Kiss The Rain Prólogo

Caminaba bajo la lluvia, jamás podré olvidar esa noche, en que la luz de la luna era la única compañía que tenía…sin abrigo, ni una moneda en la bolsa, me sentía tan solo que sólo podía rezar porque llegara el día de mañana, me sentía débil y cansado, había luchado todo el día por tratar de mantenerme vivo. El parque de la ciudad más cercana puede resultar tan frío que a veces es imposible conciliar el sueño en pleno aire libre, cierro mis ojos, de pronto un aire más intenso llega y me obliga a abrir mis ojos con brusquedad, a lo lejos, parado a un lado de un árbol, estaba alguien con una gabardina de color negro, mirándome fijamente -¿Quién eres?.... ¿quién eres?...- por frío o por hambre, me quedo dormido, cuando…


-Jaejoong, Jae… ¡levántate! – unos suaves movimientos me hicieron darme cuenta que había soñado nuevamente con lo mismo, abrí mis ojos con algo de dificultad, la luz del sol entra claramente por la ventana, y eso me impide ver con claridad a quien ha venido a levantarme – Pero tengo mucho sueño – sujeto la cobija y me tapo la cara nuevamente para impedir que me entre la luz a los ojos, de pronto siento un tirón brusco y al abrir mis ojos por la sorpresa me doy cuenta que me han quitado mis sábanas, me enderezo algo molesto y me dirijo a quien lo hizo de manera desconsiderada –¡oye! no quiero levantarme aún, así que…- me doy cuenta de inmediato que es Yunho… mi cara se pone roja cuando noto que me observa con aquella típica mirada intensa, y hasta cierto punto molesta, desvió la mía a la pared -¿q-qué pasa? – mi tono suena algo nervioso, él se da la media vuelta y camina en dirección a la puerta –los chicos están esperando su desayuno – hace una pausa y me mira por arriba del hombro – pero si quieres descansar, ordenaremos algo – da unos cuantos pasos y un impulso en mi pecho me hace gritarle que espere – ya voy – cojo unos zapatos y paso de largo justo a su lado, evito mirarlo a la cara.

Micky está sobre la mesa, está leyendo un libro, no alcanzo a leer el tema, pero se ve que es gracioso porque ríe, Junsu probablemente esté en el baño, siempre a estas horas aprovecha que el baño está libre para darse una ducha con agua fría y Max se encuentra sentado en la barra de la cocina con un periódico, a veces me pregunto si realmente tiene la edad que dice, porque parece que aparenta más edad intelectual que los demás.

Finalmente entro a la cocina, Max me mira por encima del periódico –espero que hagas algo rico, porque ¿sabes? Llevo esperando con hambre desde hace dos horas – su tono no era molesto, si no más como en broma, le sonrío como desganado por el sueño que aún tiene sus efectos en mí - ¡gomen! Ahora mismo preparo algo rápido y delicioso, compensará tu espera – Max deja el periódico sobre la barra y me sonríe -¡muchas gracias! – luego se levanta de su lugar y camina directo al baño, nuevamente se va a pelear con Junsu porque tarda tanto, esos son los motivos de todos los días.

Me acerco a un pequeño cajón cerca de la estufa, es donde tengo mi delantal, lo coloco por mi cuello y a punto de abrocharlo por detrás, siento unos brazos que me aprietan fuerte por la cintura, mi corazón salta, de momento me quedo paralizado, pero al cabo de unos segundos miro por sobre mi hombro de reojo y me percato que es Yunho, los nervios se apoderan de mi ser, las manos comienzan a sudarme, intento relajarme un poco, trato de asimilar todo, no quiero malinterpretar las cosas -¿qué pasa? –pregunto tratando de sonar indiferente y hasta con normalidad, él no dice nada, pero parece que el tono de mi voz logró su cometido porque siento que afloja sus brazos y se aleja de mí. La verdad es que me había tardado mucho en corresponder, realmente quería abrazarlo de la misma manera, pero, últimamente habíamos estado teniendo fricciones por culpa de rumores tontos sobre él y yo, a mi no me importa si lo dicen o no, porque lo único que quiero es estar a su lado, y que me diga que me ama, así es, estoy completamente enamorado de Yunni….pero no sé si ese sentimiento es correspondido de la misma manera. Pretendiendo que no me importa, continúo abrochándome el delantal, giro para mirarlo, pero se ha ido a la mesa a platicar con Micky, de alguna manera me da algo de tristeza.

Yunho me confundes mucho, no sé lo que piensas o lo que quieres de mí, siempre te descubro mirándome a lo lejos, pero cuando te sonrío tú esquivas la mirada y me ignoras, en algunas entrevistas dices que me quieres, mientras jugueteas con mis manos, pero… ¿realmente soy sólo eso? ¿Un jugueteo y ya?, no quiero pensar eso, no quiero creerlo, porque de verdad siento que eres la persona que más amo, aún así, prefiero mantener mi distancia por temor a que te alejes, aunque a veces siento que de cualquier forma te estoy alejando de mi.

Comienzo a cortar la verdura mientras el arroz al vapor se termina de calentar. La salsa esta casi por hervir. Durante todo ese tiempo, Max se me acerca para preguntar si falta mucho, Junsu de vez en vez se sienta y me platica de cómo durmió o lo que piensa hacer hoy en su día libre, Micky viene a molestar a Junsu y terminan en la sala viendo una película, pero Yunho, a diferencia de los demás no me ha vuelto a dirigir la palabra desde el abrazo de hacía unos minutos, me resigno a que este día definitivamente pinta como uno normal. Al cabo de media hora, la comida está casi lista, digo casi porque aún le falta sazón, me acerco al mueble donde guardo mis condimentos cuando Yunho se acerca, me sonríe y me pregunta - ¿Quieres que te ayude a poner la mesa? – de inmediato tomo el frasco que necesito y desvió la mirada, es que verlo significaría un peligro, seguramente me clavaria en sus ojos, mi corazón palpitaría desbordado y comenzaría con mis sueños locos en los que me besas y me dices que me amas –Claro…puedes hacerlo…- por fin logro articular, tú haces un pequeño gesto con el labio inferior, como un puchero -¿porqué nunca me miras a los ojos? – toma los platos y se aleja para colocarlos en la mesa, me quedo frío, realmente no sé ni qué pensar, él siempre trata de quedarse con la última palabra, agrego el condimento a la salsa, tomo los vasos y palillos de la alacena, me dirijo a su lado a colocarlos – porque siempre que me miras me pones nervioso – avanzo un poco para continuar con mi tarea, siento que mi cara se ha puesto caliente, creo que fui muy obvio, Yunho sonríe -¿tanto miedo me tienes? –pregunta con aire de burla, la verdad eso no era lo que yo quería decir, pero, él y yo no estamos pensando en lo mismo, yo lo amo y él a mí no, es evidente mi cambio de ánimo – tú le das miedo a cualquiera…voy por la comida – me doy la vuelta sin darle oportunidad a decir otra cosa, yo me la vivía en sueños y en tonterías de estar juntos, el amor y cosas tan efímeras, pero aterrizando en la realidad, eso jamás pasaría, sin importar lo que él dijera o hiciera en la pantalla, era sólo eso, una pantalla.

Regreso a la mesa, tú estás sentado en una silla, mirándome con aquellos ojos profundos y penetrantes, siento que entras en lo más hondo de mi ser, aún así trato de ignorarte, sirvo cada plato y agrego la salsa, todo huele bien -¡Chicos ya está la comida! – en ese momento el murmullo de los demás se hace presente, Yunho me mira con algo de molestia, pareciera que te enoja que les haya llamado, pero si no estábamos diciendo nada, no entiendo cuál es tu malestar.


-¡waaa! Te luciste Jae, esto te quedó delicioso, ¡ya! Ahora voy a bajar la comida con un buen partido de Fut, ¿vienes Max? – Toda la comida estuvo en silencio, las palabras de Junsu fueron casi milagrosas para mí -¿ah? Siempre estás pensando en lo mismo…pero bueno, hoy sí comí demasiado, te acompaño, creo que no me irá mal un partido pequeño – sonríe Max quien se levanta de su asiento y lava su plato -¡Hey! Siempre van ustedes dos solos, ¿porqué nunca me invitan? – Replica Micky levantándose de la mesa –porque eres muy malo con el balón- responde Junsu con un gesto de burla –Nunca me han visto jugar ¿cómo lo saben? Apuesto que puedo ganarle a los dos - Micky señala a los dos con tono de reto, pienso que allí van de nuevo, siempre con lo mismo, pero eso me da gracia, si ellos fueran diferentes, probablemente mi estancia aquí en el grupo hubiera sido muy corta, los tres caminan a la puerta, recogiendo sus cosas para irse, mientras siguen peleándose por defender quien será el que regrese triunfante, antes de salir Junsu se despide de mí –nos vemos, prepara algo más rico para la cena – sonríe mientras va cerrando la puerta, al escuchar tan fuerte y claro el portazo tras de mí, de pronto me doy cuenta que estoy solo con él.

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