No serían más de las 6 de la mañana, y cierto rubio estaba despierto. Aún quedaban más o menos dos horas para que entrasen a clases, pero no tenía intenciones de dormir. Estaba preocupado. Tanto así, que apenas había dormido la noche anterior, pero aún así no tenía sueño. Su prioridad era ahora no soltar jamás al joven que dormía abrazado a su cintura, con su cabeza apoyada en su pecho.
- Hyung…Lo siento mucho- Se disculpó, hundiendo su cabeza en el cálido pecho del mayor, que estaba tan confundido como él.
- Shhh, tranquilo…
- No…No me dejes por favor…
- Jamás… Aquí estoy para ti Changmin…
Después de eso, el pequeño se había quedado dormido. Al principio pensó que se había desmayado. No había ido a trabajar el día de ayer. Se quedó toda la tarde haciendo su tarea cuidando al castaño, que dormía profundamente. Lo había metido a la cama y le había tomado la temperatura y la presión. Todo parecía ir bien, hasta que llegó la hora de dormir.
–Mmg- Pudo escuchar a Changmin quejarse en sueños.
Se incorporó de inmediato, y sin si quiera tomar en cuenta el reloj que marcaba la una de la madrugada, fijó su vista en la cama del castaño. Y allí estaba, sudando, con el ceño fruncido, moviéndose de un lado a otro.
- No…Déjame….- Se quejaba, y de verdad parecía estar sufriendo.- Por favor…
No dudó ni un segundo, y se levantó de su cama, corriendo a asistir a su dongsaeng. Se posó a su lado y lo tomó por los hombros, pero el chico no dejaba de moverse y de sudar frío. No sabía que hacer, estaba asustado. ¿Qué le estaba pasando a su pequeño? ¿Habría sido su culpa por haber querido llevar la relación un poco más lejos? Intentó mantener la calma.
- N—No… Ayúdenme…- Rogaba el menor, aún soñando- Hyung…
Ante las palabras del menor, buscó su mano y entrelazó sus dedos con los de Changmin, sentándose al borde de la cama, con su mano libre, acarició los sedosos cabellos del chico, tratando de calmarlo. No se le ocurría que más hacer. ¿Sería buena idea despertarlo? Tal vez lo fuese, tal vez no. De pronto sintió que su dongsaeng se movía menos, su respiración se hacía más pausada y su mano apretaba con fuerza la suya. Sonrió aliviado ante la mejora.
- Hyung…- Suspiró el bello durmiente.
- Tranquilo Minnie, ya estoy aquí…- Le dijo, y de pronto sintió como el chico lo tiraba del brazo, aún dormido. Sin remedio cayó sobre él en la cama.
- No me dejes…- Murmuró en su oído, aunque no intencionalmente (Después de todo estaba dormido), haciendo que el rubio se sonrojase.
- No…No lo haré…- Dijo después de un corto silencio. Aún no se acostumbraba a tener el rostro de Min tan cerca.- Duerme tranquilo.
Miró nuevamente al chico que dormía sobre su pecho. Su respiración pausada, y sus finos cabellos castaños brillando ala luz de los tenues rayos de sol que entraban por entre las cortinas. No se dio cuenta en que momento, una hora ya había pasado. Sólo atinó a mirar el reloj cuando sintió al pequeño moverse un poco.
- Mmng.- Se quejó el pequeño, e instintivamente se acurrucó en el pecho del mayor, en busca de más calor.
- ¿Minnie…?- Lo llamó con voz suave, acariciando con cuidado su cabello.
- ¿H—Hyung?- Preguntó un tanto extrañado. Changmin no estaba entendiendo nada. ¿Qué hacía el rubio en su cama? No es que le molestara, todo lo contrario, pero no recordaba haberle pedido que lo hiciese.
- Changminnie. ¿Qué pasa, tengo algo en la cara?- Cuestionó mirándole a los ojos, notando como el menor se sonrojaba ante la cercanía de sus rostros.
- No…Yo…- Fijó su vista en otra cosa, como…Sus manos. Pero sólo logro ponerse aún más nervioso, al notar como estaban aferradas con fuerza a la camiseta que traía puesta el mayor.- Es—Eso sólo que….Me sorprendí…-
- ¿Te…Te molesta?
- ¡No!- Se apresuró a decir. – Lo que pasa es que… ¿Porqué…Porqué estás aquí? Digo…-
- ¿No recuerdas…?- Soltó sin pensarlo.
- ¿El qué…?- Lo miró nuevamente a los ojos, sin entender nada.
- Tú ayer… Bueno, estabas durmiendo muy mal, y sudabas mucho y me preocupé demasiado, Minnie, por eso… Yo…-
Changmin se sonrojó, y de pronto su memoria volvía a su cabeza, bombardeándole información sin cesar. Se incorporó de improviso, asustando a Jaejoong en el proceso. Recordó entonces ese extraño sueño, esas manos que lo tocaban, y le arrancaban su inocencia, esa lengua ajena que no soltaba su cuello… Ese hombre cuyo rostro no pudo divisar. Y recordó que gritaba por ayuda, que sudaba frío, que buscaba a alguien. Y también, recordó una cálida mano, una mano acariciando su rostro, y la tormenta había pasado.
- Hyung…Lo siento…- Se disculpó enseguida, dándose media vuelta, no podía mirarle a la cara.
- Changminnie, no te preocupes.- Le sonrió, aún sabiendo que el pequeño no se daría la vuelta.-Aquí estaré siempre para ti.- Lo tomó por el hombro, pero el castaño se soltó del agarre.- ¿Min, qué pasa?
- No puedo… Yo…-
- Changmin, por favor mírame, no me hagas esto.- Le rogó Jaejoong- Lo de ayer…Si solo me dijeras que pasa, yo te juro que haría lo posible por ayudarte. Quiero hacerlo, Min, confía en mi… Por favor hablémoslo.
- No…- Lo cortó, y se levantó de la cama, mirando al piso, su voz quebrándose.- No quiero hablar de eso Hyung, no puedo.
Con eso, salió de la habitación. Corrió al baño sin escuchar el rubio, que lo llamaba desesperado y afligido. Contuvo su llanto hasta haberse encerrado en el baño. No quería ignorar al mayor, no quería preocuparlo ni menos hacerle sufrir. Pero estaba casi tan confundido como él. ¿Por qué no se acordaba de todo aquello? ¿Por qué ahora? El sólo hecho de pensar en lo que abría sucedido ese día hace años. No podía mirarle a la cara ahora y hablarle…
Dos días después
Changmin suspiró pesadamente. Llevaba ya un buen rato bajo el único árbol de flor de cerezo que había en toda la escuela. Estaba en el patio trasero, alejado de los ruidosos pasillos, y del concurrido casino. Siempre iba allí cuando quería pensar, y ahora sólo una persona invadía su cabeza. Jaejoong. Estos dos últimos días lo había estado evitando a toda costa. Por las noches a penas y dormía, no lo miraba, no le hablaba, y no es que no quisiera. No podía. El rubio insistía en que hablasen de su sueño, de sus problemas. Pero no sabía como decirle que se sentía tan desconcertado como él. Y encima, el hecho de pensar en no ser virgen le aterraba. Quería regalarle su flor al rubio. Más que cualquier cosa en el mundo.
- Saltándote el almuerzo otra vez…- Dijo una aguda voz tras el, y entonces Junsu se sentó a su lado- Sabes que no te hace bien Changmin.
- Si, lo sé- Suspiró con pesadez.
- ¿Qué pasó con Jae y tú? ¿Pelea de hermanos?- Preguntó-
- No quiero hablar de eso.- Comenzó a decir, recordando que ni Junsu ni Yoochun sabían de su relación con Jaejoong. Yunho se había enterado por si solo.
- No ha sido nada fácil ¿eh?- Le dijo, y le dio una palmaditas en el hombro- Yo sé que el te quiere mucho, y aunque no estén relacionados, te quiere como a un hermano. Dale una oportunidad. ¿Si?
Miró el reloj por enésima vez en los últimos quince minutos, y luego miró a su alrededor, buscando insistentemente a cierto castaño.
-Jae, come algo.- Le dijo Yunho- Por favor, deja ya de buscarlo si sabes que no vendrá. Mírate, ya casi no comes, a penas y te concentras en clases…-Se detuvo al notar que el rubio no estaba prestando atención a él precisamente, más bien, miraba la puerta del casino.- Maldición Jaejoong ¡Escúchame!- Gritó
- ¿Q—Qué?- Lo miró asustado, saliendo de su ensimismamiento.
- Me preocupas Joongie. Estás como en otro planeta- Confesó.
- Lo siento Yunnie.-Se disculpó mirando la comida que apenas y había tocado.-
- No entiendo muy bien lo que pasó entre Minnie y tú, pero te lo ruego, cuídate.
El rubio suspiró derrotado. Todo lo que decía Yunho era verdad. Los últimos dos días habían sido horribles. El menor lo evitaba, lo ignoraba, ya no venía a almorzar al casino y encima no se lo había si quiera cruzado por algún pasillo en la escuela. Encima, ahora Changmin se levantaba más temprano para salir antes al colegio, y pasaba directo al trabajo después de clases.
- Deja de buscarlo- Le dijo Yunho otra vez.
- Ush, no puedo evitarlo. Estoy preocupado por él. – Le dijo- Ya no duerme, no se si estará comiendo bien, y encima está llegando cada vez más tarde del trabajo.
- Eso si es cierto.- Inquirió el chico- Últimamente pasa toda la jornada de trabajo en la cocina con DaHao. Ya ni lo veo lavando platos.
- Ese maldito idiota.- Se quejó entre dientes Jaejoong, claramente muriendo de celos.- Estoy segurísimo de que quiere algo con mi Changminnie.-
-Probablemente. El tipo, en serio, lo persigue. Pero a Minnie no parece incomodarle, tal vez no se da cuenta de sus intenciones o…-
- Ni me lo menciones.- Lo cortó afligido.- Yunnie… ¿Y si Changmin ya no me quiere?
- ¿Qué?
- ¿Y si le gusta ese imbécil?- Cuestionó- No sería para nada raro, DaHao es su tipo. Alto, mayor que el, buen físico, y moreno.-
- Jae, tu eres todo eso. Incluso eras moreno antes de teñirte de rubio.
Cocina del Restaurante
Ya serían las seis de la tarde, y Changmin se estaba empezando a preocupar. Jaejoong Hyung no llegaba a trabajar todavía. Aunque estaba distanciado de él, eso no quería decir que no le importase lo que le pasaba. Lo amaba, y mucho. Y el sólo hecho de pensar que algo pudiese haberle pasado en el camino lo ponía mal.
- ¿Qué tienes Min?- Dijo una voz tras él, sacándolo de sus pensamientos-
- ¿Eh?- Se dio media vuelta, dejando de pelar tomates, para encontrase con un joven moreno y alto, que acababa de llegar y ahora se colocaba su delantal.- No…No es nada, DaHao Hyung.
- Hoy llegaste temprano otra vez.- Le dijo, caminando para ubicarse al lado del castaño.
- Si…- Respondió desanimado.-
- Mmm, pero cambia esa cara- Le sonrió, mostrándole sus blancos dientes.- Te ves feo con el ceño fruncido.-
- Está bien- Fingió una sonrisa.-
- Oye…- Le dijo luego de una breve pausa.- El Chef me preguntó por Jaejoong. ¿No ha llegado o qué? No lo vi lavando platos.
- No, no ha llegado- Le respondió sin ánimos.-
- ¿Dónde está?- Preguntó.
- No lo sé…- Suspiró, y de pronto sintió que el mayor se le acercaba cada vez más.
- Que raro…- Soltó el moreno- ¿Están peleados o algo? Digo, porque tú siempre llegabas con él, y me hablabas de él, y no sé. Si no supiera que son hermanos, fácil los confundo con una pareja de novios.
El rostro de Changmin enrojeció, y podía ser fácilmente comparado con los tomates que estaba pelando. Sin querer que el mayor se diese cuenta de su estado, bajó la cabeza y escondió su rostro bajo sus castaños cabellos. ¿Tan obvia era su actitud, que hasta DaHao Hyung se había dado cuenta de lo enamorado que estaba?
- Oye, ¿Qué pasó?- Le preguntó DaHao- No era para que te sintieras mal ni nada parecido Min.- Explicó- Yo sólo decía que son muy fraternos, nada más… Aunque- Hizo una pausa, y con cuidado tomó a Changmin por las mejillas, obligándolo a mirarle a los ojos- Tengo que admitir que estoy celoso.
- ¿Q—Qué…? Hyung…- Estaba nervioso. Podía casi sentir la respiración del moreno chocar con su rostro.
- Desearía ser Jaejoong por un día, y así poder vivir contigo.- Se acercó al oído del castaño- Me gustas Changmin, me gustas mucho.- Susurró de forma sensual.
El menor abrió su boca para reprochar, pero antes de que pudiese si quiera pensar que decir, el moreno lo tenía contra la pared, y había apresado sus labios con los suyos, en un intenso y forzado beso. Abrió sus ojos con sorpresa, y enseguida trató de zafarse, pero el mayor sólo respondió introduciendo su lengua en la cálida cavidad del menor. El beso era violento, húmedo y sabía amargo, muy amargo. Sentía que su boca se quemaba, y la culpa lo invadía.
- Ng…- Se quejó Changmin- H—Hyung, no…
- ¿Porqué?- Preguntó soltando los labios del menor, no sin antes morderlos con lujuria.- No quiero soltarte… Te necesito.
- Yo… No puedo… Ah…-Se quejó, cerrando sus ojos con fuerza al sentir los dientes del mayor morder la piel de su cuello- No….-
Intentó zafarse, intentó empujar al joven, pero no pudo, DaHao lo tomó por las muñecas y las coloco una a cada lado de su cabeza. Quería llorar, gritar, salir corriendo, pero estaba atrapado entre la pared y el cuerpo del joven. ¿Por qué le pasaba esto? No quería, pero no lo soltaba, no le hacía caso, sólo besaba con descaro su cuello. Sintió como la lengua del chico bajaba hasta sus hombros, y como aquellas manos tan ajenas se deshacían de su corbata y desabotonaban su camisa. De pronto sintió frío.
- Mgg.- Se quejó, sus ojos tornándose lloroso al sentir la lengua de DaHao recorrer su pecho.- Detente, por favor…
- No…Te deseo Changmin…-
No dijo más, y no escuchó más protestas del menor, necesitaba tener al pequeño, aunque fuese por la fuerza. Bajó una de sus manos hasta la entrepierna del castaño, y se coló por debajo de sus ropas.
Aquel hombre poco a poco fue levantando su polera, e inescrupulosamente comenzó a masajear bruscamente sus pezones. Pronto sintió una lengua, unos labios, y unos dientes morderle con lujuria.
- Me duele.- Se quejó, lágrimas comenzando a caer por su rostro- Déjame…No me…Ah…Gusta…- Decía Changmin, pero el tipo no se detenía.- Mamá…
- Mamita no está, ya te lo dije…- Le susurró el degenerado que lo tocaba sin pudores. Aquella voz tan familiar…- Grita más fuerte, y posa para la cámara…-
El hombre sonrió con malicia. Una sonrisa que ya había visto antes. Pudo divisar la pequeña cámara digital ubicada en su cómoda. La cómoda de su pieza. La vergüenza le impedía mirar hacia el frente, y ahora estaba siendo despojado de su polera. Sentía frío, miedo, y se sentía tan ultrajado. Y no importaba cuanto gritase, nadie lo escuchaba. Su voz se perdía entre las paredes de su propia casa. El hipo se hizo presente, y mordió su labio inferior con fuerza, para detener sus gemidos de dolor, que parecían excitar más y más al hombre.
- ¡No! Q—que… ¿Qué hace…?- Se quejó al sentir como el hombre le bajaba sus pantalones, y metía su mano por entre su ropa interior, tomando su intimidad descaradamente.
-Mírate, ya no eres un niño…- Sonrió con malicia.
- Suéltame…Déjame…- Lloraba Changmin, cerrando sus ojos con más fuerza aún.
Mordió su labio inferior al sentir aquellas manos ajenas apretar su miembro con fuerza. Esos recuerdos lo atacaban nuevamente, pero cada vez se hacía más claro.
- Hyung, suéltame. No quiero… Déjame. Por favor, no me hagas esto…- Lloraba, sin poder moverse, intentando con desespero soltarse, defenderse…- A—Ayuda…
- Shhh, Changminnie.- Susurró a su oído.- Nadie vendrá por ti, sólo quedamos tú y yo… Yunho ya se fue a su casa.
- No…Ayuda…- Gritaba, haciendo caso omiso a lo que el mayor le decía, tratando de convencerse de que alguien lo escucharía. Su cabeza le dolía, y los horribles recuerdos perdidos de su infancia hacían arder su pecho en dolor.- Mmng…-
- No te soltaré…- Le dijo besando sus labios por la fuerza, mientras giraba al pequeño para que mirase a la pared, y bajaba sus pantalones.- Serás mío…
- No… Jae…-
Su voz ya no daba más y la desesperación lo consumía por dentro. Seguía luchando por soltarse del fuerte agarre pero no podía. Necesitaba alguien, ayuda, lo que fuese. Pronto comenzó a perder las fuerzas, su cabeza parecía que iba a explotar en cualquier momento, estaba mareado, todo le dolía. Sólo quería que llegase alguien y lo salvara, pero a la vez, sabía que no podría con la vergüenza. Sólo un nombre lo llenaba de esperanza…
- Jaejoong Hyung… Jae… Por favor.- Lo llamaba el pequeño, llorando sin control, perdiendo las fuerzas, sintiendo el dolor ya insoportable y sus párpados pesados. Sabía que no lo escucharía, pero no podía evitarlo…
<<.Jaejoong…>>
Yunho lo mataría, eso era seguro. Ya eran casi las siete de la tarde, y le había prometido que no tardaría más de una hora en llegar. Corría lo más rápido posible, y así tal vez alcanzaría a su amigo, al menos para ayudarle a guardar todos lo platos en su lugar o a barrer. Ya sólo quedaban dos cuadras. Giró en la esquina. Paff.
- Lo siento…No vi por donde iba…- Se disculpó, intentando pararse luego de haber chocado con alguien al dar la vuelta a la esquina.
- No importa, sólo ten más cuidado- le dijo una voz muy familiar. Entonces levantó la vista, para encontrarse con nada más y nada menos que con Yunho, que le extendía la mano con una sonrisa.- ¿Yunnie?
- ¿Nos conocemos?- Preguntó el joven ayudando al otro a levantarse. Lo observó bien, y entonces se dio cuenta -¿Jae?- El otro asintió.
- ¿P—Pero que te hiciste…? T—Tu cabello…Está…-
- ¿Negro?- Completó la frase de su amigo sonriendo.- Si, por eso te pedí que me cubrieras. Pasé a la peluquería a teñirme el pelo de mi color natural. Lo siento por venir tan tarde, pero no pensé que se demorarían tanto… Oye… ¿Qué pasa, no me veo bien así?- Preguntó preocupado.
- ¿Qué? ¡No!- Se apresuró a responder. – Te ves muy bien. Es sólo que… Es raro, nada más.
- Ah…Y… ¿Crees que a Minnie le guste….?- Preguntó sonrojándose el ahora moreno Jaejoong.
- Hahaha… De verdad estás enamorado Joongie- Rió Yunho- Tú jamás haces nada por otra persona. ¿Y ahora te tiñes el pelo por Min?
- Si…- Respondió mirando al piso, un tanto avergonzado- Y… ¿Dónde está él? ¿Ya salió del trabajo?
- La verdad no tengo idea.- Dijo con sinceridad- No le he visto en todo el día, pero de haber salido lo hubiese visto…De todos modos, si quieres te acompaño a verlo. Estamos a una cuadra nada más-
- Gracias Yunnie.
Caminaron en silencio. El moreno estaba más que nervioso. Había cambiado un poco su apariencia, con el fin de recuperar lo que – según el- DaHao le estaba robando. ¿Le gustaría el menor su nueva apariencia? ¿Habrá sido una estupidez cambiar su color de pelo…? Esas dudas rondaban su mente cuando por fin llegaron al lugar, para ser más exactos a la puerta trasera del Restaurante – que llevaba directamente al almacén, y conectaba a la cocina, al horno y al lavadero.-
- Aquí hay algo que no me calza…-Dijo Yunho al encontrar que no fue necesario utilizar la llave para abrir.
- ¿Qué sucede?- Preguntó Jaejoong.
- Lo que pasa es que ya todos se deberían haber ido a sus casas, salvo el cocinero y unos cuantos meseros. Ellos siempre dejan la puerta cerrada con llave, porque como pasado las 7 el cocinero hace su ‘show en vivo’ no queda nadie cuidando la cocina. Incluso, le piden al asistente que lo haga.
- ¿El asistente no es…?
- DaHao.- Lo cortó- Pero su horario termina a las 7 de la tarde, la son las 7 y pasadas y el jamás se va tarde. Y si tomamos en cuenta que Minnie se la pasa con ese tipo, ya deberían haber salido ambos del trabajo.
Aquello tenía sentido. ¿Qué estaba pasando…? No se enterarían si no entraban al lugar. Jaejoong tragó saliva, temiendo que algún ladrón, o algo por estilo estuviesen atormentando a Changmin. Los chicos entraron al lugar, y ante el largo pasillo que conectaba al almacén, se dividieron para investigar. Yunho corrió al lavabo, y Jaejoong siguió caminando derecho, hasta que un extraño ruido llamó su atención…
- No te soltaré…-Escuchó una voz familiar proveniente de la cocina, que en estos momentos debía extra desierta.- Serás mío…
- No… Jae…-
Su corazón se detuvo en ese momento. ¿El chico que se estaba quejando era Changmin? Corrió en dirección a la cocina, imaginando lo peor.
- Jaejoong Hyung… Ayú—ayúdame…- Escuchó, pudo notar que la voz del chico se quebraba, se hacía más débil.
- ¿¡Changmin!?- Preguntó gritando, abriendo la puerta de la cocina de par en par.
La escena frente a sus ojos lo dejó pasmado. Su amado Changmin estaba llorando, su rostro en dirección a la pared, pero aún así pudo divisar marcas de golpes, y sus labios rojos. Su camisa de colegio completamente abierta, sus manos sujetas sobre su cabeza con fuerza, sus piernas levemente flectadas, y sus pantalones revelando su ropa interior. Y el desgraciado que jugaba con su mano perdida en la intimidad de Changmin, era moreno, alto…
-Por favor, detente...- Lloraba el menor, y solo eso bastó para que Jaejoong explotara en ira.
- DaHao, suéltalo.- Ordenó, con impotencia. El otro se giró para verle, y su rostro se tornó blanco.- Te dije que lo soltaras, maldita sea.- Gritó con todas sus fuerzas, y en un abrir y cerrar de ojos tenía al mayor bajo su cuerpo, mientas lo golpeaba incansablemente.
- Dé—Déjame- Rogó DaHao.
- ¿Quieres que te suelte? ¿Después de lo que estabas apunto de hacerle a Changmin?- Preguntó con impotencia, dándole un puñetazo en el rostro.- ¿Y cuando el te pedía que lo dejases? ¿Lo soltaste a caso? Desgracia—
- ¡Jae, tranquilo! Lo vas a matar- Lo detuvo justo a tiempo su amigo Yunho.
- Eso quiero Yunnie, matar a este infeliz.- Le dijo, sus ojos llenos de lágrimas.
- Eso no resolverá nada. Vete a ver a Changmin, el si necesita de tu atención. Yo me quedo con este imbécil.
Jaejoong asintió, encontrándole de pronto toda la razón a su amigo. Caminó apresurado hasta el menor. El pobre estaba sentado con su espalda apoyada contra la pared, sus ojos entrecerrados, y sus labios, rojos, entreabiertos. En su mejilla había indicios de haber sido golpeado. Su respiración era agitada y sudaba mucho.
- Tranquilo Minnie, ya estoy aquí.- Le dijo el moreno acercándose más al pequeño.
- ¿Quién…eres…?- Preguntó.
A penas y veía, su vista era borrosa, su pecho quemaba por dentro y su cabeza le dolía más que antes. Y aún tenía en su memoria aquellos sucesos acontecidos hace años. Que se mezclaban con lo recién ocurrido, y lo atormentaban. Sentía vergüenza, y encima, ese hermoso moreno lo mirada. Se veía preocupado. Sabía que lo había visto antes. Esos ojos tan grandes, esa piel tan tersa y blanca. Ese lunar bajo su ojo, esos labios… Rosados…
- ¿Jaejoong…Hyung…?
Todo se volvió negro.
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Hola
ResponderEliminarpobrrcito Min no sale de una para meterse en otra si que le a ido muy mal pero quien ese desgraciado que le robo la inocencia a changmin y peor aun tiene un trauma que no lo deja tranquilo y para rematar ese dahao tratanto de hacerle cositas
espero que jaecito lo ayude a salir de ese agujero negro de malos recuerdos
continuacion.....saludos!!!!!!!
desgraciado dahao!!!
ResponderEliminarpobre mi min!!!
menos mal que jae llego a tiempo!!!!!!
continualooooo!!!!!!!!!!
oooohhh jaaeee!! ke bien ke llegasteee!! nadie mas ke tu y yo y kiza algun otro dbsk puede tokar a mi changmin!! ke lindo!! te pintaste el pelo, siii siii asi me gustas mas
ResponderEliminarjajajaja
me enkanta este fic!!
kero saber ke mas pasa kon mi baby
ash peor pk te empeñas en hacernos sufrir poniendo taaaaaaaaaaaan debil a changminnie y para colmo es el k mas sufre, primero la familia, luego la violaciony ahora anepcia? o fu que se volvio loco ówO
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