Nota de RUKI: Se recomienda leer primero el fic's y luego escuchar el audio
Título: Last Heaven
Autora: Adari Amani
Couple: JaeMin
Extensión: OneShot
Género: Asesinato, Lemon, Lime
“Cuando yazca debajo de la tierra,
mis equivocaciones no le causarán ningún problema a tu pecho”
El Lamento de
Dido; Dido y Eneas
Aún estaba algo adormecido, pero el frío que sentía su cuerpo semidesnudo le hacía temblar de manera que no podía conciliar totalmente el sueño. Su cuerpo estaba entumecido del lado en el que se apoyaba, con sus manos todavía atadas detrás de la silla.
Abrió
lentamente los ojos, en realidad no quería abrirlos, no quería ver la realidad
en la que estaba inmerso, quería dormirse de nuevo para jamás despertar. Pero
ya hacía un buen rato que estaba jugando al muerto, y su cuerpo entumecido le
pedía a gritos intentar remediar la situación. Abrió sigilosamente los ojos,
casi tímidamente y vio una puerta abierta delante de él desde la cual llegaba
el sonido del piano.
Su expresión
era cansada pero el brillo taciturno de sus ojos negros escondía algo: la
tristeza. Una tan profunda que le agotaba y desganaba a tal punto que incluso
si su cuerpo ardía en dolor por sus músculos atrofiados el no encontraba el
deseo ni la fuerza para intentar moverse.
De repente
la música dejo de sonar y él se quedo mirando fijamente la puerta.
El joven de
cabellos castaños entro a la habitación y se le quedo mirando un instante desde
la puerta antes de sentarse en una silla cerca de ahí.
_ ¿Qué haces
Changmin?- le pregunto mirándole desde detrás de los cabellos negro que cubrían
su rostro.
Changmin se
levanto y le enderezo la silla para que pudiera estar sentado. Luego volvió a
sentarse.
Su cuerpo se
sintió un poco aliviado por descargar la presión. Luego de inspirar hondo le
volvió a mirar.
_ ¿No vas a
contestar?
_ No estas
preguntando lo que quieres saber de verdad.
_ ¿Qué podría
querer saber más que esto?
_ Lo que te
preguntabas ayer. Parecía que se te iba la vida intentando averiguarlo.
Su expresión
quedo helada, en ese instante no respiraba. En sus ojos profundos el dolor
afloraba como queriendo tragarlo.
_ ¿Qué
hiciste?- su voz se quebró.
Torció una
sonrisa mientras cruzaba sus brazos sobre el pecho.
_ ¡¿Qué
hiciste?!- gritó abalanzándose hacia delante para alcanzarlo, pero solo logro
caerse con la silla. Desde el suelo comenzó a retorcerse mientras las lágrimas
afloraban como una tempestad- ¡Changmin! ¡Dime ¿Qué hiciste?! ¡¿Qué le has
hecho?! ¡Contesta!
Saco del
bolsillo algo que aventó junto a su cara. Él lo miro y vio el anillo manchado
de rojo. Mordió sus labios y lloro silenciosamente.
_ Fue lo
ultimo que vio, yo sabía que le quedaban unos segundos así que me senté a su
lado a esperar. Ella estaba en silencio con la cara cubierta en lágrimas y
sangre, pensé que estaba en estado catatónico por el dolor pero me di cuenta
que miraba algo. Era su mano izquierda que deje a unos centímetros de ella a la
altura de su cabeza. Ella miraba ese anillo que tenía puesto en el dedo. Supe
que era algo que tú le habías dado, porque cuando la vi en el auto ella lo
estaba mirando también, con una sonrisa tonta en el rostro…- se acomodó en la
silla y miro hacia la ventana- Me molesto mucho esa sonrisa, creo que de no haberla
visto en aquel momento no habría sido tanto lo que le hubiere hecho. Bastaba
con alejarla de ti, pero me molestaba esa sonrisa y quería borrársela del
rostro. Pensé que si sufría lo suficiente no volvería a sonreír nunca más, así
que me esforcé en eso. Pero al final no lo logre- torció a mirarlo- ella sonrió
sobre el final… estaba llorando, pero sonreía… Seguramente pensaba en ti y por
eso sonreía, pero sabía que no volvería a verte por eso lloraba…
_ ¿Llamo mi
nombre…?- preguntó con un hilo de voz.
_ Todo el
tiempo…
Cerró sus
ojos para contenerse, pero las lágrimas podían vencer a los párpados y
derramarse sobre el suelo.
_ No tienes
por qué ponerte así… Pronto habrá acabado para ti… Eres mi hyung y fuiste mi
amigo… en honor a esa amistad te concederé un último deseo… Dime que ¿Qué
deseas?
Jaejoong le
miró por un instante y luego miro el anillo.
_ Pon ese
anillo en mi dedo…
La expresión
de Changmin se volvió severa, se abalanzó sobre al anillo, lo tomó y lo aventó
por la ventana.
_ ¡No te
burles de mí!- le dijo mientras le asestaba un patada en las costillas.
Jaejoong
tosió en el suelo, Changmin tomo la silla y lo levanto con ella.
_ ¿Realmente
no lo entiendes?- dijo inclinándose hacia el- ¿Cómo es que hallamos llegado a
esta instancia y tu no sepas por qué?
_ ¿Lo has
hecho por causa de ella?
_ No es lo
que tú piensas…
Sostuvo su
mentón con fuerza mientras se inclinaba hacia él cerrando la mandíbula con
fuerza. En su mirada las lágrimas se agrupaban convirtiendo sus ojos en
cristalinos manantiales. La casi sonrisa temblaba en su rostro mientras su
corazón golpeaba con fuerza dentro de su pecho y el nudo de su garganta lo
ahogaba lentamente.
Jaejoong le
sostuvo la mirada con sus ojos cansados. Aquellos ojos negros no reflejaron
ningún dolor, ningún arrepentimiento, ninguna culpa, ni siquiera el odio, mucho
menos el amor. Solo estaba su propio reflejo inmerso en los ojos negros,
ahogándose en ellos. Solo podía verse a sí mismo, su burda expresión
contrariada entre la sonrisa apenas empezada en los labios y las lágrimas
queriendo romper a mar.
Se vio en
ellos, vio como lucía su rostro, vio como lucía él en ese momento y lo odio. El
dolor ardió en aquella ira insensata que propicio un golpe en la aterciopelada
piel de Jaejoong para conseguir apartar esos ojos de él. Busco un cuchillo
sobre la mesa, aquel reflejo desaparecería cuando los espejos lo hagan. Así que
lo empuño con fuerza y recogió por lo pelos la cabeza para encestar el golpe.
Pero debajo de los mechones de cabello negro estaban sus ojos reflejándole de
nuevo.
Dejo caer el
cuchillo de sus manos mientras rompía a llorar cayendo de rodillas, apoyando su
cabeza en su regazo.
_ ¿Por qué?
¿Por qué?- se preguntaba- ¿Cómo es que no puedo hacerlo?- las lagrimas fluían
en un llanto desconsolado, rompían a mar en su misma desesperación- ¡¿Cómo es
que puedes hacer esto?!- exclamó levantando su mirada a él, quien lo miraba
inexpresivo sentado en una silla de madera con el torso desnudo y varios hilos
de sangre bañándole el cuerpo- ¿No vas a decir nada?- preguntó agitado.
Se levanto y
empezó a dar vueltas en la habitación, con el rostro húmedo por las lágrimas
que todavía no se detenían.
_ Es porque
siempre has sido así… que yo no logro estar en paz- le reclamo desde el medio
de la habitación torciendo hacia él.
_ Dime
ahora- finalmente dijo- ¿Qué has sentido?
_ ¿Qué he
sentido?- replico- ¡¿Qué he sentido?!- exclamó- ¡¿No ves como me siento?!
¿Nunca has visto como me siento?
Jaejoong
rehuyó la mirada dirigiéndola hacia la ventana que daba hacia el patio. Su rostro
se ilumino con la luz blanca que por ahí entraba; mientras observaba el paisaje
nevado de un lago en medio de las montañas.
_ ¡Mírame!-
exigió mientras sacudía con fuerzas sus hombros dejándole marcas en su piel
blanca- ¡Yo estoy aquí! ¡No estoy muerto! ¡¿Cómo puede ser que te de los
mismo?! ¡Mírate!- de nuevo la conmoción apago su voz en llanto, cayo de
rodillas sobre sus piernas y apoyo su cabeza en su regazo- mira lo que me has
hecho hacerte…
Jaejoong lo
miro de nuevo inexpresivo mientras sentía como las lágrimas le mojaban el
pantalón con una calidez que pronto se esfumaba.
_ ¿Me dirás
ahora lo que sientes…?
Sus
convulsiones y su llanto se calmaron y mas serenado contestó mientras miraba a un
punto perdido, aun apoyando su cabeza en su pierna.
_ La gravedad
me abandonaba… cuando te veía- dijo con voz serena- si tu pudieras sostenerme,
no me iría flotando a ningún lado… era como desfallecer, perdía las fuerzas
poco a poco y esperaba expuesto a tu respuesta… como si me quedase desnudo
parado en medio de la nada, una absurda tranquilidad que nacía de mis ansias,
me decía que vendrías a cubrirme con tu piel… y entonces esperaba, espere
largamente y tú nunca llegaste… empezaba a tener frío, a tener miedo, solo
quería llorar… y lloraba largamente solo en los rincones… lloraba hasta
desfallecer y me sentía mejor, me gustaba llorarte era mi manera de amarte…
¿Sabes? Cuando a veces desaparecía, estaba escondido llorando en un rincón,
todos los días lo hacía. Odiaba que me interrumpieran, ese era mí momento, mi
momento de amor… Cuanto te amaba- le dijo mirándole con lagrimas en los ojos,
sonrió sutilmente y volvió a hundir la cabeza en su regazo- Te amaba tanto que
me dolía mucho, era demasiado para mi joven corazón y por eso debía llorar
mucho para liberarlo del ahogo en el que sumergías. Podía pasar toda mi vida
así, anhelándote en el más absoluto silencio, saboreando cada instante en el
que me mirabas, cuando me hablabas, cuando me sonreías, cuando decías que era
tu amigo y me amabas… mordía mis labios para no gritarte que yo también te
amaba ¡tanto que no cabía en mis palabras! Pero debía callar y verte esperar
por una muestra de reciprocidad que no podía darte, porque sabía que no sentías
lo mismo. No como yo lo sentía. Ese era mi dolor de todos los días y mi amarga
alegría ¡ay, de mi amor agridulce por el que me perdí! Hyung… ¿Por qué? Dime-
sostuvo su rostro con ambas manos, mirándole con ternura y dolor- por favor
¿dime por qué?- le suplicaba en lágrimas- ¡¿Por qué la amaste a ella?!- de
repente pareció como si todo el dolor que guardaba se volcaba en un llanto
inconsolable- ¡¿Por qué?! ¡Si yo te amaba más que nadie en este mundo!- se
desmorono y quedó sentando frente a él en el suelo- ¿Cómo me pudiste hacer eso?
¿Cómo pudiste…?
Jaejoong le
miro largamente pero su expresión no mostro cambio alguno.
_ ¿Sabes…?-
murmuro mientras miraba hacia la nada- una vez soñé… soñé que estábamos juntos
debajo de un árbol, tu sostenías mi cabeza en tu regazo y la acariciabas… me
sentí tan feliz que desperté llorando… y llore más cuando me di cuenta que sólo
lo soñaba… tu estabas compartiendo cuarto conmigo ¿recuerdas? Me preguntaste
porque lloraba tanto y yo no podía contestar. Me abrazaste y te quedaste
conmigo hasta que me dormí. He recordado esa sensación, la de tus brazos, todas
las noches…
_ ¿Por qué
no le dijiste a tu hyung lo que te pasaba Changmin? ¿Acaso no te dije que
podías decirme cualquier cosa?- le pregunto.
_ ¿Y si me
dejabas?- le miro largamente con expresión de dolor- ¿si ya no querías saber
nada más de mí? Tenía miedo de perderte…
Agacho la
mirada oscureciéndola en las tinieblas de su rostro.
_ ¿Ves? No
he mentido… ni siquiera he podido hacerte daño… Quise, lastimarte, quise
borrarte, quise hacerte sentir en la carne lo que ha sentido mi alma. Pero no
puedo, no puedo… y vuelvo a preguntarme ¿Por qué no me amas?
Se levantó
fue hasta él y abrió las esposas que ataban sus manos. Las cambio por un juego
de grilletes que ataban sus manos por una cadena de cincuenta centímetros, la
misma estaba prendida a otra cadena que conectaba con los grilletes de los pies
también separados por una cadena de cincuenta centímetros.
_ Toca para
mí…- le dijo.
Jaejoong le
miró confundido.
_ Toca el
piano que esta en la sala… toca para mí una sonata de amor… como si me amaras…
toca para mí.
Jaejoong se
levanto con dificultad por las heridas de su cuerpo, algunos cortes de navajas
y varios golpes. Salió de ese cuarto que era como un depósito y fue hasta la
sala de la cabaña donde encontró el piano contra la pared. Aquel pequeño
esfuerzo de trasladarse le había robado sus fuerzas, se sentó con dificultad y
comenzó a tocar entre gemidos por el dolor de sus heridas una sonata: Claro de
luna de Beethoven.
Changmin se
sentó en el sofá a solo unos pasos de él y le miro mientras tocaba, ahora más
sereno.
La música
angustiosa de la sonata se mezclo con los gemidos ahogados de Jaejoong por el
dolor y los sollozos de Changmin que pronto lo embargaron de nuevo. La
atmosfera se cargo del sonido de dolor y angustia que hechizaban sus mentes y
las dirigían en espiral descendente.
Como un acto
de pasión se envenenaba con el dolor y el odio, la angustia y el amor. El éxtasis
que la música le provocaba se asfixiaba junto a su dolor. Changmin se hundía
entre el éxtasis y la angustia, la sensación de placer y el más profundo dolor.
Súbitamente
se levantó y fue hacia él y lo abrazo por la espalda con tal fuerza que hizo
que Jaejoong soltase un gemido.
_ Hyung…- le
susurro al oído con la respiración acelerada.
Jaejoong
paró la música y se quedo inmóvil sintiendo como su respiración también se
aceleraba.
_ En aquel
momento- le dijo- te abracé con desesperación… no entendía tu dolor y solo
quería apaciguarlo. Me desesperé al verte, al pensar que alguien podía hacerte
daño, odie al mundo por hacerte llorar… ahora que lo sé, me odio a mi mismo…
Mis brazos temblaron cuando te estreche con fuerza, queriendo retenerte a mi
lado para siempre, queriendo guardarte dentro mío para que nadie más pudiera
alcanzarte. Pero sentí culpa de aquel placer que me causaba tenerte en mis
brazos, sentí culpa por sentirme de esa manera, mis sentimientos estaban
equivocados, están equivocados, estamos equivocados… pero no quiero estar bien,
no quiero estar en lo cierto si me gusta. Si me gusta estrecharte contra mi
cuerpo y sentir tu respiración, tus palpitaciones ¡Ay, de mí cuando
apasionadamente te abrace y me obligue a contenerme!- comenzó a hiperventilar
mientras cerraba sus ojos apoyando su cabeza en la cabeza de Changmin que
descansaba en su hombro- ¡El verte dormir y morder mis labios para que no te
robaran un beso! ¡Un beso de tus labios húmedos, una caricia de tu cuerpo
helado! Llenarte de mi calidez y arroparte en mis brazos ¡Todo eso estaba mal
pero yo no quería estar bien!- exclamó.
Entonces
Changmin lo beso apasionadamente, con tanto ardor que casi mordió sus labios
rojos. Sus brazos lo envolvieron y lo hicieron caerse del banco al piso donde
se monto sobre él para continuar besándole la boca, el rostro, el cuello… Saco
las llaves de su bolsillo y le quito los grilletes. Jaejoong se irguió y le fue
arrancando la ropa con la fuerza que le daba el éxtasis. Changmin se subió a él
para continuar besándole su cuerpo, su rostro, sus miembros… pero Jaejoong lo
aparto con fuerza.
_ Ve a la
habitación- le dijo.
Changmin
entre la confusión y el placer se levanto y fue hacia la habitación.
Jaejoong
también se levanto, algo tambaleando por el dolor de su cuerpo paso su mano por
sus labios y miro a su costado.
Changmin se
sentó sobre la cama, Jaejoong llegó detrás de él desatando el cinturón de su
pantalón.
_ Hyung…-
murmuro con una sonrisa, todavía no creía lo que estaba sucediendo, pero no
quiso detenerse a pensarlo. Era el
momento que había estado esperando y quería disfrutarlo. Pero había algo en la
mirada de Jaejoong que lo inquietaba. Una mirada oscura sin un atisbo de
ternura.
Con su
pantalón desprendido fue hacia el agresivamente, lo empujo boca abajo en la
cama y se subió sobre el.
Changmin
soltó un gemido que intento ahogar mordiendo el acolchado blanco de la cama. El
dolor que antes sentía su alma ahora se trasladaba a su cuerpo. Todas sus
fibras temblaban en el placer y el dolor ¿si todo estaba mal desde un principio
por qué ese momento iba a estar bien para él? La primera vez que lo tocaban de
esa manera y el solo podía enmudecer en gemidos ahogados, mientras mordía el
acolchado blanco. Pero eso estaba bien para él, porque detrás de todo eso
escondía una sonrisa mientras los minutos pasaban y la luz blanca que entraba
por la ventana encandilaba sus pupilas.
Su alma
halada y herida, rasgada por la pasión en la cual sus cuerpos se trenzaron se
adormecía en el vuelo de su esperanza desesperada. La mente no le respondía, se
hundía bajo las aguas del naufragio, bajo la tempestad que derribo el barco
donde viajaba su cordura. Derribando todas las barreras, hiriéndose mutuamente
hasta llegar a la absolución. Quemándose
en las llamas de la pasión desenfrenada donde el alcanzo su felicidad.
Jaejoong se
recostó sobre él, sujetando las manos de Changmin y estuvieron en silencio un
momento mientras oían la respiración del otro, mientras sentían sus
palpitaciones aceleradas, la piel que casi ardía.
El placer se
había fundido con el dolor, y el amor con el odio. Todas las barreras se habían
desmoronado y las distancias se habían desvanecido. Todos los opuestos se
habían fundido en una ponzoñosa certeza de la que nadie sabía, de la que nadie
entendía. Hundían sus mentes en la nada de sus pensamientos buscando luces en
la oscuridad que cegaba sus ojos.
Todo lo que
pudo ser, todo lo que era, mezclado cruelmente en la última parada hacia el
infierno, en el último cielo donde ellos se encontraron para perderse para
siempre.
_ ¿Estas
bien?- le pregunto al oído.
_ Si…-
susurro.
_ ¿Lo
disfrutaste?
_ Si…
_ ¿Era esto
lo que querías?
_ Hyung, yo
te amo…
_ Entonces
¿Por qué me hiciste esto?
Lo miro
confundido por la rendija del ojo.
_ Sí era
esto lo que querías ¿Por qué la mataste? ¿Por qué me torturaste? ¿Por qué has
hecho todo esto? Dime y no me mientas. No digas que fue por amor, dime la
verdad.
Changmin
quedo en silencio mientras miraba la nada.
Jaejoong se
levanto y se subió el pantalón, Changmin hizo lo mismo e intento sentarse en la
cama de costado.
_ ¿Qué dirás?
Tienes que decirme algo- sus ojos se llenaron de lágrimas- he cuidado de ti por
años, estuve para ti cada vez que lo necesitaste, deje muchas cosas de lado por
ti ¿no era suficiente? Me has traído aquí y me has tratado como un perro, a mí,
después de todo lo que hice por ti. Y si era así ¿Por qué tenías que matarla?
Dime ¿Por qué la involucraste?- una lágrima surco su rostro.
_ Tú la
involucraste- murmuro.
_ ¡No me
digas esa mierda!- hizo una pausa para contenerse- Dime ahora porque has hecho
esto ¡Dime la verdad! Fue por celos ¿verdad? Por eso la mataste… por eso me
hiciste esto…
_ Te he
dicho que te amo…
_ Si me
amabas ¿Por qué me arruinaste la vida?
_ Para con
esto…
_ Ya no
queda ningún lugar para nosotros, todo se acabó para ambos…
_ Tú has
querido que sea así…
Jaejoong se
llevo la mano al rostro mientras esbozaba una expresión adolorida y las
lágrimas fluían.
_ De todas
las personas en el mundo, nunca imagine que fueras tú el que me fuera a hacer
algo como esto… Yo hubiese dado mi vida por ti- le miro fijo- y tu solo has
sabido responderme comportándote como una real mierda.
Changmin
agacho la mirada y volvió a romper a llorar.
_ Jamás te
lo perdonaré…
Le miro un
instante y saco del bolsillo trasero de su pantalón la navaja que él había
dejado en el sofá. Changmin le vio y trato de ir hacia la puerta pero Jaejoong
se interpuso y la cerró. Caminaba con dificultad por lo que no podía moverse
como antes.
_ Hyung…-
susurro y al instante Jaejoong le clavo la navaja en el estomago.
Changmin
puso su mano sobre la herida y vio la sangre.
_ Hyung…-
susurro con una mano sobre la herida y con la otra extendida hacia él- muere
conmigo…
_ Muere
solo.
_ No… no
quiero morir así…- dijo entre sollozos
mientras tambaleaba por la habitación- no se suponía que fuera así… tu
ibas a morir y yo contigo… estaríamos juntos en la muerte…
_ Estarás
solo.
_ ¡No!-
exclamó derrumbándose sobre la cama.
Jaejoong lo
acomodo sobre la cama que se cubría en gotas de sangre.
_ Quiero
dormir- le decía mientras le miraba a Jaejoong sentado junto a él- para soñar
que estamos debajo de ese árbol… para soñar que tu me amas y somos felices-
entonces rompió a llorar amargamente mientras la sangre fluía llevándole su
vida- ¿por qué? ¿Por qué me haces esto? Dime la verdad… ¿Es por ella?- le miro
por un instante a los ojos inexpresivos de Jaejoong adivinando la respuesta y
volvió a sollozar mientras iba perdiendo la conciencia.
_ No quiero
morir así… - susurró débilmente hasta que la luz de sus ojos se apagaron
derramando la última lágrima que surco su rostro.
Jaejoong le
cerró los ojos con la mano y se le quedo mirando largamente. Luego fue hasta la
cocina y tomo una botella de licor y un encendedor. Puso un pedazo de tela en
el pico de la botella y le predio fuego. La llevo a la habitación y la hizo
estallar en una pared de madera que rápidamente se envolvió en llamas. Él se
sentó en un sillón en un rincón de la habitación mirando el cuerpo sin vida de
Changmin. Y ahí se quedó mientras toda la habitación se envolvió en llamas, y
luego toda la cabaña incinerando sus memorias.
FIN
me hiciste llorar, realmente pude sentir el dolor de changmin. Excelente fic, buenísimo final realmente felicitaciones :DDD
ResponderEliminarmuchas gracias :)
ResponderEliminar