—Changmiiiiiiiin— . La voz de Yoochun se escuchaba lejana, como si estuviera lejos de un radio mal sintonizado. Las luces giraban detrás de sus ojos y se agarró a la cosa más cercana que pudo. La sensación del cuero en sus manos y la fuerza de Yoochun eran las únicas cosas que le impedían caer como costal en el piso del club.
¿Me ha matado?¿Es veneno?¿Yoochun?
—Changmin.
Se sentía tembloroso y torpe, como una marioneta. Un dolor agudo en la nuca fue la anticipación a la llegada de las náuseas que amenazaban con añadir una decoración a la camisa del vampiro.
—Quí.. Quítate de encima—. Yoochun lo hizo, acto seguido, apretó a Changmin tan fuerte que no lo dejaba respirar. El malestar dio paso al pánico ya que su claustrofobia le golpeó con fuerza y comenzó a ver puntos detrás de sus ojos. Con cada gramo de su fuerza, empujó a Yoochun y se tambaleó hacia atrás y hacia fuera hasta que el bar estaba a sus espaldas.
—¿Changmin? Changmin... ¡Changmin!
—¡Shhhh!— Escuchaba por ahí como la cacofonía voces de Changmin. Changmin. Changmin. Estaban haciéndole daño a la cabeza. Lo que sea que había en esa bebida se sentía como agujas de hielo clavándose a través de sus venas. Intento flexionar su puño y trató de concentrarse en los dedos, ya que se apretaron juntos. Mirando de cerca, juró que podía ver hilos de plata correr por su piel, pero cuando parpadeó para enfocar, ya no había nada.
—¿Estás bien?— Dijo Yoochun preocupado. Tenía una mano firme sobre el brazo de Changmin, claramente preocupado de que fuera a desplomarse en cualquier momento. Tomó a Yoochun de las manos.
—Necesito un trago—. Dijo con firmeza. Las palabras sonaban bien en su cabeza y él esperaba que tuvieran sentido—. No whisky. Agua.
—Agua—. Yoochun repitió. Changmin miró por encima del hombro al tipo bajito que estaba mirando a él y a Yoochun como si él nunca hubiera visto a un vampiro y un humano envenenado antes—. Dije ¡Agua!— Demandó Yoochun. El hombre, una especie de derivado de un clan enano por el aspecto de sí mismo, se escabulló a las botellas de agua y llenó un vaso. En cuestión de segundos estaba de vuelta y deslizó el vaso de vidrio a través de la superficie de madera de la barra. Yoochun alcanzó y dio dos tragos antes de pasárselo a Changmin.
—Está bien—. Dijo y simplemente, se lo entregó a Changmin.
—¿No tienes una química diferente, siendo...?— Agitó una mano temblorosa para indicar lo que quería decir, lo que sin lugar a dudas era que Yoochun estaba muerto de todos modos.
—Bebe el agua—. Yoochun resopló pero no discutió el punto.
Así lo hizo. Fresca y húmeda, se deslizó por su garganta como un bálsamo helado, miró hacia abajo a su mano de nuevo. Cerró los ojos para intentar disipar la neblina mental que estaba en su cabeza. Realmente podría haber jurado que vio hebras plateadas debajo de su piel. Abrió la boca para hablar con Yoochun, pero su guardaespaldas colmilludo no estaba allí.
Curiosamente, examinó los grupos de personas en el área inmediata, ninguno de los cuales parecía haberse dado cuenta de que alguien había tratado de matarlo o envenenarlo, o... mierda, nada.
—Hola, precioso.— La voz era baja y estaba muy cerca del oído su oído. Tan cerca que le tomó por sorpresa y gritó en shock. Por Dios, sus nervios estaban colgando de un hilo. Girando sobre sus talones, que no fue tan inteligente teniendo en cuenta que su cabeza era un caos de mareos, se volvió hacia el dueño de la voz.
Impresionante. Esa fue la primera palabra que le vino a la mente. Un metro ochenta de perfección etérea estaban a centímetros de él.
—Hola—. Dijo Changmin cortésmente. Durante todo el tiempo que estaba intentando mantenerse en pie, junto con la barra en la espalda a una pulgada, fue detenido por la sensación de un cuerpo duro detrás de él y se relajó un poco, Yoochun había regresado. No estaba seguro de lo que este tipo con el pelo largo y oscuro y un cuerpo para morirse que se había aparecido frente a él, pero ahora que Yoochun estaba allí podía manejarlo.
—Tienen habitaciones en la parte de atrás—. Esa voz era nueva. Le pertenecía al cuerpo fuerte en el que estaba apoyado. Que claramente no era Yoochun.
Con otro grito viril, Changmin giró para enfrentar al nuevo chico y sus pecados, pero tuvo al primer chico frotándose contra su trasero.
—Creo que lo amo. —Dijo el dueño de la dura erección en su espalda baja. La cabeza de Changmin giraba.
—Lo amo también. Es todo lo que quiero...
—Es todo lo que necesito...
—Es tan hermoso...
—Huele tan bien...
—Lo quiero para siempre.
—Moriría por él.
—Chicos—. Changmin interrumpió la discusión y se retorció para liberarse de los hombres.
¿Dónde está ese maldito vampiro cuando se le necesita? Estaba empezando a sentirse acorralado. Unas manos vagaron por su cuerpo y en todo el frente de él. Pero sentía que este no era un club informal. Esto era algo muy diferente. Trató de empujarse lejos, pero lo que estaba en la bebida había dejado sus extremidades como la gelatina y se negaron a cooperar.
—Ven conmigo. —Cantó el segundo tipo.— Te quiero. Podríamos estar muy a gusto.
—No, conmigo.
—Chicos— .Otra voz interrumpió a ambos hombres. Una castaña escultural con el pelo revuelto, que estaba vestida con un cortísimo vestido, presionó sus generosos pechos contra su brazo.
—Gay...— Dijo Changmin débilmente. Esto se estaba saliendo de control.
—Sí, me necesitas— La castaña tenía una sonrisa afectada. Se apretó más fuerte y paso sus uñas escarlatas desde el cuello de hasta el ombligo—. Te quiero a ti. Podríamos tener niños increíbles.
—Espera...— estaba tratando de ser amable. ¿Tener hijos? ¿Amor? ¿Necesidad? ¿Qué diablos está pasando aquí?
«Yoochun, ¿dónde estás?» Pensó mientras seguía intentando librarse de la mujer.
«Siguiendo a la bruja maldita». La voz de Yoochun era como una brisa de primavera en sus pensamientos sobrecalentados.
«Vuelve». Changmin envió la orden tan directa como pudo.
— Ayuda...— Ni siquiera se detuvo a pensar el por qué podía oír la voz de Yoochun o incluso cómo se sintió tan bien después de que obtuvo una respuesta.
Yoochun estaba a su lado en cuestión de segundos. Su agarre fuerte quitó a los tres que se entrelazaban con varias partes del cuerpo de Changmin. El vampiro alto, fuerte y muy insistente era una barrera efectiva para poner a raya al resto del club que, uno a uno, fueron volviendo su atención a Changmin.
—No puedes hacer esto. Es contra la ley usar hechizos de amor en espacios abiertos— . Gritó el barman. Changmin levantó las cejas y se quedó con la boca abierta.
¿Hechizos de amor? ¿Qué? ¿Como una poción de amor? ¿Es eso lo que había bebido? Se volvió hacia Yoochun, que tenía la cara torcida en un gesto bastante ¿Gracioso?
—Van a tener que irse— . Insistió el barman.
—Tu chica hizo esto—. Explicó el vampiro enojado.
— ¿Qué chica?
—La camarera.
—Sólo estoy yo esta noche—. El tipo bajito miró fijamente a izquierda y derecha—. Necesitas tomar a tu humano y sacarlo de mi propiedad antes de que llame a un matón.
Changmin escuchó la conversación, pero la presión de los cuerpos en su contra era sofocante. Podía sentir la tensión familiar en el pecho, cuando el aire dejó de circular alrededor de su cara. Cada vez más personas se acercaban.
—¡Yoochun!
—¡Retrocede! –Yoochun rugió de forma inusual.
El ‘Micky’ que veía desde que se había mudado era todo tranquilo y mordaz, siempre a la espera de cualquier oportunidad para meterse en sus pantalones, completamente diferente a esta masa rígida, emocional y llena de ira. Y ahí otra inoportuna otra cara en club le exigía Changmin que lo amase toda la noche, y para su sorpresa, Yoochun sólo silbó en desaprobación. Si Changmin no hubiera estado a punto de perder la conciencia se habría encontrado que el ‘Micky’ enojado era bastante sexy.
Las manos de Yoochun estaban sobre él, debajo de los brazos, y en un movimiento suave se alejaron de las manos que lo arañaban con sus declaraciones de amor, necesidad, los niños y el matrimonio. El vampiro consiguió meterlo detrás de la barra, por un segundo, parecía ser un buen lugar para esconderse. La barra sólida contuvo las masas... hasta que el primero de ellos puso una mano en el mostrador y empezaron los demás a ponerlas también.
—¿La puerta de atrás?— Pidió Yoochun con urgencia. El camarero, cuya expresión había cambiado de repente de molesto a enamorado, hizo un gesto hacia el otro extremo de la barra. En realidad dio un paso hacia Changmin, pero el gruñido de Yoochun le hizo retroceder de nuevo.
En cuestión de segundos, estaban fuera del club y lejos de la gente.
Se tambaleaba. Sólo con el último aire de la noche que golpeó su rostro, Changmin se sintió capaz de inhalar profundamente y despejar los pulmones. Yoochun lo tomó con más fuerza.
Se sentía borracho y sin coordinación. Los sonidos del club fueron disipándose, pero Yoochun no dejó de caminar más rápido que la velocidad normal y los pies de Changmin apenas tocaban el suelo, algo que normalmente hubiera considerado todo un logro considerando que era más alto que el vampiro, pero no sería en esa ocasión. Finalmente pareció que Yoochun estaba contento con la distancia entre ellos y el club, y depositó a Changmin sobre una banca.
Mirando a su alrededor, reconoció el lugar como un el parque de la Luna, un lugar de reunión muy conocido para los lobos más jóvenes. El viejo cercado en el monte, bajo dispersos robles antiguos, no era el lugar para que un ser humano solitario vagara, especialmente uno que parecía tener algún tipo de atracción venenosa en su sangre.
—Tengo que ir a casa—. Se quejó Changmin. Apoyó los codos en las rodillas y agachó la cabeza, respirando aire fresco, como si su vida dependiera de ello.
—Necesitas un guardián—. Refunfuñó Yoochun por lo bajo. No demasiado bajo para que el otro lo oyera.
—¿Qué había en esa copa?
Yoochun frunció el ceño y se puso en cuclillas en el suelo entre las rodillas de Changmin. El investigador quería pensar que su casi estado etílico hizo que imaginar en lo que Yoochun podría hacer correctamente en sus rodillas a este nivel.
Empujó la imagen sin piedad. No antes de que Yoochun hubiera leído sus pensamientos, sin embargo, la lasciva sonrisa del vampiro se fue.
—Me imagino que el primer camarero no era alguien que trabajaba allí—. Yoochun comenzó pensativamente.
—¿Eso crees?— Changmin no pudo evitar el sarcasmo de su tono.
—También me imagino que ‘La abuela’ tiene que ser alguien que le han hecho mal y no era más que el proveedor de la justicia.
—No he hecho daño a una sola persona condenada—. Espetó Changmin ¡Infiernos! Él se disculpaba por las cosas si fueran culpa suya, era la última persona que hacia mal a alguien.
—Bueno, lo que sea—. Yoochun se encogió de hombros—. No fue mi whisky el que hizo eso.
—Hechizo de amor, dijo eso. El tipo del bar.
—No sé mucho acerca de la magia, pero puedo decir que los hechizos de amor son reales.
—¿Por qué me harían eso de todos modos? La gente no va por ahí vertiendo hechizos al azar en las personas.
—Pero lo hacen—. Dijo Yoochun con seriedad. Puso sus manos sobre cada uno de los antebrazos de Changmin y le envío una sacudida de calor a su cuerpo. El toque de Yoochun le ponía nervioso. Siempre había imaginado que los vampiros eran fríos como el hielo, pero las manos de Yoochun eran calientes y firmes.
— ¿Qué pasa con esa bruja que quería los huesos del hombre lobo?
—¿Qué pasa con ella?— Preguntó Changmin. Un mal presentimiento lo recorrió—¡Oh! Dijo que iba a disfrutar de mi presente. Apuesto que organizó esto.
Yoochun asintió.
—Si te cruzas con una bruja, ten un poco de suerte y tal vez puedas escapar con tu vida. Considérate afortunado de conseguir ser el objeto de La Maldición de Cupido.
Changmin levantó la mirada y se encontró con los ojos expresivos de Yoochun.
—La Maldición de Cupido—. Repitió. Realmente trató de inyectar incredulidad humorística en las dos palabras, pero en realidad, no tenía nada.
—Es como lo llaman. ‘Hechizo de Amor’ o ‘Poción de Amor’, es probablemente como es conocido por ti. Es una maldición muy real vinculada a la magia.
—Así que, de alguna manera equivocada, una bruja hizo que terminase con un tipo en pañales bailando en mi cabeza—. Yoochun dio otro de sus frunces de ceño como si no hubiera entendido la referencia al dios Cupido y sus interpretaciones—. Lo que sea—. Añadió Changmin— ¿Cómo salgo de esto? ¿Qué demonios hace?
—Esto hace que el observador caiga de inmediato en el amor. Se sienten como si su vida es incompleta sin ti y se enfrentan a nada más que un abismo de desesperación por si su amor no será correspondido. La clave de una Maldición de Cupido es fomentar el asesinato y el suicidio y otros resultados no tan apetecibles. La maldición en sí es antigua, pero puedes comprar versiones de bebidas aguadas de la misma a partir de ciertos brujos. Por lo general son suficientes para ponerse a trabajar un poco.
—Éste trabaja bien, puedo asegurarlo—. Gimió Changmin. Entonces se dio cuenta —¿Por qué no estás encima de mí?— Preguntó.
—¿Tal vez afecta más lento a los vampiros?— Yoochun se encogió de hombros.
—¿Cuánto tiempo dura esta maldición?
—Según recuerdo, la maldición original pedía eliminar a la bruja, pero esta es una variante. Para comenzar el hechizo lo único que necesitaba era algo tuyo, y, por supuesto, tu nombre...
Changmin gimió cuando el recuerdo lo golpeó.
—Apuesto a que es esa bruja que conocí cuando abrí. Ella dijo que mi tío le debía algo. Dijo que quería que me ocupase de un hombre lobo. Ella soltaba alguna tontería sobre la necesidad de los huesos del hombre lobo.
Yoochun apretó los brazos de Changmin momentáneamente, pero por lo demás no dio ninguna señal de que encontró la declaración importante. Claramente lo hizo, porque en cuestión de segundos había levantado a Changmin del banco y salía del parque.
Bien, Changmin no era pesado, comía bastante pero no ganaba peso. A veces le encantaba cuando un hombre se imponía sobre él, pero esto de llevarlo a cuesta no lo hacía feliz en absoluto.
—Puedo caminar—. Protestó—. Bájame.
—Necesito ponerte a salvo—. Insistió Yoochun.
—Estoy seguro. Estoy contigo—. A pesar de lo dijo, se dio cuenta de que realmente se sentía seguro con el hombre que le tenía cogido tan fácilmente como a un niño pequeño. A pesar de sentirse humillado por no estar autorizado para caminar.
Yoochun se detuvo y dejó que Changmin se deslizara hacia abajo por el cuerpo del vampiro hasta alcanzar una posición de pie. Un poco mareado, Changmin puso una mano de apoyo en el pecho de Yoochun. El vampiro tiró de él en un fuerte abrazo antes de liberarlo rápidamente. Cogió la cara de Changmin en sus manos, y lo miró. El miedo creaba sombras en los ojos del vampiro mientras su mirada se encontró con la de Changmin.
—Si esta bruja está tratando de localizar unos huesos de hombre lobo, La Maldición de Cupido es la menor de nuestras preocupaciones—. Dijo.
—¿Tiene que ver con lo que mi tío estaba involucrado? ¿Con una bruja? Y... Mierda—. Changmin se apartó del contacto de Yoochun, demasiado inquieto para quedarse quieto.
—¿Qué?
—¿Y si la bruja le ha pedido a otra persona cuando le dije que no iba a cazar a un hombre lobo?— La energía se drenada de Changmin, dejándolo débil. No podía detener sus pensamientos—¿Qué pasa con la niña desaparecida?— El horror le llenó cuando Changmin imaginó a la niña de Kangin tomada para obtener sus huesos.
Yoochun negó con la cabeza.
—Ya basta.— Afirmó con firmeza.— Nada de eso. La chica lobo ha estado desaparecida durante dos días. Antes de siquiera conocieras a tu bruja.
—¿Pero podría estar conectada?— Rechazar a una bruja no significaba que no sería seleccionado el siguiente en su lista para hacer su trabajo sucio, ni tampoco significaba que ella no le había pedido a alguien más y le hubiera entregado un niño.
Yoochun negó con la cabeza.
—No lo sé.— Empezaron a caminar de nuevo.
Changmin no estaba del todo seguro acerca de la ruta que estaban tomando para llegar a casa, pero de alguna manera Yoochun no le hacía caso. Changmin se preguntó cuánto tiempo duraría esta maldita maldición.
¿Sera permanente? ¿O tal vez sólo era algo para enseñarme algún tipo de lección rara?
—Con esa maldición encina, no irás más lejos en la búsqueda del tercer fae— . Se quejó.
Ellos estaban cerca la carretera donde se encontraba la agencia, aunque fueron en una dirección completamente diferente que cuando habían ido al club. Había un hombre que estaba junto a los arbustos que rodeaban el camino, y Changmin instintivamente se acercó a Yoochun.
Lo último que necesitaba era alguien que fuera a él en plan amante psicótico.
—Espera aquí.— Dijo Yoochun. Apoyó a Changmin contra la puerta y sacó al otro hombre lejos de las luces de la casa y estuvieron en la oscuridad. Changmin observó desde su lugar en la sombra y no se movió. Deseó poder oír lo que decía Yoochun. Lo intentó con el vínculo telepático, pero Yoochun lo miró y negó con la cabeza. Era evidente que él no quería que Changmin estuviera en su mente.
Genial. Él puede sintonizar “Radio Changmin”, pero yo no puedo escuchar su señal.
Changmin volvió su atención al otro hombre, un poco más bajo que Yoochun y de pelo rubio. Había algo en su postura que hablaba de una conexión a Yoochun. Probablemente otro maldito vampiro.
Intercambiaron palabras y el chico no parecía demasiado feliz. Él también miró a Changmin y luego cruzó los brazos sobre su pecho, mirándolo abiertamente. Realmente era un hombre impresionante y elegantemente precioso. Changmin sintió el impulso de enderezarse bajo la observación. Yoochun dijo otra cosa y con un encogimiento de hombros del segundo vampiro se acercó a Changmin, pero cambio de dirección en el último minuto ya que había sido advertido de la maldición. Se dirigió hacia el camino que Changmin y Yoochun habían venido, dejándolos solos en el umbral de la agencia.
—Jaejoong se hará cargo del problema que te está siguiendo.— Explicó Yoochun.— De lo contrario si te quedas aquí sólo va a empeorar.
—¿Cómo va a ayudar?
—Es un medio vampiro, medio sirena—. Dijo Yoochun, como si eso lo explicara todo.
Demasiado cansado para pedir una aclaración, Changmin buscó sus llaves un poco antes de que Yoochun las tomase y abriera la puerta para dejar a ambos pasaran, vieron a Kyuhyun flotando a través de la puerta de entrada, retorciéndose las manos mientras se movía de un lado del amplio pasillo al otro.
Se detuvo cuando Changmin se dejó caer cansadamente en el último peldaño de la escalera.
—Traté de detenerlos.— Dijo Kyu inmediatamente.
—¿Detener a quién?— Preguntó Yoochun.
Kyu volvió a retorcer sus manos y pasó de una pared a otra. Yoochun se interpuso en su camino.
Changmin imaginó que el fantasma pasaría directamente a través de los vampiros, pero en vez de eso, se detuvo y arrugó la nariz con desagrado. Era evidente que los fantasmas no les gustaba pasar a través de vampiros. Changmin sonrió ante la idea y se dio cuenta de que en realidad estaba agotado.
»Para— dijo con voz autoritaria— ¿Quién?— Repitió Yoochun.
—Ellos entraron por la fuerza, sin pedir su permiso, y pasaron a través de mí. Dijeron que querían a Changmin y algunos archivos—. Kyuhyun frunció el ceño y dio unos golpecitos con el dedo etéreo a su sien— ¿O era los archivos y a Changmin?
—¿Quién?— Yoochun se alejó de Kyu, abrió la puerta de la oficina y miró en su interior. Luego se mudó a situarse en la parte inferior de la escalera y miró hacia el más allá de la oscuridad—. No hay nadie en la casa.
El fantasma hinchó el pecho.
—Se fueron cuando les amenacé.
—Sólo dinos quienes eran, Kyu—. Intervino Changmin.
La expresión de Kyuhyun cambió de orgullo a ansiosa de nuevo. Se arrodilló a los pies de Changmin... o más bien desapareció en el piso hasta que estuvo a su nivel. Changmin instintivamente se inclinó hacia delante cuando Kyuhyun susurró una palabra que goteaba horror y respeto a regañadientes.
Orales! Posion del amor, un jaejoong mitad vampiro-sirena y shora sirenas! Que locoooo!!! Esta historia tiene un nose qué que qué sé yo que me encanta!! Gracias por el cap!!
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