Canción para un loco.
Junsu se corrió a un costado detrás de la columna, mientras Jaejoong separaba su rostro de esta, y buscaba algo para taparse.
- Yo… yo te conozco… de donde…
- No sé de dónde. Eh… - miraba al suelo – ¿pueden ir a fornicar a otro lado?
- ¡Ya sé de donde! – se coloca los bóxers - ¡Vos trabajas en el hospital, sos el chico que encontré el otro día en el armario de limpieza!
Entre una de sus tantas cosas, Jaejoong trabajaba.
El doctor se refería a que hacía unos cuantos días había encontrado a este muchacho en el armario, “apretando” con la secretaria de un colega. Que más le daba. Que hagan lo que quieran.
- Sí, los viernes. Eh… lo del armario, ¿quedó como nuestro secreto, no?
- Si, si, no te preocupes.
Se terminó de colocar los pantalones y le tiró su bata a Junsu que aún estaba detrás de la columna.
- Aunque para… yo si quiero abro la boca.
- ¡¿Ah sí?! – levantó el lampazo hasta la altura del mentón de Jaejoong - ¿Me estás amenazando?...
- No… estoy negociando. – entre cruzó sus dedos – Tu silencio a cambio de mi silencio.
- Aha, ¿y que gano yo?...
- Soy el doctor más prestigiado del hospital de Seúl, ¿no te parece suficiente arruinarme la carrera si abrís la boca?...
- Ah… bueno… trato.
- Trato. – extiende su mano.
- Eh… no gracias, vaya a saber que habrá pasado por esas manos…
Ambos intercambiaron los números de celular esa noche.
¿Junsu? Se vistió no sabe cómo y salió disparado de ese lugar.
Que importaba. Tenía su maletín y la dirección de su trabajo. Mañana a la mañana iría a buscarlo, esto no podía quedar así como así.
≈
7:04 AM.
Estaba estirado en su cama de dos plazas y media a lo largo. El despertador sonó.
Tenía que ir al trabajo. No encontraba el condenado maletín, qué más da, debió haberlo dejado en la oficina. Tomó las llaves del auto, y se dirigió a la oficina y llegó allí en diez minutos.
Subía por el ascensor.
Abrió la puerta.
- Yunho me estaba contando que desde hace mucho trabajabas para él y ahora estas por ser su socio.
- ¿Qué haces acá?... – lo miraba como si tuviera un gran grano en medio de la frente.
- ¡No seas tan malo con tu amigo! – palmeo la espalda de Jaejoong.
- Eso. Encima que me tomo la molestia de venir a visitarte…
- No tenés nada que hacer acá. – abrió la puerta y le indicó la salida.
Salió al pasillo.
Tanto tiempo esforzándose para que a este jefe suyo se le diera por ponerlo de su socio en la funeraria, y al doctorcillo se le da por caer a arruinar todo.
- ¿Qué querés? ¿Plata?
- No. Te olvidaste esto anoche. – extendió el brazo con su maletín en la mano.
- Ah, eso. Por cierto, a partir de ahora no me conoces, nunca me viste, ni sabes quién soy.
- ¿Por qué querría hacer eso? Después de lo de anoche… - lo tomó de la cintura mientras con la otra mano se quitaba los lentes de Carey.
- Por eso mismo. Olvídame.
- No quiero. – le robó un pequeño beso.
- Soltame. Si no queréis que llame a seguridad.
- Como me encantas… - soltó los lentes y lo apegó más a sí con las dos manos.
- No te lo voy a repetir. Ándate y soltame.
- Un besito más, mi patito… - bajó su mano hasta su trasero.
- ¡Soltame te digo!
- Entonces te lo robo. – lo tomó de la nuca y lo obligó a besarlo.
Apenas soltó sus labios, tomó sus lentes y se los colocó. Salió de forma escurridiza escalera abajo.
¿Qué rayos fue eso?... Pero le había gustado. Mierda.
Entró a la oficina a enfrentar a Yunho.
- Simpático el chico…
- Si…
- Me contó que eran novios.
¿Qué? ¿Novios?
Recién lo había conocido ayer y ya se proclamaba como su novio. ¿Quién se creía?
De todos modos. Su casi socio no tenía idea de que pateaba para el otro arco.
- Lo conocí ayer. No somos novios. Solo es un conocido.
- Ah… - miró por la ventana - No sabía que eras gay.
- ¡Te dije que no somos novios!
Cometió una estupidez. ¿Cómo le iba a gritar a su jefe? Que imbécil total…
- Está bien. Cualquier cosa, sé que soy muy deseable, pero yo no soy de esos. ¿Está claro?
No podía ser que solo le preocupaba eso al estúpido más grande del mundo. Bueno. Mejor dejemos al Míster Yunho y a su ego. No se iba a poner a discutir con “El padrino” apodado así por algunos del negocio.
≈
Otra vez tarde. Que le importaba.
Llegó a su consultorio como siempre. Otra vez Changmin asentado en su bella silla.
- Que carita más feliz con la que venimos hoy eh…
- Move el culo. Yo voy ahí. Te vengo a contar una cosa.
Changmin se sentó en la silla del paciente.
- ¿Cuál es el chamuyo de ahora?
- No es un chamuyo solamente.
- ¿Cuándo lo conociste?
- Ayer.
- Entonces si es un chamuyo.
- Pero ya, he…
- ¡Naaaa! ¡Me estás jodiendo! ¡¿Ya te lo cogiste?!
- Que mal que suena así…
mmmm necesito mas fic.... jajajajajjaja hasta el momento me ha gustado!!!!! FELICIDADES!!
ResponderEliminarhola
ResponderEliminaruyyyyyyy jaecito no deja de acosar a junsu y lo compromete demasiado creo que ya esta acabando con la paciencia de Su que es lo que hara al respecto
con que ocurrencias saldra ahora jae
quiero leer mas....continuacion
hay jae eres un pervertido
ResponderEliminarNecesito un doctor así caray! Que me atienda donde sea xD *Ella sueña xD
ResponderEliminarAAAJAJAJAJAJAJA me mueroooo! me imagine a changmin diciendo eso, jajajaja xDDDDD bien porteño, carajo!(?)
ResponderEliminarMe río mucho con las partes escritas en argentino csm, nunca encuentro fics escritos así. Enamora2 es poco.
ResponderEliminarMe encantó el "naaaaa ya te lo cogiste?" JAJAJAJAJ