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Tradición Familiar - Cap. 16

Era inevitable, que esos pedazos de amor empezaran a caer.


Minho se subió al auto de Yunho, dejando a Changmin atrás, con su maleta en la espalda y luego de esa extraña discusión. Cuando se sentó y el poco aire acondicionado del auto lo envolvió, fue casi imposible dibujar una sonrisa.



Yunho no arrancó el auto, solo lo apagó.



Los nervios lo invadieron, por que Changmin seguía dentro de su casa, y él estaba fuera de ella, dentro del auto de Yunho. Minho no quería que se encontraran. Por que Changmin actuaba extraño, por que de pronto Changmin decía que lo quería, y él le temía a esas palabras.



—Minho, ¿qué haces aquí?

—¿De qué hablas?— Sonrió un poco, mirando directo a los ojos de Jung. –Quedamos en irnos de viaje juntos, ¿no?



Yunho sonrió, apoyando la quijada en su mano, como si de pronto todo le resultara divertido. Esperando, hasta que la voz de Minho volviera hablar.



—Él… lo dijo, dijo que me amaba.

—¿Entonces que haces aquí?



—No estoy seguro, él termino con Rain. Y ahora dice que me ama, por que ya no estoy con él, por que paso más tiempo contigo, ¿cómo se que es verdad?

—¿Él te mentiría?

—El puede estar confundido.



Otra vez hubo un poco de silencio. Minho lo miró una vez más, y Yunho sonrió, pasando una mano por su cabello, como si lo viera de una manera diferente de repente.



—Sabes que no quieres estar aquí, sabes a la perfección lo mucho que te gusta arriesgarte, y sé que el Minho que está aquí solo quiere estar en un lugar, que no es junto a mí. Entonces mi pregunta es, ¿por qué sigues aquí?



Minho tenía miedo, mucho en realidad. Pero Yunho fue ese pequeño empujón. Esa vitalidad que le hizo falta otra vez. Su relación con Yunho siempre fue extraña. Minho sabía que Yunho amaba a Heechul, y Yunho sabía que él amaba a Changmin. Y Sin embargo jugaban a quererse y aprender él uno del otro.



—Ve con cuidado Minho.



Él asintió, con un último y corto beso en los labios. Uno casi imperceptible, aunque unos segundos después bajo del auto, y este arrancó sin problemas, muy lejos de él.









Changmin estaba preocupado.



Junsu no había llegado hasta horas de la madrugada a su casa, y para esos momentos él y Minho ya habían claudicado ante el cansancio. Y esa mañana el desayuno simplemente no entraba en su boca. Minho a su lado solo la enviaba miradas preocupadas y no haber podido hablar con Junsu creaba una ola interna y fría que acrecentaba con el pasar de los minutos.



En la mesa del comedor, solo estaban sus padres, él y Minho. Acompañados por imperturbable silencio que empezaba a ser extraño estando Minho junto a él. Pero justo en ese instante las consecuencias y reproches que su hermano pudiera hacerle taladraban su conciencia.



Y esperar a que Junsu despertara, solo hacia el letargo de la espera cada vez más insoportable.



—Changmin…



Minho depositó una mano sobre la suya, girando su cabeza hacía las escaleras donde Junsu venía bajando. Tan encerrado en sus pensamientos ni siquiera había alcanzado a escuchar sus pasos. Y el aspecto de Junsu era perfecto, acicalado, arreglado, pero con un rostro serio que desestabilizaba la poca calma en ambos.



Por instinto, Changmin se levantó, echando un poco la silla hacía atrás y soltando la mano de Minho en ese momento. Pero Junsu solo fijó sus ojos en él, sin ninguna emoción de por medio, ni dolor, ni coraje. Sencillamente lo observó por unos segundos, en medio de ese silencio que se había vuelto tenso, ante la mirada de todos.



—Junsu nosotros…



Y Changmin sintió su mejilla arder con fuerza, la mano de Junsu en una cachetada había dejado completamente rojo aquel lugar. Y sus ojos abiertos, miraban el piso. Como si de pronto no pudiera mover su rostro ladeado.



No fue hasta que escuchó otra silla empezar a moverse, con la parada de su padre, que recuperó conciencia de lo que sucedía y de que su hermano, por primera vez le había levantado la mano. Aún así la voz de Ohn se escuchó potente.



—¡Junsu! ¿Qué crees estás haciendo? ¿Por qué has golpeado a Changmin?



Rye se levantó también, un poco más sorprendida y angustiada que molesta. En especial por que conocía el carácter de su hijo. Y Changmin no se podía quedar tan pasivo ante el golpe, al menos que lo hubiera merecido.



—Oh, ¿y es que el recto Changmin no ha hablado contigo?



La voz de Junsu cargada de resentimiento y enojo hizo que Changmin lo mirara de regreso, imputable de repente.



—Anda Changmin, habla. ¿O quieres que yo se lo diga a nuestros padres?

—No… yo lo haré.



Changmin giró, por primera vez realmente con miedo ante la mirada extraña que su padre le enviaba y por supuesto ante la mirada de su madre que lucía angustiada. Respiró profundo entonces, con un nudo en el estómago.



—Yo… de verdad quiero casarme con Minho, pero la tradición de la familia, nos dificultaba todo. Jaejoong no era un problema. Pero Junsu se la pasaba de relación en relación, así que pensé que lo más óptimo a seguir esperando que Junsu asentara cabeza, era que le encontráramos a alguien…



Ohn había empezado a arrugar el entrecejo y casi de inmediato, Rye llevó una mano a su boca, con los ojos muy abiertos ante la sorpresa.



—…Entonces le pagué a Yoochun para que estuviera con él. No quería hacer nada malo, de todas formas Junsu se iba a aburrir de él como siempre lo hace, solo queríamos que estuviera con Junsu el tiempo suficiente… yo…



Changmin pasó una mano por su rostro. Y casi de inmediato sintió la mano de Minho en su hombro, que hasta ahora había permanecido sentado.



—En realidad, no es un yo, es un nosotros. Changmin y yo estuvimos de acuerdo en todo. Él no actúo solo.



De algún modo, Changmin se sintió un poco mejor, con la mirada de Minho sobre él y el soporte que estaba siendo en esos instantes y sin embargo, su padre solo acentuó su expresión de enojo, y Rye respiró hondo.



—¿Cómo se atrevieron? ¡¿Qué diablos tenían en la cabeza?!— El grito de Ohn hizo que Minho se estremeciera y Changmin cerrara los ojos. —¡¿Qué te piensas que es tu hermano?! Disculpa, ¿cuántos años tienes Changmin? ¿No eres la disque buena influencia para Minho?



—Padre…



—Lo único en lo que puedo pensar en este momento, es que ninguno de los dos está preparado para un relación seria. Que juntos cometen más estupideces que la debida. Y que definitivamente casarse en estas circunstancias no puede ser buena idea. ¡Es una inmadurez completa lo que han hecho!



Minho apretó el agarre en el hombro de Changmin, casi sospechando lo que Ohn le diría a continuación.



—Tenemos que hablar con tus padres. Rye por favor llama a Jaejoong y Siwon, yo hablaré con Taseung y Yoohee.



Y que la situación de pronto se volviera más grande de lo que esperaban solo los hizo lamentarse. Pero Junsu solo lo miró una última vez, tan fijamente como pudo antes de dar media vuelta y seguramente regresar a su habitación.



Lo peor de todo es que Changmin no terminaba de sentirse traicionado por Junsu.



Por que sabía, que de estar en su lugar, hubiera hecho tal vez lo mismo.













El dolor de cabeza había desaparecido, el sabor amargo del licor e incluso cualquier malestar corporal que pudiera tener. Jaejoong incluso recordó que era por que habían bebido relativamente temprano, habían muchas horas de por medio, y por supuesto se había lavado la boca antes de acostarse a dormir la última vez.



Y el cuerpo de Yunho reposaba a su lado, dormido todavía a un lado de él, con el rostro contra la almohada, sorprendiéndolo agradablemente. De una manera casi impredecible. Yunho parpadeó un poco, y con los ojos algo entrecerrados trató de enfocar la mirada en él.



—¿Cuánto tiempo llevas despierto, Jae?

—No mucho en realidad.



Yunho sonrió, estirando un poco su cuerpo y abrazando la almohada bajo su rostro, como si se sintiera verdaderamente revitalizado. Y el sonido del celular que de pronto interrumpió esa paz fue molesto.



Vio a Jaejoong contestar el celular, algo tranquilo y despreocupado, luego había empezado a arrugar el entrecejo, hablando en susurros. Pero no por eso menos firme, no sabía lo que sucedía, pero debía ser importante.



Y sus sospechas se confirmaron, cuando Kim empezó a levantarse de la cama.



—¿A dónde vas?

—Asuntos familiares, creo que algo grave pasó.



Jaejoong medio intentó arreglar su cabello, tomando la poca ropa que no llevaba puesta entre el desbarajuste del día de ayer. Yunho prefirió no seguir preguntando y suspiró, acomodando el rostro sobre la almohada, con un suspiro escapándosele de los labios.



—Conduce con cuidado.



Listo para salir, Jaejoong asintió y sonrió, mirando a Yunho que ya empezaba a quedarse dormido una vez más. Realmente cansado todavía. Y peleó contra su conciencia y su instinto que pugnaba por quedarse un rato más junto a él.



Pero Rye se había escuchado afligida, así lamentablemente quedarse no era una opción.



Un par de minutos después abandonó el departamento de Yunho, corriendo lo más pronto que podía hacía su auto.













Mir cambió la toalla empapada en agua de la frente de Yoochun.



La remojó un poco más, y la exprimió con cuidado, antes de colocarla la una vez más en su lugar, repitiendo el mismo proceso con la toalla que reposaba sobre el estómago de su hermano mayor.



Yoochun había entrado en fiebre cerca de las tres y media de la madrugada. Mir prácticamente no había dormido. Y Yoochun se movía de un lado en otro en la cama, había incluso empezado a delirar, pero por suerte se había calmado un poco.



Pasó una mano por su rostro y caminó a la cocina, por esa taza con café caliente que se había preparado hace poco. Hoy definitivamente no podría ir a clases. Y su mente solo divagaba en que quería que Yoochun se repusiera cuanto antes.



Cuando el teléfono en la sala, por instinto, Mir corrió hacía él.



—Buenos días.



—Muy buenos días, lo estamos llamando del restaurante Bing, donde el señor Park Yoochun iba a empezar a trabajar hoy. Su horario de entrar era a las siete de la mañana, pero aún no ha llegado, ¿podría comunicarme con él?



Mir miró velozmente el reloj en la pared. Daban casi las siete y media. Mordió su labio inferior. Sabía lo importante que era este trabajo para Yoochun, se había esforzado en conseguirlo, mientras retomaba los estudios también, sabía que no podía dejar que lo perdiera.



—Soy el hermano menor, él ya salió para allá. Tuvo un pequeño contratiempo, le pido mil disculpas en su nombre.

—Mmh… ya veo. Ojalá no demore en llegar. Es su primer día de trabajo.



—Si, lo sé. Fue mi culpa en realidad, desperté mal de salud y él no quería irse de la casa, pero lo convencí por que su trabajo es importante.

—De acuerdo, entonces. Espero que llegue pronto.



Luego de las despedidas correspondientes, Mir cortó la llamada, jugando con sus manos un poco preocupado por no saber a quien llamar para que viniera a cuidar de Yoochun mientras él iba a cubrirlo.



Sus amigos probablemente ya estaban camino al instituto. Y él estaba dudando que alguno de los vecinos no hubiera salido ya para el trabajo. Recordó entonces su día en el club hace unos días atrás. Lo amable que había sido Heechul y lo mucho que había insistido que contara con él para cualquier cosa.



Apenas lo conocía, pero sin duda no tenía más opción. Heechul lo había ayudado ese día, pedirle este favor tan importante era un poco penoso. No existía la confianza suficiente. Y sin embargo, Mir no tenía otra opción.



Con el tiempo completamente justo, Mir suspiró una última vez, y volvió a levantar el teléfono.













—¿Estarás bien solo con él?



Mir se mostró preocupado, colocándose el abrigo mientras Heechul miraba el cuerpo de Yoochun tumbado en la cama. Por el momento estaba tranquilo, tan solo dormía, de lado y con la respiración suave.



—Tranquilo, si algo pasa te llamo enseguida. Ve al restaurante.

—Muchísimas gracias, en serio…



Heechul sonrió. Tratando de inspirarle un poco de confianza al menor, Mir lo abrazó brevemente antes de salir del departamento lo más rápido que podía. No tenía idea por que Yoochun había enfermado tan de repente cuando hace unos días parecía tan bien.



Pero decidió no darle muchas vueltas al asunto y calmar la fiebre con aquellos paños mojados. Le había dicho a Siwon que ese día no iría a la oficina, pero aparentemente a medio camino mientras lo dejaba el departamento de Park recibió una llamada de sus padres.



Probablemente fuera algo grave para que Siwon arrancara casi de inmediato seguro hacía el lugar que sus padres le hubieran indicado. Lo llamaría más tarde, pare asegurarse de que todo estuviera bien.













La residencia de la familia Kim se imponía como siempre.



Siwon bajó de su auto con algo de pasividad, revisando algún mensaje importante que pudiera interesarle en tanto una de las empleadas le abría la puerta y lo saludaba con educación.



—Buen día señor, Choi. Todos están reunidos en el estudio de la planta baja.

—Gracias.



La mujer asintió, abriendo un poco más la puerta, permitiéndole ingresar sin problemas, pero antes de que la mujer pudiera cerrarla nuevamente el grito de Jaejoong la detuvo.



—¡Soohi, espera!



Jaejoong entró con una aventurera sonrisa en el rostro. Pasando una mano por su cabello algo despeinado, respirando aliviado de por fin haber llegado. Siwon notó el pequeño detalle de que Jaejoong vestía la misma ropa del día anterior.



—¿Recién llegando a casa, Jae?

—Ehm… si, más o menos. ¿Sabes dónde están todos?



Y el cambio brutal de tema, sin la más mínima vergüenza hizo sonreír a Siwon.



—En el estudio principal.

—Oh, ya veo.



Jaejoong se veía un poco nervioso, seguramente por el hecho de que acababan de terminar hace no más de dos días y lo había descubierto llegando a la casa durmiendo quien sabe dónde. A Siwon le resultaba un poco incómodo, pero no le molestaba. Jaejoong estaba en su derecho de hacer lo que creyera conveniente para él.



—…¡¿Cómo fuiste capaz?! ¿Qué tenías en la cabeza Minho?



Siwon arrugó el entrecejo, cuando abriendo las puertas del estudio escuchó la voz de su padre. Sumamente molesto y dentro el lugar solo estaba repleto de tensión. Todos prácticamente rodeando a Minho y Changmin. Cual niños en proceso de regaño.



Junsu tan solo se mantenía un poco aparte, sentado en un el sillón mediano, con los brazos y piernas cruzadas, y la mirada en el piso. Como si de repente no tuviera el entusiasmo para algo más.



—Su… ¿qué sucede?



Jaejoong fue el primero en acercarse a él, posar uno de sus brazos por los hombros de su hermano, pero él solo negó un poco con la cabeza, levantando la barbilla directo hacía Minho y Changmin.



—Que ellos te lo digan.



Sabía que era muy poco probable encontrar en ese estado a Junsu. Que su mirada rara vez estaba en ese estado e imagino que nada bueno podía estar pasando. Sin embargo, Rye suspiró largamente, decidiendo hablar antes que los dos menores.



—Changmin y Minho le pagaron a Yoochun para que estuviera con Junsu, con el propósito de que la tradición de la familiar no fuera un problema.



Casi de inmediato Jaejoong dirigió su mirada hacía Changmin, pero en ese instante. Changmin solo la desvió. Y comprendió que era verdad, por que de otro modo, Changmin no estaría de esa forma.



—¿Hicieron lo mismo conmigo?



Jaejoong se levantó de su asiento, con la voz un poco apagada, y la mirada asidua en su hermano menor que para ese momento había suspirado, mirándolo directamente.



—No, bueno les dijimos a Yunho y Heechul que los entretuvieran para que no ocasionaran problemas si es que algo iba mal entre Siwon y tú, pero creo que al final no hicieron nada… no lo sé…



Fue un peso menos de encima, un pequeño alivio que envolvió a Jaejoong en cuanto escuchó aquello de parte de Changmin, por que sabía que ese amor que Yunho profesaba por Heechul no podía ser fingido, y que mucho menos esa oportunidad que se habían tomado podía ser parte de un plan.



Respirar hondo fue inevitable, no podía ni siquiera imaginar lo mal que podía estar Junsu. Recordó entonces, que días atrás le había confesado que estaba muy cerca del amor. Y sus ojos se posaron en ese rostro serio de Junsu, en lo molesto que se sentía, y en que por supuesto, estaba controlando su dolor con enojo.



—Junsu…



Sin embargo, él solamente se levantó, arreglando un poco su camisa. Sin ver a nadie en particular.



—Lo siento, quiero retirarme a mi habitación.



No fue como si esperara alguna respuesta. Junsu solo camino entre el silencio que se propago dentro del lugar, ante las miradas penetrantes de todos los que se encontraban ahí. Y sus pasos resonaron entre los pasillos.



Preocupado, Jaejoong solo fue tras él, con sus pasos suaves, sin pretender darle aviso a Junsu de su presencia. Sin saber si alguien más los seguía, solo vio el perfil de Junsu entrando a su habitación y luego más silencio.



Jaejoong quiso interrumpir, ingresar en esa habitación y ser de apoyo. De un apoyo que aparentemente Junsu no necesitaba, de pronto su mano estuvo sobre la puerta, apenas tocándola, sin hacer aviso de su presencia.



Recordó brevemente su infancia, aquellas noches insolentes y dolorosas cuando su madre murió y Junsu se sumió en la soledad de su habitación. Era como regresar a esos cortos años de edad. Y esta vez no sería como antes, Junsu no claudicaría ante su dolor, lo supo cuando el silencio fue interrumpido por el sonido de un cristal romperse.



Luego un poco más, un par de cosas más cayeron al suelo. Jaejoong solo cerró los ojos con fuerza, el escándalo pronto estancó sus pensamientos y el sollozo de Junsu fue audible, desesperado y herido. Como si le costara respirar.



Cuando una mano fuerte se posó sobre su hombro, al momento de levantar la mirada de Siwon, apacible fue lo primero que encontró. Él no era quien necesitaba apoyo, pero la puerta continuaba cerrada.



Y Junsu no les permitía llegar hasta él.













Ohn, fue el primero en recobrar un poco de aliento.



Luego de la salida de Junsu y la posterior salida de Jaejoong y Siwon. El ambiente solo se volvió un poco más tenso. Y no es como si Ohn no sintiera el dolor de su hijo, pero sobre todo estaba esa confianza destruida que cubría sus decisiones en ese instante.



Pero Rye lucía decepcionada, y quizá era eso lo que calaba con más fuerte en Changmin, esa mirada desprovista de fuerza y la manera en que los padres de Minho lo miraban, lo abatido que lucía Choi ante la mirada de sus propios padres.



Y recordar que justo ayer todo era distinto, solo fue una estaca más.



—No creo que haya demasiado que discutir, no son unos niños para que tengamos que estarles ordenando o castigándoles. Pero escúchame bien Changmin. Te prohíbo terminantemente que vuelvas a verte con Minho.



El rostro de Minho no tardó en mostrar emociones, anonadado y con un susto similar al que tienes cuando estás a punto de abandonar algo. Changmin sin embargo pareció haber perdido la perspectiva por un instante, así que fue Minho el primero en levantarse.



—Señor, discúlpeme pero…

—¡Ya basta Minho!



Taesung levantó la voz, olvidando el poco control que le quedaba, mirando a su hijo menor severamente.



—¿Todavía no eres consciente de todo lo que han provocado? ¿Te parece justo que continúen como si nada cuando han herido profundamente a Junsu? Las disculpas no siempre sirven, ¿disculparse va a hacer que Junsu no sienta ese dolor que ahora le oprime el pecho? No has madurado, ni un poco al menos. Y si Changmin no es una buena influencia para ti, si es capaz de cumplir con tus caprichos sin medir las consecuencias, es obvio que no pueden estar juntos.



Minho sin embargo refutó, un paso hacía adelante.



—Pero papá, escucha…

—Tú no has madurado y Changmin no puede contigo. Ambos, no saben estar juntos aún. Lo mejor es que dejen de verse.



—No pueden obligarnos…— Por primera vez la voz de Changmin se escuchó, algo débil, mientras se levantaba y tomaba la mano de Minho. –No pueden obligarnos a que dejemos de vernos. Ustedes mismos lo han dicho, ya no somos unos niños.



Rye se levantó, por primera vez con mirada seria, directo a su hijo menor. Y Changmin por un momento se estremeció.



—Dime algo, Min. ¿De verdad crees que tienen el derecho para imponerse de esa manera? ¡¿Tienes la moral para decir que puedes estar con Minho si te de la gana cuando le has roto el corazón a tu hermano?!



Rye jamás gritaba, jamás se descontrolaba de esa forma, y la manera en la que se acercó, con la mano en alto dispuesto a cachetearlo, ni siquiera logró que Changmin se inmutara, por que solo cerró los ojos.



—No te imaginas… lo decepcionada que estoy…



Esa voz fue en esta ocasión, casi un susurro, Changmin abrió los ojos solo para ver a su madre no atreverse a golpearlo, solo llevó una mano a su boca, sollozando sutilmente antes de salir corriendo de ahí.



—…¡Mamá!



Minho sintió el afloje de sus manos, la figura de Changmin salir corriendo del estudio tras Rye. Y Ohn no parecía mejorar su estado de ánimo. La mirada de Yoohee lo atravesó, y su padre solo negó levemente, pasando una mano por su rostro. Minho de pronto sintió que tampoco tenía el valor para seguir refutando.













No bajaba, esa fiebre no bajaba, y Heechul empezaba a preocuparse.



El cuerpo de Yoochun aumentaba su temperatura cada vez más y más. Ahora incluso se movía de un lado a otro sobre la cama, como si el calor lo sofocara y ya los paños húmedos no hicieran su debido trabajo.



—Yoochun, trata de respirar por favor…

—No… no puedo… siento que me ahogo… hace mucho calor.



Heechul apretó con fuerza la mano de Yoochun, mirándolo con preocupación, mientras el cabello se le pegaba a la frente y el sudor era tan visible que definitivamente no podía ser algo bueno.



Bufó exasperado cuando Siwon por sexta ocasión no le contestó el celular, no es que de repente no tuviera la confianza con Yunho, pero sabía que ahora las cosas eran muy diferentes. Que ya no podía de repente llamar a Jung como si nada y pedir su ayuda.



Eran amigos, pero Heechul sabía que Yunho necesitaba un tiempo, un tiempo prudente para asimilar la nueva situación sentimental que los involucraba a él y a Siwon. Pero no hubo más remedio, no podía llevar a Yoochun al hospital solo y Siwon no contestaba el bendito celular.



—Junsu…



La voz ahogada de Yoochun lo hizo arrugar un poco el entrecejo, viendo esa expresión lastimera en Park. Diciéndose de una vez por todas, en llamar a Yunho, y pedir su ayuda una vez más.













—¿Por qué no me llamaste antes?



Yunho subió al carro. Mirando por el espejo retrovisor la imagen de un débil Yoochun envuelto por una manta, siendo abrazado por Heechul. El labio inferior de Yoochun temblaba y no parecía no muy consciente de lo que sucedía a su alrededor.



—Ya no es lo mismo, Yunho. No es justo que te moleste a cada rato.

—No seas tonto, Chul. En primera soy tu amigo, y esto es sumamente importante.



Heechul agachó un poco la cabeza, sintiendo el regaño implícito y escuchando el motor encenderse mientras Yunho empezaba a abrirse paso entre las calles de ese día. Yoochun volvió a pronunciar el nombre de Junsu.



Esta vez calmado y anhelante. De una manera que le encogió el corazón a Kim.













Unos prudentes minutos después, unos que formaban casi una hora. Changmin tuvo el valor de acercarse a la habitación de Junsu. Rye había sido muy clara no quería hablar del tema por el momento y ver en ese estado a su madre había sido devastador.



Jaejoong sin embargo junto a Siwon habían bajado a la sala de estar, cansados de esperar por que Junsu les abriera, y según tenía entendido, el escándalo se había detenido hace mucho.



Tocó suavemente la puerta, pero no escuchó respuesta alguna.



Respiró profundo, por que su voz no ayudaría lo suficiente, pero esperaba al menos poder convencer a Junsu de que al menos lo escuchara.



—Junsu, por favor abre la puerta.



Pero el silencio estuvo ahí, estancado entre ambos, con aquella puerta de por medio sin que Changmin pudiera hacer algo más que mirar aquella madera frente a sus ojos.



—Junsu…



Cuando volvió a tocar, solo bastó con un par de segundos antes de que la puerta se abriera, y la expresión alga cansada de Junsu lo recibiera. Un poco aburrido y con la misma ropa de hace unos minutos.



Changmin no necesitó que Junsu abriera demasiado la puerta para notar que la habitación era un desastre y que evidentemente, por su cabello alborotado y la cama en igual estado. Junsu hace mucho había optado por refugiarse bajo las sábanas un momento.



—Intentaba dormir, ¿qué quieres?

—Necesito que hablemos de Yoochun, él vino hace unos días a dev…

—Changmin basta.



—¡No! Tienes que escucharme.

—¡He dicho que basta!



Nuevamente estaba ahí, esa sensación extraña de saber que podía sacar lo peor de las personas más importantes, Changmin solo apretó los puños. Mirando a los ojos de Junsu. Como si esperara ser escuchado en verdad.



—Déjame hablar, es importante, Junsu.

—Seré más claro, Changmin. Si en verdad quieres reivindicarte conmigo, no me dirijas la palabra nunca más.



La puerta se cerró en su cara, insoluble. Bruscamente. Dejándolo estupefacto ante el rechazo de Junsu. Ante esas palabras frías que empezaron a repetirse en su cabeza. Como si de pronto estuviera perdiéndolo todo y no pudiera hacer nada por evitarlo.













A Jung Jihoon, siempre le ha gustado aquel modesto restaurante cerca de la universidad central. Es cálido, cómodo y tiene un muy buen servicio. El problema es que hace mucho que no visitaba tierra coreana y se había olvidado de esos pequeños lugares.



Pero estaba en ese proceso de reconocimiento, luego de las clases en el instituto, recorriendo esas calles que alguna vez recorrió junto a Changmin. Y el recuerdo del menor de pronto lo atravesó como una vieja añoranza que hace mucho no experimentaba.



Pensando que sería bueno verlo en esos días, entró al restaurante, que había cambiado bastante. Pero seguía guardando esa calidez tan propia, tan familiar, que apenas ingresó sonrió complacido.



Pero la presencia de Mir a unos pasos de él, fue sorpresiva. El muchacho sonreía amable a una pareja que acababa de levantarse de una de las mesas. Y ahora la limpiaba con sumo cuidado, Rain sinceramente no esperaba encontrárselo por ahí.



Y cuando el menor lo ubicó, casi con una precisión exacta. Esos ojos se abrieron más de lo normal por la sorpresa y Rain casi ni lo dudó en cuanto caminó hacía él. Inusitadamente preocupado por el menor.



—Profesor… ¿qué hace aquí?

—Yo vengo a comer algo, ¿tú que haces aquí? ¿Tienes problemas económicos, por eso no viniste a clases hoy?



Tenía una extraña preocupación por aquel muchacho, por sus ojos que divagaban entre unos problemas que seguramente un muchacho de su edad no debería tener. Rain a veces pensaba que eso de querer andar ayudando a los demás siempre era un problema.



Terminaba compenetrándose demasiado, y ya le había pasado una vez. Con Changmin. Pero estaba seguro de no querer volver a repetir el mismo error.



—No… bueno más o menos… O no tanto así. ¡Agh!— Mir sacudió sus cabellos, un poco exasperado ante esa falta de fluidez en las palabras y bufó cansado. –Este es el empleo de mi hermano mayor, él se enfermó hoy así que vine a reemplazarlo.



Rain asintió un poco distraído, notando el extraño comportamiento del menor y como de la nada empezaba a sacarse el delantal que llevaba puesto. Seguramente al haber acabado su turno. Rain pareció analizar que ya era un poco tarde y quera incluso normal.



—Ya veo… ¿está todo bien en casa? Ayer lucías muy preocupado.

—La verdad no sé si las cosas están bien o no.



Mir suspiró, dejando sus cosas a la muchacha que permanecía en recepción con una sonrisa leve. Rain de pronto olvidó que había llegado hasta ahí para comer algo. Aún más cuando el celular de Mir sonó y él por instinto lo contestó de inmediato.



—Heechul, ¿qué pasó, está todo bien?

—No, Mir. Yoochun empeoró, y tuve que traerlo al hospital. No estamos lejos del trabajo, ven apenas puedas. Yunho y yo estamos aquí, justo ahora lo están revisando los médicos.



—¿Cómo que el hospital? Pero, ¿es algo grave? ¿Qué pasó exactamente?

—No sé si es grave o no, la fiebre le subió demasiado y ya no parecía querer bajarle con nada. Lo mejor que pude hacer fue traerlo, cuando vengas te he de explicar todo.



Mir se movió en su lugar, con el entrecejo arrugado y suspirando casi imperceptiblemente.



—Está bien, yo llego en unos minutos para allá. Muchas gracias por todo Heechul.

—De acuerdo, no te preocupes.



Cuando cortó la llamada, Mir pareció recordar que Rain seguía ahí, y que se veía preocupado por la manera en la que esa llamada le había afectado.



—¿Está todo bien?

—No, acaban de llevarlo al hospital, tengo que ir para allá.

—¿Quieres que te lleve?



La propuesta lo tomo un poco por sorpresa. Luego se obligó a no pensar en otra cosa que no fuera la salud de su hermano. Y asintió casi de inmediato. Olvidando que era su profesor al que tenía por delante y que por supuesto, su corazón latía descuidadamente acelerado cuando estaba a solas con él.













Siwon no estaba muy seguro de muchas cosas.



En especial en ese momento, por que no sabía que podía hacer con Minho, en especial cuando estaba recostado en la cama, de perfil, mirando la ventana a un lado de la habitación, como si no hubiera nada más importante.



Minho había hecho mal, muy mal. Pero tampoco podía dejarlo solo, cuando sabía lo importante que era para su hermano estar con Changmin y ahora ser consciente de que sencillamente no había oportunidad alguna ni siquiera de una llamada.



Había conversado con Jaejoong, larga y tendidamente. Analizando las posibilidades de que Yunho y Heechul entraran en el mismo jueguito de esos dos, pero resultaba difícil de pensar cuando Siwon ya conocía a Heechul desde hace tanto y su historia arrastraba más complicaciones de las debidas.



El amor, la confusión, el rechazo. Cosas que Minho y Changmin ignoraban y por lo cual habían dado por hecho de que sencillamente Heechul y Yunho solo olvidaron cumplir con su palabra, por que claro él se había interpuesto, Heechul había pensando en sus sentimientos y Yunho se había entregado a la resignación de un eterno amor no correspondido.



Así que esa historia delineaba de muy lejos una jugarreta por parte de los dos menores. Aunque Siwon sospechara. Jaejoong había sido muy cuidadoso con sus preguntas y respuestas. Pero Siwon sabía que Yunho tenía mucho que ver con esa mirada algo aliviada cuando comprobaron que ellos no estaban dentro de los planes de Minho y Changmin.



Sin embargo esa tarde, casi noche. Siwon hizo lo que creyó más conveniente. Minho ya no tenía sus padres como apoyo, ni siquiera a Changmin. Sencillamente, lo tenía a él. Así que Siwon se sentó junto a la cama y colocó una mano en su brazo.



Minho casi ni se inmutó, solo emitió un pequeño suspiro.



Pero Siwon supo, que sin palabras de por medio, en el estado en que se encontraba su hermano menor, él estaba haciendo lo correcto.













Minho abrió la puerta de su habitación y Changmin seguía ahí, viendo una foto de los dos, una que se habían tomado en el instituto, meses atrás. Su mirada fue confusa, pero Minho solo dejó la pequeña maleta sobre la cama.



—Pensé que ya te habías ido.

—Estuve a punto de irme.



Changmin sostenía aún el portarretrato y Minho respiró profundo.



—Minho…

—¿De verdad? ¿Es de verdad lo que sientes por mí?



—Yo jamás hablo tan ligeramente de esas cosas, parece que no me conocieras.

—Parece que tú no me conocieras a mí, cancelé mi viaje y estoy aquí, otra vez junto a ti, ¿y te atreves a preguntar por qué?



Minho sonrió, en cuanto vio un poco de duda en los ojos de Changmin. Una indecisión que no se veía a menudo. Por lo que se acercó a él y lo abrazó, haciendo que dejara el portarretrato de lado, abrazándolo suavemente.



—¿Está bien, Changmin? ¿De verdad… todo estará bien si estamos juntos?

—Puedo cubrir tu vida con mi madurez, y tu la mía con tus ganas de vivirla, ¿no crees que para empezar somos un buen equipo.



Minho un ahogo un pequeño pensamiento, uno ligero de ‘Entonces, ¿por qué no te diste cuenta antes?’ pero solo calló, y cerró los ojos. Abrazado un rato más a él. Quería confiar en esas palabras. Que ese amor era ahora parte de los dos. Y quería mucho más que un simple amor de juventud.

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