Secret Game cap 1

Día Caluroso

El menor del grupo. El tierno e inocente. El torpe con menos talento y el solitario que nunca ha tenido novia ni ha besado a una chica.

Esas y muchas otras cosas más son las que dicen sobre él. Sobre Shim Changmin. Pero ¡Oh, Pobres ilusos! ¡Como se equivocaban! Porque Changmin, alias “El diablillo” de la banda, era de todo, TODO menos inocente.

- Odio este calor.

¿Podrían ser quizás sus ojos brillantes, sus finos labios más secos de lo normal o su falsa educación ante las cámaras los que hacían creer a quien lo viera que era un niño bueno? Puede ser, pero definitivamente no era así. Y aquello era, honestamente, algo de lo que estaba orgulloso: Su facilidad de hacer creer a la gente algo que no era. Era con simpleza algo hermoso.

- ¿Acaso Dios no puede compadecerse de mí?

Eran aproximadamente las cuatro de la tarde, y el sol golpeaba con fuerza torturando al pobre Changmin, quien caminaba de un lado a otro, buscando algo con que refrescarse.

Estaba solo. Estaba solo y aburrido y acalorado y… Quería matar a alguien, aunque sonara raro. De todos modos ¿Era acaso Changmin alguien normal? Él mismo se considera todo lo contrario. Alguien normal no se encontraría en ese mismo instante bebiendo un vaso de leche fría mientras camina de un lado a otro hablando solo y maldiciendo a los cuatro vientos.

- ¡Si Dios no se compadece de mí al menos podrías hacerlo tu, Satanás!

Se detuvo en seco. Su vista posándose en aquel cuadrado y negro objeto sobre el escritorio. Hacía calor, bastante, pero… Era su oportunidad. Oportunidad de disfrutar al fin uno de aquellos videos que jamás puede ver con tranquilidad, con un volumen decente. Siempre debe verlos a escondidas, o simplemente debe detenerlo cuando alguien se acerca.

Pero ahora estaba solo. Junsu había salido con su hermano Junho, Yoochun había ido al centro de comercial a comprar ropa y Yunho había acompañado a Jaejoong a hacer las compras para la cena. ¿Tendría otra mejor oportunidad para saciar sus ganas de disfrutar uno de sus tantos videos de colección? Lo dudaba. Así que se decidió finalmente y se sentó frente al notebook.

Eligió el último en su lista. Su posesión más reciente. Tragó saliva y comenzó a verlo. Su vista se mantenía fija en los movimientos de ambos individuos protagonistas del video. Una persona normal hubiese pensado que aquello era más un acto de contorsionismo que cualquier otra cosa, pero como todos saben, Changmin NO es normal.

Los sonidos del video resonaban por toda la habitación, haciendo eco. Cada vez se hacían más fuertes, pero luego de haberlo visto durante unos dos minutos lo detuvo… Se quedo mirando fijamente a la pantalla. Respiró profundamente.

Quería sexo. Necesitaba sexo, pero los chicos no estaban… ¿Dónde diablos se meten cuando más los necesitaba? No quería tocarse solo, sería aburrido. Podría simplemente buscarse a una chica y saciar sus necesidades pero…

¿No era acaso excitante tener a cualquiera de los otros cuatro a su disposición?

¿Y no era acaso más excitante tener sexo con los cuatro, pero que cada uno creyera que era el único?

Su secreto. Su juego secreto, esa era la belleza del asunto. Era algo encantadoramente sexual.

Pero ellos no estaban. Y para variar el calor estaba cocinando su cerebro. Gran día.

Se levantó, intentando calmar sus necesidades. Tendría que darse una ducha de agua congelada y quizás hasta deba usar hielo para poder calmarse, pero quizás ni eso serviría. Estaba caliente, demasiado caliente como para calmarse.

De pronto algo sonó. La manilla de la puerta de entrada giró con lentitud. Escuchó murmullos fuera del departamento y al fin se abrió.

- ¿Cuándo será el día que la maldita puerta se abra bien?
- Yunho hyung.

El susodicho lo miró y le sonrió, notando como el menor se sentaba con rapidez y se cubría con un cojín. ¿Se sentía bien? Parecía enfermo.

- Oh, Changmin.
- ¿Y Jaejoong?

El alto moreno le regaló una sonrisa y dejó unas bolsas sobre la mesa, para luego suspirar pesadamente.

- Olvidó unas películas que arrendó y no devolvió. Me pidió que se las llevara.
- Oh…

Se quedaron callados. Changmin miró fijamente al moreno y quiso golpearse en ese mismo instante. ¿Cómo podía ser tan idiota? ¡Quería sexo y ahora mismo tenía a Yunho a su disposición! Estaba decidido. Yunho sería su presa del día.

Quitó la almohada que cubría su entrepierna, la cual reclamaba por atención inmediata. Se levantó y se le acercó por la espalda, abrazándolo con fuerza y metiendo sus manos por debajo de la camiseta.

- ¿Changmin?
- Hazme el amor, Yunho… - Susurró, acercando su rostro peligrosamente al del otro por sobre su hombro.
- ¿Q-qué? ¿Ahora? ¿Aquí?
- Si, ahora… aquí.

Changmin no le dejó responder; solo se apresuró a besarlo con fuerza, saboreando sus labios y degustando el sabor de su saliva al introducir su lengua en aquella húmeda y cálida cavidad que tanto le gustaba probar.

Yunho separó sus bocas para mirarlo con algo de confusión y dudas, además del nerviosismo que despedía el temblar de sus labios.

- Changmin, ahora no podemos. Debo llevarle las películas a Jaejoong y…
- Puede esperar… - le respondió el más alto, girando su cuerpo para quedar frente a frente. Tomó la mano del mayor y la bajó lentamente, apoyándola sobre su entrepierna. – Siénteme, Yunho… Te necesito.

Yunho tragó saliva. No podía resistirse a esas súplicas tan sensuales del menor de la banda. ¿Qué le había pasado? Cuando debutaron era un niño inocente que besaba gatitos, y ahora… Era un pervertido que pedía sexo cuando se le ocurría. Y aquel sexo él se lo proporcionaba. Si así lo quería.

- Eres un pervertido… - sonrió entre dientes para abrir con fuerza la camisa del más alto, logrando que todos los botones quedaran desparramados por la habitación.
- Oh, lo se. Ahora, muéstrame quien es el líder…

Yunho rió y comenzó a besarlo y tocarlo completamente. Sus manos se paseaban por el pecho desnudo del menor, quien suspiraba y jadeaba de vez en cuando. Mordió su labio con fuerza logrando hacer una herida de la cual brotó un poco de sangre.

- Eres un animal. – se quejó Changmin.
- Aún así te excita.
- Oh, créeme que sí… Pero no dejes marcas, o nos descubrirán.
- Tendré más cuidado.

Los besos de ambos se hicieron ahora más desesperados y sus respiraciones más agitadas. Changmin levantó de a poco la camiseta de Yunho, el cual levantó sus brazos para ayudarlo a retirarla de si mismo. Volvieron a besarse, cada uno intentando ganar territorio en la boca del otro, jugueteando con sus lenguas. Las manos de Yunho exploraban su cuerpo como si no hubiese un mañana.

- Espera… - lo detuvo de pronto Changmin.
- ¿Pasa algo?
- El sofá… Lo hicimos aquí la semana pasada. Ahh – gimió al sentir la cálida lengua de Yunho sobre su cuello.
- ¿Y que sugieres?
- La lavandería. Ha pasado más o menos… un mes desde la última vez.
- La pieza del lavado. Me parece tentador – rió

Changmin se movió con rapidez hasta quedar frente al tostado pecho del mayor, comenzando a lamer y morder sus pezones sin piedad alguna. Luego caminó de espaldas con Yunho, con algo de dificultad, hasta llegar a la puerta de dicha habitación.

Yunho la abrió riendo y sin dejar de besarse caminaron hasta chocar con la lavadora. El moreno levantó a Changmin, subiéndolo sobre esta y él se posicionó entre sus piernas.

- Dame todo lo que tengas… - rió mientras mordía el cuello del moreno.
- Así será. – Se alejó y besó su pecho. Lamió y mordió con fuerza uno de sus pezones para comenzar a bajar con lentitud (casi dolorosa), mientras dejaba un delgado camino de saliva. Pronto llegó a su ombligo, en el cual hundió su lengua recibiendo un gemido mezclado con algo de risas.

Sus besos se esparcieron por sus caderas y su vientre, mientras que con una mano desabotonaba el pantalón de Changmin.

- Minnie… - suspiró – Eres perfecto. – apreció la figura del menor.
- Agradezco el cumplido Sr. Líder, pero no se detenga… - rió Changmin, mirándolo con lujuria en sus ojos.

Yunho no le contestó, solo se limitó a sonreír y a retirar sus pantalones y ropa interior (zapatos y calcetines incluidos), para observar su erección.

- Ah. Max Jr. Está reclamando por atención. – dijo mientras masajeaba la punta de su miembro con la yema de sus dedos.
- Pues… ¿Qué es… esperas?
- No te apresures, pequeño. - Lo besó mientras comenzaba a masajear de arriba abajo y con lentitud la masculinidad del menor de la banda. De a poco fue incrementando la velocidad ganando sensuales gemidos con su nombre en ellos.

Le dio un profundo beso para luego agacharse un poco. Tomó aquella palpitante y dura erección y, luego de varias lamidas rápidas, la introdujo en su boca completamente. Un gemido más fuerte que el resto se escapó de la boca del menor.

- Ahh… Yunho… - gimió sintiendo aquellas pequeñas oleadas de calor que envolvían su cuerpo. Abrió un poco más sus piernas para darle comodidad a Yunho, quien movía su cabeza de adelante a atrás.

La mano derecha de Changmin se posó sobre la cabeza del moreno, acercándolo más a él. Queriendo sentirlo más. Queriendo más placer.

Yunho comenzó a dar pequeñas y cortas succiones a la erección de Changmin, y miró de reojo la expresión de total placer y abandono que tenía este. Sonrió para sus adentros mientras se entretenía masturbando a su compañero de banda, uno de sus amigos. Se detuvo en la punta y mordió suavemente, para luego succionar con fuerza.

La mano del menor se mantenía en su cabeza, buscando la velocidad que más lo satisficiera. Retiró el miembro de Changmin de su boca para tomar un poco de aire, luego sopló con suavidad en la punta y se levantó. Se limpió la comisura de los labios por las cuales corrían finos hilos de pre-semen y besó con fuerza y más lujuria a Changmin.

- Dios mío, Yunho… - tomó aire el menor, con sus ojos entrecerrados y su respiración agitada. Su pecho subía y bajaba con fuerza y sus mejillas se mantenían de un fuerte color rojo.
- Recién estoy comenzando.

Yunho llevó sus manos a su pantalón para desabrocharlos y liberar su adolorida erección la cual, hasta ahora, no había recibido nada de atención. Changmin le ayudó a retirar la prenda y su ropa interior, quedando ambos totalmente desnudos. Luego empujó con suavidad a Changmin un poco hacia atrás, para subirse junto a él en la lavadora.

- ¿Crees que soportará el peso de ambos? – preguntó Changmin, quejándose luego al sentir como dos dedos entraban en él rápidamente.
- El mío si, pero tu deberías comer menos.
- Oh cállate…
- Espera, tengo una idea… - le dijo retirando sus dedos de su entrada.
- ¡Habla rápido y continúa, por dios! ¿Cómo aguantas tanto rato con eso? – le preguntó tomando con una mano la latente erección del moreno, comenzando a masturbarlo con rapidez. El mayor se quejó por lo bajo y mordió su labio.
- B-bájate. Hmm… - gimió. Changmin obedeció y antes de que pudiera decir algo Yunho lo giró haciendo que quedara de espaldas a él.
- Oh, ya entiendo… ¡Ahh! – gimió con fuerza cuando Yunho introdujo tres dedos en él con fuerza, moviéndolos de adentro hacia fuera con más rapidez de la necesaria.

Changmin se limitó a gemir con fuerza, apoyado sobre la lavadora. Por suerte esta no era tan alta así que se les hacía cómodo a ambos. Según Yunho aquella lavadora estaba hecha especialmente para “eso”. Luego de un rato el mayor retiró sus dedos de su interior, y los intercambió con su miembro, penetrando a Changmin de una sola estocada.

- ¡Ahhhh! – gritó Changmin con un poco de dolor, pero más que nada era un gemido de placer.
- No seas… Escandaloso. No es la primera vez.
- Lo se, pero… Siempre he creído que eres un bruto… Muévete rápido, ¿Quieres?

Yunho no le contestó con palabras, sino más bien con una estocada lenta. Se movió de adentro hacia fuera con lentitud y algo de dificultad, pero a medida aumentaba la cantidad de estocadas su velocidad también incrementaba.

Changmin gemía con fuerza, abrió un poco más sus piernas para sentir más adentro al líder de la banda. Este embestía con fuerza al menor del grupo… ¿Menor del grupo? Era un pervertido. ¿Cómo podría ser él aquel pequeño inocente que besaba gatitos? De seguro este era otro Changmin. Si, lo habían cambiado… Como fuera. Le gustaba más este Changmin. Oh si, Yunho también era un pervertido. Pero Changmin lo incitaba al pecado, así que no podía quejarse. (Ni que fuera a hacerlo)

- Di que quieres más, pequeño… - susurró Yunho en su oído, para luego lamerlo sensualmente, Sintiendo el calor que irradiaba su rostro.
- Quiero… más. Ahhh mierda… - Gimió con fuerza Changmin cuando Yunho dio una embestida particularmente fuerte.
- Solo debes pedirlo. – besó su cuello y lo lamió. Enseguida llevó su mano a la entrepierna del menor y comenzó a masturbar con fuerza su erguido miembro.
- Hazme gritar. – rió Changmin, acercando como pudo el rostro de Yunho al suyo para besarlo por sobre su hombro.

Yunho asintió y obedeció la petición de Changmin. Salió de su interior y segundos después entró en él nuevamente con la mayor fuerza que pudo, entrando lo más que pudo y ganándose el más sensual grito que haya escuchado en todas las veces que ha tenido sexo con Changmin… Y vaya que eran muchas veces.

- Buen chico… - lo felicitó Yunho. Su mano se movía con una velocidad impresionante por toda la extensión de la masculinidad de Changmin. Sus cuerpos estaban cubiertos por una fina capa de sudor y sus respiraciones estaban aún más agitadas que luego de que Yunho los hiciera practicar horas extra la coreografía de sus canciones.
- Con que ese es el secreto para… mantener brazos firmes, ¿Eh?
- No seas baboso… Hmm Changmin.

A lo lejos se escuchó un celular, pero ambos lo ignoraron. ¿Qué importaba? Luego atendería y se disculparía con quien fuera que haya llamado. Por ahora estaban ocupados en algo realmente importante, y debían terminarlo.

La temperatura corporal de ambos incrementaba considerablemente, al punto que ya comenzaban a ver borroso. De seguro todas las ventanas del departamento estaban totalmente empañadas, porque estaban hirviendo (Literalmente).

- Yunho… Ahh, ya casi.

Yunho gimió con fuerza para luego repetir lo que hizo anteriormente. Salió de Changmin y volvió a penetrarlo con fuerza, ganándose nuevamente un grito con su nombre en él. Ya quedaba poco, las corrientes eléctricas recorrían sus espaldas y el calor se acumulaba en sus partes bajas.

- Ahh. Dios mío… dios mío… - gimió Changmin repetidas veces hasta que finalmente se corrió en la mano del mayor, dejando salir de su garganta el gemido más largo y fuerte que haya hecho hasta ahora.

Yunho no tardó mucho en seguirlo. Unas cuantas embestidas más y estaba llegando a su orgasmo. Su esencia se derramó en el interior de Changmin y Yunho gimió con fuerza, para quedarse estático dentro de él.

El silencio envolvió la habitación. Solo se escuchaban sus agitadas y acaloradas respiraciones. Luego de un rato Yunho se salió del interior de Changmin y lo giró, dejándolo frente a él.

- Jamás me cansaré de esto. – le sonrió para luego besarlo con fuerza.
- Recuérdalo, Yunho… - se detuvo, intentando recuperar el aire que aún no juntaba completamente para respirar con normalidad. – Es nuestro juego…
- Nuestro juego secreto, lo se. – besó su cuello para luego reír y soplar en él. Changmin rió y rodeó su cintura con sus brazos.
- Nadie debe enterarse.

Se quedaron en la misma posición largo rato, hasta que al fin lograron calmar sus respiraciones. De pronto Yunho se alejó y miró a Changmin preocupado.

- ¿Qué hora es?
- Hmm… - miró su reloj y abrió sus ojos de par en par. – Wow, al líder-sshi le espera un laaaaargo sermón de parte de Jaejoong umma.
- ¡Dios mío! ¡Jaejoong me va a matar! - Se alejó y corrió a buscar su ropa la cual estaba esparcida por todos lados. - ¡Debo bañarme! ¡No puedo salir así!

Changmin rió, cerrando sus ojos y suspirando con fuerza. Buscó unas toallas en la habitación de lavado, envolvió su cintura con una y otras dos se las arrojó a Yunho.

- Mejor apresúrate.

Yunho corrió al baño y se dio una ducha rápida. Luego corrió a su habitación y se vistió.

- Adiós, Minnie – corrió fuera de la habitación y salió del departamento a toda velocidad.
- ¡Ehh! Olvidas las…

Se quedó callado y sonrió. Contó hasta tres y Yunho volvió a entrar al departamento totalmente alterado.

- ¡Olvidaba las películas! – tomó las películas que se encontraban junto al televisor y salió corriendo a toda velocidad nuevamente del departamento.
- Suerte con Jaejoong~ - rió nuevamente y suspiró.

Rayos, le gustaría estar ahí y oír como Jaejoong regañaba a Yunho. Ya tendría otra oportunidad para aquello, por ahora realmente necesitaba también un baño. Un laaargo baño.

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