Temblaba, sabía que lo hacía, era incontrolable, y quería llorar, porque dolía, porque mataba saber que ni la distancia, ni las ganas de comenzar desde cero valía de nada, porque su vida se había convertido en una paranoia constante, en una espera huida de algo incontrolable, de mantenerse con vida.
Y no parecía haber nadie, nadie que lo ayudara a salir y no lo habría jamás, por eso debía huir, tratar así pareciera inútil
***
El tabaco se consumía entre sus labios mientras giraba en sus manos la funda con aquel lastimero vaso de plástico.
-Lo encontramos una calle más abajo, perece haber estado lleno de hielos y a lado derecho encontramos tres casquillos de 32 milímetros.
-¿32? ¿Qué tipo de revolver?
-Parecen ser un Ak 47
-¿Un Ak47? – Eso era improbable y aun así el muchacho delante de él asintió – bien, por lo menos ahora sabemos algo – Le entregó aquella funda mientras caminaba hacia la acera.
Allí, una gran manca de sangre marcaba el punto exacto donde había caído la víctima, miró hacia el norte imaginando el escenario. Una calle más abajo era una distancia que cualquier Ak 47 podría disponer hasta con sobra.
-¿Señor?
- quien haya sido debió haber tenido la fuerza necesaria como para apañárselas con un arma de ese calibre.
Y como cada vez que encontraba una nueva pista, su cabeza comenzó a almacenar y enlazar en ella datos que parecían relevantes en ese momento. Si bien parecía ser un crimen normal por alguna disputa callejera o por exceso de alcohol, no todo mundo puede disponer de un Ak 47 y mucho menos puede manejarla.
-¿Hay algún testigo?
-No, quizás el hermano…
-Que lo lleven a la comisaria
-Ok
-¿Algo más?
-Sí, tenemos retenido a un muchacho…
-Bien, dile a Yoochun que se haga cargo
***
Respiró hondo quitándose por ultimo su gorro de quirófano y salió de allí sin poder abandonar aquella emoción que lo embargaba.
Acababa de presenciar, por decir poco, la operación más asombrosa de su corta residencia, un caso complicado que al parecer daba más tropiezos que avances y que aparentemente ya daba por terminada la vida de aquel joven paciente, uno al que se le había dado más del 100% de capacidad y del que el resultado no se vería sino hasta revisar el progreso que tendría, revisión y progreso del que él se tendría que hacer cargo.
Por el momento solo quedaba una tarea más por realizar, darle paz a aquel muchacho castaño que lloraba en silencio en la banca frente a él y que lo miraba con ansiedad. El chico se levantó de su asiento limpiándose el rastro que las lágrimas dejaban y al que le sonrió con gentileza.
-Todo salió bien… – y apenas había dicho eso, el pequeño chico delante suyo se había colgado de su cuello suspirando aliviado -pero habrá que ver como progresa – acotó separándolo de él con delicadeza – no sabremos del todo que tan exitosa fue la operación hasta que él despierte - El castaño asintió y luego solo un bajo “gracias” se escuchó
***
-¿Y se supone que los vecinos lo detuvieron? - absurdo sin lugar a dudas
- Era el único que se encontraba en la calle.
-agh… ¿Dónde está?
-Allí – y su vista siguió a donde aquel dedo apuntaba, una patética visión, un muchacho temblando sentado en la acera, con la cabeza escondida entre sus manos y sus brazos apoyados en sus rodilla – tenía esas dos maletas cuando lo encontraron, las revisamos pero no parecen ser más que maletas de viaje.
-está bien - Se encauzó hacia aquel nervioso muchacho sacaba de su bolsillo un redondo pedazo de parafina, era mejor ser precavidos en esos casos.
Posando su mano en el hombro del chico quiso llamar su atención, lo sintió saltar en su sitio tensándose y frunció el seño, o aquel muchacho estaba muy nervioso con la situación o los vecinos no se habían equivocado en retenerlo.
Unos ojos chocolate lo miraron con temor, acrecentando su duda.
-¿te importaría? – Preguntó arrodillándose frente a él, enseñándole la parafina*– necesito revisar si tienes residuos de polv…
-¡yo no lo hice! – refutó desesperado alejándose apenas de él
-Si no lo hiciste entonces todo será más fácil – en un rápido movimiento tomó la mano del chico que trató de retirarla, el simplemente la apretó aun más fuerte- ¿cómo te llamas?
-Kim Junsu – casi fue un susurro que apenas logro captar. Aquel muchacho temblaba sin lugar a dudas y mientras frotaba la parafina en sus manos pudo sentirlo sudar frio
– Vienes de viaje – preguntó gestualizando hacia las maletas asentadas cerca de una patrulla, solo un asentimiento fue su respuesta – creo que tuviste un pésimo recibimiento – se levantó guardando la parafina en una funda que terminó en el fondo de su bolsillo – bienvenido a corea… Kim Junsu – y sin más dejó al muchacho atrás.
***
-¿Kim Jaejoong? – aquella vos áspera lo despertó del retenido sueño que lo había ganado por un instante
-Si – respondió aun somnoliento
-Necesito venir conmigo – aquel hombre lo tomo del codo
-¿Qué?
-Tiene que testificar
-¿qu…ahora?... – retiró de un manotazo el brazo de aquel hombre que pretendía llevarlo con él- No, yo no puedo dejar a mi hermano aquí…
-Si no copera tendré que llevarlo preso por desacato
-¡No iré! – jaló se muñeca de la mano que la retenía y se alejó unos paso de ese policía, algunas personas a su alrededor ya miraban curiosos la escena –Mi hermano acaba de salir apenas de una operación que casi le cuesta la vida y quiere que lo deje? –
Dos enfermeras se acercaron al lugar tratando de alejar a aquel policía del lugar – señor, esta es la sección de emergencias, me temo que tiene que salir
- ¡dígale a quien le haya mandado aquí que se puede meter sus leyes por el culo, soy el único familiar que le queda a mí hermano y no me muevo de este hospital, dígale que si quiere un testimonio pues bien gracias puede venir por el aquí!
***
-ey tu – sintió una mano zarandearle con brusquedad y sus maletas fueron dejadas a su lado – ya te puedes ir – y el alma le volvió al cuerpo.
La policía a su lado le devolvió sus papelas y lo empujó hasta afuera de la tira amarilla que rodeaba aquel lugar
Tomó sus maletas y subió por aquella calle llena de uniformados, detuvo el paso una casas más al sur, el lugar al que estaba seguro iban dirigidas aquellas balas, su antiguo hogar y su mente volvió a la madrugada de ese día, al momento en el que el cuerpo erróneo caía boca abajo en la acera.
Sintió la mirada de alguien pesando en su espalda y decidió apurar el paso. Entrar allí sería un error, ellos sabían donde vivía y debía huir nuevamente, tratar de encontrar paz, una paz que parecía ya improbable.
Se dejó guiar por esas calles por sus recuerdos, alejándose de la culpa que lo desgastaba por completo, no tenia tiempo, debía huir
***
-¿se ha encontrado algo más? - Yoochun negó con la cabeza – ¿y el chico que retuvieron?
-le he hecho la prueba para ver si tiene residuos de pólvora.
-¿tienen sus datos?
-Los que se pudo.
-Como los que se pudo
-Es recién llegado a corea, no tiene mayores datos que los de su cedula y pasaporte ¿tú tienes algo nuevo?
-Encontramos un auto abandonado con el motor caliente, parece haber sido usado recientemente y la Laka* está tomando ahora fotos de lugar, después de eso nada – se quedaron en silencio cada quien haciendo y desasiendo escenarios que podrían cuadrar con las escasa pistas que tenían aun.
-Esto no parece ser un asesinato Yunho ¿Lo sabes verdad? – Asintió sacando un nuevo cigarrillo de su paquete – parece ser crimen organizado, algo como un sicario – otra dato en que estaban de acuerdo - Necesitamos el testimonio del hermano.
-Ya lo he mande a ver – una larga calada - me mando a meterme mis leyes por el culo – Yoochun ríos bajo quitándole el cigarro de los labios – no quiere despegarse de su hermano.
-De lo que sabemos es su única familia, es aceptable – no, no lo era y gruñó viendo su tabaco gastarse entre los gruesos labios de su compañero. Podía ser todo lo aceptable que se quisiera pero en ese momento era primordial el testimonio de ese chico.
Recorrió con su mirada una vez más aquel vecindario, no parecía ser de clase baja, tampoco parecía que estuviera inundado de pandillas, era más bien un barrio de clase media y Yoochun tenía razón, eso era sin lugar a dudas era crimen organizado, pero quién querría asesinar a un chico de 20 años sin historial y aparentemente inofensivo, a menos que se haya metido en algo gordo, no le veía ni pies ni cabeza al asunto.
Una nueva hipótesis creció en su cabeza y por la mirada que tenía Yoochun sabía que no era el único con esa sospecha.
No tuvo tiempo de pensar mucho más cuando su respuesta vino vestida de uniforme con una nueva pista.
-Encontramos algo más - su compañero se le adelantó siguiendo a aquel policía de cerca, a una casa más lejos del lugar – encontramos 4 huecos hechos a la pared derecha, justo en la dirección que tendrían las balas.
-¿Quien vive aquí? – preguntó Yoochun tocando uno a uno los agujeros hechos en la fina pared.
Fácil de atravesar, guardo aquel dato en su cabeza.
-Esta deshabitada hace 3 años pero parece que alguien le hubiera dado mantenimiento recientemente.
-Quiero sabes a nombre de quien está esta casa – el policía asintió y le entrego una hoja
-Ya investigamos, está a nombre de Kim Junsu
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
hola
ResponderEliminarlas cosas se complican, de que es lo que huye junsu,por que todo lo apunta a el como sospechoso
se pone interesante, cual es el misterio de rodea a cada uno de estos personajes espero el proximo capitulo
saludos!!!!!11
waaaa todo se pone emocionante!!! u.u pobre junsu hahaha lo tomaron, lo soltaron y de seguro d nuevo a la policia hahahaha *w* se pone muy interesante!!
ResponderEliminar