Puede que no lo parezca, pero realmente Yoochun piensa más de lo que dice. Sus candidatos estaban perfectamente escogidos por él. Es decir, la universidad estaba llena de chicos ricos, entonces, ¿por qué eligió específicamente a ellos tres? Porque Yoochun estaba seguro de que, aunque tuvieran una "relación", ninguno de ellos se involucraría de tal forma que terminaría enamorándose de Yoochun. Uno era un total playboy, de esos que sólo juegan. Otro era un puritano que jamás se pasaría de los límites. Y el otro era un completo heterosexual, que a lo mucho, podía esperar que se atreviera a "probar otras perspectivas".
Pero este chico, Shim Changmin…
Él está completamente enamorado de Jaejoong, y eso es lo que a Yoochun le incomoda. No es que esté celoso, o temeroso de que Jae pueda enamorarse de él, no es eso. Lo que le molesta es que, después de todo este tiempo que han compartido, el chico realmente le agrada. Realmente se había convertido en parte de su vida. Para él, Changmin ES su hermanito, su pequeño dongseang. Sentía que debía protegerlo. Quería protegerlo.
Sus meditaciones terminaron en el momento que oyó la puerta del departamento abrirse. Se giró para encararse con Jaejoong, pero la escena que veía no era lo que esperaba. Por la puerta venía entrando Jaejoong de la mano de un radiante Changmin.
- Yoochun, hay algo que queremos decirte…
No necesitaba ningún poder psíquico para saber a lo que Jaejoong se refería. Ya había comenzado con su plan, y ya nada podía hacer Yoochun si no esperar a que Changmin saliera lo menos lastimado posible.
- Pues a juzgar por sus caras… Me atreveré a decir que por fin le dijiste a Min lo que te pasaba, ¿cierto?- <<.Perdón Changmin, tengo que hacerlo… Perdón.>>
- Hyung, ¿tú ya lo sabías?- preguntó Min asombrado.
- Claro, Jae me lo dijo… ¿Te molesta eso?
- No- respondió inmediatamente con una sonrisa-, sólo me sorprendió, es todo...
- Pues si- interrumpió Jaejoong-. Déjame informarte Yoochun, que desde hoy Shim Changmin y yo estamos saliendo oficialmente- terminó con una sonrisa, de esas que asustan.
Changmin se sonrojó, pero ahora no desvió la mirada, al contrario, se quedó viendo fijamente a Yoochun a los ojos, con cierto toque de desafío, como queriendo marcar su territorio.
Eso le arrancó a Yoochun una sincera sonrisa. El chico era tan inocente… Por detalles como esos se había ganado su simpatía.
Jaejoong mientras tanto, pasó un brazo por los hombros del menos y lo acercó a su lado. Cualquiera diría que de verdad le gustaba, hasta Chun estuvo a punto de creerlo, hasta que vio su mirada. Eso lo volvió a la realidad de golpe.
- Bueno Changminnie, ahora que ya le dijimos a Yoochun, creo que deberías irte. Llegarás tarde a esa cena con tu familia… La que mencionaste, ¿recuerdas?
- ¡La cena! Es cierto... Lo había olvidado por completo. Y mi padre llevaría invitados. ¡Cómo se me pudo olvidar algo así!
- Bueno, tenías otras cosas en que ocuparte, ¿no?
Jae le sonrió a Changmin mientras lo abrazaba por el cuello. Min se sonrojó de nuevo y le sonrió, abrazándolo por la cintura.
- Cierto…
Y se quedaron viendo fijamente a los ojos por un buen rato. Un extraño y muy leve cosquilleo se instaló en el estómago de Jae, quien prefirió ignorarlo, pero aún así su rostro se acercó lentamente al del menor.
- ¡Ejhem! No están solos… Aquí estoy yo, ¿me recuerdan?
Jae y Min se separaron al instante. Jae hasta dio un paso a un lado, Min sólo se giró y salió por la puerta, no sin antes decir muy rápidamente.
- Buenas noches, hyung. Nos vemos mañana- y salió corriendo todo avergonzado del lugar.
- ¿Qué rayos fue todo eso, Jaejoong?
- Soy muy buen actor, ¿no crees?- respondió ignorando la sensación que aún sentía en la boca del estómago.
- Jae, en verdad no creo que debamos seguir con esto. Sabes que el chico me agrada y no me gustaría verlo sufrir por nuestra culpa.
- Yoochun, no empieces otra vez con eso. Ya te dije que no voy a renunciar, así que ya no molestes. Ahora con tu permiso, tengo que lavarme los dientes... Como diez veces.
Y se fue dejando a Chun con la palabra en la boca, quien soltó un bufido exasperado.
~*~~*~ ~*~~*~ ~*~~*~ ~*~~*~
Changmin corría a toda prisa hacia la casa de sus padres, porque sí, su coche no pudo haber elegido mejor día para descomponerse. Pero eso era comprensible cuando tenías un coche tan obsoleto como el suyo. Una vez su padre se ofreció a comprarle uno nuevo, pero Changmin se negó. Ese auto lo compró con lo que ganó un verano trabajando de mesero, así que estaba orgulloso de su primer logro personal, por eso lo conservó. Aunque ahora pensaba que no sería mala idea aceptar la propuesta de su padre.
Había pasado a su departamento antes para cambiarse de ropa. Se puso lo primero que sacó del clóset, en parte por la prisa, en parte porque no sabía absolutamente nada de moda y estilos, así que cualquier con cosa que se pusiera se vería igual, según él. Pero ahora ya iba muy tarde. No creía poder llegar a tiempo.
Cuando ya estaba por llegar a la casa de su familia, dio vuelta en la esquina y chocó de frente con una persona que caminaba en sentido contrario. Parecía ser ese su destino siempre, caer al suelo, ya hasta había comenzado a pensar que pagaba algún karma. Pero no cayó porque inmediatamente después del choque unos brazos lo sostuvieron, y de pronto se encontró refugiado contra el pecho de esa persona.
Lentamente levantó la vista y se vio reflejado en unos intensos ojos oscuros. El hombre que lo sostenía lo miraba fijamente con una mezcla de sorpresa y confusión. Changmin no sabe por qué sintió sus mejillas arder, su corazón acelerarse y su estómago dar infinitas vueltas.
No podía apartar sus ojos de los de ese hombre, quien por cierto era muy atractivo y apenas unos centímetros más bajo que él. Y cuando el extraño le sonrió, un escalofrío recorrió todo su cuerpo, provocando que se soltara inmediatamente. Quería disculparse, pero su voz parecía negarse a salir, y la intensa mirada de ese sujeto no ayudaba mucho.
Por fin, después de unos segundos que parecieron eternidades, atinó a hacer una reverencia y disculparse.
- Perdón, no me fijé por donde iba, lo siento.
- No hay problema. Yo iba distraído, así que tengo parte de la culpa también.
Esa voz profunda hizo que a Changmin le temblaran las piernas, pero se repuso inmediatamente, y de repente una idea cruzó por su cabeza. Se irguió para preguntar.
- Disculpe… ¿Usted viene de la casa de mi padre?
- Bueno, eso depende…
- ¿De qué?
- ¿Quién es tu padre?
Changmin se golpeó mil veces mentalmente por ser tan torpe. Por supuesto que él no sabía quién era su padre. Era la primera vez que se veían, ¿cómo podría saberlo? No es como si llevara un cartel en la frente que dijera "Soy hijo de Shim Joon Sung", ¿verdad?
Sintió como se sonrojaba aún más por su distracción, lo que le provocó al otro una sonrisa aún más marcada.
- Perdón… No sé qué estoy pensando- <<.O más bien en quién... ¿Estos serán los efectos secundarios por haber besado a mi hyung?.>>.
- No hay problema- de nuevo esa sonrisa perturbadora.
Changmin había olvidado cómo hablar. Nunca fue muy bueno para relacionarse con los extraños, pero este hombre lo ponía aún más nervioso con esa sonrisa y su mirada. Parecía que podía ver a través de él, y eso no le gustaba para nada.
No sabía cuánto tiempo había permanecido viéndolo fijamente cuando el hombre habló de nuevo.
- Entonces, ¿no me vas a decir quién es tu padre?
Min ya no sabía ni dónde esconderse de la vergüenza que estaba pasando. Sólo quería que la tierra se abriera en este momento y se lo tragara.
- Sí, lo siento… Mi padre es el señor Shim… ¿Es usted la persona que iba a cenar en casa hoy?
- Ah, así que tú eres el famoso Changmin. Joon Sung-sshi me ha hablado mucho de ti. Y sí, yo era esa persona, pero la cena ya terminó. Me llamo Ju…
- ¡Ay, no puede ser!- interrumpió Min muy descortésmente-. Mi padre me va a matar ¡Soy hombre muerto! ¡Muerto y enterrado! ¡Dios, no quiero morir tan joven!
El hombre sólo podía reír ante la cara que estaba haciendo un Changmin muy mortificado. Min volteó a verlo y le hizo otra reverencia.
- Lo siento, pero debo irme. Con su permiso...
Y salió disparado hacia la casa de su familia, dejando al otro sonriendo aún por las reacciones un poco exageradas que tenía.
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Una vez en casa, y luego de la reprimenda de su padre por su irresponsabilidad (reprimenda que fue bastante leve por cierto a pesar del drama que hizo Min en la calle), y luego de saludar a su madre y sus hermanitas, Changmin se encontró en el estudio de su padre.
- Bueno, Min, ahora que estamos solos, ¿me vas a decir qué te pasa?- dijo su padre con la voz cargada de ternura con la que siempre le hablaba a su primogénito.
- ¿A mí? No me pasa nada, appa, ¿por qué lo preguntas?
- Vamos, Minnie, creí que me tenías confianza. Te conozco muy bien y esa mirada que tienes no es normal… Ya cuéntame, anda.
Changmin sólo sonrió. Sí, su appa lo conocía muy bien, y por eso le tenía esa confianza infinita que no le tenía a nadie más. Por eso su padre fue la primera persona a la que le contó que a él no le gustaban las chicas. Aún recuerda ese día, tenía 15 años y estaba muy nervioso y asustado de que su padre lo rechazara, pero era algo que tenía que contar y ¿quién mejor que su padre para aconsejarlo?
Contrario a lo que pensaba, su padre lo abrazó y le dijo que comprendía, que eso no iba a cambiar el hecho de que era su hijo y que no lo repudiaría, al contrario, ahora lo amaba más porque le demostró que le tenía confianza y le importaba su opinión. Changmin lloró abrazando a su padre por horas.
Su padre también fue la primera persona que supo de su amor platónico no correspondido por Jaejoong, y muchas veces lo consoló cuando perdía las esperanzas, diciéndole que no se rindiera y que si ese chico no se fijaba en él era por algo, quizás no fuera la persona indicada para él. Y ahora, su padre era la primera persona que se enteraba de su nueva relación con Jae.
Changmin le contó todo, desde las pláticas en la cafetería hasta lo del departamento de Jaejoong y Yoochun. Mientras hablaba, sonreía como el tonto enamorado que era, porque sí, el amor nos embrutece un poco. Su padre escuchaba todo sin decir nada, pero poco a poco su rostro se fue mostrando preocupado. Se le hacía demasiado sospechoso el hecho de que, de la noche a la mañana, y curiosamente después de que su nombre saliera a flote, ese chico Jaejoong desarrollara sentimientos por su hijo. Pero no quería decir nada, porque también sabía que el ver de cerca la muerte cambia la forma de ver las cosas. Además, no quería arruinar la felicidad que se notaba en su hijo, sólo por eso valía la pena callar. Aunque ahora sus planes se arruinaban... En fin, su Minnie era feliz, y eso es lo que importaba el final de todo.
El señor Shim podía ser un hombre implacable y frío en los negocios, pero era totalmente diferente cuando de su familia se trataba. Todo mundo pensaba que los jóvenes Shim vivían infelices por tener un padre más preocupado por los negocios que por ellos. Pero nada más alejado de la verdad. Para el señor Shim no había nada más importante que su familia. Y aún en sus viajes de negocios jamás dejaba de estar en contacto con su esposa, su hijo y sus hijas.
La familia Shim era una familia envidiable desde cualquier punto de vista, no sólo el económico. El señor y la señora Shim estaban aún tan enamorados como el primer día, y lo demostraban haciéndose cariñitos y diciendo palabras lindas todo el día, hasta que alguno de sus hijos se cansaba y los separaba o se iba, mientras ellos reían. Sus hijos eran muy unidos entre ellos y Changmin cuidaba muy bien de sus hermanitas, las trataba como sus tesoros más grandes, y ellas a él como un ejemplo a seguir. De hecho, Changmin solía decirles en broma que a él le comenzaron a gustar los chicos porque ellas tenían la manía de hacer exactamente lo que él hacía, así que quería enseñarles a quiénes debían voltear a ver.
Aunque el señor Shim amaba a sus hijos, debía reconocer que su pequeño Changmin tenía un lugar muy especial para él. Tal vez porque fuera el mayor, o quizá porque era el único varón, lo cierto es que Min era su favorito, aunque tal vez no esté bien decirlo, pero está seguro que se nota demasiado. Todo lo que el hombre deseaba era que su hijo fuera feliz, y él sabía exactamente lo que a él le daría felicidad, así que estaba dispuesto a hacer cualquier cosa porque así fuera. Pero se estaba olvidando de un detalle muy importante: Kim Jaejoong. Sólo esperaba que la relación que su hijo tiene con ese chico no vaya a interponerse y causarle muchos problemas, porque si ese niño llegaba a lastimar a Changmin, no le alcanzaría la vida para arrepentirse, y él personalmente se encargaría de ello.
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Changmin estaba de pie ante la puerta de la oficina del que sería su nuevo jefe. ¿Cómo era que se llamaba? Por Dios, lo nervios lo estaban matando, tanto así que le costaba recordar el nombre. Es cierto, ¿cómo es que no recuerda su nombre si le pidió trabajo? La respuesta es que él no había pedido ningún trabajo.
El día de la cena en casa de su familia la semana pasada (a la que no llegó a tiempo), su padre le dijo que un gran amigo suyo estaba buscando una especie de asistente personal, lo recomendó y su amigo aceptó. Y así, Changmin tenía un nuevo trabajo sin siquiera buscarlo (ni quererlo... le quitaría buena parte de las tardes que pasaría con su novio, después de todo), pero su padre había confiado en él, y no podía decepcionarlo. Aún así, estaba tan en shock, que parecía autómata asintiendo a lo que su padre le decía.
Estaba terriblemente nervioso. No se atrevía a cruzar la puerta. Lo último que quería era pasar sus tardes encargándose de la vida de un aburrido "viejo de negocios" pero no podía hacer otra cosa. Aquí terminaba la maravillosa semana que había pasado en compañía de su perfecto novio y su mejor amigo (¿qué esos dos no se separan nunca o qué?). En fin, respirando profundamente, abrió la puerta del lugar.
Pues bueno, la oficina era de su agrado. Una decoración sobria, elegante, pero no aburrida y con cierto toque juvenil (se notaba por los muebles modernos y los cuadros que colgaban de las paredes) aunque los colores que prevalecían eran el negro y el blanco. Sólo con ver el lugar se relajó visiblemente. Se dirigió hacia un escritorio que estaba al fondo de la recepción, donde estaba la secretaria.
- Buenas tardes. ¿En qué podemos servirle?- preguntó la hermosa joven con una amable sonrisa.
- Buenas tardes- respondió Changmin con una leve inclinación-. Mi nombre es Shim Changmin. Estoy buscando al señor Jung Yunho, creo que me está esperando.
Antes que la joven pudiera responderle algo, una voz grave se escuchó.
- ¿Changmin?
El mencionado giró su rostro, encontrándose con una intensa mirada y una perturbadora sonrisa, que tan bien recordaba. De nuevo esa incómoda sensación de ser un libro abierto para ese hombre.
wooo así que es Yunho...
ResponderEliminara que se enamora de el y el plan de Jae se va por la borda jajajaja
gracias por el capitulo..cada vez se pone más interesante
hola
ResponderEliminarsiempre me imagine que el chico con el que se habia topado era yunho, ahora si que jae tendra las cosas dificiles
hay tan lindo el papa de Min,que da todo por que su hijo sea feliz, no me imagino que le hara a jae cuando se descubra el motivo por el cual se acerco a changmin
en fin continuacion quiero saber que pasara con el homin
wahhhhhhhhhhhhhhhhh!
ResponderEliminaramiga porfavor continualo
conti!!!!!!!!!!!!!
Yo quiero q Jea este con Min pase lo q pase..................
ResponderEliminarCon ti pronto
yo NO kiero q min se kede cn ese idiot manipulador y mala persona ><
ResponderEliminarq se kede con yunhito *O*
yunho en accion
ResponderEliminarjajaja