The Open Door cap 9

Caminaba de un lado a otro, encerrado en aquella enorme habitación, nunca antes había estado allí, estaba llena de cortinas, blancas y transparentes que salían del techo, el piso era color negro, pero estaba tan pulido que parecía un espejo, lo que más llamaba la atención eran esas pequeñas linternas de aceite por todas partes, y ese tremendo olor a incienso de jazmín.

No sabía porque lo habían llevado allí, pero sin duda, no podría ser nada bueno. Sus ojos se centraron en la enorme puerta al fondo de la habitación, escucho que alguien giraba la manija de madera y espero paciente a que entrara.

Enseguida entro un hombre de unos 30 años, tenía una barba negra y larga, y unas uñas tan puntiagudas que le daría miedo a cualquiera saludarle, vestía de traje y emanaba un olor a tabaco muy marcado.

-¿Jaejoong, cierto? – pregunto el hombre mientras jalaba un pequeño banquito para dejar caer su pesado cuerpo, y haciéndole una seña, le indico al muchacho frente a el que tomara lugar a su lado.

-si – se limito a decir.

-¿sabes por qué estás aquí? – continuó aquel hombre, mientras hurgaba en un pequeño maletín que tenía sobre su enorme estómago.

-no- nuevamente contestaba de manera directa y cortante

-¿conoces a?…déjame buscar… - siguió revisando el fondo del maletín, revolvió todo, saco y metió, parecía que lo que sea que estuviera buscando era importante.

-¡Aquí está! – sostuvo el papel con risa triunfante lo levanto y lo leyó, luego de un rato en silencio continuo con la pregunta.

-Shim Changmin… ¿le conoces? – dio vuelta al papel en su mano y Jae se sorprendió un poco, era una foto de quien hacía mención.

-Le conozco –

-Bien, me agrada tu honestidad, porque, este chico es el motivo por el que tu estés aquí…estas trabajando en las zonas cerca de donde este chico vive ¿no es así?- el hombre sonreía como si disfrutara su trabajo, aunque Jae seguía sin entender bien ¿cuál era?

-así es –

-mmm hablas poco, mira…estoy informado de tu situación, sé que estás bajo palabra y que otro error y recibirás la pena de muerte, ¿lo sabes verdad? –

Ahora tenía claro que este hombre estaba aquí por algo realmente malo, seguramente alguien le había dicho a sus superiores de lo que pasaba, quizás Junsu.

-si señor, lo sé…-

-Bueno, alguien te ha visto hablar con este muchacho, ya investigamos su identidad, y Jaejoong, por un momento nos viste la cara de idiotas…espero que tu último encuentro haya sido muy bueno porque…se te asignara otra zona a partir de mañana, mandaremos otro miembro que ocupe tu lugar…está prohibido…. ¿escuchas bien? PROHIBIDO que vuelvas a buscarle… ¡¿quedo claro?! -

-… ¿Por qué?....-

El hombre se había levantado dispuesto a irse, pero al escuchar el “porqué” en vez del “si señor”, se giro a confrontarlo

-preguntas ¿porqué?...mira muchacho…el no es nuestro asunto, está marcado por los otros, no es nuestro perímetro, no interfieras con SUS decisiones…NO INTERFIERAS –

-pero el tiene derecho a saber…. ¡tiene que saber la verdad! – el tono de voz de Jae estaba muy alterado, molesto podría decirse.

-A mi no me hables de derechos… el que ese muchacho este en la tierra es un terrible error…no es nuestro, así que déjalos que hagan su trabajo… derechos ¡JA! Comienzas a portarte como un mortal… - el hombre rio de costado y continuo su camino a la salida.

-¡MIN DEBE SABER LA VERDAD!... ¡¿QUIÉNES SOMOS NOSOTROS PARA JUZGAR POR SU VIDA?! -

Cual animal que caza a su presa, el hombre regreso y con velocidad se paro detrás del joven, tomándolo por el cuello, sus ojos estaban rojos como inyectados con sangre.

-¡¡ ¿QUIERES MORIR?!! – su voz era estruendosa y aterradora, resonaba por toda la recamara, esto no paso desapercibido para dos guardias que custodiaban la habitación.

-Si es por el, ¡entonces moriré! – le respondió con determinación, no tenía miedo

Y el hombre rio a carcajadas, libero a Jae y camino a la puerta al lado de los guardias –no lo dejen salir de aquí…o ustedes tomaran su lugar – y abandono el cuarto.

Jae corrió con todo para toparse con una puerta cerrada con llave, además de estar rodeada por una extraña electricidad.

-¡¡MALDICIÓN!! –

Estaba tumbado en el frío suelo, contando por millonésima vez las líneas del techo, repasando recuerdo tras recuerdo.

Tan concentrado que no escucho el ruido de la puerta al abrirse

-Jaejoong ¿Por qué llegas a estos extremos por ese chico? –

De inmediato se levanto de su lugar, allí parado frente a el, estaba Junsu, su mirada de desaprobación y sus brazos cruzados le decían que estaba molesto.

-¿Junsu tu les has dicho? – no podía desaprovechar la oportunidad de preguntarle, es decir, solo quería saber ¿cómo se habían enterado?

-No, yo podre ser un cobarde pero no un traidor…pero ahora dime, ¿Por qué lo haces? - y avanzo a paso firme para quedar frente a el.

Jae inclinó su rostro y tomo el valor para continuar – Es por….- dudó un poco –Asderel…-

-¡¡ASDEREL ESTA MUERTO!! Métetelo en la cabezota Jae… ¿hasta cuándo vas a superar eso? Y no me vengas otra vez con el rollo de los sentimientos que ya me lo sé al derecho y al revés… - dio un fuerte suspiro – ya hasta perdí la cuenta de a cuántas personas has ayudado por que te recuerdan a Asderel…-

Jae permaneció en silencio, inmóvil ante lo que su amigo le decía una y otra vez cada de que mencionaba ese nombre.

-Y ahora para colmo me han asignado tu zona – el desanimo del chico era evidente.

Jae en cambio vio entonces un rayo de luz, si Junsu estaba rondando ahora su perímetro, seguramente le ayudaría con lo que le iba a pedir, quizás a la primera diría que no, pero, si insistía podría convencerle.

-Junsu…tienes que ayudarme entonces…- se acerco a el, colocando ambas manos en señal de suplica.

-No no no no y ¡¡NO!! – Junsu se cruzó de brazos y retrocedió de a poco.

-Junsu…por favor…este chico no merece morir, por favor, te juro que será el último favor, te lo juro –

-NO, es la última vez hace 8 veces…Jae me prohibieron tener contacto con este chico…y tu llevas tres semanas aquí bajo llave…tienes que decirle a los superiores que no lo volverás a hacer y te regresaran tu zona….

-no es tan sencillo, Junsu, tres semanas aquí, seguramente estará buscándome y yo le jure que lo ayudaría a costa de mi propia vida…por favor…debe estar pensando que le traicione - su tono de voz era más suplicante, y lleno de desesperación.

Junsu le miro atento a cada palabra, no tenía claro porque Jae hacia todo esto, y más por alguien de la tierra.

-waaa no sé cómo lo haces pero…está bien te ayudare – estuvo a punto de salir por aquella puerta, cuando un tremendo abrazo lo rodea y casi le roba el poco aire.

-¡¡GRACIAS!! – dijo apretándole con todas sus fuerzas e incluso levantándolo un poco del suelo.

-si…pero bájame que no respiro…- y el muchacho obedeció –bueno, ¿Qué quieres que haga? – le miro con serenidad, y presto atención a sus instrucciones.

-Dile que haga lo que haga, que le suplico que no confíe en nadie más que no sea yo…y que me perdone, dile que me trasladaron… que te diga todo lo que ha pasado estas tres semanas, todo –

Junsu afirmo con la cabeza –ok…le diré todo eso –

-Y Junsu… pase lo que pase… no le digas dónde estoy realmente, te lo ruego –

-no le diré, prometido – y abandono la habitación.

Jae nuevamente estaba solo en aquellas cuatro paredes, estaba mareado de ese olor a Jazmín, y al borde de la locura, lo único que le mantenía coherente era la idea de que Min le necesitaba.

La tarde era soleada, el reloj en la muñeca izquierda de Min indicaban las seis de la tarde, miraba de reojo por el cristal de la enorme ventana, para ver si se aparecía Jae.

-¿dónde rayos te has metido? – murmuro para si mismo.

-Changmin, ya es hora de tu descanso, puedes salir – le aviso la mujer a sus espaldas.

Min limpio la última mesa, recogió su propina y salió lo más rápido posible para ir a aquel parque, llevaba tres semanas sin saber nada de su supuesta ayuda, incluso había conseguido empleo en el café de enfrente para poder vigilar día y noche aquel lugar.

Lo que ganaba no era mucho, pero le ayudaba a mantener su nuevo departamento y la dueña le había facilitado su horario, dejándolo salir a tomar un descanso de medio tiempo a las 6, la hora en la que siempre le veía.

Yunho le había ido a buscar en varias ocasiones, pero, se negó a recibirle, aunque ahora en estos momentos, sentía que se había equivocado de ayuda…

-quizás deba decirle a Yunho…- cuando sintió un aroma a tierra mojada proviniendo de su derecha, se giro con rapidez, vio una silueta caminar hacia el.

-Jae – le llamo, sus ojos mostraban un brillo especial, incluso una sonrisa se había dibujado –estuve esperándote por mucho tiempo… ¿dónde estabas? –

De la neblina pequeña que se visualizaba se despejo y entonces vio la triste verdad.

-Hola Changmin – le sonrió el recién llegado

-Solo eres tu – expresó desanimado, todos estos días y no había podido sacar de su cabeza aquella sonrisa tierna de Jae, aquel aroma suyo y su mirada de inocencia, aquello se había vuelto una terrible obsesión, solo quería verle…no

No solo quería…

Deseaba…

-¿cómo que solo yo eh?...ingrato…encima que vengo aquí para traerte un mensaje de Jae – dijo totalmente indignado, y con un zapatazo en el piso le dio la espalda al menor.

-¡¿DE JAE?! ¿Dónde está? ¿Va a venir? ¡DIME! –

-Jae no vendrá…le han transferido de zona, y mmm no tiene oportunidad de venir, pero estará aquí en unos dos o tres días más –

Min inclino su rostro, estaba totalmente desmoralizado, todos esos días había estado esforzándose por el, por que viera que había superado poco a poco las perdidas y los retos, todo para que se fuera de viaje, ¿le importaba más su estúpido trabajo que ayudarle?

Junsu continuó diciendo, parecía que no percibía que el rostro decaído de Min se transformaba en una mueca de molestia.

-Dijo que por favor siguieras confiando en él, y que no lo hicieras con nadie más, también que me contaras todo lo que había pasado estas tres semanas, todo sin excepción –

Min levanto la mirada, clavo sus ojos fríos en los de Junsu

-¿ah si?... ¡pues dile que se vaya al diablo!… ¡que no necesito de su maldita ayuda!… ¡y que estas tres semanas he salido adelante YO solo!… ¡que se preocupe de su estúpido empleo! – y enseguida desato el mandil del café, lo tiro al piso y salió directo de allí, sin escuchar reclamo ni nada.

Junsu seguía de pie, estaba muy sorprendido, pero a pesar de todo, Jae le hizo jurar que no le diría que realmente estaba encerrado sin poder salir.

-esto no puede ser bueno…Jae se pondrá muy mal…- miró el reloj y se dispuso entonces a regresar para encontrarse con su compañero.

Entro a tientas, la habitación estaba totalmente a oscuras, lo que le pareció muy extraño, si hacia unas horas antes estaba muy iluminado.

-Jae – le llamo en un susurro, y enseguida, seguido de una fuerte brisa, las lámparas de aceite se encendieron al mismo tiempo, dejando ver un escenario devastador, las cortinas rasgadas, los muebles rotos, el piso estaba calcinado y ni hablar de las paredes, estaban manchadas por gotas borgoña.

-¡¿JAE?!- esta vez sonaba más alterado, allá atrás de una cortina intacta, se dibujaba una silueta en el suelo, Junsu corrió y movió la cortina, vio a un Jae recargado en la pared, con la mirada clavada en el suelo, levanto su cabeza para sonreírle al recién llegado.

-¡je! … ¿le has visto? – el labio de Jae estaba sangrando, sus ojos estaban rojos, y la ropa que traía puesta eran solo retazos de tela, se llevaba una mano a su costado, miro como su camisa blanca, justo a los lados de donde presionaba con su mano crecía una mancha carmesí.

-¡¡ ¿Qué paso?!! ¡Tengo que llevar a que te atiendan! –

-Junsu…dime si lo viste…- pero su amigo permaneció en silencio -¡¡ ¿LO VISTE?!! – insistió una vez más.

-si lo he visto…pero…se ha ido…no creo que vuelva a buscarte -

Jae recargo su cabeza en la pared y comenzó a reír

-¡maldición!...tengo que salir de aquí…tengo que…- pronto sintió como su vista se nublaba, vio a Junsu moverse hacia él, sintió una punzada muy fuerte en su costado y luego…

Oscuridad…

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