He agarrado el valor necesario, para decir esas necesarias palabras.
Boa siempre fue una mujer intuitiva.
Supo que YunHo andaba en una nube años atrás, de pronto sus ojos brillaban, de pronto sonreía mucho, de pronto suspiraba, de pronto miraba el bolígrafo en sus manos por demasiado tiempo, de pronto un día… Kim Hyun Joong apareció en Rainbow Hope.
Para ella fue fácil identificarlo, Hyun Joong era el vocalista de la banda en boga del momento, YunHo le había hablado sobre que sería el encargado de trabajar con él para un spot publicitario, YunHo le había dicho que era muy atractivo, simpático, divertido, amable y para nada engreído.
YunHo había hablado mucho de Kim Hyun Joong en las últimas semanas.
Cuando Hyun Joong tomaba un cucharón o cepillo y cantaba para los niños y ellos lo abrazaban o le aplaudían, YunHo sonreía, YunHo estaba orgulloso de él. Hyun Joong había sobrepasado todas las barreras, lo había capturado.
…Y Boa se sintió feliz por él.
Un mes y medio después era oficial. Kim Hyun Joong y Jung YunHo mantenían una relación. Salían a comer, se tomaban de las manos, y muy de vez en cuando YunHo acompañaba a Hyun Joong fuera del país cuando la banda viajaba.
Era todo perfecto, por esa época HeeChul un día también trajo a Siwon, era absoluta esa devoción que vio en los ojos de Choi hacía HeeChul. YunHo se lo había comentado, Siwon y él eran los mejores amigos, desde pequeños. Por tanto Siwon conocía a HeeChul desde hace mucho, muchísimo tiempo.
Por tanto Siwon… Estaba enamorado desde casi la adolescencia de HeeChul.
Pero apenas habían comenzado su relación, HeeChul se veía feliz, Siwon se veía enamorado. Pronto el dúo se volvió cuarteto. Por esa época ella también salía con un abogado, pero ella todavía estudiaba y mucho tiempo no tenía, más que para observarlos de vez en cuando.
Todo era perfecto, todo era increíble. Era el final feliz para cualquiera historia de amor, el amor en secreto desde la adolescencia por fin correspondido, reflejado en Siwon y HeeChul. El amor a primera vista, perfecto e inigualable, romántico hasta el cansancio. Reflejado en YunHo y Hyun Joong.
…Todo había sido perfecto.
—¿JaeJoong?
Y hoy, Boa volvió a sentir que la perfección se derrumbaba, por que ella no terminaba de bajar las escaleras cuando vio a JaeJoong entrar de regreso a la casa, con la cabeza baja y esa expresión en el rostro. Esa que había visto tantos años atrás en YunHo y HeeChul.
Por ese tiempo, ellos estaban dejando que el amor se les escapara de las manos.
Miró hacía la puerta abierta, pero prefirió ir tras JaeJoong. Cuando entró a la cocina lo observó empezar a sacar un par de utensilios, lo observó suspirar muchas veces también. El corazón de Boa se achicó, igual que años atrás.
Por ese tiempo, ellos estaban dejando que el amor se les escapara de las manos.
Miró hacía la puerta abierta, pero prefirió ir tras JaeJoong. Cuando entró a la cocina lo observó empezar a sacar un par de utensilios, lo observó suspirar muchas veces también. El corazón de Boa se achicó, igual que años atrás.
—¿Jae?
—Boa… Me sorprendiste.
El intentó de sonrisa que reflejó JaeJoong la hizo sentirse todavía más triste. Y JaeJoong pareció darse cuenta, por que un suspiro abandonó sus labios y Boa solo estiró sus brazos. Él corrió a sus brazos y la abrazó.
Boa volvía a consolarlo.
Y ella se empezaba a cansar, de que siempre fuera a causa de YunHo. No iba a dejar que YunHo lastimara a Jae. No iba a dejar que YunHo se lastimara a si mismo, con sus inseguridades y recuerdos.
Era el momento, de que YunHo abriera los ojos y viera de una vez por todas hacía adelante.
—Boa… Me sorprendiste.
El intentó de sonrisa que reflejó JaeJoong la hizo sentirse todavía más triste. Y JaeJoong pareció darse cuenta, por que un suspiro abandonó sus labios y Boa solo estiró sus brazos. Él corrió a sus brazos y la abrazó.
Boa volvía a consolarlo.
Y ella se empezaba a cansar, de que siempre fuera a causa de YunHo. No iba a dejar que YunHo lastimara a Jae. No iba a dejar que YunHo se lastimara a si mismo, con sus inseguridades y recuerdos.
Era el momento, de que YunHo abriera los ojos y viera de una vez por todas hacía adelante.
+—+—+—+—+—+
—No puedo creerlo, ya estás aquí. Te ves muy bien.
La manera en que YunHo lo alejó un poco de su cuerpo, sosteniéndolo de los brazos y sonriendo ante su animada expresión fue agradable. JunSu no pudo evitar sentirse sumamente cómodo, como si los nervios de pronto hubieran desaparecido.
—Tú también te ves bien, Hyung.
—En realidad has mejorado por mucho mi estado de ánimo.
YunHo le sonrió, y JunSu prefirió no preguntar. Por que a pesar de ser poco tiempo, sabía que había un por que, un donde, un como y un cuando que habían quedado pendientes. Pero sin duda alguna las cosas no cambiarían solo por que podía llegar a sentirse nervioso.
—¿Cómo te fue con la sesión de fotos?
—Muy bien, en verdad.
YunHo de pronto hizo un pequeño puchero. –Lastima, eso quiere decir que tu contrato con mi empresa termino.
Junsu inevitablemente se enterneció. –Hyung~ No seas tonto, eso no quiere decir que vayamos a dejar de vernos. ¿Ibas a salir?— YunHo pareció pensarlo un poco, pero finalmente sonrió y cerro la puerta del auto una vez más.
—Tú lo has dicho, Su. Iba a hacerlo.
—Oh, te quedas por mí. ¿Cierto?
—¿No es obvio?
Kim sintió un agradable tamborileo en el interior de su pecho, un inquietante movimiento que era causado por las constantes sonrisas de YunHo y finalmente se decidió por hacerlo, por tomarlo del brazo y enlazar sus brazos, mientras le sonreía de tal manera que no pudiera negarse al contacto.
—Vamos Hyung, quiero saludar a los niños.
—Se alegraran mucho de verte. Muchos me han preguntado por que ya no venías.
—No creo que sea para tanto, apenas y estuve ausente unos días.
YunHo sonrió y JunSu pareció sentirse cómodo junto a él. Y pues a él no le molestaba aquello, por que la frescura de la simpatía en Kim era agradable, por que su aroma fresco y juvenil lo envolvían.
Y por que había un algo en JunSu. Que no se parecía en nada a Hyun Joong.
Pero ese sentimiento, cada vez que estaba a su lado, cada vez que conversaba con él, era muy similar a lo que sentía cuando estaba en aquella época con quien creyó era la persona indicada.
—Hyung…— La voz de JunSu de la nada se había puesto susurrante y algo baja, YunHo lo miró y el muchacho tenía una mano sobre su pecho y miraba hacía el suelo, indeciso de sus próximas palabras. YunHo pudo distinguir un collar sobresalir entre la camisa del menor.
—¿Qué sucede, Su?
Los segundos pasaron indiscriminadamente lentos, YunHo no entendía lo que JunSu pretendía o quería siquiera expresar, apenas podía mirar disimuladamente como el menor apretaba el collar en su pecho.
<< La mujer dijo que se lo dieras a la persona de la cual estuvieras enamorado. Era como una señal de amor o algo por estilo. >>
Un corto suspiro y JunSu parecía haber tomado una decisión. Bajó la mano, suspiró y luego volvió a regalarle otra de sus sonrisas, todavía tomándolo del brazo JunSu retomó el paso y continuó, sin hacerle notar o explicar el por que de ese collar.
—Nada, Hyung. No pasa nada.
+—+—+—+—+
Los recuerdos de ChangMin llegaron progresivamente.
YooChun besando su cuello, YooChun tocando su piel desnuda, YooChun sonriendo y haciéndolo gemir de una forma que hasta podía resultar vulgar. Y era definitivo, ChangMin lo estaba recordando absolutamente todo.
Esa noche tantas noches atrás en el departamento del mayor, cuando el licor había nublado más allá de la mitad de su cerebro. Cuando de pronto las caricias de Park le parecieron agradables, cuando de pronto su voz se volvió sexy.
¿Por qué lo recordaba justo ahora?
Por que justo ahora, YooChun besaba sus labios, justo ahora una de sus manos se paseaba por su brazo y lo acariciaba lentamente justo ahora, ChangMin volvía a sentir lo mismo que días atrás.
—Es más cómodo así, ¿Sabes?
La voz de YooChun había sonado cerca de su oído y antes de que ChangMin pudiera siquiera preguntar a que se refería, YooChun lo tomaba de la espalda y lo hacía sentarse, justo sobre sus piernas. ChangMin recordó entonces que solo llevaba una toalla puesta.
Pero eso no le importó cuando la mano de Park recorrió su espalda. Por que entonces ChangMin arqueó su espalda y emitió un gemido. Ignorante a las múltiples mejillas sonrojadas de sus empleadas, ChangMin alcanzó a ver a penas que la cortina de la ventana de la cocina era cerrada con brusquedad.
YooChun volvía a enseñarse a su cuello, volvía a morderlo, volvía a dejar marcas. ChangMin decidió jugar sucio. Estaba sobre YooChun, eso quería decir que si se movía ligera pero adecuadamente entonces…
—Ah~ ChangMin… No… No hagas eso…
Y tal y como lo había esperado, YooChun apoyó la frente en su pecho, suspirando algo agitado ante todo lo que ese simple movimiento había sacudido en su interior. ChangMin por un momento pensó que sería bueno olvidarse de las consecuencias.
Por que YooChun lucía tan sensual en ese momento, por que mucho no tenía que hacer, es más ChangMin no sabía, hasta el momento en que la mano de YooChun viajó de sus rodillas hasta la parte superior de su muslo derecho, que sus piernas eran sensibles.
Por que ese contacto lo estremeció. ¿O sería tan solo el contacto de YooChun?
No importaba, YooChun volvía a recostarlo de a poco en la fría baldosa del borde de la piscina, ChangMin no ponía resistencia, hasta que claro, recordó que lo odiaba. Que se odiaban y que Sarah vivía también en esa casa.
El cuerpo entero se paralizo, y cualquier rastro de pasión bajo a cero.
—¡Quítateme de encima, maldito pervertido!
Sus piernas eran sensibles, pero también fuertes. Levantó la derecha con cuidado haciendo presión en el tórax del mayor, logrando empujarlo de la manera adecuada como para que cayera de golpe en la piscina.
El sonido estridente del cuerpo de YooChun al caer bruscamente a la piscina pareció llamar la atención de sus empleados puesto que salieron de inmediato. ChangMin se levantó, intentando no parecer demasiado afectado.
YooChun emergió del agua. —¡¿Qué demonios te pasa, mocoso?!
—Lárgate de aquí o te mando a sacar. Tú decides.— YooChun sonrió, aparentemente inmune a su amenaza. ChangMin le dio la espalda. –Si no se retira en diez minutos, llamen a seguridad.
Habló con sus empleados e ingresó a la casa lo más rápido que podía, sin parecer por su puesto que huía. Mas allá, dentro. ChangMin solo llevó una mano a su pecho. Ahí donde su corazón palpitaba casi desbocadamente.
—Señor…
Una de las empleadas fue la primera en hablar. YooChun únicamente usó sus manos para salir de la piscina, con la ropa pegada a su cuerpo y el agua chorreando de él. Sacudió un poco su cabello y sonrió.
—Está bien, ya me voy.
—¿No desea algo de ropa?
—Tranquilas, tengo mi auto aquí.
Las muchachas asintieron y YooChun empezó a salir del lugar, tranquilo y repentinamente más calmado que días anteriores. Por que había descubierto algo muy interesante. ChangMin y él acababan de hacer las paces una vez más.
Esa, era su manera extraña y retorcida de hacer las paces después de todo.
+—+—+—+—+—+—+—+
—¿Te llamo luego entonces?
—Por supuesto, pero no olvides traer lo que te pedí.
—Mir, tu despreocúpate, nos vemos…— Mir estuvo a punto de cortar, sin embargo supo por la indecisión de su amigo que no era el momento. –Mir…
—¿Mmh? Dime…
Escuchó un suspiro a través del teléfono y fue casi imposible que una sonrisa no saliera de sus labios, a veces, a pesar de lo decidido que podía ser, resultaba ser tan tímido de vez en cuando.
—Te extraño… ¡A ti y a JunSu, por supuesto!— Una risa nerviosa y Mir supo que para él, JunSu no estaba incluido en el ‘Te extraño’ pero era una manera de desviar lo avergonzado que se sentía.
—Yo también te extraño. Nos vemos pronto, cuando llegues al país me llamas.
—Por supuesto. Adiós.
—Adiós.
Mir incluso podía hasta adivinar la sonrisa en el azabache que acababa de cortar la llamada, dio un corto suspiro y decidió permanecer sentado. Amaba ese departamento, por que el comedor, daba justo al amplio balcón.
Mir se encontraba sentado, con las piernas recogidas sobre la silla, vestido con un buzo cuyas mangas eran más grandes que sus brazos, con un pantalón holgado, disfrutando de sus pocas vacaciones antes de que JunSu volviera a lo suyo.
Bebió un poco de café y suspiró. Abrazando sus piernas y observando desde su lugar la hermosa vista que el mundo le ofrecía, apretó el collar que colgaba en su pecho y volvió a suspirar. A estas alturas, YunHo ya debía tener el de JunSu en su poder.
—Eres un completo idiota, Mir. El peor de todos.
+—+—+—+—+—+
Y lo primero que Kim HeeChul había hecho era desobedecer.
Por que luego de tan largo viaje, lo primero que debía hacer era ir derecho a su casa y reposar como el médico le había indicado. Pero de pronto, HeeChul tan solo había sentido la necesidad de ir a Rainbow Hope.
Estacionó el auto, bajó rápido y casi corrió hasta la puerta, abrió la puerta y se quitó las gafas. Los niños andaban de aquí para allá, seguramente la hora de clases había terminado. Sonrió ampliamente y estiró sus brazos.
—¡Sorpresa!
Los niños giraron hacía él, las expresiones variaron de diferentes maneras. Había sorpresa, lágrimas, entusiasmo. Pero esencialmente un grito se dejó escuchar entre todos ellos.
—¡¡Chul!!
Los niños corrieron hacía él y HeeChul supo que no había mejor tratamiento que ese, que el cariño sincero y profundo de aquellos menores abrazándolo con tanto cariño y amor, no había nada mejor que esas sonrisas y ese sentimiento de confort.
JaeJoong escuchó el grito de los niños y como las niñas que se encontraban en la cocina junto a él comenzaron a mencionar emocionadas ‘¿Chul? ¿Será Chul Oppa?’ y casi de inmediato salían corriendo.
La curiosidad lo llevó al marco de la entrada de la cocina, desde ahí podía verlo con claridad, HeeChul era abrazado, casi aplastado por todos esos niños que parecían no verlo desde hace mucho tiempo.
HeeChul sonreía, abierta y sinceramente. Los niños lo saludaban, le preguntaban por su ausencia de casi tres meses. No lo dejaban casi ni responder, varios besos eran robados. JaeJoong sonrió.
Antes cuando lo veía le provocaba un fastidio irremediable, o por lo menos uno que él creía irremediable. Hoy, un poco más maduro y un poco más diferente a como ser antes, podía ver en HeeChul un sentimiento reciproco de amor con aquellos niños.
Después de todo, por algo él y YunHo eran tan cercanos.
Por algo eran familia. Por algo, muy probablemente Siwon, aún lo continuaba amando.
+—+—+—+—+—+—+
—Entonces… Tú y yo tenemos una conversación pendiente.
YunHo lo mencionó como si nada, mientras se sentaba tras el escritorio y con aquello parecía que el nerviosismo a JunSu volvía, por que una sonrisa temblorosa estuvo en sus labios y se removió incómodo en su lugar.
—Bueno… Yo la verdad…
—¡¡Chul!!
El grito efusivo de esas agudas voces hizo a YunHo levantarse de su lugar, con la mirada en la puerta. —¿Chul?— JunSu incluso se sorprendió ante lo emocionado que se veía YunHo de ver a su primo. –No puede ser…
Una sonrisa apareció en aquellos labios, YunHo no lo pensó demasiado, JunSu se sintió de repente desplazado, por que YunHo ni siquiera pronunció un cortés ‘Ya vuelvo’ solamente salió de la oficina, casi corriendo. JunSu decidió imitarlo.
Lo vio bajar las escaleras casi de dos en dos, abajó los niños permanecían acumulados cerca de la entrada. HeeChul lentamente se puso de pie. YunHo no disminuyó la velocidad y con esa enorme y bella sonrisa, abrazó con fuerza el delgado cuerpo de HeeChul.
YunHo movió el cuerpo de HeeChul de un lado a otro, con verdadero entusiasmo y felicidad. Al nivel de sus cinturas, los niños los abrazaron también. JunSu bajó unos pocos escalones y sonrió. Desde la mitad de la escalera observó aquella imagen, igual que JaeJoong, manteniendo cierta prudente distancia.
+—+—+—+—+—+
Siwon respiró profundo esa noche.
Esta era su noche, su gran noche. La noche de su reconocimiento, de su profundo y gran trabajo. La galería estaba repleta, la prensa parecía adorar su trabajo, y adorarlo a él por supuesto. Las personas no paraban de preguntar el precio de sus obras.
Elegante, como ameritaba el evento, Siwon comenzó a caminar. Observando que todo se encontrara en orden y que nada fallara. Los invitados perfectos, el lugar perfecto. Su momento perfecto. Y aún así, no podía evitar suspirar cada diez minutos.
—Es un excelente trabajo Siwon.
—Señor WookDae. Esto es gracias a usted, gracias por el apoyo.
—No tiene que agradecer, me alegra no haberme equivocado.
Ambos hombres estrecharon sus manos, y casi de inmediato volvieron a tener a la prensa sobre ellos.
+—+—+—+—+—+
ChangMin arregló el cuello de su camisa, un poco incómodo con llevar tanta ropa encima. Su cabello algo levantado lo hacía sentir como esos modelos de cera que parecían tan perfectos que daba miedo. Y no era que se sintiera especialmente vanidoso el día de hoy, pero tanto arreglo encima nunca había sido su gusto.
Pero Sarah había insistido, y él que no le negaba nada…
—Luces incómodo.
—No sé si incómodo sea la palabra correcta.
—¿Fastidiado tal vez?
ChangMin rió un poco, Rain parecía ubicar su estado de ánimo con facilidad. Rain lucía precisamente como un Ídolo, de esos que las adolescentes tanto veneran. Pero eso a él no le incomodaba, es más le agradaba.
¿Es que toda esa familia lucía siempre tan arrebatadoramente bien?
ChangMin sacudió la cabeza, pensar eso era como aceptar que Park YooChun podía verse relativamente bien, y eso no podía ser. Entonces decidió enfocarse solo en Rain. Si, solo él se veía tan arrebatadoramente bien.
¡Diablos, era su profesor!
Odio, en mucho tiempo, que su cerebro trabajara tan bien. Por que siempre pensar demasiado le arruinaba muchas cosas divertidas en las cuales a veces era mejor actuar. Como lo de hoy en la mañana por ejemplo. ChangMin volvió a sacudir la cabeza.
—¿Seguro que estás bien?
Rain puso una mano en su frente, seguramente para verificar si tenía fiebre y ChangMin solo pudo asentir. –Si, estoy bien no te preocupes.
—De acuerdo…— Rain pareció no creerle. —¿Qué te parece si vamos por allá?
Rain señaló hacía el lado de las esculturas y ChangMin accedió con una pequeña sonrisa en el rostro. La galería era amplia y al parecer estaba muy llena, pero el arte que presentaban esa noche. Valía mucho la pena.
+—+—+—+—+—+
—Muchas gracias por la entrevista, señor Park. Esperamos que su libro sea todo un éxito.
YooChun le sonrió a la reportera y una vez que ella hubiera girado junto al camarógrafo, emitió un largo suspiro de sus labios, con copa en mano, YooChun no dudo en beber un poco más de vodka.
—Lee… Recuérdame por que estoy aquí.
—Por que tienes, y ya deja de quejarte.
Su agente parecía entretenido con su celular, seguramente escribiéndole a la que pronto sería su esposa. YooChun deseo tener con quien conversar así, pero luego otro suspiro salió de sus labios.
Bebió un poco más de vodka y el líquido corriendo agradablemente por su garganta lo hizo sentir un poco mejor. Ese sabor de vez en cuando resultaba muy agradable. Sus ojos se posaron en un muchacho alto que miraba con atención uno de los cuadros, parecía analizarlo con cuidado.
—…Es ChangMin.
Una sonrisa se posó en sus labios, bebió otro poco vodka y caminó con lentitud hacía él. Sin embargo cuando su tío hizo su acto de aparición, ofreciéndole una bebida al menor y él parecía agradecerle con una sonrisa, sus pasos se detuvieron.
¿Qué diablos hacía Rain ahí? ¿Y por que parecía que habían venido juntos?
YooChun pensó en posibles respuestas y ninguna le gustó, arrugó el entrecejo y bebió de golpe el poco licor que quedaba en su vaso. Prefirió mantener la distancia y observar un poco. Aprovechó a uno de los meseros y cambió su vaso vacío por uno lleno, esta vez de Whisky.
Su mal humor iba en aumento, por que ChangMin parecía sonreír demasiado cuando se encontraba junto a Rain. Maldito mocoso del demonio, que de pronto esa tarde YooChun había olvidado, tanto odiaba.
+—+—+—+—+—+
Robaba las miradas de siempre.
Eso para JaeJoong no era una novedad, vestido formalmente lograba robar más suspiros que los habituales, su cabello un poco alborotado y la prensa solo ante su belleza había decidido fotografiarlo.
Lo había olvidado, era un completo tonto.
Pudo haberle pedido a YunHo que lo acompañara. Y no a cambio había salido casi corriendo de la mansión por que se le hacía tarde. Marcó el número de YunHo por milésima vez esa noche y para variar nunca contestó.
Faltaba que lo hubiera dejado en el auto como era su mala costumbre, JaeJoong inevitablemente se sorprendió. Incluso sabía ya las malas y buenas costumbres de Jung YunHo.
—¿Todo bien?
Siwon se había acercado, ofreciéndole un poco de champagne, JaeJoong lo aceptó y sonrió. Decidió guardar el celular. Lo llamaría más tarde. –Si. ¿Y tu artista, nervioso?
—Un poco.
—Todo está increíblemente hermoso, me siento orgulloso de ti, Siwon.
Choi levantó una mano y suspiró. –Por favor Jaejoong ve despacio, deja que me acostumbre a este cambio tan positivo en ti.
JaeJoong no lo dudó y golpeó levemente el hombro del mayor. —…Idiota.
+—+—+—+—+—+—+
JunSu cortó un poco la carne en su plato y la llevó a su boca gracias al cubierto en su mano, sonrió ante el delicioso sabor y YunHo pareció gustoso con que se sintiera cómodo en aquel restaurante.
Por que HeeChul había dicho que tenía a un lugar donde ir, y ya caída la noche. YunHo había decidido invitar a JunSu a cenar. Los niños habían jugado con JunSu y luego con HeeChul respectivamente, había sido un buen día para ellos.
—Cuando estuve fuera de Seúl, pensé en muchas cosas, Hyung.
JunSu logró sacarlo de sus pensamientos de pronto. Con una voz tranquila y relajada, con una expresión pasiva en su rostro. Mientras bebía agua y YunHo solo pensó que ese lugar era ideal, sentados junto a uno de los grandes ventanales que les mostraba el hermoso cielo nocturno Coreano.
—¿Que cosas son esas?
JunSu dio un largo suspiro y lo miró directamente a los ojos. Así de sincero es Kim JunSu, así de franco y directo, por que cuando las cosas están para darse entonces solo hay que arriesgarse.
Por que YunHo sabe, JunSu es de esas personas…
—Yo… Me he enamorado de ti, Hyung.
…A las cuales no les gusta arrepentirse por no haber hecho algo.
Y aunque la confesión no lo tomó muy en sorpresa. El sentimiento que lo albergó, si. YunHo se encontró mirando aquellos ojos tan sinceros. Se encontró entre su pasado y su presente. Su futuro con Jae.
Y una confusión interna, que antes, no sabía que existía.
+—+—+—+—+—+
HeeChul decidió beber solo un poco de champagne.
Observó los maravillosos cuadros que había. Saludó a un par de conocidos, y habló un poco ante la prensa sobre los negocios que había acabado de firmar para su familia en el extranjero. HeeChul esa noche prefirió estar solo y tranquilo.
Pronto, el dueño de la galería tenue las luces y comenzó a hablar frente al público. Resaltando el arduo trabajo de todos, el magnifico y casi asombroso arte que sus artistas, valga la redundancia poseían.
—Pero siempre hay alguien detrás de todo, y para mi es un placer presentarles al rostro detrás de todo este gran despliegue de elegancia y arte de la noche de hoy. Con ustedes Choi Siwon.
Los aplausos resonaron en el lugar, HeeChul sintió un fuerte peso en el estómago, la copa en su mano estuvo a punto de resbalar. Y sus ojos no pudieron dejar de observar al muchacho que en este momento sonreía agradecido y era fotografiado y admirado por todos.
De la nada, sus ojos y los de Siwon se encontraron.
Era el momento de afrontar su verdad y pasado. Por que el pasado nunca huye del todo. Y HeeChul ya se había dado cuenta, de un tiempo para acá, el pasado solamente quería gritar que existía y que pasara lo que pasara, se enterara quien se enterara, quería estará ahí.
…Y destruir la poca paz que había consolidado con el paso de los años.
—No puedo creerlo, ya estás aquí. Te ves muy bien.
La manera en que YunHo lo alejó un poco de su cuerpo, sosteniéndolo de los brazos y sonriendo ante su animada expresión fue agradable. JunSu no pudo evitar sentirse sumamente cómodo, como si los nervios de pronto hubieran desaparecido.
—Tú también te ves bien, Hyung.
—En realidad has mejorado por mucho mi estado de ánimo.
YunHo le sonrió, y JunSu prefirió no preguntar. Por que a pesar de ser poco tiempo, sabía que había un por que, un donde, un como y un cuando que habían quedado pendientes. Pero sin duda alguna las cosas no cambiarían solo por que podía llegar a sentirse nervioso.
—¿Cómo te fue con la sesión de fotos?
—Muy bien, en verdad.
YunHo de pronto hizo un pequeño puchero. –Lastima, eso quiere decir que tu contrato con mi empresa termino.
Junsu inevitablemente se enterneció. –Hyung~ No seas tonto, eso no quiere decir que vayamos a dejar de vernos. ¿Ibas a salir?— YunHo pareció pensarlo un poco, pero finalmente sonrió y cerro la puerta del auto una vez más.
—Tú lo has dicho, Su. Iba a hacerlo.
—Oh, te quedas por mí. ¿Cierto?
—¿No es obvio?
Kim sintió un agradable tamborileo en el interior de su pecho, un inquietante movimiento que era causado por las constantes sonrisas de YunHo y finalmente se decidió por hacerlo, por tomarlo del brazo y enlazar sus brazos, mientras le sonreía de tal manera que no pudiera negarse al contacto.
—Vamos Hyung, quiero saludar a los niños.
—Se alegraran mucho de verte. Muchos me han preguntado por que ya no venías.
—No creo que sea para tanto, apenas y estuve ausente unos días.
YunHo sonrió y JunSu pareció sentirse cómodo junto a él. Y pues a él no le molestaba aquello, por que la frescura de la simpatía en Kim era agradable, por que su aroma fresco y juvenil lo envolvían.
Y por que había un algo en JunSu. Que no se parecía en nada a Hyun Joong.
Pero ese sentimiento, cada vez que estaba a su lado, cada vez que conversaba con él, era muy similar a lo que sentía cuando estaba en aquella época con quien creyó era la persona indicada.
—Hyung…— La voz de JunSu de la nada se había puesto susurrante y algo baja, YunHo lo miró y el muchacho tenía una mano sobre su pecho y miraba hacía el suelo, indeciso de sus próximas palabras. YunHo pudo distinguir un collar sobresalir entre la camisa del menor.
—¿Qué sucede, Su?
Los segundos pasaron indiscriminadamente lentos, YunHo no entendía lo que JunSu pretendía o quería siquiera expresar, apenas podía mirar disimuladamente como el menor apretaba el collar en su pecho.
<< La mujer dijo que se lo dieras a la persona de la cual estuvieras enamorado. Era como una señal de amor o algo por estilo. >>
Un corto suspiro y JunSu parecía haber tomado una decisión. Bajó la mano, suspiró y luego volvió a regalarle otra de sus sonrisas, todavía tomándolo del brazo JunSu retomó el paso y continuó, sin hacerle notar o explicar el por que de ese collar.
—Nada, Hyung. No pasa nada.
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Los recuerdos de ChangMin llegaron progresivamente.
YooChun besando su cuello, YooChun tocando su piel desnuda, YooChun sonriendo y haciéndolo gemir de una forma que hasta podía resultar vulgar. Y era definitivo, ChangMin lo estaba recordando absolutamente todo.
Esa noche tantas noches atrás en el departamento del mayor, cuando el licor había nublado más allá de la mitad de su cerebro. Cuando de pronto las caricias de Park le parecieron agradables, cuando de pronto su voz se volvió sexy.
¿Por qué lo recordaba justo ahora?
Por que justo ahora, YooChun besaba sus labios, justo ahora una de sus manos se paseaba por su brazo y lo acariciaba lentamente justo ahora, ChangMin volvía a sentir lo mismo que días atrás.
—Es más cómodo así, ¿Sabes?
La voz de YooChun había sonado cerca de su oído y antes de que ChangMin pudiera siquiera preguntar a que se refería, YooChun lo tomaba de la espalda y lo hacía sentarse, justo sobre sus piernas. ChangMin recordó entonces que solo llevaba una toalla puesta.
Pero eso no le importó cuando la mano de Park recorrió su espalda. Por que entonces ChangMin arqueó su espalda y emitió un gemido. Ignorante a las múltiples mejillas sonrojadas de sus empleadas, ChangMin alcanzó a ver a penas que la cortina de la ventana de la cocina era cerrada con brusquedad.
YooChun volvía a enseñarse a su cuello, volvía a morderlo, volvía a dejar marcas. ChangMin decidió jugar sucio. Estaba sobre YooChun, eso quería decir que si se movía ligera pero adecuadamente entonces…
—Ah~ ChangMin… No… No hagas eso…
Y tal y como lo había esperado, YooChun apoyó la frente en su pecho, suspirando algo agitado ante todo lo que ese simple movimiento había sacudido en su interior. ChangMin por un momento pensó que sería bueno olvidarse de las consecuencias.
Por que YooChun lucía tan sensual en ese momento, por que mucho no tenía que hacer, es más ChangMin no sabía, hasta el momento en que la mano de YooChun viajó de sus rodillas hasta la parte superior de su muslo derecho, que sus piernas eran sensibles.
Por que ese contacto lo estremeció. ¿O sería tan solo el contacto de YooChun?
No importaba, YooChun volvía a recostarlo de a poco en la fría baldosa del borde de la piscina, ChangMin no ponía resistencia, hasta que claro, recordó que lo odiaba. Que se odiaban y que Sarah vivía también en esa casa.
El cuerpo entero se paralizo, y cualquier rastro de pasión bajo a cero.
—¡Quítateme de encima, maldito pervertido!
Sus piernas eran sensibles, pero también fuertes. Levantó la derecha con cuidado haciendo presión en el tórax del mayor, logrando empujarlo de la manera adecuada como para que cayera de golpe en la piscina.
El sonido estridente del cuerpo de YooChun al caer bruscamente a la piscina pareció llamar la atención de sus empleados puesto que salieron de inmediato. ChangMin se levantó, intentando no parecer demasiado afectado.
YooChun emergió del agua. —¡¿Qué demonios te pasa, mocoso?!
—Lárgate de aquí o te mando a sacar. Tú decides.— YooChun sonrió, aparentemente inmune a su amenaza. ChangMin le dio la espalda. –Si no se retira en diez minutos, llamen a seguridad.
Habló con sus empleados e ingresó a la casa lo más rápido que podía, sin parecer por su puesto que huía. Mas allá, dentro. ChangMin solo llevó una mano a su pecho. Ahí donde su corazón palpitaba casi desbocadamente.
—Señor…
Una de las empleadas fue la primera en hablar. YooChun únicamente usó sus manos para salir de la piscina, con la ropa pegada a su cuerpo y el agua chorreando de él. Sacudió un poco su cabello y sonrió.
—Está bien, ya me voy.
—¿No desea algo de ropa?
—Tranquilas, tengo mi auto aquí.
Las muchachas asintieron y YooChun empezó a salir del lugar, tranquilo y repentinamente más calmado que días anteriores. Por que había descubierto algo muy interesante. ChangMin y él acababan de hacer las paces una vez más.
Esa, era su manera extraña y retorcida de hacer las paces después de todo.
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—¿Te llamo luego entonces?
—Por supuesto, pero no olvides traer lo que te pedí.
—Mir, tu despreocúpate, nos vemos…— Mir estuvo a punto de cortar, sin embargo supo por la indecisión de su amigo que no era el momento. –Mir…
—¿Mmh? Dime…
Escuchó un suspiro a través del teléfono y fue casi imposible que una sonrisa no saliera de sus labios, a veces, a pesar de lo decidido que podía ser, resultaba ser tan tímido de vez en cuando.
—Te extraño… ¡A ti y a JunSu, por supuesto!— Una risa nerviosa y Mir supo que para él, JunSu no estaba incluido en el ‘Te extraño’ pero era una manera de desviar lo avergonzado que se sentía.
—Yo también te extraño. Nos vemos pronto, cuando llegues al país me llamas.
—Por supuesto. Adiós.
—Adiós.
Mir incluso podía hasta adivinar la sonrisa en el azabache que acababa de cortar la llamada, dio un corto suspiro y decidió permanecer sentado. Amaba ese departamento, por que el comedor, daba justo al amplio balcón.
Mir se encontraba sentado, con las piernas recogidas sobre la silla, vestido con un buzo cuyas mangas eran más grandes que sus brazos, con un pantalón holgado, disfrutando de sus pocas vacaciones antes de que JunSu volviera a lo suyo.
Bebió un poco de café y suspiró. Abrazando sus piernas y observando desde su lugar la hermosa vista que el mundo le ofrecía, apretó el collar que colgaba en su pecho y volvió a suspirar. A estas alturas, YunHo ya debía tener el de JunSu en su poder.
—Eres un completo idiota, Mir. El peor de todos.
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Y lo primero que Kim HeeChul había hecho era desobedecer.
Por que luego de tan largo viaje, lo primero que debía hacer era ir derecho a su casa y reposar como el médico le había indicado. Pero de pronto, HeeChul tan solo había sentido la necesidad de ir a Rainbow Hope.
Estacionó el auto, bajó rápido y casi corrió hasta la puerta, abrió la puerta y se quitó las gafas. Los niños andaban de aquí para allá, seguramente la hora de clases había terminado. Sonrió ampliamente y estiró sus brazos.
—¡Sorpresa!
Los niños giraron hacía él, las expresiones variaron de diferentes maneras. Había sorpresa, lágrimas, entusiasmo. Pero esencialmente un grito se dejó escuchar entre todos ellos.
—¡¡Chul!!
Los niños corrieron hacía él y HeeChul supo que no había mejor tratamiento que ese, que el cariño sincero y profundo de aquellos menores abrazándolo con tanto cariño y amor, no había nada mejor que esas sonrisas y ese sentimiento de confort.
JaeJoong escuchó el grito de los niños y como las niñas que se encontraban en la cocina junto a él comenzaron a mencionar emocionadas ‘¿Chul? ¿Será Chul Oppa?’ y casi de inmediato salían corriendo.
La curiosidad lo llevó al marco de la entrada de la cocina, desde ahí podía verlo con claridad, HeeChul era abrazado, casi aplastado por todos esos niños que parecían no verlo desde hace mucho tiempo.
HeeChul sonreía, abierta y sinceramente. Los niños lo saludaban, le preguntaban por su ausencia de casi tres meses. No lo dejaban casi ni responder, varios besos eran robados. JaeJoong sonrió.
Antes cuando lo veía le provocaba un fastidio irremediable, o por lo menos uno que él creía irremediable. Hoy, un poco más maduro y un poco más diferente a como ser antes, podía ver en HeeChul un sentimiento reciproco de amor con aquellos niños.
Después de todo, por algo él y YunHo eran tan cercanos.
Por algo eran familia. Por algo, muy probablemente Siwon, aún lo continuaba amando.
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—Entonces… Tú y yo tenemos una conversación pendiente.
YunHo lo mencionó como si nada, mientras se sentaba tras el escritorio y con aquello parecía que el nerviosismo a JunSu volvía, por que una sonrisa temblorosa estuvo en sus labios y se removió incómodo en su lugar.
—Bueno… Yo la verdad…
—¡¡Chul!!
El grito efusivo de esas agudas voces hizo a YunHo levantarse de su lugar, con la mirada en la puerta. —¿Chul?— JunSu incluso se sorprendió ante lo emocionado que se veía YunHo de ver a su primo. –No puede ser…
Una sonrisa apareció en aquellos labios, YunHo no lo pensó demasiado, JunSu se sintió de repente desplazado, por que YunHo ni siquiera pronunció un cortés ‘Ya vuelvo’ solamente salió de la oficina, casi corriendo. JunSu decidió imitarlo.
Lo vio bajar las escaleras casi de dos en dos, abajó los niños permanecían acumulados cerca de la entrada. HeeChul lentamente se puso de pie. YunHo no disminuyó la velocidad y con esa enorme y bella sonrisa, abrazó con fuerza el delgado cuerpo de HeeChul.
YunHo movió el cuerpo de HeeChul de un lado a otro, con verdadero entusiasmo y felicidad. Al nivel de sus cinturas, los niños los abrazaron también. JunSu bajó unos pocos escalones y sonrió. Desde la mitad de la escalera observó aquella imagen, igual que JaeJoong, manteniendo cierta prudente distancia.
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Siwon respiró profundo esa noche.
Esta era su noche, su gran noche. La noche de su reconocimiento, de su profundo y gran trabajo. La galería estaba repleta, la prensa parecía adorar su trabajo, y adorarlo a él por supuesto. Las personas no paraban de preguntar el precio de sus obras.
Elegante, como ameritaba el evento, Siwon comenzó a caminar. Observando que todo se encontrara en orden y que nada fallara. Los invitados perfectos, el lugar perfecto. Su momento perfecto. Y aún así, no podía evitar suspirar cada diez minutos.
—Es un excelente trabajo Siwon.
—Señor WookDae. Esto es gracias a usted, gracias por el apoyo.
—No tiene que agradecer, me alegra no haberme equivocado.
Ambos hombres estrecharon sus manos, y casi de inmediato volvieron a tener a la prensa sobre ellos.
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ChangMin arregló el cuello de su camisa, un poco incómodo con llevar tanta ropa encima. Su cabello algo levantado lo hacía sentir como esos modelos de cera que parecían tan perfectos que daba miedo. Y no era que se sintiera especialmente vanidoso el día de hoy, pero tanto arreglo encima nunca había sido su gusto.
Pero Sarah había insistido, y él que no le negaba nada…
—Luces incómodo.
—No sé si incómodo sea la palabra correcta.
—¿Fastidiado tal vez?
ChangMin rió un poco, Rain parecía ubicar su estado de ánimo con facilidad. Rain lucía precisamente como un Ídolo, de esos que las adolescentes tanto veneran. Pero eso a él no le incomodaba, es más le agradaba.
¿Es que toda esa familia lucía siempre tan arrebatadoramente bien?
ChangMin sacudió la cabeza, pensar eso era como aceptar que Park YooChun podía verse relativamente bien, y eso no podía ser. Entonces decidió enfocarse solo en Rain. Si, solo él se veía tan arrebatadoramente bien.
¡Diablos, era su profesor!
Odio, en mucho tiempo, que su cerebro trabajara tan bien. Por que siempre pensar demasiado le arruinaba muchas cosas divertidas en las cuales a veces era mejor actuar. Como lo de hoy en la mañana por ejemplo. ChangMin volvió a sacudir la cabeza.
—¿Seguro que estás bien?
Rain puso una mano en su frente, seguramente para verificar si tenía fiebre y ChangMin solo pudo asentir. –Si, estoy bien no te preocupes.
—De acuerdo…— Rain pareció no creerle. —¿Qué te parece si vamos por allá?
Rain señaló hacía el lado de las esculturas y ChangMin accedió con una pequeña sonrisa en el rostro. La galería era amplia y al parecer estaba muy llena, pero el arte que presentaban esa noche. Valía mucho la pena.
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—Muchas gracias por la entrevista, señor Park. Esperamos que su libro sea todo un éxito.
YooChun le sonrió a la reportera y una vez que ella hubiera girado junto al camarógrafo, emitió un largo suspiro de sus labios, con copa en mano, YooChun no dudo en beber un poco más de vodka.
—Lee… Recuérdame por que estoy aquí.
—Por que tienes, y ya deja de quejarte.
Su agente parecía entretenido con su celular, seguramente escribiéndole a la que pronto sería su esposa. YooChun deseo tener con quien conversar así, pero luego otro suspiro salió de sus labios.
Bebió un poco más de vodka y el líquido corriendo agradablemente por su garganta lo hizo sentir un poco mejor. Ese sabor de vez en cuando resultaba muy agradable. Sus ojos se posaron en un muchacho alto que miraba con atención uno de los cuadros, parecía analizarlo con cuidado.
—…Es ChangMin.
Una sonrisa se posó en sus labios, bebió otro poco vodka y caminó con lentitud hacía él. Sin embargo cuando su tío hizo su acto de aparición, ofreciéndole una bebida al menor y él parecía agradecerle con una sonrisa, sus pasos se detuvieron.
¿Qué diablos hacía Rain ahí? ¿Y por que parecía que habían venido juntos?
YooChun pensó en posibles respuestas y ninguna le gustó, arrugó el entrecejo y bebió de golpe el poco licor que quedaba en su vaso. Prefirió mantener la distancia y observar un poco. Aprovechó a uno de los meseros y cambió su vaso vacío por uno lleno, esta vez de Whisky.
Su mal humor iba en aumento, por que ChangMin parecía sonreír demasiado cuando se encontraba junto a Rain. Maldito mocoso del demonio, que de pronto esa tarde YooChun había olvidado, tanto odiaba.
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Robaba las miradas de siempre.
Eso para JaeJoong no era una novedad, vestido formalmente lograba robar más suspiros que los habituales, su cabello un poco alborotado y la prensa solo ante su belleza había decidido fotografiarlo.
Lo había olvidado, era un completo tonto.
Pudo haberle pedido a YunHo que lo acompañara. Y no a cambio había salido casi corriendo de la mansión por que se le hacía tarde. Marcó el número de YunHo por milésima vez esa noche y para variar nunca contestó.
Faltaba que lo hubiera dejado en el auto como era su mala costumbre, JaeJoong inevitablemente se sorprendió. Incluso sabía ya las malas y buenas costumbres de Jung YunHo.
—¿Todo bien?
Siwon se había acercado, ofreciéndole un poco de champagne, JaeJoong lo aceptó y sonrió. Decidió guardar el celular. Lo llamaría más tarde. –Si. ¿Y tu artista, nervioso?
—Un poco.
—Todo está increíblemente hermoso, me siento orgulloso de ti, Siwon.
Choi levantó una mano y suspiró. –Por favor Jaejoong ve despacio, deja que me acostumbre a este cambio tan positivo en ti.
JaeJoong no lo dudó y golpeó levemente el hombro del mayor. —…Idiota.
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JunSu cortó un poco la carne en su plato y la llevó a su boca gracias al cubierto en su mano, sonrió ante el delicioso sabor y YunHo pareció gustoso con que se sintiera cómodo en aquel restaurante.
Por que HeeChul había dicho que tenía a un lugar donde ir, y ya caída la noche. YunHo había decidido invitar a JunSu a cenar. Los niños habían jugado con JunSu y luego con HeeChul respectivamente, había sido un buen día para ellos.
—Cuando estuve fuera de Seúl, pensé en muchas cosas, Hyung.
JunSu logró sacarlo de sus pensamientos de pronto. Con una voz tranquila y relajada, con una expresión pasiva en su rostro. Mientras bebía agua y YunHo solo pensó que ese lugar era ideal, sentados junto a uno de los grandes ventanales que les mostraba el hermoso cielo nocturno Coreano.
—¿Que cosas son esas?
JunSu dio un largo suspiro y lo miró directamente a los ojos. Así de sincero es Kim JunSu, así de franco y directo, por que cuando las cosas están para darse entonces solo hay que arriesgarse.
Por que YunHo sabe, JunSu es de esas personas…
—Yo… Me he enamorado de ti, Hyung.
…A las cuales no les gusta arrepentirse por no haber hecho algo.
Y aunque la confesión no lo tomó muy en sorpresa. El sentimiento que lo albergó, si. YunHo se encontró mirando aquellos ojos tan sinceros. Se encontró entre su pasado y su presente. Su futuro con Jae.
Y una confusión interna, que antes, no sabía que existía.
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HeeChul decidió beber solo un poco de champagne.
Observó los maravillosos cuadros que había. Saludó a un par de conocidos, y habló un poco ante la prensa sobre los negocios que había acabado de firmar para su familia en el extranjero. HeeChul esa noche prefirió estar solo y tranquilo.
Pronto, el dueño de la galería tenue las luces y comenzó a hablar frente al público. Resaltando el arduo trabajo de todos, el magnifico y casi asombroso arte que sus artistas, valga la redundancia poseían.
—Pero siempre hay alguien detrás de todo, y para mi es un placer presentarles al rostro detrás de todo este gran despliegue de elegancia y arte de la noche de hoy. Con ustedes Choi Siwon.
Los aplausos resonaron en el lugar, HeeChul sintió un fuerte peso en el estómago, la copa en su mano estuvo a punto de resbalar. Y sus ojos no pudieron dejar de observar al muchacho que en este momento sonreía agradecido y era fotografiado y admirado por todos.
De la nada, sus ojos y los de Siwon se encontraron.
Era el momento de afrontar su verdad y pasado. Por que el pasado nunca huye del todo. Y HeeChul ya se había dado cuenta, de un tiempo para acá, el pasado solamente quería gritar que existía y que pasara lo que pasara, se enterara quien se enterara, quería estará ahí.
…Y destruir la poca paz que había consolidado con el paso de los años.
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