Failed Heart cap 4

Changmin llegó a la facultad prácticamente flotando en una nube.
Despertó temprano esa mañana (cosa que casi nunca ocurría), incluso antes de que sonara el despertador. Por primera vez el desayuno que se preparó parecía algo comestible (y no algo rescatado de las fauces del perro) y además, sabía bien. Recibió una llamada de su padre, diciéndole que muy pronto volvería a Corea de su viaje de negocios a China. Luego recibió una llamada de su madre y sus hermanitas para desearle un buen día. Finalmente, fue de los primeros en llegar a clase, por lo que pudo sentarse en su lugar favorito, al final de la fila.
Sí, ese era un día demasiado bueno para ser verdad. Tenía un extraño presentimiento de que algo ocurriría, aunque no sabía si era algo bueno o algo malo. Sólo esperaba que su buena suerte el día de hoy fuera suficiente como para evitar que fuera algo malo o potencialmente dañino. Aunque ahora que llegaba a clase se presentaba la primera cosa negativa del día: Jaejoong no había llegado y la clase estaba por comenzar. Parecía que no iba a llegar a tiempo.
El día anterior de veras que se felicitó a sí mismo por ser tan curioso. Si no hubiera tenido curiosidad por la forma en que Jae había salido de la escuela, se habría marchado por su camino y no lo hubiera seguido. Fue gracias a eso que pudo evitar que el coche lo atropellara. Obviamente que a Jaejoong le dijo que sólo pasaba por ese lugar por casualidad. No le iba a decir "lo que pasa es que te estaba siguiendo, por eso pude darme cuenta", ¿verdad?

**flashback**
Changmin observaba con una cara divertida todo lo que Jaejoong hacía para pasar desapercibido por Yoochun y Siwon. Se veía tan adorable que estaba seguro que en cualquier momento su pecho se iba a desbordar del amor que sentía. Apenas consiguió evitar estallar en carcajadas ante la mirada asustada de la pequeña niña que Jae había utilizado como escudo. De verdad, si quería pasar desapercibido estaba consiguiendo exactamente lo contrario. La gente lo observaba fijamente con una cara de "¿Y este de qué sanatorio se escapó?"
Cuando vio que Jae parecía dirigirse a una tienda con unas curiosas macetas afuera, Changmin se dio la vuelta dispuesto a volver a su casa. Todavía tenía mucha curiosidad de ver qué podía hacer Jae, pero también tenía miedo de que él se diera cuenta que lo seguía y lo odiara todavía más. La curiosidad podía manejarla, pero el desprecio y la repulsión de Jae lo destrozarían. Cuando había dado un par de pasos escuchó a Jaejoong gritar, se giró apenas a tiempo para ver cómo corría como poseído hacia la calle, cuando el semáforo se puso en luz roja.
De verdad que se había asustado cuando vio que ese coche iba directo hacia Jaejoong. Su corazón casi se detuvo del pánico, pero pudo reaccionar a tiempo y alejarlo del peligro, aún cuando él mismo se había puesto en ese peligro. No le importó, ni siquiera lo consideró. Por Jaejoong hubiera dado hasta su vida, sin dudarlo, si así lo podía mantener a salvo.
Primero pensó en llevarlo a un hospital, pero sabía que no estaba lastimado, así que optó por llevarlo a su propio departamento. Cuando lo recostó en la cama se veía tan tranquilo. Lo estuvo contemplando un buen rato mientras dormía. Parecía un ángel, tan pacífico, tan hermoso. Sonreía mientras le acariciaba el rostro, el cual era más suave de lo que hubiera imaginado.

-Eres tan perfecto- le susurraba al durmiente Jae-. Pero lo que más me gusta de ti no es tu cara, ¿sabes? Lo que me gusta de ti es esa alegría que proyectas en tu mirada, en tus actos, en tu voz. ¿Te he dicho que me gusta tu voz? Claro que no, si jamás había hablado contigo antes de hoy. Pero te lo digo ahora. Me gusta tu voz. Me gusta cómo te cubres la boca al sonreír. Me gusta la intensidad de tu mirada. Me gusta toda esa fuerza que posees, porque a pesar de que por tu cara todos te consideren un poco femenino, yo sé que no lo eres. Me gustas tú

Mientras Changmin decía todo eso, fue acercando su cuerpo al de Jaejoong hasta que sólo unos cuantos centímetros separaban sus caras. No podía apartar los ojos de esos labios color cereza que tanto le fascinaban y que lo incitaban a probarlos.
<<.Sólo esta vez.>> pensaba, mientras acercaba sus labios a los de Jae. Pero de repente se apartó, bruscamente, hasta quedar de pie delante de la cama, con la respiración agitada, las mejillas sonrojadas y la mano cubriendo su boca. Lentamente fue retrocediendo hasta chocar con la puerta de la habitación, la abrió y salió, esperando que cuando volviera, Jae estuviera despierto, porque estaba seguro de que no podría resistir una segunda tentación.
**fin flasback**

Y aquí estaba ahora, esperando para volver a verlo. Pero de alguna forma se sentía más cerca de él ahora que compartían un secreto juntos. ¡Y vaya secreto! No era cualquier cosa decir que el hijo de Shim Joon Sung asistía a esa universidad y nadie estaba enterado. Y mucho menos si ese hijo era el nerd más grande de todos los tiempos, al que casi la mitad de la escuela molestaba sólo por diversión. Aunque estaba un poco asustado de que Jaejoong pudiera contar su secreto, confiaba en él. Así, sin ninguna razón aparente y en contra de toda lógica, confiaba en él. Es verdad cuando dicen que el amor es ciego.
Cuando ya estaba perdiendo toda esperanza de verlo, la puerta se abrió de repente dejando ver a un sofocado Jaejoong seguido de algo que, suponía, debía ser Yoochun, pero estaba en tales condiciones, que no podía asegurarlo. Inmediatamente después de ellos entró el profesor de Macroeconomía (n/a: ¿había mencionado que ellos estudiaban administración? ¿no? ¡pues lo hacen!), así que se conformó con saludarlo y sonreírle como siempre, pero nada lo había preparado para lo que ocurrió.
Mientras Yoochun se dirigía a su lugar, Jaejoong se acercó a él, mirándolo fijamente, y luego le susurró "nos vemos en la cafetería en el descanso" y le sonrió. Era la sonrisa más sincera que el mayor le hubiera dedicado. Después de eso volvió a su lugar al lado de Yoochun. Changmin apenas podía creer su buena suerte. Si antes se sentía en una nube, ahora estaba seguro de que se encontraba en el paraíso. Toda esa clase la pasó sonriendo como estúpido, deseando que la hora del descanso llegara muy rápido.

~*~~*~ ~*~~*~ ~*~~*~ ~*~~*~

En una mesa de la cafetería, Yoochun y Jaejoong estaban esperando al menor quien aún no llegaba.

-¿Estás seguro de que quieres hacer esto, Joongie?- preguntaba Yoochun, aun preocupado por la actitud que tenía Jaejoong desde el día anterior.
Tal vez para las demás personas no había ningún cambio, pero Yoochun conocía a Jae a la perfección. No eran "SoulMates" por nada, y Yoochun podría jurar que ese que tenía en frente no era el mismo Jaejoong que él conocía, y no estaba seguro de que le gustara del todo.
-Por supuesto que estoy seguro. ¿Sabes lo que sentí cuando me enteré quién era ese tipo? ¿Sabes lo humillante que fue? No tienes ni idea, Yoochun.
-Pero yo no creo...
-¡Hyungs!- gritó Changmin, interrumpiendo a Chun. El menor venía corriendo y les hacía señas con las manos-. Lo siento- dijo una vez que llegó a la mesa-, siento llegar tarde, pero me buscaban en rectoría.
-No hay problema, Changminnie- dijo Jaejoong con una enorme sonrisa.
Changmin no pudo si no sonrojarse (de nuevo) por el mote cariñoso con que Jae lo llamaba, aún así no pudo evitar sentirse un poco extrañado por eso. Hasta ayer, Jaejoong fue bastante frío con él. ¿Qué había cambiado en ese corto tiempo?
Jaejoong pareció adivinar lo que pensaba el menor, ya que en cuanto éste se sentó tomó su manó y lo miró fijamente a los ojos.
-Changmin, yo te quiero pedir una disculpa por la forma en la que me he portado contigo todo este tiempo- dijo bajando la mirada, haciendo una perfecta interpretación de arrepentimiento-. Pero yo la verdad soy una persona que se basa en primeras impresiones, y es muy difícil que cambie de opinión. Pero lo que hiciste ayer, fue lo mejor que haya hecho alguien por mi alguna vez. En serio- dijo, volviendo a ver a Min a los ojos-, gracias de nuevo. Muchas gracias Changminnie.
Changmin miraba a Jae con los ojos totalmente abiertos. Jamás, ni siquiera en sus mejores sueños, había esperado que el mayor le hablara de esa manera. Su pulso se había disparado cuando sintió su mano tomando la suya, pero fueron esas palabras las que lo llevaron a la misma gloria.
-Hyung- dijo en un susurro. No alcanzaba a formar oraciones coherentes.
-Por favor, Changmin. Te lo suplico. Perdóname- decía mientras sus ojos comenzaban a derramar finas "lágrimas".
Yoochun no podía creer lo que Jae era capaz de hacer. Y no se refería al hecho de engañarlo, después de todo el plan fue su idea, si no a la extraordinaria actuación. Hasta él mismo le creería si no estuviera enterado de la verdad. Definitivamente ya no reconocía a Kim Jaejoong.
-Hyung- dijo Min al fin-, yo no tengo nada que perdonarte. Estoy consciente que las apariencias no están a mi favor, así que entiendo todo lo que me dices. Pero si eso te hace sentir mejor, te perdono- dijo con una sonrisa resplandeciente.
-¡Gracias!- gritó Jae mientras repentinamente abrazaba al menor.
Changmin tenía ahora, literalmente, todos los colores en el rostro, y su pulso fue causa perdida.
-Ejehm- interrumpió Yoochun quien, curiosamente, no sentía celos, si no mucha compasión por el pobre ingenuo de Changmin, y un poco de diversión, por qué negarlo-. Si siguen así voy a comenzar a pensar otra cosa.
Si antes Changmin era un verdadero arco iris, ahora estaba terriblemente pálido. Estaba seguro que tantas emociones juntas no eran buenas para la salud.
-Yoo... Yoochun, pero que cosas dices- decía un Jae falsamente escandalizado y nervioso.
Mientras soltaba a Min y volvía a tomar asiento, con la vista baja, Jaejoong sonreía internamente por lo buen actor que resultó ser. Changmin solamente sonrió ante la voz del mayor.
-Bueno, ya- dijo Yoochun-, ahora que ya está todo aclarado, quiero darte la bienvenida al "club" y espero que podamos ser muy buenos amigos- agregó con una sonrisa enorme.
Las palabras de Chun no eran del todo falsas, al menos a él Changmin le agradaba. Le parecía un chico tan tierno, tan indefenso y tan perdido que sólo despertaba en él un instinto de protección que ni siquiera sabía que tenía. No era que le gustara, no; lo veía como el pequeño hermano que nunca tuvo y siempre quiso.
-Gra... gracias hyung- fue todo lo que atinó a decir Min. Nadie, jamás lo había aceptado con tanta facilidad en su grupo de amigos, ni siquiera Siwon... Y hablando de Siwon-. Hyung, no quisiera ser imprudente, pero ¿qué pasó con Siwon hyung? ¿Pudiste hablar con él?
Al escuchar el nombre, Jaejoong estalló nuevamente en carcajadas y Chun lo miró molesto. Changmin no entendió nada.
-Pues mira, todo lo que me dijiste ayer me sirvió mucho, porque pude mantener una conversación muy amena con él toda la tarde. Pero cuando le dije que me gustaba, me rechazó. Me dijo que no le gustaban los chicos.
Changmin lo miró, profundamente apenado.
-Hyung, perdóname, yo no sabía y te dije...
-Min, no pasa nada- interrumpió Yoochun sonriendo-. No es como si fuera tu culpa.
-Bueno, dejemos de hablar de cosas tristes- dijo Jae de repente-. Cambiemos de tema.
Y comenzaron una conversación que duró todo el descanso y pasó por todos los temas habidos y por haber.

~*~~*~ ~*~~*~ ~*~~*~ ~*~~*~

Pasaron los días, las semanas, y todos los días los tres se reunían para hablar, no solo en la escuela, si no de vez en cuando en alguna cafetería por las tardes.
Casi todas sus reuniones eran muy divertidas y estaban llenas de carcajadas. Fue así como descubrieron que el menor tenía la extraña costumbre de aplaudir cuando algo le causaba mucha gracia; así como el sentido del humor un tanto negro y sarcástico que tenía, cosa que a veces los dejaba sin saber que decir.
Mientras, Jaejoong no dejaba de hacerle leves insinuaciones a Min, como mirarlo fijamente por mucho tiempo (a lo que Changmin sólo se sonrojaba y desviaba la mirada), tomar suave y brevemente su mano por debajo de la mesa (donde su pulso se disparaba), sonreírle, escuchar todo lo que decía como si de verdad le interesara... lo que fuera necesario. Pero Changmin parecía muy poco dispuesto a hacer algo al respecto, así que se desesperó y decidió actuar por cuenta propia.

Había pasado más o menos un mes desde que Min fue integrado al "club" de Jae y Chun. Como ese día Yoochun tenía entrenamiento de atletismo (había vuelto a hablar con Siwon para tratar de resolverlo, y aunque no podía decirse que eran amigos, al menos Siwon no parecía con ganas de matarlo por creerlo gay) y eso le llevaba casi toda la tarde, Jae se ofreció para acompañar a Min a su departamento.
Habrían estado caminando todo el trayecto en silencio, hasta que llegaron al edificio donde vivía el menor.
-Bueno hyung- comenzó Min-, gracias por acompañarme.
-Fue un placer, Changminnie- dijo Jae sonriendo.
-Bueno, debería entrar ya...
<<.Comienza la función.>> pensaba Jaejoong con una sonrisa torcida.
Cuando Min se giró para entrar, sintió como Jae lo tomaba por el brazo y lo giraba bruscamente.
-¿Hyung?- preguntó, confundido.
-¿Hasta cuándo, Changmin?- dijo Jae sin despegar la vista del suelo fingiendo un tono lamentable- ¿Qué estoy haciendo mal? ¿Hay algo que no te gusta de mí?
-Hyung, ¿de qué hablas?
Changmin estaba genuinamente sorprendido. No sabía a lo que el mayor se refería, aunque guardaba cierta esperanza en el fondo de su corazón de que pudiera ser lo que siempre había deseado.
-No puedo creerlo... ¿Soy tan insignificante para ti?
-Hyung, de verdad no...
No pudo continuar porque, sin previo aviso, Jaejoong lo empujó contra la pared del edifico, apoyó una mano en la pared y con la otra le tomó la mano y la puso en su propio pecho.
-¡¿Qué no te has dado cuenta de que te quiero?!- gritó, y sin esperar respuesta lo besó.
Changmin no pudo reaccionar. La sorpresa, la emoción, la felicidad, la incredibilidad... Parecía que todas esas emociones habían provocado un corto circuito en su sistema, porque no movió ni un solo dedo, ni siquiera pudo corresponder ese beso que tanto tiempo había esperado.
Lentamente Jaejoong se alejó de él, con la vista clavada en el piso. Changmin llevó su mano libre hasta sus labios. Aún no se reponía de la sorpresa.
-Entiendo que tú no sientas lo mismo- escuchó que Jae decía-, pero por favor Changminnie, no me odies. Por favor…
¿Odiarlo? ¿Cómo podría odiarlo si ahora sentía que lo quería más que nunca? Volteó a ver a Jaejoong y se sorprendió al ver sus ojos húmedos de lágrimas. Sin poder contenerse y liberando su mano de la del mayor, lo abrazó, pasando sus brazos por su cuello.
-Jaejoong- dijo Changmin, usando sólo su nombre por primera vez-, no te odio, al contrario. No sabes cuánto tiempo he esperado este momento- lentamente se separó del mayor, sólo lo suficiente para poder verlo a la cara-. Yo también te quiero.
Y ahora fue él quien besó al mayor, esperando con ese beso poder declararle todas esas sensaciones que él le provocaba. Ese momento no podía ser más perfecto para él. Por fin su sueño de tanto tiempo se había realizado. Sentir los labios de Jaejoong, probar su aliento, abrazarlo... Era demasiado. Gruesas lágrimas de felicidad comenzaron a brotar de sus ojos cerrados.

<<.Gracias, Dios... Gracias por hacer que me corresponda. Gracias por darme su cariño... Jaejoong... Te quiero... Te quiero tanto.>>

Cuando el aire se hizo necesario, interrumpieron el beso, sólo para volver a abrazarse, aún con los ojos cerrados. Changmin refugió su rostro en el cuello del mayor. Jaejoong abrió lentamente los ojos.

<<.No puedo creer hasta dónde llega tu estupidez, niño... Esto va a ser mucho más fácil de lo que pensé.>> sonrió.

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