KIM JUN HO Y JI YONG
Afrodita volvió a su templo, ahora tomaba un baño de aguas curativas, era un bello estante de piedra, el agua cristalina ataviada por pétalos de diversas flores cuyo aroma era un relajante natural perfecto. Su bronceada piel quedaba intacta conforme el agua se consumía por los poros y sanaba las heridas que ganara en la batalla contra Artemisa.
- así que, perdiste... – la diosa de la Fertilidad entró en los baños personales de la diosa del amor con confianza.
- sí, realmente me sorprendió, no pensé que fuera a vencerme, pero lo hizo, sin trampas ni poderes divinos, realmente me superó, fue mejor que yo, y ahora, tendré que someter a pruebas a esos jóvenes... – tomó un largo camisón de a lado, se la colocó y salió de su “tina”... – no entiendo su obsesión en particular con ellos...
- tampoco ella la entiende, pero no te preocupes, sé que todo saldrá bien... -
- ah sí, y porqué estás tan segura?... – las diosas caminaron fuera, rumbo a lo que podría decirse es la estancia del templo de la diosa del amor.
- porque Artemisa está madurando, se dará cuenta a tiempo de aquello que necesita comprender para tener simpatía por la humanidad y así convivir con ellos. Entiende, lo que ella tiene es la necesidad de valorar el amor en sí...
- ay miles de formas de lograr eso, miles de mortales a los que puede observar...
- ella cree que es fácil para parejas de hombre y mujer superar los obstáculos que la vida les pueda presentar, y no deja de ser amor verdadero, pero qué mejor forma de valorar el amor puro que cuando éste supera toda prueba en una pareja de personas del mismo sexo, quienes además tienen que ir contra leyes sociales...
- y por eso los embarazaron? Hasta yo quedé muy sorprendida por esa ocurrencia de ustedes de embarazar a unos hombres... – la peliplateado comenzó a untarse unas cremas en su piel, mostrando su cuerpo perfecto sin tapujos ante Démeter, quien tampoco se inmutaba...
- sabes bien que los dioses tenemos por naturaleza hacer lo que nos plazca, yo quiero que ella madure y también estoy dispuesta a todo con tal de lograrlo, pero sé medir mis acciones; ella quiere lo mismo, pero es impulsiva, por eso es bueno que haya acudido a ti, sabrás medir sus propias acciones... – la mayor dio la vuelta para salir del templo de la peliplateado...
- tampoco podemos amar, no como lo hacen los humanos, dime, tiene eso algo que ver con Artemisa?... – con un chasquido de dedos, la diosa del amor ya estaba vestida con un precioso vestido asimétrico de color celeste...
- tal vez... – fue la escueta respuesta de Démeter, sin mirar atrás, siguió su caminar fuera del templo, dejando atrás a una confundida Afrodita.
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Habían tenido una sesión de sexo maravillosa (claro! Después de un mes sin poder sentirlo en su interior, sin sus gemidos, caricias y besos), pero ahora sentía que el cuerpo le ardía nuevamente, a su lado, Yunho dormía placidamente boca arriba.
- ¡cielos! Pero que calor tengo... – el castaño oscuro apartó las cobijas de su cuerpo, sentía su piel ardiente deseosa de sentirse nuevamente cubierta por las atenciones de su novio... – cómo me haces sufrir bebé... – posó una mano sobre su vientre, ligera, muy ligeramente abultado... – esto de las hormonas vuelve loco a tu “mami” y papi está durmiendo tan a gusto, no puedo despertarlo para... – una de las manos del moreno fue a parar a su cintura, ahora estaba de medio lado, haciendo que sus cuerpos hagan contacto y la temperatura del mayor aumente aún más... – como no me controle me parece que terminaría violándote... – con sumo cuidado, Jae apartó la mano del moreno, después salió de la cama, fue a la cocina por un vaso de agua helada, a ver si así se le bajaba un poco el calor. Naturalmente, aquello fue en vano, pues las imágenes de apenas un par de horas atrás volvieron a su mente y su cuerpo ya comenzaba a reaccionar... – no me apetece hacer uso de la mano amiga, quiero hacerlo contigo otra vez... – pensó apenas entrara de regreso a la habitación, donde el moreno estaba una vez más boca arriba, su respiración serena, el cabello desordenado, los labios entreabiertos... – perdóname... – susurró, se desnudó, levantó las cobijas y se metió en ellas, colocándose a horcajadas en las caderas de su novio, sintiendo cómo el cuerpo bajo el suyo vibraba al contacto con el propio, pero el moreno no despertó, que Jae no dejó todo su peso, apenas si era que se tocaban.
Deslizó las manos bajo la parte superior del pijama del moreno, mientras comenzaba a dar pequeños besos en sus labios y lo llamaba seductoramente...
- Yunnie, amor... despierta... Yunnie, te necesito... – de a poco, la respiración del moreno comenzó a acelerarse, sus ojos aún cerrados, pero su cuerpo reaccionando a las caricias que el castaño oscuro dejaba en su pecho, jugando con sus pezones, besando con más premura, siendo correspondido por el moreno.
- aahhh, Boo... – gimió el moreno cuando su novio dejó que su lengua sigilosa lamiera su oreja con lujuria, haciéndolo despertar por completo... – Jae... mmhhh, aún... quieres más... -
- sí, te necesito ya... – el mayor bajó la parte inferior del pijama del moreno para adueñarse de su miembro, masajeándolo con desesperación, haciendo que Yunho se arqueara de placer y gimiera ronco, levantando ligeramente sus caderas rozando con el cuerpo de su novio, ya desnudo... -
- aahhh... Boo... me, mmhhh... llevas ventaja… - dijo al ser consciente de la desnudez de su pareja, dirigiendo sus propias manos a la erección ya despierta de Jae, masajeándola al ritmo que su novio imponía en su propio miembro, logrando que se friccionaran entre sí, haciendo de aquel momento tal vez el más erótico de toda su relación... – bésame... – ordenó con voz ronca el moreno, cuando el castaño oscuro se agachó para cumplir con la petición que tan deseosamente quería cumplir, sus miembros se encontraron por completo, quedando aprisionados entre sus cuerpos mientras se besaban con una pasión irrefrenable.
- hazlo ya! – Jae se acomodó mejor sobre las caderas del moreno, dejando su entrada en dirección de la erección de Yunho, tomándola él mismo, dejando la punta sobre su pasaje, sentándose lentamente mientras se introducía en su novio...
- aahhh, Boo, esp... mmhhh… - el moreno quiso detenerlo porque aún no lo preparaba para su intromisión, pero al parecer su pareja en verdad no podía esperar más, estaban demasiado excitados (y necesitados) de sentirse unidos otra vez... – eres tan... aahhh, delicioso... – esa sensación de sentirse apresado en la estrechez del castaño oscuro siempre nublaba sus sentidos, lo hacía sentir completo.
- lo soy... – el mayor sonrió con picardía, ahora completamente sentado sobre las caderas de su novio, su erección completamente dentro de sí, aguardó unos instantes a acostumbrarse, dado que había un poco de dolor aún, entre tanto se dedicó a besar morbosamente el pecho del moreno, quien simplemente no paraba de gemir.
Lentamente comenzó a mover sus caderas hacia atrás y adelante, estar arriba tenía sus ventajas, tomaba el control de las embestidas que recibía y podía observar con más claridad las reacciones placenteras de Yunho, la forma en que se aferraba a las sábanas, cómo se mordía el labio inferior para no gritar, la manera en que sus roncos gemidos salían de su boca aún cuando intentaba reprimirlos, el percibir cómo el moreno embiste contra él levantando sus caderas, llegando tan profundo en él que tuvo que besarlo rápidamente para evitar gritar por el placer que lo recorre.
Se echó ligeramente hacia atrás, apoyando sus manos en los muslos del moreno, quedando así en una postura perfecta para que Yunho tuviera acceso a su erección y lo masturbara para alcanzar juntos el orgasmo que sacudió sus cuerpos. El menor de los dos se corrió en su interior, como siempre que lo hacían, mientras que el mayor se vino en la mano del moreno, pero esa vez, Yunho lamió toda su esencia, empezando por su mano, terminando por lamer los restos que se derramaran en la erección de Jae y su torso.
- perdóname... – volvió a decir el castaño oscuro, ahora ante un moreno despierto, que lo miraba con amor, sus cuerpos cubiertos por el sudor, haciendo casi innecesaria la presencia de las cobijas... – no quería desp... – el moreno lo calló con un beso más, tierno, lento.
- no me importa que me despiertes a la hora que sea, si me vas a dar esta clase de atenciones... – le susurró, despacio, con voz afectuosa... – además, has estado increíble... – su novio se tiñó en carmesí.
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Al llegar todos a la mesa, ahí solo se veía a cinco jóvenes con tremendas ojeras marcadas. Claro está que algo había pasado, que no habían dormido bien, pero Jae temía cuestionar...
- será que nos han escuchado?... – rápidamente el sonrojo cubrió todo su rostro al pensar en ello, es que las hormonas lo hicieron perder la cordura y se lo había montado con Yunho prácticamente toda la noche, apenas si debieron dormir el par de horas después del primer encuentro, pero después del segundo, casi inmediatamente vino el tercero... y el cuarto...
- lo peor del caso es... – empezó a hablar el pelinegro, que miraba con cierto resentimiento a su novio... – que estuve despierto por nada... -
- eh?... – respingaron al unísono Jae y Yunho, Min solo se ocupaba de comer su platillo, estaba desvelado también, pero sus deseos de ver a Kohei esa mañana, de charlar con él, eran más fuertes. Junsu se sonrojó por el comentario de Yoochun.
- que ustedes solo hicieron que me entraran ganas... – explicaba muy quitado de la pena Micky...
- Chunnie!!!... – gritó escandalizado el castaño...
- pero el delfín no´más no se dejó... – nada más de acordarse le volvía a dar coraje. Escuchar a sus hyungs durante toda la madrugada solo había despertado su propio libido, pero Junsu se había negado toda vez que este intentaba encenderlo, diciendo que estaba cansado, que lo disculpara pero no le apetecía... ¡ni escuchando los gritos placenteros del JaeHo!
- serás... cómo se te ocurre hablar de eso, ratón pervertido, es privado... – reclamaba un Junsu visiblemente avergonzado, claro, no era el único, que Jae y Yunho estaban que no hallaban donde meter la cara de vergüenza. Min seguía en su mundo, ajeno prácticamente a esa discusión YooSu sobre sus frustraciones sexuales.
- pero es verdad... – se defendió el pelinegro... – yo quería y tú no... – el castaño le dio un golpe en el hombro... – auch!... – silencio... – todavía tengo ganas... – susurró con voz ronca...
- Chunnie!!! – atinó a respingar, otra vez, el castaño.
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ChangMin llegó casi corriendo a la sala de ensayos, sí, lo admitía, quería ver a Kohei ¡ya! Aunque no tenía ni idea de qué decirle, es decir, apenas la noche anterior sus últimas palabras fueron “si lo estaba, si estaba celoso de ella, porque...”
- y ahora qué... – ya todos estaban listos para iniciar la jornada, los bailarines entrando en la sala para el ensayo del día, mañana tenían el último concierto aquí y después el viaje a Corea. Kohei entró conversando con un par de bailarines, sonriendo con las cosas que se decían y que el menor no alcanzaba a escuchar, pero que le generaron celos... – ya se lo de su prima, pero igual, puede gustarle algún chico... -
- no seas masoquista... – le habló cerca el líder, palmeándole la espalda en un gesto amistoso... – Kohei sigue teniendo ojos solo para ti.
- ahora vuelvo... – el bailarín se separó unos momentos de sus compañeros para entregarle a Min (aunque bien podría habérselo entregado a cualquiera del grupo, él fue directo hacia el menor) una carpeta... – éstos son los que mejor me parecieron que pueden encajar en lo que necesitan. Sabes, realmente encontré decenas de parecidos a Jae, pero estos son ¡wow! Tienen un parecido increíble... – los archivos de tres jóvenes estaban en el interior de la carpeta, todos ellos físicamente muy parecidos al castaño oscuro... – espero que les sea de ayuda... – bostezó.
- luces cansado... – el menor sintió algo de culpa, seguro se había desvelado depurando toda la información que ahora estaba en sus manos... -
- solo un poco, pero ya sabes, por ti lo que me pidas... – sonriendo como solo lo hace con él, el bailarín se alejó, valía más no levantar intrigas entre los demás.
- ni siquiera me dio tiempo de agradecerle... – pensó Min, mientras guardaba en su bolso la carpeta.
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En el Olimpo...
- no se supone que ellos no deberían de verse así... – con tono molesto, Artemisa señalaba indignada la escena en la Fuente de los Espejismos.
- así cómo?... – cuestionó con inocencia (fingida) Afrodita...
- no me vengas con esa, se miraron con... amor... – la última palabra salió de sus labios casi con desprecio, como si escupiera algo que lastima su organismo.
- no tengo que ver con ello... -
- cómo de que no, no hiciste lo que te pedí, ya olvidaste nuestro acuerdo...
- hice lo que me pediste, jamás he violado un acuerdo; me parece, mi querida Artemisa, que debiste elegir mejor tus palabras, me pediste que privara a ChangMin de expresar sus sentimientos...
- exacto! Entonces porqué no pasa nada, porque no deja de mirarlo así, porque sigue deseando estar a su lado... – se impacientó la diosa de la luna, viendo en la Fuente el comportamiento del menor hacia el bailarín, acercándose durante un descanso para agradecerle por su ayuda, notando que el sentimiento entre ellos flota en el aire... -
- porque privar a una persona como ese chico de la posibilidad de expresar sus sentimientos no significa más que evitar que lo diga con palabras, ChangMin es un chico demasiado intelectual y racional, según su lógica, que es la que domina sus acciones, simplemente no podría decir un Te Amo, o palabras dulces, no podría ser tierno o romántico... – explicó la diosa del amor.
- supongo entonces que tendré que elegir mejor mis palabras cuando te lo pida para los demás, no es así, Afrodita... – su arrogancia al mencionar esas palabras le dejó claro a la peliplateado que debía ir con sumo cuidado respecto a las cuatro peticiones pendientes, que parte del acuerdo había sido solo una prueba para cada integrante del grupo.
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Al atardecer, los chicos se encontraban en la sala de su departamento, acababan de leer los documentos que Kohei le entregó esa mañana a Min.
- no quiero ser pesimista, pero, no creen que es muy arriesgado hacer esto ahora, tenemos el tiempo encima... – comentó Junsu. Siempre mostrando sus inseguridades en el momento menos oportuno, aunque generalmente ayuda a darse cuenta de que son situaciones que pueden mejorar.
- crees que tu hermano no accederá si se lo pides ahora?... – cuestionó el líder.
- él accederá, lo sé, pero tendríamos, qué, un par de semanas para instruirlos en absolutamente todo, es demasiado, quizá no puedan... -
- pues deberemos tener fe en que lo hagan, no vamos a hablar de esto con el manager... – atajó Yunho.
- porqué estás tan reacio de hablarlo con él, no es más peligroso hablarlo con un extraño, alguien a quien le tendremos que pedir que se haga pasar por Jae porque está embarazado?... -
- Su, no te alteres amor... – Yoochun le tomó las manos con ternura... -
- Junsu, tú nunca has estado presente en las reuniones con todos los directivos de la disquera, no has escuchado cómo funciona todo, yo sí, se lo que digo, estoy tan preocupado como tú por esto, no olvides que mi novio y mi hijo están en el medio también; pero si habláramos con el manager ahora, él solo buscaría la forma de sacar provecho de la situación, y no pienso exponer a ninguno a la prensa ni a la sociedad en sí... – la mirada del moreno era firme.
- a mí me parece que debemos intentarlo, Junsu, yo entiendo tus temores, entiendo que te preocupas por el grupo, pero ahora esta es nuestra mejor opción, yo... presiento que debemos hacer esto... – intervino Jae, dirigiendo su mirada maternal hacia el castaño, quien solo asintió.
- bueno, deberemos aprovechar al máximo la estancia en Corea, apenas lleguemos debes contactar a tu hermano y hablar con él, ambos... – Yunho señaló a Micky, quien una vez más tragó saliva nerviosamente ¡hablar con su cuñado!... – Jae y yo hablaremos con éste chico... – tomó una hoja de entre las que estaban en la carpeta, era el que había inspirado una sensación de confianza en su novio, así que ese sería quien, si las cosas resultan bien, sustituirá al castaño oscuro por cerca de medio año en el grupo.
- y yo qué se supone que haré?... – cuestionó curioso el menor.
- tú te ocuparás de ir diseñando un programa de trainer para Jun Ho y... – volvió a leer el nombre de quien sería el doble de Jae... – Ji Yong, tendremos que lograr, e insisto, si las cosas salen bien...
- así será... – afirmó el castaño oscuro, mostrando por todos, la esperanza y confianza que no parece estar en mente de los demás... -
- bien... necesitamos prepararlos de todo a todo en dos semanas, un auténtico curso intensivo para ellos, Min, y quién mejor que tú para hacerlo... –
- dalo por hecho, appa... – los ojos del menor brillaron de tal forma, que en esos momentos los cuatro se compadecieron de los “futuros reclutas”, de que a Min se le ocurren unas ideas...
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Jae y Junsu tenían programada la cita para el segundo eco con la Dra. Missa Bin al segundo día de su arribo a Corea, así que aprovecharon el primero para, inmediatamente después de haber asistido a un show a medio día, enfrentar a la suerte con sus encuentros con dos de las personas que darán un giro muy importante en sus vidas dependiendo de la respuesta que les ofrezcan.
- se puede saber porqué no dejas de moverte, me pones nervioso... – le dijo Junsu a su novio, ambos sentados en una de las salas de espera del aeropuerto, disfrazados lo mejor que pudieron para no ser notados, aunque tienen la impresión de que más de una persona se les ha quedado mirando con curiosidad.
- pues yo ya estoy nervioso... – respondió Yoochun moviendo su pierna en un insistente golpeteo contra el suelo. Xiah suspiró con frustración.
- solo estamos esperando a mi hermano... – intentó razonar el castaño.
- justamente... – que Su no podía entender cuánto nervio le entraba a él de saber que hablará con su cuñado, ¡cuñado!. La voz femenina anunciando la llegada del vuelo de Jun Ho se escuchó claramente. Micky era ya un manojo de nervios, siguió en silencio a su novio hacia la sala indicada.
Un montón de personas salieron antes de que Jun Ho se vislumbrara, en esos momentos no podría decirse que es fácilmente identificable que es gemelo de Junsu, pero por la sonrisa de alegría que ese chico llevaba, y el familiar caminar, Micky supo que era él, además caminaba directo hacia ellos, ¿cómo es que los reconoció tan fácil?
- le dije la ropa que traería puesta... – señaló el castaño, seguro de los pensamientos que pasaban por el rostro intrigado del pelinegro.
- hermano!... – notoriamente contento de encontrarse con su gemelo, Jun Ho abrazó con fuerza al castaño...
- no hagas eso!... – por lo menos el segundo que Chun les permitió, porque apenas si vio que su cuñado aferraba sus brazos alrededor del cuerpo de su novio y comenzaba a ejercer presión, por tanto apretándole la tripa, el pelinegro lo apartó de un tirón. La seguridad de su bebé ante todo. Algunas personas alrededor voltearon a verlos con curiosidad por el grito del muchacho, y lo que parecía el inicio de una pelea, pero como nada pasó, pronto la gente siguió a lo suyo.
- mande?... – visiblemente molesto por la actitud del ratón, Jun Ho esperaba pacientemente (léase, estaba que le saltaba a los golpes por haberlo tratado así <.y.>)...
- esto, es que, bueno, verás... – sí, Chun ya se había trabado. Hombre! Que alguien lo comprenda, solo se preocupa por el bienestar de Junsu y su bebé.
- vámonos ya, te lo explicamos cuando lleguemos al departamento... – trató de aminorar la tensión entre dos de los chicos más sobreprotectores con su persona sobre la faz de la tierra (que sus padres eran las otras dos personas, pero por ahora, se tendrá que ocupar de ellos). Le tomó el brazo a su hermano, comenzando a andar fuera del aeropuerto. Micky caminaba ligeramente retrasado... – y cómo está la familia?
- pues muy bien, aunque ya sabes, como mamá se entere que he venido sin decirle, así nos va... – olvidando ya el incidente con el ratón, Jun Ho comenzó a platicar con su gemelo de lo más tranquilo y contento de verle...
- sí, lo sé... – aceptó con una sonrisa sincera, imaginando el regaño que le vendría si mamá se entera, como hace tiempo que no se ven...
- ahora, quieres decirme porqué tanta intriga y prisa, qué es eso que tienes que decirme que no pudiste hacerlo por teléfono?...
- ya te dije, lo hablamos en el departamento... -
- presiento que me vas a pedir algo grueso... – susurró Jun Ho, tal vez por esa conexión que se dice existe entre gemelos, él sentía la angustia en su hermano, y sabía también que si él está ahí es porque es el único que puede ayudarle, y naturalmente él con gusto lo hará.
Ya en el departamento, los tres estaban sentados en el comedor, un vaso de agua frente a cada uno, Jae y Yunho habían salido rumbo a la provincia donde vive Ji Yong, y Min estaba encerrado en la Sala de Entretenimiento ultimando detalles en su “Programa de Entrenamiento Especial”.
- bueno, verás, Jun Ho... – comenzó Junsu, nervioso hasta el alma. Aunque si viera a Chun por dentro, se quedaba cortito... – hay varias cosas que decirte, y mejor te lo decimos en orden para que vayas entendiendo de qué va todo esto... – su hermano solo asintió, bebió un poco de agua y esperó a que su hermano continuara... – bueno, estoy saliendo con alguien... -
- ajá, qué de malo hay en eso?... – interrumpió su gemelo, sonriéndole con picardía.
- nada, bueno, es...
- yo soy ese alguien... – se armó de valor el pelinegro para hablar, no podía dejar que su novio lo hiciera todo solo.
- ustedes, son... novios?... – cuestionó lentamente, confundido, esperando que fuera una broma. Ok, nunca le conoció novia a su hermano, ni supo que le gustara alguna chica, pero tampoco lo llegó a ver de las babas por algún chico, cómo era ahora que resultaba que, salía con su compañero de grupo, su (según se lo dijera el propio Junsu en un montón de veces cuando hablaban) mejor amigo.
- sí... – respondió el castaño, tomándole la mano a Chun por sobre la mesa, ambos sonrojados por verse en plan de manita sudada frente a Jun Ho.
- ok, puedo con eso... – comentó el chico, tomando un poco más de agua, si su hermano encontraba la felicidad en otro hombre, él lo aceptaría. Siempre, a pesar de ser de la misma edad, a pesar de que es solo unos minutos mayor que Junsu, se ha sentido como su hermano mayor, siempre atento de que esté bien, de que nada malo le pase.
- en serio?... – soltó por inercia el ratón, él que esperaba que fuera a hacer un escándalo, que les saltara a las preguntas, y Jun Ho estaba simplemente ahí, sentado con propiedad, esperando a que Junsu continuara, es más, mostrando una sonrisa sincera en acuerdo con su relación.
- sí, yo siempre he dicho que eso de que pongan a los integrantes de un grupo, sea masculino o femenino, a hacer fanservice, trae sus consecuencias; además, si están enamorados, no veo problema alguno, aunque habrá que pensarlo seriamente antes de decirle nada a nuestros padres, que aunque no son tan ortodoxos, tampoco son tan modernos... – aunque su tono de voz es muy similar al de Junsu, en Jun Ho se escucha más seguridad, más seriedad y formalidad, dejando claro que asumió el papel de hermano mayor.
- vaya, pues; gracias por aceptar lo nuestro... – sinceró el pelinegro.
- venga, estrechémonos las manos... – su cuñado le extendió la mano, gesto que correspondió el pelinegro, recibiendo un fuerte apretón de parte de éste... – ahora estoy más tranquilo sabiendo que hay alguien que cuida de mi hermanito...
- oigan que sigo aquí, y como vuelvan a hacer eso, me las pagan, no soy una chica, saben, soy un hombre como ustedes, así que no se comporten como los cuñados que se resignan a que su hermanita salga con alguien... – soltó de corrido el castaño, haciendo pucheros inconformes porque su novio y hermano solo se le quedaron viendo con sendas sonrisas en la boca.
- y qué se supone que me harías, delfincito travieso... – cuestionó coquetamente el pelinegro, que todavía seguía con ganas y Su nada más no le permitía intimidad desde aquélla vez en los probadores de una tienda departamental en Japón.
- quieto, ratón pervertido... – el castaño le dio un manotazo a la intrusa que le acariciaba la pierna. Jun Ho carraspeó. <.ups.> pensó Micky.
- entonces, superado el asunto de su noviazgo, qué es eso que te tiene tan angustiado, Su... -
- válgame, yo quería ser el único que le dijera así... – pensó el pelinegro. Y es que el “Su” en voz de Jun Ho se oía tan similar a la suya, llena de cariño, de ternura, de amor hacia el castaño, un amor diferente claro.
- esto, bueno, verás... - <.otra.>... – pues que Chunnie y yo, vamos a ser padres... – ahí está, ya lo había dicho, “al toro por los cuernos”.
Hubo un largo silencio durante el cual pasaron varias cosas. Jun Ho abrió sus ojos de par en par al escuchar aquello, eso sí sobrepasaba su capacidad de asimilar información. Seguro esa sí era un broma, pero, por la mirada en su hermano quedaba claro que no era así, ahora bien, a qué se refería con que iban a ser padres, van a adoptar, embarazaron a alguna chica y ésta les dará al bebé, o qué. Pero entonces el castaño le acercó una carpeta con las fotografías de su primer eco, donde realmente no se veía nada, pero que era una muestra de lo que significaba ser padres...
- estoy embarazado... – había escuchado que dijera su hermano, levantando un poco su ropa, dejando ver un pequeño bulto en su vientre... – estoy de tres meses... – ahí fue cuando colapsó, cuando su mente se trabó, la respiración le faltó y cayó desmayado al suelo, porque como fue a perder el equilibrio, terminó por dar de lleno contra el piso.
Micky fue a atenderlo de inmediato, lo levantó en brazos y lo recostó sobre el sofá, Min había salido al escuchar el sonido de algo caer, claro, que ese algo había sido una persona y se escuchó con fuerza en el departamento.
- ya tan rápido se lo dijeron?... – cuestionó el menor, mientras el pelinegro pasaba un algodón con alcohol por la nariz de su cuñado.
- sí... – respondió suavemente el castaño. Preocupado ahora de la reacción de su hermano.
- ¡ah, mierda, mi traserito! – de no ser porque sabía que quien dijo esas palabras es su cuñado, Micky habría jurado que el mismísimo Junsu lo había hecho. Jun Ho se incorporó para sobarse su bien formado trasero, no tan perfecto como el de su hermano, pero igual atrayente (n/a babeando el teclado, gemelo de Junsu, hermoso!!!!).
- estás bien?... – le preguntó Min.
- sí, solo... – tomó a Chun del cuello de la camisa, cambiando repentinamente su humor... - ¡Cómo se te ocurrió embarazar a mi hermanito!... – Micky tomó las manos de su cuñado, que hacían algo de presión en su ropa y parecía que en cualquier momento le acertaría un puñetazo, pero no le mostró temor, por el contrario, le miró con seguridad, porque si llegaba a cuestionar su amor por el delfín, él le dejaría más que claro cuánto lo ama.
- Jun Ho, suéltalo... – el castaño tomó de los hombros a su hermano, quien al sentir el contacto de su gemelo, liberó al pelinegro.
- se puede saber cómo es que... cómo... ¡cómo es que te embarazaste! ¡eres un hombre!
- eso lo tengo perfectamente claro... – sacó algo de carácter el castaño, enfrentando a su hermano... – pasó, no sabemos cómo, pero así es, estoy embarazado y necesito que me ayudes, necesito que te hagas pasar por mí en el grupo hasta que haya tenido al bebé... – soltó sin más...
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Jae y Yunho llegaron a una sencilla ciudad de la provincia de Gangwon Do (n/a información encontrada en la web, cortesía de wikipedia), donde las altas montañas hacen de aquel lugar un hermoso paisaje que invita a la exploración, al descanso, a pasar horas contemplando la naturaleza. Arribaron al domicilio que Kohei les proporcionara, por suerte en casa solo se encontraba el chico a quien buscaban, sus padres trabajan, según les comentó cuando les invitó a pasar y les dijera que por extraño que pareciera los estaba esperando.
- es una cosa muy loca, lo sé, pero anoche soñé con ustedes, en mi sueño había una mujer muy hermosa de largo cabello castaño que me hizo sentir tranquilo, fue... – el chico sonrió... – fue como cuando mi madre se acerca a hablarme de algo importante... – estaban los tres sentados en la sala de la humilde casa de Ji Yong, que hasta el momento no dejaba de ser amable y se dirigía a ellos como si no fuera la primera vez que los veía.
- sí es... curioso... – atinó a decir Yunho, Jae sentado a su lado, enfrente de ellos, Ji Yong, quien realmente tenía un enorme parecido con su Boo, excepto por la mirada, la de ese chico era más... infantil.
- en mi sueño, esta mujer me dijo que ustedes me pedirían ayuda en algo realmente importante, pero que era mi decisión brindárselas o no. En qué podría ayudarles un perfecto desconocido a dos chicos que, con todo respeto, parece que no necesitan nada...
- eh... – Yunho se aclaró la garganta... – por casualidad, sabes quiénes somos?... – no, no pretendía ser arrogante, ni saber qué tan populares son, quería indagar qué tanto tendrían que explicarle al chico, que curiosamente, era un año menor que ellos, pero no se notaba diferencia alguna en sus físicos, que hasta en altura eran iguales.
- bueno, no sinceramente, debería saberlo?... – el chico de cabello negro, esa era otra diferencia con Jae, aunque como éste trae su cabello teñido de castaño oscuro, no es tan diferente el tono; realmente no sabía identificarlos, ha escuchado mucho sobre DBSK por sus compañeros de universidad, pero es un chico demasiado introvertido respecto a poner atención en la música, su pasión está enfocada en algo diferente a lo que chicos de su edad hacen, a él no le llama salir a divertirse, casi no ve televisión, poco escucha de música. ¡por dios, qué hace este muchacho! Bueno, Ji Yong ha encontrado su vida en la lectura, no solo por sus estudios de Letras Muertas en la Facultad de Filosofía de su Universidad, sino porque es su gusto, le gusta leer, de absolutamente todo, incluyendo la mitología griega, entre otras. Por eso tal vez es que les parecía un chico también algo misterioso, algo loco para ser sinceros.
- no, no necesariamente... bueno... – carraspeó una vez más el líder... – verás, nosotros somos cantantes de un grupo de pop que se llama Dong Bang Shin Ki...
- oh, DBSK, he escuchado a mis compañeras hablar de ustedes... – lo interrumpió, con una alegría que el castaño oscuro y el moreno no entendieron... – las vuelven locas, no saben las cosas que dicen entre ellas sobre lo que harían si pudieran tener una noche con alguno de ustedes y...
- sí, bueno... – cortó Jae, que no le apetecía escuchar lo que le quieran hacer a SU novio, que las fans lo deseen todo lo que quieran, él no lo comparte (n/a Jae malo!!! )... – verás, lo que nosotros necesitamos es que... ¿alguna vez te han dicho que te pareces a mí? – optó por cuestionar, paso a paso podría quedarle más claro el asunto a ese chico.
- sí, algunas veces de recién que ingresé en la universidad, las chicas llegaban y me preguntaba si era... – se talló las sienes, como buscando recordar algo, cosa que hizo que la venita en la sien de Jae saltara <.c.>... – JaeJoong... sí, me preguntaban si era usted... – entonces lo señaló, con una sonrisa demasiado inocente para gusto de los chicos... – pero cuando se acostumbraron a mi presencia y me fueron conociendo, dijeron que no tenía nada que ver con usted... - <.me.> pensaba el castaño oscuro... - y dejaron de molestarme...
- tendrá problemas de memoria?... – pensó el moreno, acababan de decirle sus nombres y ya le había costado recordar el de su Boo...
- ¿y no te gustaría averiguar por un tiempo lo que es ser, yo?... – así tal vez se evitaban tener que explicarle todo el rollo del embarazo, o eso fue lo que Jae pensó.
- no se ofenda... – <.me.> nuevamente la vena en la sien de Jae comenzó a latir... – pero, para qué que querría yo saber lo que es vivir como alguien famoso, con todas las personas sobre uno, buscando hablar, tomarse fotos, adiós a la privacidad, trabajando sin parar, no es que no me guste trabajar, solo que no creo que tenga lo que se necesita para ser un cantante como usted... - <.como.> compréndanlo, los cambios de humor, que escuchado así por un chico que luce de su misma edad lo hace sentir viejo, y tan joven que es.
- pues verás, esa es la ayuda que necesitamos, veníamos a proponerte una especie de trabajo temporal, por seis o siete meses, queríamos proponerte ser parte del grupo, haciéndote pasar por Jae... – señaló el moreno.
- qué motivo pueden tener para sustituir a uno de los suyos por tanto tiempo, sobre todo si lo hacen en secreto, dudo que si solo están ustedes dos aquí, sin cámaras ni nada de eso, sea de conocimiento de todas las personas con las que trabajan... – porqué de pronto sintieron que Min estaba ante ellos, ese chico es bastante inteligente.
- tienes razón, es algo que solo los que integramos el grupo sabemos... es algo muy personal... es... – el moreno no se atrevía a decirle el motivo real al chico, después de todo, qué tanta confianza tiene que depositar en él si apenas le conoce.
- tendré que pedir permiso en la universidad durante lo que resta del año escolar... – lo interrumpió Ji Yong, sonriendo de una forma un tanto... tranquilizadora... – pero lo haré, con una condición... - <.uy.> pensó el castaño oscuro... – quiero que me digan la verdad cuando me tengan suficiente confianza.
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- ayudaste a Démeter a entrar en los sueños de ese chico, porqué lo hiciste Morfeo... – Artemisa, indignada porque la diosa de la Fertilidad le tomara ventaja, le reclamaba al Dios del Mundo de los Sueños su intervención...
- porqué no habría de hacerlo, no hizo nada malo, no alteró nada en el mundo, las cosas solamente siguen su curso, además, sabes bien que suele hacerle favores a los 12 Grandes, incluyéndote Artemisa, no me vengas ahora con reclamos de chiquilla caprichosa, sabes que no tolero eso en nadie... – Morfeo, uno de los dioses más antiguos de la mitología griega, le dejó en claro que por sobre su poder no iba a pasar. Artemisa, ofendida en su orgullo, se fue del templo del dios del mundo de los sueños rumbo al Olimpo, a hacer su segunda petición a Afrodita.
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Jun Ho no podía creer la desfachatez con la que su hermano le hacía aquella petición, hacerse pasar por él? ser parte de DBSK por meses enteros? No le cuadraba, ok que sean gemelos, pero eso no significa que él pueda hacer todo lo que su hermano, empezando por bailar, siguiendo por el canto y rematando con su carisma.
- no puedo hacer lo que me pides Junsu ah... – le dijo apenado, Min y Yoochun sintieron como si hubiera dejado caer un balde de agua fría sobre ellos, pero Junsu pareció no inmutarse, como si hubiera esperado que dijera eso...
- claro que puedes, necesito que lo hagas, nunca te he pedido realmente nada, y sé que pedirte esto ahora es demasiado, pero realmente te necesito hermano, no es en sí por la popularidad del grupo, o por no defraudar a las personas que creen en nosotros, aunque son parte fundamental de que te lo pida; lo hago por los bebés que espero, porque quiero que ellos tengan una vida lejos de las intrigas sociales, por lo menos hasta que nazcan y pensemos en cómo mantenerlos lejos de los reflectores. Jun Ho, ayúdame, por favor... -
- su, es que, soy tu gemelo, físicamente lo soy, pero sabes que somos muy diferentes, cómo voy a hacer para pasar por ti, cómo voy a hacer todas las coreografías que a ti te salen tan bien, Su ¡no canto!...
- de eso nos encargaremos nosotros... – intervino Chun, tratando de convencer a su cuñado de ayudarlos...
- si nos esforzamos un tiempo, lo conseguiremos, te lo aseguro, lo que hacemos es difícil pero no imposible, solo depende de tu voluntad y la confianza que deposites en nosotros... – apoyó Min.
Por un tiempo Jun Ho se lo pensó...
- es una locura, lo saben, no?... – los tres asintieron... – de acuerdo... – aceptó, todo por su hermano... – pero seré el padrino de los peques cuando nazcan... – una radiante sonrisa, tan parecida a las del delfín, se curvó en sus labios, después se acercó a acariciarle la tripa a su hermano, todos sonriendo aliviados, ahora solo esperaba saber cómo les había ido a Jae y Yunho... – porqué no estás mas gordo?... -
- gordo? – el castaño enarcó una ceja...
- pues sí, todas las mujeres que he visto embarazadas tienen el vientre enorme... -
- por que solo tengo tres meses, bruto... -
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y donde esta el capitulo siguiente quede intrigada?
ResponderEliminarwahhh...y,entonces Su si va tener gemelitoos.!!,wohuu de porrazo dos..xD!
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