Exactamente a las 11:15 PM, un golpe suena en la puerta del departamento de Junsu.
El hombre deja salir un profundo suspiro mientras se levanta lentamente. Camina hacia la barrera que lo separa de la vida loca y se permite caer a sí mismo.
Él abre la puerta para revelar al hombre guapo, Jung Yunho.
“Hola”, dice simplemente. Esa bella sonrisa se muestra descuidada y Junsu siente que su estómago vuela, ofrece una pequeña sonrisa a cambio. Se hace a un lado, igual que cada vez y Yunho se pasea por el departamento.
Junsu observa esta noche la apariencia del hombre con asombro. Él está vistiendo unos pantalones largos y grises y una chaqueta larga con mangas sobre una camisa de color negro. Su pelo marrón oscuro está revuelto y parece como si sus dedos se hubieran ejecutado a través él. Se ve cómodo, un hombre de la noche como Junsu mismo. Nadie diría que éste hombre vendía su cuerpo a hombres y mujeres noche tras noche. Se veía tan virgen y puro.
Junsu lo conocía mejor.
“¿Esta noche quieres lo usual o directamente pasamos a la cogida?”, pregunta con descaro y Junsu se estremece. Él siempre intentó que el tiempo que pasaba con Yunho fuera realista. Le gustaba darle una cuidada bienvenida al hombre, sentándose en el sofá y hablando mediante un té. Compartir experiencias de lo que había pasado desde su último encuentro, hablar de opiniones y pensamientos.
Al principio Yunho había mirado a Junsu como si estuviera loco o tal vez que planeaba asesinarlo. Entonces el mayor entró en la rutina elegida por Junsu. Sin embargo, se tomaba un tiempo cada noche para decir exactamente eso, haciendo que Junsu se sintiera como una mierda. ¿Yunho no entendía lo que Junsu trataba de hacer?
“Ehm… Sí. Tomemos el té por un rato. Sabes que siempre pago por tu tiempo Yunho shi. No te preocupes”, Junsu dice con calma y una profunda tristeza en su interior.
Él camina hacia la cocina, dejando que Yunho haga lo que quisiera. Jaejoong siempre le dijo que nunca le diera la espalda a un prostituto, ya que ellos pueden robarte a ciegas en el momento en que te das la vuelta. Junsu confiaba en Yunho, probablemente mucho más de lo inteligente.
Llena la tetera con agua y la coloca en la estufa antes de tomar dos tazas de la alacena. Alcanza el té verde de granada cuando las manos de Yunho se apoyan sobre las suyas. Junsu se sobresalta y sus ojos aletean. Yunho con esa bella sonrisa le devolvía la mirada. ¿Cuándo el hombre lo había seguido a la cocina?
“¿Así que compraste mi té favorito?”, pregunta Yunho con una sonrisa a sabiendas. Junsu toma una respiración profunda para estabilizarse. El pequeño contacto con esa piel casi lo desmorona.
“¡Por supuesto! Me dijiste que te gustaba y decidí que quería intentarlo también”, afirma Junsu alegremente, colocando un saquito de té en cada taza.
Yunho asiente con la cabeza y se quita el abrigo. Los ojos de Junsu siguen la acción del hombre y estudia el plano general de los hombros y la espalda de Yunho. El moreno no se pierde de esto y Junsu se encuentra clavado en el mostrador un momento después. El hombre mayor besa sus labios con ternura forzada y Junsu quiere llorar. Se dio cuenta de lo falso que era.
Yunho sabía que a Junsu le gustaban las cosas con calma y sentimiento. Él había preguntado una vez por qué Junsu entonces buscaba la compañía de un prostituto. Llegando incluso a burlarse, describiéndole en qué consistía el trabajo de un prostituto, como si el hombre fuera estúpido y no supiera.
La única excusa de Junsu fue que era difícil encontrar a alguien a quien amar y mientras los prostitutos fueran pagados, ellos pretendían cualquier cosa que Junsu quisiera. Yunho sólo asintió con la cabeza, de esa manera, como comprendiendo.
Justo cuando Yunho comenzaba a dejar pequeños besos en el cuello de Junsu, calentando con éxito el cuerpo del hombre, su teléfono celular sonó. Con un mohín por ser interrumpido, Yunho se aleja y le da a Junsu una mirada de disculpa antes de contestar.
“Yoboseyo… Sí… Estoy en lo de Kim Junsu… No sé cuándo… Sí el chico del té…”, una risa le sigue al comentario antes de continuar. “¿Por qué…?...Oh, ¿enserio? …Bueno…Sí, déme una hora y estaré allí, ¿ok? Está bien lo veo luego”. Y Junsu sintió como si quisiera gritar. Él sabía lo que venía.
“Junsu, ¿podríamos prescindir esta noche del té? Tengo un cliente nuevo con el que mi jefe realmente quiere que cumpla. ¿Así que podemos simplemente…?”, se calla señalando a la habitación. Junsu siente que quiere enfermarse pero asiente con la cabeza, no puede decirle no a Yunho. Además, cualquier momento que pasaba con el hombre contaba.
Yunho agarra la mano de Junsu y apaga la estufa antes de arrastrarlo hacia el pasillo. La puerta del dormitorio se cierra con un broche de presión y Junsu está bastante seguro de que su corazón se rompió en algún lugar, junto con él.
El mayor empieza a despojarlo de sus ropas y Junsu se encuentra en un estado de estupor de muerte. ¿Por qué siempre tiene que ser así? ¿Por qué no podía ser diferente, con paciencia, felicidad y amor? Detuvo su pensamiento después de eso. Él sabía el por qué.
Yunho era un prostituto.
No importaba lo que Junsu fue capaz de hablar con este hombre, él era un maestro de la palabra. Podía mentirle a Junsu con el fin de hacer al hombre feliz. Era hábil en el arte de la conversación perspicaz.
El hombre sólo se preocupaba por ganar su dinero y no importaba cómo obtenerlo. En la parte delantera de la mente de Junsu no creía eso y en la parte de atrás, sabía que era verdad.
Él amaba a un hombre que nunca, nunca podría amarlo de la misma manera.
Y como sus cuerpos se prensan juntos y los flujos de la pasión liberan como una suave nube alrededor de ellos, rodeándolos en la felicidad que Junsu sabe que nunca podría encontrar de nuevo, comienza a llorar.
Yunho deja de moverse dentro y fuera y toca las mejillas de Junsu lavando sus lágrimas.
“¿Junsu ah? ¿Qué te pasa? ¿Te estoy haciendo daño?”, él pregunta con una voz cuidada, una voz falsa.
Junsu retiene las palabras: ‘Más de lo que podrías saber’.
“No Yunho shi, continúa. Perdón por la emoción del camino”. Junsu gira su cabeza hacia otro lado como Yunho empuja de nuevo y la sensación de placer envía al joven al borde, en el amor, en el dolor, en las lágrimas.
Yunho se queda ahí por solo cuatro respiraciones antes de levantarse y ponerse su ropa de nuevo. Junsu quiere decir algo, cualquier cosa para cambiar la situación. Pero nada podría arreglar este lío.
Un pensamiento surge en Junsu y mirando hacia arriba con visión borrosa por las lágrimas pregunta, “¿En serio está bien el no usar condones Yunho shi?”. Él no sabe lo que lo hace preguntar eso, viendo la forma en que ellos venían teniendo relaciones sexuales con condones durante el mes pasado.
“Claro Junsu, ¿no confías en mí? Yo no haría nada que pudiera perjudicarte y se siente mejor sin ellos, ¿no es así? Estamos más conectados”. Él esboza una sonrisa y da una pequeña inclinación de cabeza hacia la puerta.
Junsu hace una mueca de dolor mientras se levanta y saca dinero de su billetera una vez más, antes de inclinarse a besar a Yunho por última vez. Sus labios se deslizan tan perfectamente que Junsu quiere agarrar al hombre y nunca dejarlo ir.
Él desliza billetes suficientes como para sumar 2,000,000 en la mano del hombre y Yunho mira hacia abajo. La expresión en su rostro, indicios de entendimiento de que ha sido pagado por más que una noche llena de té, conversación y sexo. Él no lo cuestiona. Junsu sabe que no lo haría.
“Gracias Junsu, te veo la próxima vez”. Y el hombre se ha ido por la puerta antes de que Junsu pueda susurrar, “Adiós Jung Yunho”.
Junsu lo está dejando ir.
Finalmente encontró el punto de ruptura.
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haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarpobre junsu que se ha enamorado de un prostituto,
y yunho es tan frio, buaaaaaa me dio penita, esta muy
bueno el fic y original, nunca se me habria ocurrido escribir algo asi, ^_^ siguelo porfa, nos vemos
omo, omo, que romantico, me enamoré de lo enamorado del lindo Su, a mi tambien me dio penita, pero le hizo caso a jae... que pasará me intriga el suspenso...
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