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Arualthings

Se Solicita Novio - Cap. 18

Insoportable.


Para cuando JunSu hubiera dejado sus zapatos atrás, seguido por la camisa y su chaleco. Entonces había comprendido también que muchas veces las cosas no funcionan como uno desea. En realidad, en la vida real, en esta que a él le ha tocado vivir, las cosas no siempre funcionan como uno espera.



YunHo había sido claro, más de lo que hubiera esperado. Que sí, le atraía y sentía muchas cosas por él, pero que al mismo tiempo su confesión le había hecho recordar que tiene muchos asuntos pendientes en su vida, los cual primero y antes que nada debía solucionar.



YunHo no lo había mencionado, y JunSu había preferido no sacarlo en la conversación, pero el nombre de Kim JaeJoong se repetía constantemente en la mente de ambos, JaeJoong después de todo era el prometido oficial de Jung.



Pocas cosas había visto en la mirada de YunHo, pocas que le indicaran un futuro seguro, JunSu miró entre la oscuridad del apartamento como la luz de la noche se colaba por entre el balcón y las ventanas. No entendía todavía por que seguía con el collar en su cuello.



Debió habérselo entregado a YunHo durante la cena, era el momento ideal. Y aún así no se había atrevido, entre un ir y venir que no terminaba de comprender, el dichoso collar que Mir le había dado para entregar a la persona que amara, seguía en su cuello.





—Un momento… ¿Por qué están las luces apagadas?



JunSu no demoró demasiado en recorrer con lo ojos por el completo el departamento. Encendió las luces y supuso que Mir estaría dormido, pero él jamás dejaba las luces apagadas mientras él no estuviera.



—Mir…



Golpeó un par de veces la puerta del muchacho y al no recibir respuesta decidió abrirla con lentitud, el cuarto de Mir estaba también a oscuras. ¿Desde que hora puede haber salido que todo estaba apagado?



Cerró la puerta y mordió su labio inferior, se sentía incómodo con el hecho de que Mir ahora le diera por desaparecerse como si nada sin decirle una sola palabra de por medio. Entre Mir y YunHo terminarían por volverlo loco.



—Pero… ¿Dónde pudo haber ido?





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De acuerdo, ir a la galería no había sido buena idea.



Dejó la copa con champagne sobre una de las mesas de catering e intentó caminar lo más rápido que pudo hacía la salida, ir por su abrigo y salir de ahí cuanto antes. No necesitaba ver ni cruzar palabras con Siwon, en especial cuando él ya lo había identificado.



—HeeChul…



Siwon había aparecido de la nada entre el montón de gente, sosteniendo su brazo y mirándolo como si tuviera demasiadas palabras atoradas en la garganta.



—Ya… Estaba de salida, yo…



Siwon negó con la cabeza y decidió soltarlo. –Por favor, Chul. Tenemos que hablar y lo sabes. Ya no huyas.

—No hablamos años atrás, ya no tiene sentido hablar ahora.



HeeChul colocó un mechón tras su cabello, esperando que Siwon entendiera.



—¡Pero yo quiero que hablemos!



Un suspiro abandonó los labios de HeeChul. Se mostró resignado y en el primero en que pensó fue en YunHo, en que quería ir y consultarle que hacer. Pero de inmediato pensó en que ya estaba lo suficientemente grandecito como para manejar sus problemas solos.



—Un café. ¿Tienes tiempo?



Siwon ladeó un poco su cabeza. –Estoy a cargo de la galería, pero…— La cabeza de Siwon giró hacia el lugar y luego de un rato suspiró, dándole una sonrisa a Kim. —…Creo que puedo hacer una excepción.



HeeChul respiró profundo, tenía mucho miedo de enfrentar a su nueva realidad.





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YooChun tomó su octavo trago de vodka en la noche.



—¿Qué es eso?

—Arte pictórica.

—Genial… No recuerdo nada de eso, gracias a que siempre me quedaba dormido cuando mi profesor daba la clase de arte en la secundaria.



Rain rió un poco. —¿Debo recordarte que soy tu profesor y eso no habla muy bien de ti?— ChangMin se permitió reír un poco también.

—Tal vez sería bueno que obviara mi comentario de hace cinco segundos.



YooChun rodó los ojos cuando los vio reír a ambos. ¿Qué tenía de divertida esa parca conversación sin sentido? Bebió un poco más y el sabor empezaba a nublar sus sentidos, por suerte no demasiado.



Rain ahora señalaba uno de los cuadros, pasando un brazo sobre los hombros de ChangMin y el menor parecía no incomodarse con aquello mientras veía el cuadro señalado por Rain. Park enarcó una ceja, claro el contacto de Rain no le molestaba.



Pero cuando él tocaba a Shim, el muchacho parecía querer huir de su lado.



—Oh, ¿Qué es eso?

—¿Dónde?

—Esa estatua, ven.



ChangMin tomó por el brazo a Rain y comenzó a jalarlo hacía el lado este de la galería, YooChun apretó con fuerza el vaso en sus manos y decidió permanecer a una prudente distancia.



¿Cómo no había notado antes que esos dos se tenían tanta confianza?





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JaeJoong dejó los zapatos a un lado y se lanzó sobre la cama boca abajo.



Por lo general durante las fiestas, solía quedarse hasta el final, pero se había sentido demasiado aburrido con facilidad, entre las sonrisas, las copas de champagne costoso, de bebida extranjera y de miradas falsas.



Antes era parte de esas miradas, de saludar a todo el mundo y de fingir que les agradaba, antes fingiendo era mucho más feliz. Si YunHo hubiera estado entonces cuando menos no se hubiera aburrido tanto.



Ahora que lo pensaba, era esa quizá la razón por la cual Jung no asistía con frecuencia a ese tipo de eventos, Jung de algún modo no podía ser un hipócrita que fingía alegrarse de ver a gente que no conocía o con la cual ni siquiera congeniaba.



Decidió girar, y ver el techo de su habitación. Suspiró con tranquilidad y decidió no pensar en el hecho de que YunHo muy probablemente estaba con JunSu en algún restaurante, demostrándole a todo el mundo lo bien que se llevaban.



Pocas cosas en su vida, lo deprimían.



Y Yunho de un tiempo acá era un factor eje de que aquello sucediera.





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ChangMin emitió un bostezo de sus labios, YooChun se alegró.



Por que eso indicaba que Shim se empezaba a cansar y que por tanto estaría dentro de menos de una hora en su casa, Rain pareció notarlo y sonrió. —¿Cansado?

—Un poco, ha sido un largo día.



A YooChun le vino de pronto a la mente que la vez anterior que él había llevado a ChangMin a su casa, la situación había terminado con él y ChangMin en medio de las sabanas de su cama perdidos por completo de lo que hacían.



El estómago se le revolvió a YooChun y arrugó el entrecejo antes de beber lo poco que quedaba en el vaso. No lo iba a permitir, como que se llamaba Park YooChun que no iba a permitir que ChangMin repitiera lo mismo con Rain.



Maldito niño del demonio que parecía alborotarle los sentidos.



ChangMin pareció asentir a algo que YooChun ya no escuchó por estar concentrado entre sus pensamientos y recuerdos y siguió a los dos que continuaron conversando animadamente hasta el garaje de la galería.



No lo permitiría, así tuviera que intervenir y quedar como un verdadero estúpido, Shim ChangMin no se metería en la cama de nadie más.





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Siwon miró a HeeChul mover el azúcar dentro de su taza con café y sonrió.



Conocía a HeeChul desde hace tantos años que aún recordaba cada una de sus manías, y HeeChul tenía la costumbre de mover el azúcar dentro del café hasta por minutos. Nunca comprendió esa manía en el mayor, pero siempre le había resultado divertido.



—¿Por qué me miras tanto?

—Por que me sorprende que hayan cosas en ti que todavía no cambien.



El hecho de que HeeChul sonriera logró una cálida emoción en el pecho de Siwon. Mientras Kim se acostumbraba a su presencia, Choi decidió beber un poco de su café. Los ojos de HeeChul parecían no querer ubicarlo todavía y Siwon entendía.



—En realidad… Pensé que nunca más volverías a Corea.

—Si, yo lo creí también.— Jugó con una de las servilletas que había sobre la mesa y decidió dejar que el aire de la noche se encargara de alivianar la tensión. –Pero las cosas cambian.



—No te entiendo.— Siwon levantó la mirada, HeeChul se veía realmente serio. –No soy una buena persona, te hice mucho daño, me comporté muy mal contigo. ¿Por qué sigues buscándome?



Siwon hubiera querido decirle que tampoco lo comprendía, pero eso sería engañarse incluso a si mismo.



—Hay cosas que a veces ni yo mismo termino de comprender. Pero la verdad es que no importa cuanto lo piense, el momento más feliz de mi vida siempre fue junto a ti. Te conocí a través de YunHo, mi mejor amigo, pero desde que te vi y me sonreíste tantos años atrás, supe que nada volvería a ser lo mismo.



—Siwon no puedes amar a una persona que te hace daño.



—Hablas como si me hubieras hecho un daño real.

—¡No hables como si en realidad no te hubiera dolido! ¡No solo dañe lo nuestro, dañe tu amistad con YunHo! Yo no… Deberías alejarte de mí.



—¿Por qué me sigues protegiendo, Chul?— Kim levantó la mirada, sintiéndose de repente descubierto ante la escrutiñadora mirada de Siwon. —¿Por qué me sigues protegiendo de ti mismo? No has pensado en la posibilidad de que soy yo quien me quiero arriesgar una vez más contigo.



—Cuando uno ama tanto, no es capaz de medir el daño que pueden causar en uno, es como si no importara, hasta que el dolor llega a ti. Entonces te das cuenta de solo has cometido un error al pensar que nunca sufrirías.



—HeeChul…— La manera en que Siwon tomó sus manos, mirándolo de aquella manera tan conciliadora, logró estremecer los sentidos de Kim. –Ya no somos los mismos de antes, tú y yo hemos crecido, madurado. Ya no tenemos veinte años. Creo que ambos podemos soportar las consecuencias de nuestras decisiones. De si esto funciona o no.



—¿Me estás pidiendo que comencemos de nuevo?



—Cuando me enteré de que salías del país, salí corriendo sin pensar en por que lo hacía. Y aunque no te alcancé ese tiempo me sirvió para pensar en que seguía pensando en ti, en que la vez que nos encontramos en aquel restaurante tus ojos parecían tan arrepentidos.



—Siwon…



—El amor, HeeChul. No es como en las novelas o las películas, de repente aparece alguien que te cambia la vida y en el transcurso de dos horas o de doscientas páginas vives toda una historia de amor. El amor de verdad atraviesa cosas malas y cosas buenas, atraviesa separaciones y lagrimas, pero sobre todo atraviesa al tiempo.



HeeChul decidió observar la manera en que sus manos y las de Siwon permanecían entrelazadas. Observó la forma en que el sutil aire de la noche los rodeaba y Siwon parecía envolverlo con facilidad con palabras.



—Pasamos mucho tiempo separados y aunque hemos cambiado mucho, y ha habido personas en nuestras vidas. Ese sentimiento sigue estando dentro. Y seguirá estando el miedo de que volvamos a lastimarnos, las segundas oportunidades en el amor son muy difíciles de conseguir, y a veces en esas segundas oportunidades podemos descubrir al amor de verdad.



—Hablas como si fueras tú el que me esta pidiendo una oportunidad.— HeeChul sonrió ante la ironía. –Cuando sabes a la perfección que no es así ni de chiste. En tal caso eres tu quien me debería dar la oportunidad a mi.



—El amor… Se forja con el paso del tiempo. Con la sensación de saber que no importa lo demás, hay un punto en el que descubres que todo ha tenido sentido. HeeChul… Todo este tiempo, te he extrañado.



HeeChul se permitió un largo suspiro.



—Curioso.— Una sonrisa en sus labios y entonces se levantó. –El problema aquí es que tú ya me has perdonado, pero yo aún no he logrado perdonarme a mi mismo.— Soltó la mano de Siwon y luego las colocó en los bolsillos de su abrigo. Una sonrisa cubrió a sus labios. –Debo irme.



—Mañana a las nueve en el café frente a Gauss Cloth.



HeeChul frunció el ceño, Siwon no lo miraba ya, bebía de su café y mantenía una tranquila sonrisa en sus facciones. No era una petición, era más bien una orden. Prefirió no emitir algún comentario, giró con tranquilidad y decidió empezar a caminar.



—Te voy a estar esperando.



Y la voz de Siwon logró que una sonrisa apareciera en sus labios también, había olvidado que Choi Siwon podía ser o muy terco o demasiado paciente, en especial cuando se trataba de él.





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Se revolvió en la cama una vez más.



Con las luces apagadas, JunSu sacudió un poco sus cabellos, desde su cama se podía ver un poco de la ciudad a través del balcón. Era tarde ya, y Mir seguía sin aparecer, exhaló con fuerza y decidió que era hora de llamarlo.



En el momento que tomó el celular. El sonido de unas llaves lograron llamar su atención, no lo pensó demasiado, se levanto de inmediato y abrió la puerta de su habitación impulsivamente pero la volvió a cerrar con cuidado en cuanto notó que Mir no estaba solo.



—¡Shh! JunSu debe estar dentro.

—Lo dudo. Está todo apagado.

—Créeme, está dentro. Esa chaqueta sobre la mesa es suya. Es un desordenado de primera.



Las risas llegaron a sus oídos, Mir no encendía todavía la luz, pero JunSu podía identificar con facilidad a Joong, el maravilloso amigo de Mir. Arrugó el entrecejo, hace mucho tiempo que no lo veía.



—Ya vete, no quiero que despertemos a Su.

—Como sea… Ven y despídete de mi entonces.

—No seas ridic…



Joong había agarrado a Mir por la nuca y lo había besado, con la misma intensidad que JunSu tanto reprochaba. Ese par se conocía casi desde los quince y habían desarrollado esa extraña amistad en la que se besaban en la boca como si nada, según ellos a modo de saludo o despedida.



Mir y él eran muy unidos también pero no por eso se besaban en la boca. JunSu no compartía ese tipo de acercamiento, aunque Mir jamás había siquiera insinuado que quisiera que se trataran o saludaran de aquella forma.



El problema radicaba en que desde los veinte, los besos de Joong hacía Mir eran muy distintos. Eran más profundos, apasionados, y largos de lo que a JunSu le gustaría. Pero a Mir eso parecía no incomodarle.



—Bueno ya, vete Joong.

—Mmh… Da igual. El fin de semana viajo a provincia para lo que me pediste.

—Apenas llegues me llamas.

—Si, ya se. Te preocupas mucho por mí.



Mir le dio un pequeño manotazo en el brazo y Joong volvió a jalarlo hacía él, en esta ocasión en un sencillo beso, en el que solamente unieron sus labios por un segundo. Joong se marchó con una sonrisa y Mir sonrió luego de un corto suspiro.



JunSu procuró cerrar la puerta con cuidado de provocar algún ruido. Se arrimó un poco en ella y se cruzó de brazos. Eso no le había gustado. En realidad cada vez que Joong reaparecía su estado de ánimo era un asco.



Cerró los ojos, genial, algo más de que preocuparse a parte de YunHo.





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ChangMin se bajó del auto con una sonrisa en el rostro.



—Gracias por todo, me la pase muy bien.

—Si yo también, gracias por acompañarme. A veces toda ese gente es sofocante, pero al estar ahí fue todo mucho mejor.



Rain alborotó los cabellos del menor y sonrió.



—Nos vemos mañana en clase, recuerda llevar la tarea que les dejé.

—Oh, si. La tengo hace un tiempo.

—Lo sabía. Eres demasiado predecible ¿Sabes?



Shin aportó una sonrisa y cuando sintió la mano de Rain en su mejilla, levantó la mirada inconsciente de que el mayor se pudiera acercar como si nada y besar sus labios. ChangMin abrió los ojos sorprendido y aunque el contacto no demoró demasiado fue el tiempo suficiente para que las palabras fueran borradas de su cerebro.



—Hasta mañana.



Solo se vio capaz de agitar la mano mientras veía a Rain subir al auto y alejarse. De acuerdo, no estaba muy seguro de lo que acababa de suceder o de por que acababa de suceder, pero por el momento no lo pensaría demasiado.



—Bravo, ChangMin.



Los aplausos de YooChun lo hicieron girar de inmediato, elegantemente vestido YooChun le sonreía tan irónicamente que no le tomó mucho tiempo deducir que los había visto.



—Lárgate, Park.



Pensaba sacar las llaves de inmediato y huir, tenía muchas dudas con respecto a Rain para que YooChun llegara de pronto y pusiera las cosas todavía peor, como usualmente lo solía hacer.



—¿Por qué? Que mi tío no quiera terminar lo que empezó, no quiere decir que te puedas quedar con las ganas.



—¿De que demonios estás hablando?— YooChun se había acercado demasiado pronto. Lo agarró por el cuello y estrelló su cuerpo contra la puerta, con fuerza, con demasiada fuerza. —¡Agh! Imbécil… ¿Ahora que diablos te pasa?



—¿Querías llevártelo a la cama, verdad?— Tuvo el rostro de YooChun demasiado cerca, susurrando cada palabra muy cerca de sus labios. —¿Querías compararnos acaso? Dime ChangMin… ¿Es costumbre tuya revolcarte con quien sea y luego fingirte muy moralista y todo?



El agarre en su cuello empezaba a ser sofocante, y YooChun lucía lo suficientemente molesto como para que razonar con él fuera una opción, sin contar con el olor a licor que ya había llegado a su nariz.



—YooChun ya suéltame… Te estas comportando como un verdadero imbécil.



—¡Respóndeme primero!— Sus labios y los de YooChun empezaron a rozarse. Estaban demasiado cerca y ChangMin en realidad no lo estaba escuchando. Solo quería que lo soltara. —¿Te gusta Rain?



—…Suéltame.



YooChun sonrió. ChangMin sintió los nervios en su piel. –Eres un mocoso, que cree que puede jugar conmigo cuando le de la gana, pero te has equivocado conmigo, yo no soy tan manipulable como los demás.



ChangMin rió a pesar de que YooChun parecía ensañarse con su cuello. —¿No eres manipulable? ¿Entonces por que estás aquí? ¿Por qué diablos nos has seguido?— YooChun empezó a arrugar el entrecejo. –Y de todas formas no me entretienen personas como tú.



Desde que empezó a hablar, Shim lo sabía, estaba cavando su propia tumba. YooChun apretó el agarre en su cuello, y el aire le empezó a faltar esta vez por completo. Su rostro seguramente palideció por que por unos segundos, los ojos de YooChun dudaron, pero finalmente lo soltaron.



Toser fue inevitable. Lo que no esperó fue que YooChun se alejara varios pasos, revolviera sus cabellos y volviera a acercarse, pero esta vez ChangMin no estaría desprevenido, levantó la barbilla y sus brazos. YooChun no lo volvería a tocar.



—¿Qué es exactamente lo que quieres, Shim?

—De ti.— ChangMin sonrió. –Absolutamente nada, así que ya vete, YooChun.

—¿Y de Rain? Buscas meterte con él como lo hiciste conmigo ¿Cierto? Buscas enloquecerlo de la misma forma ¿Verdad?



ChangMin se había perdido en esa conversación, por que no estaba seguro de en que momento él había dado a entender que iba tras Rain y mucho menos en que momento había intentado enloquecer a YooChun.



—Voy a pesar que se te aflojó un tornillo, YooChun. ¡Mejor vete, ya!

—Pues si ya te aburrí, voy a demostrarte que puedes jugar conmigo por más tiempo del que quieres. No necesitas a Rain.



Las manos de YooChun fueron directamente hacía sus mejillas, ChangMin no pudo detenerlo, solo pudo quedarse inmóvil, como si su barrera de pronto no funcionara. Y YooChun tuviera la absoluta libertad de posicionarse sobre sus labios con voracidad.



Su espalda volvió a chocar contra la puerta y en esta ocasión no se resistió demasiado, cuando YooChun empezó a besarlo y jugar con sus labios, ChangMin decidió cerrar los ojos y jugar también.



Olvidó que estaban en la puerta de su casa, por que las manos de YooChun recorrían su nuca y mejilla. Y por que sus manos fueron directamente hacía la camisa de YooChun, levantándola poco a poco y logrando poder tocar la piel de su espalda.



ChangMin decidió traspasar su propia barrera y abrió la puerta con dificultad. Estaba dejando entrar a YooChun en su vida una vez más. Medio cerró la puerta y estiró los brazos en cuanto YooChun comenzó a quitarle la leva.



No estaba seguro de por que lo dejaba, de por que dejaba que lanzara su ropa al suelo, y ni siquiera estaba seguro de por que estaba haciendo las cosas. Subió las escaleras de espalda, dejando que YooChun lo guiara, de un YooChun que parecía no cansarse de besarlo.



Para cuando pudieron llegar a su habitación y luego de que cerrara torpemente la puerta, fue su turno para deshacerse de la leva y camisa de YooChun. ChangMin vio el pecho desnudo de Park y el entendimiento de pronto llegó a él.



Ambos parados cerca de la puerta todavía y ChangMin murmuró con lentitud sus palabras.



—¿Acaso tú… Estas celoso?



YooChun respiró un poco agitado. Miró el rostro de ChangMin, su cabello alborotado, apenas con un pantalón y una camisa desarreglada encima, con los labios enrojecidos a causa suya. En la oscuridad de esa habitación, YooChun no se lo pudo seguir negando más.



—¿Y que si es así? ¿Y que si me gustas demasiado? ¿Es tan malo que me hayas enloquecido?



La sinceridad de sus palabras tomó por sorpresa a Shim, su expresión pudo demostrárselo, pero YooChun no pensaba dejarlo arrepentirse una vez más. Lo agarró por la camisa y volvió a besarlo, con la misma entrega y pasión. Disfrutando de sus labios tanto como le placía.



Encontrar la cama a pesar de la oscuridad no fue difícil. ChangMin podía estar jugando, pero él en verdad necesitaba sentirlo, lo necesitaba desde hace tanto que su corazón latía apresurado en cuanto sintió las manos de Changmin reaccionaron una vez más mientras empezaba a desabrochar su pantalón.



Se dedicó a hacer lo mismo, a desabrochar el pantalón de ChangMin, sin dejar de besarlo, por que ChangMin parecía decidido esta vez a no detener absolutamente nada. YooChun no pudo notarlo, pero el corazón de ChangMin latía casi al mismo ritmo que el suyo, igual de apresurado y agitado.





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—Buenos días, señor Jung.



YunHo asintió ante las palabras de su secretaría y se sentó en el escritorio con tranquilidad. Esperó y escuchó cada uno de los asuntos que tenía pendiente de la voz de la mujer frente a él e intentó sonreír.



En realidad toda esta situación con JunSu lo había desubicado por un momento, por que incluso había pensado en decirle que también le gustaba y mucho, JunSu es realmente espectacular no solo físicamente sino como persona.



Y sin embargo la imagen de JaeJoong había venido a su mente, por un momento YunHo hubiera esperado la imagen de Hyun Joong en medio de sus recuerdos, pero el hecho de haber pensado en aceptar salir con JunSu y de que JaeJoong cruzara por su mente en esos momentos.



Empezaba a abrirle los ojos a YunHo, a un presente que no había contemplado.



—…Así que los integrantes de SS501 vendrán en estos días para ultimar detalles y finalmente empezar con la grabación.



Un momento… ¡¿Qué?!



YunHo levantó la mirada sorprendido y la mujer enarcó una ceja, reprochándole tan solo con la mirada el que no la hubiera estado escuchando.



—Lo siento, Soona esta divagando. Repíteme lo de esa banda.



—Pues que SS501 va a grabar un video y por tanto nosotros nos vamos a encargar de todo, desde su distribución, promoción y realización. Así que en estos días llegaran los cinco muchachos para empezar con todo.



YunHo pensó en si eso era lo mejor en estos momentos, ver a Hyun Joong justo en estos momentos no estaba entre sus planes. Pero se supone que era un profesional, se supone que debe hacer las cosas bien.



Soona siguió hablando y YunHo intentó hacer un amago de sonrisa. Las cosas no iban por buen camino.





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ChangMin pasó una mano por su rostro.



Un poco sudoroso, por el sol que daba directo a su espalda desnuda ya que se encontraba boca abajo y con la sábana casi al nivel de su cadera, ChangMin supo que necesitaba una fría ducha cuanto antes.



—¿Por qué… Estoy desnudo?



Abrió los ojos por completo y en cuanto vio a YooChun, también boca abajo, apenas siendo tapado por la sábana de su cama, obviamente también desnudo, ChangMin sintió que el aire a pulmones no llegaba, y en esta ocasión YooChun ya no lo estaba sosteniendo del cuello.



Recordó a la perfección lo de la noche anterior, de YooChun encima suyo, susurrando un montón de palabras que ya no recordaba, de su cuerpo y el de YooChun extremadamente cerca y de las muchas marcas que habían en su espalda y cuello gracias a Park.



Cerró los ojos y mordió su labio inferior. ¿Desde cuando Shim ChangMin no pensaba las cosas antes de hacerlas? Esto estaba mal, muy mal. Un mechón resbaló del cabello de YooChun hasta su rostro tapando un poco uno de sus ojos.



¡Incluso dormido se veía Sexy!



Changmin se sentó en un movimiento brusco. Debía eliminar esos pensamientos. ¡Maldita sea!



—Joven… ¿Se encuentra bien?



La voz de una de las jóvenes empleadas tocando a su puerta puso al límite sus pensamientos. Tapó su boca, evitando que algo impulsivo saliera de sus labios, respiró profundo y trató de serenarse.



—Si… Voy a demorar en bajar, no me prepares el desayuno.

—De acuerdo, voy a entrar, es que encontré ropa suya tirada y…

—¡No!— ChangMin se golpeó levemente en la cabeza e intentó sonar un poco más calmado. –Es decir… Ven luego, quiero dormir un poco más.



—Oh, bien… Entonces. Les diré a las demás que preparen el almuerzo temprano entonces.

—De acuerdo.



Suspiró más calmado y cuando regreso su vista hacía YooChun. El muchacho ya empezaba a sentarse, restregando sus ojos un poco.



—¿Eres acaso tan malo mintiendo todo el tiempo?

—Ayer no parabas de decirme todo lo contrario, grandísimo idiota.

—Si… Tú saludo matutino es tan tierno.

—Jamás, óyeme bien Park. Jamás, sería tierno contigo.



Se miraron por un largo rato, finalmente YooChun sonrió un poco y luego deslizó su mirada a ChangMin. —¿Por qué estás desnudo?— Shim enarcó una ceja, y YooChun se miró a si mismo. —¡¿Por qué estoy desnudo?! ¿Dónde estoy?



ChangMin rodó los ojos y empezó a levantarse, buscando entre el piso su pantalón para cuando menos tener algo encima. YooChun sin embargo permaneció en silencio un rato más, recordando todo lo que había dicho y hecho la noche anterior.



…Especialmente, lo que había dicho.



Tosió ligeramente y desvió la mirada. ¿Cómo diablos había sido tan estúpido de decirle todo aquello a ChangMin? Un pantalón cayó sobre su cabeza y YooChun de inmediato buscó con la mirada a Shim.



—Vístete y lárgate.

—Con mucho gusto.



No necesitó de demasiado tiempo. Por que en realidad quería huir, especialmente de sus propias palabras que hacían eco todavía en su cabeza dentro de esa habitación prácticamente aceptando que Shim le gustaba.



—¿Qué crees que haces?

—Salir por la puerta.

ChangMin se cruzó de brazos y suspiró. –Olvídalo, no quiero que alguien te vea y el chisme se riegue. Salta por la ventana.



YooChun sacudió un poco la cabeza. —¿Estas bromeando?

—No estamos tan alto, es apenas el primer piso, las rosas amortiguaran la caída.

—Déjate de bromas, Shim.

—¿He bromeado en alguna ocasión contigo, Park?



¡Oh, diablos! Maldito mocoso del demonio…





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JaeJoong subió las escaleras con algo de rapidez.



Una de las empleadas le había dicho que Heyon, la madre de YunHo se encontraba con su madre en el estudio, conversando desde hace un largo rato. JaeJoong pensó que sería bueno entrar a saludar.



Sonrió naturalmente y abrió un poco la puerta, las mujeres se encontraban sentadas en el amplió sillón negro, muy serias pero al mismo tiempo algo animadas, lo suficiente como para no notar que Jaejoong decidió retroceder y esconderse un poco tras la puerta.



—¿Qué dices Leah?

—Pues creo que tienes razón, Heyon. Hace algún tiempo se anunció lo de la boda entre mi Jae y YunHo. Y ya va siendo hora de que se fije una fecha.



JaeJoong llevó una mano a su pecho.



¿Fecha? Sus padres pondrían el cronometro a correr. JaeJoong no había sentido antes que la palabra compromiso pesara tanto como ahora. Una fecha implicaba que entonces la boda era algo cercano y demasiado real.



Que YunHo estaría junto a él. Definitivamente. Respiró hondamente, su corazón seguía aún mostrando aún estragos del nerviosismo que aquellas palabras provocaban en él.



—Entonces… ¿Cuándo estaría bien?

—¿Tienes un calendario a la mano?

—Por supuesto.



JaeJoong decidió huir. Escuchar la fecha… Sencillamente no estaba entre sus planes.





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Mir leía el periódico mientras bebía un poco de café.



JunSu partió la tostada en sus manos y comió un poco, sin dejar de ver un segundo el rostro de Mir, quien parecía de un excelente humor el día de hoy. JunSu arrugó el entrecejo.



—¿Qué sucede, Su? No has dejado de verme ni un solo segundo.



—Nada… Solo me preguntaba ¿Dónde habías estado ayer?

—Oh, ¿Eso?— Mir sonrió. —Nada importante, solo salí por ahí. Pensé que me querías reclamar por algo, o que estabas molesto. Ya sabes, algo realmente importante.



JunSu elevó una ceja y le dio una mordida a su tostada. —¿Y? ¿Saliste con alguien?

—¿Mmh?— Mir bebía un poco de café, luego intentó asentir. Mir lo sabía, sabía que a JunSu no le simpatizaba ni un poco Joong. Quería evitar problemas.



—Entonces… ¿Con quien saliste?

—¿Cómo te fue con tu cena con YunHo?



JunSu se sintió molesto, muy molesto en verdad. Dejó la tostada sobre el plato y se levantó de la mesa intentando fingir que el que Mir quisiera cambiar de tema en realidad lo tenía sin cuidado.



—Bien, hablamos un poco y finalmente regresé a casa, MUY temprano.

—Que bien…



Mir volvió a concentrarse en su lectura y JunSu entrecerró los ojos. Mir no pensaba decirle que había salido con Joong y él no se lo iba a preguntar una vez más. ¿Por qué se lo ocultaba? ¿Acaso había hecho algo que él no quería que se enterara?



—¿Y a que hora llegaste ayer?

Mir levantó la mirada y sonrió. –Mmh… Casi a las… Diez.



¡Mentira! El enojo de JunSu iba en aumento, Mir no había llegado ‘casi’ a las diez, eran pasados de las dos de la madrugada cuando finalmente JunSu lo vio llegar. ¡¿Por que le mentía?!



—¿En serio?

—Si, bueno… No vi el reloj apenas llegué, pero más o menos fue a esa hora.

—Ya veo… Se me quitó el apetito, me voy a duchar.

—Como quieras, no olvides que hoy tienes el día libre.



JunSu había empezado a caminar, pero apenas analizó aquellas palabras se detuvo.



—Eso quiere decir que tú también tienes el día libre. ¿Cierto?

—Obvio.



Mir comenzó a comer una tostada, dejando el periódico correctamente doblado sobre la mesa. JunSu intentó hacer un amago de sonrisa en sus labios. —¿Qué te parece si pasamos el día juntos entonces?



Mir lo miró extrañado. –Pasamos todos los días juntos, JunSu.

—Si, pero me refiero a que…

—Además cuando estuvimos grabando tu último spot estuvimos de aquí para allá paseando juntos de un lado a otro. Y de eso apenas hace un par de días.



—Bueno es que pensaba en que…

—No te preocupes por mi, Su.— Mir le sonrió ampliamente. –Se que quieres pasar tu tiempo libre con YunHo. Yo ya buscaré que hacer o con que entretenerme.



Claro y su forma de entretenimiento tenía por nombre Joong, JunSu apretó los puños y volvió a caminar hacía su habitación. Esta bien que hiciera lo que quisiera, además tenía razón, él lo único que quería era pasar su tiempo con Yunho.



Lo que hiciera Mir lo tenía sin cuidado, después de todo Mir era su amigo y manager. Mir no estaba obligado a pasar todo su tiempo con él. Si era así, entonces que hiciera lo que se le viniera en gana.

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