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Arualthings

Dreams on Fire - Capítulo 5.

V. De hielo.

Acababa de llegar a la ciudad. Eso acostumbraba hacer, salir de una ciudad para entrar a otra, jamás se quedaba en una más de unos cuantos meses. A veces sólo se quedaba unas horas, o unos minutos si la bienvenida era demasiado hostil. Ni siquiera recordaba dónde había nacido, porque había nacido en algún sitio, había tenido un padre y una madre, como muchos normalmente tienen. Pero desde que recordaba había estado solo, viviendo primero entre gitanos, luego entre circenses y finalmente entre poetas y juglares. Todos nómadas, y de todos aprendió un poco, pero más que nada le fascinó el universo de las letras. Y gracias a los gitanos y los artistas había aprendido el arte de la seducción por medio de la palabra. Acomodando las palabras adecuadas en las frases adecuadas en el orden correcto, podías tener a cualquier chica a tus pies. Y eso acostumbraba hacer cada vez que llegaba a un nuevo pueblo y se quedaba más de un día en él.
Claro que de calentar las sábanas de mujeres casaderas, sacerdotisas, viudas jóvenes o mujeres infelices en su matrimonio, no podía sobrevivir. Ese era su modus operandi, mientras que su modus vivendi era el de escribir poemas y vendérselos a enamorados desesperados o incluso recitarlos por ellos a la pareja. También se ponía a recitar poemas en las plazas, acompañado de su lira, y aceptaba alegremente las monedas que los paseantes le arrojaban, así como los pañuelos y suspiros de las chicas que había cautivado.
Si todo salía bien, se quedaba en el pueblo un par de meses, disfrutando la hospitalidad y paga de los hombres y el cariño y calor de las mujeres. De lo contrario, ya sea que el marido lo hubiese descubierto, que el poema no obtuviera el resultado deseado o simplemente lo atacaran los celos de una de sus enamoradas, salía corriendo en su fiel caballo hasta encontrar otro pueblo en el cual quedarse. Lástima por las hermosas damas enamoradas que dejaba atrás, pero ¿qué podía hacer? Yoochun el poeta no había nacido para ser encadenado, ni a un trabajo, ni a una ciudad, ni tampoco a una mujer. Fue así como cometió el peor error de su vida. Llegó a un pueblo nuevo, como siempre. Desde las afueras, arriba, entre las copas de los árboles, podía ver el majestuoso palacio. Sin embargo al pueblo lo encontró demasiado silencioso, reservado. Pero no le pareció anormal. Grave error.

*****

-¿Qué crees que sea?
Ésa había sido la interrogante. Junsu desayunaba mientras Jaejoong le hacía algo de compañía. No tenía permitido comer ese día, por orden del rey, ni podía: tenía los labios demasiado hinchados y le había partido un par de dientes, heridas que aún le dolían.
Poco después el rey los alcanzó en el gran comedor.
-Junsu, iré a cazar. ¿Lo consideras adecuado?
- Por supuesto, señor – respondió el pelirrojo. Como si pudiera contestarle lo contrario. Ya le había dejado su trasero y su espalda cuadriculados a latigazos por hacerlo.
-Muy bien. Entonces iré. Jaejoong, me acompañarás con otros cuatro soldados, ¿entiendes?
El capitán asintió, inclusive hablar le dolía. Acto seguido salieron.
Pasó un rato, Junsu estaba aburrido de rondar por el palacio. Todas las concubinas se habían ido, así que estaba solo, a excepción de los soldados. También estaba Yunho, pero más que el príncipe le hiciera compañía, él le hacía compañía al príncipe. Se encogió de hombros y fue a su habitación con un rollo de pergamino que había sacado de la biblioteca.
-Te leeré un cuento, Yunho – sonrió, sentándose al lado del castaño, - es sobre unos patos y un ocelote.
Leyó el cuento despacio, sin prisa, esperando que cada palabra se asentara en la memoria de Yunho. Cuando lo terminó ya había pasado una hora. Miró por la ventana. El cielo estaba azul, con unas cuantas nubes, un día excelente para la caza. Se levantó y se acercó a ver el ambiente completo. Desde ahí podía ver los cuarteles, los establos, y cerca de ellos aquél edificio que el rey había mandado construir hace poco. A ese sitio había llevado de visita a sus concubinas, una por una. Pero no habían vuelto. ¿Por qué? ¿Qué era ese lugar?
-¿Qué crees que sea, Yunho? – le preguntó ahora al príncipe, y claro que éste no pudo responderle. “Viniendo de mi hermano…” pensó Yunho.
-Iré a ver, aprovechando que el rey no está. No tardaré, lo prometo, Yunho – sonrió antes de salir de la habitación y del palacio.

Caminó apresurado hasta los cuarteles. Algunos soldados lo miraban, extrañados por su presencia ahí, era raro verlo afuera. Por fin llegó al edificio completamente gris. Aún parado frente a él, a unos metros, podía sentir el ambiente algo pesado que éste emanaba. Tragó saliva y se acercó. La puerta estaba abierta, así que entró. Una vez adentro descubrió un pasillo de un par de metros de largo y otros dos de ancho. Lo recorrió y encontró otra puerta, completamente negra. A un metro y medio más o menos del suelo estaba una pequeña ventana con barrotes de hierro. Agachándose un poco, Junsu se asomó. Un escalofrío recorrió su espalda y un grito de horror se le atoró en la garganta, helada por el miedo. Ropas desgarradas. Huesos. Cadenas. Máquinas temibles con cuerpos, miembros. Y sangre. Sangre por todos lados.

*****
Corrieron a caballo por los campos alrededor del reino. Changmin estaba más entusiasta que de costumbre, y consiguió cazar a un conejo, cosa sorprendente por el tamaño y la agilidad del animalito. Desde el principio se había obsesionado con él, y Jaejoong sabía que no descansarían hasta cazarlo, y así fue.
-Creo que cenaré conejo hoy. Y con su piel me haré unos guantes. ¿Qué te parece, capitán?
- Excelente idea, señor – balbuceó el rubio.
-¡Habla bien! – Le espetó, golpeándolo con su fuete, - ya, da lo mismo. Volvamos al palacio, me doy por satisfecho en cuanto a la caza por hoy.
Empezaron a andar de vuelta al palacio. Jaejoong lo seguía en silencio, casi a su lado y casi detrás.
-¿Sabes? La emoción de la caza ha despertado otros deseos en mi cuerpo. Afortunadamente Yunho me espera en la habitación.
Jaejoong apretó las riendas con fuerza.
-O en todo caso puedo pedirle a mi consejero que se recueste con su redondo trasero hacia el techo – el rey se relamió.
Cada día era más sucio. Pero Jaejoong no podía hacer nada para detenerlo. Si con no hacer nada recibía torturas diarias…y también corría peligro Yunho, y ahora también Junsu. ¿Cuántas más? ¿Cuántas víctimas más eran necesarias para tenerte satisfecho, Changmin?

Siguieron cabalgando por el pueblo cuando escucharon unos cantos. Picado por la curiosidad, Changmin movió su caballo hacia donde provenía la melodía, y el animal lo llevo a una plaza. En ella se había reunido un grupo de gente, la mayoría mujeres, alrededor de un árbol, del que parecían provenir los cantos. Era una voz masculina. Jaejoong lo seguía de cerca.
Al acercarse a la plaza, sin bajar del caballo, se acercó a la multitud, quien al verlo empezó a alejarse o a encogerse contra el suelo. Por fin vio de dónde provenían realmente los cantos: un joven de cabello negro, piel blanca como si ningún rayo de sol la hubiese tocado y los labios rosados y gruesos. Algo se removió dentro del rey nada más con verlo. Éste, al darse cuenta de que la gente que lo aclamaba había dejado de hacerlo, dejó de tocar su lira y volteó. Se sorprendió al encontrarse con la mirada del rey, sin saber quién era.
-Capitán.
Jaejoong se acercó. Ya se imaginaba lo que pasaría a continuación: le mandaría ejecutar al chico por atreverse a cantar sin autorización, Changmin odiaba eso. Desenvainó su espada y empezó a acercarse al chico. Parecía extranjero. Yoochun, al ver venir hacia él a un guardia armado, se levantó de golpe, listo para defenderse.

-Llévalo al palacio.
-¿Disculpe? – eso era nuevo, con Junsu no había sido así. Jaejoong miró al rey.
-¿Estás sordo? Interrógalo y llévalo al palacio. Quiero un músico personal.
Sin decir nada más, Changmin dio la vuelta a su cabalgadura y regreso al camino hacia el palacio. Yoochun seguía de pie, helado en su sitio. El capitán se acercó a él.
-El rey de este hermoso reino te da la bienvenida y planea hospedarte en su palacio. Soy el capitán Kim Jaejoong y te escoltaré hasta ahí. Vamos.

*****
-¿Así que no vienes de muy lejos?
-No, su majestad.
-Entiendo. ¿Y sólo te dedicas a hacer música?
-En realidad soy poeta, su majestad.
-Ya veo. ¿Eres bueno?
Yoochun se sonrojó.
-No quiero sonar pretensioso, pero creo que sí. Soy bastante bueno.
-Menos mal -sonrió Changmin- porque necesito alguien que me ayude a reconquistar a mis concubinas.
-¿Concubinas?
-Así es. Un poco de poesía les vendría bien.
-Tiene suerte de haberme encontrado, majestad. Dígame qué quiere decirles y yo lo convertiré en poema. ¿Puedo preguntarle cuántas son?
- Quince.

Pronto le fue asignada una habitación al poeta del rey y éste se apresuró en escribir poemas. Quince poemas distintos le llevarían algo de tiempo, pero con las ideas que el rey le daba cada día no era tan difícil. Mientras, el capitán observaba todo, aunque con menos extrañeza que el consejero.
-¿Cuándo llegó?
-Hace tres días, Junsu.
-Oh. ¿Y cómo se llama?
-Creo que Yoochun.
-¿Y por qué lo trajo? No he escuchado que le haga daño como a ti o a mí.
- Eso me tiene tan perplejo como a ti- se encogió de hombros el rubio.

Pasaron más días. Yoochun ya había completado nueve poemas. Sólo le faltaban seis, menos mal. El problema era que el rey cada día estaba más impaciente. Ya habían pasado diez días desde que le había encomendado la tarea. Estaba sentado frente a la mesa, pluma y tinta en mano, cuando Changmin entró en la habitación.
-Majestad.
-¿Ya terminaste?
-No. Aún me faltan seis poemas, señor.
-Eso no me gusta. Nada.
La mirada del rey era dura, fría, como hielo. Yoochun sintió escalofríos.
-Perdóneme. Estoy falto de inspiración.
-Ah. ¿Es por eso? – Min se acercó aún más a él. Desde que lo había visto en el pueblo había causado algo dentro de él. No comprendía qué.
- Sí – asintió el poeta.
-Veamos si esto te inspira.
Agachándose hacia él, el rey beso al poeta. El de piel blanca apretó la madera de la silla con fuerza, asustado, sorprendido. Sentía como si quisiera incrustarlo contra el respaldo, hasta ocasionó que la silla se pegara contra el escritorio. Tenía que detenerlo. ¿Pero cómo? Era el rey. No lo conocía enojado y, aparte de su mirada fría, algo le decía que no lo quería conocer así. De repente el rey alejó un poco sus labios de los suyos.
-Bésame.
-¿Eh?
-¿También tú eres tonto?
-Pero señor…
-Entonces seguiré yo.
De nuevo sus labios sobre los suyos, devorándolo. Yoochun había estado esperando que las arcadas le llegaran al estómago como otras veces que algún idiota travesti lo había besado, pero no fue así. ¿Qué estaba pasándole?

Si. ¿Por qué se portaba así con él? Quería escucharlo gritar, pero no como Junsu o Yunho cuando los invadía o como Jaejoong cuando lo torturaba. Era algo diferente. Empezó a tocarlo sobre la ropa, sintiendo como el poeta intentaba resistirse pero sin agredirlo. Sabia decisión. Tarde o temprano cedería, todos lo hacían. Forzó el beso tanto como pudo y por fin consiguió lo que quería: Yoochun, faltándole el aire, despegó los labios y ladeó su cabeza; estando vulnerable, Changmin aprovechó para sujetar su rostro por la barbilla, hacerlo mirarlo y así tener la oportunidad de besarlo con más intensidad.

-Señor…por favor…deténgase…-logró articular el pelinegro cuando el rey se separó un poco de él.
-Mi pobre poeta. Crees que el mundo es todo hermoso, todo con flores y finales felices. Pero tu vida es miserable. Pude haberte mandado ejecutar primero por entrar a mi reino sin permiso y segundo por ponerte a cantar en una plaza, también sin permiso. Pero no lo hice, y no comprendo por qué.
Yoochun tragó saliva. Así que este rey no era la inocente paloma que por fuera parecía.
-Si te quedas a mi lado, creo que lo descubriré.
-¿Por qué yo?
-Acabo de decir que no lo sé y que quiero descubrirlo. Si te quedas a mi lado, como ya dije, no sólo lo descubriré, sino que no te ejecutaré como debiera.
¿Podía ser peor? Resignado, el poeta asintió. Changmin sonrió y volvió a besarlo, y esta vez Yoochun no opuso resistencia. Excelente. No podía dejar sus labios, había algo en ellos. Tampoco hizo nada cuando desató su cinturón y acaricio sus brazos y espalda descubiertos. Fue cuando metió su mano bajo el pantalón cuando el chico blanco soltó un gemido. Fuerte.
-No me digas que nunca te habían tocado, Yoochun- sonrió Changmin. Muy bien, acababa de poner a prueba su talento seductor; fuera el rey o no fuera el rey, eso para Yoochun era un reto y debía ganarlo. En seducir al rey y complacerlo estaba su salvación. Además, era solo sexo, podía entregarle su cuerpo pero nunca su corazón. Decidido se levantó de la posición reclinada sobre el escritorio en la que el rey lo tenía.
-Claro que no, su majestad. Y si usted así lo desea, puedo demostrárselo – le dedicó una de sus sonrisas que hechizaban a todas las chicas, de todas las edades y estatus sociales.
-Tócame entonces- respondió Min.

Estaba jugando, era otro de sus papeles, si. Ya lo había hecho antes, el papel de seductor inalcanzable. Sólo que esta vez tenía dos problemas, y el más grave era el hecho de que la persona a seducir era un hombre, y no cualquiera, sino un rey que bien podía mandarlo ejecutar. En segundo lugar, parecía que su máscara de inalcanzable no funcionaba muy bien con él. De alguna manera conseguía encontrar sus puntos débiles, acababa de demostrarlo al amenazarlo de muerte y retarlo, mientras él no tenía nada con lo cual amenazar a un rey en su defensa. Ni modo. A fingir. O al menos a disimular el pavor.
Sentado en el escritorio empezó a desvestirlo despacio, acariciando la piel de sus brazos, pecho y abdomen mientras retiraba las telas que lo cubrían. Changmin gemía de pie, lentamente, anticipando nuevas caricias de Yoochun que éste pronto empezó a proporcionarle. Era increíble, nunca lo habían tocado así. Sabía cómo y dónde, y eso lo tenía aún más sorprendido. Yoochun besó sus labios, esta vez Min no tuvo que forzarlo, y luego pasó hacia su barbilla y su cuello. Le encantaba eso. Tomando su rostro por las mejillas lo obligó a detenerse y ahora él empezó a besar los labios rosados y el cuello blanco del otro.
-Ah…
Se estremeció cuando la mano del rey descendió por su cuello hacia su esternón y hasta su cintura, posándose sobre su miembro, aún cubierto por la ropa, empezando a frotarlo. Los labios resecos del de piel morena besaban y succionaban sus pezones, como si los estuvieran saboreando, pasando de uno a otro dejando un húmedo camino de besos entre ellos. Increíble, se estaba dejando acariciar y besar por un hombre, y le estaba empezando a gustar. Pronto ya no podía retener los gemidos. Lamiéndolos en círculos, Changmin consiguió dejar los pezones de Yoochun tan rosados e hinchados como había dejado sus labios. Luego descendió hacia su ombligo, retirando hacia abajo un poco el pantalón del poeta que ya estaba empezando a estorbar. Sin esperar más el rey lo retiró, tirando de él hacia abajo para continuar acariciando su miembro con su mano mientras sus labios continuaban su descenso hasta encontrarse en el mismo sitio que su mano.
-S.ssee….ssseñor…aaah…
¿Qué era eso? Nunca antes se lo habían hecho. Los labios del rey estaban…y luego su boca empezó a… ¡por los dioses! No se dio cuenta en qué momento los labios de Changmin desaparecieron de su miembro y aparecieron junto a su oído.
-Te ordeno que me lo hagas- su voz estaba cargada de lujuria. Después tomó su mano y lo jaló hasta la cama, recostándose y jalándolo sobre él.
-¿Cómo quiere que lo haga?
- Ya sabes. Quiero que me invadas con tu hombría…aquí – señalo el punto exacto, - pero antes debes prepararme.
-¿Cómo?
Bastaron unas cuantas indicaciones para que Yoochun comprendiera y empezara a lamer para luego acariciar con sus dedos.
-Ya…ya…- Changmin lo detuvo con sus manos. Yoochun volteó y miró como se acomodaba sobre unos almohadones, su espalda un poco menos levantada que su trasero, sus brazos a ambos lados de su cuerpo y sus piernas bien separadas.
-Hazlo ya, Yoochun.
Dudando un poco aún sobre lo que estaba haciendo, el poeta obedeció. Era estrecho, mucho más que cualquier mujer, al grado de que temía que la presión lo llevara al clímax demasiado pronto. Hincado frente a Changmin, poco a poco lo invadió hasta que su extensión completa estaba adentro. El rey se lo había pedido así. Bastardo pervertido. Sin embargo, al mirar hacia abajo y notar la expresión en su cara, este pensamiento se borró de la mente de Yoochun. Parecía un niño, herido en su punto más vulnerable.
-¿Majestad? ¿Está seguro de esto?
-Sí. Sólo..espera un poco…aah..necesito…acostumbrarme a ti.
Cuando Changmin se sintió listo, levantó una pierna sobre el hombro de Yoochun, dándole más espacio para moverse con mayor profundidad. Necesitándolo, el pelinegro empezó a moverse, despacio, y Changmin subió su otra pierna al su otro hombro. Estaban excitados, ya no había marcha atrás. Apoyando sus manos a cada lado de la cintura del rey, Yoochun se daba más impulso, jadeando con los ojos cerrados, escuchando los quejidos y gemidos del joven soberano.
-¿Le gusta? – preguntó, bajando las largas piernas morenas a cada lado de su cintura.
-Si…ah….si….- fue la respuesta entrecortada. Recostado así parecía entregarse nada más que al placer que penetrarlo parecía producirle. Era demasiado afrodisíaco para Yoochun, aunque ignoraba por qué. Empezó a moverse más rápido, acariciando la cintura de Changmin e inclinándose más y más hacia él hasta que la misma piel de las cinturas de ambos se rozaba, así como el miembro de Min entre sus vientres. Entre jadeos volvieron a besarse mientras la posición aumentaba el placer en ambos cuerpos. Las embestidas de Yoochun se volvieron arrítmicas y su respiración aumentó tanto que ya no pudo seguir besándolo. Recargó sus brazos a cada lado de los hombros del rey y su cabeza a un lado de la de él, y éste rodeó su espalda con sus brazos, una de sus manos revolviendo el cabello negro del otro. Dando un grito y un tirón a un mechón de su cabello, Changmin alcanzó el orgasmo. Segundos después Yoochun lo siguió.
-Ahora…-jadeó el rey tiempo después, - eres mi…amante.
Yoochun tragó saliva y asintió.

*****

Pasaron unos días más. El consejero pelirrojo estaba sorprendido al ver al rey más sonriente que nunca, y por algunos días había respetado su trasero, evitándole las invasiones dolorosas. Era bastante extraño y le daba algo de miedo. En un rey de hielo esa calidez no podía ser normal. Tampoco lo era que las torturas de Jaejoong hubieran sido reducidas a sólo algunos golpes con el fuete o volverse a hincar sobre sal y sémola, como antes. Mientras tanto, todo lo que sabían del nuevo inquilino del palacio era que era poeta y que, valga la redundancia, había estado escribiendo poemas todos estos días.

Al fin llegó el día en el que los 15 poemas estuvieron terminados. Entusiasmado, Yoochun se levantó, tomó los pergaminos del escritorio y se encaminó a la habitación del rey. Tocó la puerta. Por alguna extraña razón no lo dejaba entrar ahí. Al poco rato Changmin salió a su encuentro.
-Majestad – Yoochun hizo una reverencia, - he terminado la tarea que me encomendó.
-Excelente. Procede.
Yoochun empezó a leer. “¿Está bien que te ame? ¿Está bien que te abrace? Estas gotas de lluvia mojan mis mejillas y afloran tu belleza y mi incertidumbre…”
-Muy bien, muy bien. Te veré en una hora para que vayamos a que se los recites a mis concubinas.

A la hora fijada y en el lugar fijado, Yoochun esperaba al rey recargado en un pasillo del palacio, con los rollos de poemas bajo el brazo. Como acordaron, el rey llegó a ese lugar y, seguidos por un grupo de soldados, caminaron fuera del palacio, hacia la armería, pasando de largo el establo y siguiendo hasta llegar al Edificio Gris.
-Sígueme – Changmin abrió la puerta y entró. Yoochun lo siguió y se encontró con un pasillo oscuro de un par de metros de ancho y otro par de longitud. El rey caminó hasta el fondo de éste y abrió otra puerta. ¿A dónde iban exactamente? Sabía de los celos de los reyes, pero esto era demasiado…
Cuando entró, sus pies se convirtieron en plomo. Un escalofrío recorrió su espalda y sus ojos se llenaron de horror.
-Adelante, recita, mi poeta.
No podía moverse. ¿Qué era eso? ¿Qué hombre era capaz de hacerles esto a tantas mujeres?
-Anda. Te aseguro que te escuchan. A su manera.
Era un monstruo. Un monstruo de hielo, definitivamente. Temblando desenrolló el primer papiro, tirando al suelo otros dos que, al recogerlos, se dio cuenta que se habían manchado de rojo. Retomó la lectura: “En…entre…flores…hermosas…yo elijo la más…her…hermosa…tú… ¿Está…bien que….que te ame? ¿Está bien que…?” el aire empezó a congelarse en su garganta. Se estaba ahogando de miedo.
-Sigue, sigue.
No pudo seguir, las palabras se le agolpaban en la garganta, apretándola aún más, las imágenes frente a él pulverizando el poco valor que le quedaba. Empezó a asfixiarse.
-¿Yoochun?
El poeta cayó al suelo, sujetándose el cuello y jadeando en busca de aire hasta que se desmayó.
Después de pensarlo unos segundos Changmin lo levantó y lo llevó de vuelta al palacio.

14 Comentarios:

  1. omona.. soy.. primera XD!..

    el inicio me gusto.. pero siento que le falto impacto al final XD.. che changmin, todo enfermote XD.. pero ahh.. yoomin al fin de cuentas *o*...

    me gusto la descripcion de yoochun.. y pobre junsu cuando vio todo ese desmadre D:... wow.. q final tendra mi changmin ;O;!!

    es todo XD

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  2. GENIAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAL!!!! *O*

    CHANGMIN TORTURANDO MUJERES

    CHANGMIN TENIENDO SEXO CON YOOCHUN! *O*

    AISH QUE BUEN CAPITULO XD

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  3. Gracias n.n Mino y Yuki, por leer tan pronto y por sus comentarios. Seguire escribiendo...

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  4. AAAA no manches! esta bien enfermo!! D=

    YO LO AMO! XDD yoomin! *0*
    ke genial

    y pss no me keda mas comentario mas ke...
    kiero ir al baño xDD
    y emmm

    esta mas que genial Aemin! *o*

    sii! bien fuerte xD

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  5. Anónimo10/24/2009

    NOERU: sabes que xDD me ofrezco de psiquiatra para changmin xDDD porque vaya el niño esta para q lo lleven de urgencias xDDD, hahahahh
    ohh buen capo pero queria también YJ ahahha

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  6. Anónimo10/24/2009

    lo unico malo de este fic es el yunjae...pero el resto es increible *o* una obra maestra....xDDD


    yo amo a min aunk lo hagas un ser despreciable, luce enteramente sexy....ojala se kede cn yoochun *¬*

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  7. sheccid10/25/2009

    Me encanto el cap. micky de poeta ya lo abia estado esperando que lo metieran al fic cada vez se esta poniendo mas interesante y max de malo tortorando a chicas ya quisiers yo que me tortore a mi ese max tan sexi todo un rey jajajajaja sigue subiendo mas cap. y gracias.

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  8. Chicas...me dan miedo XD Changmin rey esta loco y aun asi quieren todo con el? XD a ver si no las lleva al Edificio Gris a conocer a las demas concubinas...

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  9. oooooo!!!!!!!!!!!
    que capitulo mas interesante!!!!

    me encanto este yoomin!!!!!!!!!

    que rey mas perverso!!!

    quiero mas accion!!!!!!

    continualoo!!!!!!!!!!

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  10. ChaMiKo YaY10/26/2009

    OMG!!!

    no maa...
    primero: Me mori cuando mi chunie bello hermosho sabrosho tomaba lecciones de como preparar al todo poderoso chagmin *¬* que secshi escena y lo mas hermoso es q nu golpeo el bello rostro de mi chunie >w<

    - me algra tambien q haya dejado descansar el pobresito butsu de Su si no se le iba hacer como de mandril todo rojito porq grande ya lo tiene XDD

    segundo: io keria ser concubina de chagmin pero ejem pensndolo bien io creo q mejor... mejor continualo porq esta re weno y kiero que haya mas Yoomin haber si mi raton le kita lo deskisiado a minie, aunq asi de lokito y sadico tambien lo amo XDD

    -- *w* sigue pensando en el Yoomin --
    Hoy dormire feliz

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  11. ._. me siguen dando miedo XD pero bueno, seguire escribiendo

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  12. OOOMMMGG¡¡¡¡
    la neta es que min ya me da un poquitin de mello jejejejejeje lo bueno que no fuiste muy explisita en lo de la tortura de las concubinas que si no...... quedo eor que yoochun O_O

    la verdad es que me encanto el yoomin, sin tanto sadismo, a ver si yoochun cambia al Rey

    Continualo porfa¡¡¡¡¡

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  13. hola

    aun no puedo ententer que es lo que pasa por la mente del rey changmin esta mur perturbado como es que llego a ser tan despreciable,tan lleno de maldad entre otras cosas y lo peor de todo es que disfruta del dolor de los demas

    que es lo que tiene planeado hacerle a chunnie,hay me da miedito este min pero aun asi pido continuacion cada vez mas emocionante y cosas por descubrir

    saludos!

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  14. esto va genial, espero con ansias lo sig, porfis ..porfis continualo si!!... plis
    gracias

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