VII. Agridulce.
Yoochun llevaba varios días en cama, sin despertar. O al menos sin levantarse ni dar muchas muestras de consciencia. Changmin estaba bastante aburrido. Sentía que estaba perdiendo el toque, y eso le desagradaba en demasía. Estaba soleado y sin embargo no sentía ganas de salir, ni de torturar al capitán. Necesitaba algo más, algo placentero. ¿Pero qué?
Sentado leyendo, se le había ocurrido otra forma de divertirse, y en cuestión de minutos la puso en práctica, por supuesto. Pero esta vez no quiso al capitán observando, no lo necesitaría para sentir placer. Que se fuera a revolcar por ahí, llorándole al recuerdo de Yunho o lo que sea que hiciese cuando no el rey no lo utilizaba para afilar su puntería, sus cuchillos o suavizar el fuete.
Se estiró, se levantó y fue hacia su cama, donde Yunho aún dormitaba. Por si acaso le había cambiado la droga, no fuera a ser que se hiciera inmune, y ésta no lo dejaba como estúpido, simplemente lo adormecía demasiado. Ni hablar podía.
-Yunnie…-le susurró suavemente. El mayor se removió pero no se despertó. Sonriendo, Changmin tomó sus dos muñecas y las encadeno a la cabecera de la cama. No necesitaba encadenarlo cuando estaba así, dormido, pero luego con la actividad sexual se alocaba y temía que fuera a escapársele. Aunque, pensándolo bien, ¡como si pudiese escapar! En fin… sólo faltaba su pato favorito.
-Ya vuelvo – le dijo, acariciando su mejilla, y luego salió de la habitación. Un rato después regresó, casi arrastrando a Junsu, quien había estado durmiendo e iba desnudo, enredado en una sábana nada más.
-A la cama- sentenció Changmin dándole al pelirrojo un fuerte empujón. Junsu cayó de bruces contra el colchón y sin preguntar ni resistirse se terminó de trepar a la cama. Al alzar la vista descubrió a Yunho encadenado a la cabecera, su boca ligeramente abierta igual que sus ojos, al parecer dormido. ¿Qué pretendía el rey? Pronto lo averiguó al sentir como éste tiraba de la sábana para dejar su piel completamente al descubierto. Volteó a verlo y descubrió ese brillo perverso en su mirada. ¿Lo haría con él y luego con Yunho pero le daba flojera irlo a buscar? ¿O lo haría primero con Yunho y, como Jaejoong no estaba presente, sería él quien lo presenciaría? Tragó saliva.
Mientras, Changmin desnudó a Yunho y luego a sí mismo. Sí, definitivamente planeaba hacerlo con ambos, pensó Junsu.
Observó como Changmin gateó hasta acomodarse a su lado para luego inclinarse sobre las caderas de Yunho. Lo que hizo después despertó al castaño y Junsu sintió como sus mejillas se sonrosaban. Acto seguido el rey le dio la espalda a Yunho, dejando que Junsu notara su estado de completa excitación. Le gustaría negar lo que la escena le había provocado, pero no podía. Después, Changmin se sentó en las piernas de Yunho y, poco a poco, hizo que su hermano lo invadiera, soltando un ronco gemido de placer. Junsu por instinto cerró los ojos. Era absurdo a estas alturas, pero todavía le daba vergüenza ver las vulgaridades que Min hacía. Sin embargo, ¿cómo podía el rey hacer eso? ¿Qué no le dolía que lo penetraran así, o acaso ya se había preparado con anterioridad? De sólo recordar lo que él sinti´ó la primera vez le dieron escalofríos. “Piensa algo bonito, Junsu. Piensa en tu casa, en tus patos…”
-¡Junsu!
El grito, enronquecido de lujuria, del rey sacó al supuesto consejero de sus pensamientos.
-¡Ven acá!
¿Cuántas veces no había escuchado ya esa orden? Y todas esas veces, como en este momento, había tenido que obedecer. Se acercó a la pareja incestuosa y el menor de ellos tomó sus manos y lo jaló hacia él.
-Separa tus piernas. De otra forma no podrás hacer lo que quiero.
Junsu obedeció y colocó cada una de sus piernas a cada lado de la cadera de Changmin, sentadito sobre él. Volvió a escuchar el ya clásico “Eso es” del rey y una vez más sintió las manos de éste acariciar su trasero. Si se lo sabía de memoria no le extrañaba para nada. Sintió que algo temblaba debajo de él: las piernas de Yunho, quien estaba ansioso por que empezaran, ya llevaba varios segundos dentro de su hermano.
-Señor…
-Cálmate. Tú sólo sentirás lo de siempre, el que disfrutara de esto seré yo.
Menos mal…
-Ah…
Los dedos del rey lo estaban dilatando otra vez, mientras se había empezado a mover sobre Yunho, movimiento que a su vez hacía que la hombría del rey rozara la de Junsu. Mínimo no le dolería tanto lo que pronto iba a hacerle, el placer que le estaba provocando seguramente lo reduciría. Y no tardo mucho en llegar ese momento, a decir verdad.
-Ah…así…así…
Aferrándose a la espalda de Junsu, Changmin aumentó sus movimientos sobre la cadera de Yunho, esperando que pronto Junsu se acostumbrara a él: la presión en sus dos zonas más sensibles lo estaban volviendo loco. Por su parte, Junsu mordía sus labios, ésa posición habían llevado la hombría de Changmin muy afondo demasiado pronto. Dolía. Y mucho.
-¿Qué? ¿Te duele? – como si le interesara mucho…
“Sí, maldito bastardo, ¡me estás partiendo en dos!” fue el pensamiento que llenó de odio a Junsu. Pero no podía decirla en voz alta. Ya eran cuatro los que corrían peligro si la ira del rey despertaba. Simplemente asintió.
-Ung…
Para relajarlo y poder así encontrar el placer que buscaba, Changmin empezó a masajearlo. Dándole algo de placer Junsu aflojaría sus músculos y podría entonces invadirlo a su antojo. Y funcionó. Pronto los gemidos de los tres llenaron la habitación.
-S..se…señor…aah..
-¡Ah!
- Junsu….Yunho… ¡maldición!
Yunho invadiéndolo mientras él invadía a Junsu. Esperaba el orgasmo más enloquecedor de su vida con esto. Sediento de placer mordió el cuello del pelirrojo, arrancándole un grito de dolor que para él era sumamente placentero, mientras seguía moviendo su cadera entre ambos cuerpos. Cada vez que llegaba al fondo de Junsu, Yunho casi salía de él, y cuando Yunho tocaba su punto más profundo él casi salía de Junsu. El placer aumentó cuando Yunho alcanzó su clímax. “Hum, que poco aguanta…” pensó Changmin; sin embargo las sacudidas del cuerpo de su hermano debajo de él sólo hicieron que su cuerpo también vibrara. “Me pregunto qué pasara si hago que Junsu se venga también, antes que yo”. Comenzó a apretar el miembro del consejero, un poco fuerte, para luego aflojar el agarre y después friccionarlo con toda su mano por toda su extensión.
-¡Ah!- Junsu echó su cabeza hacia atrás. Con eso el rey consiguió que el dolor que sentía se volviera placer. Por una vez. Con la boca abierta, jadeando, sus dedos aferrados a la espalda de Min y su cabello ya mojado, llegó.
Las contracciones y el temblor de Junsu aumentaron, como Changmin esperaba, la presión sobre su miembro. Por fin alcanzó su tan ansiado orgasmo.
Con la respiración pesada apartó a Junsu de sí y luego se alejó de Yunho, recostándose en la cama, boca abajo. Sí, había sido increíble, pero…algo faltaba. Aún se sentía ansioso y pronto volvió a sentirse aburrido. Maldijo en su interior y luego lo gritó, haciendo que Junsu saltara, sobresaltado.
¿Qué le pasaba ahora? Se preguntó el pelirrojo. Changmin se estaba vistiendo y parecía molesto. ¿No le había bastado semejante maratón sexual, con el que para colmo le había dejado un moretón entre el cuello y el hombro? ¿Qué más podría faltarle? El poeta seguía inconsciente, ya se había dado su revolcón con él y Yunho; entonces, ¿quién…?
-Junsu. Llama al capitán. Tengo ganas de jugar con él en mi cuarto de juegos.
¿Cuál cuarto de juegos? Ah, sí, se refería al Edificio Gris, ¿cómo pudo olvidarse Junsu de él? Con todas esas máquinas de tortura y…oh no.
-¡Señor, no lo haga! ¡No! –Se hincó frente a él, suplicando, - cualquier cosas menos eso.
- Creo que no te pedí consejos, Junsu- Changmin terminó de ponerse la chaqueta y de abrochársela con el cinturón dorado, - Eso es lo que quiero, obedece.
-¡No! ¡Cualquier otra cosa, lo que usted desee, menos esa! ¡Se lo ruego!- podía sentir como las manos le temblaban de miedo. El rey, enfadado, lo abofeteó.
-No irás tú, iré yo. De todas formas no hace falta que lo llamaras – empezó a caminar hacia la puerta.
-¡No!- ni cuenta se dio Junsu en qué momento voló de la cama a los pies de Changmin, abrazándose a sus largas piernas, - ¡No!
-¡Suéltame, estúpido!
Dos patadas y por fin sus piernas estaban libres.
-Ya deberías de tener en claro que se hace lo que yo desee, estés de acuerdo o no, consejero- y se fue, dejando a Junsu aovillado en el suelo.
******
Iba caminando por el palacio. Como autómata. No valía la pena pensar mucho, para lo único que servía era para que lo agarraran a golpes, ¿no? Ya había perdido la cuenta de las heridas que le había causado el rey, y tampoco les prestaba atención cuando se abrían cada vez que daba un paso o hacía algún movimiento. Ya todos los huesos le dolían, de tanto que se habían roto casi todos y de tanto que lo habían tenido que vendar y re-vendar. O remendar, porque ya era eso: un muñeco de trapo al cual podían romper y luego volver a coser.
Escuchó los gemidos de Yunho junto a los de Junsu y los del rey. ¿Y qué? Jamás iba a dejar ir a Yunho, claro que tampoco a Junsu ni a él, y ahora tampoco al chico nuevo, el poeta. ¿Por qué no los mataba de una vez, si los odiaba tanto? A la postre alguno de ellos no le iba a aguantar el ritmo y moriría. ¿Para qué alargarlo? Claro, eso le daba placer al rey, cómo pudo olvidarse de ese detalle.
Siguió caminando sin rumbo hasta que un par de manos lo sujetaron y comenzaron a jalar de él hasta que empezó a caminar. Se dio cuenta de que habían salido del palacio cuando la luz del sol le dio de golpe en los ojos.
-Nos vamos a divertir, capitán.
Su cerebro reaccionó justo cuando el rey lo empujó dentro del que llamaba “cuarto de juegos”, pero la conciencia le duró hasta que por la fuerza del empujón chocó con un objeto metálico grande: diez segundos.
******
¿Dónde estaba? ¿Qué día era? La cabeza le daba vueltas y tenía algo de frío. Miró alrededor y descubrió que estaba en la habitación que el rey Changmin le había asignado. Se sentó y notó que estaba bajo un cobertor. ¿Cuánto tiempo había estado durmiendo? Se talló las mejillas con las manos y luego se rascó la cabeza. De repente escuchó gritos. Venían de alguna habitación, no muy lejos. “¡No!”, “¡Suéltame, estúpido!”. Al parecer el rey había amanecido de mal humor y se estaba desquitando con Junsu, el consejero. Se levantó. Se estiró y se acomodó la ropa. Pasó su lengua por sus labios, tenía algo de sed. Entonces recordó lo que el rey había hecho con él. Y sin embargo tener sexo con semejante bestia le había gustado. Qué curioso. Le dio un trago a la copa de agua que había en la mesita de noche, se puso su capa y salió, meditabundo.
“¿Por qué me gustó hacerlo con él? Soy hombre, él es hombre…bueno, no tenía muchas opciones tampoco, me iba a ejecutar si no le obedecía. Pero de eso a que me gustara… ¡Maldita sea, Yoochun! ¿Qué eres ahora?”.
Llegó frente a la habitación de Changmin y descubrió la puerta abierta. A pocos metros de ella estaba Junsu, hecho bolita en el suelo, llorando.
-¿Qué sucede, joven Junsu?
Junsu alzó la vista y descubrió al poeta, parado frente a él, perplejo.
-Al fin despertaste – murmuró, sentándose en el suelo y pasando el reverso de su mano por sus ojos.
-Sí. ¿Qué ha pasado? ¿De qué me he perdido?
-No de mucho…solo que el rey se llevó al capitán al Edificio Gris.
-¿El edificio gris?
-Sí, el que está allá afuera, junto a la armería…
¡Ese edificio gris! Ahora Yoochun recordaba por qué se había desmayado.
-¿Por qué no lo detuviste?
-¡No pude!
- Pero le hará daño al capitán allí.
-Siempre le hace daño, creo que esta vez lo quiere matar – el pelirrojo se puso de pie.
-Hay que detenerlo.
*******
Corrieron. Apenas Junsu se vistió con lo primero que encontró, emprendieron la carrera hasta el Edificio Gris. Ya se escuchaban los rechinidos de algunos metales.
-¡Yah! – entre los dos golpearon la puerta con fuerza innecesaria, pues estaba abierta. ¿Por qué nunca cerraba esa puerta? Entraron corriendo y repitieron la operación en la puerta negra.
-¡Deténgase, señor!-gritó Junsu. Los gritos del rubio llegaban hasta ellos, demasiado claros, y también se escuchó una risa, ronca, cruel. El pelirrojo se estremeció.
-¡Yah! ¡Basta señor, basta!- gritó ahora Yoochun, pateando la puerta.
-Yoochun. Intervino de repente Junsu, señalando la puerta. Changmin había dejado la llave en el cerrojo. O no creyó que lo fueran a seguir o tenía contemplado que entraran a acompañarlo en su macabro juego. Sin pensarlo dos veces Yoochun giró la llave y entraron. Junsu intentó ignorar los diversos artefactos que ahora lo rodeaban, así como el olor fétido que inundaba el sitio. Miró a Yoochun. El pelinegro parecía ignorar todo a su alrededor, simplemente caminando directo hacia donde procedían los gritos de Jaejoong. Pronto llegaron al lugar.
Antes de que Changmin siguiera dándole la vuelta a una rueda, una mano blanca se posó sobre la suya, distrayéndolo del frenesí que la agonía del capitán le estaba causando. Miró detrás de sí y descubrió a Junsu y a Yoochun.
-¿Qué hacen aquí? ¿También quieren jugar?
-¡Jamás! – gritó Junsu sin poder contenerse.
-Basta, majestad – añadió Yoochun, despacio, serio, sin apartar la mano de la del rey. Changmin se heló, mirándolo. ¿Cómo se atrevía a darle órdenes? Y sin embargo, por más incómodo que se sentía al recibirlas, no se sentía capaz de reprocharle. ¿Por qué?
-Pero quiero jugar…
¡Increíble! El rey hablaba como un niño pequeño al que le estuvieran prohibiendo jugar con su pelota de trapo favorita. Para Junsu, eso era aún más monstruoso que la risa que hacía segundos acababan oír salir de esos mismos labios. Miró a Yoochun, esperando que hiciera algo en vista de que Changmin sólo parecía escucharlo a él.
-Podemos jugar a otra cosa, si quiere. Pero esto no, esto es malo. Juguemos a otra cosa, ¿si?
Esperaron. Changmin parecía considerar la propuesta. Mientras tanto, Junsu no pudo evitar mirar detrás del rey. La visión de cómo había quedado el capitán hizo que cerrara los ojos de inmediato.
-Está bien – respondió al fin Changmin, - de todas formas, ya me aburrió jugar aquí. Junsu, llévate lo que queda de ése, mientras Yoochun y yo iremos a jugar a mi habitación.
-S…si…si señor…-tartamudeó Junsu.
Yoochun sonrió de lado y soltó la mano de Changmin. El rey se levantó y su poeta lo siguió. Junsu se acercó a la máquina, desató las correas de cuero y las cadenas y sostuvo al capitán...o lo que había quedado de él. Luego salió también de ahí y se encaminó a la enfermería, rogando a los dioses que no se quedaran solo tres en la batalla contra el rey en lugar de cuatro.
******
Ya en la habitación, Yoochun lo desnudó despacio. Si con esto Changmin iba a dejar de hacerle daño a cuanto ser viviente pasara frente a él, Yoochun accedía a acostarse con él cuanto quisiera. Era como un niño malo y caprichoso a gran escala, y por alguna extraña razón esto le era atractivo al joven poeta. Mejor habría sido que fuese mujer, pero… no podía gobernar sobre su corazón, por más que lo intentara.
A su vez, Changmin tampoco comprendía por qué Yoochun tenía tanto poder sobre él. Junsu no lo tenía, y obviamente Jaejoong tampoco. Ni su hermano ni su padre lo habían tenido. ¿Entonces? Esto lo enfurecía y lo asustaba al mismo tiempo. Más ahora que Yoochun lo estaba tratando con tanta delicadeza y, lo que era peor, sin miedo. Después de que el poeta lo desnudó, sintió como las blancas manos recorrían su espalda, su tórax, sus hombros y luego su rostro.
-Yoochun…
-¿Me detengo, su majestad? Usted dijo que era su amante.
Fue la mejor carta de Yoochun, y tuvo el efecto deseado. Changmin asintió.
-Sigue.
Empezó a recorrer su piel con sus labios. Mientras, las manos morenas acariciaban su cabello, suavemente. El contraste con lo que acababa de verlo hacer con ellas…le daban a Yoochun la sensación de que estaba con otra persona. Pero era el mismo hombre, era Changmin y lo sabía. Ahora se portaba como un niño, y se ponía a analizarlo aún era un niño, y quizá todo lo que estaba haciendo era lo que haría un niño con sus juguetes. El problema era que los muñecos eran de carne y hueso. Ahora que lo trataba con algo de cariño parecía haberse tranquilizado. Ésa era su salvación por ahora y no la iba a soltar.
-Yoochun…ah…
Los labios rosados estaban en su pecho mientras su lengua lamía en círculos sus pezones. Ya se lo había hecho la primera vez y le encantaba. Retrocedió hasta sentarse en su cama y luego lo jaló hacia él, besando su vientre blanco y mordiendo levemente su ombligo. Yoochun cerró sus ojos, dejándose llevar por los besos de Changmin. Luego se inclinó hacia él y se subió en la cama, sobre él. Changmin lo jaló por la nuca, besando sus labios. Le encantaba su textura, su sabor. Los quería solo para él. Quería a Yoochun entero sólo para él, ése sería su nuevo capricho. Paseó su mano por su pecho, sólo traía una camisola atada con el cinturón sobre los pantalones, así que desnudarlo fue rápido y fácil. Mientras se la quitaba, se fueron acomodando frente a frente, reclinados Changmin en su brazo derecho y Yoochun en el izquierdo. Un poco después el rey se separó de sus labios para buscar aire, pero el poeta volvió a besarlo, jalando ligeramente su labio superior con los suyos para luego meter su lengua en su boca.
-Yoochun, ¿por qué me besas así?
-Majestad, ya se lo dije, soy su amante, ¿no? Déjeme cumplir mi trabajo.
Siguieron besando la piel del otro mientras sus manos recorrían cada parte del otro cuerpo. Finalmente Changmin se tendió en la cama, las piernas separadas. Yoochun se acomodó entre ellas y abrazándolo empezó a hacerlo suyo.
-Ah, Yoochun…
-Majestad…
El colchón golpeaba contra la cabecera al ritmo de las embestidas de Yoochun. Pronto ambos cuerpos se enredaron, ya no sabía uno cual era su brazo o cual su pierna, ni sabían exactamente porque o qué estaban haciendo exactamente. ¿Eran sólo amantes?
-¡AAAH!
Exahusto Changmin se desmplomó sobre Yoochun. Éste también estaba jadeando, acariciando el hombro y el cabello del rey.
-¿Sabe, señor?
-¿Eh?
-Es un rey…muy curioso.
-¿A qué te refieres? – lo miró a los ojos directamente, intentando intimidarlo. Sólo consiguió que se sonrojara.
- Que..es..como de dos sabores.
-¿Ah sí? ¿Cómo es eso?
-Pues…a veces es cruel y amargo, luego, como ahora, es tierno. Es agridulce.
-Hmmm…
(*o*)
ResponderEliminarHola
ResponderEliminaro.o este changmin cada vez mas incontrolable haciendo trio con junsu y yuhno luego torturar a jae que no se cansa de tanta maldad
pero creo que chunnie tiene cierto poder sobre el puesto que a podido domar a esa fiera
ocaso chunnie siente cosas por min
hay que enredo, por fis siguiente capitulo solo que no se tarde mil años
saludos
increible!! nada mas q decir *O*
ResponderEliminarWAAAAAA¡¡¡¡
ResponderEliminara min se le ocurre cada cosa para divertirse, unas no muy sanas por cierto
esperemos yoochun aparte de hacerlo ver estrellitas lo haga ver la luz y ya no sea tan malo jajajajajajaja
gracias por el cap y espero pronto el proximo
yuchon.. saca el latigo y doma a la bestia.. que viva el Yoomin.. Amén XD
ResponderEliminarahh que changmin tan loquito.. pero es sexie.. yo lo amo XD
y pobre junsu.. y yunho D: que agasajadas se da.. ja ja..
seguire leyendo >o>!
es agridulce!!!!
ResponderEliminarquiero mas!!!
~~~~~~~~~
changmin es muy malvadoo!!!!
continualoooo por faaa!!!!!!
Estos comentarios me encantaron (bueno, todos me gustan, pero estos mas XD, gomen) "(*o*)", "nada más que decir" y "yuchun...saca el latigo y domina a la bestia...que viva el Yoomin, amén XD"
ResponderEliminarGracias por seguir esta pequeña saga n.n continuare lo prometo
OMG!!!
ResponderEliminarejem me dio hambre al leer eso del sanwich HoMinSu *¬* ...inche chagmin kien fuera rey malvado como el, tiene todo lo q deseo ademas de la hagasajadota con el hermano y el butsu hermosho de junsu todavia le toca maltratar kmo a mi me gusta a Jeejong y lo mejor de la vida esq mi chunie bello hermoso es su amante preferido kyyaaaa llegue a la conclusion de q kiero ser el chagmin de tu fic lo AMO!!!!
continuacion pronto ke si no io sacare mi latigo contigo XDD
y AMEN por el YooMin 4ever n ever !!!
No se pueden tachar cosas en los comentarios? XD Pues....que decir...um...seguire...y...espero no estar aumentando la maldad mundial o.ó
ResponderEliminaraumentar + la maldad... ohhhhhh mi cabeza... O.O
ResponderEliminar... &plis continualo lo mas pronto, si plis... plis&
omo... omo..
solo le parece agridulce ah ChunieeE!,q onda con la escritora creo q vio toda la saga de SAW(juegos macabros).xD!,ajajajaj a pesar q de es un poco de todo...es liindooO!*ok.lo acepto es x los lemon k leo*(total pervert),,xD!
ResponderEliminara su manera..me gutha el fic..^^!
Ahy pooor Mis cinco hermosos Dioces Yoochun me vuelve completamente loca amiga mefascinaaaa su tecnica para dpmar a la Min ih Bestia linda jejejej aaahhhh So se enojen ninyas pero de los cinco dioces Chunnie es el mejor y el max-sexyyyyy
ResponderEliminar."Yoochun,'¿por que me besas asi????"Santo Dios Yoochun pues como lo besaste que li sacaste de si al grado de preguntar? yyyy yooo tambien quiero sabeeeeeerrrr aaahhh que cappppp¡¡¡
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