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Arualthings

Se Solicita Novio - Cap. 28

El amor es, cuando el alma reconoce a su contrapunto en otro ser.



YooChun miró la hora en su reloj y torció un poco la boca.



Caminó una vez más en círculos. Esperando por que ChangMin saliera de esa habitación. Fuera el día estaba levemente caluroso, con un sol estupendo. Era el día perfecto para Shim ChangMin, el día de su graduación al fin había llegado.



Decidió sentarse un momento en el mueble en tanto escuchaba los pasos apresurados del muchacho dentro de la habitación, cambiándose lo más rápido que podía. Uno que otro tropezón y YooChun ya podía contar cinco caídas desde que el menor había cerrado la puerta.







Apoyó la quijada en su mano y suspiró. Se habían levantado ligeramente tarde. La ceremonia de graduación empezaba en prontos veinte minutos, y ellos aún estaban en el departamento, una sonrisa surcó por sus labios. ChangMin era como un niño pequeño apresurado en estos momentos.



—¡Ya estoy listo!



La puerta se abrió. Con fuerza y bruscamente por la mano de ChangMin. Sus ojos viajaron directo al resquicio de la puerta, ChangMin deslumbraba en ese momento, con su traje negro profundo y su camisa blanca, arreglando como podía su corbata y con aquel cabello un poco desordenado.



YooChun sintió inevitable sonreír.



Se acercó con un paso lento y cuidadoso, directo a ayudarlo con aquel enemigo nuevo llamado corbata, quitó las manos de Shim y se dedicó a hacer el nudo con cuidado, atento a lo que hacía y concentrado en que ChangMin luciera perfecto el día de hoy.



Bajó el cuello de la camisa una vez completado el trabajo y sonrió satisfecho con lo hecho. Subió su mirada al rostro de Shim, y el rostro del menor le devolvía una sonrisa tan llena de emoción que YooChun incluso se enterneció.



Por que ChangMin tuvo que parpadear varias veces y desviar la mirada, solo para intentar disimular que en realidad no se sentía tan emocionado como parecía estarlo. YooChun entonces lo abrazó, con tanta fuerza como pudo, cerrando los brazos en él.



—Ya vas a ser todo un profesional, Min. Increíble… Aunque para siempre vas a ser un mocoso impulsivo e idiota.

—Eres un imbécil, YooChun.



Park rió, aún abrazado al menor quien pareció respirar profundo.



—Tus padres…



—Los empleados de la mansión me llamaron ayer, dijeron que mis padres habían llamado para decir que ninguno de los dos podría venir. Pero que me mandaban muchos ‘saludos’.



YooChun apretó los puños, enojado con aquello. Pero decidió mejor plasmar una sonrisa a sus labios y regalarle a Changmin la oportunidad de ser feliz, empezando desde cero. Esta vez junto a él.



—No importa ChangMin. Con nuestra gente es suficiente para hacer bulto.

—¿Nuestra gente? YooChun eso sonó tan…



Los labios de ChangMin fueron sorprendidos por los de YooChun, en un pequeño beso que acalló sus palabras irónicas. Luego de eso, YooChun miró el reloj en su muñeca y salió corriendo del departamento junto a él, tomándolo de la mano, directo al auto.



…Por que en realidad se estaba haciendo tarde.















Siwon miró de un lado a otro.



Observando el lugar lleno de gente en un silencio abrumador donde lo único que se percibía eran las palabras del orador que en ese momento anunciaba que empezarían con el otro grupo de graduados de la siguiente carrera.



HeeChul llegó a su lado, un poco agitado igual que él, arreglando su ropa y buscando como podía al resto de los muchachos. Por suerte, Siwon fue el primero en divisarlos, por suerte en la fila del centro, justo con dos asientos desocupados cerca a ellos.



—Vamos…



Siwon lo empezó a jalar, tomándolo por la muñeca e intentando caminar por el pasillo con toda la discreción que esa interrupción les permitía. Levemente agachados y caminando lo más rápido que podían.



YunHo giró su cabeza cuando vio a los de llegar a su lado y sentarse cómodamente como podían, Siwon le sonrió a modo de disculpa, y él solo le devolvió la sonrisa divertido.



—Lo siento, fue culpa de Heechul que llegáramos tarde. Es más cada vez que llegamos tarde algún lugar es su culpa.



HeeChul codeó a Siwon, con una sonrisa en los labios, y asintiendo levemente a modo de saludo a su primo quien tenía a su lado a YooChun, JunSu, Mir, Jaejoong y Boa. Rain había tomado el micrófono en esta ocasión, con su voz profunda y seria.



—En este momento es un honor presentar ante ustedes al mejor alumno de la carrera, con el mejor promedio y a mi parecer un excelente ser humano. Es un gusto para mí poder entregarle su diploma. Con ustedes Shim ChangMin.



Inmediatamente el pequeño grupo de amigos de ChangMin se alzó en aplausos y sonrisas. JunSu agitó un poco su puño y soltó leves grititos de felicidad y ánimo junto a Mir. Mientras subía las escaleras y ante el pequeño escándalo protagonizado por sus amigos.



ChangMin no pudo evitar sonreír.



Con la cabeza un poco agachada, su sonrisa de alegría verdadera deslumbró a varios y cuando estuvo frente a Rain, recibiendo el diploma, lo miró por un segundo a los ojos, agradeciéndole por todo. Estrechó su mano y luego lo abrazó.



—Suerte con todo, Min. Sé feliz de ahora en adelante, tienes muchas razones por que ser feliz. Comienza tu nueva vida ahora.

—…Gracias, Rain. De verdad muchas gracias.



Y el hombre no solo había influenciado en su carrera, en su vida personal, en su relación con YooChun. Rain lo había ayudado tanto, que se sentía muy cercano a él, y respirando profundo, mirando una vez más a los presentes levantó en alto su diploma.



El escándalo se volvió a formas, los aplausos y las sonrisas repletas de orgullo.



—¡Wow! ChangMin. ¡Ese es mi DongSaeng!

—¡Bravo! ¡Que ya por fin dejaras de quejarte por levantarte temprano!



ChangMin no pudo evitar sentirse más feliz en ese momento.













Dentro de Rainbow Hope las sonrisas, la comida y la música estaban en su máxima expresión. ChangMin había optado por una recepción sencilla, con sus personas más cercanas, en un lugar adecuado.



Entonces, el jardín de Rainbow Hope había sido decorado, repleto de un bufet delicioso, digno de él. Con los niños jugando y divirtiéndose de un lugar a otro.



—¡Wow, Hyung! Eres increíble. Realmente te admiro.

—Un diploma de Universitario… ¡Algún día yo tendré uno y será tan genial como ChangMin Hyung!

—¡Jamás el es único!



Los niños rodeaban a ChangMin y él solo sonreía divertido por la inexplicable conversación que había empezado. YooChun a su lado bebía un poco de champagne, con una sonrisa, acercándose un poco al oído del menor.



—Me imagino que te has de sentir feliz por ocasionar todo este caos.

—No es mi culpa ser tan genial y ser tan digno de admirar.



ChangMin se cruzó de brazos, moviendo su cabeza con un aire arrogante que hizo a YooChun rodar los ojos y sacudir los cabellos de Shim.



—…Infantil.

—Infantil pero admirado.



YooChun sonrió. Viendo a los niños discutir todavía, tomando discretamente la mano de ChangMin y bebiendo tan solo un poco más de Champagne. Contento junto a él de se pequeño descanso fuera de su mundo.













Mir comió un pequeño bocadillo y observó a JunSu.



El muchacho miraba con atención a YunHo, desplazando su mirada de él a JaeJoong. Como si buscara hallar alguna respuesta entre los dos muchachos que de lejos se miraban recelosamente pero aún así no hacían nada por acercarse el uno al otro.



Mir entonces recordó la noche de la fiesta. La noche en las que todos descubrieron en el solitario pasillo a YunHo y Jaejoong prácticamente comiéndose la boca él uno al otro. Es más. Mir puede asegurar que en ese momento comprendió lo que esaexpresión significaba.



Por que YunHo tenía a JaeJoong contra la pared, y eso a él parecía no importarle por que incluso acercaba aún más el cuerpo de YunHo al suyo, metiendo sus manos bajo la camisa de Jung y agarrándolo por la espalda para que se juntara a su cuerpo.



El punto había sido que ChangMin los había descubierto, junto a YooChun. Que quien sabe por que en realidad esos dos se estaban marchando, pero habían descubierto a YunHo y Jaejoong en aquella situación e inmediatamente habían alertado a todos.



Lo curioso de que cuando estaban comprometidos rara vez habían mostrado afecto en publico y ahora que no estaban comprometidos parecían querer comerse al mundo como si nada. La situación había terminado con ambos separándose aterradoramente avergonzados.



Lo que había sucedido después nadie lo sabía. YunHo se había ofrecido a llevar a JaeJoong hasta su casa y todo había acabado con respecto a esa pareja en un alargado: ‘Uhh~’ de parte todos.



Mir comió otro bocadillo y decidió sentarse junto a JunSu que seguía observando a ese par y la distancia que mantenían el uno con el otro.



—¿Qué ves, Su?

—¿No te parece estúpido? Es obvio que algo pasa entre los dos pero son incapaces de dar el primer paso.



Mir olió el peligro y decidió de inmediato tomar a JunSu por la quijada y hacer que lo mirara directamente a la cara. Aseverando su fija mirada en él.



—No, a todo lo que estés pensando. No, JunSu. No intervengas, deja que ellos dos solucionen sus problemas solos. ¿De acuerdo?

—Pero…



—JunSu.

—De acuerdo.— JunSu soltó un pequeño suspiro, y luego una sonrisa en sus labios mirando a Mir juguetonamente. –Pero, ¿Me traes un poco de champagne?



—De acuerdo, pero quédate tranquilo. ¿Bien?



JunSu asintió, con una sonrisa cual niño pequeño en los labios. E inmediatamente Mir estuvo lejos del alcance de su vista, JunSu corrió hacía donde YunHo se encontraba, sentándose junto a él y sonriendo levemente.



—Hey YunHo Hyung… ¿Cómo te ha ido?

—Bien…— YunHo sonrió, pero JunSu afiló su mirada y a Jung no le quedó más que suspirar y bajar la cabeza. —Más o menos en realidad.



—¿Cómo van las cosas con JaeJoong?



—…No lo sé, no hemos hablado desde esa noche. Compartimos taxi por que yo no podía conducir y no hablamos, pero… Supongo que ha de ser incomodo para él, después de todo está saliendo con alguien y al parecer planean casarse.



JunSu arrugó el entrecejo no muy confiado de esa historia. Miró a JaeJoong unos pasos lejos de ellos. Comiendo unos cuantos dulces y alcanzándoles un par de bocadillos a los niños que lo rodeaban.



—¿Estas seguro de eso?

—El mismo Jaejoong me lo contó la noche de tu fiesta de cumpleaños.



JunSu regresó su mirada hacía Jung, moviendo un poco la cabeza y con una mueca de inseguridad den sus facciones.



—Pues yo no estaría muy seguro de eso, Hyung… ¿No se te hace raro que si en realidad su relación con esa persona es tan profunda como para casarse, nunca lo acompañe a ningún evento importante?



YunHo entonces miró a JaeJoong a lo lejos, arrugó el entrecejo un poco, teniendo que darle un poco de razón a JunSu. Por que si lo pensaba bien, en realidad, si, era muy sospechoso.











—Entonces eres pediatra…

—Así es me encargo en la mayor parte del tiempo de la fundación y mato dos pájaros de un tiro vigilando la salud de los niños y todo.



Boa sonrió un poco y Rain frente a ella pareció verdaderamente sorprendido y orgulloso de las palabras que salían de la boca de la mujer.



—Pues yo soy profesor Universitario, tal vez podría ayudar un poco acá a los niños con alguna materia o algo así.

—¿En verdad? ¡Eso sería grandioso!



El propio entusiasmo en su boca, sorprendió inclusive a la misma Boa que tosió discretamente un poco para intentar menguar la situación, pero antes de que pudiera decir algo a su favor, prontamente unos niños los rodearon dando vueltas y cantando.



—¡Boa, tiene novio! ¡Boa, tiene novio!~



Rain rió ante aquello y Boa solo se sonrojó, sintiéndose más avergonzada que nunca.













JaeJoong vio a YunHo acercarse y entonces sintió los nervios reavivarse.



Los niños para su mala suerte empezaron a alejarse en cuanto vieron a JunSu con un balón de futbol en las manos, todos corrieron para ir a jugar con él, dejando desprotegido a JaeJoong, desprotegido y pensando que de algún modo esto era como un complot en su contra.



Estuvo frente a él, bueno a un lado de él, por que JaeJoong decidió fingir que no lo había visto mientras comía uno que otro bocadillo de la mesa de recepción que había en el jardín.



—Hola, Jae.



En ese momento no tuvo de otra que levantar la mirada y sonreír.



—YunHo… Hace un buen tiempo que no hablábamos.

—Si, bueno he estado un poco ocupado con el trabajo.



—Ajá…

—Ajá.



Y eso había sido verdaderamente estúpido. Pero aún así, ambos permanecieron callados mirándose directamente al rostro. Incapaces de continuar con aquello que había quedado pendiente unos días atrás.



—Tuve una conversación interesante con JunSu, pero eso no es lo importante. Quería hacerte más bien una pregunta JaeJoong.

—Claro… ¿Cuál pregunta?



—¿Por qué a estas alturas cuando estás a punto de casarte nadie conoce al dichoso tipo de quien estás enamorado?



El corazón de Jaejoong dio un vuelco, abrió sus ojos un poco y respiró profundo antes de cometer alguna estupidez.



—Antes de contestar, entonces tú respóndeme algo a mí. ¿Por qué me besaste esa noche?

—¡¿Tengo que recordarte que tu también me besaste?!



—¡Pero tú comenzaste con el beso!

—¡Entonces en tal caso ambos nos besamos!



Ambos se encontraban cerca, con la respiración agitada, y la inmadurez palpándose en el ambiente. Finalmente JaeJoong se alejó, dando un paso a atrás y con un suspiro en los labios decidiendo hacer las cosas bien de una vez por todas.



—Escucha YunHo, en realidad… Te mentí. No hay nadie más en mi vida, no me voy a casar aunque si estoy enamorado, pero esa persona eres…

—¡Estoy enamorado de ti, bien! No puedo negarlo solo es así… Yo…



Ambos discursos habían quedado a medias, se habían mirado a los ojos y congelado sus facciones, con sus ojos abiertos y los corazones latiendo extremadamente rápido. Pero antes de que la conversación pudiera tomar otro rumbo.



Los niños de la fundación llegaron, rodeando las piernas de YunHo y JaeJoong, jalándolos por las manos y pidiéndoles que jugaran con ellos.



—¡Vamos, Oppa, Umma! Es más divertido si estamos todos.

—¡Vamos de una vez!



Y a pesar de que compartieron miradas por un largo rato, entre la revolución de los niños y la cantidad de gente, por lo menos por ese momento no pudieron concretar su conversación. Por que los niños los necesitaban en ese instante.













Días Después







Nuevamente se encontraba en una rueda de prensa.



Con su imagen, la portada del libro, con varios de sus libros por todas partes, con fotografiaos por doquier, con la prensa delante suyo, pero esta vez. Junto a él, sobre la mesa de conferencia se encontraba una maravillosa placa.



Otorgada por la excelente cantidad de ventas que su libro había provocado y que había colocado a su libro entre los Best Seller más comentados de las últimas semanas, y con proyectos a varias traducciones.



Desde su lugar, junto a Lee y frente a toda la prensa. YooChun pudo divisar a ChangMin y al resto de los muchachos en un puesto privilegiado, observando con atención todas las preguntas y comentarios que le daban.



—Entonces, Park YooChun ha logrado sorprender al mundo entero agradablemente con su primer libro y esta placa de reconocimiento. ¿Podría decirnos a quien le dedica este reconocimiento?



YooChun sonrió, mirando discretamente a ChangMin y acercándose un poco al micrófono.



—Pues obviamente va dedicado a la misma persona a quien le dedique el libro.



Todos rieron un poco y hubieran unas cuantas fotos más, hasta que una de las periodistas levantó la mano para hacer unas cuantas preguntas más.



—Pero absolutamente nadie sabe quien es esa persona. ¿Piensa seguir manteniéndolo en secreto?

—Pero, por supuesto que si. Esa persona odia el ojo público y prefiere que todo se mantenga de esa forma. Y créanme no quieren verme con un ojo morado.



Todos volvieron a reír, y ChangMin desde su lugar solo entrecerró los ojos, provocando que Yoochun riera un poco más.













Heyon bebió un poco de té.



El sonido lento y apagado del silencio de la taza reposando sobre el pequeño plato. Hicieron que Leah levantara la mirada. Con un suspiro en los labios dejando también la raza en su lugar.



—¿Para que me has llamado Heyon?

—Bueno, pues no es un secreto para ninguna de las dos que el que nuestros hijos hayan cancelado el compromiso es la peor estupidez que pudieron cometer.



Leah asintió, convencida de lo acertadas que eran esas palabras.



—Tienes razón, ambos se quieren. Lo puedo ver en los de mi hijo cada vez que me habla de YunHo por una cosa o por otra.

—Lo mismo pasa con YunHo, a él le ha costado mucho recuperar sus ganas de enamorarse y no me parece justo que por su estupidez cometan error tras error.



Leah levantó la mirada. Observando la sonrisa en los labios de Heyon.



—¿Acaso tienes un plan en mente?

—Pero por supuesto que si, y necesito que me ayudes con eso.



En ese momento a la mujer no le costo nada recordar, gracias a esa mirada en los ojos de la madre de YunHo, que por alguna razón HeeChul y YunHo eran primos. Las planificaciones descabelladas venían de familia.













YunHo se colocó con cuidado la leva.



Con su traje elegante y el aroma de su perfume rodeando por completo la habitación, correctamente peinado. Arreglado para un evento muy elegante, respiró profundo y giró sorprendido en cuanto escuchó unos pasos apresurados subir por las escaleras.



—¡YunHo!



Las puertas se abrieron con fuerza, YunHo ante la sorpresa cayó sentado sobre la cama, mirando como JaeJoong ingresaba en su habitación algo alterado y con la preocupación plasmada en sus ojos.



—Jae… ¿Qué sucede?

—¿Qué sucede? ¿Qué sucede contigo? ¡Demonios! ¿A dónde vas a salir? ¡Debes cuidar de tu salud, eres un maldito irresponsable!



JaeJoong hablaba muy rápido, respirando algo agitado y tratando de recuperarse un poco.



—JaeJoong… ¿De que me estás hablando?



—No intentes engañarme. Mi madre ya me contó que Heyon te encontró muy mal de salud ayer, tanto que no habías podido levantarte de la cama en todo el día. ¡Si estabas tan mal me hubieras dicho, hubiera venido a verte igual que lo hiciste conmigo!



YunHo miró de un lado a otro, muy, muy confundido con todo lo que estaba sucediendo.



—JaeJoong yo no estoy enfermo. Estoy seguro de eso. Es mi cuerpo y se cuando no me siento bien, además no he estado enfermo ni en cama todo el día. Es más hoy salí a trotar como cada mañana, me siento perfectamente bien.



Sus últimas palabras las dijo con cuidado, y lentamente. JaeJoong se enderezó, calmando un poco sus expresiones y moviendo la cabeza.



—Pero… Entonces, ¿Por qué me mentiría mi mamá?



No fueron ni dos segundos, cuando las puertas de la habitación de YunHo se cerraron, ambos giraron asustados e inmediatamente escucharon como ponían seguro y llaves, para que ninguno de los dos pudiera abandonar la habitación.













Heyon chocó sus manos con las de Leah y sonrió.



Frente a ellas se encontraban los empleados de la residencia Jung, y no fue ningún problema guardar las llaves de la habitación de su hijo dentro del bolsillo de su vestido antes de colocar las manos en su cintura y mirar con atención a sus empleados.



—Escúchenme bien, queda prohibido que alguien les abran la puerta. No importa si lloran, gritan, patalean, amenazan, o quieren denunciar. Esos dos no salen hasta que arreglen sus asuntos ¿De acuerdo?



Todos los empleados asintieron y oportunamente, Kim RyoTang ladeó un poco su cabeza. Mirando a su amigo igual de consternado ante el plan que sus esposas habían ideado para sus hijos.



—De acuerdo, prefiero ignorar que escuché eso. ¿Una copa Jung?

—Por supuesto, Kim. Es más podemos conversar un buen rato en tanto nuestras esposas planean la tercera guerra mundial.



Para ese momento, tanto Leah como Heyon decidieron ignorar el comentario de sus esposos, y sonreír bajito ante su plan bien estructurado, que solo era cuestión de tiempo para que rindiera frutos.

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