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Arualthings

The Open Door cap 6


Sentados frente a frente sin mirarse, solo podían escuchar el ruido de los cubiertos, chocando con aquella bajilla de porcelana blanca.

El anfitrión comía con tranquilidad y normalidad, saboreando cada bocado, pero, su invitado, tenía la mirada clavada en el fondo del plato, descansando ambas manos a los costados de su cuerpo, sin alguna intención de querer moverlos.

-Changmin, tienes que comer, no puedes seguir así, llevas tres días – el sonido del choque de cubiertos fue roto por la voz del mayor, su rostro mostraba una marcada preocupación.

El primer día después de que Min saliera del hospital, tuvo que arreglárselas para calmar los ataques de pánico que sufrió, en el que no dejaba de gritar el nombre de su madre. La segunda noche fue igual, pero se sumaron violentos ataques hacia quien estaba cerca, e incluso contra el mismo, era como si cada noche reviviera ese día.

-Changmin…- insistió –no fue tu culpa…- concluyó.

Quien estaba frente a él, por fin levanto la vista para mirarlo, y lágrimas comenzaron a salir involuntariamente de sus ojos.

-lo último que le dije…- se detuvo con un sollozo ahogado, tratando de conseguir fuerzas para continuar diciendo – fue que me dejara solo…- enseguida se llevo las manos a la cara, para acallar sus sollozos.

Escucho pasos acercarse a él, ese chico estaba devastado, incapaz de sostenerse solo, sintió la necesidad de darle un fuerte abrazo de apoyo, puso todo su cariño en esa acción.

-Era tu madre…sabía que no lo decías enserio…Changmin, las cosas pasan por un motivo…porque….-

-¡¿Dios así lo quiso?!...por favor Yunho, si el realmente existe, ¿este es el castigo para quienes incumplen sus normas?...si es así….YO lo rete, no mi hermana, no mi madre, ¡YO! –

Y Yunho lo obligó a abrazarlo nuevamente, acallando su llanto entre su pecho.

-Quizás es hora de que…creas en otras cosas…- el sollozo de su amigo se detuvo.

-¿Qué quieres decir? – levantando la cara, se encontró con los ojos brillosos de su compañero.

-no importa, ya lo entenderás…tengo cosas que mostrarte…cosas en las que tendrás que creer…ahora –hizo una pausa y se alejo de su amigo –termina tu desayuno o me lo como yo, porque me quede con ¡hambre! –

Changmin miro parpadeante su plato -¡Tú te lo comes y te estampo el zapato en la cara! –

Ambos comenzaron a reír, Yunho robó un trozo de tocino del plato de su amigo, quien siguió el juego y lo comenzó a perseguir con escoba en mano, amenazando con darle en la cabeza.

Las clases transcurrieron normales, aún así de vez en vez a Min le daban pequeños ataques de pánico, eran fáciles de controlar, solo miraba a Yunho, quien le sonreía y el miedo se iba.

Algunos compañeros de su salón lo miraban con esa especie de compasión, al menor no le molestaba, por lo menos ahora no; quizás en algún tiempo atrás hubiera sido diferente, les habría gritado que dejaran de verle con esa estúpida tristeza falsa, pero su estadía con Yunho le había ayudado a controlar ese carácter fuerte y lleno de sarcasmo que lo caracterizaba, e incluso se mostraba más social.

La casa de Yunho resultó más cerca de lo que pensaba, saliendo del instituto iban directo al café, se estaba volviendo costumbre.

En cuanto a los sueños, aunque se hacían cada vez más reales, Min trataba de ignorarlos, hasta se le estaba haciendo costumbre, no sabía si aquello era bueno o malo, realmente eso no le molestaba ahora, y no interfería con su vida cotidiana.

A lo lejos vio salir a Yunho, había visitado la oficina del rector por agredir a un chico, no era la gran cosa, con excepción de aquel ojo morado que le había dejado al otro estudiante.

-¡Yunho! ¿Qué ha pasado? – preguntó agitando los brazos y acercándose a él.

-Nada, que esa pasa con bigote y lentes me ha suspendido por tres días – su ceja estaba arqueada, llevaba el saco desabrochado, la camisa a medio fajar y un moretón en la mejilla izquierda.

-mmm…pues estuvo muy pequeña la sentencia, el ojo morado del otro chico, valía una semana como mínimo- sonrió Min con aire de sarcasmo y burla en su tono de voz.

-¡Tu! ¡¿De qué lado estás?! ¿Eh? – se acerco a él jugueteando, tomándolo por el cuello y revolviéndole el cabello.

- Ya, ya, estoy de tu lado, pero deja de hacer eso –

Las supuestas agresiones del mayor cesaron, dio tres pasos al frente invitando a su compañero a que le siguiera, cuando se detiene en seco mirando con fastidio el reloj en su muñeca izquierda.

-¡Rayos! Olvide mis libros en el escritorio de la pasa… ¡toma! – depositó algo en manos de Min, quien no comprendió nada.

Cuando abrió su mano, se dio cuenta que le había dado las llaves de la casa.

-te veo en la casa….- se echo a correr -¡haz algo de comer! ¡Llegare agotado! – y se perdió de vista

Min movía la cabeza negativamente, pensando que aquel sujeto no tenía remedio. Avanzo sin percatarse que estaba pasando justo frente a aquel parque. Habían pasado tres días, nadie le aseguraba que aquel chico estuviera allí, y peor, que fuera real.

A su mente vino aquella sensación clara, aquel apretón de mano que le había regalado la noche del incendio.

Recordó de pronto

-¿Qué hacia Yunho en mi casa? – cada día se levantaba con la idea de preguntarle eso, pero, por alguna u otra razón lo olvidaba cuando lo tenía frente a frente, quizás era miedo, últimamente no sabía si estaba despierto o dormido, aquello pudiera haber sido una alucinación.

Cruzó la calle frente al parque, decidió mirar de reojo.

No había nadie

Suspiro aliviado.

Se distrajo con un aparador de una pequeña tienda de regalos que acaba de abrir no hacía mucho, con un leve tintineo de entre todas las cosas resalto una, un broche en forma de girasoles, sintió un leve sentimiento aflorando, y casi tomando el control de su cuerpo, era como si viera de nuevo a su madre en aquella habitación, como en aquellas pesadillas en las que le reclamaba porque no había hecho nada por salvarla, el miedo se apodero de su piel, el miedo de no volver a verla jamás, no después ni en un año, si no jamás.

Rodeado de nuevo por aquel inmenso calor, dejo caer su maletín junto con las llaves, y maldijo a Yunho por haberse ido.

Como rayo que sale de la tierra, vino a su mente lo que Jae le había dicho “cuando eso pase… ven a buscarme”, no podía ser verdad, ¿acaso “eso” se refería a la muerte de su madre?, ¡¿Sabía que eso pasaría?! ¡¡Y el muy desgraciado no le advirtió!! ¡¡Lo mataría!!

Su mirada perdida y desenfocada comenzó a recorrer con rapidez el parque, luchaba por controlar ese miedo, que ahora estaba compitiendo con el sentimiento de odio y furia, cruzo la calle con dificultad, por suerte no era un área muy transitada, o de lo contrario habría causado tremendo escándalo.

-¡¡ ¿Dónde estás?!! ¡¡ ¿ACASO NO ME DIJISTE QUE TE BUSCARA CUANDO ESO PASARA?!! - gritaba con las pocas fuerzas que le quedaban, no era capaz de ver bien, ni siquiera sabía si había gente en el parque y si la había, seguramente pensaban que era un loco por gritar en medio de la nada a nadie.

Espero

Y espero

Nada

Vencido por aquellos sentimientos encontrados se dejo caer de rodillas en el pavimento, golpeo una y otra vez el suelo, al grado de sangrarle la mano, un tremendo olor a tierra mojada llego a su nariz, levanto la vista y allí sentado frente a él…

Estaba Jae…

-¡TU! – le señalo acusatoriamente con aquella mano sangrante -¡Tu sabias! ¡Y no me dijiste nada!-

-deja de hacerte daño…- por fin dejo salir el extraño, el tono de su voz estaba tan lleno de dolor, tan quebrado, y aún así continuo diciendo – Changmin, deja de hacerte daño…- y clavo sus brillosos ojos en el menor.

-¡¡ ¿SABIAS O NO?!! –volvió a gritar con su voz distorsionada por la ira, dando un nuevo golpe contra el cemento.

Quien le miraba con dolor, inclino su rostro en dirección contraria y oculto sus ojos con los mechones de cabello, en un susurro apenas audible dejo escapar un leve “si”

Y el chico pudo tomar la fuerza suficiente para abalanzarse con violencia hacia Jae, tumbándolo en el pasto, lo tomo firmemente por el cuello presionando con fuerza

-¡¡MALDITO BASTARDO!! ¡¡ ¿POR QUÉ?!! -

Y sin embargo quien estaba abajo, no se inmuto, mantenía su mirada desviada, y aunque le costaba trabajo respirar, se limito a cerrar los ojos.

-¡¡HABLA!! ¡¡TE ESTOY PREGUNTANDO!! ¡¡ ¿POR QUÉ?!! – y le sacudió con brusquedad, causándole un dolor tremendo en el cuello.

Jae se giro como pudo y tomo las manos de Min que le estaba robando el oxígeno, sus ojos comenzaron a derramar lágrimas, y eso, de alguna manera, freno la ira de Changmin, quien aterrado se alejo de él, llevando sus manos a su cabeza comenzó a llorar a gritos.

Ya liberado, comenzó a toser tratando de recuperar el aire que había perdido, miro a Min allí aterrado y a gatas se acerco para quedar a su lado, donde lo abrazo con ternura.

-no se me permite interferir en el ciclo de vida de los humanos, por eso no pude decirte….pero, Min, si pudiera cambiar tu dolor con mi vida, ¡lo haría sin dudar! –

-¿porqué?....- dejo salir en sollozos - ¿Por qué a mí? - levanto la vista para mirarlo fijamente, su rostro era casi una sombra, restos de aquel chico fuerte. Todas las cosas que conocía se estaban despedazando.

-Changmin no puedo decirte qué hiciste, pero…puedo decirte lo que no… creer en Dios…-

Y Min dejo salir un tremendo suspiro de cansancio, el había llegado a esa conclusión, pero, había millones de personas como él, ¿acaso las castigaba de la misma manera?

-tiene que haber una explicación detrás de todo esto…-

-deja de buscar la lógica, Min, las cosas pasan porque alguien lo escribió así –

-¡¿entonces qué somos?!! ¡¿Juguetes?! ¿Qué hice yo para merecer esto?... ¿qué hizo ella? – y en medio de su desesperación tomo a Jae por los hombros y de rodillas le rogo por respuestas.

-ella no hizo nada Min… yo te mostrare la verdad de todo…lo hare porque he estado contigo desde antes de que nacieras… y porque…- cual animal alerta a su depredador, Jae levanto la cabeza con rapidez, como si se sintiera acechado por alguien –no me queda tiempo, tengo que irme…- estuvo a punto de retirarse pero, una mano lo aprisiono de la manga de su chaqueta gris, bajo la vista, era Min, quien seguía llorando sin entender absolutamente nada, su reacción le partía el corazón en dos, pero también estaba limitado en muchas formas, quería ayudarle, y si Changmin quería saber la verdad, debía esperar.

-no te vayas –

Jae le miro con la mano extendida y no pudo evitarlo, aunque eso le fuera a traer problemas, con un poco de suerte todo saldría bien, se acomodo a un lado, y Changmin en algún momento se recostó sobre sus piernas y se quedo dormido. Yunho salía fastidiado del instituto, con los libros en el brazo, y murmuraba un montón de cosas inentendibles, como si estuviera imitando a alguien con quien discutió antes.

Allá a lo lejos vio las cosas de Min tiradas en el suelo, corrió para recogerlas y miro preocupado de un lado a otro, buscándolo por allí, y frente, cruzando la calle, lo vio recostado sobre las piernas de un extraño.

Se acerco con rapidez a distancia prudente, vio como aquel sujeto acariciaba el cabello del menor, y luego bajaba por su mejilla.

-¡Hey! – le llamo

Jae giro para verlo

-¡¿Qué le has hecho?!- insistió Yunho en tono autoritario

-se ha quedado dormido… tengo que irme, ¿puedes cuidarlo? –

-¡ja! ¿Quién eres tú para pedirme eso?....Min vive conmigo – el tono de Yunho parecía sugerir que ambos mantenían una relación más intima, sin embargo, Jae solo sonrió

- bueno, yo no pregunte si vivías con él, ese es asunto tuyo ¿no?, yo solo te pedí que lo cuidaras….-

Yunho pareció molestarse e incomodarse eh hizo una mueca con los labios –ya vete…yo lo cuido…-

Jae se puso de pie y Min se movió un poco, pero no despertó, se acerco hacia Yunho y en tono serio le advirtió.

-Si le haces daño a este chico….te aseguro que nos volveremos a ver…- poso su mano en su hombro y continúo su camino en el interior del parque.

Yunho se quedo helado.

Miro de reojo a Min y sonrió

-¡MIN! ¡¿Acostumbras a dormir en el suelo?! – con el mayor ruido posible, despertó a un Changmin asustado.

-¿eh? ¿Me quede dormido? ¿y Jae? –

-aaaa ¿tu amigo imaginario otra vez? Jajaja jaja- hizo una breve pausa y continuó
diciendo - bueno, el se fue hace un momento, dijo que tenía un asunto que hacer -

El rostro de Min pareció iluminarse, no había soñado, Yunho fue capaz de verlo y se sonrió.

-Bueno el último en llegar prepara la cena – y pego carrera adelantándose en dirección a la casa del mayor

-¡Hey! No vale ¡yo traigo tus cosas! ¡Changmin! –

Y así se siguieron hasta llegar al departamento, uno tras el otro

Mientras una sombra en el interior del parque, veía como se desaparecían los dos de su vista.

-Changmin…- dejo salir en un susurro y se sonrió….

En la oscuridad de la noche…

El silencio por fin apareció….

4 Comentarios:

  1. *O* misterio... como me gusta

    ojalá siga así y pronto sepamos mas
    gracias! =)

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  2. Anónimo1/09/2010

    Este fic es único.
    Me gustaría saber que oculta cada personaje y todas esas cosillas.
    Felicidades! Me gusta este fic y espero que lo continues pronto @__@

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  3. me a gustado mucho..
    espero que puedas seguirlo..
    esta muy entretenido..
    Jae parece el angel de la guarda de Min..
    ahh ya quiero saber quienes son Y__Y

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  4. mmmm
    un angel o bueno eso creo que es jae pero bueno hay que ver que pasa
    Gracias esperare por el siguiente.

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