Mi triste realidad cap 4

Así de Sencillo

Escuché dos golpes en la puerta del baño y me apresuré a abrir la llave del agua; no quería salir. Me di un largo baño y traté de no pensar en ChangMin, YunHo o la borrachera de anoche; solo quería mantener la mente en blanco. Tardé lo más que me fue posible, jugando con la espuma y lavándome el cabello hasta tres veces… aunque en algún momento tenía que salir.

Abrí la puerta y encontré a ChangMin sentado sobre la cama con los ojos cerrados, totalmente vestido y arreglado, mientras sostenía su celular en la mano. Crucé la habitación en busca de mi ropa y la encontré perfectamente doblada sobre la silla; me acerqué y tomé mi camisa; apestaba como los mil demonios.
-YunHo viene para acá y te trae ropa limpia –me miró-, también puedes irte con eso si es lo que quieres –su voz se escuchaba cansada y triste. Me preocupe.
-¿Paso… algo anoche?
-¿No recuerdas nada? –Parecía que conservaba una vana esperanza que se esfumó con la duda en mi rostro-. Te encontré a unas cuadras de aquí, vomitando en una esquina. Cuando llegamos te dormiste y tuve que quitarte la ropa porque apestabas.
-¿Por qué estabas conmigo?
-¿En la cama? –preguntó confundido-. Porque es la única que hay; no me gusta dormir en el suelo. ¿Te molesta?
Suspiré un poco más calmado; al menos no le había hecho nada a ChangMin. No le respondí y francamente no pensaba decir nada al respecto, era obvio que no me molestaba que estuviera en la cama conmigo, aunque de haber sido otra historia con la que acabáramos ahí lo habría disfrutado más.

Nos quedamos en silencio. ChangMin buscó un asiento junto a la puerta, parecía tranquilo, pero tenía la sensación de que estaba ahí para impedirme salir; no es que realmente quisiera irme o que pudiera hacerlo estando únicamente en ropa interior. Tomé la sábana de la cama para cubrirme; era la primera vez que estar desnudo frente a él me era verdaderamente incómodo.

Cuando había despertado, por el susto de encontrar a ChangMin conmigo pensé que todo el alcohol se me había bajado, pero ahora que estaba calmado podía apreciar todos los malditos efectos del alcohol; llevé una mano a mi cabeza y la froté, por segundos sentía que se me partiría en dos.

No sé cuánto tiempo pasó, pero cuando alcé la vista eran cerca de las dos de la tarde. Busqué con la mirada a ChangMin; no se había movido de su lugar junto a la puerta, pero mantenía los ojos cerrados y su pecho bajaba y subía calmadamente. ¿Estaría dormido?
-¿ChangMin? –le llamé, no contestó.
Me acerqué a él para confirmar mis sospechas. No parecía estar muy cómodo pero dormía profundamente y cuando él entraba en ese mundo había pocas cosas que podían levantarlo. Le cubrí con la sábana que tenía, tratando de hacer su sueño un poco mejor.

Yo realmente le quería; todo el mes que le evité tratando de olvidar lo que sentía no me había servido de nada; incluso el que estuviera con YunHo no había hecho que cambiara mis sentimientos hacia él.
Después de todo ellos eran lo que yo más quería. Si eran felices, aunque yo no entrara en la ecuación, estaba bien. Traté de convencerme de ello, aunque me llevara tiempo y continuara doliendo, quería que ChangMin y YunHo fueran felices.

Golpes suaves en la puerta me dijeron que probablemente YunHo había llegado. Me aparté silenciosamente para abrir la puerta sin despertar a ChangMin.
-No te vayas –dijo, aún dormido-. Por favor, no me dejes…
Me detuve. ¿Hablaba de mí? ¿De YunHo?
Más golpes me hicieron reaccionar; abrí la puerta, YunHo estaba de pie frente a la puerta, parecía molesto o incómodo; me miró de manera extraña, no supe identificar lo que pasaba por su mente, quizá: “Maldito, ¿qué haces con mi ChangMin?”
-Adelante –dije, y me aparté un poco para que él pudiera entrar.


Siguiente