Favores que se cobran con favores
Alguna vez la humillación cubrió su cuerpo.
Si fue así, él ya no lo recuerda, su mente añeja recuerdos de otros tiempos. Y momentos que no lo hagan sentir tan ridiculizado ni tan bajamente derrotado.
—Entenderán que por tanto, debo suspenderlo. Sus actos poco morales a escondidas de todos, mientras se realizaba uno de los eventos más importantes para todos, no puede pasar desapercibido.
Su madre se movió incomoda, y Jaejoong solo desvió la mirada.
—Jaejoong se portó inadecuadamente, pero no estuvo solo.
—Mientras el joven Kim no nos diga el nombre de su acompañante, lamentablemente no puedo hacer nada más.
Sintió esa mirada profunda. Obtusa y retadora de su madre.
—Jaejoong, ¿no piensas decir algo?
—Solo yo salí en el video. No quiero a nadie más involucrado en esto.
—¡¿Ni siquiera dejas entrever la posibilidad de que los hayan grabado y expuesto sin que lo supieran?!
—Madre, basta. Admítelo tienes un hijo promiscuo. Y si, me vas a tener que soportar en casa por un par de semanas.
El sonido secó de la bofetada llegó con fuerza, virándole el rostro agresivamente, y el director, detrás de su asiento. Solo carraspeó un poco, la tensión viviente y el silencio fue demasiado, optando bajar la mirada e ignorar que aquello había sucedido.
—Entonces no hay nada más que hablar. Te pido Jaejoong que recapacites tus actos, cuidar tus acciones. Y comportarte de manera adecuada. No podrás volver hasta dentro de dos semanas, y te recomiendo que no desperdicies el tiempo, por que los finales se acercan.
Jaejoong apretó sus puños, con un extraño dolor en el estómago ante el gesto de su madre que había sido fácilmente ignorado. Pero dolía más, esa extraña y casi nula reacción de odio o rencor. Solo un vacío que se había apoderado de él, tan seco y asfixiante que ni siquiera sabia a derrota.
…
…
Los primeros días fueron un horror.
Su madre se la pasaba reprochándole por su comportamiento, por que estarían hablando de él en el instituto. A él ni siquiera le importaba, ¿por qué entonces su madre lucía más apesadumbrada que él con eso?
Oh, tantos ideas estúpidos que el solo se la pasaba en casa, aburrido y desconectado del mundo, prefería con contestar el celular ni navegar en internet. Fingir que estaba castigado con eso también, solo para no tener que dar explicaciones y pensar en algo bueno.
Yunho era su maldito talón de Aquiles, y el estúpido le había ganado.
Su estomago ardía en furia, al recordar lo estúpido que fue, por confiar y cerrar los ojos.
No sabía si vengarse o no, no sabía que hacer realmente.
Esa mañana, cuando se asomó en la ventana de su habitación, sus ojos, como si lo buscaran, enfocaron directamente a Jung, bajando de su auto. Sonriente y seguro en sus pasos. Tocando la puerta de la casa de Namin.
Y su malestar se acentuó.
Ella salió sonriente, desesperantemente radiante. No tan tímida como antes, y apretó sus puños nuevamente. Envuelto por un aura insignificante de odio y deseo, que principalmente iban dirigidos hacía si mismo por haberlos reunido en primer lugar.
—Madre, voy a salir.
Ya había tomado su abrigo cuando la mujer salió de la cocina, con el entrecejo arrugado y su voz tan firme, que logró incluso detenerlo.
—Tú no vas a ningún lado, estas castigado.
—Solo voy…
—¡Y un carajo, Jaejoong! ¡NO SALES! Y no quiero discutirlo más.
Ella estaba enojada, aún, a pesar de que ya habían pasado un par de días. Escuchó un carro encendiéndose y corrió a la ventana y observó el auto de Yunho alejarse, con la idiota de Namin dentro.
Los celos, malditos celos que empezaban a atormentarlo.
Pensando seriamente que debió hacer algo más que empujar a esa insulsa por las escaleras.
…
…
—No había necesidad de invitarme a salir, Oppa.
—Te lo debía, además quería verte.
Namin sonrió, asintiendo con tranquilidad, observando curiosa el moderno carro en el que se encontraba.
—¿Namin has tenido novio?
La pregunta la hizo sonrojarse, y que su cerebro trabajara velozmente. Yunho tenía una sonrisa victoriosa en los labios, envidiable. Pero a más de eso, tenía el nombre de Jaejoong tatuado en la frente, como si deseara destruirlo para evitar confrontar lo que sentía.
Y ella no era tonta, no señor. ¿Cuántas oportunidades habían de que un hombre como Jung Yunho la invitara a salir, se le acercara e incluso le insinuara algo más allá de una amistad?
Namin no era tonta, claro que no.
Jaejoong le debía una muy grande, y gracias a Kim, ella había aprendido que ser buena persona no la lleva a ningún lado, que favores sin beneficios no servían, pero sobre todo, que cuando te lastiman, hay que lastimar el doble.
Una sonrisa tímida en sus labios y comprendió que a Yunho le beneficiaba, una novia tímida, linda y agradable.
—No Oppa, yo siempre he sido el patito feo entre mis amigos…
…
…
“Actúas como si no tuvieras amor,
Y del mismo modo, pretendes que yo me vaya sin él.”
Oh si!! Venganza! Dulce venganza!!! Muajajs!!! Yunho y namin figthing!!!
ResponderEliminarCastigado y sin poder hacr nada, pobre.
ResponderEliminarGracias!!!