People say cap 6

Joo Eun lo escuchaba desinteresada, sirviendo una taza de café, de vez en cuando lo miraba con un toque de enojo y su escusa cada vez sonaba más irracional y desesperada, se preguntó si de verdad esta vez también obtendría un “no” por respuesta, pero solo le quedaba apelar nuevamente a su intachable record de asistencia, jamás había faltado, jamás hasta que Yoochun se metió en su vida, otro favor más que debería agradecerle.

Un mes ya sin trabajo había sido terrible, tomando cualquier tipo de encargo a medio tiempo, aceptando cualquier paga que le ayudara apenas a alcanzar el costeo de la comida y una pequeña parte del arriendo, sus ahorros fueron disminuyendo a la par que el semestre terminaba, ahí iba su sueño de tener un carro.

Kyon que servía esporádicamente a los clientes, regresaba cada tanto de nuevo a la barra a esperar el veredicto de Joo Eun más preocupada que el mismo Junsu.

-…Pero jamás volverá a pasar – La pelinegra lo miró dudosa y bufó, mala señal -… JoJoo – suspiró - necesito el trabajo, tú sabes que lo hago, si me dejas quedarme prometo darte dos horas extras cada día por un mes sin paga, solo…

-¿Dos horas extras, sin paga por un mes? – lo miró alarmada - Estás loco niño ¿qué hay de la universidad? - Junsu sólo bajó la mirada - No no, eso es imposible – la cabeza le comenzaba a doler, sabía que ella no lo aceptaría, siempre neurótica en cuanto a sus estudios, casi como una madre, una madre bastante estricta por decir poco, pero valía el intento

-de todas maneras pronto no tendré como pagar más la universidad…

-…

-Déjelo quedarse, usted y yo sabemos que sin este trabajo está perdido - no sabía si agradecerle a Kyon o mandarla al demonio - lo encontrará en la calle mend…

-¡basta!… trabajaras para mí los sábados y domingos y me ayudaras en todo lo que te sea humanamente posible sin excusas

-¡¡sí, lo prometo!! – Joo Eun negó con la cabeza - Gracias, gracias!!

-Ahora ve a tomar los pedidos de las mesas antes de que me arrepienta ¡rápido niño, rápido!

Sin perder tiempo tomó el delantal que kyon le extendía emocionada y corrió hacia la primera mesa del bar.

Sólo cuando tuvo oportunidad, se metió a la trastienda donde apresurado mando dos mensajes de texto.

“JoJoo, me devolvió el trabajo *w*”

Dictaban los dos, solo que el segundo incluía su hora de salida.


***




Apresurado se puso otro par de medias, reconfortándose al cálido tacto que provocaba en sus helados pies y corrió nuevamente hacia la sala donde el olor a palomitas con mantequilla ya inundaba el lugar, casi resbala por el piso en su maratónico carrera y riendo tomo el balde lleno de ellas, acostándose en el sillón delante del televisor.

Ya acomodado y cobijado hasta la barbilla puso play al DVD y la película comenzó, la retrocedió nuevamente subiendo el volumen un poco más.

La puerta de la cocina sonó

-¿Para que le subes el volumen? Esta subtitulada

-¿Y perderme la banda sonora? No no

-claro, porque eso sería malo.

-muy malo – rió y quitó la cobija de sus pies y palmeo el sillón

-Ten – le extendió un vaso de cola y a diferencia de lo que pretendía Junsu, Changmin se sentó en el cabezal del mueble acomodándose para acoger su cabeza en su regazo.

-Gracias

-¿sabías que tu refri esta otra vez vacía?

-Es lo común, mi refrigeradora está acostumbrada a la anorexia – escuchó como el alto reía y tomaba un gran manojo de palomitas – cerdo

- De algo me tendré que alimentar

-No pretendas no ser un cerdo, lo eres siempre, sea o no que te encuentres en la adversidad de tropezar con un refri vacío

-Por lo menos me alimento, comenzaré a creer que en realidad son dos anoréxicos en esta casa – y estiró la mano para pellizcarle el estomago con fuerza

-¡Auuuch! – Sobarse no ayudaba, dolía mas – sabes que si no como es porque no tengo dinero, como puedes burlarte de un niño pobre como yo.

Changmin iba a contestar pero en vez de eso rió y le palmeo una pierna para que volviera a acomodarse de nuevo en su lugar. La película prosiguió mientras ellos comentaban de vez en cuando algún detalle gracioso o se burlaban de alguna mala actuación.

El pomo de palomitas se vio vacío casi instantáneamente y Changmin, que era el más interesado, volvía cada tanto a la cocina para llenarlo nuevamente hasta el tope. En una de sus partidas el teléfono comenzó a sonar y revisó en la pantalla antes de contestar.

Podía negar que se había emocionado o sonreído, podría negarlo tan fácilmente porque simplemente nadie lo había visto, pero negárselo a él era una pérdida de tiempo.

-¿Alo? – pretendió no saber quién era y rió bajito

-hola – la voz del otro lado sonó profunda algo cansada

-oh hola…- el silencio se extendió un poco y él se impaciento

-¿Cómo te fue hoy?

-Bien, normal, algo cansado pero todo bien - Changmin que regresaba de la cocina lo vio sonreír por el teléfono y rodó los ojos para luego volverse a acomodar donde estaba antes – ¿Que tal tu?

-Cansado – se oyó al otro lado de la línea un largo y fuerte suspiro

-Oh pobre, pero un sueño reponedor y un buen desayuno en la mañana lo arreglará – oyó una risa baja al otro lado que lo hizo reír también, en ese momento Changmin le subió el volumen a la tele, acción que recibió por consecuencia un fuerte pellizco en su larga y escultural pierna.

-ojala fuera así

-¡Auch tonto! – De una manera predecible su pellizco había sido devuelto con el triple de potencia del que había sido recibido.

-… ¿estás con alguien?

-si se puede denominar a Changmin como un alguien y no un algo, entonces si

-Oh… mmm… - otro silencio - si estas ocupado te puedo llamo otro día, yo…

-¡No! – y gruñendo se pegó en la frente levantándose del sillón, otra vez estaba siendo obvio y recordó de nuevo la promesa que se había hecho a sí mismo – solo estamos viendo una película… ni siquiera está buena – y se levanto para ir a su cuarto disculpándose con Changmin a señas, el alto solo bufó y meneo su mano indicándole que se vaya.

-hum…

-… ¿Ya comiste? – negó con la cabeza, simplemente no podía evitarlo, si ahora mismo en su cuarto y con Yoochun lejos tenía ganas de besarlo, de cuidarlo, tan patético.

-Sí y ¿tu?

-también – bueno en realidad eso era una mentira a medias por qué no sabía si Coca-Cola y palomitas contarán en realidad como comida.

-que bueno – ninguno de los dos dijo nada más y Junsu se estaba comiendo las ansias de decir cualquier cosa que de seguro terminaría siendo alguna estupidez – emm… mañana tengo que hacer compras, ya sabes reabastecer mi alacena ¿Quieres acompañarme? – conteniéndose las ganas de gritarle que si, espero un momento para contestarle.

-mm… pero en la noche, sabes que mañana tengo trabajo

-Si, de todos modos hay menos gente por la noche

-je je ok

-Bueno te dejo, de seguro me terminaré durmiendo en el teléfono

-bueno, duerme bien

-igual tu y no mandes muy tarde a tu amigo a su casa.

-Nah, Changmin se quedara a dormir hoy aquí

-…Ah…Ok

-bueno, besos - y colgó aun con la palabra “besos” aun cosquillando en sus labios

-“besos” – imitó Changmin con una mueca en la cara mirándolo desde el umbral – No se supone que están sólo de amigos

-así es – sonrió Junsu palmeando la cama a su lado para que el alto se acercara – ¿apagaste la televisión?

-claro… – resignado se acomodo a su lado – A mi no me mandas besos cuando te despides

-iuw! eso sería extraño

-¿y con Park no lo es? – lo aplastó contra la cama con la almohada en la cara, Junsu sólo se rió – por cierto, gracias por el “iuw” acabas de matar mis últimas esperanzas gay contigo

-No hay hombre más heterosexual que tú en Korea Changmin – lo pegó con la almohada y luego le dio la espalda para seguir hablando, no quería sonrojarse delante de su amigo – con Yoochun – aclaro poniéndole énfasis al nombre como siempre que hablaba del moreno con su mejor amigo – es distinto…

-Con Park todo es distinto, y si este mes pretendía ser un stand by entre ustedes, claramente no está funcionando – dijo pinchando sus costillas con su largo dedo - ahora parecen de verdad un pareja.

-¡cállate! – dijo acostándose boca abajo tapando todo su, probablemente para ese entonces, rojísimo rostro – él solo es amable, tú mismo dijiste que nada serio querría él conmigo

-si lo sabes por qué insistes en darle tiempo hasta que se aclare ¿si nunca lo hará no es una pérdida de tiempo? Yo te veo cada día más ilusionado

-…

No dijo nada porque sabía que eso era cierto.

Luego de la noche en la que Yoochun se había colado en su casa, luego de ese largo, bastante largo beso, habían terminado hablando acostados en su cama o mejor dicho, Junsu había terminado hablando.

No hubo nada más que ese beso esa noche y uno último robado antes de que Yoochun partiera y no hubo ningún otro beso o roce en lo que iba de tiempo como habían dicho que harían, ”solo amigos” había dicho Junsu “por lo menos hasta que te aclares” había pensado, pero como iban las cosas, parecía que esperaría sentado si pretendía tener a un predispuesto Yoochun, uno que quisiera una relación seria con él.


***




Esa mañana Changmin había preparado un desayuno “nutritivo” a base de café negro y tostadas, juraba que nunca antes se había sentido más viejo como en ese momento, saliendo a trabajar y con una taza de cafeína metida en su organismo, él, que infantilmente estaba acostumbrado al cereal y la leche.

Al llegar al trabajo Jojoo lo recibió con mala cara y todo el ánimo de azotarlo si la provocaba un poco, así que se mantuvo lejos y ocupado, era en esos momentos que extrañaba a Kyon, ahora que no compartían el mismo horario, apenas y se podían ver, era más duro soportar el trabajo sin ella a su lado molestándolo, haciendo bromas tontas o simplemente empujándolo al pasar a su lado.

Por la tarde, ya mientras el cielo se volvió tomate, una infantil emoción se apodero de él, no más lejos que una ahora se podría ver con Yoochun, sólo eso lo reconfortó luego de haber tirado una taza de café, soportado las quejas de un cliente y a eso sumando el regaño monumental que le había dado JoJoo

Cuando el turno de la noche llegó al local, lo recibió más emocionado que cualquier otro sábado, mientras el alto chico sólo lo miraba con rareza, no fueron ni cinco minutos de su llegada cuando Junsu ya estaba afuera en la esquina mirando su reloj y pendiente del extremo opuesto de la calle, donde a velocidades distintas pasaban los autos.


Cuando el ya conocido auto rojo paró delante de él sonrió abiertamente agachándose para alcanzar la ventana

-¿Cuánto por una carrera joven? – dijo aguantando las ganas de reír

-para ti, gratis – respondió Yoochun guiñándole un ojo y mientras sonreía luchó por la necesidad de no sonrojarse – ven, sube

Las noches últimamente estaban helando y agradeció el aire acondicionado en el automóvil, no fue un camino largo el que hicieron hasta el centro comercial y como esperaban lo encontraron medio vacío.

Cuando corrió a coger uno de los carritos de compras, no pudo evitar regresar a mirar a Yoochun y se quedó un rato embelesado observándolo desde allí, comparándolo con el resto de hombres en el centro comercial y comprobó que no había nada, ni una sola cosa en la que el moreno no les aventajara, Yoochun era realmente un hombre de porte, era tan guapo y casi se derrite en el brillante piso de baldosa cuando la negra mirada regreso a él y una sonrisa de dientes blancos y perfectos se le era regalada.

Se preguntó si es que toda esa perfección solo era una visión suya porque estaba perdidamente enamorado de Yoochun. Negando con la cabeza le devolvió la sonrisa y corrió hacia el moreno empujando al carrito consigo.

Las compras fueron verdaderamente rápidas, era como si el moreno supiera de antemano todo lo que necesitaba y donde se encontraba, fue bastante sistemático y antes de que se diera cuenta ya estaban de nuevo en el auto

Sólo hubo un retraso en el camino y fue por su culpa, mientras miraba las cajas de cereal preguntándose si en realidad podría costearse alguna para la semana, o si mejor era ahorrar para devolver el dinero que había perdido en el mes sin trabajar.

Se decidió por la segunda mientras Yoochun lo llamaba desde el final del corredor.


***




Como siempre el departamento estaba limpio y ordenado, elegante. Como siempre era bellísimo

Llevó las dos bolsas llenas de compras hasta la barra de la cocina y las fue acomodando en su lugar, Yoochun llegó después con tres bolsas más y compartieron la tarea de llenar las alacenas y el refrigerador. Todo lo que había comprado el moreno parecía ser extremadamente sano, las verduras y vegetales abundaban, frutas y cereales acompañaban y no vio ni una sola grasa mientras acomodaba

-Eres tan sano – dijo tomando una gran lechuga de la penúltima bolsa – eres como un viejito

- y tu eres un mocoso mal educado – Junsu que estaba por guardar el aceite de oliva le saco la lengua - ¿Dónde pongo esto?

-aquí – dijo acercándose para señalarle la alacena

-algún día tendrás que cocinar para mi, prometo lavar los plat…os – cuando se dio la vuelta se dio cuenta en realidad de cuan cerca había estado el moreno de su persona y luego del asombro sonrió algo apenado escabulléndose como pudo del calor que le trasmitía Yoochun.

-…

- … Me pregunto qué delicioso plato podrás hacer para mí con tantas verduras – incomodo siguió como si nada guardando los víveres en la refrigeradora, pero cuando regresó a la misma alacena donde el moreno aun seguía mirándolo no pudo dejar de sentir un calorcito intenso en su estomago, y todo se intensifico cuando alzando la caja para acomodarla en la alacena, las manos de Yoochun cayeron en su cintura y lo hizo voltearse hacia él

El rostro del moreno no era pacifico, parecía caótico, frustrado e intenso y antes de que pudiera siquiera plantearse nada, Yoochun ya lo tenía aprisionado contra su cuerpo, abrazándolo con fuerza.

Respiraba, sabía que lo hacía, pero le faltaba aire y sentía sus mejillas tan cálidas como les era posible, trató de no suspirar

-…Yooc..

-¡cállate! – Se asustó pero se mantuvo como estaba, esperando aun con sus manos en los anchos hombros– no hables… – una caricia extendida cayo desde su nuca hasta la parte baja de su cintura y volvió a subir, lenta, sinuosa - si hablas te besaré… – y todo ese calor que antes se instalaba ajeno solo en su estomago se extendió por todo su cuerpo y su corazón comenzó a palpitar veloz – y no me haré responsable… -

Y la mano en su espalda se coló en su cintura, y sintió que no era justo, que él estaba débil entre esos brazos, deseando de verdad hablar para que el moreno cumpliera su amenaza, quería dejarse llevar, quería hacerlo.

Era tan injusto

El límite, la última cuerda por romper vino con la suave respiración de Yoochun sobre su cuello y con el cálido beso que cayó en el mismo lugar.

- No, no pu… - pero la salvaje boca cumplió su afán y devoró sus labios como había prometido, un largo suspiro salió de su pecho y sus rodillas temblaron, él mismo, él todo tembló. Pero no todo era igual de fácil, ya no lo era y con fuerza separó al moreno de su lado.

- Yoochun – dijo tapándole la boca con sus dedos, acariciándola mientras negaba con la cabeza, cerrando los ojos con fuerza para no tener que mirarle a la cara – no lo hagas…

El moreno frustrado retiró las manos del delgado cuerpo y se tapó la cara, gruñendo.

- no me hagas daño de nuevo…

-…

Pero Yoochun no dijo nada, y Junsu supo que era tiempo de irse, de alejarse del otro antes de caer de nuevo y con una caricia larga entre los largos cabellos negros se despidió y salió de la cocina.

Ya en la puerta de salida el pelinegro le dio alcance, pero de nuevo se mantuvo en silencio aun que parecía desesperado por decirle algo, aun así nada salió de su boca, no hasta que la puerta se volvió a cerrar tras Junsu.

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