De cuando los sentimientos quedan guardados en una caja de cristal.
—Jaejoong…
Si no fuera el momento, aquella voz dulce y aplacada habría ablandado su corazón. Entonces una sonrisa se hubiera posado en sus labios e incluso hubiera tomado las manos de su madre. Pero no ahora, ahora solo deseaba poder seguir contemplando por la ventana. Atento a cualquier movimiento fuera de ella.
Quizá por eso, mientras escuchó los pasos de su madre, únicamente ladeó un poco el rostro.
—¿No piensas salir?— Esta vez, ella había llegado a su lado, con la mirada preocupada y sus manos juntas. –Es tu graduación, e incluso no quisiste siquiera una fiesta o algo… ¿En verdad no vas a salir con nadie?
Pero como respuesta, primeramente Jaejoong masajeó su sien. Y luego suspiró.
—No quiero nada, madre. Por favor déjame en paz.
Unos minutos después, a pesar de lo tarde que era. De la lluvia ligera y sus ojos atentos. Se volvió a quedar solo, contemplando desde su ventana el lugar por el que Namin llegara. Atormentándose cada que contemplaba la hora y era cada vez más noche.
Sabía que estaba con ella, se habían ido juntos. Y Namin aún no llegaba.
Estaba con ella, sin darle opción a él de explicarle.
…
…
Lo comprendió tarde.
El juego se había salido de las manos y le había provocado pesadillas, era más bien un juego de orgullo. Una mentira saldada que dolía menos si se trataba de continuar sin la intención de tratar de recuperar algo que ya estaba perdido desde un inicio.
Quizá fue su error, tal vez el de Yunho. En verdad ya no importaba.
Y Jaejoong solo se había cansado.
Eran las nueve de la mañana cuando finalmente el auto de Jung hizo aparición por una de las esquinas de la cuadra, ella venía con el cabello recogido, él con la camisa blanca y su pantalón negro del día anterior.
Ella sonrió, él la besó. Y todo parecía alejarse y perpetuarse en un instante lejano e intocable. Uno en el que él no cabía y uno que ellos ya habían formado. Uno en el que era más fácil para Yunho hacerlo un lado y fingirse ofendido y dolido.
Jaejoong lo comprendía ahora, la presencia de Yoona y el sentirse traicionado había sido la excusa perfecta para Yunho, la excusa ideal para quedarse junto a Namin y tener su vida normal y sin complicaciones.
Era un cobarde, Yunho solo seguía siendo cobarde.
Pensó en reprochárselo, en echárselo en cara y gritar. En golpearlo y hacerle entender que al final de su historia solo iba a terminar lastimado y lastimando. Que no le importaba, nada ni nadie. Ni siquiera él.
Pero Jaejoong esta vez apretó los puños y respiró profundo. No importaba, dejaría que Yunho hiciera lo que quisiera con su vida, que se quedara junto a Namin, que formaran una familia y fueran ‘felices’ él ya no iba a intervenir más. Que su alma se apagara en la cotidianeidad a Jaejoong no le importaba. No le iba a importar más.
¿Que importaba?
Era joven, tenía años por delante. Tenía la vida, el futuro por delante. Un amor, no iba a destrozarle el futuro ni las ganas de vivir, no iba a quitarle ni enfocar sus perspectivas en él, ya perdió el tiempo suficiente. No importaba. No importaba más.
Cuando el auto arrancó, sin una sola mirada furtiva a su casa.
Jaejoong cerró los ojos. Que Yunho se hundiera en su mundo. Más tarde se iba a arrepentir, y él no iba a estar para disfrutarlo. Aún así… Solo hoy, iba a encerrarse en su habitación antes de seguir con su vida como era antes, con un ligero tinte de madurez en la pintura de su vida.
…
…
—¿Estás diciendo que quieres terminar conmigo?
Si asentía con cuidado, podía tomar las manos de Yoona y fingir que el dolor no era tan intenso. Podía verla a los ojos y tratar de mostrar un poco de empatía, a pesar de que ella lo mirara de esa forma, siendo una adulta, como si el mundo se le acabara ahí mismo.
—Siento que no podremos congeniar adecuadamente.
—Pero…
—Soy gay.
Cayó como un golpe directo, como si las reacciones de Yoona sencillamente se hubieran paralizado e incluso la tristeza se marchara. Habían tantas excusas, tantos dolores, tantas cosas que caían por su propio peso.
Y Yoona continuó así por un rato más, con sus ojos abiertos y la mirada sorprendida. Como si de repente no hubiera escuchado bien. Entonces un suspiro salió de sus labios y su entendimiento se redujo a un débil ‘Oh…’ que salió en un suspiró mientras miraba sus manos unidas y las apretaba ligeramente.
—Nunca quise hacerte daño.
Ella asintió, y Jaejoong esperó que reaccionara de alguna forma, pero su mirada continuaba posada sobre sus manos. Hubo otro suspiro, ese rostro hermoso que pronto se mostró acentuado por la compresión.
—Supongo que no puedo luchar contra eso…
Seguía hablando en voz baja. Jaejoong apretó sus manos un poco más. Y suspiró.
Yoona era realmente hermosa, comprensiva y divertida. Entendía por que Yunho se había enamorado tan alocadamente. Por que le había dolido tanto el rompimiento.
Colocó una mano sobre el cabello suave de ella y sonrió.
—Eres hermosa, sé que encontrarás a alguien mejor.
Sonaba aburrido y sin embargo fue más sincero que varias veces en su vida, ella solo sonrió y asintió. Cuando ella sonrió, aunque sea un poco, Jaejoong se pudo sentir un poco más tranquilo.
…
…
—¿Cine entonces?
—Si, me encantaría.
Namin sonrió, tomada de su mano, sus dedos entrelazados y esa brillante sonrisa en el rostro. Yunho sabía que Goongsu los esperaba en el cine con una bella muchacha que había aceptado salir con él. Aunque Yunho no notara a su amigo realmente interesado en la rubia de la que le había hablado, pero suponía que Goongsu se enamoraría en el camino.
Namin llevaba esa hermosa bufanda en el cuello, aquella que él le había comprado hace unas semanas. Pasos prontos a la universidad, como si de pronto se hubieran convertido todos en adultos y la vida fuera yendo un poco más lento y pausadamente.
No importaba lo cerca que la sombra de Jaejoong lo perseguía, Yunho había creado un escudo alrededor de Namin para que su imagen proyectada doliera un poco más. Para que sus heridas sanaran adecuadamente y entonces pudiera respirar hondo y fingir que su vida no iba tan mal. Mentira que de a poco se hacía real. Empezaba a estabilizarse y las sonrisas de Namin empezaban a calmar sus pesadillas.
Caminaba por esa avenida repleta de negocios y personas, de clima templado y venta comercial por todas partes, de cafeterías y parejas. Como aquella sentada a varios metros de ellos, tomados de la mano. Ella con su perfil refinado y elegante. Él con su expresión altiva y sonriente. Como si estuvieran hechos para ser vistos juntos.
Yunho ignoraba la razón por la que estaban ahí, por la que seguían juntos. Había aprendido a no pronunciar el nombre de Jaejoong para olvidar más pronto.
—¿Yunho?
Sintió el jalón de Namin a unos centímetros de él, sus ojos lo miraban con expectación y él sonrió. No pasaba nada. Todo estaba bien. Jaejoong tenía que empezar a serle indiferente, Jaejoong y su vida, Jaejoong y sus relación. Todo en Jaejoong en algún momento dejaría de ser amor.
—¿Sucede algo?
—No.— Apretó la mano de Namin y sonrió. –Solo me distraje. Vamos que Goongsu y su amiga nos deben estar esperando.
Ella asintió, caminando entre la gente y Yunho solo miró una última vez, su cabello moviéndose un poco por el viento y la imagen de Yoona y Jaejoong quedándose atrás, perdiéndose entre la gente y ese anhelo mudo que luchaba por no morir. Yunho cerró los ojos una vez más, apretó la mano de Namin y decidió darle la espalda una vez más.
Seguir sus pasos y olvidar.
…
…
Solía odiarte por que estaba solo, por que al final de cada día tu imagen daba vueltas en mi cabeza y me perdía.
Supongo que es por eso que mi corazón solo te conoce a ti. Así que retrocede, aún no puedes acercarte a mi.
…
…
..:: Fin ::..
plop... osea el yunho por idiota perdio un amor verdadero ..y siempre vivirá preguntando el que hubiese sido si las cosas fueran distintas..además de vivir oculto en el closet..
ResponderEliminaren cambio jae tuvo mas coraje para enfrentar las cosas..y intentar rehacer su vida sin mentiras de por medio y con todo el orgullo y valor que lo caracteriza..
OH YUNHO TE CONFORMASTE,Y PERDISTE EL AMOR DE TU VIDA,SIEMPRE VAS A TENER ESA CARA DE TRISTEZA JAE VA A ENCONTRAR NUEVAMENTE EL AMOR,DEBIDO A QUE EL SIEMPRE SUPO QUIEN ES Y QUE QUIERE.Y TIENE EL VALOR PARA ENFRENTARLO........GRACIAS
ResponderEliminarHay Yunho tus miedos te vencieron y perdiste al amor verdadero y lloraras por ello
ResponderEliminarGracias por compartirlo!!!
yunho es tan patetico, más un idiota miedoso de todo! hasta jae tuvo más puesto los pantalones que él
ResponderEliminarNo esperaba un final así, pero tengo que decir que apoyo a Yunho en esta historia, algunas veces los personajes hacen mucha mierda y sin importar que, obtienen su “final feliz” pero en esta historia no, todo fue según a consecuencia de los actos. Me gustó mucho eso.
ResponderEliminarNunca tuve la necesidad de salir de un armario ni nada pero es evidente que Jaejoong no era el puntapié indicado para dar ese gigante paso y comenzar esas duras luchas, sin importar si era el “amor verdadero” o no.
PD/: sé que es muuuuuy tarde, pero me gustaría leer más de la escritora de esta historia, si alguien sabe <3