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Arualthings

Tradición Familiar - Cap. 21

De bodas, propuestas y graduaciones. O de cómo intentar sobrevivir al drama.



Se prepara, con una anticipación tan remota que incluso se lograba sentir abrumado. Todo en el jardín de la residencia Choi estaba repleto de meseros, de gente trabajando, decorando, arreglando. Y ahí estaba Minho, siete y media de la mañana, aquel sábado en que abrió las cortinas de la ventana en su habitación y descubrió el jardín arrebolado de personas y cosas que bajaban de distintos camiones.



—Esto no parece real.



El susurro salió de sus labios como una pena, aunque estuviera más asombrado que cualquier otra cosa, con aquel pantalón de algodón y su camisa liviana, el frío penetrando por la poca apertura que había en la ventana y su cabello algo largo revuelto. Se tomó la molestia incluso, de pasar los dedos por entre las hebras de su cabello y peinarse hacía atrás, con un bostezo como reacción ante la contemplación de todo en lo que se había convertido su casa.



—¿Qué demonios es todo esto?



Giró ante la impertinente entrada de Siwon, sus manos sosteniendo la puerta abierta y sus ojos fijos en él, con el ceño fruncido directo hacía él.



—Creo… que mi boda.

—¿Crees?— Siwon esta vez enarco una ceja, permitiéndose entrar y mirar a su hermano menor que parecía más confundido de lo normal. —¿Todo bien?



Minho esta vez sonrió. –Si, solo que no reconozco mi propia boda.



A Siwon no le quedó más que despeinar los cabellos del menor y sonreír, decidiéndose luego de un par de segundos por abrazarlo, y respirar profundo. Era su hermano menor, el que se casaría en unas horas. Y se iría de su hogar, del lugar en el que algún día compartieron techo. Aunque Siwon se hubiera mudado a un departamento, los recuerdos habían llegado y se había sentido inundado por la nostalgia.



—Nuestra madre y la de Changmin parecen estar más entusiasmadas que ustedes mismos.

—Lo sé… pero Changmin dice que es justo dejarlas ser. Por todo el mal rato que les hicimos vivir.



Siwon rió un poco, abrazado todavía a él. Y con un suspiró al final.



—No deberías casarte tú primero.

—Entonces ve rápido y cásate con Heechul.

—Eres muy joven.

—¿Y?



Siwon sentía que no podía luchar con esa lógica que impulsiva a Minho a casarse, aunque en realidad no se tratara de ninguna lógica. Y tratar de detenerlo era imposible, en el fondo tampoco quería hacerlo. Por eso lo abrazó un rato más y esperó por que esa nostalgia se marchara. Aunque poco tiempo después, Minho tampoco parecía dispuesto a deshacerse del abrazo.













Yoochun esa tarde había decidido que arreglaría un poco el lugar. Su departamento, del cual usualmente Mir se hacía cargo, se encontraba un poco desastroso, y no podía reclamarle nada al menor, por que Mir desde el principio se había hecho cargo de toda la limpieza sin que el mismo Yoochun se lo pidiera.



Además, el menor estaba terminando justo hoy de rendir su último examen, a un paso nada más de graduarse. Y Yoochun quería creer firmemente que su mente ocupada lo hacía relegarse de las otras cosas.



Su hermano menor, terminaba sus estudios. Y Yoochun recordaba haber terminado los suyos con mucho esfuerzo, Mir sin embargo siempre había sido un buen estudiante. Un orgullo imperioso se estacionaba en su pecho al pensar en él, aunque a Yoochun no le gustara demostrarlo tan seguido.



Por eso el día de hoy había decidido preparar un delicioso almuerzo, para cuando el menor llegara y pudieran hablar un rato, antes de tener que asistir a la boda de Minho y Changmin pero Mir estaba demorando en llegar y Yoochun otra vez se encontraba contemplando el reloj.



Cuando la puerta del departamento finalmente se abrió, Yoochun por instinto se asomó desde la cocina. Pero Mir venía tranquilo, con sus pasos lentos y la mirada en el suelo, quitándose los zapatos con cuidado. Mordía su labio inferior y parpadeaba demasiado seguido.



Comprendió que quizá, al ser el último día de clases, luego del examen, entre abrazos y despedidas, entre deseos de buena suerte y éxito. Mir se pudo haber sentido abrumado ante la culminación de una etapa en su vida. A todos les pasaba, en mayor o menor medida. Sonrió comprensivo, con sus pasos suaves. Sin que Mir notara su presencia todavía.



Pero él solo se hecho en el sillón, con una mano tapando sus ojos, con un suspiro profundo en los labios y las mejillas rojas. Con un pequeño sollozo que hizo el corazón de Yoochun detenerse por un instante. No era así de simple. Mir no estaba sufriendo por el final de su ciclo escolar. Ni siquiera por que perdería de vista a varios de sus amigos.



—Rain… Estúpido, idiota Rain.



Y la respuesta llegó en un susurro, que hizo a Yoochun fruncir el ceño, y caminar mucho más rápido de lo normal, haciendo que Mir se pusiera alerta y lo mirara directamente. Pero Yoochun no se detuvo y lo golpeó levemente en la cabeza.



—Ya te dije que no.— Mir lo miró fijamente. –Es demasiado mayor para ti.



Pero antes de que Mir empezara a hacer pucheros, a reprochar y gritar como un niño pequeño como usualmente lo hacía. Yoochun se tuvo que hacer un poco para atrás. Por que de pronto los ojos de Mir se enrojecieron más y las lágrimas se acumularon. Con un pequeño sollozo que lo tomó desprevenido.



—¡Ya sé!— Mir entonces tapó con el antebrazo sus ojos una vez más. —¡¿Por qué no te cansas de repetírmelo?! Ya lo sé…

—Mi…Mir…



Pero Yoochun solo estaba estupefacto, su hermano de pronto había empezado a llorar fervientemente ante un comentario que era más bien una rutina, una broma de mal gusto que parecía incluso divertir a los dos.



¿Por qué de pronto se había puesto tan sensible con eso?



—¡¿Qué tengo que hacer?! ¿Eh? ¡A lo mejor debo buscar una estúpida maquina del tiempo, como en las películas cursis para ver si así me deja de ver como un mocoso que al final de todo si soy!



Y era extraño, Mir había empezado a quejarse y llorar al mismo tiempo, pero Yoochun trataba de entender. ¿Qué tanto habían crecido esos sentimientos de Mir hacía Rain?



—Solo mírame… Llorando como idiota… Por él…



Entonces la voz de Mir se empezó a entrecortar, los hombros de Yoochun bajaron, dejó la pequeña toalla que tenía en las manos sobre el sillón y se sentó junto a él, junto a ese cuerpo que se impulsaba a veces por las lágrimas, ante ese rostro rojo y cansado, ese cabello despeinado. Ante esa juventud rebosante de la que Mir tanto renegaba.



—Mir… Es cierto, aún eres muy joven. Pero si de verdad lo quieres…



Yoochun no alcanzó a terminar de hablar cuando Mir se lanzó a sus brazos y se abrazó a él, con su rostro reposando sobre el pecho de él. Suspiró tranquilo y pensó, que tal vez si a Mir de verdad le gustaba Rain, era el momento de dejar a su hermano menor escoger con quien deseaba estar.



Aunque al parecer, Rain ya le había dado una respuesta.

Y había logrado romper las ilusiones del menor. Y Yoochun no sabía si sentirse preocupado o aliviado por eso.













El patio de la residencia Choi estaba completamente adornada para las cuatro de la tarde, cuando la gente empezó a llegar, una hora después. Todo era una maravilla, la decoración, la música suave, la bebida y los bocadillos. La familia, los amigos, la pequeña montaña de regalos que había también.



Y por sobre todo, Ohn y Taesung podían decir, a pesar de que sus esposas dijeran lo contrario, que se sentían a gusto con todo aquello. Bebían un poco de whisky desde una de las mesas principales mientras Rye y Yoohee se encargaban de recibir a los empleados. Era el evento del año, era el momento de Changmin y Minho y por ese instante ninguno de los dos daba señales de aparecer. Todavía no.



Sin embargo desde una de las mesas, esa que tenía la torta y donde varios bocadillos estaban a disposición, permanecían Yunho y Jaejoong, entre unas pequeñas risas y la intención de Jaejoong por que Yunho probara un poco de caviar.



—Que no… Heechul una vez me dio eso y lo odié.

—Yunho, solo prueba otra vez. Es como el sushi. Nunca te va a gustar a la primera, luego te das cuenta que te fascina.



Yunho lo miró fijamente, entrecerrando los ojos y finalmente abriendo la boca, el muchacho mastico lentamente y Jaejoong lo observó expectante, con sus oídos ansiosos por escuchar una objeción.



—¿Y bien?

—Sigue sin gustarme.



Jaejoong hizo un puchero y Yunho rió divertido antes de abrazarlo con fuerza y notar como Siwon y Heechul llegaban, un poco apresurados tomados de las manos. Heechul con su traje oscuro y Siwon con ese color parecido a un azul oscuro.



—Te dije que todavía no era tarde.



Heechul tropezó, pero las hábiles manos de Siwon lograron agarrarlo al instante.



—Ten más cuidado.

—Tu eras el apurado, Siwon. Ni siquiera ha empezado la boda.



—Contigo siempre llego tarde a todas partes, Heechul. No quería que eso me pasara el día de la boda de mi hermano.

—¿Insinúas que hubiera sido mi culpa?



Heechul se había soltado del agarre, mirando fijamente a Choi quien solo había levantado los hombros en señal de respuesta. Sin embargo fue Jaejoong el primero en intervenir.



—¿De verdad están peleando por algo que ni ocurrió?

—Llegaron a tiempo.— Dijo Yunho después. –No armen problema y ya.



Heechul suspiró. Y Siwon fue el primero en acercarse y abrazarlo por detrás, con sus brazos enroscados en la cintura del mayor. Con la fragancia de Heechul tan cerca, que podía cerrar los ojos y olvidar, esas tontas peleas que eran parte de su rutina.



Poco tiempo después, Heechul decidió beber algo, y tomar su mano una vez más. Aunque pareciera haberse enfrascado en una conversación con Yunho y ahora Jaejoong lo mirara a él con resignación.



—Son mejores amigos, debemos acostumbrarnos ¿no?



Siwon sonrió, colocando una mano sobre el cabello de Jaejoong. –Supongo que si.



Y él en respuesta únicamente sonrió, bebiendo un poco de ese champagne que ya tenía en la mano. Alejándose un poco de Yunho y Heechul que parecían conversar de algo de la infancia, de recuerdos que no compartían, de risas esperadas.



Siwon lo invitó a sentarse y por un momento, Jaejoong comprendió, que era afortunado al saber que su relación Siwon no se había arruinado a pesar de todo. Y al poco tiempo Yunho y Heechul llegaron, con la misma conversa y el mismo animo de hace un instante. Solo que esta vez la conversación parecía involucrarlos también.











—No estés nervioso ¿de acuerdo?

—No lo estoy.



—Y trata de no olvidarte de las palabras correctas, solo tienes que decir, si acepto.

—Lo sé.



Yoochun rodó los ojos una vez más, y decidió acercarse por el bien de Changmin y del propio Junsu que era quien estaba nervioso en ese instante.



—Junsu ya déjalo, lo pondrás nervioso de verdad.



La mano de Yoochun se colocó sobre brazo de Junsu, alejándolo un par de pasos del menor quien terminaba de acomodar su leva blanca, mirándose al espejo por última vez, con su cabello correctamente peinado y la pequeña sonrisa en los labios.



—Pero si estás seguro de hacerlo ¿no?

—Junsu.— Changmin esta vez lo miró directo a los ojos y el mayor suspiró. –Tranquilo, sé lo que estoy haciendo.



Yoochun sonrió cuando vio a Junsu asentir y empezar a marcharse junto a él de la habitación del menor de la familia. Comprendía a Junsu, y su estado de hermano mayor al saber que Changmin se casaría, lo había vivido en la mañana con Mir y su estado de lamento. Pero entendía también, lo seguro y confiado que se sentían Changmin y Minho como para realizar ese gran paso.



—Tranquilo, Su. Van a estar bien.

—Son muy jóvenes.



Cuando el susurro de Junsu llegó hasta sus oídos, Yoochun comprendió entre otras cosas que el amor de Mir hacía Rain era justificado. Mir no era un adolescente como sus demás amigos, Mir había madurado hace tanto que sus sentimientos eran tan serios como los que él tenía hacía Junsu. Como los que Changmin y Minho se profesaban.



—Lo sé, pero ellos saben lo que están haciendo.

—Ya sé…— Junsu se detuvo, abrazándolo por un instante en medio del pasillo fuera de la habitación donde Changmin terminaba de alistarse. –Pero aún así me preocupo.



—Te entiendo…



Yoochun entendió, que quizá era el momento de hablar con Rain.













—¿Te cortaste el cabello?



Taemin parecía emocionado, tocando los ahora cortos mechones del cabello de Minho, dando vueltas como si fuera un niño pequeño y eso le robara sonrisas esporádicas.



—Taemin, deja en paz al pobre, ¿no ves que quería hacerse un cambio antes de esclavizarse de por vida?— Joonghyun sonrió divertido al ver la reacción de Minho ante sus palabras, arrugando el entrecejo y virando el rostro. Pero el golpe de Key hizo que Joonghyun detuviera sus bromas.



—No seas fastidioso, Joonghyun.

—Ya dejen de pelear.— Intervino Onew, con una sonrisa amplia en los labios y dándole un fuerte abrazo al menor. —¿Listo?



—Si.



Minho en ese instante se liberó de todos los pensamientos que corrían por su cabeza, se miró en el espejo otra vez y respiró profundo. Cerró los ojos unos segundos y luego de eso sonrió. Fue Joonghyun quien abrió las puertas de su habitación.



Y caminó, tranquilamente junto a sus amigos hasta aquel jardín decorado en su nombre y el de Changmin, ahí donde Shim ya lo esperaba y donde posaría su firma junto a la de Changmin. A pesar de los nervios, el momento que había esperado.













Y la música había empezado a sonar.



Luego del beso que había sellado la unión, que había juntado el nombre de Changmin con el suyo, tal y como el mismo Minho lo había pedido, estridente y a todo volumen, la música electrónica del momento.



Entonces Minho había sonreído en medio del beso, levantando su brazo y agitándolo en el viento, su otro brazo enroscado en el cuello de Changmin que reía divertido ante el escándalo que Minho había organizado.



—¡Que empiece la fiesta!



Apenas terminó de gritar Minho volvió a juntar sus labios a los de Changmin, y fueron sus amigos los primeros en obedecer el mandato de la joven pareja, colocándose en la pista de baile y empezando a bailar.



Los meseros aparecieron de inmediato con varias copas en las charolas, diferentes bebidas y cocteles a disposición, mientras los más adultos se dirigían a sus mesas a empezar con la conversación o se distribuían entre la pequeña multitud.



—Vamos a bailar.

—Supongo que lo planeaste desde el principio.

—Sabes que si, Changmin.



Minho jaló de la mano a Shim, hasta el centro de la pista, donde los demás bailaban y el se centró en Changmin y el ritmo de la música que se escuchaba por todas partes, que hacía más escándalo de lo debido, pero a Minho le fascinaba así. Y Changmin no parecía dispuesto a quejarse por ello.















Jaejoong suspiró, y Junsu a su lado lo miró divertido.



—¿Qué sucede?

Jaejoong sin embargo solo negó, con una expresión resignada en el rostro. –Lo que pasa es que siempre pensé que el primero en molestarme con este tipo de cosas serías tú, con lo enamoradizo que eres.



Junsu se fingió ofendido, dándole un pequeño golpe en el brazo al mayor, pero Jaejoong solo rió divertido mientras bebía un poco de whisky.



—Creía que Changmin estaría de mi lado, diciéndote que no debías casarte tan joven. Nunca pensé que sería el inteligente, el maduro, el serio de los tres, el que se casara primero.

—Sin contar con que es el menor.



Jaejoong volvió a sonreír, mirando a los dos que acababan de casarse bailar en la pista sin problemas, con los amigos de Minho aplaudiendo y haciendo escándalo. Con ese ánimo que era contagioso.



—Vamos a bailar.



Yoochun apareció de pronto, tomando de la mano a Junsu e introduciéndose en la pista de baile sin que Junsu tuviera la oportunidad de negarse, aunque tampoco lo hubiera hecho. Y luego de un rato pudo divisar también a Heechul y Siwon en una esquina de la pista, entre besos más que baile.



—¿Todo bien?— Yunho había aparecido de pronto, depositando un pequeño beso en su cuello y Jaejoong sonrió. Tomando una mano de Jung entre las suyas.

—Por supuesto.













Mir estaba ahí, con la firme idea de que haber ido hasta esa boda no había sido tan buena idea, pero tampoco es como si pudiera simplemente no ir. Los había conocido y había logrado llevarse bien con los dos, sin contar con que su hermano estaba con Junsu, uno de los hermanos de los que acababan de casarse.



Y todos eran felices, todos sonreían, todos estaban bien.

Menos él. Y tenía un vaso con vino en la mano, por que por supuesto, era demasiado joven como para beber algo más fuerte. Maldita sea su edad.



Quizá si hubiera nacido un poco antes, tal vez no tendría tantos problemas como ahora, las parejas bailaban en la pista, Mir seguía solo en esa mesa, con el pesar sobre la espalda. Seguro de irse en unos minutos más, complacido con haber hecho acto de presencia.



—Hablé con tu hermano.— Pero la presencia de Rain parecía interrumpir sus planes. El mayor apareció de repente con un coctel en la mano y sentándose justo frente a él, en la misma mesa. –Y por alguna razón tiene la idea de que te rechacé antes de que terminaras de confesarte.



Si, Mir tenía muchas preguntas, pero justo ahora, solo una rondaba su cabeza. Miraba el rostro de Rain su expresión pasiva, Mir no pudo evitar preguntar.



—¿Y no es así?

—¿Qué fue exactamente lo que te dije?



Rain parecía tranquilo, miraba su rostro y esperaba. Mir sin embargo era un manojo de nervios, agrupados todos en alguna parte de su cerebro, Mir solo podía mirar sus ojos y sentir que algo muy dentro de él volvía a funcionar adecuadamente.



—Dijo que no podía corresponderme. Por que éramos profesor y alumno.

—Y no me dejaste terminar.



De pronto el vaso de Rain estuvo sobre la mesa y la percepción de Mir cambió, como si hubiera dejado de escuchar la música, y las personas que a su alrededor parecían vivir la alegría de la noche.



—Iba a decirte que no puedo corresponderte, por que somos profesor y alumno. Mi carrera se vería afectada y tú estabas a punto de graduarte con honores. Dar un paso así, a unas semanas de la graduación era muy arriesgado.



Mir maldijo su impulsividad.



—¿Entonces…?

—Entonces tal vez sería bueno esperar unos días más, pronto será tu graduación ¿no?



Rain sonrió de esa manera acaparadora y sofocante que no le permitía a Mir pensar, que de pronto en ese momento hizo su pecho saltar de emoción y anticipación que no le era dada por completo pero que aventuraba sus sentidos.



—Nos vemos.— Rain se levantó de su lugar. –Prometí que dejaría a Boa en el aeropuerto, su prometido llega hoy en la madrugada.

—¿Está comprometida?



—Y va a casarse en unos meses, ¿no lo sabias?



Rain lo dijo, tan sinceramente, con tanta soltura que la sonrisa de Mir no le permitió ocultar lo aliviado que se sentía, vio la espalda de Rain alejarse entre las personas, caminar hasta Boa y ver como la mujer empezaba a jalar de su mejilla con una sonrisa burlona en el rostro mientras Rain parecía avergonzado.



Boa hacía el mismo juego que sus amigos aplicaban con él cuando le hablaban de Rain. Por un momento el malestar, el mal humor desapareció. Y de pronto, permanecer en la boda un rato más, no le pareció tan mala idea.













Minho sentía las manos de Changmin sobre sus mejillas, tomándolo con ímpetu mientras sus labios se encontraban y acaparaban cualquier rastro de aire que pudiera entrar en sus cuerpos, como si besarse se hubiera vuelto vital.



Estaban en algún pasillo de la casa, lejos de las miradas y las felicitaciones, con la música haciendo eco en alguna parte y con sus ropas ya un poco desarregladas. Minho lamió su labio inferior, con esa sonrisa en el rostro ante la pequeña contemplación del mayor.



—Te cortaste el cabello.

—Pensé que estaba muy largo.



Changmin sonrió, volviendo a besar sus labios, antes que las puertas se abrieran y fueran sus madres quienes interrumpieran el pequeño momento privado que habían encontrado a mitad de la fiesta.



—¿Se puede saber que hacen aquí?

—Estrenando nuestro título de casados.



Changmin de inmediato codeó a Minho quien sonrió divertido. Rye en cambio solo enarcó una ceja, con las manos en su cadera, mientras Yoohee viró los ojos, adelantándose un par de pasos a ellos.



—Ya salgan de aquí. Es hora del brindis.

—Pero…

—Nada de excusas.



Pronto los dos menores tuvieron las manos de las mujeres sobre la espalda, impulsándolos a caminar directo hacía el patio donde los invitados se encontraban bailando o comiendo algún aperitivo. Pero fue gracias a la señal de Ohn y Taesung, sus padres, que la música se detuvo y todos parecieron prestar atención a la mesa principal.



Changmin entonces levantó una de las copas, respirando profundo y con una pequeña sonrisa en los labios, ante la mayoría de invitados expectantes a sus palabras.



—Bueno… Muchas gracias a todos por estar aquí. Gracias a Minho por estar aquí.— Todos rieron sutilmente. –En verdad, estoy muy feliz de que mi familia y amigos formen parte de este día, solo puedo decir gracias y no se por qué. Pero estoy feliz de estar aquí y que Minho siga a pesar de todo y todo el tiempo junto a mi.



Changmin levantó la copa, besando tranquilamente la frente del menor, quien sonrió complacido antes de respirar profundo y dirigirse a los demás de igual forma.



—Bueno yo quiero hacer un brindis por la persona más inteligente, hermosa, dulce y maravillosa que he tenido el placer de conocer. La persona a la que más amo, es decir: Yo.— Se escucharon varias risas ante el pequeño empujón de Changmin cuando escuchó el parlamento de Minho quien también rió divertido. –Bueno, ya. En serio, gracias a todos por estar aquí. Y Changmin sobra decir que te quiero ¿no? ¡Salud!



Minho y Changmin levantaron las copas, bebiendo un poco del champagne antes de darse un beso corto, entre los susurros de Changmin hacía Minho por su broma de mal gusto y los presentes que parecían divertidos con ello. Pronto los meseros salieron con los platos que se servirían como cena y el lugar pareció calmarse un poco, con una música sutil y agradable.













—Yunho, ¿qué quieres mostrarme?



Jaejoong sonrió, mientras Yunho tapaba sus ojos con ambas manos, caminando por uno de los jardines que no habían sido ocupados por la boda de lo dos más jóvenes. Mientras la música se alejaba un poco a cada paso, la anticipación de Jaejoong crecía y como tal la espera se le hacía larga.



—Solo ten un poco más de paciencia Jae.



Y aunque resultara un pedido innecesario, Jaejoong no podía evitar morder su labio inferior mientras caminaba con cuidado, dejándose guiar por Yunho quien hacía de sus ojos ahora. Cuando por fin se detuvieron, el corazón de Jaejoong empezó a latir más apresurado.



Suponía que era.



—¿Ya me vas a dejar ver?

—Adelante…



Pero no estaba listo para eso, las manos de Yunho bajaron y los ojos de Jaejoong quedaron al descubierto, en cuanto sus parpados se levantaron y su mirada pudo posarse en toda la extensión y gama de globos blancos que había sobre el césped, que difícilmente se sostenían para no salir volando producto del helio.



—¿Qué es todo esto?



Su susurro vagó, mientras miraba sorprendido la amplitud y cantidad de globos que habían todos empezando a subir lentamente alrededor de él. Miró a Yunho con una sonrisa en el rostro, la mano de Jung indicándole que siguiera caminando.



Y mientras sus pasos se aventuraban entre la cantidad de globos que empezaban a elevarse al cielo Jaejoong solo podía pensar que esto superaba sus expectativas. Que si Yunho lo hubiera hecho así desde el principio, no estarían con tantas tardanzas como hasta ahora.



Finalmente llegó al centro del lugar donde un solo globo blanco lo esperaba, amarrado a una pequeña piedra en el suelo que le impedía elevarse como los demás. Pero Jaejoong lo vio, ese pequeño brillo de aquel anillo de oro que descansaba amarrado al final de la cuerda del globo. Un pequeño y sencillo anillo que hizo sus ojos abrir de par en par.



—¿Qué dices ahora?— La voz de Yunho sonó muy cerca de su oído. —¿Es una propuesta lo suficientemente decente?



Jaejoong giró sorprendido. Con sus ojos cerrados firmemente y sus brazos buscando por instinto el cuerpo del más alto mientras se prendía de su cuello y lo abrazaba con fuerza. Con esa muda declaración que era más que suficiente. Yunho no tenía que hacer todo eso, ambos sabían que eventualmente Jaejoong terminaría diciendo que si.



Pero había hecho sacudir su alma en ese instante. Y seguro como nunca antes de nada, Jaejoong susurró muy cerca del rostro de Yunho.



—Si, acepto.













—¡Bueno, por favor un poco de silencio!— Heechul había tomado el mando del micrófono. Con su vivaz carisma y su sonrisa que se plagaba dentro de toda la fiesta, llamando la atención de los presentes e incluso de los que bailaban. –Llegó la hora, de que nuestro Changmin muestre que puede ser romántico.— Se escucharon pronto los silbidos y los aplausos entusiasmados. –Minho, he aquí el regalo de tú querido esposo. Con ustedes, David Choi.



Minho apenas escuchó su nombre levantó la mirada y miró a Changmin sorprendido, pero él solo le regaló una sonrisa, antes de abrazarlo por la espalda. Sus manos cerradas por encima de su estómago. Entonces las luces bajaron un poco y una guitarra se empezó a escuchar. Dejando aparecer a un hombre de cabello corto y traje oscuro, con un micrófono en la mano. Esparciendo su voz armónica por todo el lugar.





Estoy escuchando el tic tac del reloj, esperando que el tiempo pase


Por que pienso en ti con cada respiración





Siwon pudo ver, a pesar de la distancia esos ojos de Minho, emocionados como pocas veces, mientras la letra de la canción podría fácilmente desbaratarlo. El cantante estaba transmitiendo eso, que difícilmente Changmin podía dejar antever. Sintió de pronto que ese muchacho que era su hermano menor, de pronto ya no era tan pequeño como le parecía, y cuando Heechul tomó su mano, pudo respirar profundo y sonreír. Heechul sabía lo que estaba pensando. Y de pronto solo se arrimó un poco más en él.



Todos los miedos que sientes y todas las lágrimas que has llorado terminan aquí


Por que tengo un corazón obstinado que solo piensa en ti.





Mir de pronto se había empezado mover, tan levemente que apenas era notorio, con el suave sonido de la canción y ese ritmo empedernido en hacerte sentir amor por todas partes, pudo sentir el brazo de su hermano alrededor de sus hombros, su mano subiendo un poco por su cabeza y despeinándolo, pero Mir solo sonrió y Yoochun le correspondió a la sonrisa, con Junsu a su otro lado y su mano sobre esos hombros, pegándolo a él, en un apenas notorio abrazo.



Yo solo te quiero por siempre, junto a mí.





Changmin sintió esos labios, cálidos sobre los suyos, mientras el ambiente se desenvolvía tranquilo entre todos los presentes y el David Choi sobre el escenario captaba la atención de todos. Luego sintió los brazos de Minho a su alrededor, su abrazo profundo y sus pequeños susurros de amor que sonaron cerca de su corazón.













Pocos días después, el sol se posaba imponente sobre todos los presentes frente a la obra recién estrenada a cargo de Boa, las palabras de la mujer, su prometido a un lado felicitándola. El alcalde con un reconocimiento y entre los presentes Yoochun y Junsu aplaudiendo con fuerza por la obra que acababan de concluir.



—Felicitaciones Boa, te merecías ese reconocimiento.



Junsu la abrazó con fuerza, agradecido más que todo con la oportunidad que esa obra les había dado para poder reunirse con Yoochun otra vez, en especial por que había llamado a la mujer un día antes para que les permitiera trabajar juntos.



—Gracias a ustedes muchachos por venir.

—No te preocupes, por cierto.— Habló Yoochun. —¿Qué quieres para tu boda? Junsu y yo estábamos pensando que regalarte y no se nos ocurre nada bueno.



—Lo que deseen está bien.



Junsu rodó los ojos pero levantó los hombros. –De acuerdo, pero luego no te quejes de que no te gustó tu regalo de bodas.



Boa rió divertida, y Yoochun miró el reloj otra vez. –Bueno, nosotros nos vamos en una hora es la graduación de Mir y si llego tarde me mata.— Se acercó para besar la frente de la mujer y sonrió. –Nos vemos en unas semanas en Japón para tu boda.



Ella asintió sonriente mientras veía a Junsu despedirse a lo lejos siendo jalado por Yoochun hacía el auto, deseándole suerte y que se verían pronto. Boa sonrió enternecida cuando su novio la abrazó y felicitó una vez más. Suspiró entre sus brazos, aliviada de que ahora todo estuviera mejor.













—Yoochun.— En voz baja, Junsu intentó llamar la atención de Park quien parecía embelesado escuchando la voz de su hermano menor mientras daba el discurso de graduación. —¿Quieres dejar de tomarle fotos al pobre de Mir cada dos palabras que pronuncia?



—Pero… es un momento para recordar.

—No, pareces un acosador. Eso es lo que pareces.



Junsu le quitó la cámara de las manos y Yoochun se cruzó de brazos, mirando a Mir frente al micrófono, con sus palabras de agradecimiento y aliento a sus compañeros. Con su mirada posada constantemente en la planta de profesores, o más bien en Rain.



Yoochun suspiró. Mocoso del demonio, eso le pasaba por apoyarlo.

Se la había pasado los últimos días hablando de Rain, que si lo había llamado, que si le había enviado un mensaje. Que si lo dejaba ir a Japón con Rain para la boda Boa.



Ya había olvidado la conclusión de corazón maduro que el menor no poseía. Parecía un chiquillo. Y Yoochun a veces dudaba que pensara antes de actuar cuando de Rain se trataba, maldita la hora en que decidió aplicar la empatía con él.



—Gracias~



Pronto llegaron los aplausos, y cuando Yoochun pudo darse cuenta las mucetas volaron por lo alto, abrazos, risas, alegrías. Todo el lugar se llenó de algarabía y Yoochun junto a Junsu intentaron buscar a Mir quien ya se encontraba con varios de sus amigos tomándose fotos por montón.



—¡Mir, por aquí!



Seungho agitó su mano y pronto el grupo volvió a tomarse una foto, Yoochun sonrió a lo lejos. Los alumnos buscaban a los profesores también y todos parecían no querer retirarse de inmediato. Podía ver la cara de cansados de los estudiantes.



La fiesta del día anterior había dejado a Mir agotado, con ojeras y por más que se lo negara a Yoochun, con una terrible resaca. No en vano había llegado cerca de las seis de la mañana.



—¡Chunie~!



Mir se había lanzado sobre él, con un renovado entusiasmo. Y una gran sonrisa en el rostro, Yoochun lo abrazó con fuerza.



—Felicitaciones.



La vida de Yoochun podía decir que estaba completa, o al menos a punto de estarlo. Mir se había graduado, pronto iría a la universidad y si todo marchaba bien, pronto le propondría a Junsu que se fueran a vivir juntos en cuanto Mir se marchara a la universidad.



—Junsu, gracias por venir.

—De nada, felicitaciones.



Yoochun miró el diploma que Mir le había extendido y sonrió. –Bueno, despídete rápido mocoso. Que los muchachos ya nos están esperando en el restaurante para celebrar tu graduación.



—Si, es una lástima que solo nos permitieran traer dos invitados por graduado.



Rain hizo aparición en ese momento, con una sonrisa en los labios y despidiéndose de un grupo de estudiantes que le había pedido una fotografía. Su mano agitándose en señal de despedida y de pronto la expresión de Mir sencillamente pareció emitir un brillo diferente.



—¿Listo?— Rain asintió, pasando una de sus manos por el brazo de Mir quien sonrió complacido y Yoochun solo tuvo que respirar profundo antes de que Junsu tomara su mano para calmarlo. En verdad era muy adulto para él. ¡Era su profesor, caramba! No podía aceptarlo tan fácil, tan pronto. —¿Nos vamos?



Cuando Mir por fin se dirigió a los dos, Yoochun volvió a respirar hondamente.



—Supongo que si.











—¡Llegó el graduado!



Heechul habló en alto, levantando el vaso con cerveza que había estado tomando logrando que los demás aplaudieran ante la llegada de Mir, quien sonrió abiertamente al verlo a todos ahí, exceptuando a Minho y Changmin que seguramente se encontraban en su viaje por la boda.



—Mi querido Rain que bueno verte por aquí.



Siwon sonrió abiertamente ante la expresión inconforme que Yoochun puso, pero Rain solo sonrió amable. Tomando asiento junto a Mir.



—¿Qué tal la graduación?— preguntó Jaejoong, con su tono casual.



—La verdad es que apenas di las gracias en mi discurso, pensaba lanzarme sobre Rain y besarlo frente a todos.— Dijo Mir despreocupadamente. –Pero Rain dijo que no era una buena idea.



Yoochun abrió mucho la boca, con su expresión de incredulidad antes de que todos estallaran en risas, Yunho fue el encargado de llamar la atención del mesero para que les trajeran las cartas y el ambiente se disipara un poco.



Pero Rain solo sonrió, negando suavemente antes de que Mir hiciera otro de sus comentarios impertinentes que terminaría por romper la paciencia de su hermano mayor.



—Bueno, ya todos no enteramos que Yunho pidió matrimonio.— Comentó burlón Junsu, intentando disipar un poco el ambiente también, por lo que Jaejoong levanto un poco su brazo, dejando ver el anillo en uno de sus dedos. —¡Es cierto!



Heechul miró el anillo con atención y todos parecieron entretenerse con eso. Siwon entonces sonrió, mirando atento como Yoochun parecía no despegarle la mirada de encima a Mir quien ya conversaba con Rain tranquilamente.



—¿Y ustedes? ¿No piensan seguir los pasos de estos dos?



Siwon trató de sonar casual, golpeteando la espalda de Yunho y Yoochun pareció prestar atención a la conversación en ese momento, mirando a Junsu a su lado quien también esperaba una respuesta, como si él no se atreviera a hablar primero.



—Bueno, eso se soluciona rápido.— Admitió Yoochun, tomando las manos de Junsu y sonriendo ampliamente. —¿Te quieres casar conmigo, Su?

—Por supuesto que si.



Hubo un silencio, que se extendió hasta el momento en que Heechul rió.



—Muy graciosos.— Rió el mayor del grupo, respirando hondamente para pasar el rato, pero Yoochun volvió a hablar con su expresión seria igual a la de hace un instante.



—No estoy bromeando, lo digo en serio. Nosotros ya tuvimos bastante tiempo perdido.

—Lo sé, Chunie. Y mi ‘si’ va en serio también.



Yoochun sonrió besando los labios de Junsu antes de que todos trataran de pasar la facilidad con la que la propuesta de Yoochun había sido dicha y del mismo había sido aceptada, como si sobraran las palabras. Y fueran solo necesarias para hacerlo formal ante los demás.



—¿Están hablando en serio?— Habló de nuevo Heechul, sin terminar de creérselo. —¿Así de fácil? ¿Sin propuestas extravagantes ni esas cosas?

—Bueno.— Comenzó Park. –Nuestro amor tiene mucho de eso, fue el destino que nos conociéramos, pero desde que nos besamos ambos supimos que sería para siempre. Esto solo es formalizarlo ante ustedes.



Junsu sonrió. –Es como un final esperado en medio de cualquier historia, ahora solo nos toca intentar salir adelante y luchar por eso.

—¿Lo más difícil?— Comentó por fin Mir. —¿Lo difícil no debería llegar a estar juntos?



Junsu negó un poco. –Lo más difícil es mantener este amor que parece tan difícil de conseguir. Lo más difícil es conocernos y aprender a convivir con ello.



Yoochun apretó la mano de Junsu un poco más. Y respiró profundo otra vez. El mesero acababa de llegar dispuesto a tomar la orden del numeroso grupo que se encontraba ahí.











—Y cuidado con adelantarte haciendo cosas que todavía no debes hacer.— Yoochun alzó un poco su brazo, mientras Mir aburrido solo viraba los ojos. –Y espero que llegues antes de las dos de la madrugada, ni un minuto más tarde.— Esta vez miró a Rain quien con su mano sobre los hombros de Mir escuchaba atento. –Y tú, Rain más te vale que cuides bien de él, es la primera vez que va a una discoteca. Recuerda que si le pasa a algo…



—Ya Chun, déjalos ir.



Junsu tuvo que intervenir, con su aire tranquilo y sonrisa conciliadora, permitiéndole a la pareja marcharse al fin, caminar hasta el carro de Rain y sonreír en el camino. Yoochun pudo ver mientras se alejaban la manera en que los ojos de Rain se posaban en el rostro aniñado de Mir y la forma en que cuidaba de él, como lo protegía y trataba de enseñar. Sabía que Rain cuidaría de él, lo sabía bien.



Pero…

Era tan difícil aceptarlo.



Esos ojos de Mir que un día solo lo captaron a él, que un día depositaron su confianza en él, que lucharon junto a él, que lo quisieron solo a él. Ese niño que antes jugaba a su alrededor, que peleaba por su atención. Hoy se estaba alejando, veía el rostro de otra persona y sonreía de formas que él desconocía, tomaba la mano de alguien más y estaba dispuesto a caminar en paralelo a él, por ir junto a Rain.



Suspiró cuando los vio subirse al auto y alejarse de ahí. Como si la imagen de Mir hubiera empezado a cambiar desde hace tanto, que verlo crecer de pronto le afectaba, pero Junsu se aferró de su brazo y suspiró.



—Ya no es un niño, Yoochun.

—Lo sé, va a entrar a la universidad después de todo. Es solo que…— Yoochun mordió su labio inferior. –Ahora todo es diferente.



—Y te vas a acostumbrar, tarde o temprano lo vas a hacer.



Para ese momento, Yoochun había girado lo suficiente como para ver el rostro de Junsu y acariciarlo un rato antes de besar sus labios y sonreír. –Gracias.

—¿Por qué?

—Por estar aquí.



Junsu rió divertido, soltándose un poco y estirando su cuerpo y brazos mientras el resto de sus amigos empezaban a salir del restaurante también.



—Bueno, tenemos el apartamento para nosotros solos hasta las dos.— Miró sugerentemente a Park y sonrió. —¿Te parece si le sacamos provecho a la situación?

—Obviamente.



Junsu rió cuando sintió la mano de suyo apretando la suya y corriendo junto a él hasta el automóvil que había quedado aparcado a pocos metros de allí.



—Ah~ El amor joven.— Comentó Siwon, parado a unos pasos de la puerta del restaurante, sintiendo casi de inmediato un golpe por parte de Heechul.

—Hablas como si fuéramos demasiado viejos.



—Solo bromeaba.— Siwon abrazó un poco a Heechul, de camino al auto mientras el repentino mutismo de Kim lo tomaba por sorpresa. —¿En qué piensas?

—En nada en especial.



—Chul…

—Bueno, quizá un poco en este asunto de las bodas.



Siwon de inmediato miró curioso a Heechul. —¿Te quieres casar?

—No, al menos no todavía.— En ese momento Heechul deslizó su mirada Choi. —¿Y tú?



—Tampoco, por lo menos no por ahora.

Heechul entonces suspiró aliviado. –Me alegra que pensamos igual.



—Sin embargo…— Habló de nuevo el menor. –Podríamos adelantar la luna de miel.

Heechul rió divertido y asintió. –Esa es una muy buena idea.



Y mientras caminaban hasta el auto negro que Siwon había estacionado lejos de la entrada, Heechul empezó a armar planes, y Choi pudo sentir la emoción del mayor como propia. La misma algarabía y entusiasmo.



—Entonces, ¿dónde te gustaría ir?

—Paris estaría bien. Nos conocimos ahí después de todo.













—¡Corre Jae!



Yunho gritó divertido mientras apresuraba el paso, con la mano de Jaejoong fuertemente apretada, con la lluvia cerniéndose sobre ellos y Jaejoong tratando de ocultarse de ella como podía, corriendo ambos por las aceras vacías de ese día.



—Te dije que viajáramos en taxi.— Le reprochó Jaejoong. –Pero ahora terminaré empapado por tu maravillosa idea de andar en bus.

—Oh, vamos.— Yunho lo atajó con fuerza, uniendo sus cuerpos bajo un pequeño árbol que habían encontrado. Quedando ambos frente a frente. —¿No te parece esto romántico?



Jaejoong no pudo evitar dejar escapar una pequeña sonrisa, con su cabello húmedo y las gotas cayendo por las hebras de su cabello, con la imagen del rostro sonriente de Yunho tan cerca de sus labios, con la respiración un poco agitada, y la lluvia cayendo por todo Seúl.



—Estoy sucio, empapado por la lluvia, cansado ¿te parece esto romántico?

—¿Y qué tal esto?— Yunho depositó un beso corto sobre sus labios. Luego otra sonrisa hizo aparición. –Un hermoso beso bajo la lluvia.



Jaejoong rió en esta ocasión, pasando los brazos alrededor de su cuello y suspirando.



—…Idiota.



Pero Yunho esta vez no acotó algo más. Solo permaneció un rato más así, con el cálido cuerpo de Jaejoong junto al suyo, tan etéreo y maravilloso por igual. Como ese sentimiento que se había desarrollado entre los dos, en medio del caos y las lágrimas. Como ese día cuando las nubes se despejaron y Yunho se descubrió de la mano con Jaejoong, en el mejor de los amaneceres en su vida.













—No puedo creer que ya nos hayamos casado.

—¿Todavía lo dudas?

—No es tan fácil de asimilar.



Minho giró, con un pequeño puchero en los labios y Changmin solo hizo que la gorra del menor cayera un poco, a lo que Minho se agitó, con una sonrisa antes de morder su labio inferior y empujarlo a un lado.



—No seas molesto.

—Me gusta molestarte, es diferente.



Changmin rió, cuando Minho solo giró el rostro, fingiéndose molesto y de brazos cruzados. A lo que Changmin respondió, abrazándolo con fuerza, como si pretendiera quitarle el aire en medio de ese abrazo.



—Te quiero, Minho. ¡Te quiero!

—Ya lo sé, ya lo sé… Desde que aprendiste a decirlo no paras de hacerlo, es un poco traumático en verdad.



—¡Oye! Antes te quejabas por que casi no lo decía.

—Pero ahora lo repites como loro, a veces no sé si lo dices por costumbre o por qué en verdad lo sientes.



—¿Quieres que te lo demuestre?



Changmin sonrió y Minho rió divertido, golpeando un poco el brazo del mayor.



—Estamos paseando.

—¿Y? ¿Cuándo eso te ha detenido?

—Desde que estoy haciendo turismo. Así que espera un poco más.



Changmin solo besó el cuello del menor, y se separó, volviendo a caminar por las calles de aquel lugar, tomando la mano de él, con aquella mano donde el anillo de plata se notaba con fuerza, mirando y descubriendo el lugar.



Resulta que a Minho le gusta la manera en que sus manos se ven juntas. Desde el primer momento en que vio a Changmin, en ese instituto tantos años atrás, cuando vio sus ojos y descubrió que quería estar con él, por todo el tiempo que le fuera concedido.



Que Changmin era como ese ser del cual no podía escapar.



Y es que Changmin en cambio entendió, entre los recuerdos de su pasado y ese presente que ahora tenían que le gustaba ese sentimiento, que su corazón explotaba de felicidad cada tanto y que tenía que hacer algo más fuerte que el destino saber que Minho y él tenían que estar así, terminar así. De la mano, solo los dos.



En algún momento Minho alegó que se había aburrido de caminar y se subió a la espalda de Changmin, señaló varios lugares y besó el cuello del mayor. Disfrutó y vivió, apreció esos minutos de paz, de tranquilidad, de amor. Que la vida le había regalado a los dos. De ese amor que se había confirmado, pero que hoy solo empezaba a recorrer esa nueva etapa que habían decidido empezar.





..:: FIN ::..

1 Comentarios:

  1. Awwwwww yo queria ver boda del Yoosu~
    Muy bueno eh~~
    Gracias^^

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