El chico Nuevo cap 20

Lo miré un poco extrañado, que Yunho lo hubiera ayudado me parecía algo poco probable

- ¿Y cómo se supone que Yunho hizo eso? –le pregunté interesado en la respuesta.
- Yunho se inventó muchas salidas entre los cuatro, incluyendo a Junsu. Solíamos ir a una cabaña que tenía Yunho a las afueras de Japón. Y siempre encontraba una excusa para volver a Corea dejándonos a los tres allá. Junsu se la pasaba saliendo, todo en confabulación con Yunho y al final nos quedábamos los dos solos en la cabaña, el resto fue sólo cuestión de tiempo –dijo como recordando- cuando se me declaró me llenó mi auto de rosas rojas, sacarlas de ahí fue toda una odisea –Changmin se rió con melancolía- luego me invitó a cenar y me pidió salir con él, conocernos y después veríamos. Terminamos siendo pareja y yo completamente enamorado de él. Yoochun fue el primero en todo, tal vez eso es lo que más me pesa al momento de decidir si sigo con él o no. Hemos tenidos crisis en el pasado Jae, Yoochun es muy posesivo y generalmente no le gustaba que yo tuviera amigos –suspiró recostándose en la cama- vuelvo a hablar de mí Jae, y el tema aquí ahora es si perdonarás a Yunho algún día.
- ¿Qué harías en mi lugar Chang? –le pregunté volviendo a sentarme en la cama.
- Creo que estaría igual que tú ahora. Si viene cierto entre Yoochun y tú no pasó nada, el hecho es que casi pasa y ese sólo hecho me partió el corazón. No puedo imaginarme todo lo que debiste sentir mientras veías a Yunho besando a Iku. Sin embargo, ahora que conozco las razones me es difícil no sentir pena por ambos. Yunho jamás pensó en estar con un hombre, eso no era para él, a pesar de que tenía amigos que poseían preferencia por las relaciones homosexuales. Y a pesar de eso Jae, cuando te vio por primera vez fue un gran impacto para él. Me llamó en la noche confundido y asustado.

*Llamada telefónica entre Changmin y Yunho el día en que conoció a Jae*

- Ah, Yunho eres tú, ¿cómo estás? –dijo Changmin sorprendido por la hora de la llamada.
- Min no puedo dormir –le dijo un Yunho angustiado.
- ¿te sientes mal?
- No, no es eso ó tal vez sí. ¿Recuerdas el chico que te mostré hoy en el colegio?
- Si, el que se llama Jaejoong –le respondió Changmin
- ¿Qué te pareció?
- Es un joven interesante.
- Cómo hombre me refiero –preguntó Yunho un poco alterado.
- ¿Cómo hombre? –Changmin lo meditó un segundo- es muy atractivo, tiene cierto aire femenino en su rostro, demasiado pálido, pero con esos labios rojos dudo mucho que pase desapercibido. En realidad es un hombre lindo.
- Min creo que él me gusta –Changmin se quedó en silencio sin saber que responder- no puedo dejar de pensar en él, me excité mucho pensando en él, quiero tenerlo, besarlo, tocarlo… Min ¿Qué me está pasando?, ¿es esto normal?
- ¿Alguna vez te gustó un hombre Yunho?
- No, nunca. Es la primera vez que pienso en un hombre de esa manera, cuando lo vi entrando en la sala, sentí el inmenso deseo de besarlo, ni siquiera lo conozco Min, ni siquiera sé si él se fijaría en mí –Yunho se escuchaba muy afectado y Changmin debía decirle algo.
- Bueno Yunho sólo tienes una salida, debes intentar besarlo y averiguar qué es lo que sientes al hacerlo.
- Hoy se tropezó al terminar la clase, creo que lo puse nervioso sin querer. Traté de evitar que se cayera y al final terminamos cayendo los dos y entre la confusión del momento nos besamos. Fue un beso corto, un “piquito” como se dice.
- ¿Y qué sentiste?
- Me gustó, me gustó mucho, pero quería más. Sentí su cuerpo sobre el mío, su calidez y por un momento sentir sus suaves labios… yo… tuve una erección –Changmin sintió deseos de reír, pero se contuvo.
- Lamento informarte Yunho que eres gay y que Jae te gusta mucho.
- ¿Y qué se supone que haga ahora?
- Eso es la guerra Yunho y Jae es tu enemigo, deberás vencerlo para hacer que se rinda a ti, ¿tendrás la suficiente fuerza para lograrlo? El camino que te espera es complicado, sobre todo si Jae no siente nada por ti, pero si él llega a sentirlo, juégatela hasta el final.
- ¿Una guerra eh!? Pues que así sea…

* devuelta a la habitación de Jae *

- Cómo te podrás dar cuenta Jae, Yunho descubrió ser gay contigo, es irónico porque estoy seguro de que tú tampoco sabías que lo eras –dijo Chang.
- La verdad es que no creo ser 100% gay, porque también me he sentido atraído por una mujer –le respondí pensando en Mizato.
- ¿te refieres a la chica que nos trajo el café?
- Si, es algo extraño porque al principio ni siquiera me llamaba la atención, pero con el tiempo, y después de conocerla un poco mejor, sentí que me gustaba. Ha intentado seducirme desde que nos conocimos –dije riendo- y yo he estado a punto de caer en esa tentación, es hermosa no puedo negarlo y también tiene un cuerpo muy deseable.
- ¿Y por qué la has rechazado? –me preguntó.
- Verás Changmin, jamás había hecho el amor con nadie, y experimentar esas sensaciones en el cuerpo me hicieron en su momento hacerlo con Mizato. He estado dos veces muy tentado, pero pienso en Yunho, y la excitación desaparece pienso en lo mucho que eso lo lastimaría.
- Es una muy buena forma de frenarte –reconoció Changmin- Jae en definitiva creo que deberías perdonar a Yunho, ambos han pasado muchas cosas, los dos han sido lastimados en diferentes niveles, y creo firmemente en que ustedes están enamorados a pesar de todo. Tómate tu tiempo, te lo mereces, sin embargo, no rechaces a Yunho cuando te busque, estarás negándote a ti mismo y eso sólo te hará sentir peor de lo que te sientes ahora –miré a Changmin, pero no le dije nada- Sin embargo, si al final de todo te das cuenta de que en realidad tu relación con Yunho no tiene remedio, entonces por lo menos lo habrás intentado –miró su reloj y se levantó- Ya es tarde, me retiro Jae, gracias por recibirme tan tarde.
- Esto nos ha servido a los dos, tomaré en cuenta lo que hemos hablado –le dije.

Lo dejé en la entrada de la casa y luego nos despedimos. Changmin era un gran hombre, y a pesar de su edad, parecía ser muy maduro. Cuando volví a la casa Mizato estaba sentada en las escaleras.

- Una noche interesante –me dijo sonriendo.
- Ha sido un día muy extraño Mizato –me senté a su lado cansado.
- Ve a dormir, tus padres vuelven mañana –me dijo levantándose para ir dormir- estaban muy preocupados por ti, y como tu padre recuperó su trabajo, debe volver a terminarlo.
- Entiendo, eso es algo bueno, gracias Mizato por lo de hoy –le dije tomando su manos- has sido una gran amiga.
- Sabes que yo te quiero y mi único deseo es verte feliz –me respondió abrazándome- no pierdo las esperanza de que algún me hagas caso Jae –me besó en la mejilla y luego se fue.

Pensé en lo tonto que era al rechazar a una chica como ella, pero en mi corazón sólo había cavidad para una sola persona y ese era Yunho. Aquella noche soñé con él. En el sueño hice el amor con él una y otra vez, desperté cubierto por mi propio semen. Me duché dejando que el agua tibia me despertara. Cuando salí Mizato estaba haciendo mi cama, me miró y se sonrojó al verme sólo con la toalla.

- El desayuno está listo –me dijo bajando la mirada.
- Muchas gracias, no tenías que haberte molestado, yo mismo habría podido hacer mi cama –le dije caminado hacia mi mochila para sacar ropa limpia.
- Haces mucho ejercicio –me dijo, me sonreí sin mirarla.
- No tanto –le respondí.
- Yo creo que sí, con ese abdomen –dijo, luego se puso a reír.
- ¿te parece que tengo una buena figura? –le pregunté con algo de maldad.
- Yo… yo… no me preguntes tonterías –dijo saliendo de la habitación cerrando con fuerzas la puerta.

Me reí de buena gana, me vestí rápidamente, estaba dispuesto a empezar a buscar trabajo, no dejaría que mi padre me siguiera manteniendo ahora que ya había salido del colegio. Desayuné con prisa y salí. Al encontrarme en la calle el auto que Yunho me había regalado estaba ahí, estacionado con las llaves colgando del parabrisas, suspiré cansadamente “insiste con lo del auto”. Tomé las llaves y me las guardé en el bolsillo y caminé hasta la parada de autobuses. Me dirigí al centro de Corea, a la gran metrópolis de esta ciudad. Pregunté en varios lugares postulándome para diferentes cargos. Lo que buscaba era algo para el verano, ya que mis planes eran dar los exámenes para ingresar a la universidad. Caminé mucho ese día sin suerte, los trabajos de medio tiempo estaban todos copados, así que no tenía muchas esperanzas de obtener uno pronto. Finalmente llegué a una tienda de ropa, pregunté si necesitaban vendedores, pero en vez de recibir una respuesta un joven mi miró de pies a cabeza y luego me sonrió.

- La verdad es que no necesitamos un vendedor –me dijo.
- Oh!, no importa –dije- muchas gracias por su tiempo –me disponía a irme cuando me detuvo tomando mi brazo.
- ¿Alguna vez has modelado? –lo miré sorprendido y negué con la cabeza – nuestra empresa está buscando modelos que puedan salir en las portadas de las revistas de modas. Estamos lanzando el vestuario de la nueva temporada y tú me pareces en verdad excelente para este puesto.
- ¿Me hablas en serio? –dije algo desconfiado.
- Por supuesto, y no te lo estoy pidiendo, te suplico que seas nuestro modelo principal, eres alto, guapo y tienes un buen cuerpo, serás perfecto –me dijo tocando mi abdomen- la paga es buena, sólo tienes que tomarte algunas fotos y bueno tal vez modelar en dos semanas más, en el show de espectáculos de la moda juvenil que se realizara en el estadio nacional, es un mega evento, todas las empresas asisten a ese evento a mostrar sus nuevos diseños.
- ¿Todas las empresas de vestuario? –dije pensando en Yunho.
- Todas, ¿Qué dices?
- Cuenta conmigo, creo que será muy divertido.

Esa misma tarde comencé a probarme ropas, todo me quedaba bien, no había muchas cosas que hacer con el vestuario. Cuando llegamos a la ropa interior me sentí avergonzado, pero las chicas que me vestían estaban fascinadas, como si yo fuera su juegue nuevo. Traté de no mirarlas, imaginándome que no estaba ahí ya que con todos los toqueteos que recibí de parte ellas ya me sentí algo acalorado. Llegaron otros modelos, todos muy guapos, me miraban de reojo hablando en susurros entre ellos.

- Soy Yorin –me dijo uno extendiendo su mano, era un hombre alto rubio de unos ojos verdes increíbles, era coreano, pero su aspecto era más bien americano, tal vez una mezcla.
- Soy Jaejoong –le respondí tomando su mano.
- Eres la comidilla del grupo, el chico nuevo –me dijo, yo pensé “siempre acabo siendo el Chico Nuevo”.
- Así parece –le respondí poniéndome de nuevo mi camiseta.
- La verdad es que te consideran muy atractivo y me enviaron a preguntarte si saldrías con ellos –me puse a reír de la sorpresa.
- ¿Te enviaron?, me parece que son muy infantiles para mi gusto –le respondí.
- Y si te dijera que soy yo el interesado en tener una cita contigo. ¿Qué me dirías?
- Eres tímido parece, ni siquiera me conoces –le dije tomé mi bolso disponiéndome a salir.
- Pero me gustaría conocerte –lo miré y la verdad es que si era un hombre muy atractivo. Se acercó a mí y me tomó del brazo- si cambias de opinión este es mi número.

Me entregó una tarjeta con su número, la tomé y me marché. En el camino hacia la salida, me topé con algunas chicas que me entregaron su número telefónico también, ese día me sentí muy popular.

Me fui a mi casa con ganas de contarle a Mizato la nueva, pero al llegar me topé con un camión de mudanza y a mis padres. Los abracé con mucho entusiasmo, verlos otra vez me llenaba de felicidad.

- ¿todo bien? –me preguntó mi madre.
- No como quisiera, pero mejorarán –le respondí- encontré trabajo.
- Eso es una buena noticia, aunque no tienes necesidad de trabajar –agregó mi padre tras de nosotros.
- Debo empezar a ganar mi propio dinero –le respondí.
- Esta bien, si eso es lo que quieres, ¿y dónde trabajarás?
- Antes de decírtelo, debes prometerme que no te reirás –le dije encontrando ahora la idea de ser modelo absurda.
- Lo prometo –contestó mirando a mi madre con complicidad.
- He sido contratado para modelar –les solté, se miraron mutuamente y luego se echaron a reír – definitivamente no puedo confiar en ustedes - dije entrando a la casa.
- Jae, hijo no te enojes. La verdad es que es un trabajo ideal para ti, eres muy lindo, siempre lo he sabido –me gritó mi madre, pero no dejaba de reír.
- ¿Modelo? –dijo Mizato, había escuchado todo- es perfecto para ti, ¿puedo ir a verte?
- No –dije sin mirarla- no estoy seguro de seguir con ese trabajo, en realidad a mi me da vergüenza.
- Eres muy tonto Jae, si supieras lo atractivo que eres –la miré de reojo y me di cuenta de me miraba como una especie de hamburguesa lista para comer, me volví a reír por dentro.
- Deja de mirarme así pervertida –le dije, me miró tan sorprendida y enojada por el comentario que se dio media vuelta y se fue, entonces me reí a todo pulmón.

Hacer este tipo de juego con Mizato con insinuaciones torpes me mantenía un poco más alegre.

- Jae –me habló mi madre- ¿sabes de quién es ese auto que está estacionado frente a nuestra casa?
- Es… es –me aclaré la garganta- es mío mamá.
- ¿¡Qué!? –casi me deja sordo.
- Mamá es largo de contar, pero Yunho me lo regaló y no importa lo que haga no puedo devolvérselo, ya le dije que no lo quería y aquí lo volvió a dejar –dije tratando de explicarlo.
- Vaya te debe querer mucho para regalarte semejante auto –dijo mi padre tras nosotros.
- O bien tiene demasiado dinero como para andar botándolo –dije suspirando- bueno les ayudo a desempacar.

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