KINGDOM TVXQ!

CLOSE 2U
Arualthings

Dreams on Fire Cap. 11: Escape Fase 1

XI. Escape Fase Uno: Búsqueda.

Despertó al sentir algo húmedo sobre su frente. No tenía idea de dónde estaba, sólo sabía que le dolía todo el cuerpo. Levantó su brazo para tocar lo que fuera que tenía en la frente y sintió, o más bien, no sintió su mano. Horrorizado gritó y otra mano se posó sobre su boca.
-¡Shh!
Enfocó sus ojos, que se habían abierto como si estuviera sumergido en un lago y todo se viera borroso, y consiguió distinguir la cara de Junsu, muy cerca de él.
-¿Qué…?
-Cálmate. Estarás bien. Ya me encargué de curar todas tus heridas. Bueno menos aquélla en tu…ya sabes. Pero conseguí una crema que ayudará a disminuir el dolor para que te la pongas – le mostró un frasco – usa tu mano izquierda, está menos dañada que la derecha.
-Gracias, Junsu.
-Por nada.
Sonrió Junsu, pensando que el capitán Kim había hecho justo lo mismo por él varias veces. Recordó entonces el plan de escape que Yunho y él aún no habían conseguido idear a la perfección.
-Yoochun – dijo Junsu, bajando la voz, - tenemos que bajar a hablar con el príncipe Yunho. Hemos estado trabajando en un plan de escape pero necesitamos tu ayuda.
-Bueno, sólo me pongo el ungüento y vamos.

Tras el doloroso momento de Yoochun dentro del baño, untando el remedio esperando que pronto su carne dejara de arder, Junsu y Yoochun descendieron a los calabozos, aprovechando que el rey se había ido a cazar en los bosques de los alrededores del pueblo.
-Majestad, este es Yoochun, el poeta.
-Es un honor, majestad – ambos hicieron una corta reverencia.
-Igualmente –respondió Yunho. En unos minutos el príncipe le explicó al poeta el plan de escape en pocas palabras.
-Como comprenderás, yo soy el único que podría intimidar a Changmin. O al menos soy el único al que no se atreve a enfrentar. Por algo no me mató desde el principio y ahora sólo me mantiene encerrado– sentenció Yunho.
- Entiendo – asintió Yoochun.
-¿Recuerdas que te dije que debíamos escapar, poeta? – intervino Junsu.
-Sí.
-El príncipe y yo hemos estado puliendo el plan de escape. Pero tenemos dos inconvenientes hasta ahora.
-El primero es que necesitamos la llave de mis esposas y estoy seguro de que Changmin las guarda en algún lado. Habría que averiguar dónde y quitársela.
-Y el segundo es que durante la primera fase del escape necesitamos distraer al rey.
-Y de acuerdo con lo que Junsu me ha contado he llegado a la conclusión de que tú eres el más indicado para ambas cosas.
-No comprendo – el poeta estaba algo confundido. Aún le dolía la cabeza por los golpes e inclusive llegaba a sentirse aturdido en algunos momentos.
-Pues que necesitaremos que tú averigües dónde esconde el rey las llaves y luego que lo distraigas mientras saco al capitán de aquí.
Ahora sí las palabras se habían asentado en el cerebro de Yoochun.
-Un momento. ¿Esperan que regrese al lado del rey y no sólo lo distraiga jugando sino que le robe una llave?
-Exacto – sonrió Yunho.
-Pero, ¿qué no ve cómo me dejó por agredirlo? No quiero ni pensar en lo que me hará por robarle.
-Precisamente por eso deberás ser hábil para que no se dé cuenta- intentó disuadirlo el castaño.
- Y como te dije, Yoochun, el rey te trata mejor que a cualquiera de nosotros.
Yoochun alzó una ceja. Sólo con ver los estragos causados en su cuerpo debería ser obvio que eso ya no era cierto.
-De todas maneras, mi hermano menor parece encariñado contigo, a su cruel manera.
-Es la única manera, Yoochun. ¿No quieres ser libre? ¿No quieres vengarte?
El poeta lo reflexionó unos segundos. Extrañaba ser libre, sí, pero más que nada extrañaba vivir sin dolor y sin miedo. No tenía nada más que perder. O eso creía.
-Está bien.
-Ya que Jaejoong esté lejos y a salvo Junsu volverá a ayudarte con el resto del plan.
-Y entonces arreglaremos todo para poder escapar nosotros dos junto con el príncipe Yunho.
-Está bien, entonces, ¿cuándo inicia el plan? – preguntó el pelinegro.
-En cuanto encuentres la locación de la llave – respondió Yunho.
- Ya que sepas dónde está nos organizaremos para que mientras la robas yo salga de aquí con el capitán.
Los tres asintieron en consentimiento y luego ambos sirvientes se despidieron y volvieron a sus puestos. Junsu agradecía que desde hacía tiempo Changmin no había vuelto a requerir su trasero, mientras Yoochun, al contrario, rogaba que su rey no le pidiera noche pasional: le dolía todo el cuerpo.

Cuando entró a la habitación Changmin aún no volvía de la caza. Aprovechó para tirarse de bruces en la cama y dormir un poco. Una mano en su cabello lo despertó tiempo después.
-¿Majestad? – exclamó sobresaltado.
-¿A quién más esperabas si no a mí, Yoochun? – Sonrió este, - me alegra ver que por fin despertaste. ¿Cómo te sientes?
¿De verdad pretendía que le respondiera?
-Algo cansado aún, señor – respondió secamente.
-Me lo imaginé. No te preocupes, te dejaré descansar esta noche. Tengo cosas pendientes que atender – le hablaba de forma tan suave que no parecía le mismo de siempre. Eso o tenía algo más en mente. De nuevo su mano tocando el cabello del pelinegro, cosa que a Yoochun le daba más miedo que si lo estuviera golpeando otra vez.
-Espérame aquí, ¿sí? – añadió, sonriendo otra vez, para luego levantarse y salir de la habitación sin mirar atrás. Una vez se cerró la puerta tras el rey, Yoochun volvió a tirarse sobre la cama. Justo entonces recordó que debía estar buscando la llave. Miró tras de sí el escritorio. Ah, estaba agotado, la buscaría en cinco minutos.

*****

Junsu estaba colgando su casaca roja en la silla de su habitación cuando el rey entró, sin avisar.
-Consejero.
-¿Si? – ya había aprendido a hacer su papel de inocente a la perfección.
-Tengo cosas importantes que consultar contigo. Te espero en cinco minutos en la sala del trono – y sin más desapareció.
La sala del trono. Otra vez en ése lugar, mismo en el que Changmin había humillado a Junsu tanto física como moralmente por primera vez. Poco le importaba ya. Cualquier cosa que el rey le hiciera ahora sólo serviría para alimentar sus ansias de venganza. Tomó su casaca, se la volvió a poner y salió.

-¿De qué se trata, señor?-inquirió en cuanto entró a la sala, a modo de saludo.
-Siéntate- respondió Changmin, usando el mismo tono cortante que Junsu. El pelirrojo miró a su alrededor. ¿Sentarse en dónde? El rey se levantó del trono y lo señaló con la mano. ¿Ahí?
-¿Ahí?
-Sí, aquí. Siéntate. Ahora.
Junsu obedeció sin perder al rey de vista.
-Quiero comprobar algo, Junsu.
-¿Qué desea comprobar, señor?
-Es algo que aprendí, o más bien sentí anoche. Y supongo que como buen consejero me ayudarás a descifrarlo.
Oh, oh. Esa última frase no sonaba nada bien para Junsu.

*****
Abrió los ojos una hora o algo así después. Todo porque tuvo un sueño que lo aterró, en el que el plan de escape fallaba y todo porque la llave se transformaba en una espada que Changmin usaba para destriparlos a todos. Tenía que encontrarla. Por eso Yoochun se levantó aguantándose el dolor y empezó a buscar. Empezó por los cajones del escritorio, al menos por aquél que no tenía llave. Si en ningún otro sitio estaba, entonces debía estar en ese cajón. Procuró dejarlo todo tal como lo había encontrado para no levantar la más mínima sospecha.
Continuó por el baño y después el vestidor. Detenerse de vez en cuando por el dolor, además de buscar despacio y con orden, harían la tarea bastante laboriosa y tardada.
*****
Todavía no lo podía creer. En lugar de que el rey le pidiera hacerlo, era el rey quien se lo hacía a él. Y la orden había sido que no se resistiera, como siempre, y que obedeciera a lo que le pidiera. Se dejó quitar el pantalón y cuando le ordenó separar sus piernas lo hizo.
-Ah. Aah. Aaaah… - no podía dejar de gemir, sentado en el trono mientras el joven rey engullía su miembro. Luego Changmin se hincó frente a él para lamer toda su base hasta su entrada, masajeando el resto de su hombría mientras con su otra mano empezaba a preparar su propia entrada. Siempre había sentido que moría cada vez que Yoochun se lo hacía, y a decir verdad el único que se lo había hecho había sido el poeta. Al menos de manera consciente. Quería probar si sentiría lo mismo si alguien más se lo hacía, y si conseguía sentir lo mismo entonces habría logrado romper ese vínculo que tenía con Yoochun.

Ya que Junsu y su entrada estaba listos, Changmin empujó a Junsu para recargarlo en el respaldo del trono, que era de casi dos metros de largo por metro y medio de ancho, para poder subirse al trono él también, acomodando sus rodillas a cada lado de Junsu.
-Señor, ¿quiere que se lo haga?
La respuesta era evidente. Junsu veía una forma de cobrarse la humillación en eso. Cuando Changmin asintió no esperó mucho para sujetarlo por la cintura con un brazo y jalarlo hacia abajo mientras levantaba su propia cintura, acomodando su erección en la entrada del rey para invadirlo casi al instante. Apoyando firmemente los pies en el suelo, el pelirrojo se daba el impulso suficiente para embestirlo hacia arriba con fuerza, sujetando firmemente su trasero con sus manos, apretándolo de vez en cuando. Debía aprovechar ese momento en que Changmin se estaba dejando dominar para desquitarse.
-Ah…así Junsu…así…
Changmin de verdad estaba disfrutando de aquello. Ser embestido le causaba placer, aunque no tanto como ser quien domina y más si eso incluía sangre. Pero faltaba algo. No conseguía sentir lo que con Yoochun. ¿Por qué? Junsu empezó a jadear debajo de él. Intentó intensificar la sensación moviéndose a su vez sobre la cintura del pelirrojo, y por unos segundos el placer aumentó. Pero aún faltaba algo. Desesperado se alejó del trono y de Junsu y lo miró. El consejero le devolvió la mirada.
-¿Qué pasa?
-Abre las piernas, Junsu.
Silencio.
-Ahora.
-¡Junsu! – una tercera voz intervino. El aludido y el rey voltearon. Yoochun estaba parado en el umbral de la puerta, observándolos.
-Yoochun- empezó el rey, -te pedí que me esperaras en nuestra habitación.
“Aunque, pensándolo bien, ya que está aquí…”, dijo una voz en la mente de Changmin.

Yoochun estaba tenso. Había ido a buscar a Junsu para avisarle sobre la posible locación de la llave y lo encontró desnudo, sentado en el trono, y a Changmin frente a él, sólo con el torso aún cubierto por su camisa. Temía que el haber llamado al pelirrojo delatara que lo estaba buscando y despertara sospechas de cualquier tipo en el rey. Iba a retirarse rápidamente cuando el rey lo llamó una vez más.
-Ven, Yoochun.
Los pies del poeta no se movían, aunque sabía que debía hacerlo.
-Mi poeta, ¿quieres volver a ser mi concubina?
Esa pregunta hizo que la entrada de Yoochun punzara de dolor de sólo recordar. Junsu sólo observaba como el poeta había entrado, dado media vuelta para irse y había vuelto a girar para mirarlos a ellos para luego acercarse, despacio.
-Así está mejor –sonrió Changmin. Alejándose de Junsu se acercó a su amante y besó sus labios, obsceno, empezando a tirar de su ropa para desnudarlo. Yoochun se dejó hacer. Manoseo todo su cuerpo, aún marcado de moretones, desesperado por sentir el placer que buscaba, llenándolo de besos húmedos y de leves mordidas leves que Yoochun apenas sentía.
Junsu iba a levantarse para salir de ahí, incómodo ante la visión de los amantes y frustrado por su venganza a medias, cuando el rey regresó frente a él, jalando al poeta consigo.

-Vamos a divertirnos los tres –sonrió Changmin. Acto seguido tiró de los tobillos de Junsu, tomándolo por sorpresa y jalándolo hasta sentarlo a la orilla del trono, a punto de tirarlo al suelo, para luego poner sus piernas alrededor de su cintura. Junsu miró a Yoochun, asustado, prediciendo lo que el rey planeaba hacer con él a continuación. Las miradas del pelinegro y el pelirrojo se encontraron mientras Changmin ahora tiraba de los brazos de Yoochun para hacerlos rodear su cintura también, justo sobre las piernas de Junsu. El consejero tragó saliva.
-Mi poeta – la voz de Changmin era peligrosamente suave, - quiero que me lo hagas mientras yo embisto a Junsu. ¿Puedes?
Yoochun volvió a mirar a Junsu. Ambos sabían que no se podían negar. Si querían que el plan saliera bien tenían que fingir que todo seguía como siempre para no levantar sospechas. Además, ambos estaban en un estado que requería atención.
-Como usted desee, mi señor – respondió el pelinegro, con la voz grave por la excitación.
Junsu volvió a tragar saliva mientras el rey acomodaba su miembro para entrar en él. Yoochun, a su vez, acomodaba el suyo para invadir a su rey. Poco a poco el miembro del pelinegro empezó a penetrar, empujando el cuerpo de Changmin hacia adelante, ayudando a que el rey empezara a invadir al pelirrojo al mismo tiempo. Cuando ambos entraron por completo Yoochun se abrazó de Changmin y éste se aferró al trono a cada lado de Junsu, quien se sujetó del colchón bajo su trasero.

-Yoochun, muévete.
El pelinegro obedeció, dirigiendo con sus movimientos el ritmo de las embestidas de ambos. Junsu y Changmin empezaron a gemir y Yoochun a jadear. El rey de repente sujetó el miembro del consejero con su mano, apretándolo y aflojándolo al mismo ritmo en que el poeta lo invadía, sosteniéndose del trono con su otra mano y girando su rostro hacia Yoochun para besarlo, demasiado ansioso y excitado. Junsu echó su cabeza hacia atrás, sintiendo como Changmin lo invadía y al mismo tiempo lo masajeaba.
-¿Te gusta, verdad? – Le susurró Min de repente al oído, - ¿te fascina sentir como te penetro mientras te masturbo, verdad?
Junsu asintió, apenas podía pensar.
-Estás sintiendo casi lo mismo que yo, y Yoochun no. ¿Te parece justo? Yo no lo alcanzo, pero tú sí. Te ordeno, - añadió, tomando una de las manos de Junsu y alzándola a la vista de ambos, - que lo hagas sentir lo mismo con esto. Y te ayudaré a hacérselo más fácil.
Acto seguido el rey engulló tres de los dedos de Junsu. El pelirrojo se sentía desfallecer con tantas cosas sucias a su alrededor. Luego Changmin tiró de su mano y le indicó lo siguiente.
-¡Ah! – Yoochun gritó cuando sintió que algo húmedo invadía su entrada. Aún le dolía. Junsu se dio cuenta y sólo lo tocó con un dedo, por fuera.
-Eso es, Junsu – sonrió Changmin. Luego se volvió a su poeta y le susurró al oído, - disfrútalo, mi Yoochun. Y házmelo más fuerte.

Así continuaron por un rato hasta que llegaron al clímax en cadena. Primero Changmin dentro de Junsu, Junsu entre su abdomen y el del rey y Yoochun dentro de Min. Agotado, Junsu se reclinó en el respaldo del trono mientras Yoochun se dejó caer hincado en el suelo. Changmin siguió a su amante, dejándose caer sentado sobre sus piernas, haciendo que Yoochun reprimiera un grito de dolor al sentir que caía sobre uno de sus múltiples moretones.
-Besa mi cuello, Yoochun. Eso me gusta –ordenó el castaño, acariciando los labios del de piel blanca con su pulgar. El poeta obedeció y sintió algo frío contra sus labios, algo metálico, sobre la piel de Changmin. Miró su cuello y vio una cadena delgada colgando de su cuello, oculta la mitad bajo su ropa. Se encogió de hombros y besó de nuevo su cuello, esquivando la cadena. El rey sonrió, satisfecho.

****

Horas después, Junsu y Yoochun se reunieron frente al calabozo para visitar nuevamente al príncipe Yunho. Al entrar encontraron a alguien más frente a la celda. Era el capitán Jaejoong, reclinado sobre los barrotes. Parecía observar a Yunho y éste lo miraba a los ojos también, triste.
Por novena vez en ese día, Junsu tragó saliva. Yoochun aclaró su garganta para llamar la atención de ambos. Sólo Yunho volteó.
-Hola –dijo, secamente, - ¿encontraron la llave?
La respuesta negativa de ambos enojó a Yunho mientras el capitán miraba la esquina de la pared y al mismo tiempo miraba la nada, en silencio.
-Bueno-, habló por fin el príncipe, - si no está en ninguna parte del castillo quiere decir que Changmin la tiene a la mano. Entre sus ropas o algo así.
Entonces Yoochun recordó la cadena. Ya la había visto en su cuello antes pero nunca le había prestado atención hasta aquella vez que besó su cuello.
-El rey lleva siempre consigo una cadena en el cuello. Bajo sus ropas. Nunca la he visto fuera de ellas –dijo.
-Ahora que lo mencionas, yo también la he visto – corroboró Junsu.
-¡Ahí debe estar! La llave debe estar colgando de ésa cadena – exclamó Yunho, - por supuesto. Changmin no se alejaría de la única cosa que podría llevarlo a perder lo que con engaños y amenazas a conseguido. Poeta… ¿cómo te llamabas?
-Yoochun, majestad.
-Yoochun, debes robársela.
-¿Por qué yo?
- Porque eres su amante, será más fácil para ti accesar a ella.
-Y mientras se la robas yo puedo sacar al capitán de aquí, - añadió Junsu, mirando al capitán.
-Sí, sería buena idea – estuvo de acuerdo Yunho.
-Está bien, - accedió el poeta,- ¿puede ser cuando me haya curado de mis heridas? Así me será más fácil.
-Está bien. Espero que eso sea lo más pronto posible.
Un rayo de esperanza iluminó sus mentes. Pero si alguno decía que no tenía miedo seguramente estaría mintiendo.

14 Comentarios:

  1. =0 Cada vez más emocionante
    Fan D.O.F. gracias xD AEMIN me dijo que gracias a ti actualiza rapido =3 que pasara sigue asi aemin

    CHICAS YA SE ACERCA EL 25 DE DIC xD esperen algo bueno para ese dia

    ResponderEliminar
  2. omfg D: pri.. wow.. es que changmin príncipe es super sucio XD.. dios.. de aqui a una película porno XDD.. ahh lo amo *-*... ya le perdoné que haya hecho a chun su concubina XD.. viva el YooMinSu XDDD!!! *-* ximin!!! woa *emocionada* dios D: se acerca el final y tengo miedo.. *recuerda cierta plática en halloween*

    ResponderEliminar
  3. maritza12/23/2009

    hoooo dios max es cada vez mas malo comprendo ayoochon y junsu da miedo un rey asi espero que su plan de resultado y puedan escapar, diossss cada vez esta mas emocionante espero la continuacion pronto gracias

    ResponderEliminar
  4. Nadie puede escapar de las garras de changmin!!! Muajajajajajja!!!

    ResponderEliminar
  5. *panico* o.ó siguen amando a Changmin...bueno XD es por el que este fic tuvo exito. Preparense por que Mino tiene razon, se acerca cada vez más el final....

    ResponderEliminar
  6. noooooooooooo ;O; final noooooooooo

    ResponderEliminar
  7. Changmin es tan... perfectamente COCHINO!! >o<
    Dioooos!!! yo amo su lado salvaje T.T
    yo digo que... NOOOOOO despues de un tiempo te acostumbras y hasta te gusta xDDD
    me encanta la trama Aemin!! a lov yu!! ♥ X3
    Esperare fielmente lo que nos quieras dar .O.
    yo se que tu final sera super mega espectacular XC
    solo deja que jae recupere el sentido xDDD
    todo ido el pobre niño, bien traumado pobresito T.T
    eso si me duele... xDD
    los demas deberian ser sus esclavos sexuales :B
    uno para cada dia o como se le antoje a min Puahaha~
    Yo tambien seria su concubina xDD

    ResponderEliminar
  8. YO TE AMO AEMIN!! XDDDDDDDDDD

    ResponderEliminar
  9. Gracias Liz XD por tu mega comment... o.ó la primera q se preocupa por el capitan, yo tambien siento feo de dejarlo asi pero...que me queda u.u espero les siga gustando XD

    ResponderEliminar
  10. OMG!!!
    diosessss diosess y mas diosess
    ame esa "cadenita" *¬*
    mira que chagmin es un pervert con clase, hacerlo en el trono eso si es fashion XDD

    nu kiero que termine pero si kiero saber como va a hacerle mi chunie para quitarle esa llave a min sin que lo vaya a matar en el intento u__u me preocupa mi conejito ;w; actualiza pronto siii??

    ResponderEliminar
  11. Anónimo12/25/2009

    me re ultra erziteh cmo se lo monto min con los otros dos..el yoominsu me dejo muerta *¬*

    pobre de ellos q le hagan algo a minzote o.ó si es tan sexon...ojala y a mi me ordenara a hacerle esas cosas..yo feliz lamiendole el cuello *¬¬¬* lol


    waxito cmo puede ser tan perro y sexy a la vez? xD

    yoomin pwah!!

    ResponderEliminar
  12. elizaly12/25/2009

    woooooow¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

    este capi me dejo con la boca abierta, ese trio esta .......... OMG¡¡¡¡¡ me dejan sin palabras jajajajajaj

    y ahora todo recae en Yoochun, a ver como le hace para conseguir la llave, estoy segura de que me va a encantar jajajajajajaja

    ResponderEliminar
  13. XDDDDDD changmin es: sucio, sexy, cochino (XD), minzote, perro, pervert con clase... XDDD

    A ver que piensan en el proximo cap .-. ya esta casi listo

    ResponderEliminar

Deja tu comentario \(*O*)/ ♥ ♥
o más bien... deja tus pensamientos pervertidos grabados en esta entrada XD