My incubo cap 1

Jung Yunho ladeo la cabeza de un lado al otro conteniendo el aliento a lo que estaba a punto de hacer, agarro aquel extraño paquete totalmente envuelto con celofán y algunos pequeños papeles pegados en aquel misterios envoltorio, donde los signos Chinos predominaban a cada rincón del paquete.
El podía ser el líder de Dong Bang Shin Ki, responsable, amable, calmado, generoso, noble y hasta algunas veces pesado e insistente. Pero era conocido como un hombre que tenía mucha paciencia.
Hasta que Shim Changmin se la había agotado esta mañana, cuando el menor había querido jugar al escondite con sus calzoncillos. Y no solo a el, Jaejoong, Junsu y Yoochun pensaban exactamente igual que el. Porque por mucho chico reservado y tímido que fuera, las fans no sabían que tipo de persona era realmente Shim Changmin.
No conocían al pesado, ni al burlón…Ni siquiera al bromista que se escondía debajo aquella mascara de glacial timidez y seriedad. Por lo tanto para las fans solo era un chico angustiado y reservado que había madurado demasiado rápido para su edad.
Pero Shim Changmin era totalmente lo apuesto al concepto que las fans tenían. El era terriblemente inteligente, tan inteligente que llegaba a ser horripilante convivir con aquella persona tan calculadora, con una persona que aparecía en los rincones menos inesperados, con aquella persona que te observaba terroríficamente como si fueras un experimento al que valuar.
-Hey! Chico!-Yunho se dio la vuelta con el paquete debajo el brazo observando aquella anciana de cabellos blancos relucientes y extraños gravados en sus antebrazos, su cabeza estaba decorada por un extraño sombrero rosa que destilaba trozos de hierro redondo, parecidos a la de una moneda, que le recordaban vagamente al vestuario de las mujeres de India.-¿Sabes lo que contiene “tu” paquete, chico?
Algo en la mirada de aquella mujer menuda le hizo sentir un inmenso escalofrió y su mente volvió a avisarle que aquello no era una buena idea, que habían mejores maneras de castigar a Changmin que aquello que sostenía con la mano, bajo la vista hasta el paquete que ahora parecía quemar entre su brazo.
Pero su brazo se negó a soltarlo aun cuando su mente le chillaba que lo hiciera. ¿Qué estaba haciendo? ¿Era necesario todo eso para que Changmin aprendiera una valiosa lección? ¿Por qué simplemente no se largaba con viento fresco?
Aun no era demasiado tarde. Podía simplemente dejar caer aquel paquete y salir pitando de aquella terrorífica tienda de antigüedades donde aquella mujer de extrañas ropas lo miraba inquisidoramente. ¿Lo había conocido? ¿Sabía que era Jung Yunho de DBSK? Quizás solo quería un autógrafo para su estrambótica hija…
-Chico, no tienes idea de lo que llevas allí abajo…No tienes idea de lo peli…
-Rowy! ¿Qué te he dicho de asustar a los clientes?-Yunho respiro con más tranquilidad al ver aquel hombre barbudo que le había atendido, ahora cojeando hasta la repisa donde dejo algunas pequeñas piedras encima. La anciana se dio la vuelta adentrándose a las cortinitas amarillas que Yunho supuso que era el almacén de aquella tienda-Perdónale chico, no está en su sano juicio. A la que me despisto unos segundos, ya está hablando sobre sus historias tétricas. Espero que no te haya asustado…
-No, claro que no-Murmuro Yunho quitándole importancia aquel hecho. Parecía una eternidad al haber dejado al apartamento y conducido en aquella remota tienda a las afueras de Seoul, ya estaba echando de menos los gritos de júbilo de Junsu y los lamentos de Yoochun por haber perdido contra el delfín y a la deliciosa comida de Jaejoong. Hasta echaba de menos que Changmin le pagara con pegamento extra fuerte en la silla de la cocina o que le fotografiara en posturas demasiado sugerentes.
-Al final te has decantado por el “incubo”. Buena elección-El hombre sonrió feliz con aquellos dientes amarillentos y desgastados por el pasar del tiempo. Yunho volvió a mirar aquel paquete sintiendo la misma sensación que antes.-Estas de suerte, chico. Tenemos una oferta de mil wons.
Estaba seguro de que aquel hombre quería deshacerse del paquete que tenía enfrente…
Yunho asintió dejando el paquete encima la repisa donde el hombre se quedo unos segundos observándolo con gran interés, aliviado de no sentir aquel quemazón en su brazo, saco la billetera del bolsillo extrayendo el billete de mil wons ante la atenta mirada de aquel hombre, este cogió el billete cuando lo vio aparecer casi con brusquedad asustando al líder.
-Gracias por su compra, tenga usted un buen día-Anuncio el hombre alegremente despidiéndose con una leve reverencia, a la que Yunho se la devolvió torpemente, cogiendo el paquete con ambas manos por fin salió de aquel espeluznante local, respirando mas tranquilamente cuando el aire limpio entro en sus pulmones.
Casi corrió hacia su BMW negro conteniendo las inmensas ganas de volver al apartamento donde sus compañeros y amigos le recibirían gustosamente, se subió nerviosamente dejando el paquete en el asiento del copiloto prendiendo el motor y piso el acelerador alejándose de aquella pequeña tienda.
No se sintió completamente calmado hasta que no llego a las calles concurridas de Seúl, donde todo lo pasado casi le hizo gracia. Se había asustado mucho al entrar en aquel local destartalado y gastado con aquellas escalofriantes paredes pintadas de negro y al conocer a sus dependientes no había ido a mejor. Una anciana con cuentos chinos que te dejaban la piel de gallina y un hombre barbudo que lo había mirado casi maliciosamente. Por no decir del extraño paquete que reposaba en el asiento de al lado.
No había vuelto a mirar aquel paquete, por razones obvias, pero ahora que estaba parado en un atasco se dio la libertad de volver a fijarse en el paquete. Estaba igual que cuando lo había comprado, no había cambiado nada. Continuaba con aquellos garabatos en Chino y envuelto de mala manera. Y seguramente si lo volviese a tocar otra vez volvería a sentir el quemazón que había sentido la primera vez que lo había tocado.
Solo esperaba que “eso” que contenía la caja valiese la pena…


“Oppa, te quiero mucho. Viviré por siempre para ti”
Changmin arrugo el entrecejo notando que su humor estaba empeorando por momentos frente al ordenador. Su email estaba colapsado por miles de mensajes de fans, donde según ellas estaban enamoradas de él y querían casarse con él.
Todas y cada uno de aquellos emails decían lo mismo una y otra vez poniéndolo enfermo. Todas las fans tenían algo en común…
Se habían enamorado de Max, pero ninguna de Shim Changmin.
¿Amar? ¿Querer? ¿De verdad sabían que significado tenía esas simples palabras? ¿Realmente eran conscientes de lo que decían? ¿Cómo pueden amar a una persona si ni siquiera lo conocen verdaderamente? Eso era algo que siempre se había preguntado noche tras noche.
OH! Si! El amor a primera vista. Algo que simplemente no podía creer, igual que nadie creía en los fantasmas, o los vampiros o…los demonios. El amor a primera vista era un frio espejismo. Un cruel y despiadado espejismo.
Era totalmente invisible…
Esas palabras habían dejado de existir en su vocabulario desde hacía años. No había encontrado el amor ni dentro del mundo del espectáculo, ni afuera. Porque no había nadie que le interesase y nunca iba a haber nadie…
Y aun hoy se preguntaba que le impulso a ser lo que es ahora. ¿La pasión por la música? ¿O porque ansiaba ser querido, por lo menos alguna vez? Sentir de que aquella persona solo tenía ojos para el, que solo iba a amarlo a el, que solo iba a sonreír cuando el lo hiciera o llorar cuando el lo hiciera. Quizás las dos cosas seria mucho mas correcto.
Y ahora que había alcanzado la meta sentía que su vida había sido malgastada, sentía que había perdido más de lo que había ganado, sentía que había hecho y dicho cosas horrendas para poder llegar a donde estaba, sentía que había sido utilizado, que cientos de personas lo habían pisoteado sin que se diese cuenta.
Había conseguido todo lo imposible, había llegado hasta lo imposible… ¿Pero que le quedaba ahora?
Esperanza.
Una pequeña llama de esperanza que se iba consumiendo lentamente.
***
Yunho ingreso en el apartamento dejando los zapatos en la entrada, asustándose enormemente al ver a Jaejoong parado con los brazos cruzados y una mirada impaciente.
DIOS! Hoy no valía ya para sustos!
-Ya era hora! Changmin llegara de un momento a otro!-Anuncio el mayor cogiendo el brazo de Yunho y arrastrándolo hacia el comedor donde Junsu descansaba apoyado de un adormilado Yoochun. Yunho quiso protestar-Eh! Parejita! Yunho ya está aquí!
Los nombrados se levantaron como alma al diablo, poniendo total atención al líder, aunque Yunho vio que Yoochun bostezaba un par de veces y Junsu se frotaba los ojos con impaciencia.
-¿Lo has traído?
Yunho asintió dejando la inmensa caja encima la mesa, viendo que Junsu se acercaba hacia el paquete pasando un dedo lentamente por la superficie sobresaltándose después, haciendo que todos lo miraran expectantes.
-Quema-Protesto el delfín dejando que su novio se ocupara de su dedo con pequeñas y dulces caricias.
Jaejoong ladeo la cabeza bastante incomodo con aquella escena llena de ternura, llevándose una mano en el pelo bastante preocupado y Yunho simplemente no aparto la mirada sintiéndose feliz de aquellos dos por fin pudieran ser felices y volteo hacia Jaejoong dándole una amplia mirada a lo que el mayor ignoro por completo.
-Bueno…¿Qué se supone que es esto?-Jaejoong señalo la caja evitando cualquier contacto con aquella, y evidentemente ignorando la feliz pareja abrazada.-¿No dijimos que simplemente comprarías un artículo de broma?
-La tienda estaba cerrada. Pero encontré un reemplazo mejor que los simples artículos de broma-Agrego el líder con una sonrisa maliciosa, sorprendiendo a sus compañeros.-Es un incubo.
-¿Qué has dicho?-Pregunto Jaejoong apartándose el flequillo de la cara, casi con molestia.
-Un incubo
-Ya lo he escuchado. ¿Pero que es?
-No lo se-Se sincero Yunho moviendo los hombros. El simplemente lo había visto en aquel sucio escaparate, movido por algo que no entendía la cogió. Una vez con aquella caja en sus manos no pudo hacer otra cosa que llevársela. Era como si algo le dijese que debía llevarse aquel paquete con el.-La compre en una tienda de antigüedades en las…
-Espera espera. ¿Qué? ¿Has comprado…”esto” sin saber lo que era?
-Quizás es una lámpara solar…Esta muy de moda ahora-Argumento Junsu inocentemente, sonrojándose al sentir como Yoochun lamia el dedo con delicadeza.
-O simplemente algo que funciona con calor-Contesto Yoochun sosteniendo el dedo “herido” del delfín-En cualquier caso no creo que sea muy peligroso.
Yunho asintió a las ideas de sus amigos. Eso podía explicar porque cuando lo había cogido sintió aquel extraño quemazón en el brazo y porque aquel hombre se lo había puesto tan barato.
-Abramos…-Jaejoong se vio interrumpido por el ruido de la puerta, abrió los ojos conteniendo un grito-Escondedlo!!
Junsu fue el más rápido de los tres en reaccionar, agarro el paquete y lo tiro debajo de un cojín con brusquedad, sintiendo como aquel paquete cada vez estaba casi ardiendo. Se sentó encima del cojín notando como poco a poco un ardor se instalaba en su trasero, poniéndolo incomodo.
-Ya estoy en casa-Changmin apareció en el comedor con cara de pocos amigos, saludando con la cabeza a sus Hyungs que devolvieron el gesto con una sonrisa un tanto…¿nerviosa? Enarco una ceja pasando la mirada por sus cuatro compañeros, deteniéndose en seco al ver como Junsu se removía en el sofá, por la cara que ponía bastante incomodo.-¿Qué te pasa Junsu?
-Nada!-Protesto el nombrado evitando contacto visual con Changmin, que seguía con el ceño fruncido y con mucha curiosidad.
-¿Entonces porque te mueves así? OH! Yoochun te está metiendo mano!
-Que cosas dices, Changmin-Sonrió el ratón mientras pasaba su mano por debajo el cojín sonriendo inocentemente al mismo tiempo al menor. Yoochun comenzó a mover su mano con molestia al igual que Junsu se movía conteniendo un grito.
-ARGH! Pervertidos!!-Grito el menor dándose media vuelta con el rostro rojo de la vergüenza. Sabía que sus compañeros les gustaba mucho hacer estas cosas…pero ¿No podía contenerse un poco?-Me voy al dormitorio, cuando vuelva no quiero nada de toqueteos!
Jaejoong y Yunho respiraron aliviados de ver como el menor salía del comedor, dándose la vuelta en seguida al darse cuenta que Junsu se levantaba con un débil quejido en la boca y Yoochun lo imito. Ambos abrieron los ojos sorprendidos al ver como habían quedado los pantalones de Junsu, totalmente chamuscado por toda la parte del trasero mientras que la mano de Yoochun estaba completamente roja.
Yunho cogió el cojín con las manos temblorosas dándole media vuelta, quedando sin palabras al ver que aquella caja había hecho un inmenso agujero en el cojín preferido del mayor.
-Uau! Cuanta potencia que tiene la lámpara ¿no?-Silbo Yoochun quedándose embobado con el perfecto trasero del delfín, que se tapo con las manos avergonzado.
-Chunnie!-Protesto el menor con el rostro surcado de rojo, haciendo un puchero al ver que su novio se mofaba de el, sintiéndose después como lo abrazaba cariñosamente.
-¿Pero es una lámpara solar?-Jaejoong no pudo evitar dejar escapar la pregunta que había estado reteniendo en aquellos intensos minutos mientras su mirada observaba con mas atención aquella caja.

Changmin escucho las palabras atentamente de sus Hyung’s sorprendiéndose que algo como una lámpara solar le diese esa curiosidad, sonriendo al escuchar que lo guardarían a la habitación de invitados y que mañana pensarían en abrirlo. Pero el tenía planeado hacerlo esta noche y no precisamente acompañado.
***
Cuando se levanto de la cama eran pasadas la media noche y la luna llena se filtraba por los grandes ventanales de la habitación iluminando casi fantasmagóricamente la habitación. Confirmo que sus Hyung’s continuaban durmiendo, primero fue a la cama de Jaejoong donde el mayor dormía despreocupadamente con su brazo apoyado en la almohada, después se dirigió a la de Yoochun donde se sorprendió un poco al ver que el ratón no dormía completamente solo, si no que el delfín se había apoderado de su cintura con aquellas piernas mientras Yoochun tenia el brazo cubriendo las nalgas de Junsu en una extraña postura… Se alejo rápidamente viendo que el líder dormía con los ojos medios abiertos, cosa que al principio lo asusto pero luego se acordó que Yunho dormía así.
Salió del cuarto con una sonrisa triunfante, poniendo de puntillas y comenzando a caminar hacia la habitación de invitados, que estaba en la otra punta del pasillo. El mini pasillo era alumbrado por la escasa luz que salía del comedor, donde Junsu había dejado encendido por su fobia a la oscuridad.
Cosa que agradecía al menor mientras atravesaba el pasillo con pasos lentos y torpes, sonriendo al haber conseguido llegar hasta allí y que ninguno de sus Hyung’s se hubiesen despertado en el proceso.
Cuando abrió la puerta lo primero que vio fue la fuerte luz anaranjada que salía de unas de las esquinas de la cama, prendió la lámpara del escritorio totalmente turbado por aquella luz que le parecía invitarle a acercarse.
Se acerco cauteloso descubriendo que era una pequeña caja aboyada y recubierta de celofán, aun cuando se nota que su líder había intentado esconderla muy bien debajo de unas mantas pero aquella intensa luz lo delato, se acerco mas descubriendo que habían cientos de signos chinos alrededor de ella, paso las yemas de los dedos por aquellas inscripciones al tiempo que aquella luz desaparecía rápidamente. Como una bombilla que se apaga.
Comenzó a quitar el celofán y unos papeles que le impedían observar mejor aquella caja, notando que este estaba lleno de polvo. Quizás fuera alguna reliquia antigua…Quizás tuviera cientos de años…quizás miles…
Enarco una ceja al ver que el celofán había escondido una pequeña inscripción en…¿Latín? ¿Eso era latín?
-Incubus…¿Incubus?-No le parecía una palabra conocida y tampoco parecía significar algo bueno y eso comenzaba a asustarlo de sobremanera. Con las manos temblorosas retiro la tapa alejándose unos centímetros de aquella extraña caja mientras cerraba los ojos dispuesto a afrontarse a lo que sea que había allí dentro.
Quizás no debería haberla abierto nunca. ¿Y si le salía alguna cosa rara? No podía ser algo vivo, o si el caso es que es algo vivo no creía que estuviese feliz y coleando…¿No?
Un segundo…Dos…Tres…
Y seguía sin sentir nada, abrió los ojos lentamente casi esperando lo peor, alguna cara momificada o quizás algún miembro de algún guerrero de la edad media.
Acercándose cohibido aquella caja y observando con los ojos abiertos el contenido. Sonrió bobamente al darse cuenta de lo estúpido de sus pensamientos. Casi había sonado como en aquellas pelis de miedo donde el personaje principal encuentra algo terrorífico y se desata el caos. Qué tontería!
Cogiendo con sus manos aquella enorme piedra anaranjada sintiendo que estaba completamente caliente. No excesivamente, pero lo bastante para sentirse como si fuera una estufa.
La llevo hasta la lámpara observando mejor el color de la piedra, era un color entre el mármol y el naranja y dándose cuenta de que la piedra volvía a tener otra inscripción, pero esta vez tallada en la misma piedra.
-Verba omnes liberant semper-Susurro con un hilo de voz sintiendo de repente un escalofrió desde la punta de los pies hasta la cabeza, sintiendo que como se le ponía la piel de gallina en unos pocos segundos, sacudió la cabeza varias veces antes de apagar finalmente la lámpara y se dejaba caer en la cama inexplicadamente cansado con la piedra abrazada a su pecho.
Durmiéndose en los pocos segundos de acostarse, sintiéndose totalmente a gusto con aquel tipo de calidez en su pecho. Casi podía sentir como alguien lo abrazaba posesivamente de la cintura y como una profunda voz lo llamaba entre sueños.