No era la primera vez que Changmin inhalaba el polvo del almacén de su tío, se preguntó si no debía haber usado una máscara. Los archivadores, apilados en un rincón, estaban completamente cubiertos del maldito polvo. Había gruesas telarañas sobre algunas cajas con rollos viejos de papel amarillento, carpetas con hojas desordenadas, algunas de ellas estaban etiquetas, y libros de todos tamaños esparcidos por todas partes, muchos de ellos abiertos en cualquier página y cubiertos con más polvo. Tomó una carpeta etiquetada con Wang vs Wang que estaba fechada hace quince años.
Sus dedos se llenaron de polvo, dejó la carpeta a un lado, y se sacudió las manos en la parte delantera de sus pantalones. Invertiría días y días para limpiar todo el lugar, y meses para ordenar todos y cada uno de los archivos, aunque estaba la opción de quemar todo lo que tuviera que ver con los paranormales ¿Eso liberaría alguna maldición? Después pensaría en eso.
Echó las pesadas cortinas negras hacía atrás para que la luz entrara al espacio, fue como si viera por primera vez el ‘Cuarto Libro’ como lo hacía llamar su tío. Objetos extraños, cajas, cartas y fotos cubrían cada superficie del lugar. Una de las paredes estaba cubierta con varias notas pegadas con cinta adhesiva, y bastantes de ellas estaban esparcidas por el piso. Aquella visión tan desordenada hizo que Changmin quisiera dejar todo tal y como estaba, una mejor idea era subir a su habitación para darse un largo baño.
Quitó las telarañas de la carpeta Wang vs Wang y la abrió.
—Wang Dohyeon, elfo, envejecido…— miró más de cerca y entrecerró los ojos para forzar su vista—. Entre ciento ochenta y tres años. Contra Wang Yunseo, hija de…, de unión con… ¿Demonio?— Incluso, con gafas sería muy difícil leer el archivo. Ojeo el archivo rápidamente, las notas eran incompletas, con cambios de lenguaje, escritura, símbolos y jerga legal ¡Maldita sea! Esto me llevará más tiempo del que pensé. De repente se produjo un cambio en el papeleo, ahora podía leer y entender lo todo lo que estaba escrito, incluso podía entender los símbolos escritos a los márgenes de las páginas.
—Wang Dohyeon engañó a su esposa— . La voz salió de una de las esquinas oscuras, Changmin se dio la vuelta, blandiendo un archivo frente a él.
—¿Qué carajos?
—Engañó a su esposa. Lo dice en la página cincuenta y tres. Se llegó a la conclusión…— La voz era ronca y adormilada. Changmin frotó sus ojos, los abrió de nuevo, pero no vio a nadie. Esta vez, no había una molesta gárgola que empezara a platicar con él.
Justo cuando había decidido que había perdido la cabeza, la voz sin cuerpo fue acompañada de un cuerpo. Bueno, la mitad de uno, hasta ese momento, en realidad. La forma completa se manifestó partículas de humo y la figura se formó frente a los ojos de Changmin.
Había visto fantasmas antes, en la televisión. No eran fantasmas para–hacer–creer–que–en–fantasmas. Sabía que los fantasmas existían, todos lo sabían, pero se guardaban ese hecho para ellos mismos.
—Y a qué no sabes lo qué hizo— . El fantasma flotó más cerca, una nariz se unió a la cara y las orejas alineadas a cada lado de la cabeza. La voz del fantasma goteaba con el tono de quien comparte un secreto que necesita ser revelado— . Dejó a su esposa y a su novia embarazadas al mismo tiempo.
—¿Con ciento ochenta y tres años de edad?— Changmin cayó en cuenta de que estaba sosteniendo una conversación con fantasma, que estaba atrapado en ropas de un siglo pasado. El fantasma vestía un hanbok en tonos grises, bueno el fantasma estaba completamente en tonos grises, como si fuera un personaje de una película tradicional en blanco y negro.
—¡Oh! Eso no es nada— dijo el fantasma con complicidad. Changmin se acercó a escucharlo, para ese momento ya estaba formado por completo y estaba delante de él— . Resulta que tenía siete amantes y…— su voz se apagaba mientras levantaba las cejas— Tenía tantos hijos que se tuvo que recurrir a nombres japoneses para llamarlos.
—¡Oh!— Changmin estaba sin palabras. El fantasma se inclino hacía él para saludarlo, Changmin imitó el gesto. Luego, para su consternación, el fantasma lo atravesó para regresar tomar otro archivo.
Se estremeció ante la sensación helada que pasaba a través de él y se quitó de ese lugar tan rápido como pudo. Giró en pie, se volvió hacía el fantasma, que lo miraba con consternación.
—No me gustó eso— dijo el fantasma.
—¿No te gusta qué?— Balbuceó Changmin, se sentía nauseabundo— . Me siento…
—¿Qué eres?— Preguntó el fantasma.
—¿Qué? Soy el dueño de aquí. Mi tío…
—No. Pregunté qué eres, no quién eres— . El fantasma replicó de manera lenta y paciente, como si le hablará a un niño.
—¿Qué? ¿Por qué todo el mundo me pregunta eso? Yo soy el normal aquí. Soy humano— arrastró las silabas.
—¡Oh!— El fantasma lo miró perplejo. Luego arrugó la nariz y se encogió de hombros, era evidente que no entendía que Changmin era un ser humano— . Siento lo de… Lo de antes, ya sabes todo… Hum…
—¿Lo de un fantasma atravesando mi cuerpo?— Changmin soltó la pregunta sumamente ofendido. El fantasma lo le hizo caso, y se sentó al lado de uno de los escritorios. Podía ver los archiveros detrás de la pálida forma del otro ser.
—Sólo estaba bromeando— dijo el fantasma con los brazos cruzados— . Soy Cho Kyuhyun. Por alguna razón tu tío Wooyoung me llamaba Kyu. Soy el encargado de los archivos— su voz se cargó de orgullo mientras enderezaba los hombros etéreos— . Es una gran responsabilidad.
—El guardián de los archivos— . Repitió Changmin con cuidado.
—¿Puedo participar en la conversación?— La voz le dio un respiro de porque había un fantasma sentado en su escritorio. Un fantasma que parecía ser su tatarabuelo. Kyu miró al otro lado de la puerta y con un gruñido desapareció de la vista, dejando unos cuantos hilos de humo al azar donde había estado.
Changmin se pasó los dedos por el cabello y suspiró ruidosamente.
—Es posible que hayas alquilado un piso, Micky— no se acostumbraba nada a llamarlo así—, pero esta es mi habitación, y para… Los inquilinos no están permitidos en esta parte del edificio.
El vampiro miró el espacio a su alrededor, la maraña de archivos, las cajas y libros, entonces, sin tener en cuenta las palabras de Changmin, dirigió sus pasos hacia él y tomó el archivo de su mano.
—¿Wang? Me acuerdo de él— . Micky miró al techo con una sonrisa en su rostro y recordó— . Vaya hombre.
Changmin reaccionó negativamente. Ese Wang, si podía creer en las palabras del fantasma, había sido un adúltero serial. No había nada remotamente fabuloso y sorprendente en eso.
—Sonaba como un autentico hijo de puta. Engañaba a su esposa.
—Las casadas— corrigió Micky.
—¿Las casadas? ¿Todavía hay más?
—¿Así que no te gusta la idea de una aventura?— Micky preguntó pensativo. La mente de Changmin paseó en los pensamientos de su ex. Entrecerró los ojos cuando el vampiro lo miró, recordando que ese ser podía leer sus pensamientos.
»¿Sabías que los vampiros se aparean de por vida?— Micky comenzó a entablar una conversación— . No nos engañamos, ni una sola vez. Un vampiro que engaña a su pareja es un vampiro muerto.
—Ya, pauta valida sólo entre colmillos— . Changmin respondió sarcásticamente. Micky dio un paso más y el investigador dio un paso hacia atrás. Su trasero golpeó uno de los archivadores— ¿Qué paso con Kyu?— Cambiar el tema era una buena opción para salir de ese punto.
Micky agitó una mano de un lado a otro.
—Los vampiros no se llevan bien con los fantasmas, y viceversa.
—¿No lo hacen?— ¿Por qué? ¿Por qué le doy la oportunidad de explicarse? Me está volviendo loco, y él está entre la puerta y la pared.
—Creo que el velo es más delgado entre un vampiro y un fantasma— Micky ofreció eso como un intento de explicación.
Esa era posiblemente una de las cosas más interesantes que Changmin había escuchado desde que había sido un niño sentado horas interminables de nivelación de estudios paranormales con la señora Bom.
—¿Debido a que los dos están muertos?— respondió.
Micky tomó ese paso final hacia adelante hasta que no quedó nada más que un solo aliento entre ellos. Maldición. Hubo un destello dentro de Changmin, un cortocircuito de lujuria lo recorrió, mientras un escalofrió agradable le bajaba por la espalda. Su pene estaba tan duro que podía jurar que iba a romper la cremallera de sus pantalones. Yoochun— Más sexy que ese estúpido mote—tenía los ojos más increíbles que hubiera visto, un negro tan profundo pero con un toque de ámbar en la orilla de iris junto a la pupila, justo como eclipse de sol ¿Y el olor? El olor de Yoochun era una mezcla de tierra y cielo, tan malditamente embriagador.
Yoochun coloco sus manos a cada lado de Changmin para acorralarlo y se apretó junto a él, claramente igual de duro. Agachó su cabeza e instintivamente Changmin inclinó su cabeza en respuesta. Yoochun le dio un beso de mariposa en el cuello expuesto. Changmin no podía detener sus instintos, iba a dejar que Yoochun lo besará y se alimentará de él… ¡Mierda!
Yoochun se retiró con una sonrisa en su rostro
—Puedo demostrarte que no estoy muerto.
Changmin empujó a Micky.
—Deja de hacer eso— le espetó— . Estás en mi espacio y no me gusta— Habló con firmeza. Micky tendría que entender exactamente dónde era su lugar aquí. No tocar. Micky entrecerró los ojos y luego encogió los hombros. Evidentemente, la firme posición de Changmin había golpeado algo en él. Micky dio unos pasos hacia atrás, cruzó los brazos y se limitó a mirar.
Se miraron con dureza, pero al final, la mirada pesada de Micky puso más nervioso a Changmin. Al final el investigador rompió el vínculo.
—Ya te puedes ir,
—Estoy muy feliz aquí— . Respondió decidido. Changmin podía sentir la tensión en su interior, anudada a la melancolía del vampiro y su incapacidad para estar solo.
—Esta es mi oficina y…
—Tienes una visita— interrumpió el vampiro, inclinó la cabeza hacia a un lado y cerró los ojos— . Dos en realidad. De la misma opinión.
Changmin no había oído la puerta, pero se movió más allá de Micky para mirar por encima de la barrandilla y bajar de las escaleras de todos modos. El vampiro tenía la razón, dos figuras estaban en sala de la amplia entrada. Demonios. Si Micky no hubiera dicho nada, él no sabría que tenía visitas. Ahí mismo decidió que lo mejor sería tomar un caso, para tener dinero y tal vez la opción de pagarle a alguien para que se encargara de la sala de archivos.
Necesito una alarma, una campana o algo.
—Tienes visitas—Una voz le susurro al oído. Maldita sea. El fantasma estaba mitad allí, y mitad quién sabe dónde, con una cara de aburrimiento.
—Lo sé, gracias— respondió bruscamente.
—¿Vas a hacer lo que quieren?— Y ahora, ahí estaba Micky a su lado y trazaba con sus largos dedos los brazos de Changmin— .No estoy seguro de que debas dejar a tus clientes de pie en la entrada.
—Tu tío ya hubiera estado allí— advirtió Kyu.
Esa fue la última gota de su paciencia.
—Suficiente. Soy perfectamente capaz de tratar con mis clientes.
Ignorando el bostezo de Kyu, Changmin pasó junto a Micky y bajó las escaleras con toda la calma que pudo. Sacudió su ropa tratando de quitar un poco de polvo. Una emoción lo llenó mientras observaba a los altos y delgados señores, de espaldas a él, hablando en voz baja entre ellos. Ambos con rubios, de cabello rubio peinado en punta, con pantalones y suéteres, parecían normales.
Normales, puedo manejar esto.
Ellos claramente no se habían dado cuenta de que estaba detrás ellos.
—¿Puedo ayudarles en algo?— Les preguntó. Dejaron de hablar y, al uníoslo, voltearon hacía él.
Mellizos.
Mellizos son facciones delicadas, grandes ojos azul–plata.
Mellizos con unas marcas tatuadas en réplica exacta en cada mejilla derecha perfectamente esculpida. Por no hablar de la plata enroscada en su cabello corto. Se estrujaba los sesos para recordar una clasificación para esos seres no humanos, pero fracaso. Altos. Delgados. Plateados. Tatuados en las caras. Suspiro, se dio cuenta de que ahora era la prueba viviente de que fracasaría en su promesa de trabajar sólo para los humanos. Por lo menos, los gemelos no parecían malos, no tenían colmillos, o dientes afilados, sin piel, y parecían bastante inofensivos.
—Hemos perdido al tercero— . Uno de los gemelos habló. Le tendió la mano que Changmin aceptó instintivamente.
—Nuestro tercero se perdió— . Dijo el otro para enfatizar el motivo de la visita. Changmin le dio la mano. Unas chispas subieron por su brazo y se sintió mareado al instante. Los mellizos se miraron el uno al otro y el primero dio un paso hacia adelante para liberar el apretón de manos del otro.
—Ahora no— dijo.
—Ahora no— repitió el segundo.
Sacudió la sensación de vértigo y no todo el entendimiento de la conversación de los gemelos, Changmin hizo un gesto con la mano hacia la oficina. Los visitantes entraron a la habitación, pero se quedaron de pie. Changmin pasó junto a ellos y se dejó caer en su sofá. Se sentaron en perfecto unísono y los dos llevaban las mismas expresiones expectantes en sus rostros. Sacó una libreta desde al lado de su escritorio.
—Dijo que estaba perdido un tercero ¿No puede contarme algo más? ¿Un tercero qué?
—Nosotros— respondió el doble de la izquierda.
—Nosotros— repitió el doble de la derecha.
—Nosotros. Usted. Hum…— Changmin escribió. Nosotros, un buen comienzo— ¿Quizás puedan darme más detalles? Detalles que valgan la pena, si es posible.
—Hemos creado una lista.
—Una lista— repitió. Genial, esto no va a ninguna parte.
El doble de la izquierda le pasó un papel junto a una foto de un hombre que se parecía a los dos hombres sentados a frente a Changmin. Dejó a un lado la foto, miró la escritura. No sabía qué esperar, pero la lista no era algo tan simple. No eran jeroglíficos, era escritura real. Por supuesto, la normalidad terminó ahí. No entendía nada de la lista.
—Los lugares a los que va.
—Los lugares a los que iba.
Changmin reconoció un nombre como el de un club nocturno local, pero podría ser sólo una coincidencia. Volvió a mirar a los gemelos. Amos parecían estar a punto de llorar. Carajo. Odiaba cuando la gente lloraba. No sabía qué hacer.
Bien, el tercero es una persona. Alguien que significa mucho para ellos dos.
Se hecho hacía atrás en el respaldo y junto sus dedos. Había visto a tu tío hacer eso en más de una ocasión, y siempre había pensado que hacía parecer a su tío un tipo muy inteligente. Puso sus pensamientos en palabras.
—Así que— empezó con cuidado— el tercero es su hermano o trillizo, ha desaparecido y estos son los lugares en los que ha estado. Me van a contratar para localizar al desaparecido.
—Con prisa— . El doble de la izquierda entonó con gravedad.
—La prisa es prioridad— dijo el de la derecha.
Changmin volvió a mirar el papel.
—¿Puedo obtener algunos datos de contado de ustedes?— Miro hacia ellos, pero los gemelos se habían movido y ya estaban en la puerta de la oficina— . Esperen— se puso de pie maldiciendo a su pierna que había quedado atorada entre el sofá y el escritorio. Finalmente, tropezó hacía el pasillo.
Bien. Ambos mellizos se habían ido. Abriendo la puerta principal, salió a la luz del sol y parpadeó ante el repentino cambio de brillo. Escaneó la calle para ver un coche, o por lo menos a dos hombres caminando. Miró hacia la carretera. Nada. Totalmente desaparecidos.
Maldición.
No tenía mucho camino para seguir la pista, sin nombres, sin contactos, sin dinero… Tal vez ese papel podía revelar más de lo que pensaba. Pero ni siquiera había aceptado el cargo.
Mierda.
Malditos frikis paranormales.
Uhhh! Es muy interesante esto de ver a Changmin como detective de casos paranormales <3
ResponderEliminarMe gusta la estructura de la historia... y bueno, veremos como avanza en el futuro :DDD
Jajajajaja apareció kyuhyun!!! Obviamente rl bffo de minnie no podía faltar en tan magnífico fic xDD en verdad que esta super entretenido e interesante esta historia!! Pobre minnie quiere ser normal y no puede con tanto ser paranormal a su alrededor xDD
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