Un Lugar en su Corazon cap 8

Irritado.

Su mente perecía dominada por un turista en particular. Kim Jaejoong llevaba ya en el palacio de verano una semana, y creía que sus dificultades para centrarse en los problemas de estado habían surgido desde su llegada.



No solo se debía a su belleza. Jae parecía disfrutar rebelándose contra su autoridad a la mínima oportunidad que se le presentaba; sin embargo, aquellos combates verbales le resultaban estimulantes. ¿Sera una tentación pasajera? –Se preguntaba-. Quizá debiera concentrarse más tiempo en su compañía hasta que descubriera los efectos que sin duda tenia.



Aunque era jugar con fuego, si lo conocía aun más, tal vez resultara todavía más fascinante.

Molesto golpeo el escritorio. Ya lo había besado, pero hasta donde quería llegar?



Su mente insistía todavía en imaginar a Jae con aquel camisón escueto, de pie en la cama, con las piernas hermosas y esbeltas a punto de cederle.

Aquel día solo quiso demostrarle quien mandaba cuando lo tomo en brazos y lo beso, pero todo salió mal, su necesidad de dominio se evaporo.

Jae había respondido con tal pasión que a Yunho lo sorprendió.

Si era sincero consigo mismo, había querido hacerle el amor, había requerido todo su auto control para marcharse de la habitación.





Inquieto, se levanto y se estiro. El despacho daba a la piscina y a los jardines. A esa hora del día, por lo general, veía a Jae jugando con Junsu abajo. Sintió preocupación al no verlos.



-Donde están el joven Jaejoong y mi hijo? -pregunto a su ayudante.



La respuesta no fue la que quiso oír.

Fue a la suite de Jae.



-Le sucede algo?, donde está Junsu?

-Su hijo se encuentra con Min.

-Min?

-Changmin, el niñero.

-Ya veo. Y desde cuando usted tiene tanta confianza con el joven Changmin?

-Eso a usted no le incumbe.

-Eh?.. Bueno, pero porque usted se encuentra aquí?

-Solo descansaba.

-Según su horario, se supone que debe estar con mi hijo, no encerrado aquí mientras deja que su "Min" se ocupe de sus obligaciones



Se quedo mudo del asombro. Descuidar a Junsu era algo impensable.



-Si no tiene nada que decir en su defensa Jaejoong –continuo, dándole su propia interpretación al silencio de Jae-, he de asumir que he sacado la conclusión correcta.



-Hay una razón por la que ahora estoy libre, solo cambie de horario con Min para que el mañana pueda ir por su madre que se encuentra enferma.

Como pudo pensar que antepondría mis necesidades a los de Junsu?



-Su madre siempre lo hacía.



El comentario lo desconcertó. Había dado por hecho que Yunho y su esposa habían sido felices juntos. Nunca se le había ocurrido pensar que la mujer de Yunho podía haber sido una madre menos que perfecta para Junsu. Hizo que se cuestionara en que otra cosa pudo equivocarse.



-Muy bien, reconozco que me equivoque en los motivos que usted tenia para descansar esta tarde y me disculpo, pero la próxima vez avíseme. No me gusta que jueguen con mi paciencia.



Si se hubiera detenido en la disculpa, quizá Jae hubiera cerrado la boca, el último comentario lo enfureció.



-Es muy generoso admitir que se equivoco conmigo, al..

-No he dicho que me hubiera equivocado con usted –interrumpió-, solo con la conducta de esta tarde.

Sigo pensando que usted es impulsivo, carente de respeto y muy irresponsable.

Por desgracia le gusta a mi hijo, de modo que hay poco que hacer al respecto.



-Ya que estamos catalogando mis defectos, me sorprende que no añada que soy un provocador amoral, como ya lo menciono antes.



-Como ya lo he juzgado mal esta tarde, no quiero arriesgarme a emitir otro comentario sin disponer de más pruebas.



El tono cínico que empleo tendría que haberle servido de advertencia, pero su proximidad lo perturbaba tanto, que le fue imposible pensar con claridad. Cuando Yunho apoyo la mano en su nuca, comprendió a qué clase de "pruebas" se refería.



Al sentir su contacto, un hormigueo lo invadió por todo el cuerpo. No quería que lo tocara, pero la sensación lo debilito.



-Que está haciendo? –logro susurrar.

-Recoger pruebas -confirmo con una voz tan seductora que lo desarmo.



Cuando Yunho inclino su cabeza para reclamar su boca, Jae agradeció que lo sostuviera con los brazos, ya que si no se hubiera derrumbado. Saboreo sus labios mientras el otro le acariciaba su cuello y los hombros, provocándole escalofríos hasta los dedos de los pies.

Mientras los labios de en Yunho modelaban los suyos, abrió la boca en respuesta automática. Fue extraordinario descubrir que no era el único poderosamente alterado por el beso.



El momento se extendió tanto que perdió la noción del tiempo a medida que el beso continuaba, ahogándolo en unas sensaciones que apenas lograba asimilar.

Con lo poco que le quedaba de cordura, se recordó que solo lo ponía a prueba. Igual que su familia y todas las personas que habían entrado a su vida, lo utilizaría y, cuando ya no lo necesitara lo dejaría.



-Jaejoong? –pregunto al sentir la tensión que emanaba de él.

-No quiero –logro decir, aunque todo en el gritaba lo contrario.

-Podría discutirlo –repuso al captar la verdad no pronunciada-. Pero jamás obligo y no pienso empezar con usted.



Lo soltó y Jae retrocedió, con la esperanza de que no viera lo conmocionado que estaba.



-Me alegro –respondió-. De…debería ir a buscar a Junsu.

-Antes de que huya, no quiere conocer mi veredicto? –pregunto Yunho en voz baja.

-No estoy huyendo. Como su alteza me ha recomendado, me esperan deberes en otra parte.



-Pueden esperar unos minutos más. Primero está mi veredicto.

-La verdad es que ya he olvidado cual era la cuestión –mintió.



Yunho rio con poco humor.



-Lo dudo, pero es posible, dado lo que sentí al besarlo. Aunque eso en sí mismo es una respuesta, ya que la pregunta cuestionaba si era o no un seductor amoral.



-Y lo soy? –se odio por preguntarlo.

-Un seductor? –se tomo su tiempo para responder-. Oh, sí, sin lugar a dudas –le alzo la mano y con suavidad le rozo los nudillos con la boca-. En cuanto a amoral, me reservare la respuesta hasta disponer de más…. pruebas.

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