Soul Fighter Storm 2nd Season cap 5
febrero 11, 2010
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De algún modo Jaejoong lo consiguió arreglar. Ni siquiera yo sabía como lo hacia, que demonios le decía a la gente, con su traviesa sonrisa y sus ojos de animalito abandonado. No es que él lo supiera tampoco. Pero lo solucionó y la vuelta de Tvxq seguía en marcha tal y como todos queríamos. Nuestra base de fans no desapareció a pesar de que bajó dramáticamente. Incluso continuó fuerte en el resto de Asia.
Hacia tiempo, bastante tiempo que la prensa seguía la relación entre Taeyeon y yo. Sobretodo desde que nos casamos. Tal y como esperábamos.... no tuvo demasiada repercusión porque supimos irlo metiendo. Poco a poco. Fue mucho mejor aceptada que la de Yunho, pero bueno, todavía existía mucha gente que creía falsa la relación entre Yunho y Yujin. Muchas fans seguían convencidas de que los problemas de Jae provenían de la “falsa” relación entre Yunho y Yujin, y básicamente era este grupo de fans el que daba problemas.
Pero todos ellos llamaban menos la atención desde que Taeyeon y yo teníamos nuestros propios problemas. La prensa y mis fans se le habían echado encima en las últimas semanas porque había sospechas de que ella me había sido infiel.
¿Y qué hacía yo mientras tanto?
Nada.
Nada de nada.
Y no pensaba hacerlo.
Y eso, que nunca siempre había intentado evitar que ocurriera algo parecido a esto.
Me dediqué siempre a protegerla de mi fama.
Después de todas aquellas las veces que hice lo imposible por salvarla de los leones.......y ahora
Realmente esperaba impaciente a que se la comieran. Que la despedazaran entre todos. Que toda esa fama bien ganada a lo largo de años, bien merecida y con duro esfuerzo se perdiera en la nada en cuestión de semanas.
Que esos rumores fueran su ruina.
Porque eran verdad.
La fama de una mujer en korea es muy frágil. Un solo rumor con fuerza sobre tu imagen virginal.... y fuera verdad o mentira te ibas a la cuneta. Taeyeon lo sabía, igual que todo el mundo.
Y eso era lo que más rabia me daba.
Sabiéndolo, y aún así lo había hecho.
¿Y qué esperaba?
¿Esperaba realmente que saber eso me hiciera darme cuenta de hasta que punto la había hecho desesperar?
¿Que al verla destrozar su vida de este modo me diera cuenta del infierno dantesco en el que yo había convertido su vida?
Ella ya sabía exactamente lo que la esperaba cuando se caso conmigo.
También que muy pocas hubieran querido estar en su lugar. Que muchas menos hubieran podido. Quizá ninguna. Quizá ni siquiera ella podía.
Y quería que me diera cuenta.
Así.
Y tenía razón. Me había dado cuenta.
Pero ella jamás lo sabría. Porque para echar a perder su carrera de este modo no tendría que haber hecho esto.
Porque yo era muchas cosas. Oh si, dios, mi familia y la gente que mejor me conocía sabían que podía ser muchas, muchas pero muchas cosas desagradables.
Pero jamás infiel.
Jamás mentiroso.
Ahora podría reconocer que ya sabía que eso era lo que más te molestaba de mí. Que nunca fui mala persona.
Creímos, tu y yo... después de tanto separarnos... tan sólo para volver de nuevo,
que todo iría bien... en el momento en el que nos dimos cuenta que era imposible estar separados para siempre.
Ninguno creía que éramos capaces de lo imposible. Estar separados.
Yo se lo demostraría.
Me costase lo que me costase... eso tan sólo Yoochun lo sabría.
Yunho la quería demasiado, jamás hablaría mal de ella en su presencia. Mal como ella no se merecía.
Pequeña idiota.
Casi me daba pena. Casi. Casi.
Y el casi era porque habría podido hacer esto mismo sin el escándalo y no perder su carrera además de a mi.
Pero quizá ya lo ha hecho de este modo porque ya sabía que después de traicionarme..... yo personalmente me hubiera encargado de hundirla.
Con lo que yo la he protegido.
Kim Junsu... es alguien que siempre quisieras tener detrás y no enfrentado a ti.
Solía decir ella a nuestros conocidos más cercanos.
Junsu.....Te podría bajar la luna si él quisiera... pero si tenía algo contra ti......
Ni siquiera allí en la luna estarías a salvo de él.
Ella lo sabía.
Por eso apenas contaba a su favor que hubiera tirado su carrera por la borda junto con las raíces de nuestro matrimonio.
Sabría que me sentaría a mirar el espectáculo.
A verla caer.
Pero no.
Demasiado la había protegido como para disfrutar de eso.
Eso aún me cabreaba más.
Quizá debería haberme dado la oportunidad de rebozarla yo por el fango. Lenta, y satisfactoriamente.
Cobarde.
Maldita cobarde.
Y cómo le había agradecido....internamente, eso sí, durante todos estos años....que hiciera un poco más sencilla esta soledad que había escogido, a la que yo mismo me había condenado. Y que sin duda me merecía.
Realmente no sabías hasta que punto me había resignado. Ahora me daba cuenta.
Si lo hubieras sabido... supongo que hubieras intentado hacer esto de otra manera.
Pero ¿Qué podías hacer ya? ¿Qué salida te había dejado yo?
A mi madre le iba a doler más que a ti o a mí. Sabía que si no eras tú, nadie ocuparía tu lugar.
Y como siempre nunca se equivocaba. Lo sabía bien.
Solo algo no haré. En honor a la vida que hemos compartido juntos.
Nunca te diré, que pensaba decirte que sí.
Cuando la semana pasada, al fin me preguntaste si quería que tuviéramos un hijo. Después de enterarme de tus intenciones por todos los demás- como sabías que había que hacer conmigo para prepararme para algo importante-.
Nunca te diré que había hablado con mis mánager, y que incluso había conseguido acordar una fecha.
Pero tampoco te diré, que tu venganza fue en vano, porque realmente, y como ya te dije, no pasó nada con aquella chica. Por supuesto que no. Absolutamente nada. Con ella y con ninguna. Solo estás tú, siempre has sido tú.
Y ahora eso no lo tendrás más.
Ni yo a ti.
Y no se quien saldrá mas herido. Pero ya da igual.
Después de todos estos años.
Ya da igual.
Encontraré a alguien que me haga de maniquí ocupando el espacio vacío a mi lado en las fotos públicas.
Y la fallaré gritando tu nombre.
Y así seguiré con mi vida.
Ya soy adulto. Y siempre he tenido claras mis prioridades. Siempre..siempre siempre...
Y ahora para mí la primera....
es verte sufrir.....
Por última vez.
Hacía tiempo me prometí que no volvería a consentir a Joongie. Esto incluía cubrir sus excesos.
Pero esto era diferente. Estuve la primera semana colgado al móvil, pero sin salir de casa. Yujin se había ido esta mañana a Taipéi porque aún seguía haciendo ese máster en Taiwán.
Aunque yo hubiese deseado que se quedase más tiempo para que me ayudara con Joongie.
Aunque supongo que él no se hubiera quedado de estar ella.
Existía mucha confianza, a través de los años entre Yujin y los chicos. Pero, después de tanto tiempo entre Joongie y ella aún no había demasiada confianza. Aún era algo un poco incómodo.
Me hubiera gustado echarle la culpa a Joongie, pero no podía. Conocía igual de bien a Yujin y veía que ella tampoco ponía de su parte.
Por su lado Joongie, que siempre parecía disgustado de que otro ser humano no notase su presencia lo suficiente, parecía más cómodo con esa actitud respetuosa pero fría de Yujin.
Jaejoong llevaba ya 5 días en cama. Y no pude evitar recordar la última vez que estuvo igual. Aquella vez yo fui el culpable. Y viéndole beber el vaso de agua que le había traído al despertarle, me seguía preguntando, cómo es que se sentía tan cómodo aquí. Cómo es que no me odiaba. Aun me lo preguntaba. Aun se lo agradecía. Por eso hacía algo así por él aunque no lo hiciera por nadie.
Joongie no levantaba la mirada incluso después de haberse incorporado para beber. Al poco llamaron a mi telf. móvil, y tuve que cogerlo. Me senté en el borde de la cama para contestar.
No paraban de llamar respecto a la vuelta de Tvxq. Jae sabía ser muy molesto, pero cuando se trataba de trabajo....se mantenía en silencio.
Una vez entre de lleno en la conversación, noté como poco a poco Joongie se acurrucaba en mi regazo.
Me sorprendió bastante y casi pierdo el hilo de la conversación. Pero poco a poco, coloqué mi mano entre su pelo y dejé que rodeara mi cintura con sus brazos.
Hacía siglos que no estábamos así y eso no ocurría muchas veces... normalmente era yo comportándome de este modo.
Lo cierto era que nunca me había tomado en serio la relación entre Changmin y Joongie. Esa era la verdad.
Lo acepté pensando: “lo dejarán mañana”.
Discutirán en seguida y lo dejarán de una vez.
Pero eso realmente... no llegó a pasar.
Cierto que un par de años antes de ir al servicio militar estaban tan hartos el uno del otro que se tiraban los trastos a la cabeza casi cada día, y eran mejores personas cuando no se veían, pero. Quizá no me di cuenta de que para entonces ya era demasiado tarde.
Que si aquello no termino al momento de empezar, nunca lo haría.
Colgué finalmente el teléfono y me di cuenta de que no había dejado de acariciar el pelo de Jae durante todo el tiempo y ahora parecía dormido.
Incluso hecho una pena era hermoso. Incluso hundido aún brillaba.
A veces me preguntaba si Joongie deseaba en algunos momentos que le odiaran solo un poco. Solo para sentirse mejor.
Ser amado compulsivamente tenía que ser doloroso. Yo así lo sentía en ocasiones.
Cuando mis dedos volaron hasta su oreja y después a su mejilla, casi sin darme cuenta. Reparé en algo que me llevaba inquietando las últimas horas.
Cuando tenía mi mano sobre la mejilla de Jae anoche, mientras intentaba que hablase, consiguiendo de él como respuesta tan solo otro manojo de amargas lágrimas.
Miré hacia la ventana y en el reflejo vi a Yujin. No me había dado cuenta de que estaba allí, pero nos miraba fijamente. Nunca había visto esa mirada en ella.
Allí estaba una mirada extraña. Yo no era un hombre que supiera percibir bien los sentimientos de los demás. Pasaban muchas veces desapercibidos para mí. Muchas veces no sabía interpretarlos, definirlos. Pero. Notaba cosas sobretodo de la gente que conocía.
Y en aquél momento la mirada de Yujin me caló profundamente. ¿Qué significaba?
Mi mente se esforzaba por definirlo. Pero ahora me sentía mal por acariciar a Joongie... tenía la sensación de que a Yujin le molestaría y la pregunta era ¿por qué?
Pensé en lo que Yujin sabía de mí. ¿Como podía verlo mal? Ella me conocía bien.
Por un momento pensé en que incluso ella veía cosas en mí que yo no notaba. Y recordé el día que ella vino a mi casa después de lo que ocurrió en aquella habitación.
Ni siquiera quería recordarlo.
Me amargaba.
De pronto mi atención volvió a mis manos y a Joongie.
Acariciaba su mejilla con las yemas de los dedos. Lentamente. Confortablemente, como acariciaba alguna de mis mascotas.
No. Con mucho más cariño. Aparté unos mechones de cabello su frente... mi mano se movía sola...
No parecía cansarme.
¿Era esto lo que le desagradaba a Yujin?
Aunque hubiera estado confuso en algún momento respecto a él eso ya había pasado....
Ella lo sabía.
La camiseta ancha que llevaba, era la mas vieja que había en mi armario. No sé porqué Joongie la escogería.
Estaba gastada, y le quedaba muy grande, tanto que el cuello estaba dado de sí y descubría su nuca y su hombro izquierdo.
Antes de que me diera cuenta mis dedos recorrían su cuello, su nuca, su hombro. Lentamente, trazando círculos... formas imprecisas sobre su piel.
Simplemente era agradable.
¿Qué había de extraño en ello?
Sólo era Joongie...
Mis dedos se perdían ahora por su espalda, recorriendo su gastado tatuaje y más abajo...y entonces recordé por qué tenía esa camiseta aún.
Él me la regaló.. hace años... la mañana después de que volviéramos todos de promocionar purple line. Esa tarde después cuando Changmin y Yoochun volvieron de Sapporo.
Changmin y él habían peleado mientras fuimos a por películas y se había echado a perder su camiseta. Él quería tirarla y yo no le dejé... me hizo perder toda una tarde por escogerla la primera vez que fuimos a comprar a Shibuya.... además no me gusta que desperdicie cosas.
Entonces me dijo que me la daba.
Que estupidez. Había sido la primera cosa suya que me había “dado”. Por no tirarla.
Si quería algo suyo podría haberle quitado algo como Junsu cuando veía que no lo usaba.
Podría habérselo pedido.
Aún así había conservado esta estúpida e inservible camiseta durante todo este tiempo.
Cuando mi mano se deslizaba ya, libremente por su espalda me di cuenta.
Quizá.... tan solo quizá....
Joongie entreabrió los ojos, pillándome por sorpresa.
-Pensé que estabas dormido.- Le dije, volviendo a acariciar su pelo.
Él simplemente negó con la cabeza, cosquilleando mi muslo descubierto por mis pantalones cortos con su suave pelo.
Me estremecí levemente cuando giró un poco el cuello y me miró a los ojos en silencio.
Estrechó aún más su abrazo alrededor de mi cintura. Y mi mano bajó hasta su nuca, sujetándole así.
Sin decir una palabra, seguí acariciándole, mientras él lentamente dejó que sus manos escalaran por mi cuerpo hasta rodear mi cuello y tiró hacia él.
Apoyé mi mano izquierda sobre el colchón, y me acerqué lentamente, mirándole a los ojos.... los cerró, y mi mirada se desvió a sus labios...
Pude notar como se estremeció levemente al notar mis labios rozando los suyos. Antes de que se moviera una vez más, abrí mi boca sobre la suya. Lenta pero implacable, mi lengua acarició suavemente el borde interior de sus labios.
Y Joongie gimió.
Con su aliento cálido golpeando mi boca.
Inmediatamente cerró sus labios y apartó la cara hacia un lado. Cruzó sus brazos tras mi cuello y me empujó un poco más a él, haciendo que mi cara se enterrase en su cuello.
Su olor me inundó y quise levantarme de allí.
Pero solo aspiré hondo luchando por no morder su cuello.
Cuando escuché un suave murmullo.
-Sólo quería un abrazo, Yunho.- murmuró con voz dulce.
Entonces lo entendí.
Sabía lo que la mirada de Yujin quería decir.
Era miedo.
Era el miedo que ahora sentía yo. Abracé a Joongie con más fuerza pero de una manera muy distinta.
Si pudiera verme a mi mismo... no podría soportar la vergüenza.
Para Joongie siempre estuvo claro, y para Yujin siempre estuvo claro.
Yo era el único que no quería ser consciente de ello.
Y Yujin y Joongie me habían protegido todo este tiempo de mi mismo, en un acuerdo no hablado.
Yo no quería de Joongie lo que Changmin tenía.
No quería una relación con él como con la que yo tenía con Yujin por dios, yo la quería a ella.
Entonces por qué....
¿Por qué es como si le esperara eternamente?
¿por qué con sólo parpadear Joongie puede tener de mi algo que no le daría a nadie mas en el mundo excepto a Yujin?
Qué solo le daría a una mujer…
Por qué, si yo la quiero a ella?
Por qué, si él es un hombre?
-Joongie.. - le dije aún con mis ojos cerrados y mi cara entre su cuello y su hombro.- ¿Por qué me perdonaste? Hace años... ¿por qué me perdonaste?
Después de un silencio me contestó.
-Porque ya lo sabía. Y nunca te dije que no. Hasta ese día que viniste a disculparte. Nunca te dije claramente que no. Porque te quería....solo para mí.
-No debiste haberme perdonado...- Dije susurrando, mis labios contra su piel. ¿Por qué era tan agradable?- Tu, Changmin y yo sabemos que no lo merecía.
-No me digas eso Yunho....- sollozó. Y levanté la cabeza para mirarle. Lloraba de nuevo.
De pronto me di cuenta de que le había hecho hablar de nuevo. Pero no quería que siguiera llorando.
-Te diría... que pienso que nunca te has merecido alguien como Changmin...
Pero no quiero decirte que lo tuyo con Changmin nunca debió pasar. Soy el único que nunca se hizo a la idea. Nunca creí que funcionara. Pero de alguna manera extraña para ambos… siempre ha estado ahí. Supongo que es algo inevitable. Ahora lo sé.
Jaejoong lloró aún más desconsoladamente. Quería besarle de nuevo.
- Joongie para de llorar...para de llorar porque no sé que hacer... tu normalmente no lloras por estas cosas, Joongie háblame.
Jaejoong seguía llorando con los ojos cerrados, sus labios rojos entreabiertos...y le volví a besar. Esperando ahogar así sus sollozos.
Joongie no lloraba por nadie.
Por nadie.
-No...- le escuché suspirar entre mis labios. Sabia perfectamente a qué se refería pero no me detuve.
-No llores..-decía sin dejar de besarle. Ahora con toda la dulzura de la que era capaz. Me sorprendía a mi mismo. No había deseo en mis besos... había ternura. Tanta...
dios mío tanta... que me hizo olvidar.. si, creo que me olvidé de nuevo, durante esos instantes de que Jaejoong nunca seria una mujer.
En momentos como este me era demasiado fácil olvidarlo.
-¿Crees que no soy capaz de amar?- me preguntó entonces en un tono muy extraño.-¿De verdad crees que no le amo?- Me dijo obligándome a mirarle a los ojos, sujetando mi cabeza por el cabello a ambos lados de mi cara.- Si crees que no le amo entonces dime, de qué tienes miedo? Por qué me besas?
-N-no lo sé….- estuve a punto de decirle que no le besaba….¿como habría sonado eso?
-Lo único que quiero…- dije comenzando de nuevo.- Es que dejes de llorar. – No tienes por qué llorar. Él te quiere más que yo.
Bajé entonces la mirada. Y en ese instante dudé de poder volver a levantarla jamás.
Igual que dejaba que mi cuerpo hablara por mi, mis palabras hablaban dándole forma a pensamientos de los que no era consciente.
Quizá entendiera lo que quería decirle, quizá no, pero ni siquiera tenía voz ya para explicárselo.
Le escuché levantarse de la cama por el lado opuesto de la cama.
Escuché como se quitaba la camiseta y se ponía otra ropa. Al pasar a mi lado me puso una mano en el hombro a modo de despedida. No pude levantar la mirada en ningún momento.
Quería decirle que mis palabras no eran realmente como sonaban.
Que nunca podría admitir que alguien le quisiera más que yo. No sé como había podido decir tal cosa.
Pero no podía negarlo. Porque la manera en la que Changmin le aceptaba. Eso yo no podía dárselo.
Changmin se había rendido ante él y eso significaba que había cosas en las que no podría ayudarle, como ahora.
Y yo ni siquiera estaba dispuesto a perder eso.
Quizá nadie me entendiera, ni siquiera yo, pero para mi esta relación significaba estar ahí de todas las formas posibles. Y sabía que no podría ser otro excepto yo.
Al menos sabía que volverías.
Volverías a mi. Quizá no cuando el mundo te hiriera si ya tenias a tus legiones de amantes esperando por ti, ya fueran amigos, familia, Changmin…
pero cuando incluso el último de ellos te fallara. Yo estaré aquí. Y podrás venir a mi lado, a llorarme, a gritarme o a ofrecerme lo que puedas dejarme tomar de ti.
Y haré lo que esté en mi mano, lo que quieras, para que te vuelvas a ir de nuevo por tu propio pie.
Somos amigos.
Los mejores Rivales.
Tú y yo.
Jaejoong.
Changmin estuvo fuera del hospital en tan sólo 24 horas. Y 12 de ellas las pasó mirando al techo. Habló con sus padres por teléfono para que no se preocuparan.
Estuve con él la mayoría del tiempo pero a pesar de que estuve a su lado, no me dirigió la palabra ni contestó a ninguna de mis preguntas.
A veces, cuando iba a comer, o iba a ducharme y volvía, veía rastros de lágrimas sin limpiar en sus mejillas.
Y así, le mandaron salir.
No tenía a dónde ir en Seoul, y yo no quería dejarle solo. Así que le traje conmigo a casa.
Changmin y yo estábamos acostumbrados a vivir juntos, a compartir cuarto. Ambos éramos muy quisquillosos respecto a cómo queríamos que estuvieran las cosas aunque no hubiéramos ordenado en la vida.
Los niños mimados de Tvxq. Si, nos disculpamos por no haber pasado penurias antes del debut y vivir siempre como consentidos. Con mayor o menor inteligencia…. Según quisiera puntualizarlo Changmin.
Nada tenía que ver la familia de Changmin con la mía, ni nuestra educación, aún así, nos era mucho más fácil convivir el uno con el otro que con cualquiera de los demás.
Le habían mandado unas pastillas tranquilizantes a Changmin para que no volviera a darle un ataque de pánico semejante al que había sufrido.
Me tembló la mano la primera vez que preparé una dosis para dársela. Changmin no le había dicho nada a sus padres, y yo le apoyaría. Yo no quisiera que sus padres tuvieran que ver algo así.
Me gustaba meterme con Changmin y llamarle niño, pero lo cierto es que nunca le había visto así. Me dolía ver su prematura madurez. Verle privarse de esas pequeñas e infantiles cosas que me alegraban un poco cada día. Me parecía una obligación social que nunca me había gustado seguir. Agradecía la educación que me habían dado por eso.
De verdad no quería que tuviera que tomar estas cosas. Yo nunca había tenido que hacerlo. Ni siquiera ahora que pasaba por uno de los peores momentos de mi vida desde antes del debut.
Le dejé descansar durante casi dos días, en los que estuve ayudando a los managers con las preparaciones de la vuelta del grupo. Solo unos pocos dentro de la compañía sabían del escándalo que se formó en casa de Joongie.
No quería presionar a Changmin para que hablara, pero yo no podía mantenerme en silencio mucho tiempo. Al tercer día, cuando llegué a casa, le encontré con la televisión encendida, en el sofá.
Fui a la cocina, traje nuestras patatas favoritas y la siguiente dosis de prozac y me senté en un sillón cerca de él. Ni siquiera me miró cuando me acerqué.
-Changmin.- le dije acercándole el vaso de agua y las pastillas.- Se como te sientes.
-No, no lo sabes hyung.- me contestó mucho más pronto de lo que esperaba.
-¿Acaso no has visto lo que….
-Tu no has tenido que verla frente a ti.- me interrumpió alzando la voz.
-Al fin y al cabo es la misma jodida cosa, Changmin.- le repliqué tomando un furioso trago de mi té.
-¿Dónde está ahora?- preguntó tras una breve pausa. Ambos sabíamos que se refería a Jaejoong, pero no le haría pronunciar su nombre.
-Creo que está en casa de Yunho.- Dije intentando fingir un tono casual en la frase.
Changmin frunció el ceño sin poder evitarlo. ¿Había dicho algo malo?
Los sentimientos de Changmin eran como un oscuro estanque para mí. Casi como los de Joongie. Sólo que más oscuros.
Era a la única persona a la que no sabía apoyar. Cualquier cosa que dijera él seguramente ya la habría pensado antes que yo. Solo podía limitarme a ser yo mismo y esperar lo mejor.
No sabía exactamente por qué pero en ocasiones notaba que buscaba mi compañía y se le veía después más animado. Nunca supe que era lo que lograba agradarle de mi comportamiento, pero me alegraba de que fuera así.
Hacía tiempo que yo no estaba para hacerle sonreír.
¿Cuántas sonrisas se habrían perdido?
-Esta mierda que me das no vale para nada.- Dijo con voz sombría justo antes de tragarse las pastillas.
Yo simplemente bajé la cabeza. Mi teléfono comenzó a vibrar.
Llamó la atención de los dos. Eché un vistazo a la pantalla y acto seguido lo lancé contra unos cojines del sofá.
Changmin pareció entender de quién se trataba.
-A mi ni siquiera me ha llamado... el muy hijo de...
-¿Quieres que te llame..?- pregunté sin poder evitarlo.
Changmin sólo cerró los ojos para enjuagar un par de lágrimas que se habían formado de improviso.
-No.... – susurró casi inaudible. La pequeña y dolorosa palabra escapándose entre sus labios secos.
Echó la cabeza hacia atrás recostándose en el sofá y tras un gran suspiro se tapó la cara con una mano.
Hora de dejarle a solas.
Quizá se pudiera pensar que el estar en situaciones similares nos beneficiaba de algún modo.
Que el hecho de estar en el mismo barco nos sacase a flote.
Pero no era ese el caso. Yo no sabía qué decirle. Porque no sabía que decirme a mí mismo. No sabía cual era la salida, la mejor manera de vivir con ello o de dejarlo atrás.
Me levanté del sofá cuando me sorprendió el sonido del timbre de la puerta. Esa manera impaciente de llamar... solo podía ser....
-Yoochun.- Dije sorprendido viendo a mi hyung tapado como un topo mientras se hacía paso para entrar en mi casa.
-¿está Changmin aquí?- Preguntó discretamente una vez que cerré la puerta.
-Si...- le dije algo confuso aún por su aparición.
Se hizo el silencio entre ambos mientras Yoochun permanecía ahí de pie, frente a mí, con su gorra puesta y un modelo nuevo de gafas de sol que ni siquiera estaba aún a la venta.
Si no se hablaba de trabajo o de algo entretenido, en realidad a Yoochun le costaba mucho hablar.
-Quería saber que tal estaba el pequeñajo...- dijo un poco indeciso.
-Mal
Crucé los brazos esperando que hablara de nuevo. Podríamos tirarnos así media tarde.
-¿Le están medicando?- Preguntó con voz quebradiza.
-S-si, de momento si, pero no será nada permanente...es fuerte, pero en unos días....
-¿¡Le están dando prozac?!- Preguntó con incredulidad después de echar un vistazo a la repisa de mi cocina desde donde estábamos. Yo raramente recogía las cosas que usaba.
Yoochun resopló frustrado y yo no supe que decirle. No podía seguir con mi argumento, realmente no sonaba a algo sin importancia. Ninguno de los dos quería verle pasar por esto.
Pasara lo que pasara.
Sin decir una palabra más Yoochun entró en el salón y vio a Changmin en el sofá.
El menor detectó su presencia y le miró a los ojos.
-Quítate eso.- Le ordenó Changmin. Yoochun no era hombre que precisamente obedeciera órdenes, pero ésta vez se quitó las gafas rápidamente y siguió mirando a Changmin.
- ¿Cómo lo llevas?- preguntó forzando un tono burlón. – No me has contestado las llamadas.
-Lo se. No tenía ganas de hablar con nadie.- A pesar de todo, Changmin seguía conservando su afilada franqueza.
-Tienes que animarte... el fin de semana que viene saldremos juntos. No aceptare una negativa.
- Hyung dudo que tenga tiempo ni ganas para eso. Puedes intentarlo si quieres.- Changmin tenía ahora un gesto adormecido y mas desgana de la usual. Quizá el efecto de las medicinas, pensé. Se me encogió el estómago.
-Claro, saldremos como.. Changmin, ¿te acuerdas aquella vez que salimos para celebrar tu primer nº1 en el Oricon Chart en los primeros meses de tu carrera en solitario?
Changmin parecía tener que hacer un esfuerzo para poder recordar.
-Ah si.- sus labios formaron lo más parecido a una sonrisa que había visto en los últimos días.- Cuando vinisteis tu y Yunho hyung a Tokio por lo del programa... os sentíais culpables por lo de mi cumpleaños, seguro....estuvo bien... pero sabes que no recuerdo ni como volvimos a casa.
-Ah.... no lo recuerdas.
-¿por qué? Recuerdo que lo pasamos bien en la cena y luego en el club... menos mal que nos llevaste a Yunho-hyung y a mí en coche a mi apartamento. Seguro no hubiéramos llegado de otro modo.
-No.. claro.... sabéis algo de Joongie?
Antes de que Yoochun terminara de pronunciar su nombre, el semblante relajado de Changmin desapareció y se levantó del sofá para dejar rápidamente el salón y entrar a una de las habitaciones cerrando de un portazo.
Changmin nunca daba portazos.
-¿Tan sensible está aún?- Me preguntó Yoochun sin volverse hacia mí.
-Me temo que si.- Conteste mientras me dejaba caer en el sofá, soltando un profundo suspiro. Yoochun se sentó a mi lado.
-¿Qué tal lo llevas?- preguntó casualmente pero con un tono dulce en su voz.
-No lo sé Yoochun, la verdad es que no lo sé.- le dije sinceramente.
-No me esperaba algo así de ella... después de todo...
-Ya lo sé. Nadie se esperaba eso.- dije bastante seco, aunque sabía que Yoochun no se merecía que le hablara así.
-¿Estás seguro de dejarla ir?
-Pocas veces he estado tan seguro de algo en mi vida.
Para mi sorpresa, Yoochun rió.
-Vamos Junsu ah... no exageres... esto es un golpe bajo amigo, lo sabes... cuándo vas a poner a esa chica en cintura si no es ahora?- Preguntó aún riéndose.
- No hay nada que decir Yoochun, ya te lo dije. Se acabó, no quiero saber nada más de ella.
-Estáis casados por el amor de dios.- blasfemó Yoochun recostándose en el sillón como un señor.- Eun bi ya me hizo esto una vez...y mira como no se la ha ocurrido volverlo a hacer otra vez!
Comentó orgulloso. Yo le miré entre incrédulo y enfadado.
-Esto no tiene nada que ver Yoochun, antes de eso tu la habías sido infiel a ella al menos 4 veces que yo sepa.
-Bueno, pero ella sólo sabía de dos.- Aclaró, sonriendo.
-Esto es muy diferente Yoochun, yo nunca haría algo así.
-Hay cosas peores Junsu ah.- me dijo ahora seriamente, mirándome a los ojos.
¿Por qué pretendían todos echarme la culpa?
Ya sabía que la tenía, ya lo sabía!
- Ya sé que me lo merezco, vale?- Salté de pronto, levantando la voz. Yoochun no pareció sorprendido estaba esperando que reaccionara así.- ¿Se supone que tiene que ser menos malo de este modo? ¿Qué me la envaino y se la devuelvo?
-Estáis casados Junsu... eso no se puede romper así como así.
-Yo no he sido el que ha roto nuestro matrimonio de este modo tan vergonzoso.
-Bueno... quizá era algo que tenía que acabar pasando... he conocido pocas relaciones tan tormentosas como la tuya. A parte de....
Se detuvo aunque ambos sabíamos lo que iba a decir descuidadamente.
Y esto fue lo mas extraño de la tarde. Yoochun se inclinó sobre sus rodillas, se echo las dos manos a la cara y comenzó a sollozar.
Me pilló tan de sorpresa que no supe como reaccionar.
-Yoochun estás bien?- Extendí una mano para tocarle el hombro, pero antes de que le alcanzara, se levantó de golpe.
Comenzó a andar a paso rápido hacia la puerta.
-Avísame si Changmin cambia de humor..- Dijo con voz forzada y aspirada antes de salir volando por la puerta.
Me quedé como un bobo en medio del salón de mi casa.
Me sobresaltó de nuevo el sonido de la vibración de mi móvil. Corrí a sentarme y lo tomé entre las manos. Miré la pantalla fijamente y vi su nombre en ella. Su foto de fondo. Se estaba secando el pelo de lado tras una ducha. Su perfil.... era tan hermosa... Taeyeon....
Apreté en mis manos el aparato hasta escucharlo crujir , al pensar en aquél otro hombre que la había contemplado de ese modo, y de un modo aún más íntimo en el que tan sólo yo podía observarla.
Intenté sacar rápidamente de mi mente todos estos pensamientos antes de que pudieran conmigo. Ahora no, no podía dejar que me invadiera este sentimiento tan amargo, tan oscuro.
Ahora no.
Había decidido irme aquella tarde a entrenar, como llevaba haciendo los días anteriores. Hacer algo de ejercicio me ayudaba a despejarme. Encontrarme con los compañeros, reír, hacer deporte. Siempre era refrescante.
Pero al volver a casa me encontré con la gran sorpresa del día.
Jaejoong y Changmin estaban en la misma sala.
Me detuve en la puerta del salón de mi casa, con la toalla algo húmeda aún sobre mis hombros.
Changmin estaba sentado en su lugar usual del sofá mientras que Jaejoong estaba de pie delante de mí. Observándole.
No sabía si Changmin ya le había visto o no. No era raro que Jaejoong entrara sin llamar, todos los del grupo tenían llaves de mi casa.
Me quedé helado sin saber hacia dónde ir. Debía irme? Interrumpir?
- Changmin ah...- se quejó Jaejoong. Nunca había escuchado un tono así de la boca de mi hyung. Sonaba suplicante, necesitado, roto. Si no le estuviera viendo no creería que ese tono pudiera provenir de él.- no deberías mezclar esas pastillas con alcohol.
No había visto nada pero me imagine a qué se refería...
Maldita sea Changmin... de dónde has sacado el alcohol? No hay alcohol en mi casa!
Me sentí profundamente culpable.... no había estado estos días en casa, no pensé que a Changmin se le ocurriese semejante cosa. Ahora entendía por qué tenía cada vez peor aspecto... y pensé que era tan sólo porque no dormía bien y apenas comía....Changmin ah....
-¿Por qué? Tu ya lo has probado y no te fue bien? Bueno a lo mejor si me va tan bien como a ti y me acabo tirando a Junsu..- dijo con un tono raspante y sarcástico. Le vi beber de una botella, apenas desde detrás de Jaejoong.
Tampoco había escuchado hablar así a Changmin y me sorprendió también.
¿Cómo podía decir algo así?
Se me encogía más y mas el estómago con cada palabra que escuchaba de ellos y para ese momento tenía el aire atrapado en mis pulmones y no podía usarlo para emitir sonido alguno.
-No he venido aquí para hablar sobre eso.- Dijo Jaejoong con voz queda. Tras unos segundos escuché como Changmin estampaba uno de mis vasos contra la pared y lo hacía añicos. Me sobresalté y pegué un pequeño respingo. Jaejoong no se movió de su lugar. Me alegré de que estuviera delante de mí.
-¿Qué no has venido a hablar de eso??’ Y de qué crees que tienes que hablar conmigo si no, eh???
- Changmin deja de hacerte daño de este modo.... por favor. Tu no eres así, por favor para. N quiero que tú...- La voz de Jaejoong sonaba completamente devastada. Me ponía la piel de gallina.
-Oh? Vaya, el rollo de siempre verdad?? Las drogas son buenas para ti, pero no para mí eh?? Si, soy un idiota por no saber montar buenas fiestas como las tuyas.- respondió Changmin... su voz llena de sarcasmo y doloroso resentimiento.
- No me vengas con eso, yo a ti no te he pedido nunca explicaciones de....
Jaejoong se interrumpió no supe por qué hasta que vi volando la botella de brandy por encima de la cabeza de Jaejoong. Me aparté y me escondí tras la pared de la puerta.
- ¿Qué explicaciones crees que te estás reprimiendo de pedir eh???? MALDITO SEAS!!! SABES PERFECTAMENTE QUE NO HE TOCADO A UNA MUJER EN MI VIDA!!!!
-Changmin!- llamó Jaejoong haciéndose oír entre los gritos. La voz de mi hyung sonaba desgarrada, dolida como nunca la había escuchado.
Me puso de nuevo la carne de gallina. Yo no debería estar aquí....
-Lárgate de aquí Jaejoong!! LÁRGATE Y NO VUELVAS!!!! – podía escuchar a Changmin llorar mientras hablaba.
-Changmin ah...
-HE dicho que te largues!!! NO ENTIENDES QUE AHORA LO ÚNICO QUE QUIERO ES HACERTE DAÑO! HACERTE DAÑO, LO ENTIENDES??? QUÉDATE AQUÍ MIRÁNDOME A LOS OJOS UN MOMENTO MÁS Y TE JURO QUE NO SE LO QUE SERÉ CAPAZ DE HACER CONTIGO....
-Minnie...- se escuchaba suplicar a Jaejoong con la voz quebrada. Sus palabas me estaban helando la sangre en las venas.
- te amo!! Te amo y sólo quiero hacerte daño, QUIERO HACERTE DAÑO!! DESAPARECE!! LARGO LARGO LARGO LARGO ¡!!
Antes de que pudiera respirar de nuevo vi la figura de Jaejoong correr tan rápido como sólo el podía hacia la puerta. Se fue cerrando de un golpe y pude escuchar los pisotones en las escaleras al otro lado.
Escuché a Changmin gritar de desesperación y unos sollozos tapados con algo.. quizá un cojín.,. las manos....
No me había dado cuenta pero mi cuerpo estaba tenso y me sentía como si fuera a temblar en cualquier momento.
A pesar de mi estado no era capaz de emitir sonido alguno. Estaba demasiado asustado de que algún ruido me delatara. Definitivamente no debería haber presenciado aquello. Me maldecía a mi mismo una y otra vez por no haberme entretenido más en el gimnasio.
Me maldecía por no haber vigilado a Changmin estos días... ni siquiera sabía que había salido de casa. Cuando llegaba él mismo se había tomado el prozac....
Había destrozado cosas en mi casa... Changmin nunca haría eso.... como había podido hacer eso...? qué pensaba decirme después sobre todo esto??
Estaba confundido, impresionado y asustado.
No sabía que hacer pero los sollozos y el dolor de Min me estaban matando y superaban todo lo demás. No podía dejar a mi pequeño roto por dentro en mi propio salón.
Respiré hondo al fin, y entré a paso rápido, casi corriendo en el salón.
-Changmin!- le llamé cuando le vi encogido en el sofá.
Estaba preparado para cualquier reacción pero al sentarme a su lado, él tan sólo levantó la cabeza, mostrando sus mejillas manchadas de lágrimas y sudor, pude percibir el olor alcohol, se lanzó a mi pecho y me envolvió en un abrazo.
Se pegó a mi pecho con desesperación y escondió su cabeza allí, echándome hacia atrás con su peso.
No sabía que Changmin fuera así de brusco para acercarse a los demás pero, no era difícil de imaginar.
Le devolví paternalmente el abrazo y acaricié su pelo para intentar tranquilizarle. Su respiración era irregular y ahogada. Aquél apuesto y gran hombre de ya 30 años, llorando como no había llorado de más niño en mi regazo.
Me hizo darme cuenta de muchas cosas.
La conversación a corazón abierto que tenían ambos.
Su relación tabú era algo que había querido mantener ajeno a mi conocimiento durante todos estos años. NO lo censuraba pero no deseaba presenciarlo si podía evitarlo.
No me imaginaba como podría ser una relación “así” entre dos hombres... mis compañeros. Pensaba que tan sólo se trataba de un “juego sucio” entre dos hombres.
Ahora veía cuán profunda podía llegar a ser una relación tan humana que yo había creído tan ajena durante mucho tiempo.
Yo jamás me había permitido abrir mi corazón de tal manera a mi propia mujer.
Quizá.. quizá ese era el problema.
Yo pensaba que ser así de emocional me haría menos hombre.
Pero estaba claro que el no serlo en absoluto me había arrancado mi orgullo masculino al completo.
Yo también necesitaba deshacerme en lágrimas y gritar... desfogar mi dolor.... enfrentarme a mis miedos...
Puede que la conducta de Changmin fuera censurada incluso por mi mismo como poco masculina, demasiado emocional. Pero al mismo tiempo el hecho de enfrentarse cara a cara a sus peores miedos... sujetar su mayor dolor con las manos.... le hacía más hombre de lo que yo recordaba haberlo sido en la vida.
En mi boca estaba siempre este
“los hombres de verdad nunca huyen”
¿Qué había hecho yo para seguir esta verdad en mi propia relación?
Enfrentarme a lo que le estaba haciendo a ella, simplemente por ser yo mismo, era enfrentarme a mi propia persona. No había tenido jamás el valor de hacerlo. Ni siquiera por ella.
Y me sentía más cómodo simplemente aceptando la culpa.
Estaba a punto de perder lo único que me había importado realmente en mi vida a parte de la música. Lo que me había permitido el poder disfrutar de mi vida, de mi trabajo.
Había perdido esto por cobardía.
¿Cómo podía seguir llamándome hombre?
Me recosté lentamente sobre el respaldo del sofá para acomodar mejor a Changmin que no aflojaba su abrazo. Le acomodé mejor sobre mi pecho, y seguí acariciando su pelo, intentando que su respiración se normalizase.
Gracias por enseñarme una lección tan importante pequeño hyung.
Gracias por ser como eres.
-Changmin ah... no llores mas.... eres uno de los mejores hombres que jamás he conocido. Jaejoong volverá a buscarte. Volverá porque se, que a pesar de lo que ha hecho.... tu no puedes ser otra cosa que la persona mas importante de su vida. Lo se. Volverá.
Con una sonrisa en los labios, deposité un suave beso sobre su cabello. Changmin poco a poco dejó de llorar. Y se quedó dormido sobre mi regazo.
Volverá....
Te lo prometo....
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kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!! ame este caapp hablo enserio cuando digo q soy la fan nº1 de este fic <3333 gracias x actualizaaar X3 soy feliz >O<!!! <33333
ResponderEliminarahhhhhhhh
ResponderEliminarno se por que pero siempre termino de leer el fic con un par de lagrimas y lo peor es que ME ENCANTA¡¡¡¡¡¡
GRACIAS POR LA ACTUA
volvera!!
ResponderEliminarsi, changmin hermoso!
Esta SI es una historia de amor...tiene de todo, completisima.
aaaaahhhhhh AMO este fic!