KINGDOM TVXQ!

CLOSE 2U
Arualthings

Luz Desgarrada


Nota de RUKI: Se recomienda leer primero el fic's y luego escuchar el audio, ya que es un resumen del mismo.


Título: Luz Desgarrada.
Autora: Aemin
Couple: YooMin
Extensión: OneShot
Género: Lemon/Sadismo/Asesino
Nota: Agradezco la participación en ideas originales, además del diseño de portada, a mi BFF Minoru.



No hay Dios. No existe Dios.
 No existe…
Dios.

Encerrado en una jaula. Casi desnudo. Con trozos restantes de un vestido de novia. Todos los deseos, puros y oscuros, se han deslavado con la sangre. No me queda nada adentro, más que mis pensamientos, torcidos como mis miembros. Maldecir a quienes me han humillado… es lo único que…lo único que me da fuerza suficiente…las estrellas de los muertos...aun brillan perversamente por esa rendija del techo... Seré yo la estrella de alguien más y brillare en su recuerdo... ¿o seré una estrella opaca, persiguiendo sombras? Es verdad que nacemos solos...pero... ¿tenemos que morir solos también?
¿Por qué no me mata de una vez? En lugar de dejarme encerrado aquí, a merced de perros, maníacos y psicópatas… ¿por qué no se toma la molestia de eliminarme de una vez como ha hecho con tantos más?
Eres un asesino demoniaco, y no más que un peón de tus propias ambiciones, de tu propia lujuria.
Me arrastro por el círculo de mi jaula. Estoy manchado, mancillado por la humillación con la que forcejeo, más fuerte que el dolor de mis heridas. Mis tobillos están atados y sangrando. Mis muñecas también sangran. Mi espalda, mi....
Lucho con las ataduras de mi humillación. De mi credulidad. Es como un castigo propio por ceguera. Quisiera…
…volver al inicio.

***

Envuelta en el cobertor del kotatsu, así estás. Recordar que tu madre se los regaló a tu esposo y a ti para que sus inviernos también fueran cálidos fuera de la cama… sale de contexto en este momento. Aparte del cobertor, es la cinta adhesiva la que aprisiona tu cuerpo. El calor aumenta, el kotatsu está encendido. No puedes verlo por la cinta adhesiva que cubre también tus párpados. Intentas moverte y es casi imposible. Sientes más calor en tu rodilla al moverla y escuchas un siseo desgarrador: el cobertor quemándose directamente con el carbón, lentamente desgarrándose.
Escuchas la puerta abrirse. Gimes. El calor del carbón llega a tu piel y no puedes gritar por la cinta adhesiva que cubre tus labios. Más calor. Más. Más. Más siseo. Más desgarre. Un aroma a quemado. Tu cabello se prende, el dolor es insoportable…todo se vuelve rojo a pesar de la cinta adhesiva. La puerta se cierra cuando todo se empieza a incendiar.

***
“Los gritos de mujeres asesinadas, sin tregua ni misericordia, azotan las calles de Ulsan. Del asesino: ni rastro. Los policías están realmente conmocionados, debido a que ya hace más de cinco meses empezaron estos sinie…”
Ah, una gota de lluvia manchó mi periódico. Lo doblo y meto en la bolsa externa de mi portafolio. Es hora de volver a casa. Me pregunto qué estará cocinando Eunnie-shi. Tengo hambre. Saco mi paraguas y subo a mi auto. Ahora que lo pienso, recuerdo haber leído una noticia semejante sobre Daegu, hace unos cuantos meses. Es similar, pero…no, seguro que se trata de casos distintos. Subo al coche y arranco. Las gotas de lluvia se hacen más y más rápidas al caer y se deslizan por mi parabrisas, empujadas a un lado por los limpiadores. En el radio también dan la noticia de Ulsan.
“Aparentemente, el asesino no sólo se deshizo de la señorita Lee, sino de toda su familia, incluyendo un recién na- -
Apago el radio. No es una noticia agradable como para la hora de cenar. Prefiero ver las calles, mojadas y tranquilas. Me gustan mucho las primeras lluvias del año, porque parecen pintarlo todo de nuevos colores.

***
Intentas correr. Pero tu pierna…te está sangrando demasiado. Tus hijos…el bebé ya no llora asustado. Te aterra ese repentino silencio.  Llegas a las escaleras, y escuchas cómo golpea las paredes de la habitación con algo pesado. Intentas bajar el primer escalón para huir de él pero tu pie no puede sostenerte más y caes. Ruedas escaleras abajo, tu cabeza, tus piernas golpeándose con la pared, con la madera, hasta que llegas al suelo. Lo ves. Está bajando las escaleras, despacio. Desde allá se ve como un demonio que desciende del cielo donde devoró a los ángeles. El metal del martillo brilla como un arma demoníaca, a pasar de la sangre seca que alcanzas a verle incrustada.
Te arrastras. Te arrastras tan lejos como puedes. Apenas puedes respirar, tu nariz está llena de un olor agrio y tu garganta llena de sabor salado y ocre. Te sigue, escuchas sus pasos, pesados y poderosos como los de un gigante. Te repegas a la pared, intentando levantarte, buscando mimetizarte con el tapiz de modo que seas invisible, que puedas ocultarte de lo inevitable. Crees poder al menos recuperar algo de aliento, cuando sientes el golpe del metal, duro como la mano de Dios, estrellarse contra tus huesos. Pero no es la mano de Dios la que esparce el rojo contra la pared antes de que todo se vuelva oscuro y tu cuerpo se desplome.

***
-¡Cariño!, - EunHa abraza calurosamente a su marido cuando llega a casa luego de una larga jornada de trabajo. La señora Shim le tiene lista la cena y después de que él la besa, van a la cocina. Es una casita pequeña pero espaciosa,  bien dispuesta  para unos recién casados y una nueva familia.
-¿Cómo te fue?
-Bien…, - a él no le entusiasmaba demasiado repetir cada paso que había dado durante el trabajo. Ella lo sabía pero lo preguntaba por interés, no por molestarlo.
La conversación es la de siempre, no va más allá de lo cotidiano. El trabajo de él, la estancia de ella en casa, la compra de la comida y otras cosas para el hogar…
-Minnie~…- ella pone la mano sobre la de él, tras esperar el momento más oportuno, cuando él ha terminado su último plato, - mañana…será un día muy especial.
Él sonríe, entusiasmado con la idea de que ella lo sorprenda al día siguiente. Aunque no está seguro de por qué será un día especial. Terminan la cena y mientras ella lava los platos él lee su libro favorito sobre finanzas, para ayudarse en el trabajo. Se esfuerza tanto, y ella lo sabe. Ella solo quiere que sea feliz y verlo sonreír siempre. La sonrisa de Changmin... fue lo que la empujó a dar el sí. Sonríe recordando ese frío día de otoño, cuando él le pidió ser su esposa frente a las fuentes de luz.
Changmin también recuerda ese día, lo nervioso que estaba planeándolo todo para que fuera especial. Y al verla, concentrada en su quehacer, su figura delineada con la tenue luz de los focos, le recuerda a ese día, las luces de la fuente le daban una belleza única. No lo resiste y va hasta ella. Apoya las manos en su cintura y cuando ella se vuelve, besa sus labios.

***
Ya estaba harto. Decidí terminarlo de una buena vez. La contemplé mientras dormía… tan plácida. Agarré la almohada y con fuerza y precisión la presioné sobre su cara. Despertó y empezó a agitarse. Presioné con más fuerza, pero seguía debatiéndose. Recargué la mitad de mi cuerpo sobre la almohada mientras le separé las piernas y arranqué la ropa interior. La penetré con fuerza. En este momento sentía un ardor y una ansiedad y excitación increíbles y no iba a dejarlo pasar solo por estar ocupado robándole el aire.
Se lo hice, la amedrenté mientras presionaba la almohada con mis manos. Ella agitaba los brazos, los pies, daba puñetazos contra el colchón, trataba de sujetarme. Cuando dejó de moverse tomé velocidad hasta correrme, estremecido.
Después de eso… no tenía caso quedarme, ¿o sí?

***
Tienes un sueño muy extraño.
Dormías en un campo hermoso, lleno de flores blancas. El vestido de suave  seda blanca apenas y  se siente contra tu piel, como si fuera parte de ti. El sol calienta tu cuerpo suavemente, sobre todo tu vientre.
De pronto, la voz de tu esposo te llama. Te levantas y lo buscas con la mirada. No se ve por ningún lado. Caminas, sintiendo como si flotaras. La voz de él, llamándote amoroso, deseoso incluso, se escucha cercana, pero como si estuviera bajo el agua. Das unos pasos y no se escucha más. Vuelves unos pasos y te grita como si estuviera sobre ti: ¡Corre!
Pero no puedes verlo.
¡Corre!
Es imperioso. Obedeces y empiezas a correr.  Pero, ¿hacia donde? La luz del sol se atenúa a cada paso que das. Llegas a un bosque de juncos y bambúes que de pronto parecen querer golpearte.
¡Corre!
Sigues corriendo. La voz suena angustiada ahora. El bosque ahora es de cedros y sauces, que van cayendo detrás de ti, secos, estrepitosos. Algunas de sus astillas vuelan hacia ti y se clavan en tu piel, tan diminutas que parecen cabellos.
¡Corre! ¡Corre!
Tu vestido empieza a desgarrarse, pero como si fueran plumas que te fueran arrancadas de una en una a cada paso. Luego de dos en dos.  Y te duelen. Sangras. Las plumas son negras. El suelo se ha convertido en gruesas espinas que perforan tus pies y aún así sigues corriendo. El te lo ruega ahora, que corras. Hasta que tus pies son arrancados y caes, en cámara lenta, contra las espinas, que se te clavan como estacas...
Despiertas y aún resuena en tu cabeza palpitante "corre, corre, corre", mientras tu corazón galopa en tu pecho, bajo tus manos. A tu lado, Changmin aún duerme, tranquilo y en silencio. Tú estás entera, y usando esa pijama a dos piezas igual a la de tu esposo. Suspiras y te acurrucas cerca de él.

***
Subió al autobús. Ya había pasado por esto otras veces y había desarrollado algo de práctica. Algo de técnica. En la estación de autobuses, usando lentes y gorra de invierno, había comprado el pasaje. En el baño se había recortado el pelo, rasurado la barba, quitado y tirado los lentes de contacto en el w.c, y se había teñido el pelo mientras leía el periódico sentado en la taza de uno de los cubículos. Llegando se compraría ropa nueva.
Subir al camión fue sencillo a pesar de lucir diferente, nadie revisaba que la misma persona que compraba en taquilla abordaba; y dado el caso podía justificarse con la gorra y los lentes. Ah, dios, ¡era tan listo! Además. ¿quién le prestaría atención a esas horas?
Mientras el bus se echaba en reversa para salir de la estación, se entretuvo jugando con el crucigrama y el sudoku anexos a la última página del periódico. Miró por la ventana justo cuando entraron a la carretera. Adiós, Lee TaeYong, no dejas atrás a nadie que  te eche de menos. Como siempre. Destapó la botella de agua y se acomodó para dormir hasta llegar a su nuevo destino.

***
Despertó con una sonrisa. La cercanía de su ser amado la había reconfortado de la pesadilla. Changmin aún dormía. Besó su mejilla, él se removió y murmuró algo ininteligible. Suspiró y se levantó para lavarse la cara, los dientes, ponerse una bata y bajar a prepararle el desayuno. Sonrió tocando su vientre, sintiéndose tan llena de vida…
En la cocina se apresuró a preparar huevos, jamón cocido, sirvió leche y jugo de naranja. Iba a pelar fruta cuando sintió sus manos sobre las suyas. Volteó a verlo y sonrió. 
-Yo las preparo, - le susurró besando su mejilla, tomó la manzana y el cuchillo y continuó la labor. EuHa sonrió y se dispuso a terminar con el resto de la comida. En un cuarto de hora ya estaban en la mesa, disfrutando el desayuno y sonriéndose. La sorpresa… le encantaría a Changmin.

***
Seúl. ¿Qué sorpresas me guardas? ¿Qué secretos, qué nuevos retos? ¿Qué almas cederían a mis poderosas manos?
Tomé mi maleta y avancé sin mirar atrás. Había todo un nuevo universo a mi disposición e iba a disfrutarlo tajo a tajo.

***
¿Dónde está? ¿Dónde está? ¿Por qué te abandonó así? Das vueltas por la habitación, a tientas. Despertaste ahí y está completamente oscura. Y claro, no es un buen momento, pero tu cerebro te traiciona recordándote películas espeluznantes…y también lo del asesino de Daegu. No podía ser… ese hombre del mercado era tan amable…
Escuchas una gota caer… buscas a tientas de dónde proviene… cuando la encuentras, la gota ya se convirtió en un chorrito de agua. Escuchas otra gota, y otra. Luego las gotas se vuelven chorritos, constantes y delicados. El piso empieza a mojarse. Caminas buscando la puerta, ahora que deduces que estás en el sótano. Está cerrada, por más que forcejeas con ella no puedes abrirla. Das media vuelta para volver y buscar alguna ventana pero tu tacón se rompe y caes por los cuatro escalones, hasta el suelo encharcado. Miras alrededor, ya algo acostumbrada a la penumbra. Estás sola. Donde estaban las ventanas está tapiado por madera o pintura o algo… empiezas a sentir desesperación, arrastrándote, mientras el agua sube de nivel a un ritmo proporcional al crecimiento de los chorritos provenientes del techo, de los tubos o del suelo agrietado.

***
En la cocina se apresuró a poner las ollas en la estufa. Su marido llegaría en un par de horas, cansado y hambriento, y quería sorprenderlo más que nunca, sobre todo porque ya le había avisado que lo haría. Su comida favorita, algo de champán… todo sería perfecto. Ya había puesto flores frescas en el jarrón de la mesa.
Iba a cortar las verduras cuando sintió sus manos sobre las suyas. ¿Había vuelto temprano, tan ansioso de saber su sorpresa y celebrar su cumpleaños? Volteó a verlo y se heló. Ése no era Changmin… La golpeó el extraño con fuerza en la cara y se desvaneció.  

***
Sentí la adrenalina, el impulso. Su vestido blanco... era demasiado puro. El rojo le quedaba mejor, como si rosas brotaran de la nieve de su cuerpo fértil y próspero. Ah, el rojo...
Luego la dicha. De sentirse conectado a otro ser, de llenarlo por completo. Pero se queja demasiado. Un golpe de aviso, eso estaba mejor...que me dejara poseerla y llenarla de mi propia fertilidad, fecundar así las rosas y ayudarlas a crecer y multiplicarse. No. No lo merece, ya ha sido poseída por otro. No me agrada perder así, con tal descaro. Así que me encargo de cosecharla. Bien, ya sin el fruto prohibido, ahora puedo terminar en éxtasis tal como quería. Pero como no merece, desdichada y traidora Delilah,  mi semilla redentora, la deposito en mi propia mano y la limpio para que ella no pueda buscarla luego y devorarla.
-Pobre alma en desgracia. No aceptaste la dicha de ser mía, maldita Pandora. ¿Era esto lo que querías? - le dije, bondadoso yo, ofreciéndole una segunda oportunidad. Si me lamía sin temor ni repulsión, le entregaría otra semilla. Pero ni se inmutó. Se atrevió a humillarme, ¡Salomé castradora y burlona! No mereces la vida que te he perdonado...
Salí, satisfecho con haber podado del mundo una hiedra menos.

***
Apenas pude concentrarme en el trabajo. Estaba ansioso por volver a casa y estrechar a EunHa en mis brazos. Me intriga saber qué sorpresa me guarda y por qué. Nuestro aniversario era en septiembre, ¿cierto? Revise mi calendario. Aja, 5 de septiembre. Bueno, ¿entonces? El cumpleaños de Eunnie es en junio...lo sé porque es mi donsaeng por cuatro meses y tres días.
Por fin terminó la jornada y me levanté de un salto. Al pasar junto a Kyuhyun me deseó feliz cumpleaños. Mi cumpleaños! Ah,  mi hermosa Eunnie no sólo lo recordó sino que de antemano me había planeado una sorpresa. Agradecí a Kyuhyun saludándolo con la mano y me apresuré. Con mayor razón me urgía volver a casa. Subí a mi auto, le compré unas flores y me apresuré a volver a casa.
-EunHa, estoy en casa~
Había algo raro en ese silencio. Algo...no natural. Dejé mi portafolio y mi abrigo en la mesita de la entrada  y caminé hacia la cocina.
-¿EunHa?
Volví a llamarla al no verla en la cocina. Había unas flores desparramadas por la mesa, con el agua escurriendo y el jarrón roto en el suelo a su lado. Sin embargo la comida estaba ahí, ardiendo y echándose a perder en la mesa estufa. Tragué saliva y el corazón me dio un vuelco. Algo no andaba bien.
Caminé hacia la sala, apresurando el  paso. Todo se veía bien, tal como estaba siempre...cuando noté un marco acostado en el suelo. Lo levante, parecía que se  había  caído. Era la foto  de nuestra boda. Sentí un escalofrió y corrí escaleras arriba. Iba a entrar corriendo a la habitación cuando la luz vertical de la puerta entreabierta del baño me dio en un lado de la cara. Debí tocar antes de entrar pero lo creí innecesario en mi desesperación.
Entré.
-¡¿EunHa?!
Estaba vestida de novia. Su vestido con el que nos habíamos casado. La sostuve contra mi cuerpo, abrazándola, mojando mi ropa con agua y sangre pero no me importó. Por más que intentaba convencerme de que sólo dormía…había perdido demasiada sangre para eso. El agua de la tina ya casi se desbordaba, teñida de ocre. Tiré de ella para sacarla del  agua. Su vientre estaba abierto y de él colgaba….no… ¿esa iba a ser mi sorpresa?
Iba a formar una familia…y me la acababan de arrebatar cuando apenas estaba por iniciar. Mi dolor desgarró mi garganta y el silencio de la noche.

***
El feliz cumpleaños, desde ése día…no volvió jamás.
-Lo sentimos, señor Shim. Pero ni nuestros mejores detectives han podido identificar el motivo del posible culpable…
-Lamentamos su perdida.
Changmin salió del departamento de policía, devastado. Era la cuarta vez que iba a pedir, a suplicar justicia, sin resultados. Ya iba a ser el segundo día del asesinato de su amada EunHa…y de su hijo apenas concebido.
Con manos temblorosas sacó una cajetilla de cigarros. Por lo general no fumaba, pero el poco sueño, la tensión, la desesperación, lo habían tentado a comprar un paquete de tabaco. Lo golpeó con los dedos y acercó la flama del cerillo, cobijándose de las primeras gotas de lluvia bajo el techo de la comisaría.
-Fumar mata.
Dijo una voz a su lado. Volteó. Un hombre con sombrero y vestido como si fuera a un funeral le sonrió. Tenía la piel blanquísima.
-¿Es a mí?, - inquirió Changmin.
-Sí. Fumar mata, amigo mío, - el sujeto descruzó los brazos, bajó el pie que tenía apoyado en la pared y se acercó a él, - imagino que los inútiles policías no han podido ayudarle a resolver el misterio…, - añadió. Changmin lo observó, perplejo.
-No…es que…han….mi esposa murió.
-Oh…qué triste. Lo lamento mucho, - el extraño le dio unas palmadas en la espalda, - imagino entonces que a lo que vino fue a…declarar que no fue una muerte natural, y que  no ha sido usted, ¿me equivoco?
- ¡Claro que no fui yo!
El sujeto dio un paso atrás ante su exclamación, pero luego sonrió y asintió, condescendiente.
Changmin suspiró, mirándolo. Hablaba como si se hubiera escapado de una novela traducida de Sherlock Holmes.
-Así es….ella fue asesinada. Y que el culpable sea castigado es lo mínimo que busco. Que se le haga justicia, a ella y a…,- no pudo seguir la frase sin ahogar un sollozo.
-Creo que podría ayudarle – propuso el extraño después de unos segundos de silencio y lágrimas.
-¿Usted?
-Sí. No soy policía, pero estudie derecho y criminología. En Estados Unidos, y no es por presumir. De hecho, ayudé a un par de detectives a resolver el misterio de un asesino de ancianas. Pero ya sabe cómo son los gringos, jamás reconocen la ayuda de alguien que no sea de su departamento, menos de un “ojos rasgados”.
Changmin no dijo nada, mirándolo incrédulo. El sujeto le tendió su mano.
-Yoochun. Park. Un placer.
-Shim…Shim Changmin.

***
A la vez que trabajaba en una librería, Yoochun se organizaba para investigar el asesinato de la señorita Shim. Tenía  amigos que eran amigos de policías y detectives amigos, aunque más bien llevaba poco tiempo en la ciudad pero era tan abierto y encantador que incluso el jefe de policía lo saludaba al verlo. No le permitían averiguar demasiado de los casos, pero la escueta información obtenida era suficiente. Sabía manejar sus cartas para obtener por lo menos un "no estamos seguros" o un "sigue siendo cosa del forense". Junto con los chismes de la florista, el repartidor de libros, las damas de la cafetería, Yoochun iba juntando poco a poco las piezas del rompecabezas. aunque revueltas. Pero era algo. Su sonrisa y su buena disposición le abrían  muchas puertas. Para muchos, era como si el  guapo y amable Park-shi siempre hubiera sido su vecino. Además resolver rompecabezas era uno de sus entretenimientos favoritos. Había leído a Sherlock Holmes de niño y admitía con infantil satisfacción para sí que  hacer estas investigaciones y estas cosas le cumplían un caprichito, un sueño de niñez. También había leído a Poe.
Luego se reunía con el pobre viudo para desayunar o comer el fin de semana y le contaba sobre sus investigaciones. Pero más que darle ánimos el recuento de la búsqueda le afectaba demasiado a Changmin.
- ¿Te puedo pedir, por favor, que sólo me cuentes de eso cuando tengas alguna pista o algún hallazgo?
Changmin removía su café con un dedo, ahogando el coraje en su garganta. Yoochun asintió, dándole un trago a su frappuccino.
- Claro… Perdona, no quise tocar fibras sensibles.... pero reitero mi promesa de resolverlo tan pronto pueda.
-Gracias...
-Por nada. Para  qué son los amigos.
Yoochun le sonrió, cómplice. Changmin lo miró, perplejo.
-¿Amigo?
- ¿O no? - Yoochun le devolvió la mirada, desvaneciendo su sonrisa entusiasta lentamente. Trozó la galleta en sus manos, despacio.
- Si...si, ¿por qué no? Amigos... - asintió Changmin, - después de todo me estás ayudando...eres el único realmente interesado en ayudarme a  hacer justicia...
- ¿Oh? ¿Ya no quieres vengarte?
- Si. Eso también. Cada día que pasa sin resultados más ganas me dan de devolverle a ese maldito cada golpe que le dio a mi EunHa...
- Podrás hacerlo, Changmin. Menos lejano de lo que crees.

***
Es una pesadilla. Y no sé que es peor, quedarme esperando por Yoochun sin hacer nada o ir a la estación de policía a intentar resolver algo del caso por mi cuenta.
La última vez que fui me salieron con una reverenda idiotez.
Como siempre, le exigí respuestas al jefe de policía. Me dijo que no podía externarme nada por el momento. Fui entonces con dos detectives.
- ¿Y usted es...? - inquirió uno  de ellos, tecleando algo en su computadora.
-¡¿Quién soy?!- le escupí.
- Eso le pregunte yo. ¿Usted tampoco lo sabe?
- Shim Changmin, subgerente de una de las más fuertes sub-compañías financieras de Seúl, secretario o  mozo del gerente del Banco General le llaman, - recitó el otro, leyendo de una libreta-  lo apodan Min o Minnie y algunos El faldero Max,  nacido el 18 de febrero de 1988, 25 años actualmente,  61 kg y  mide 1.86, sangre tipo O, muy rara, por lo mismo es de carácter fuerte...aun lleva su anillo de bodas a pesar de que han pasado 4 meses, cinco días y 7 horas desde que enviudó oficialmente, le gusta comer  ramen, ramyon, yakisoba, bulgogi, sopa de calamar, que puede engullir perfectamente gracias a su profunda  garganta, y de postre mandarinas, pasteles de fresa, vainilla, pays de mora y leche!
- ¡Ah, increíble! - lo aplaudió el primero cuando terminó su  perorata. Imbéciles...
-¡¿Y por qué me investigaron a mi?!
-Comprenda, hay que descartar  todas las posibilidades...
-Pero si no han hecho más que eso! Eso es inútil! ¡Mientras llenaron hojas con mis datos y  mi gusto por los pasteles de moras...!
-¿Los pays de moras no?
- ¡Es igual! El asesino de mi esposa sigue libre por sus estupideces!
-¿Qué pasa?
Estaba a punto de saltar sobre el detective cuando Yoochun llegó.
-Estos idiotas! No han hecho más que investigarme a mi! - no resistí el impulso de decírselo, aunque después  me sentí un niño pequeño acusón.
-¿Sí? Veamos...
Para acrecentar mi consternación Yoochun, que supuestamente estaba de mi lado, se  puso  a revisar las  anotaciones de la libreta con interés.
- Es una excelente investigación, señor Jung, -lo premió después de leerlo todo.
-Lo es en verdad, - sonrió entusiasmado el aludido.
-Pero tiene  un error.
-¿Dónde? 
A pesar de todo Yoochun no dejaba de sonreír.
- Al señor Shim le gustan los pasteles de fresa y vainilla, sí, pero sólo hechos por mí.
- Ya. Solo hechos por Paku- shi, - anotó. Todo esto parecía una  mala broma. Yoochun asintió.
-Dejen de escribir, - intervine, irritado, - lo importante..., - respiré, - el caso.
Aclararon sus gargantas los detectives, mirándose.  Yoochun me miró.
- De eso no podemos decirle nada, señor Shim. Esto va  más allá del  incidente con su esposa así que no podemos decirle nada.
-¿Más allá?
- ¿Se refieren a las muertas de Ulsan? - preguntó Yoochun, de pronto estaba serio.
- Sí. Y las de Daegu.
- No le digas más, Kim!
-Perdona...
- Y sin embargo, aún no tienen idea de quién es el culpable?  ni una sola pista? - insistí.
 - ¡Así es, señor!
- Gracias por su información, inspector Jung, - terció Yoochun. Volteó a verme y me tomó del brazo para sacarme de ahí.
Ya afuera, después de respirar profundo, sintiendo el aire fresco en mi cara, me tranquilicé.
-Esos detectives son de verdad inútiles...,- refunfuñé, -si ese tipo de gente está a cargo de investigar estas cosas...
Tragué saliva. Pensar que jamás resolvería el asesinato de EunHa... me  hizo sentir como si apagaran todas las luces de mi existencia.
-No es una sorpresa que aun no lo hayan podido resolver, - Yoochun apoyó una mano en mi hombro, - pero no pensemos más en eso.
Asentí y seguimos caminando. Algo me removía los pensamientos, además del caso del asesino. Yoochun.
-Así que tú... ¿sabes mucho de mí? ¿Me has investigado también?
Sonrió.
- No a ese grado. Solo sé lo importante hasta ahora.
- Seguí caminando, viendo el suelo.
-¿Hechos por ti?
-O comprados mejor. Porque no cocino tan bien. Vamos, comamos algo dulce que nos ayude a pasar el trago amargo.
-Entonces... ¿nuestro destino ahora es la cafetería?
- Sí. Está decidido. Uno de fresa para ti y uno de vainilla para mí, a mi cuenta.
¿De verdad podría pagarlos? Pensándolo bien no tenía idea a que se dedicaba Park aparte de sacar información  de los idiotas policías y de chismes. Cada día me sorprendía más este curioso sujeto que me había topado de la nada. Era como si después de mi tormenta viniera el sol. Pero mi clima seguía nuboso, amenazando con resacas aún a pesar de Yoochun y su ayuda.

***
Bebía frente a él. Era de noche y Yoochun había llegado rápidamente a casa de Changmin en cuanto lo escuchó balbucear y decir incoherencias por teléfono. Cuando llegó lo encontró sentado en la mesita de la cocina con una botella de soju en la mano, otra rodando por el suelo y un vasito de soju volteado al lado de su mano. Entonces recordó la fecha.
 Hacía 9  meses que su esposa había muerto. Junto con su hijo, su bebé no nato. Yoochun lo observaba, tranquilo, hasta que consideró que había bebido suficiente y le detuvo la mano sobre la botella.
-Creo que has bebido suficiente...
Changmin forcejeó hasta que la botella rodó por el suelo.
-No entiendes...déjame... ¿no ves que hoy...pude haber sido padre? Papá...papitooo..., - lloró Min.
- Te entiendo. Pero hay que ser  fuertes. Los que amamos y nos  dejaron atrás...,- Changmin ahogó un sollozo y Yoochun le pasó un brazo por los hombros, - te robaron  la luz y la inocencia de un mundo feliz y simple. Sientes que caes al vacío, pero, ¿sabes?, a nadie le importa. Yo... también enviudé...hace dos años, y hace seis murió mi novia poco antes de que le pidiera ser mi esposa.
Changmin, apenas logrando enfocarlo  con los  ojos, hizo un pequeño berrinche.
-El mundo es un asco...-  su lengua ya  arrastraba las palabras, borracho como estaba, - y odio el amoorrr...siento que vooyy en un barrco…que fluyeee con la ma-marea y se va hundiendo poc-co a poco…gluglguugg….y que llegará zozobrando al…un…al otro lado… - Changmin se reclinó sobre su brazo, apretando la botella en su mano. Yoochun lo observaba, sintiendo profunda compasión. Compasión y…algo más…
-A mi me importas, - replicó, apartando la botella de soju de su alcance.
Changmin se reclinó hacia él,  pegando su frente a la ajena.  Yoochun lo miró a los ojos, aflojándole la corbata para que pudiera respirar mejor y desacalorarse.
-Yoochuuunnn...tuuu...¿mequierress-ss?
Yoochun sonrió:
-Sí, claro que te quiero, - le respondió, dándole una palmada en la espalda.
Riendo con gorgoritos, Changmin pegó sus labios en los de Yoochun. Sus ojos se abrieron con sorpresa, pero al notar los ojos cerrados del menor, poco a poco fue cerrando los suyos y separando sus labios. Luego el propio Changmin fue quien rompió el beso...y un poco del encanto.
Yoochun lo miró, confuso…y fascinado de pronto por ese beso.

***
Estaba bastante ebrio, pero la soledad o la necesidad me ganaban. Yoochun no dejaba de mirarme, podía sentir su mirada… era tan dócil, dulce y a la vez enérgico, se imponía aunque uno no quisiera, como si uno no sólo aceptara su presencia, sino que la agradeciera.
-¿Todo bien? – me preguntó, poniendo una mano sobre la mía. La retiré. Después del beso que nos habíamos dado… su tacto me electrizaba. Yoochun aún me miraba.
-¿Qué sentiste?
Volteé a verlo.
-En el beso… ¿hay algo en particular en mi que te gustó?
Tragué saliva y lo miré a los ojos. La verdad no sabía qué responderle. No lo sabía, cómo habíamos saltado de ser desconocidos a…bueno, a esto, pero se coló en mi vida como una gotera que poco a poco lo inundó todo, lo transformó todo. Me cambió todo.
Volví a sentir angustia y me recargué en el sillón. Poco después, Yoochun se recostó a mi lado, pasó un brazo por mis hombros y me jaló, recostando mi cabeza en su hombro. Lo miré sorprendido. El aroma de su colonia penetraba en mi nariz con sutileza. Melancólico y nostálgico, cerré mis ojos. Entonces Yoochun acarició mi pelo, rápido y un poco brusco, como si no quisiera hacerlo realmente. Sentí su aliento contra mi cabeza y luego sus labios.
Alcé mi cabeza para mirarlo a los ojos.
-Yoochun…. – no estaba pensando del todo bien, no… y no quería pensar demasiado tampoco.
-¿Dime? – me susurró, con una voz grave y sensual…
-¿Eh? – de verdad estaba bastante atontado, o acaso era más la sorprendente sensación de atracción que su voz me provocaba lo que me tenía hipnotizado.
-Dime, - sonrió. Sentí que mi cuerpo se derretía…
-Bésame...
Dejé caer mis labios hacia los suyos, sin más, y los suyos me atraparon. Eran besos cortos y suaves, pero cada vez más…sabrosos. Como si me embriagaran en testosterona con su boca. Como si no quisiera que me apartara de sus besos, puso su mano en mi nuca y me dejé vencer, correspondiendo y besándolo como un adicto. Cuando me di cuenta ya tenía medio cuerpo encima del suyo mientras nos besábamos el cuello y me acariciaba los hombros.
-¿Hace cuánto…que no te tocas? – fue directo en sus palabras y en su tacto, tocándome con sus dedos largos cuando en algún momento quedé desnudo ante él. Besó mi ombligo, mi tórax, mis pezones y volvió a mis labios. Correspondí. Me mordía, me lamía y me besaba con una pasión devoradora y demandante. Y algo en mí me obligaba a ceder.
Cuando me puso su hombría frente a mí mientras me atendía, no dudé en hacer lo propio, imitando sus movimientos y siguiendo otro tanto mi instinto. Mi instinto que me pedía a gritos explotar. Su piel, blanquísima, destellaba pequeñas luces, como si rayos de sol se filtraran por sus poros.
Estaba tan aturdido que las sensaciones se me mezclaban y trepaban, llegando a sentir como si dos bocas besaran mi piel al mismo tiempo, una en mis pezones, la otra en mi erección.

***
Con una pierna entre las ajenas, y sintiendo la rodilla ajena presionándole su hombría, Yoochun besó a Changmin con pasión, llevándolo con la experteza de sus labios al placer negado y prohibido. Le desabrochó la camisa, se quitó la propia y besó cálidamente sus pezones, manteniendo esa fricción de caderas. Descendió a besos hasta su ombligo y desabrochó su pantalón. Sacó su hombría y la metió en su boca. Luego lo invitó a saborearlo a la vez que lo saboreaba. Changmin estaba necesitado y Yoochun cada vez lo deseaba más. Coló una mano a su trasero y empezó a acariciar su entrada con la yema de sus dedos. Changmin ahogaba los gemidos contra su carne sin descuidar sus acciones, que lo estaban excitando tanto como lo que Yoochun hacía con su cuerpo.
Sintió lo apretado que estaba, como sus músculos tardaban en dilatarse lentamente contra sus dedos. Era su primera vez. Sería su primer hombre, y dado el caso Yoochun lo poseería de una manera inolvidable.
Al principio la sensación era incómoda y desgarradora, pero poco a poco el calor y el placer tomaron el control de ambos cuerpos y nada más importó que el placer y la sensación de la piel ajena, del interior ajeno, del miembro ajeno. Changmin mantenía las piernas dobladas a los lados mientras se tocaba, a ojos cerrados, y Yoochun lo embestía con una cadencia exquisita.
-¡Ah!
Un punto secreto en su interior, una nueva sensación inundó a Changmin por completo. Y los movimientos de Yoochun continuaban, tocando de vez en vez ese punto del éxtasis.
Besándose con intensidad, enredados cuerpo a cuerpo y labio a labio, con las piernas de Changmin obligando a la cadera de Yoochun a despegarse muy poco de él y a invadirlo más rápido y más profundo, tocando así ése punto sin parar, llegaron al orgasmo en poco tiempo.

***
Y yo que quería que fuera una primera vez suave y lenta, con ternura, dado que sería nuestro primer encuentro y era…la verdad, inesperado.
Pero Changmin parece implacable. Arañando mi cuello, mi espalda…
En la sala, junto a la mesita, sucumbimos al placer y a la lujuria entregándonos con brío. Cogiendo lascivamente, con descaro.
Con la punta de los dedos, con la punta de la lengua… queríamos desbordarnos, quería derretirlo. Hasta que su aliento helado se volviera un sofoco ardiente. Mis manos, mis colmillos, mi alma deseaban clavarse en él profundamente.

***
-Buenos días....
En qué momento de la noche había llegado a su cama, no tenía idea. Pero era un hecho que Yoochun había dormido a su lado. Y no sólo eso.
-¿Qué hora es? Tengo que trabajar...- Changmin se levantó, desperezándose y desenredándose de los brazos de Yoochun. Corrió a bañarse y se fue a trabajar, aunque sus pensamientos se habían quedado en casa. Más específicamente, en la cama. En Yoochun.  

***
Abrázame. Sedúceme. Quiero que seas testigo inmortal. Yo…puedo aplastar al dios que está agravando tu existencia miserable…  Hazme sentir más estable también.

***
Había pasado ya 10 meses y cinco días desde su primer encuentro íntimo. Ahora, Yoochun se había instalado en una habitación vacía de la casa Shim. Aunque dormían juntos casi diario...
Ambos salían a trabajar a la misma hora, y después del atardecer se reunían para comer.
Changmin aún veía el calendario con nostalgia, pero sentía menos pesada la carga sobre sus hombros. Yoochun había logrado, de alguna manera, llenar el agujero que su viudez le había causado. Aunque no era lo mismo, ni cercano, pero sentía que alguien lo quería. Alguien lo esperaba en casa después del trabajo, lo escuchaba, lo consentía a veces con regalos o cariños. Hacían el amor. Yoochun lo llevaba a nuevas sensaciones y nuevos sentimientos. Amor, pasión, deseo desmedido, noches de no dormir y no por el trabajo sino por haberse devorado por completo.
Cuando volvió el día de su cumpleaños, Yoochun lo esperaba en casa con emoción. Había llenado la mesa de la sala con regalos y había encargado un pastel. Todo estaba listo. Cuando Changmin llegó y entró a la sala, Yoochun, sentado en el sillón, simplemente dijo:
-Elige.

***
Quería hacerlo feliz. Que sonriera otra vez. Quería conocer su sonrisa sincera. Y la tendría. Sabía lo que le pesaba la fecha de su cumpleaños, el 18 de febrero, pero… podían borrarse algunas nubes negras a pesar de todo. Yo las borraría.
Quería que Changmin fuera para mí, que me debiera más que el ayudarle a hacer justicia, más que la venganza. Que me debiera volver a ser feliz. Sólo entonces, yo me sentiría lleno, y podría desbordantemente compartir con él mi propia dicha. Aunque ambos fuéramos varones, por inesperado que eso fuese para mí o para él en un inicio. Había una cierta…compatibilidad. Y me encantaba tenerla. Tenerlo. Delante y atrás, hombre o mujer, amor y odio, luz y oscuridad, él o yo… ¿era posible una mezcla tan prohibida…y tan perfecta? Sí. Lo era. Aunque dudaba por cuánto tiempo más…

***
-¿Elige? – repetí, observando toda la sala. Yoochun la había decorado con globos, con serpentinas y un gran, y mal coloreado a mano, cartel que gritaba como una explosión de pastel “¡Feliz cumpleaños, mi Changminnie!”
Al mirar la mesita encontré varias cajitas y bolsas de regalo. Las conté con la mirada y luego lo miré a él, alzando una ceja. Sabía que quería hacerme feliz, hacerme más llevadera la vida, sobre todo esta fecha…pero… aún me era difícil. Tragué saliva, carraspeé y me senté a su lado.
-¿Por qué tantos regalos? ¿Y cómo los pagaste? No te mides…
-¿Hm? – Me pasó un brazo por los hombros, - porque quería hacer algo especial por tu cumpleaños. Abre el que quieras primero, los demás podemos guardarlos para otro año y otro día…
-Yoochun, te he dicho que no malgastes el dinero en cosas inútiles… - repliqué, contrariado. No me dejó terminar la frase:
-¡No son inútiles!
Lo miré con sorpresa mientras agarraba una de las cajitas y me la tendía.
-Son especiales, para que sepas que no estás solo. Que aunque nuestros trabajos nos consuman, o nos consuman nuestros más viles sentimientos, estamos cerca el uno del otro.
Abrió la cajita, mostrándome su contenido. Era una placa que leía el kanji “Luz”.
-Este es el primero que compré. Observa…
Sacó la placa de la cajita y la separó con sus manos, mostrando que era una placa doble, que se dividía en dos partes perfectas, dividiendo también el kanji. Cada parte tenía su propia cadena. Se colgó la suya y me colgó la otra a mí.
-Es discreta y no es evidente, pero así te recordará que debes buscar siempre la luz…y te recordará a mí también.

***
Discreto y no evidente… así había sido Yoochun desde que llegó a mi vida. Agh… apenas puedo pensar con estas cadenas apretando mi cuerpo…

***
No pude más. Apreté el colgante en mi mano, haciéndome sangrar un poco y lo abracé. Yoochun sonrió, estrechándome.
-Feliz cumpleaños, Changmin…
-Gracias. Perdona mi primera reacción…fue…sin querer…
-Lo sé.
Nos besamos, cada segundo más apasionados. Era inevitable no dejarse llevar por sus besos hasta la cama.
-El primer beso de Changmin de 26 años, -murmuró en mi mejilla.
-Idiota…no me hagas sentir más viejo y sigue besándome.
-Vamos a tu habitación…quiero amarte toda la noche…
No podía resistírmele. Era adicto a él, era parte de él y él de mí. Éramos de nosotros.
……
………
……………
-¿Puedo?
-¿Eh?
Me le acerqué, pegando mi cuerpo al suyo.
-Yo también quiero hacértelo… ¿puedo?
Besó mis labios.
-Por supuesto que puedes.

***
Llegó el día… ¿cuándo? ¿O más bien, cuánto tiempo llevo ya aquí, encerrado?
Yoochun ah…. ¿dónde estás? ¡Vuelve a ayudarme, bastardo!
Llegaste a rescatarme del abismo…no me abandones ahora… ¿por qué me abandonó?

***
-Basado en las habilidades del asesino, en su patrón, he podido descifrar su modus operandi.
-¿Ah?
Yoochun había llegado muy entusiasta ese día. Dejó el portafolio, la chamarra, todo aventado sobre la mesa de la entrada y había corrido hasta la habitación de Changmin.
-¿Qué decías?, - le preguntó, levantándose del escritorio y acercándose a él.
- Los muertos a veces dicen más que los vivos. Incluso, tras analizar a otras víctimas...puedo dar un posible sitio donde ha de ocultarse...u ocultar a su siguiente presa.
Changmin apuró el vasito de soju.
- Llévame. Quiero despedazarlo...quiero arrancarle los ojos y la vida a ese bastardo.
-Vamos. Ésta noche lo atraparemos. Juntos.

Caminaron apresurados por las calles en penumbra de Seúl, hasta alcanzar los barrios más vividos y usados, donde todo menos la castidad había dejado su huella. El silencio era apenas roto por algún chirrido de metal o madera, seguramente alguna puerta. Yoochun giró a un callejón y Changmin lo siguió. Yoochun desenfundó una pistola, se la dio a Changmin y sacó otra.
-¿Es aquí? - murmuró Min, sintiendo el metal en su mano.
-No, pero estamos cerca... prepárate...-le respondió en voz baja.
Subieron unas escaleras de metal y se escurrieron por un estrecho pasillo oscuro. Bajaron otras escaleras y Yoochun continuó unos pasos. Changmin lo siguió cuando, de la nada, sintió un fuerte golpe cruzarle la cara. De inmediato sintió ardor, luego frío, y quedó semi inconsciente. Pero sintió que era arrastrado y luego arrojado. Alguien tiró de sus brazos tras su espalda y los ató. Luego el silencio....
.......
.........
............
Lo despertó la sensación de algo frío en su oreja, Abrió los ojos y se encontró con un cañón de pistola

***
Desperté aturdido. La mitad de mi cara me ardía. Algo me había golpeado…. Pero, ¿qué? No puedo recordar nada desde que entramos a ese lugar…todo estaba oscuro…de proo Yoochun…fue como un relámpago… ¿Acaso él...me golpeó? No había nadie más ahí… no se veía nada ni se escuchaba nada….debió ser alguien más, alguien nos emboscó…eso…
 Ahora… ¿dónde estaba yo? Una jaula… intenté moverme pero mis brazos y pies estaban sujetos. Volteé hacia mi derecha y sentí algo frío contra mi oreja. Una pistola. Alguien me estaba amenazando con una. Tragué saliva.  Sobre mi cabeza empecé a escuchar respiraciones pesadas y un hedor a alcohol, tabaco y otras sustancias llenó de golpe mi nariz cuando respiré por primera vez para recuperar la conciencia del todo. Volteé hacia arriba lentamente. Máscaras. Negras, blancas…no podía distinguir un solo rostro.
-Miren lo que el Señor nos ha dejado aquí como muestra de su afecto… - dijo la voz detrás de la pistola que me apuntaba. Luego empujó mi cabeza hacia abajo con su cañón.
-Deberíamos empezar su fiesta de bienvenida… - dijo otra voz. El sujeto con la pistola entonces me pateó contra el suelo. De inmediato todos los demás tipos que me rodeaban se unieron a patearme. Sentí punzadas de dolor en mi estómago, mis hombros, mis piernas, mi espalda…
-Álcenle el vestido, - dijo otro con una voz profunda y siniestra. ¿Vestido? Apenas notaba que no llevaba mi ropa puesta, sino un vestido…blanco…suave… ¡Ah! Cortaron las mangas para bajármelo…y de paso me hirieron en los brazos con la misma navaja que usaron. Hicieron lo mismo para alzarme la falda y bajarme lo que sea que llevaba de ropa interior.

***
Los enmascarados abusaron de Changmin en todas las maneras físicas que eso era posible.
Mientras cuatro de ellos lo sujetaban firmemente contra el suelo, otro de ellos le introducía su miembro en la boca, sacándolo sólo cuando las mejillas de su víctima estaban empezando a teñirse de un rojo mortal. Luego lo elevaron con cadenas, dejándolo suspendido en el aire y repitieron la operación, empujándole muchos a la vez sus excitaciones, mientras Changmin luchaba por sobrevivir a la presión que sentía en su cabeza al estar colgado con ella hacia abajo. Lo golpearon de nuevo. Lo pusieron a gatas y uno de ellos lo sodomizó con una de sus armas. Luego le introdujo su virilidad, haciéndolo sangrar. Después lo invadió otro y otro. Le mordieron el cuello, la mejilla…
-¿Qué tal se siente? ¿Duele? ¿Lo disfrutas? Ah…qué rico…
Lo pusieron boca arriba y le doblaron las largas piernas sobre su cabeza. La rasgada falda del vestido le cubría el rostro así que no pudo ver cómo lo mordían en sus muslos. Luego les pareció divertido intentar asfixiarlo con la propia falda mientras volvían a penetrarlo sin clemencia.
Llegó un espacio de paz y silencio en que quién sabe a dónde se fueron esos sujetos. En el interior, Changmin no podía dejar de sentir dolor en todos lados, aunque ya no lo estaban agrediendo. Y sangraba por todos lados.
Volvieron dos de ellos. Lo golpearon para espabilarlo y lo invadieron a dúo, uno debajo de él y el otro encima, apretando su cuello y sus nalgas. Con lágrimas condensadas sobre sus ojos, apenas podía distinguir nada más que el dolor, el silencio, la soledad, el abandono…

El colgante de Luz que Yoochun le había regalado cayó al suelo en algún momento, mientras su cadena al reventarse le había dejado una horrenda marca en el cuello a Changmin. Ninguno de sus abusadores notó siquiera el destello metálico de la medalla antes de ser pisoteada y quedar sepultada entre trozos de seda, sangre, polvo y otras sustancias.

***
Vuelvo a los días irracionales de mi vida. Las espinas de la agonía son sofocantes. Me pregunto... cuanto tardaran en llegar a mi corazón? La muerte...Aterra, hiere...pero sobre todo... aísla...
Rogué a Dios por ayuda, por alguien que me ayudara a resolver el asesinato de EunHa y a vengarla… y en lugar de eso me había enviado un demonio a destruirme. A quebrar mi existencia. A deshebrar y deshilachar poco a poco cada parte de mi razón, de mi alma, así como este vestido estaba deshilachándose y cortándome…
No importa ya el pecado, si no queda nada en tu interior.
Se abrió la puerta, oculta en algún lado de las sombras. Escuché los pasos conocidos de Yoochun.
-¿Yoochun? ¡Yoochun!
Caminó hacia mí, lentamente. Yo podía distinguirlo apenas, de reojo.
-Grité por ti, rasgando fuera de mi pecho mi debatido corazón.... ¡Y tú me abandonaste aquí, a merced de esos hijos de puta! - le espeté cuando lo entreví en la cercanía, alzando mi cabeza, - ¡Respóndeme! ¡¿Por qué me dejaste?!
Sacó de su  bolsillo una llave, abrió la reja de la jaula y entró.
-Veo que te han tratado bien. Tu trasero destella de carmesí y se nota desde aquí.
No podía creerlo... ¿sabía todo lo que me habían hecho? ¿¡Y por qué hablaba así ahora de mí, de mi intimidad?! Parecía otra persona…tan distinta al Park Yoochun que había vivido conmigo, que había comido y bebido lo mismo que yo, que había dormido a mi lado…que…me había desvelado placer increíble…

***
Changmin estaba recostado, atado tal como se lo habían dejado a esos sujetos. Llevaba puesto el vestido blanco, algo  percudido, arremolinado sobre sus rodillas. Así pude ver que su trasero ya había sido  domado. Yo ya lo había poseído, pero nunca en este estado…la idea me fascinaba…
Tenía incluso mordidas en el muslo y en una nalga. Cuando me vio cerca se intento alejar, arrastrándose como un gusano. Con toda calma caminé hasta él  y le pise sobre su retaguardia,  presionándolo contra el suelo. Se quejó y de su interior salió algo de líquido oscuro. Me senté sobre él, presionando su espala con mi peso. Lo  habían entrenado y fustigado tanto que apenas y luchaba. Y aunque se quejaba, me gustaba. Me gustaban las perras dóciles, castradas o no. Tomé un dildo, grande, que habían dejado ahí olvidado, y se lo introduje. Volvió a quejarse y en respuesta se lo empujé más adentro. Luego se lo saque y trate de metérselo de reversa, solo por variar. Apenas y entro unos centímetros. Ah, esto me  estaba dando ganas de más y más...
A cambio de tu temblorosa alma…Dios me dejará satisfacer un último deseo contigo. 
Crear Luz para luego quebrarla… era un experimento que desde hacía años había querido intentar, y que oh, cómo estaba disfrutando ahora.
Esta noche, amar o morir. En un lecho que aún huele a sangre fresca de un muerto. Enredados en una rica tragedia… nuestro juego prohibido… como si no fuéramos a vernos de nuevo… y probablemente no volvamos a vernos.  Las manchas negras cubren y destruyen la luz. Ah…sí…sí, ésta sensación…
Vamos a tallar el final, juntos, Changmin…MI Changmin…

***
Me puso contra las barras de la jaula, me ató las manos con lo que quedaba de mis guantes, juntas. Me ató los tobillos con lo que quedaba de las calcetas. Escuché el sonido de su cierre. Y me penetró con fuerza, sin estar siquiera lo suficientemente excitado como para invadirme, abusando de  mi ya muy herida intimidad dilatada a la fuerza. El dolor era aún más grande al sentirlo crecer y engordar con cada embestida. Mi cuerpo era incrustado contra las barras, torciendo mis miembros atados, torturados por la seda rasgada y por tantas heridas. No sabía ya por cuántos lugares más sangraban mi cuerpo. Me sujetó del cabello y tiró de mi cabeza hacia atrás. Mordió mi cuello y luego lamio hasta mis labios, mi mejilla, mi oreja. La mordió, arrancándome un fuerte quejido, y susurró contra la sangre que cubría mi tímpano y mi cuello:
-Por cierto…el vestido que llevas…es el vestido de novia de tu mujer. El que llevaba cuando la encontraron muerta. Se veía divina con él puesto, incluso cuando empezó a mancharlo de rojo…
Su risa. Su miembro. Sus dientes. Su piel blanca manchándose de rojo igual que el resto del vestido. Igual que mi carne. Igual que mi mente. Ni siquiera el odio y la venganza resisten, destiñéndose en negro…
-Tú...fuiste tú...el asesino de Busan...de Daegu...aaah....y de mi...de mi...mi…
Me embistió con todas sus fuerzas, como si con eso quisiera partirme en dos...
- Un secreto de supervivencia en un mundo impuro y cruel. Ahora me ves, ya no me escuchas, me sientes, quizás no soy real. Yo puedo incluso bajar la Luna de un solo disparo, - me murmuró. O creo que ésas fueron sus palabras. Ya…no puedo…he estado cayendo en el vacío lo que me parece una eternidad… ¿cómo es que sigo vivo?
...si he de morir así...solo...y ya lo sabía... ¿por qué he de llorar...?
…luego….oscuridad…

FIN

10 Comentarios:

  1. Anónimo10/31/2012

    OMG...............
    la historia me dejo impactada hasta me senti llorar cuando Changmin......... T.T
    Esta buenisimo!!!!!

    ResponderEliminar
  2. hay x dios, no m canso d decirlo AEMIN eres increible, y pensar q esa niña dulce agradable escribio esto wow ME PONGO DE PIE bravo

    ResponderEliminar
  3. WAAAH ESTUVO TAN BUENAAA!! felicidadeees! esa risa.. es de LIGHT de DETAH NOTE :3 waah quedo genial n_n'

    ResponderEliminar
  4. Anónimo11/02/2012

    quiero descargarme el audio...... alguien me hace el favor???? es que me encanta
    att: aono

    ResponderEliminar
  5. T-T waaaaa senti feo cuando encontro a su esposa con el bebé afuera T-T te juro que quiero llorar estubo muy bueno T-T

    ResponderEliminar
  6. Descargar el audio o.o? Pues en ese programa no se como funcione pero siendo mio, te lo puedo dar, aono n.n gracias x sus felicitaciones chicas

    ResponderEliminar
  7. wow *la alaba* eres mi diosa AEMIN felicitaciones chukaheyo!! esta demasiado enganchadora la historia, me encanta la pareja es buenísima. Desde un primer momento sospeché de yoochun como el asesino, pero luego cambié de opinión jeje él es demasiado confiable ¿no? pero después BOOM es un sádico y retorcido asesino. sinceramente lo amé *la aplaude*

    ResponderEliminar
  8. ese desgraciado infeliz como te odio chunnie porque tenias que dejar a min a merced de los locos

    mi amor fue devorado completamente por la oscuridad una oscuridad el cual el mismo invito a pasar por dios cuanto me gustaria que min se pudeira vengar en la otra vida (jajaj ya estoy desvariendo) pero ya que

    solo me queda felicitarte AEMIN tus historias son hermosas de verdad que llore con tu final

    pobre de mi min

    ResponderEliminar
  9. Anónimo10/19/2014

    WOW! Simplemente eso <3

    ResponderEliminar
  10. Mujer¡¡¡¡ Dendonde sacaste esto???? Yo no tengo palabras para sescribir las emociones... Te soy sincera, desde el inicio tuve miedo de que mi Chunnie resultara ser el asecino. miedo de inaginarlo capas de todo eso. Y luego, no tienes idea de la sensacuin en mi pecho cuando Changmin describe la manera en que encontro a su esposa, y te juro fuiste capas de sacarme un "Por Favor Dios que no haya sido mi Yoochun" ya lo intuia pero en verdad que sentí mucho dolor de pensar en el pobre Changmin y su corazón burlado y ultrajado de tal manera. Y sabes que es lo peor??? Que no hay forma en que pueda odiar a Yoochun incluso se que amaría su mente psicipata y enferma por que ame todo de él aquí TODO, incluso al final quise y rogue por que llorara y el diera un te amo a Changmin, no para espiarlo de sus culpas. Sino por que esperaba que se enamorara verdaderamente en medio de su locura, que le doliera su amor y quería que ChangMin tuviera la venganza que tanto meresia, y que mejor venganza a tales alturas que haber matado en todo sentido al amor de tu vida a poco de haderlo reconocido. DIOOOOS QUE HISTORIA. ME HAS HECHO LLORAR. ES INCREIBLE¡¡¡

    ResponderEliminar

Deja tu comentario \(*O*)/ ♥ ♥
o más bien... deja tus pensamientos pervertidos grabados en esta entrada XD