Haru Haru cap 5

¿El amor es efímero?

Después de haberle dicho que lo amaba, sentí una felicidad inmensa, es como si de un momento a otro me convirtiera en otra persona. Cada emoción o sentimiento sería indescriptible, podría haber algunas palabras que intenten describirlo pero nada se asemeja.

-Gracias, por dejarme estar a tu lado otra vez - me dice aprisionando mis labios en un beso tierno y cargado de amor.

-Lamento haberme portado como un idiota - le dije disculpándome por mis acciones de los últimos días, y debería decir que en vez de percibir debilidad en mis palabras ahora encuentro una confianza absoluta, que hasta podría jurar ser capaz de volar.

-Eso ya no tiene importancia - ¿En verdad ya no importa? Tal vez tiene razón, sin embargo, no creo que pueda olvidarlo tan fácilmente - Ven, caminemos juntos a casa

¿Juntos? Hace cuanto tiempo quería escuchar esa palabra, tenerte a mi lado; nunca imaginé esto, pensé en olvidarte con el tiempo... todos mis planes son un asco, ¿Cómo pude pensar siquiera en mofarme del amor?

-Quiero caminar contigo a casa - suelto en un murmullo entrelazando nuestras manos y comenzando a andar.

Nuestros pasos eran lentos, ambos estábamos disfrutando de la calidez que la otra mano nos proporcionaba. ¿Por qué esperé tanto? Me pregunté al ver su sonrisa mientras mantenía la mirada hacia enfrente y ponía más presión en su agarre. El viento se intensificó en cuestión de minutos, empecé a temblar por el frío; después de todo no soy tan inteligente porque olvidé mi chaqueta.

-Toma - Yoochun puso su abrigo en mis hombros a la vez que acaricia mi mejilla y me abraza - Podrías enfermarte

-Siempre cuido de mi salud - objeté aferrándome mas a su cuerpo, en este momento aun si todo el mundo me pidiera alejarme de él, no lo haría, simplemente me sería imposible permanecer lejos.

-Eso no es cierto, de ahora en adelante seré yo quien cuide de tu salud y si llegas a enfermar tendré que ser tu medico.

-Ok, doctor Park. Le parece si empieza por comprarme algo de comer porque estoy muriendo de hambre - me burlé de su actitud sobre protectora.

- ¿Qué apetece mi paciente favorito? - preguntó separándose de mi.

-Quiero unas galletas de chocolate, un café caliente, no, no, mejor un helado o tal vez...

-Olvida lo de helado, estas temblando de frío, jamás te lo compraré - aquello lo pronunció entre divertido y preocupado haciéndome reír.

Conforme avanzaban los minutos me di cuenta de lo mucho que anhelé esto, cuantas veces inconscientemente me pasaba el día imaginando una relación donde todo fuera felicidad, donde la cursilería no sea desagradable y por el contrario se convierta en un detalle necesario para sentirme querido.

Seguimos caminando tomados de la mano por un par de cuadras mas hasta que topamos con una cafetería que extrañamente o por azares del destino estaba abierta a estas horas. Al entrar en el establecimiento solté su mano, se que se decepcionó por mi repentina acción pero no dijo nada. Pidió dos cafés calientes y posterior a ello salimos.

-Realmente no quise hacer aquello – dije agachando la mirada mientras hacía el intento de rozar mi mano con la suya, acto que rechazó – Yoochun – pronuncié su nombre con nerviosismo y miedo porque me asustó la idea de estar haciendo las cosas otra vez mal, por poner mi reputación antes que mi felicidad e indirectamente lastimarle.

-Esta bien, mejor vamos a ese parque ¿Te parece?

Giré mi rostro hacia donde se dirigía, del otro lado de la acera divisé un parque con varios juegos típicos de infantes y sin contener mi emoción corrí directo a un columpio derramando un poco de café en el camino.

-Vamos, empújame por favor – pedí con voz tonta dejando el café sobre otro juego.

-Cuando termines será mi turno – asentí con la cabeza mientras me sentaba y el comenzaba a empujarme.

Tal como lo dije cuando terminé de divertirme gozando de la sensación del viento chocando con mi rostro cada vez que alcanzaba el punto mas alto y las manos de Yoochun sobre mi espalda, bajé del columpio cediéndole el paso. Ahora era yo quien impulsaba el juego, durante todo ese tiempo el se quedó callado y yo no pude ser capaz de contener la desilusión que se ahogaba con ese incomodo silencio.

-Esto es como una pareja – comenzó a hablar como si hubiera adivinado mis pensamientos – es cierto que ambos deben de poner de su parte para que la relación funcione, pero también en ocasiones es uno el que lleva el peso de todo mientras el otro se sienta y se deja hacer sin decir palabra alguna…

- Y luego es el turno del otro, invirtiendo los papeles, manteniendo así el amor – lo interrumpí tratando de expresarle que entendía el punto.

-Algo así - su titubeo me hizo dudar en seguir empujando, detuve mis movimientos y sentí la necesitad de salir huyendo como de costumbre – Ni se te ocurra – me señaló con su dedo índice amenazadoramente.

-¿Qué? No sé de que estas hablando – me defendí iniciando la caminata.

-Espera no me dejes – enunció jalándome del brazo y brindándome otro beso, besos de los cuales me estoy haciendo dependiente - ¿Dormirás conmigo? es una noche fría

- Me rehusó, si estoy tan cerca de ti sintiendo el calor de tu cuerpo no responderé – susurré a su oído tomando sus manos y colocándolas en mi cintura.

-Con mas razón te quiero en mi habitación – no respondí por creerlo innecesario, preferible a ello me dejé guiar por mi cuerpo, porque el suele expresar lo que dicta mi corazón y no es tan hiriente como mis palabras.





Fue difícil regresar a la mansión, entre mimos, abrazos y besos se fue el tiempo. Ingresamos por la puerta de atrás siendo cautelosos para no despertar a la servidumbre o alguno de los chicos. Estábamos a punto de subir las escaleras cuando inesperadamente se encendieron las luces del salón principal provocando que saltara y por suerte los fuertes brazos de Yoochun eludieron mi caída.

Me incorporé rápidamente poniendo distancia entre nuestros cuerpos. Apresure mis piernas subiendo los escalones con rapidez, Yoochun me siguió pero se detuvo cuando Top apareció obstruyéndole el paso, tenia un semblante retador.

-Me disculpo por el golpe – dijo haciendo una reverencia y siguiendo su camino.

Su actitud me sorprendió, se percibía su intención de buscar pelea… de un instante a otro cambió por una ¿Normal? ¿Arrepentida? Tan convencional como cuando alguien comete un error y está realmente convencido de su culpa. No sé que pensar, algo no está bien.

-¿Changmin? – Me llamó haciéndome salir de mi trance – Vamos a dormir

- Si – musité desconcertado pero olvidándolo al instante al recordar que estaría a su lado.

Tuve cuidado de que nadie me viera, y entré en la habitación de Yoochun. Lo vi cansado así que opte por tomar un pijama de su maleta que estaba arrumbada a lado de la cama y me metí al baño. No tardé ni cinco minutos pero cuando salí el ya estaba en la cama muy cómodo.

-Tengo frío – dijo con un puchero en los labios haciéndose a un lado para darme espacio.

-Lastima, yo tengo mucho calor ¿Qué deberíamos hacer para solucionar este problema? – pronuncié con voz sensual (que pocas veces llego a utilizar) acercándome a Yoochun y aventándome sobre su cuerpo.

Sin esperar su respuesta, ataqué sus labios con pasión mientras con mis manos buscaba colarme bajo su ropa ansioso por sentir su piel. Al principio correspondió mis caricias, pero después de sentir mis manos frías en su vientre me alejo delicadamente cortando en el proceso el beso.

-No puedo Min, esta vez dejemos que las cosas sigan su curso – quise golpearlo por dejarme con las ganas, aunque en el fondo tenía razón.

-Es la abstinencia de ti – le dije con un puchero buscando sus labios otra vez.

Bastaron algunas caricias mas para dejarnos satisfechos y felices. Acurrucado como gato cerca de su cuerpo me quedé dormido con miles de ideas en mente, muchas cosas para compartir con él.




Los rayos del sol que lograban abrirse paso bajo las cortinas osaron despertarme temprano, ya sin ganas de dormir mas rodé mi cuerpo buscando el de Yoochun, sin embargo, no lo sentí. Me levanté temeroso a su abandono y cambiándome veloz como demonio de Tazmania, sin importarme el estado deplorable de mi apariencia, aunque el que es lindo nunca deja de serlo.

Al cerrar la puerta de la habitación, alguien me jaló del brazo con brusquedad forzándome a entrar a otra recamara al final del pasillo. Traté de zafarme de su agarre pero no pude, después de varios intentos fallidos me soltó arrojándome sobre la cama.

-Estas precioso esta mañana – esa voz la reconocí al instante, solo una persona tiene ese porte varonil, retador e inconfundible al de un patán.

-¿Qué quieres Top? – exigí incorporándome sin darle oportunidad a ver mi lado vulnerable como pasó la noche anterior.

-Te quiero a ti – respondió como si fuera la cosa mas natural del mundo.

-Eres un idiota – vociferé dirigiendo hacia la puerta, no estoy dispuesto a escuchar palabras sin sentido, además aun tengo que buscar a Yoochun, que eso es algo que si me preocupa.

-Tú no te vas hasta que yo lo decida – gritó enfurecido poniéndose tras la puerta.

-Déjame pasar – dije con cara de fastidio.

-¿Te parece si hacemos un trato? – Volvió a hablar ahora con un tono mas calmado, ante mi silencio continuó – Creo que esto es tuyo – llevó una mano al bolsillo de su pantalón y sacó un anillo – YooMin ¿Qué significa?

Esbocé una sonrisa burlona recuperando mi semblante egocéntrico, y a la vez porque me causaba gracia su expresión celosa.

-Contéstame, por favor – mi sonrisa se borró con el nuevo tono del que estaba haciendo uso, este chico es alguien de cuidado puede cambiarte los papeles cuando quiere.

-No significa nada, YooMin no significa nada para mi – respondí a su pregunta aparentando que tenia el control.

-Dame un beso y te lo devuelvo o sino lo tirare por la ventana – dijo quitándose de la puerta y caminando en dirección al cristal.

Medite unos segundos, lo miré harto de sus boberías y como Top es capaz de cumplir su amenaza, accedí a besarlo. Caminé lentamente con una sonrisa sexy y relamiéndome los labios, una vez que estuve frente a él tomé sus labios sin previo aviso, mordiendo su labio inferior en el camino, lo cual fue una mala idea, porque trajo como resultado una reacción feroz de su parte.

Pegó sus caderas a las mías, fue ahí cuando algo hizo click en mi cabeza ¿Qué estaba haciendo? ¿Traicionando a Yoochun? Sin saber como me alejé de Top y di la vuelta dándole la espalda, estaba muy confundido como para seguir manteniendo a flote mi autocontrol.

-Me gustas – susurró en mi oído abrazándome por la espalda – Toma, un trato es un trato – tomó mi mano y coloco el anillo en uno de mis dedos.

-De… debo irme – dije tartamudeando por los nervios y deshaciéndome de él.

-¿Vas a buscarlo? – cuestionó mofándose de la situación. No respondí y seguí caminando. –Le gustara ver como me besas…

-¿Qué estas tramando? – pregunte manteniendo la vista en la puerta, en pocos minutos ya tenia muchos errores en la lista por bajar la guardia.

- Veras, en mi habitación en la parte superior hay una pequeña cámara que lo ha grabado todo, baby – entendí por todo, lo que el utilizará para sus propósitos.

Permanecí en silencio y sin decir nada lo dejé solo en la habitación. Nunca en mi vida había sentido tanto asco, aunque a la vez percibía un deseo por acostarme con Top. ¿Qué estupideces estas diciendo, Changmin? No debo, no puedo y aunque tal vez quiera… No, tengo que mantener mi palabra, piensa en las consecuencias de tu calentura Súper Min ¿Vale la pena arriesgarte?

Y ahora estoy mas confundido que antes, se que amo a Yoochun y a su lado me siento amado, importante, sin embargo, aun mi ego no ha desaparecido, sigo dañándolo y eso me aterra pero ¿El decidió tomar ese riesgo por mi? Por otra parte, tener a Top cerca ha encendido algo en mí, ¿Es solo sexo? ¿Solo las ganas por no haber tenido acción últimamente? Ashh…. ¡Dios, no sé que hacer!