando el resto del café.
Yo apenas le había dado dos sorbos a la maldita taza de infusión que tenía delante. Siempre la bebía, era bueno para mi garganta. Pero sabía a rayos.....

- A quién llamas idiota, yanki macarra??- le piqué.

- Siempre que llegaba a casa..... y os encontraba jugando a la consola, riñendo, riendo, hacías de nuestra casa un poquito más de hogar. De este hogar que para mi es el único. Sólo quiero recuperarlo eso es todo.- Dijiste antes de levantarte para llevar la taza hasta el lavaplatos.

- Bah.. con sensiblerías lo solucionas todo?- Dije enfurruñado. Pero tú sabías que no lo estaba.- Dime más bien que narices te pasa a ti, durmiendo tan poco cuando puedes descansar hoy. ¿No te quejabas la semana pasada de eso?

- En mi es normal, lo que no lo es, es que tu, marmota andante estés aquí a estas horas jorobando, vete ya a dormir niño.- Me dijiste esperando molestarme.

- Me voy a ir y dejarte aquí lloriqueando para que nos des la lata mañana? ¿ de que me sirve?- te reíste, intentaste que pareciera por la escupida broma pero te reías porque te había cazado.- de verdad te preocupa que no volvamos a llevarnos como antes.

- SI. Ya tengo suficiente con Yunho y jaejoong, con las peleitas del Jaemin, no les sigáis tu y Changmin también. Si no tenemos armonía aquí nos vendremos abajo.

Tenías tanta razón. Ese corazón de plastilina y ese temperamento violento, rebelde e irascible.... no me equivocaba yo creo al llamarte bipolar cuando me metía contigo.

Pero sin tus insultos quizá todo esto fuera mas difícil.
Seguramente.

Estaba seguro de que en dos dias le habría pegado al fin una paliza a Changmin al FIFA. Pero ahora ya no había oportunidad.

Si Changmin que tanto estaba de mi parte, rechazando el llegar a las manos....no acababa de enteder por qué estaba dispuesto a llegar a esos límites, por qué en todo lo referente a Jaejoong hacía excepciones.....sintiera lo que sintiera por él.

-Junsu ah.- Me dijiste por quinta vez, cuando yo me di cuenta y te miré.- ¿Ya sabías que Jaejoong y Changmin estaban...... liados?-aquella pregunta sonó rarisima para los dos.


- No, claro que no. Ni sabía hasta donde habrán llegado, ni quiero saberlo en la vida, por dios!- Contesté pegándole un buen trago a mi infusión, como si se me hiciera menos malo notar ese sabor desagradable en mi boca que pensar en esos dos juntos.

- Entonces?

- Yoochun, ya te dije, a mi no me importa qué tipo de relación tengan en la intimidad ,eso es cosa suya, ni lo se ni me importa. Pero para lo que a mi me concierne, la relación que tienen no es de tan sólo amistad, lo ha sido desde hace algún tiempo, lleguen a acostarse juntos o no. Agg por dios no me hagas decirlo. Jajajajja- me reí al darme cuenta de lo que decía.-Yo sólo quiero que no discutan, que no se peguen. Que sigamos todos juntos...

- Bueno, y no es justamente lo mismo que quiero yo?- Me preguntaste esperando que te diera la razón.

- No, en realidad no..... tu eres mucho más cotilla....-Le dije. Sabía que le molestaba por do porque no le daba la razón y le insultaba, pero eso era lo bueno!

- Vete ya a dormir, nene.- Me dijo como si mandara a su hijo a acostar.
- Calla! No me llames más así.- Te dije riendo, con lo cual no imponía mucho.

Una vez terminado me levanté para ir a la cama porque verdaderamente me estaba cayendo de sueño. Tu recogiste la taza por mi, aunque odiabas cualquier tarea hogareña....- Yoochun....-Te dije antes de irme.- No volverá a pasar. Ninguno de nosotros tendrá que pasar por eso. Créeme.

Tu te giraste para poner la taza en el lavavajillas y tan sólo me diste la espalda. Pero necesitaba que lo escucharas, porque intuía que tu necesitabas oírlo.

Quizá me equivocase, verdad?

Pero si fuera así no te hubiera escuchado irte a dormir 10min después de mí, hasta el mediodía siguiente.

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