Forbidden Love

Titulo: Forbidden Love

Autor: Mery

Pareja: HoSu

Género: Romance, Lemon

Extensión: One-shot

N/T: No es un Fic-Song pero la canción acompaña el ambiente de mi historia así que cuando aparezca la canción escúchenla mientras leen por favor ^^ (Está dos veces en el texto por si se les acaba la música en medio de la lectura)
Esta historia está planteada como pequeños flashes, así que cada vez que vean (**) es como si se apagara la luz y apareciera otra escena. Eso las ayudará a entender :3 Es todo, sólo me queda decir: Enjoy!

Sinopsis: Yunho y Junsu se afrontan a sus propios miedos descubriendo así el verdadero amor.

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Es el chico sonriente del grupo, el que todos quieren y el que no tiene enemigos; de carácter amable y distraído; de sonrisa contagiosa; de cuerpo atlético y hermosos ojos. Un hombre...como él.

Los mejores amigos hasta hace unos días cuando se produjo un cambio. El chico, quien veía como a un hermano, empezó a llamar la atención de las chicas del campus e incluso de algunos hombres. Un cambio de look, sugerido por sus amigos, convirtió al joven en un ser atrayente a la vista de todos y esto era algo que por alguna extraña razón no le agradaba mucho al moreno. Quiso creer que se debía a su papel de hermano mayor y que sólo quería protegerlo pero no estaba muy seguro de qué exactamente.

Día tras día se pregunta lo mismo. ¿Qué es este sentimiento? Él sabe que la  manera en que reacciona cada vez que lo tiene enfrente, no es normal.

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Son las 8 de la mañana y aún no llega, se siente intranquilo mientras lo busca con la mirada entre los demás estudiantes.

"...nho... ¡Yunho!", le grita Jaejoong a su lado. Éste vuelve a la realidad sólo para notar que se encuentra rodeado de sus amigos. "¿Qué te pasa? Hace como media hora que te estamos hablando."

"Eeh... Lo siento."

"Vaya, cualquiera diría que estás enamorado", menciona Yoochun.

Los ojos de Yunho se abren como platos ante esa palabra. ¿Amor? Justo en ese momento, el causante de todas esas noches de insomnio atraviesa la puerta... Y todo cobra sentido. El tiempo parece bajar su velocidad mientras Junsu avanza lento entre saludos y apretadas de manos. Hoy viste una camisa blanca entallada al cuerpo, inconscientemente los ojos de Yunho delinean esa figura, lleva unos jeans azules y su pelo marrón cae con gracia sobre sus ojos. El mundo se vuelve borroso a su alrededor y los latidos de su corazón bombean con fuerza. Yunho cae en la cuenta y por primera vez siente miedo.

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"Junsu ah~", lo saluda Yoochun.

"Hola~".  Él saluda a todos pero cuando llega a Yunho el mayor a penas si lo mira. Junsu siente un ligero dolor mientras ve a Yunho pararse en busca de un asiento. No entiende por qué su mejor amigo lo ha estado evitando desde hace un tiempo y es algo que lo carcome por dentro. Solían ser más unidos que esto. Además se conocen desde hace un tiempo y fueron los que formaron el grupo. Junsu no entiende.

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La tarde de hoy es soleada y agradable así que Junsu decide ir a leer bajo un árbol. Toma asiento y saca su libro. Es una costumbre suya y que por lo general realiza a solas. El sol lo revitaliza y por instinto levanta su rostro, sus ojos cerrados y una respiración profunda, mientras se deleita con la cálida brisa. En sus labios u na suave sonrisa, soñadora y en calma. Pasado un tiempo, una extraña sensación lo invade, así que lentamente abre sus ojos sólo para notar a Yunho sentado a cierta distancia, mirándolo fijamente. Su corazón da un vuelco y su cerebro le dice que se aparte de ahí pero su cuerpo no reacciona, la mirada del otro lo paraliza.

Ambos se miran, sin apenas pestañar. Los dos envueltos en un torbellino de emociones. Los ojos de Yunho parecen atravesarlo, parecen desnudarlo y Junsu comienza a temblar. Yunho en cambio ve en Junsu curiosidad, ve deseo pero más que nada, ve miedo.

Confusión. ¿Qué está pasando? Ninguno de los dos lo sabe y tampoco se atreven a indagarlo. Demasiado cobardes.

Finalmente Yunho aparta la mirada, recoge sus cosas y se va. Junsu deja salir el aire que ni siquiera sabía que estaba conteniendo.

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Pasa una semana. Junsu sube las escaleras hasta el segundo piso, hacia la biblioteca. Tampoco durmió anoche pensando en lo que le pasaba con Yunho. ¿Desde cuándo su relación se volvió así? Incapaces de sentirse cómodos de nuevo, como si hubieran construido una barrera invisible entre ellos. Lo sentía distante y eso le dolía más que cualquier cosa. Por horas meditó lo ocurrido en las últimas semanas y todo apuntaba a una respuesta, pero tenía miedo de decirla en voz alta.

Concentrado en sus pensamientos se choca con una escena que no había imaginado presenciar. "Yunho oppa...", Junsu se detiene a mitad de camino al ver a Yunho en el corredor del segundo piso con una chica. Su corazón lentamente haciéndose añicos. "Me gustas oppa... Por favor, sal conmigo". Los ojos de Junsu se llenan de lágrimas sin comprender la situación. No entiende lo que Yunho despierta en él pero si le preguntaran lo que siente en este momento, diría que siente como si le estuvieran arrancando el corazón y con eso también se llevaran su alma. Un pequeño sollozo se escapa sin darse cuenta y Yunho gira notando su presencia. El mayor se queda en shock. No quiere que Junsu piense mal y siente la necesidad de pedir perdón. El estado de Junsu sólo aumenta su culpa.

"Junsu...", dice Yunho pero el menor da la vuelta a sale corriendo. "¡Junsu!", se escucha a lo lejos mientras éste corre  lo más rápido que le permiten sus piernas.

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La noche ha caído y después de tanto caminar decide sentarse en una banca de una plaza cercana. Los faroles iluminan el camino y poco gente se divisa a lo lejos. Las lágrimas de Junsu se han detenido pero el dolor sigue latente. No debería doler, no por un simple amigo, pero otra vez, ¿es sólo un simple amigo? ¿Cuándo fue que ese chico popular y compañero se volvió tan importante? ¿Cuándo fue que su misión de todos los días se había convertido en ganarse la atención del moreno?

La brisa nocturna se hace notar y su cuerpo se estremece ante el frío. Salió corriendo sin importarle sus cosas y ahora se encuentra sólo y sin nadie que le ayude. Genial. De pronto, un abrigo es puesto sobre sus hombros y Junsu gira bruscamente sólo para encontrarse con Yunho parado detrás de él. "¿Co-cómo me encontraste?", dice sin pensar.

"Aquí fue donde nos conocimos. ¿Lo recuerdas?", dice Yunho con una sonrisa.

Un años atrás, en su primer año de la universidad, Yunho había sido asaltado por unos vándalos y abandonado a su suerte en esa misma plaza. Junsu pasaba por ahí cuando se lo encontró. Incapaz de dejarlo desamparado, Junsu lo invitó a su casa hasta que pudiera recuperar sus cosas. Fue grata la sorpresa cuando se enteraron que serían compañeros de estudio y a partir de ese momento la amistad floreció naturalmente.

"Yunho, yo...", las palabras son silenciadas cuando un dedo se posa sobre sus labios. El mayor toma siento junto a él.

"Shhh...", sus rostros a escasos centímetros.

"Tengo miedo", dice Junsu, el temblor en su voz.

"Lo sé... Yo también."

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La puerta se abre de golpe, ambos tropezando al entrar. La habitación es pequeña y modesta, los detalles no son tenidos en cuenta. Sábanas recién cambiadas, una cama de motel fría en la distancia. Habitación monótona, tonalidades grises como única decoración. Una sola ventana con las cortinas abiertas y la luna, única testigo, la encargada de iluminarlos.

Sus labios se unen en un infinito beso cargado de deseo. Sus respiraciones agitadas, el calor sofocándolos. La espalda de Junsu choca contra la pared en un ruido seco, Yunho lo aprisiona con su cuerpo. Un bajo gemido escapa de los labios del castaño. Yunho aprovecha para bajar y lamer su cuello. Suaves mordiscos sacan dulces lamentos del más bajo. El moreno decide llevar a su compañero hasta el borde de la locura. Duelen sus pulmones por la falta de aire pero la desesperación es más fuerte. Ninguno habla, jadeos y gemidos rompiendo el silencio. Las manos de Yunho viajan por todo su cuerpo y Junsu quiere más... Quiere llorar... Llorar de felicidad. En su interior las emociones luchando con su moral. La ropa es esparcida por el suelo mientras tropiezan hasta la cama. Besos interminables. Se miran a los ojos y sonríen mientras degustan la lengua del otro.

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¿Cuándo comenzó? ¿Quién hizo el primer movimiento? Ninguno lo sabe, para cuando se dieron cuenta sus cuerpos se encontraban entrelazados, aferrándose al otro con todas sus fuerzas. Una parte de ellos jamás descubierta.

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Junsu comienza a besar el cuello de Yunho dándole pequeños mordiscos, descendiendo y besando su torso, chupando sus tetillas... El mayor detiene los movimientos y lo empuja sobre la cama. Junsu siente dolor, su cuerpo reclamando a gritos el del otro. Lentamente Yunho se posiciona encima, refregándose contra él. Besa esos labios, esos regordetes labios, esos adictivos labios... Besa su rostro y muerde su oreja mientras sus manos acarician esa piel que tanto lo cautiva. Caricias lentas... Cada trazo de piel memorizado por el tacto... Llega hasta detrás de su oreja izquierda y deja su marca ganando un gemido. "Eres mio...", dice con voz ronca. "Mio...", y Junsu se estremece porque no tiene control sobre sí mismo, bajo el cuerpo de Yunho no tiene voluntad. Lo acaba de decidir, se entregará por completo a este juego lujurioso y prohibido.

Porque el amor entre dos hombres está prohibido. Prohibido por la ley, sus familias... Por los ojos de Dios. Saben que corren el riesgo de ser repudiados, que sus seres queridos les den la espalda. De ser discriminados y apartados.

Son conscientes, ambos saben que no deben caer pero no pueden hacer nada por evitarlo, no puede acallar este fuego interno que los consume cada vez que el otro lo toca. El mundo allá fuera es cruel pero dentro de estas cuadro paredes son sólo ellos dos.

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Yunho besa su cuello y desciende lentamente recorriendo todo su cuerpo. Junsu se retuerce y muerde sus labios. El placer lo supera, su corazón palpitando fuertemente. Pronto sus ojos se cierran de golpe y un grito es escuchado. Yunho lo succiona con fuerza llevándolo lejos de este mundo. Se siente mareado y su respiración se vuelve agitada. Intenta apartarlo pero sus fuerzas lo abandonan. El placer lo supera, una sensación que jamás había experimentado. Grita su liberación retorciéndose. Yunho toma su semen y lubrica su entrada con ella. Junsu se estremece. Pronto su cuerpo es dado vuelta y se encuentra de rodillas mirando la sábana bajo él. Ésta es suave y sus dedos la aprietan con fuerza. Otro gemido cuando siente la lengua de Yunho en esa zona. Su rostro envuelto en una ola de calor por la vergüenza. Su cuerpo recobrando la dureza. Suaves besos son depositados en su espalda y gira su rostro para unir sus labios en un lascivo beso. Yunho refriega su miembro contra los nalgas de Junsu, ambos jadeando. "Por favor... Por favor...", la voz de Junsu apenas audible. Yunho se posiciona y lentamente lo penetra. La cabeza de Junsu golpea contra la cama y deja salir un grito de dolor. Siente como si lo partieran en dos, sus lágrimas no tardan en salir y su respiración se vuelve más pesada. Yunho lo abraza y espera un momento para que se adapte. Los delicados besos no se detienen y las caricias buscan aliviar en algo el dolor del otro. Luego de un tiempo que pareció interminable Junsu siente que el dolor es más ameno y lentamente se balancea acostumbrándose a la sensación. Yunho se estremece y cae sobre él. El placer lo supera, Junsu lo aprisiona exquisitamente y sus caderas comienzan a moverse con un lento vaivén. Una de sus manos sosteniendo su peso contra la cama y la otra rodeando la cintura de Junsu.

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La noche sigue su curso y la luna se mueve en su órbita. La habitación más oscura. Sobre la cama, dos cuerpos brillantes por el sudor.

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Yunho se arrodilla y toma las caderas de Junsu aumentando con ello la velocidad de sus penetraciones. La vista de Junsu, su espina dorsal y los movimientos de su cuerpo, excitándolo a otro nivel. Un hambre voraz, un apetito insaciable que sólo Junsu puede acallar. Quiere besarlo, quiere esos labios. Sale de su cuerpo y lo voltea. Junsu se encuentra en una nube de placer inmensa hasta que nota los ojos oscuros de Yunho y estira sus brazos hasta rodear su cuello, atrayendolo hasta su rostro. El beso es sensual y sonríen mientras se funden en el deseo. Yunho toma las piernas de Junsu y las coloca sobre sus hombros para luego volver a penetrarlo. Comienza a moverse dando profundas estocadas que hacen gritar a Junsu. Los besos no se detienen.

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Irán al infierno, sí, tal vez... Pero no les importa mientras estén juntos.

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El cuerpo de Junsu se tensa y solo hay una cosa que le gustaría decir, dos simples palabras que lo dicen todo. Pero el miedo lo silencia, teme que si llega a pronunciar esas palabras ya no pueda volver atrás. El aire parece escasear, las estocadas de Yunho se vuelven más fuertes y profundas. Junsu grita y llora. Todo es tan surrealista. La mano de Yunho acaricia su miembro y Junsu grita su liberación, su cuerpo tembloroso. Los músculos internos de Junsu se contraen y es suficiente para que Yunho acabe con un largo y profundo gemido gatural. Ambos cuerpos sin fuerzas, se quedan inmóviles hasta que sus cuerpos se enfrían. Yunho toma las sábanas y los cubre a ambos. Estira su brazo atrayendo a Junsu contra su pecho y acaricia sus cabellos. Junsu se rinde ante el sueño mientras Yunho lo se le queda contemplando, finalmente, sus parpados se cierran.

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Al día siguiente, Yunho se encuentra almorzando en su mesa habitual cuando llegan sus compañeros. Inmediatamente sus ojos se cruzan con los de Junsu al otro lado de la misma. Éste le responde con una tímida sonrisa pero luego baja su mirada apenado, un ligero sonrojo en su rostro. Uno de sus amigos se burla de Junsu, preguntándole si había vista a una chica linda a lo que el menor no contesta. Todos ríen mientras Yunho mastica su hamburguesa en silencio.

Su amor es un secreto, un secreto entre ellos. Porque es un amor prohibido, este bello sentimiento, sienten que deben salvaguardarlo del mundo. Después de verse en la distancia, de soñar con el otro, de romper barreras y cuestionarse a ellos mismos. Decir TE AMO en frente de otros no es algo que puedan hacer sin el temor de ser repudiados. El miedo es latente y por eso la felicidad es incompleta, ambos lo saben. Conformarse con encuentros clandestinos no es su idea de una relación, quizás por eso Yunho limpia su boca y tomando aire da el paso que ambos saben que  necesitan. "Junsu...", susurra desde su sitio.

"¿Qué pasa?", pregunta su amigo Changmin notando el cambio en su voz. Junsu sabe lo que viene, lo ve en los ojos de Yunho. Su corazón empieza a latir más aprisa y le tiemblan las manos. Pero aún así... Está feliz, porque quiere escucharlo, quiere terminar con este secreto y la verdad, es que ya no le importa nada.

"Te amo Junsu...", dice para sorpresa de todos. "Eres mi vida."

Junsu sonríe. Sus amigos no entienden. "¿Te drogaste?", le preguntan.

"No", Yunho se levanta y camina hacia Junsu. "Te amo", le dice directo a los ojos.

"Te amo", contesta Junsu, regalandole una hermosa y reluciente sonrisa.

El qué dirán ya no importa.                                                                   

FIN