Título: Mío
Autora: Mimi&Micky
Parejas: Yoosu
Género: tragedia, Slash, Angst
Extención: Oneshot
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Autora: Mimi&Micky
Parejas: Yoosu
Género: tragedia, Slash, Angst
Extención: Oneshot
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- Lo encontré en la habitación.
El sujeto tomó el montón de papeles que le estaban entregando y los ojeó.
- ¿Lo va a leer?
- Creo que sí. Este caso me tenía intrigado...
“Estaba bastante desesperado. No comprendía por qué estaba sintiéndome de ese modo. Sólo tenía un pensamiento rondando mi mente: mi mejor amigo. Es que esto me sucedía desde hace muchísimo tiempo, pero no entendía muy bien el por qué. Tal vez era el estar viviendo durante tantos años con él, o tal vez fuera todo ese fanservice que hacíamos. Lo único que sabía es que lo sentía, necesitaba hacerlo y pronto.
Estaba manejando esa noche, manejando sin fijarme en dónde estaba, hacia donde iba, si alguien se me cruzaba o si los semáforos estaban o no en verde. ¿A quién demonios le importaba eso? Sólo importaba en ese momento escaparme de esos pensamientos asquerosos que se me venían a la mente. ¿Cómo podía desear hacerle algo de ese tipo a mi mejor amigo? ¿Cómo podía ocurrírseme algo así? Pero no podía controlarme, no, no podía. Lo había intentado, busqué mil maneras para sacarme ese fuerte deseo que recorría mi cuerpo cada vez que lo veía, pero era imposible. Era como si ese cuerpo perfecto me incitara a hacer esa atrocidad. ¿Estaría ese chico consiente de lo que me provocaba con tan sólo una mirada? No... Claro que no lo estaba, de estarlo se habría detenido hacía mucho tiempo. Es que era tan inocente, nunca captaba nada de lo que sucedía a su alrededor...
Lo peor de todo, pensaba, es que cuando lo hiciera no sería bueno. Estaba claro que tarde o temprano ocurriría, pero no saldría impune de eso. No todos los días alguien de mi calibre, con mi fama mundial, cometía una atrocidad como esa. No. Pero lo haría. Ya vería cómo liberarme de todas aquellas consecuencias que este temible acto traía consigo.
Pero faltaba algo. Sí, planearlo. Planear todo para esa inolvidable noche, en la que al fin cumpliría mi mayor sueño. No podía ser en el departamento que los cinco integrantes del grupo compartíamos. Sí fuese en ese lugar todos lo oirían. Entonces ¿dónde? ¿En un motel, quizá? No, eso definitivamente no tenía gracia. No era lo que quería, no. Tenía que ser en un sitio completamente para nosotros, algo especial. No quería que esa noche fuese recordada como algo vulgar o algo común. Quería que fuese LA noche. La noche más importante de mi vida. Tenía que ser simplemente perfecta.
Me estacioné cuando me di cuenta de que había llegado a casa. Inconscientemente mi cuerpo me llevó hasta allá. Habría seguido en el camino si no fuera porque estaba demasiado cansado para continuar manejando. Subí lentamente al departamento, introduje mi llave en la cerradura y entré. Estaba todo a oscuras. Claro, eran las tres de la madrugada. Yo había dicho que iba a comprar helado y ni siquiera me molesté en llamar para advertirles que mi retraso no era importante... Tal vez él estaba preocupado... No quería preocuparlo.
Me acerqué lentamente a su habitación, abrí la puerta con mucho cuidado y lo vi, apenas iluminado por los tenues rayos de luz de luna que se colaban en la habitación por un pequeño espacio entre las cortinas. Su carita de ángel mientras dormía era algo inigualable. Casi me hacía arrepentirme de lo que quería hacer, pero no. La decisión estaba tomada y ya no me iba a echar para atrás. Seguiría adelante costase lo que costase. Mas no sería ahora. Sería en unos días. Debía seguir pensando cómo hacerlo. ¿Cómo llevarlo a ese lugar sin levantar sospechas? ¿Cómo hacer que nadie más nos acompañase? ¿Y si él no caía? Demasiadas dudas. No haría nada hasta poder encontrar una respuesta a, por lo menos, la gran mayoría de ellas.
Fui a mi cuarto e ingresé en él, me saqué la ropa, me puse pijama y me acosté. Quería seguir pensando en mi plan, sin embargo fui derrotado rápidamente por Morfeo en esa batalla que cada noche tenemos. Nunca he logrado salir victorioso de ella.
Debo admitir que a medida que pasaban los días no podía pensar en nada más que mi plan. Me tenía algo así como obsesionado. Casi no comía, casi no ponía atención en los ensayos siendo que en esa época, más que nunca, necesitaba hacerlo. Estábamos próximos a unos conciertos en Japón y si no me preparaba como era debido, la reputación del grupo se iría a pique. Y además, si no me esforzaba como siempre lo hacía, mi pequeño se sentiría mal. Detestaba ser quien le hiciera ese daño. Por lo mismo necesitaba llevar a cabo lo que había estado planeando.
Fue una noche, mientras intentaba ganar esa pelea entre estar despierto y sumergirme en mis sueños, cuando se me iluminó la cabeza. Ya lo sabía. En Japón. En Japón lo haría. En Japón sería perfecto. Lo llevaría a un parque lleno de esos árboles de cerezo que tanto le gustaba ver cuando fuimos la última vez. Lo llevaría ahí, a la luz de la luna. Con eso ya tenía la excusa lista y el lugar ideal... Lo demás sería sólo cosa del destino.
Estuve mucho más animado que antes cuando pude terminar de idear todo eso. Tuve que disculparme ante el resto por mi estado anímico anterior, diciéndoles que era porque estaba un poco estresado. Era normal entre nosotros que algo así ocurriera, así que tampoco me preguntaron mucho más al respecto. Sólo él. Era tan preocupado, le importaba tanto lo que yo sentía, lo que me ocurría. Si tan solo hubiese sabido lo que ocurriría más adelante...
Cuando estuvimos en Japón, las cosas fueron bastante sencillas. Los conciertos estaban saliendo de maravilla y yo decidí que era tiempo de comenzar con mi “juego previo” para asegurarme de que el día en el que satisficiera mis deseos más íntimos, él no me arruinara todo por no tener ganas.
Me acercaba a su cuerpo cada vez que podía. Las sesiones de fanservice en cada concierto eran casi tan reales que podía sentir su respiración agitada mezclándose con la mía. Tocarlo era como estar en el paraíso para mí. Ver sus ojos brillantes de deseo me indicaba que le pasaban cosas cuando hacía todo eso. Perfecto.
La luna brillaba fuerte esa noche. Todo nuestro itinerario había finalizado. Al día siguiente volveríamos a Corea. Era ahora o nunca.
Me deslicé con suavidad a la habitación de mi mejor amigo y me paré a su lado. Lo mecí muy despacio, evitando a toda costa emitir algún sonido que pudiese despertar a los demás y esperé a que él reaccionara. Y lo hizo. Me miró con esos ojos hermosos que yo tanto adoro. Le sonreí.
- ¿Qué sucede..?
- Sígueme...
Sin decir más, me di media vuelta y salí de la pieza. Tras unos segundos que se me hicieron interminables y en los cuales llegué a pensar que no saldría, apareció. Me preguntó a dónde lo llevaba, pero yo me limité a no contestarle nada. Salimos del apartamento, bajamos por el ascensor, llegamos al auto, todo en silencio. Manejé muy concentrado. Quería que todo fuese perfecto, no quería que nada arruinase esa noche especial.
Sobre nosotros, las estrellas iluminaban todo, ignorando por completo la aberración que estaría apunto de suceder justo frente a ellas...
Estuve mirando lugares durante un tiempo, en los pequeños ratos libres que nos daban entre ensayo y ensayo. Encontré uno ideal junto a un río y decidí que sería ahí. Me dediqué a arreglarlo, hacer que se viera maravilloso sólo para él. Así que cuando llegamos ahí, nada había de malo. Noté cómo sus mejillas se sonrojaban y me miraba.
- ¿Qué es esto? – me preguntó con tanta dulzura que yo ya casi no podía aguantarme.
Me acerqué lentamente, le tomé sus manos con delicadeza y se las besé, mirándolo a los ojos en los que podía ver claramente reflejada la redonda luna llena que sería testigo de lo que estaba por ocurrir.
Nuestros labios se rozaron una eternidad. O tal vez no fue una eternidad, pero el deseo me hizo creer que sí. Yo no haría nada si él no quería avanzar. Pero lo hizo. Fue él quien aprisionó mis labios contra los suyos, uniéndolos en un baile incesante que se intensificó cuando mi lengua suplicó por tocar la suya. Mis manos atraían ese cuerpo perfecto más y más al mío, haciendo que ese deseo creciera. Recorría mis venas y se volvía cada vez más incontrolable. Es que necesitaba hacerlo ahí, ya mismo, pero no. Debía esperar. Debía ser único. Algo que nunca nadie olvidase.
Mi boca comenzó a descender por su cuello, mientras él dejaba escapar pequeños gemidos de placer. Eso me hacía querer más y más. Le saqué su camisa, dejando al descubierto ese pecho que se había ido mejorando con los años, con los ejercicios que debíamos hacer para mantenernos en forma y para poder ser lo que nuestras fans querían de nosotros. Mi lengua recorrió todo eso sin dejar escapar ningún detalle. Quería grabar todo eso en mi memoria. Me detuve un momento al llegar a esos pezones que ya no podían estar más duros y le hice un favor a mi amigo, succionándoselos y lamiéndoselos, mordiéndoselos sin piedad. Sus gritos aumentaban, sus gemidos se hacían más intensos... Todo iba de acuerdo al plan.
Sus manos traviesas estaban ya sobre mi miembro totalmente erecto por la excitación que me producía todo este acto maquiavélico. Intentaban sacarme el pantalón con desesperación, por lo que lo ayudé un poco. Cuando dejé caer la prenda y mi ropa interior, sin sacármelas del todo, sus ojos brillaron con aún mayor intensidad. Fue entonces cuando sentí sus caricias y mi mundo se nubló. Intentaba concentrarme, no podía dejarme llevar por las emociones del momento, no si quería que mi plan resultara como yo lo había estado pensando todo ese tiempo. Pero es que ese maldito me masajeaba con tanta pasión que ya no podía controlarme. Sentí ese calor en el bajo vientre y supe que era lo que estaba apunto de suceder. Exploté en sus manos sin poder contenerme, jadeando de lo endemoniadamente encendido que me sentía. Quería más. Quería que él se sintiera como yo.
Me arrodillé frente a él, y le saqué la ropa que le quedaba, dejando al descubierto su dulce miembro. Acerqué mi boca a él y sin previo aviso ya lo había introducido en mi cavidad por completo. Lo lamía lentamente, haciendo que él se estremeciera de placer. Al llegar a la punta daba pequeños mordiscos, aumentando aún más todas las sensaciones que recorrían su cuerpo y que estaban comenzando a despertar nuevamente al mío. Fui aumentando la velocidad poco a poco, escuchando sus fuertes gemidos que me pedían más y más fuerza, hasta que toda su semilla se derramó en mi boca. Qué sabor tan maravilloso... Me lo tragué todo y me puse de pie, dispuesto a besarlo. Cuando estaba a escasos centímetros, me detuvo y con una voz ronca que jamás le había escuchado, me dijo: “quiero que me hagas tuyo”. Era hora. Era la maldita hora. Había llegado el momento.
Introduje tres de mis dedos en su boca y él los comenzó a chupar con desesperación. Eso me calentaba aún más. Cuando creyó que ya estaban listos, los dejó libres. Introduje el primero en su entrada, haciendo pequeños círculos con él para dilatarlo mejor. Soltó unas lágrimas pero se contuvo. Se notaba que estaba tan excitado que un poco de dolor era lo que menos le preocupaba. Eso era perfecto. Simplemente perfecto. A ese dedo le siguió otro y luego el último. Todo rastro de molestia desapareció de su cara, por lo que me di cuenta de que ya era tiempo de hacerlo. Acerqué mi miembro a su entrada, metiendo sólo la punta. Sentí como electricidad recorriéndome completo. Lentamente, me introduje entero y me detuve. Esperé un poco para que él se acostumbrara a esta intromisión y, después, comenzaron las estocadas. Una y otra, al principio eran lentas pero de a poco fueron ganando velocidad. Él sólo gemía y gemía, pidiéndome más. Había rodeado mis caderas con sus piernas para apegar nuestros cuerpos. Yo aumentaba la rapidez y sentía cómo su miembro era masajeado por nuestros pechos que lo tenían prisionero. El clímax se acercaba. Cuando el calor en el bajo vientre se hizo presente otra vez, lo hice. Lo hice sin pensarlo dos veces. Miré su rostro de sorpresa mientras lo hacía. Nuestras semillas salieron a la vez, justo al mismo tiempo.
- Ch-Chunnie...
Yo sólo lo miraba, sintiendo recorrer ese líquido caliente que emanaba de su cuerpo por mi piel. Sentí unas ganas incontrolables de reírme en ese momento. Reí sin soltar el cuchillo con el que estaba atravesando su hermosa y perfecta piel. Reí sin dejar de retorcerlo en su interior, aún sin haber sacado mi miembro de su cuerpo. Yo sólo reía. Lo había hecho. Lo había hecho al fin.
- Ch-Chunnie... – volvió a decir – p-por qué hiciste esto..?
Pero no alcancé a responderle. Sus ojos se cerraron antes de que lo hiciera. La verdad es que fue mejor así, yo nunca comprendí bien por qué quería hacerlo, no podía responderle con claridad. Tampoco es como que me arrepienta de haberlo hecho. El contacto de su sangre con mi piel me hizo estremecerme. De tan sólo recordarlo, no puedo evitar sonreír. Dicen que estoy loco por haberlo hecho, pero no me importa.
Escuché sirenas cerca de donde estábamos. Seguramente estaban patrullando. No había contado con eso. Era comprensible que estuviesen haciendo una patrulla, siendo que la delincuencia y violencia se había incrementado con el paso de los años.
Sabía que tenía que salir de ahí antes de que nos encontraran, sin embargo algo en mi interior quería que eso sucediera. ¡Acababa de matar a Kim Junsu y quería que el planeta completo se enterara de ello! Y así fue. La policía me atrapó, yo no opuse resistencia alguna. Al escucharlos hablar y decir vayan ustedes a saber qué, yo sólo podía reírme. ¡Reírme y seguir riendo! La felicidad que me embargaba en ese momento era tal, que no me importaba nada de lo que estaba escuchando.
Después de esa noche perfecta, me trajeron a este horrible lugar. Querían hacerme pruebas, decían. Tenía algún problema mental, decían. Pero yo sé que estoy perfectamente cuerdo. Lo que hice, lo hice concientemente. ¡Son ellos los que no me quieren entender! ¡Lo tenía que hacer! Es que la perfección de Junsu era demasiada para permitirle vivir. ¡Demasiada! No quería que nadie lo tocase, sólo yo. Y saber que fui el primero y el único me hace la persona más feliz del planeta. ¡No me importa que me encierren durante millones de años! ¡No me importa!
Cuando los demás chicos de DBSK vinieron a verme, estaban horrorizados. Changmin decía que parecía un desquiciado, Jaejoong no hablaba porque estaba como en shock o algo así y Yunho... Dios, qué risa. Yunho me escupió, diciendo que le daba asco. Ninguno de ellos me miraba a los ojos. ¿Y a mi qué me importa? ¡Ellos tampoco comprenden! ¡Yo amo a Kim Junsu y lo hice porque nadie más podía mirarlo! ¡Sólo yo! ¡Nadie más podía tocarlo! ¡Nadie! Nunca aguanté cómo Junsu hacía fanservice con otros, cómo abrazaba a sus fans en la calle, cómo lo miraban todos en los conciertos o en los programas.
Ahora estoy acá, encerrado en una habitación blanca, completamente solo. Me dijeron que escribir podía ayudarme a no volverme loco, aunque ellos ya creen que lo estoy. Pero yo sé que no. Yo sé que estoy de lo más cuerdo. De todas formas me metieron acá y me han tenido encerrado creo que un mes. Al poco tiempo perdí la cuenta de los días. ¿Qué más da?
El lápiz que me entregaron es muy bonito. Es rojo. Me recuerda a la sangre de Junsu. Tiene una punta muy brillante, demasiado brillante, con una punta tan...”
El enfermero suspiró al terminar de leer. Estos “locos por amor” eran tan especiales, él nunca lo había terminado de comprender. ¿Cómo podía llegar a tal grado el egoísmo como para decidir matar a quien amas?
- Jefe...
El de la bata blanca reaccionó cuando el mismo tipo que le había entregado las hojas le habló.
- Dígame.
- ¿Lo llevamos a la morgue?
- Creo que es lo mejor, vamos.
En el suelo se encontraba, ensangrentado por completo, el cuerpo ya inerte de Micky Yoochun. Poseía unas cuantas heridas en el ante brazo izquierdo y en su cuello, enterrado muy profundo, un lápiz rojo.
Fin
que fanfic tan cruel!!!!
ResponderEliminarme gustan mas los tiernos y con finales felices!!!
quede en shock!
T_T
Quedé en shock u.u nooooooooooooooOOOOOO como pudo pasar esooooooooooo me muerooo T_T guru guru
ResponderEliminarwaaaaa... Chunnie... Susu...ohhhh
ResponderEliminarme enkanto!!!...
hahaha
ResponderEliminarEspectacular.
Muy buen shot (.
Gracias
-naxi-
de hecho si es bueno xD
ResponderEliminara mi me gusto
solo ke con este no llore :)
todo iba bien..... pero lo del cuchillo fue un detalle soberbio... realmente me gusto!!!!!!
ResponderEliminares el unico que he leido con este final realmente quedo bueno bueno... muajajajajajaj FELICIDADES!!!!!!!!
qdo super genial ...ufff aunq no me gustaria q eso sucediera en la realidad en estos casos me gustaria q el final fuera muy feliz!!!!.......aunq tu fic es muy original es super cool n_<
ResponderEliminarBESOS
nooooo!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarque paso???
micky y xiah muertos!!
D: Dios que buen fic, tan diferente a los que lei.. we casi muero, todavia estoy en shock con esas escenas en mi cabeza..
ResponderEliminarwooooooooooooooooooooo
ResponderEliminaresta genial yoochun
mato a junsu bueno hicieron eso primero
y despues lo mato woo
y depues ce mato el mismo
aii
e..eee.. mm... o.o woo mm... esta... impactante, pero bueno.. ^^
ResponderEliminarloco de amor... <3
ME ENCANTÒ, tan tragico y ... cruel? love it *-*
ResponderEliminarwow wow wow!!!
ResponderEliminarde verdad las personas que escriben
estos fanfics se merecen un OSCAR!!!!
un poco crazy pero demasiado bueno!!!
FELICIDADEZ!!!!
jajajajajaja que molleja de psicopata!!! xD no se kien es mas psicopata, si el fic o quien lo escribio jajaja
ResponderEliminary lo peor... me gutso XD aunque es muy mierda me gusto, ya era hora de leer algo q no fuera pura miel!!!
NOOOO.. osea que intenso¡¡¡ Chunnie??? POR DIOS ES MUY BUENO EL SHOT PERO... OK SIGO INTENTANDO SALIR DEL IMPACTO. MI CHUNNIE ONSESIONADO A TAL GRADO??? No me esperaba que termitara matando a Junsu y suicidandose(¡.¡) nisiquiera dió tiempo a junsu de revelar sus sentimientos que obvio eran correspondidos. Diooos que cosaaa¡¡¡¡
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