Secret Game cap 2

Aliméntame

Este tipo de días eran, sin duda, de los que más odiaba Changmin. Y se preguntarán quizás ¿Por qué? Pues la respuesta era fácil: ¡Porque Jaejoong no terminaba nunca la endemoniada cena!

En realidad eso pasa seguido, Jaejoong se esmera en hacer una cena deliciosa para su familia pero demora más que la cuenta. Y la verdad es que Changmin preferiría comerse lo que hay en el tarro de basura a seguir esperando. Lamentablemente Jaejoong era así, totalmente obstinado. Y quizás le excitaba eso en él… ¿Pero que no le excitaba en cada uno de los miembros de la banda? Changmin era sin duda el ser más pervertido que haya pisado la tierra (Y Marte, y la luna, y…)

Su estómago gritaba. Su estómago le pedía a gritos algo de comer, y no aguantaba más… Nuevamente quería matar a alguien.

- ¡Muero de hambre! – se quejó.
- Yo también, pero sabes que Jae odia que lo molestemos. – le respondió Yoochun sin despegar la vista de su juego.

Él y Junsu estaban jugando, mientras que Yunho se daba una ducha (Hacía como una hora, ¿De verdad era una ducha?) Bueno, eso era tema aparte. El asunto es que Jaejoong estaba haciendo la cena, luego de decir “Haré algo especial, no molesten”.

Así que Changmin no tenía nada más que hacer. Nada más que hacer que aburrirse, nada más que hacer que morirse de hambre, nada más que odiar al mundo entero, nada más que enojarse porque tenía hambre… Nada más que…

Se levantó lentamente, sin hacer ruido para que los chicos no se dieran cuenta y en silencio se acercó a la cocina.

Apoyó su oreja en la puerta, para escuchar el interior (Sin saber siquiera porque hacía eso). No había nada raro, así que se decidió y con una sonrisa malévola en el rostro (la cual borró una vez adentro) entró a la cocina. El santuario sagrado de Jaejoong “umma”.

Al entrar se encontró ni más ni menos que con Jaejoong (¿Quién más?) quien revolvía con parsimonia el contenido de una olla, tarareando una melodía al azar.

“Completamente apetitoso” fue lo primero que pensó el menor de la banda, relamiendo sus labios.

Sus ojos captaron cada detalle, hasta el más pequeño, cuando Jaejoong sacó algo de lo que revolvía con una cuchara y lo llevó a su boca. A esos gruesos y rosados labios que tantas veces había probado y que jamás se cansaba de ello.

Y en ese instante Changmin sintió enormes deseos de “comer”.

- ¿Cuándo estará listo? – preguntó de pronto, recibiendo como respuesta nada más que un salto de parte del mayor.
- Por dios. Minnie. ¡No me asustes así! – lo regañó el mayor poniendo una mano en su pecho. – Sabes que no puedes estar aquí.
- Pero tengo hambre… - se quejó el menor haciendo un puchero, pero para su mala suerte Jaejoong lo ignoró.
- No me importa, ahora sal.
- Jaejoooong~
- No me hagas tus pataletas, dije que salgas. – dijo molesto. Changmin lo miró con enojo y luego de balbucear unas cuantas cosas salió de la cocina.

No podía ser, sus planes de seducción nunca fallaban ¡Y ahora ni siquiera había podido usarlos! Jaejoong se las vería con él. Se vengaría… Lo violaría y le daría tanto, pero TANTO placer que Jaejoong lloraría pidiéndole perdón por no haberlo tomado en cuenta la primera vez y Changmin le diría que no le daría sexo nunca más y entonces Jaejoong lloraría a sus pies y le daría MÁS sexo… y fornicarían todo el día hasta morir.

Ok, quizás la idea era un poco exagerada.

Changmin se quedó sentado en el suelo, apoyando su espalda en la puerta y suspiró con pesadez, mirando al techo.

Esto no debería pasar. Lo que SI debía pasar era que Jaejoong se rendiría ante él y lo harían en la cocina (Le gustaba hacerlo en la cocina, ya que en esa habitación estaban siempre dos de las cosas que más le gustaban en el mundo: Comida y Jaejoong.

Se levantó y nuevamente entró, en total silencio. Pudo ver otra vez como Jaejoong, luego de agregar algo a la maldita olla que revolvía llevaba algo de la salsa a sus labios. Changmin se le acercó sin hablar y lo abrazó por la cintura, respirando en su cuello. Sintió el cuerpo de Jaejoong estremecerse.

- ¡C-Changmin! ¡Te dije que…!
- Tienes algo de salsa aquí… - le susurró en el oído, para luego girar su rostro con suavidad y lamer sus labios de la manera más sensual que pudo.

Jaejoong se quedó callado y solo se dejó hacer. Lo sabía, sus técnicas de seducción nunca fallaban.

- Tengo hambre, Jae.
- T-te dije que ya estaría… listo.

Changmin se alejó de él y sonrió, moviendo su cabeza en forma de negación. Giró el cuerpo del mayor para quedar frente a frente.

- No. La comida que quiero ya está servida completamente para mi. – le sonrió con lujuria y las mejillas de Jaejoong se encendieron con intensidad.
- Changmin, no ahora. Cenaremos pronto… - sonrió también con perversión, dando pequeños besitos en la comisura de sus labios.
- Los chicos no tienen porque enterarse… ¿O si? - lo besó con fuerza.
- Eres un pervertido… - Jaejoong rió entre sus labios, para corresponder el beso.

A excepción de otras veces, no comenzaron con besos suaves y tiernos. Los besos lujuriosos y húmedos tomaron lugar en el primer instante, devorándose las bocas mutuamente. La lengua del menor se adentró en la boca de Jaejoong, recorriendo cada espacio disponible. Jaejoong gimió repetidas veces, con suavidad. Sabía que eso le excitaba demasiado.

Los gemidos de Jaejoong eran como notas musicales para sus oídos. No, eran más hermosos que eso.

- ¿Qué pasa si nos escuchan? – susurró Jaejoong lamiendo el cuello de Changmin, este jadeó con fuerza.
- ¿Por qué mejor no guardas silencio y… sigues con lo tuyo?
- Já…

La temperatura corporal de ambos se elevaba lentamente, con cada roce y cada beso. El menor movió sus manos hasta la espalda de Jae, para desabrochar lentamente el delantal de cocina que traía puesto.

Lo tiró por ahí, no le importó. Comenzó solo a besar el cuello del mayor, quien jadeaba y suspiraba de vez en cuando. Las manos de este masajeaban con suavidad las caderas de Changmin, lo cual lo enloquecía.

- Deberías traer camisa… Es más fácil de quitar – le dijo el menor levantando su camiseta, dejando al descubierto su estómago y esa pequeña pieza de metal en su ombligo.
- Estoy cansado de que rompas los botones de mis camisas… - lo ayudó a quitarse su propia camiseta y antes de que hiciera cualquier cosa quitó la del menor.
- Eres un escandaloso… Puedes ponérselos nuevamente… - paseó su lengua por el cuello del mayor, para luego saborear la piel de sus clavículas.

Subió nuevamente y besó sus labios con fuerza, abriendo su boca (Quizás más de lo necesario) para saborearlo por completo. Jaejoong se le alejó un poco y lo miró extrañado.

- ¿Y esa herida? – lamió el labio inferior del menor, sintiendo la aspereza de la cicatriz.
- Oh… Esto…

Yunho mordió su labio con fuerza logrando hacer una herida de la cual brotó un poco de sangre.

- Eres un animal. – se quejó Changmin.
- Aún así te excita.
- Oh, créeme que sí… Pero no dejes marcas, o nos descubrirán.
- Tendré más cuidado.


“Mierda” pensó, inventando con la mayor rapidez posible una excusa.

- Yo… me mordí. – Ok, era lo más “convincente” que se le ocurrió.
- ¿Cómo? – besó su mejilla deslizando sus manos por toda su espalda. Changmin pensó en como hacer que su historia sonara realista.
- Yo… me estaba bañando y… me m-masturbé porque… no quería molestarte a ti… ehh… y no quería hacer ruido… - se sonrojó con fuerza al decir semejante sandez. ¡Eso no esa cierto! ¿Por qué mierda no se le ocurrió algo mejor y menos vergonzoso? Jaejoong comenzó a reír.
- Eres un tonto, ¿Crees acaso que me molesta?... – lo besó con fuerza, nuevamente.

Al menos le había creído, aunque haya tenido que poner en riesgo su intimidad más íntima y propia (No como la intimidad con cada uno, eso era distinto). Se sintió algo cohibido un momento, pero recapacitó y pensó “No debo desconcentrarme, tengo que hacerlo cada vez mejor… Que no se canse de mi”

Volvieron a besarse y luego Jaejoong besó su cuello, mordiéndolo con más fuerza de la necesaria dejando una pequeña herida.

- Marcas no, por favor… Pueden descubrirnos – se quejó el menor. (Estos tontos eran unos burros, insisten en morderlo entero y dejarle heridas por todos lados)
- Lo siento… - rió.

Bajó lentamente mientras besaba su pecho y lo lamía, Jaejoong soltó un jadeo al sentir la rosada y húmeda lengua del más alto pasearse por la sensible piel de sus pezones erectos. Sus dientes mordieron también la pieza de metal que adornaba uno de ellos y la tiró con suavidad.

- Ahh Minnie…

Así le gustaba. Un Jaejoong entregado y sumiso (Aunque él mismo terminaría recibiendo. Así era mejor, a su gusto). Volvió a bajar con lentitud dolorosa. Su lengua paseándose por todo su abdomen hasta llegar a su ombligo, en el cual hundió su lengua. Jaejoong gimió y tapó su boca.

- No te avergüences… Vamos, gime. – dijo divertido el menor, comenzando a desabrochar su pantalón. – Estás muy ansioso… - observó su creciente erección por debajo del bóxer y la masajeó con su mano. Luego lo empujó hasta hacer que quedara apoyado en el lavaplatos, bajó sus pantalones y tomó su miembro con la misma mano de antes.

Jaejoong estaba más sonrojado que nunca por lo que Changmin sonrió ampliamente y, luego de dar un beso en la punta de su miembro y recibir un jadeo de parte del mayor, comenzó a pasear su lengua por toda su extensión. Aún no lograba acostumbrarse totalmente al extraño sabor (A pesar de haberlo hecho tantas veces que perdió la cuenta), pero aún así le gustaba. Le gustaba saber que aquellos gemidos acallados por el hecho de que podían ser descubiertos por el resto fueran causados por él y nadie más que él.

- Changminnie... Ahh.

Finalmente se animó e introdujo completamente aquel pedazo de carne en su boca, sintiendo un instante (Y como siempre) la sensación de ahogo, a la cual luego se acostumbraba. Movió su cabeza de adelante hacia atrás, dando también suaves mordidas y fuertes succiones (normalmente aquellas succiones eran suaves, pero hoy tenía ganas de hacerlo más fuerte).

Sonrió al mirar el rostro de Jaejoong y apreciar como su expresión se contraía cada vez que succionaba. Aquella expresión de indescriptible placer en cada mueca que hacía le excitaba de sobremanera (Y vaya que estaba excitado).

Siguió haciendo lo suyo, comenzando a masturbarlo con una mano al mismo tiempo que lo hacía con la boca. Su lengua se paseaba por toda su erección y con la otra mano también masajeaba sus testículos.

Las gotas de pre-semen comenzaban a correr desde la punta dejando un sabor algo amargo y salino en su boca. Aquello indicaba que podían dar el siguiente paso.

Se alejó de su miembro y se levantó, sobando un poco su nuca. Siempre quedaba resentido luego de hacer y regalar felaciones en la banda.

Jaejoong limpió la comisura de los labios del más alto con su propia lengua y sin más lo empujó hasta la gran mesa café que se encontraba a mitad de la cocina. Aquella en la que siempre comían los cinco.

- Date prisa… estoy caliente. – le ordenó el menor, siendo recostado no muy suavemente sobre la mesa.
- Tranquilo… - le respondió el mayor, quitándose los pantalones completamente para luego quitar los de Changmin.

Se posicionó entre sus piernas, abriéndolas completamente. Llevó cada pierna a sus hombros, para que su intromisión se hiciera más cómoda, y sin siquiera dejar a Changmin hablar lo penetró de una estocada. Este hizo hasta lo imposible por no gritar: mordió su labio, tapó su boca con ambas manos, cerró sus ojos con fuerza y rasguñó con más fuerza de la necesaria la espalda del mayor, hundiendo sus uñas en su piel y rasgándola a su paso.

Jaejoong se quejó por lo bajo pero no dijo nada, no debía. ¡Él fue el que entró en él sin siquiera prepararlo haciendo que le doliera un carajo!

- Lo siento… - se disculpó.
- ¡Teodioteodioteodioteodioteodio! – fue lo único que pudo decir. Maldición, estaba actuando como una niñita ¡Pero de verdad le había dolido! Casi lo partió en dos. – S-si estoy sangrando te castraré…
- Dije que lo siento~ - volvió a disculparse, moviéndose en su interior con dificultad. Changmin gimió.
- En realidad… No se como… como los chicos no esc-cuchan… - rió el menor, comenzando a sentirse algo incomodo por la posición en la que se encontraba, sus piernas se acalambrarían.
- ¿Prefieres que nos escuchen? Hmm.
- Es obvio que no, tarado… ¡Ahh dios! – gimió con más fuerza el menor cuando Jaejoong dio una estocada más fuerte que las anteriores.

No dijeron nada más. Jaejoong comenzó a moverse con fuerza en su interior, sacándole desvergonzados gemidos a Changmin, los cuales tenía que acallar para no ser escuchados.

- Hmmm… Jaejoong, más rápido… – rogó. Jaejoong obedeció a su petición y lo embistió repetidas veces con mucha fuerza, logrando hacer al menor gozar de una manera increíble, encontrando su punto G, lo que le hizo gemir con fuerza. ¡Se sentía en el cielo, en el paraíso! – Diosmíodiosmíodiosmío… - gimió y atrapó los labios del mayor en un profundo beso, para evitar gritar. Y no de dolor, todo lo contrario… El placer que sentía en ese instante era tan grande que quería gritar y llorar (Exagerado, si, pero Jaejoong de verdad sabía encontrar sus puntos débiles)

El mayor se sintió orgulloso de hacer sentir tan bien a su pequeño. Siguió embistiendo con más fuerza, ganándose los más sensuales gemidos con cada estocada. Con una mano tomó su miembro y comenzó a masturbarlo, para darle más placer del que ya estaba sintiendo.

No logró mover su mano muchas veces para que el menor se corriera en ella, soltando un último gemido de increíble placer y esparciendo su semen por su pecho, llegando también al de Jae. Changmin besó al mayor, disfrutando de su orgasmo, Jaejoong siguió embistiéndolo un rato más hasta que se corrió también en su interior, derramando su esencia en él.

Se quedaron estáticos un momento, jadeando con fuerza y sudando… Sus temperaturas corporales de a poco comenzaban a regularse.

- Woh… - suspiró el menor, bajando sus piernas y estirándolas un poco para relajarlas. Jaejoong se acomodó un poco y salió de su interior, para luego besarlo con suavidad.
- ¡¡¡JAEJOONG!!! ¡¿CUÁNDO DEMONIOS ESTARÁ LA CENA?! – gritó alguien desde afuera. Era Junsu.
- ¡Tenemos hambre! – gritó también Yoochun.
- Mierda… - susurraron ambos, bajándose de la mesa y levantándose rápidamente.

Tomaron unas toallas de cocina y se limpiaron. Tendrían que bañarse luego. Tomaron sus ropas las cuales estaban regadas por el piso y se vistieron. Jaejoong fue hasta las ollas y comenzó a servir la comida, Changmin limpió todo para no dejar ningún rastro, puso la mesa (Cosa que nunca hacía) y se sentó. En seguida los chicos entraron reclamando por comida.

- Lo siento, de verdad. Tardó mucho esta salsa. – Mintió Jaejoong, para disculparse.
- ¿Y por qué le permites solo a Changmin estar aquí adentro mientras cocinas? Eso no es justo. – dijo Yunho, haciendo un puchero.
- Sabes lo insistente que es él, lo dejé con la condición de que no tocara nada. – dijo el mayor de la banda y Changmin tuvo que aguantarse la carcajada que quiso salir de su garganta al oír eso. Pues en realidad había sucedido todo lo contrario y había tocado TODO.

Finalmente sirvió la comida y todos comenzaron a comer, felices por poder darle algo a sus estómagos hambrientos. Comenzaron a comer, hablando de diversos temas. Changmin miró de reojo a Jaejoong, el cual le devolvió la mirada y ambos se sonrieron. Hablándose con la mirada, diciéndose con una sonrisa en sus rostros “No se lo diremos a nadie… Es nuestro juego secreto. Nadie lo sabrá”.

- ¿De que se ríen? – preguntó Yoochun.
- De nada… - sonrieron ambos y siguieron comiendo.

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