El chico Nuevo cap 28

Mi nerviosismo crecía conforme pasaban las horas, Yunho insistió en que quería hablar con mis padres esa misma tarde. Para mi gran suerte mi padre estaba en casa. Llegamos a la hora de la cena y mi padre recibió a mi novio con la mejor de las sonrisas, y cuando estuvimos en la cocina me dijo, "Se ve que es un buen chico". Mi madre sirvió la cena y nos dispusimos a comer.

- ¿Y a qué te dedicas? -le preguntó mi papá a Yunho.
- Bueno, soy dueño de tiendas deportivas -dijo tranquilamente, mi padre me miró de reojo y sonrió.
- Papá, Yunho viene a decirles algo -dije nervioso.
- Si, he venido a pedir la mano de Jae en matrimonio -mi madre se atragantó y mi padre dejó caer la copa de vino de su mano manchando el mantel.
- Vaya -dijo mi madre secando su boca- eso es...
- grandioso -dijo mi padre tomando a Yunho de la mano y comenzando felicitarlo.
- Si, hijo felicidades -entonces Yunho sacó una caja de su bolsillo y tomó mi mano.
- Con esto mi amado Jae, pongo mi corazón en tus manos -abrió la caja y vi un hermoso anillo de oro con una gran perla blanca en el centro.

Mi madre comenzó a llorar y mi padre trajo de la cocina una botella de champagne.

- Esto hay que celebrarlo -no podía entender que todo hubiera resultado tan sencillo- y cuando piensan casarse.
- La próxima semana -dijo Yunho.

Hasta ahí llegó la emoción, mi madre se quedó muda y mi padre dejó su copa en la mesa.

- Jae... tu estas de acuerdo con esto? -me preguntó mi padre.
- Si, lo estoy -le respondí tomando a Yunho de la mano.
- Pues entonces que sea la próxima semana -volvió a llenar las copas de champagne y todos dijimos - ¡Salud!

Los siguientes días fueron como decirlo, terribles. Mis padres acordaron que no me vería con Yunho hasta el día del matrimonio y sólo tenía contacto con él por teléfono. Yunho dijo que no me preocupara por nada porque él se haría cargo del matrimonio y eso era lo que más temía, ya que lo que menos deseaba era una boda en dónde existieran personas que jamás había visto en mi vida, pero no me atrevía a decírselo quería que esto fuera perfecto para él.

- Te extraño demasiado -Yunho sonaba triste- estos días sin verte me están matando.
- Será hasta mañana -le dije- pero para mí también ha sido muy duro no poder besarte -le dije.
- Jae te amo, te haré el hombre más feliz de este universo -yo me reí por la exageración- viviré sólo para ti y para lo que el destino nos tenga preparado.
- Seré feliz con sólo tenerte a mi lado, no necesito otra cosa, te amo -deseé con todas mis ganas poder abrazarlo en ese momento, pero sólo lo tenía a través del teléfono.
- Te estaré esperando mañana para hacerte mi esposo.
- Intentaré no llegar tarde -dije y ambos reímos.

Al colgar el teléfono mi madre entró a mi habitación.

- ¿estas nervioso? -me preguntó.
- Si, la verdad es que si y mucho -le dije sentándome en la cama.
- Yunho es un buen hombre hijo, y bueno es perfecto para ti.
- Tú y papá han sido maravillosos al apoyarme en todo esto, sobre todo porqué sé que a ustedes les habría gustado que yo conociera a una chica para ser mi esposa -dije mirando el celular en mis manos.
- Eso no es cierto, siempre hemos deseado verte feliz no importa con quién sea -me abrazó y me beso en la frente- y nos alegramos de que esa felicidad la busques junto a la persona que tú corazón escogió y Yunho te ama, no lo desearíamos de otra forma. Ahora duerme, mañana será un gran día, lo único que lamento es que ni siquiera tuviste tu despedida de soltero.
- Si te digo la verdad, me asustaba tener una, no la quería porque no siento que este perdiendo algo, mi soltería es sólo una palabra, porque desde que conocí a Yunho le pertenecí sólo a él -mi madre sonrió.
- Nunca me contaste como se conocieron -me dijo mi madre sentándose a mi lado.

Le conté todo, el día en que llegué al colegio, nuestro primer beso, su declaración, todo y fue como si lo hubiera estado reviviendo todo otra vez.

Llegó el día mi boda, mi madre me ayudó a ponerme mi traje blanco y la rosa roja sobre el bolsillo de la chaqueta. Me peinó me acompaño hasta la limusina que me llevaría al lugar de la boda. En todos estos días Yunho nunca me quiso decir dónde sería. Llegamos a una gran parcela, llena de árboles y flores por todos lados y cuando me acercaba al lugar del altar casi me pongo a llorar. No había casi nadie, sólo estaban Yoochun, Changmin, Junsu con el chico del Champagne, mi tía y a su lado Mizato junto a un chico que irónicamente se parecía a mí, la madre y el hermano de Yunho y por supuesto mi padre. Yunho me esperaba vestido de blanco al igual que yo sonriendo, mi madre me entregó en a sus manos y él me besó en la mejilla. "Te ves hermoso", me susurró y yo sentí mi piel erizarse. El Ministro de ceremonia comenzó con el matrimonio.

- Es hermoso cuando dos personas se aman y dónde hay amor está DIOS. En estos momentos estamos aquí para unir a Yunho y Jaejoong en santo matrimonio porque los dos han decidido unir sus vidas para que sean una sola. Por favor digan sus votos -Yunho me miró.
- Jae... si volviera a nacer te buscaría por todos los rincones de la tierra para volverte a amar, eres lo más hermoso que me ha pasado en la vida, mi joya más preciada y por ti mi adorado amor soy capaz de dar mi vida, no cambiaría nada porque gracias a todo lo que vivimos hoy estamos aquí, te amo.
- Yunho... las palabras no son suficientes para decirte lo que me mi corazón siente por ti, te pertenezco desde el día en que cruzamos nuestros ojos, me perdí en tus labios y desde entonces ya no sé vivir sin ti, la vida es maravillosa porque tú estas en el mundo y te encontré para vivirla contigo.
- Ambos han profetizado su amor, que Dios bendiga esta unión, y yo los declaro unidos en matrimonio, pueden besarse.

Ansiaba esos labios que ahora eran solo míos, mi esposo, mi amante, mi Yunho. Nos besamos lentamente sin prisa, mientras Yunho me atraía hacia él y escuchamos los aplausos tras nosotros.

- Felicidades primo -me dijo Mizato, me dio tanto gusto verla la abracé con fuerzas.
- Te extrañé -le dije.
- Y yo a ti, sabía que terminarías con Yunho -me dijo- yo por mi parte, tengo mi propio Jae.
- Tonta -me reí y la besé en la mejilla- estoy feliz por ti.

Saludé a todos los presentes y luego Yunho me tomó del brazo.

- Espero que esto haya sido lo que deseabas -me dijo abrazándome.
- Fue perfecto Yunho, cómo sabías que yo no quería...
- Te conozco y sé que una multitud en nuestro matrimonio no te hubiera hecho feliz, aquí están todos los que nos apoyaron.
- Gracias
- Esto todavía no acaba, aún te tengo una sorpresa.

Mi madre me apartó de Yunho para felicitarlo y no pude preguntarle de qué se trataba...

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