KINGDOM TVXQ!

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Arualthings

Underground cap 11

Silencio de entierro.



- ¿Acaso no puedes visualizar con tus ojitos la forma de un corazón en el edificio de enfrente?

- Mm… Oh, sí. Pero, ¿Qué casualidad? ¿No? – se esforzaba por sonar indiferente.

- Tst… Ya~ Trasero de pato, no hay que ser muy inteligente para adivinarlo…

- ¿Adivinar qué? ¿Qué se supone que debo saber?

- Déjalo. – cuelga.


Jaejoong tomó el celular y lo tiró por el balcón. No le importaba si era nuevo o que aquel aparato, con el sueldo que ganaba, mañana se compraba otro.

Que chico complicado… Dios Santísimo…

Se desplomó sobre el colchón en el que alguna vez estuvo en compañía de su ángel. Necesitaba dormir, o le iba a dar una migraña de la gran siete.
Perdió su mirada sobre el reloj de su muñeca mientras sus parpados se iban juntando lentamente.
Una pequeña vibración en el bolsillo lo desconcertó, para luego levantarse al ritmo del “Here we go again!”


- ¡Hasta que contestas pedazo de pelotudo!

- ¡Uh! ¿Que pasó, que pasó?, Changmin anda de mal humor…

- Estoy alterado es distinto. Escúchame, ¿Qué pasa que no estas acá? ¿No era que hoy día estabas de guardia?

- No… el otro día cambie el horario.

- Bueno, la cosa no es esa. Yo estaba acá, caminando por el pasillo buscándote…

- Como boludo…

- ¡Cállate!

- Bueno, seguí.

- Y entonces, como es normal en un hospital, enfermeras y doctores empezaron a correr, pero escaleras abajo. Yo me dije, “¿Ah? Pero si ahí abajo no hay nada, más que la morgue.” Entonces me infiltré, y noté que estaba Minho tirado en el piso todo ensangrentado, parece que le han pegado tres mil puñaladas, ahora esta en emergencias. ¡¿Podes venir para acá?!

- Para, stop. ¿Quién carajo es Minho?

- ¡Ah! ¡No! ¡A vos te pagan! Es el único medico forense en este puto hospital.

- Y… soy tan buen doctor que nunca lo conocí, mira vos.

- Bueno, esa no es la cosa, venís ya para acá.

- ¿Y que tengo que ver yo? Soy pediatra. Y además, no jodas… tengo sueño.

- Vení y listo. Después no me andes diciendo por que no te dije. – colgó.


Agrh… Justo cuando iba a dormirme.

Se sentó sobre el colchón fregándose los ojos y como pudo se levantó, se colocó los zapatos y partió al hospital.

~

1:00.

Seguía dando vueltas en el departamento, observando cada tanto las luces que se refractaban en su rostro. Ese enorme y bello corazón, se había encendido hace más de una hora, o por lo menos desde hacia ya ese tiempo lo había visto.

Aish… no tendría que habérsela hecho tan difícil… ¡Si yo soy rey de reyes de los estúpidos!

Sí. Sin dudas se había arrepentido de no haberle dicho “yo también te amo”, “sos un cursi”, “voy corriendo hasta allá”, se había arrepentido de ser tan testarudo. Por que al fin y al cabo, tanta vuelta, para terminar en lo mismo, estar juntos.
No podía seguir pensando en ello, tenía que dormir. Pero no tenía sueño. Necesitaba una de esas pastillas para dormir, que le había recetado el doctor luego de un ataque de stress. Fue hacia el baño en busca del botiquín donde había dejado las pastillas.

Genial.

Tiró el botiquín al piso en un ataque de furia por no tener más. Reprochó y procedió a levantar todo del piso, acomodó todo y se aseguró de tener las llaves del auto en el bolsillo. A paso lento se arrastró hacia el estacionamiento y siguió el camino hacia el primer hospital que se le cruzase con receta en mano.


~


“Estoy en mi consultorio. Vení a buscarme.”

Tipió Jaejoong en el celular mandándoselo a Changmin. A los minutos este entró alterado atravesando la puerta.


- Bueno, bueno.

- Está bien, te necesitaba acá. Minho es mi primo, y estoy mal. ¿Comprendes?

- Ahora le veo la cana al asunto…

- ¿Ah?

- Vamos a donde lo tienen. – se levantó de su silla.


Changmin emprendió el paso notando como Jaejoong caminaba a su lado por el pasillo del hospital. Llegaron rápido topándose con la puerta de Emergencias, Jaejoong entró como si nada mientras a Changmin lo retuvieron, por que según las enfermeras era un ’área restringida’.

El doctor se acercó al forense que reposaba sobre una cama conectado a un respirador, según mostraba su expediente había quedado en coma después de perder tanta sangre. La mera verdad, le importaba poco y nada aquella persona, solo le llamaba la atención que alguien los atacara de esa manera sin dejar rastro ni un arma homicida. Seguía escuchando por lo bajo comentarios de que quizá quiso suicidarse, ¿pero para que acá?, podría esperar a llegar a su casa; sin embargo, alguien tuvo que hacerlo.
Llamó a la enfermera para que le cambiara los vendajes. Observó con curiosidad los cortes, notando algunas particularidades. Esas marcas no las dejó un cuchillo, o arma cortante existente cualquiera.


~


- ¡No era para tanto! No puedes ser tan… Está bien que seamos socios, pero llegaste ya a cierto punto… ¡Llegaste a dejarlo en coma! ¿Entiendes lo que estoy diciendo?

- Changmin… el me traicionó, sabía bien que conmigo y mi corporación no. Sabía todo lo que le vendría si entregaba la ‘mercancía’ a otras funerarias.

- ¡Yunho! Por el amor de Dios… ¿Ahora como carajo la arreglo?

- Deja las cosas como están, ¿querés?

- Bueno… - tocan su hombro – Espérame un segundo.

- ¿Con quien hablas?

- Con un amigo Jae… - se siente un sermón desde el celular - ¡Te dije que me bancaras un poco Yunho!


~


1:30.

Estaba buscando como loco un consultorio para que, por una maldita vez, le recetaran las pastillas y pueda irse a su cama a descansar tranquilo. Entró a un hospital, sin saber cual, y caminó hasta el centro de enfermería a preguntar si había algún doctor disponible a estas horas, una enfermera novata señaló un consultorio a lo lejos. La encargada se dirigió a Junsu diciéndole que estaba ocupado, pero tarde, ya se había adelantado lo suficiente como para girar la perilla de la puerta.
Un hombre tropezó con él al salir del consultorio, pidió disculpas rápidamente y huyó.


- ¡Changmin vení para acá! – el doctor atenuó por perseguirlo intentando salir por la puerta.

- ¡¿J-Jaejoong?!

- Eh… luego hablamos. ¡Changmin! – salió corriendo.


Con que ese era el tal Changmin…

Sus pulmones se hiperventilaron y logró calmarse unos segundos después. Sin pensarlo, entró al consultorio y se sentó en una silla a esperar. Comenzó a husmear con los ojos la cantidad de diplomas, y reconocimientos a nombre de Jaejoong.
A decir verdad, era un buen momento para decirle todo aquello con lo que se quedó con ganas de decir horas atrás. ¿Y por qué no? Esperó, esperó a que llegara.
Se sobresaltó al sentir un portazo, giró su cabeza y observó a Jaejoong ingresando alterado y sentándose rápidamente en su silla. No sabía bien por qué, su corazón comenzó a latir rápidamente.


- ¿Qué sucede? – se colocó sus lentes de Carey y arregló sus cabellos.

- Eh… yo vine para…

- ¿Para? – levantó la vista para mirarlo a los ojos.

- Para que me receten unos calmantes.

- Ah, está bien, ¿la receta?

- Debe estar por acá… - buscó en sus bolsillos – No puede ser… La put… debí dejarlo en el auto.

- Te espero aquí.

- Bueno, - se levantó - … ¿Jaejoong?

- ¿Hm? – concentró su vista en unos archivos.

- Nada.

- Junsu. – se paró y se quitó los lentes.


Jaejoong rodeó el escritorio para quedar frente a él. Metió sus manos dentro de su bata y aclaró su garganta.


- Te amo.


Junsu dudó un poco, pero rápidamente lo tomó de su cuello y lo besó.


- Jaeboo~ - apoyó su frente sobre su mentón, abrazándolo por la cintura.

- Se que no es el momento pero… hay algo que debes saber de Yunho.

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